Principios de Liderazgo de cada libro de la Biblia: Marcos

conscientes las empresas de la importancia de invertir en publicidad ...

“…No es nada  grande ser humilde cuando estás en la parte baja de la vida; pero ser  humilde cuando todos te alaban es además de un gran y algo raro…”

Bernardo de Claraval

Hay un principio en la publicidad y es este: “Si eres visible existes”, por eso es que cuando los políticos quieren tu voto se hacen visibles por medio de la propaganda. O si quieres posicionarte en el mercado con tu producto debes hacerlo visible para que la gente vea que existe. Toda organización en alguna manera hace publicidad ya sea intencionado o no intencionada. ¿Qué tipo de publicidad es la competente? ¿Qué tipo de publicidad es la correcta?

En el libro de Marcos, Jesús demuestra la perspectiva apropiada de la publicidad al huir del centro de atención hasta el momento adecuado. Marcos lo escribe de esta manera: “Jesús les mandó que no se lo dijeran a nadie, pero cuanto más se lo prohibía, tanto más lo seguían propagando”. Marcos 7:36

El principio de liderazgo DE MARCOS  nos dice: El carácter de la publicidad es más importante que el carisma de la publicidad.

En Marcos cuando la gente se dio  cuenta de que Jesús no le encantaba  el protagonismo ni la publicidad, la gente se preguntó  ¿por qué quiere permanecer callado, anónimo y no desea publicidad? Jesús entendía que era más importante la esencia de su ministerio que la evidencia del mismo. En ese sentido evitaba la evidencia (publicidad) y se centraba en la esencia (las relaciones). Uno nota que  Él evitaba  siempre ser el centro de atención, (evidencia) pero nadie podía discutir que para la mayoría de Sus discípulos, el estaba  con ellos o lo  encontraban  en el momento adecuado (esencia).

Este es un modelo relaciones pública (PR)  de obra maestra para hoy. En la actualidad stoy luchando con problema de publicidad ahora mismo. Estamos empezando una nueva organización y, necesitamos generar PR para este  nuevo servicio. Es difícil hacer una promoción publicitaria sin parecer no transparente. Además, no tenemos un gran presupuesto publicitario. Nuestro objetivo es hacer ver que queremos  dar al mercado algo único como nuestro objetivo mayor, pero que a la vez sea de una manera sorprendente o emocionante  cuando lo presentamos.  Ahora bien la meta de toda publicidad es influir y ser el tema de conversación en el mercado. Por eso  si aprendemos del ejemplo de Cristo  y hacemos a un lado las interminables equivocaciones corporativas de hoy, necesitamos purificar nuestro PR quitando del centro de nuestra publicidad  nuestra glorificación personal.

Así que hay que hacerse  preguntas para evaluar si mi publicidad está permeada de glorificación personal. He aquí la primera: ¿Se dedica constantemente a llamar la atención de los medios de comunicación, o se aleja de ellos por completo? Ambos extremos resultan de centrarse en nuestros propios deseos más que en el bienestar de nuestra organización. ¿Anhela ver su cara en la portada de la revista, o en los muros del FB o es demasiado tímido para no salir en los medios anteriores? Muchos concluyen que ambos están igualmente equivocados. La clave está en que una vez que elimine mi ego de mis esfuerzos de relaciones públicas, la publicidad  beneficiará verdaderamente a mi empresa, porque ellos serán vistos con  honestidad y (con suerte) la humildad. ¿Cómo lo hizo Jesús? En realidad Jesús tuvo la idea de la propaganda de la no propaganda…y resultó… Como haríamos de bien creer este principio…Observe como es la paradoja de la propaganda de la no propaganda…. Primero, se niega ser elevado como el centro de la actividad….Dice que Jesús “les mandó”, implica que en la agenda de Dios había una rotunda resistencia a ser objeto de admiración  por lo que la gente decía o añadía o inventaba de él.  La palabra “mandó” es enérgica y enfática, no era una falsa humildad. El verbo mandó implica tener un solo criterio y establecer un solo concepto. Jesús quiere que todos entiendan que él ha venido a hacer una obra y hacerse famoso. Segundo, niega a ser reducido a una etiqueta de publicidad… “No se lo dijeran a nadie”, ¿Decir qué? Bueno, el gran milagro que antecede a esta advertencia. Jesús había sanado a un sordomudo y la gente estaba maravillada y entusiasmada con semejante logro. Él no quería que una obra de amor y misericordia se convirtiera en el currículo que atraería a la gente. Y es que esa es la tendencia del ardid publicitario “exaltar a lo sumo” las cualidades del producto con tal de que la gente lo acepte como necesario en su vida. El verbo “dijeran” es un aoristo de eipon y significa que ellos darían un discurso terminado y completo.  Tercero, se niega a ser forzado  hacia una equivocada finalidad. La expresión “les prohibía” implica que él deseaba que el anonimato no cambiara la finalidad de su obra. Si su obra terminaría en Jerusalén y con la muerte en la cruz, la imposición mediática, el criterio de las mayorías y la popularidad que produce ser conocido podrían detener su objetivo. En cuarto lugar Jesús se niega a ser contaminado en su integridad…Es importante ver que la gente no le hizo caso, así que mientras más no quería propaganda más obtenía propaganda. Sin embargo observen que él se separó de las multitudes para no ser contaminado en su integridad. Ya que si la gente lo aceptaba ellos le pondrían su agenda a él e incluso le dictaría comportamientos, vestimentas, acciones que desentonaban con su santidad. Es obvio que hay una diferencia entre carácter y reputación. La propaganda puede levantar reputación pero no carácter. Entendemos reputación lo que los hombres piensan de ti y carácter lo que Dios piensa de ti. Jesús se mantuvo enfocado en el carácter. Como cristianos e iglesia no somos llamados a amar la propaganda como el medio para ser conocidos y hacernos visibles; sino que al contrario mientras más pasamos desapercibidos más el poder de Dios se manifiesta. Eso nos llevaría a un llamado de atención a como usamos los medios y las redes sociales para mostrar lo que estamos haciendo por Dios. Creo en lo personal que Jesús no usaría hoy los medios de televisión o las redes sociales para darse a conocer, lo haría igual que antes tocando gente a gente y la gente se encargaría de darlo a conocer y pienso que sigue siendo el mejor método de PR para todas las empresas. Así que Marcos nos recuerda que la más valiosa y efectiva PR es la que está conformada por la honestidad, humildad y la que resta importancia a la glorificación del ego.

«…Huyó desnudo…» III parte

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En tercer lugar vemos aparecen las  consecuencias.  Al seguirle la pista a este joven lo podemos encontrar ya  varios años después de este fracaso y un segundo fracaso registrado en el libro de los Hechos, ya desarrollado y formado como un verdadero seguidor de Jesucristo. Tres adjetivos encontrados en tres textos en las epístolas. Dos de Pablo y una de Pedro. Es el mismo Pablo quién se retracta de su condena de Juan Marcos como alguien fracasado. (Hechos 15:36). De hecho esta narración en el libro de los Hechos declara que Pablo y Bernabé se pelearon fuertemente por Juan Marcos. Sin embargo Pablo más adelante reconoce haberse equivocado con Juan Marcos.  Observe las tres consecuencias que produjo la vida de Juan Marcos, el joven que huyó desnudo.

La primera aparece en 1 Pedro 5:13. Es una consecuencia relacional. Allí Pedro se refiere a Marcos como: “mi hijo”.  La expresión que Pedro utiliza es “Huios”.  En griego,  hay tres palabras para hijo. La primera es “teknion” se refiere a un hijo bebé. La segunda es “teknon” se refiere a un hijo que está madurando pero no está listo para asumir responsabilidades y la tercera es “huios” se refiere a uno que está listo para asumir responsabilidades, quien ha pasado por la ceremonia de “adopción”. Por lo tanto, podemos resumir el concepto de la siguiente forma: El primero, teknion, significa un infante o un bebé. El segundo, teknon, significa un adolescente. El tercero, huios, significa un hijo (colocado como hijo por adopción).[1] Lo que demuestra es que Pedro lo había adoptado como un hijo. Esto implica que tanto Pedro como Marcos podían mantener un vínculo generacional al servicio del reino de Dios. Juan Marcos pudo llevarse bien con las generaciones mayores y Pedro le otorgó el privilegio de contar la historia de Jesús a Marcos renunciando así a tener una narración del evangelio de primera persona en Pedro. Esto rompe el mito de que adultos y jóvenes no se pueden integrar unidos en la narración del evangelio de Jesucristo.

El segundo pasaje aparece en Filemón 1:24. Esta es una consecuencia ministerial. Allí Pablo dice que Marcos es su “colaborador”. La expresión se debe traducir alguien que da energía a alguien estando lado a lado y de tú a tú.  Marcos había llegado al nivel de Pablo. Era el que energizaba la labor de este hombre. Un ministerio extraordinario en las manos de Juan Marcos. Así que Marcos aprendió a ser un hombre apasionado por la obra de Dios al mismo nivel que el apóstol.

El tercer pasaje aparece en 2 Timoteo 4:11. Esta es una consecuencia espiritual. Pablo utiliza una palabra que la RVA2015 la traduce: “me es útil”. Es impresionante la palabra que Pablo usa. La palabra para útil es “euchrestos”. La expresión tiene el prefijo “eu” que se puede traducir como bueno, excelente y el sustantivo chrestos de donde viene el término Cristo y cristiano. Lo que Pablo está diciendo es que este joven refleja a Cristo de una manera genuina y excelente. Juan Marcos no sólo superó sus fracasos sino que llego a mostrar el carácter de Cristo.

Así que la consecuencia relacional de este joven muestra calor por las personas, su consecuencia ministerial muestra su labor por el reino de Dios y finalmente la consecuencia espiritual muestra su amor por Dios.

Estamos en el umbral de una nueva generación y de un nuevo relevo generacional. A veces me pregunto si Jesús se vestiría como cristiano. Pobre, creo que ni el podría contestar a lo absurdo de esa pregunta. ¿Cómo se viste un cristiano? No queremos que los jóvenes  se vistan de cierta manera porque “parecen del mundo”, como si los cristianos “formales” no se parecieran a los mafiosos o narcotraficantes que usan traje “formal”. La cultura contemporánea demanda cristianos contemporáneos. El evangelio va más allá de la apariencia, de lo que nos incomoda a los cristianos que crecimos  en otro tiempo. Los jóvenes  quieren y tienen derecho a ser contemporáneos. Necesitamos que no sean como nosotros, que no sean de nuestra época. Que no se acomoden a nuestra cultura y a nuestros tiempos.  Necesitamos que nos saquen del letargo cultural en el que estamos  y para ello tienen que ser diferentes, tienen que ir muy adelante. No podemos pretender  que esta generación  de jóvenes cristianos  predique la palabra fresca  del evangelio aparentando ser del siglo pasado[2]. Si nosotros como iglesia  queremos tener un impacto  en la cultura  debemos darle libertad a los jóvenes la libertad debidamente encausada de no conformarse, sino de ejercer una diferencia  individual. De no solo salirse de lo tradicional que hay en la iglesia (sin abandonar los principios establecidos por Dios) sino de lo tradicional que hay en la sociedad y entrar  a la corriente de aquellos que establecen tendencias en la cultura contemporánea para que llenen ese río  cultural con el poder transformador  y perseverante del evangelio[3]. En fin debemos darles libertad a nuestros jóvenes de diseñar estructuras y programas  en nuestras iglesias  que sean efectivos a sus contemporáneos, estos probablemente nos pondrán los pelos de punta, pero no a Dios. Estos programas  y estructuras serán tan efectivos  como la fe que les haya enseñado y tan sólidos  como lo haya sido  nuestra enseñanza de la Palabra de Dios. El cristianismo que muchas veces hemos enseñado no ha sido un estilo de vida, ha sido únicamente un comportamiento. Un “ajustarse” a las costumbres de nuestra iglesia.

En estos nuevos tiempos soplan nuevos aires. Los jóvenes a diario luchan para ser cristianos  genuinos delante  de una cultura que los quiere devorar. Están como Juan Marcos desnudos. Pero al mismo tiempo, luchan con los códigos sociales (no siempre bíblicos) que les imponemos en la iglesia.

Esta generación de jóvenes cristianos no quiere libertad para pecar, esa la tenemos todos, tú y yo, ellos quieren la libertad para expresarse. Quieren la libertad de ser lo que son. ¿Estamos diciendo  que la iglesia debe permitir el comportamiento pecaminoso de los jóvenes. ¡Sí! No podremos evitar que  huyan desnudos y que luego fracasen como Juan Marcos. Pero no debemos  contribuir a que ellos pequen. Nosotros  no hemos aprendido  a respetar aquello que Dios respeta: El libre albedrío. Queremos dominarlo todo. Nosotros  forzamos comportamientos que ni Dios mismo hace. A una generación no se le puede enseñar  a honrar a Dios a través de las reglas, las costumbres y las preferencias culturales  de las iglesias. La enseñanza de honrar a Dios  se basa en la libertad que el individuo tiene de escoger de honrarle.  La libertad es eso, libertad. Y tenemos que aceptar que si predicamos  libertad y se las damos a los jóvenes, tenemos que afrontar las consecuencias  de dar esa libertad. No importa que huyan desnudos o que lleguen con una vestimenta no adecuada a Getsemaní. ¡Bendito sea Dios! Que en el camino encontrarán hombres de Dios como Pablo y Pedro y los llevarán de victoria en victoria y los prepararan para impactar la sociedad en el momento de Dios. ¡Veremos jóvenes amorosos, laboriosos y poderosos!

[1] http://cayadopastoral.com/g/g2-1.html

[2] Zapata, Generación Emergente. Pág. 71

[3] Ibíd.

«…Pastores golpeados…»

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Nuestro mundo actualmente condena el abuso. Sendas campañas se levantan en contra del maltrato o “bullying”. Las leyes se han vuelto muy estrictas con respecto a este fenómeno de tal manera que las personas pueden obtener justicia inmediata cuando son víctimas de maltrato. Y es que el maltrato es una práctica ofensiva y por sobre todo abusiva. La realidad de esto es que uno no se sorprende que la naturaleza  humana sea abusiva y que golpee o hiera a otras personas. Pero, ¿qué sucede cuando ese golpeador es Dios? ¿Cómo entendemos esto? En el evangelio de Marcos aparece la siguiente declaración:

“…Jesús les dijo: «Todos ustedes van a sentir que su mundo se está desmoronando y que es mi culpa. Hay una Escritura que dice, Golpearé al pastor; Las ovejas les irá muy mal. “Pero después de que yo sea resucitado, yo iré delante de ti, guiando el camino a Galilea…” (The Message) Marcos 14:27-28

La versión NVI usa la expresión “heriré al Pastor” para referirse al acto de Dios con respecto a Jesús y su obra en la cruz.  ¿Cómo entendemos esta acción con el carácter de Dios? ¿Cómo encaja un Dios amoroso en una acción de este tipo? ¿Cómo funcionamos cuando vemos a un Dios capaz de infligir dolor?

Hay tres elementos en el texto que deben ser importantes aclarar la declaración  del golpe, la dirección del golpe y la definición del golpe.

En primer lugar observemos la declaración del golpe. Dios declara dos  hechos con respecto a su actuar. Primero declara  que su golpe escandaliza. La TLA lo pone de esta forma: “todos ustedes van a perder su confianza en mí”. (vrs. 27) La expresión utilizada es “escandalizo” y es una expresión bastante interesante. Habla de perder el valor, la confianza en algo.  Incluso algunos lo traducen como estar ofendido con alguien o estar ofendido por algo. En ese sentido los discípulos se sentirían ofendidos por la forma en que Dios los haría pasar esa noche.  Segundo el declara que su golpe desestabiliza. (vrs.27b) Jesús usa una palabra interesante para dispersar. Es la palabra diaskorpizo. Esta palabra está asociada cuando se desprendía la basura del grano de trino. Era lanzada al viento de tal manera que el cascajo se separaba de la verdadera semilla. La expresión es que los discípulos serían separados pero que esa separación implicaría una limpieza en sus vidas. Entonces podemos declarar  que cuando Dios golpea lo hace para escandalizar y para desestabilizar. ¿Pero qué beneficio tiene esto?

Cuando Cristo nos escandaliza nos ayuda recuperar nuestra visión. Lo hace para hacernos más sensibles a recuperar una verdadera cosmovisión de lo que es importante en el seguimiento de Cristo. Ha visto usted que los escándalos de personas importantes hacen que ellas sean vistas de una manera normal y de una perspectiva de vulnerabilidad. Los escándalos nos sacan fuera de base emocional. Nos hace reevaluar lo que es importante y lo que es creíble. Tener un escándalo con Cristo implica asimilar la verdadera esencia de que seguir a Cristo conlleva sufrimiento y trato fuerte de Dios pero con un propósito redimible.

Cuando Cristo nos desestabiliza nos ayuda a recuperar nuestra ubicación. Una vez dispersos los discípulos se darían cuenta de lo importante de haber escuchado a Jesús en el huerto de Getsemaní y de sus advertencias. Es como volver los pies a la realidad ahora solos, sin la presencia humana de Cristo. Esto los prepararía para momentos futuros. La desestabilización de Dios nos provoca volver a ubicarnos en una realidad del cristianismo de la cual muchos han huido o simplemente han contaminado.

 En segundo lugar debemos observar la dirección del golpe. ¿Hacia dónde dirige Dios cuando nos golpea? Primero nos dirige hacia su plan. Observemos que Cristo establece que ya está determinado por un plan anticipado lo que va a ocurrir. A Dios no lo encontramos desprevenidos ni sin saber hacia dónde se dirige  con su plan. El golpe de Dios estaba presupuestado y era necesario que se diera como un paso para un gran logro como era la muerte de Jesús en la cruz y por consecuencia la redención del ser humano. Segundo nos dirige a su Palabra. Jesucristo dice que esto es un cumplimiento de la Palabra dicha en Zacarías 13:7. Allí el profeta había anticipado lo que pasaría en este momento en el Getsemaní. La autoridad de la Palabra es tal que se cumplirá palabra por palabra. Nada escapa de la presencia de Dios y de lo declarado en la Escritura. Es una palabra profética dada años atrás pero que al final sí se cumplió en su totalidad. En tercer lugar nos dirige a su promesa. El texto continúa diciendo “después que Dios me haya levantado”. La TLA dice “después de que Dios me devuelva la vida” (v.28). Es cierto que habrá herida pero habrá promesa de recompensa. Volveré a nacer, me levantaré con mayor brillo y poder. La herida del pastor no es una herida de muerte sino de vida.

En tercer lugar debemos observar la definición del golpe.  Nuevamente el texto en la NVI dice: “…pero después  de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea…” (v.28). Jesús les establece que una vez que el vuelva la vida habrás tres resultados definitivos para su vida. Me agrada pensar que estos tendrán gran impacto en el futuro. Para entender estos tres elementos definitorios me gustaría tomar las expresiones del texto: “pero, sin embargo y delante.” Notemos primero la conjunción “pero”. Esta conjunción es adversativo o confrontativa. De hecho puede ser usada como una contraparte de algo. La primera acción definitiva es superación. Es decir si he herido al Pastor, las ovejas se han dispersado y perderán la confianza “pero” será superado. Será transitorio. Toda acción que nos duele y que nos daña no es para siempre, y no es sin utilidad. La superaremos y vendrá un cambio totalmente opuesto.  La segunda acción definitiva es capacitación. En el texto original la expresión que encontramos es “sin embargo”. Y la expresión sin embargo es una locución adverbial con el sentido adversativo ‘a pesar de ello’ que funciona como marcador del discurso. Los discípulos tendrían que aprender de lo que había pasado. Era una experiencia que capitalizaría su capacitación como seguidores de Cristo. La tercera acción definitiva es dirección. Jesús les dice que el “irá delante” de ellos a Galilea. Dios les da una nueva dirección pero una dirección que será dirigida por él. Jesús irá delante siempre cuidando el paso y abriendo brecha. Es un Jesús que se interesa por su caminar de tal manera que el golpe simplemente le está dando el privilegio de dirigir de ira adelante, de ser rompedor de brechas.

Al reflexionar sobre el tema de maltrato de Dios en la vida del ser humano, uno puede sentirse decepcionado o incluso desilusionado sino asimila las razones de este maltrato. Es obvio que el texto tiene mayor impacto en los pastores, porque a quién está hiriendo Dios es al Pastor de pastores. Implicaría que Jesús no había hecho nada malo nunca para recibir semejante trato. Pero sucedió y fue doloroso y desesperante para los que le seguían.

Qué chiste tiene dedicarse al ministerio si lo que finalmente uno recibirá es un golpe de Dios por hacer lo que se nos ha encomendado. ¿Cuántos pastores heridos en el mundo? ¿Cuántos han perdido la confianza en Dios por ese trato tal como lo fueron los discípulos de Jesús en el huerto de Getsemaní? Si pudiera decir en pocas palabras cuál ha sido mi experiencia como pastor, creo que lo podría resumir así: muchos de los mejores y peores momentos de mi vida los he experimentado desde que el Señor me llamó a pastorear. El llamado pastoral es sumamente hermoso, pero a la vez sumamente difícil. ¿Valdrá la pena todo lo que hago? ¿Por qué el Señor me ha llamado a esto? ¿No habrá algo “mejor” que hacer? Estas preguntas siempre aparecen en esos momentos de dificultad, dolor, y lucha. Si somos honestos, todo pastor se pregunta estas cosas en diversos momentos.

El problema está en que muchas veces no tenemos la perspectiva correcta sobre las razones del sufrimiento y el trato de Dios de esta manera. Los índices de decepción pastoral dados a conocer son verdaderamente alarmantes. Seguramente pocos imaginan que cada mes 1500 pastores dejan el ministerio por conflictos, por sentirse quemados o por alguna caída moral. Entre quienes no dejan su ministerio, el 57% confiesa que lo haría si tuviese otro lugar donde ir u otra forma de ganarse la vida.[1]

¿Porque no logramos superar cuando vienen los golpes de Dios en nuestra vida? Obviamente lo hemos dicho con anterioridad es asunto de perspectiva.

Los discípulos debían entender el qué estaba pasando (declaración del golpe). Por otro lado debían entender el porqué estaba pasando (dirección del golpe) y finalmente debían entender para qué estaba pasando (definición del golpe).

En cuanto al que  estaba pasando la respuesta básica todo pasa por mi pensamiento. En segundo lugar en cuanto al porqué estaba pasando, la respuesta básica era, todo pasa por mi procedimiento. Dios actúa por procesos y no por eventos. Cada uno de estos procesos está bien calculado Y en tercer lugar en cuanto para qué estaba pasando la respuesta básica era, toda pasa por mi perfeccionamiento. Dios nos está llevando al final de su plan perfecto, el cual sólo Él conoce.

Sé que al escribir sobre pastores golpeados, viene a la mente el sufrimiento ante otras personas. Pero en realidad me refiero a cuando somos golpeados por Dios. Porque una cosa es ser golpeado por los hombres pero otra cosa serlo por Dios. Me refiero a esos tiempos  en que nos sentimos heridos, frágiles y desnudos ante el trato de Dios. Eso duele y si no lo manejamos bien o terminaremos amargados o renunciando al llamado pastoral.

Así que es importante que el golpe o la herida de Dios es una herida como la del cirujano que al herir o cortar busca la salud del paciente. Y quizás eso es lo que está haciendo contigo o conmigo. No debemos desestimar sus pensamientos a pesar de que no los entendemos, no debemos renunciar ni saltarnos su procedimiento y finalmente confiar que Dios nos lleva de victoria en victoria y que al final nos perfeccionará para estar en su presencia.

[1]http://protestantedigital.com/sociedad/28164/El_57pastores_dejaria_su_ministerio_a_causa_de_conflictos

 

Muévase por el sonido y no por el ruido

trompeta

Muévase por el sonido y no por el ruido.

Números 10:5

  “…la vida es puro ruido entre dos silencios abismales. Silencio antes de nacer, silencio después de la muerte…” Isabel Allende

 Cuenta una historia que un niño salió de paseo con su  padre… De pronto, él se detuvo en una curva y después de un pequeño silencio le preguntó al niño: -Además del cantar de los pájaros, ¿Oyes algo más? Agudicé mis oídos y después de unos segundos le respondí:- Sólo escucho el ruido de una carreta. -Eso es, dijo su padre. Es una carreta vacía. Entonces le preguntó con curiosidad: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si no la vemos?  Es muy fácil, sé que está vacía por el ruido. Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace[1].

Interesante principio. Esto nos hace entender que cada vez que escuchemos a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de los demás, presumiendo de lo que tiene o de lo que sabe, prepotente y menospreciando al resto de las personas que lo rodean, tendremos  la impresión de oír la voz de este padre diciendo: Cuanto más vacía está la carreta, más ruido hace.

Y es que la humildad consiste en callar nuestras virtudes y permitirle a los demás descubrirlas. Debemos pensar  que existen personas tan pobres, que lo único que tienen es dinero y soberbia. Es importante recordar que: “Si las palabras no son mejores que el silencio…lo mejor es callar…» Por lo tanto, nos debemos de abstener hacer ruido  como una «carreta vacía». “Cuando las palabras no son mejores que el silencio…lo mejor es callar… ¡No hagas tanto ruido!”

Ahora bien, ya que estamos hablando de ruido siempre me he preguntado la diferencia entre ruido y sonido. ¿Son iguales? O ¿Son diferentes?

La gran diferencia entre el ruido y el sonido es que el primero nos resulta desagradable de escuchar y el segundo no. Por ejemplo, nuestra ciudad está llena de ruidos como las ambulancias, las bocinas, alarmas de coches, etc. El ruido generalmente produce una sensación de estrés e irritamiento. El sonido en tanto, es placentero y agradable de escuchar. Se asocia a la música y produce sensación de relajo y bienestar. Esta diferencia se da porque las vibraciones que produce el ruido son de frecuencia irregular, sin alturas definidas. En cambio las vibraciones producidas por el sonido, son regulares y tiene altura definida.[2] Lo que viene a confirmar que el sonido es mejor que el ruido.

Ahora bien en la Biblia nosotros encontramos mucho lo relacionado con el sonido y poco con el ruido. De hecho Dios utilizaba muchas formas para enviar sonidos de advertencia a su pueblo.

Uno de esos instrumentos que Dios usaba eran las trompetas. La palabra “trompeta” se menciona más de cien veces en la Biblia.  ¡Es un tema muy importante!  Dios nos habla fuertemente como una trompeta y siempre con claridad como el instrumento bajo discusión.

Quisiera enfocarme en un pasaje importante dentro del AT que nos habla acerca del uso de este instrumento. El texto en mención aparece en Números 10:2

 “…úsalas para reunir al pueblo acampado y para dar la señal de ponerse en marcha…”

De ese texto extraeremos el segundo principio de dependencia: MUEVASE POR EL SONIDO DE LA TROMPETA Y NO POR EL RUIDO.

En el texto podemos entender una situación interesante. Cuando la nube se movía, los Israelitas debían estar listos para moverse, pero solamente se movilizaban en el momento que escuchaban la trompeta.

Así que la nube generaba expectación pero la trompeta originaba movilización.

¿Cómo debía ser esa movilización? ¿Qué elementos debía incluir ese moverse en la instrucción de Dios?

Primero quiero enfocarlo en la Raíz de la Trompeta, en segundo lugar las Razones de la Trompeta y finalmente los Resultados de la Trompeta.

En primer lugar veamos LA RAÍZ  del sonido de la Trompeta.

El texto comienza diciendo. “…Haz dos trompetas de plata labradas a martillo…” Números 10:1.

En ese sentido la raíz de las trompetas proviene del corazón de Dios. El anticipa que su pueblo deberá siempre estar en movimiento por lo tanto deben tener indicadores que confirmen cada momento que se muevan. La raíz de este mover a lo menos tiene tres conceptos en este pasaje. La raíz se asocia con nuestras inquietudes. Es decir responde cuatro preguntas importantes cuando se iba a orientar para la movilización: ¿Por qué? ¿Con quién? ¿Con qué? ¿Cómo?

Siempre que tenemos una instrucción de Dios se generan preguntas que necesitamos de alguna manera entenderlas. Y aunque no siempre Dios explica las situaciones, si nos hace ver razones de fe para hacer lo que él quiere que hagamos.

Pensemos  en la expresión ¿Por qué?

Me parece muy interesante que el texto comienza con una orden. “Haz”. Es obvio que es una orden y no una sugerencia. En ese sentido la respuesta a la expresión ¿porqué? Podría ser resuelta con la respuesta: “porque Dios lo ordena”. No da explicaciones, no pide opiniones simplemente nos movemos por fe.

Pensemos en la expresión ¿Con quién?

Era obvio que alguien generaba las trompetas. En este caso el implicado era Moisés. El recibe la visión y las líneas gruesas para que el resto del pueblo pueda seguirlas. En ese sentido el llamado es individual pero a la vez espiritual. Moisés tendría que explicar a los sacerdotes como utilizar las trompetas y para que las utilizarían. ¿Con quién? Con el que esté dispuesto a someterse a la visión de Dios y esté dispuesto a reproducirla con la otra gente.

Pensemos en la expresión ¿Con qué?

Note que las instrucciones son bien detalladas. Dios le declara que debe ser 2 y también que tienen que ser de plata. Esto tiene una relación entre cantidad y calidad. Para Dios es importante la cantidad pero no en detrimento de la calidad. Hacer muchas trompetas implicaría un gasto grande de plata. Por eso establece los parámetros para que se cumpla el propósito original de su corazón. A veces ponemos más cantidad que la que Dios pone o cambiamos el material que Dios ha dicho que debe hacerse. En nuestro medio tenemos la tendencia a aumentar la cantidad y disminuir la calidad. Cuando Dios está más interesado en disminuir la cantidad e incrementar la calidad. Lo mínimo en las manos de Dios genera calidad de Dios y no del hombre.

Pensemos en la expresión ¿Cómo?

Se añade que deben ser talladas a martillo. Es importante observar que el uso de trompetas de plata era algo novedoso en este tiempo. La mayoría de escritos y evidencias hablan que el uso de trompeta de plata era un distintivo específico de Israel y era una nueva modalidad de instrumento.[3] En los tiempos primitivos, las señales se hacían con el cuerno de carnero o la corneta. En Levítico 25:9 se dice que el jubileo se anunciará al sonido del cuerno. Pero los documentos posteriores nos hablan de las trompetas de plata, que se hacían sonar así en el templo, para anunciar los actos de culto y las fiestas, como en el campo de batalla. En el arco de Tito, en Roma, figuran también, entre los trofeos de su victoria sobre los judíos, encima de la mesa de los panes, dos trompetas largas. La razón de introducir aquí estas trompetas es, sin duda, para que respondan mejor a la nueva organización de Israel bajo la guía directa de Dios. Las trompetas de plata eran algo más digno que los cuernos de carnero. Las señales convenidas son tres: un toque para convocar a los jefes del pueblo; dos para llamar al pueblo; uno más prolongado para ordenar el levantamiento del campo, y éste se hará a cada una de las partes de él.[4]

En ese sentido entonces podemos resumir que la raíz del sonido de trompeta implica cuatro preguntas.

¿La primera es por qué? Y esto nos vincula con la obediencia.   Simplemente era una orden de Dios. El sabía exactamente porque. Pero el no nos explica porque. Simplemente quiere que le creamos y escuchemos su sonido de movilización. La movilización de Dios  y su plan siempre incluye incertidumbre, riesgo y falta de información que nos haga estar seguros.  El pueblo de Dios simplemente no obedece el sonido de Dios porque quiere razones, seguridades para que se convenzan que Dios tiene razón, pero Dios jamás nos dará explicaciones de su proceder. Así la raíz del sonido nos conduce a la obediencia.

La segunda es ¿Con quién? Esto nos vincula con la presencia. Todo hombre o mujer que depende de Dios oirá el sonido y se involucrará en la divulgación del proyecto de Dios y sus deseos y estará presente en ese mover. Se necesita hoy más que nunca hombres y mujeres que dependen del llamado de Dios y que estén a asumir su rol en medio quizás del último y más grande mover de Dios. Esta dependencia implica someterse totalmente al propósito y designio de Dios en este último siglo.

La tercera es ¿Con qué?  Esto nos vincula con la dependencia. Para moverse en dependencia tenemos que tener discernimiento y respeto so solamente al que hacer sino al cómo hacerlo. Eso significa entonces que metodológicamente debemos seguir las instrucciones de Dios. Eso significa cambiar los instrumentos que usamos, modificarlos, ser respetuosos de la sencillez de vida y de que la efectividad no viene con lo mucho sino con lo básico. El uso de herramientas básicas y sencillas pero novedosas y que se salen de patrón eclesial tradicional nos hacen más efectivos. Dependemos de Dios y no de los recursos. Esos recursos podrán ser mínimos pero si vienen de Dios alcanzarán grandes multitudes.

La cuarta es ¿Cómo? Esto nos vincula con resistencia. Eran trompetas hechas a martillo y diseño. Solidez y diseño son dos cosas importantes para la resistencia de la iglesia en esta generación. La solidez lo da el golpe, el martillo del “sufrimiento”, pero un martillo ordenado por Dios. Necesitamos iglesias profundas y sólidas. Con una resistencia y profundidad inigualable. Pues, la profundidad o solidez no la da una alcurnia histórica o un credo doctrinal muy bien elaborado. Tampoco una teología bien estructurada. Ni tampoco altos presupuestos o grandes estructuras. La solidez de una iglesia la da los golpes de la vida, las pruebas y la necesidad. Eso hace una iglesia robusta. Pero la solidez no funciona sino va de la mano del diseño de Dios. Debían ser talladas. Esta expresión implica que había un plano original y una labor de arte y belleza. Debemos ser nuevamente el diseño original de Dios. Un diseño que implica propósito, belleza, arte y paciencia para formar parte de ese proyecto que Dios originalmente quería tallar en su iglesia.

En segundo lugar está la RAZÓN  del sonido de la trompeta.

Había dos razones para el uso de la trompeta. La primera era reunir y la segunda movilizar. ¿Porque razón estas  dos acciones eran importantes?

Primero era un instrumento  para una convocación. “Convocar” dice el texto. Esto significa  que lo que se oye es colectivo. Tenían que estar alertas y afinando sus oídos para cuando se movieran. Era un instrumento que los hacía reunirse  en el Tabernáculo, a la puerta del Tabernáculo. Esto implicaba  una dirección  espiritual, que no los alejaba de Dios sino que los acercaba a su presencia como pueblo. Y  a pesar  que podía ser de alarma, lo que perseguía era unidad, y guerra espiritual y física colectiva.

La convocación persigue unir la visión a un solo objetivo en la presencia de Dios. Lo que los unía era que todos al escuchar la trompeta perdieran su individualidad y se unieran a una visión de colectividad.

La voz de Dios nos debería hacer perder nuestros propios reinos para unirnos al reino de Dios. Necesitamos recuperar una visión de colectividad espiritual para hacer frente los desafíos que están surgiendo en esta nueva generación. Ha llegado el tiempo de renunciar a nuestras propias individualidades y a ese afán de hacer prevalecer mi cosmovisión sobre la de otros. Sin embargo esa convocación a perder la individualidad a recuperar la colectividad estaba manifestada en dos áreas. Observe que  había dos tipos de convocaciones, uno era para los príncipes y otro para toda la gente. Eso significa que había dos niveles importantes para unir a la gente. Primero empezaba por el liderazgo y segundo por toda la gente.

“…Y cuando las tocaren, toda la congregación se reunirá ante ti a la puerta del tabernáculo de reunión.  Mas cuando tocaren sólo una, entonces se congregarán ante ti los príncipes, los jefes de los millares de Israel…” Números 10: 2

Cada llamado era diferente. Pero es curioso el número de llamados que hay para cada uno. Observe que para los príncipes era uno y para la congregación dos. ¿Por qué? Porque se supone que quién está en un liderazgo debe tener más afinado el oído para escuchar el llamado de Dios. Significa que Dios espera completa disposición de los líderes al escuchar su voz. Deben estar acostumbrados a oír a Dios que solo basta un solo llamado. Lo triste es que en nuestras iglesias hay muchos que ostentan el título de líderes y no están acostumbrados  escuchar presto la voz de Dios. Muchos de ellos oyen mejor el sonido de los billetes, el sonido de la administración, del legalismo, del ritualismo y pocos oyen la dulce voz del Espíritu Santo. Es triste, porque Dios espera presteza en el liderazgo para movilizarse al escuchar el sonido de Dios.

Para el pueblo eran dos. Es un llamado más que el de los líderes. Lo que viene a comprobar que la gente en su gran mayoría tiene poca experiencia en escuchar el llamado de Dios a la primera vez. Pero Dios insiste. Sin embargo observe que Dios cree que el llamado del pueblo de Dios también es mínimo con el llamado que hace al mundo. Un pueblo que está acostumbrado a escuchar a Dios no debería de esperar más de dos llamados para obedecer la voz de Dios.

Segundo era un instrumento de movilización. Que precisa es la instrucción de Dios con respecto a la alarma. Note como dice el texto: “Y cuando tocareis alarma, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al oriente.  Y cuando tocareis alarma la segunda vez, entonces moverán los campamentos de los que están acampados al sur; alarma tocarán para sus partidas. Pero para reunir la congregación tocaréis, mas no con sonido de alarma.  Y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tocarán las trompetas; y las tendréis por estatuto perpetuo por vuestras generaciones Números 10:6-7

Se observa que había tres tipos de tocar la trompeta. La primera era tocarla para reunirse. Segundo,  tocar una sólo para reunión de los príncipes y por último tocar alarma por la que  se movían los del oriente y al tocar alarma segunda vez se movían campamentos del sur

Eso significa que había un tipo de tono o sonido que se identificaba como “alarma”. Era obvio que ese sonido era diferente del de la  convocatoria.

La razón para movilizarse podía ser para caminar, para batallar y para adorar. ¡Qué grandes razones para moverse! Y ¡Qué gran motivo para moverse! Estamos en tiempos de alarma, y de peligro, Dios nos está llamando a movernos, a batallar pero sin olvidarnos de adorar. Necesitamos discernir ese sonido de alarma que vive el mundo hoy. Sin embargo a pesar de que estamos en tiempo de peligro la iglesia continúa sin moverse y batallar. Estamos más que cómodos en nuestros castillos religiosos, pensando en otras cosas sin saber que vivimos tiempos de urgencia más que nunca.

En tercer lugar están los RESULTADOS  del sonido de la trompeta.

Tres grandes resultados implicarían el sonido de la trompeta.

El primero significaría Cooperación.

Significaría un recordatorio que el trabajo es de todos y no de uno sólo. Que debemos acercarnos en lugar de alejarnos con nuestras individualidades y propios deseos y proyecciones.

Lo segundo significaría Coordinación.

La trompeta entonces me dice que es el tiempo de moverse, pero luego vienen después las especificaciones  dentro de esa dirección y podemos hacer un movimiento  pensando  que Dios  nos da o nos lleva en la dirección correcta, pero podemos hacerlo en el tiempo equivocado. Debo esperar a que El Espíritu Santo  me diga: aquí está, este es el momento!

Es decir la trompeta buscaba el resultado de moverme en el momento de Dios. Es decir coordinar mi mover en el momento exacto del mover de Dios.

Lo tercero significaría Comprensión

Por lo que hemos visto  la nube entonces  me dice que El Señor  está listo para moverse, la trompeta te dice el tiempo para moverme. Sabiendo que Dios está empezando  a hacer algo, nos da paz en el campo de la dirección, pero luego vendrá la instrucción del tiempo. El tiempo de la especificación que está dentro de esa dirección. Recuerde que  puede hacer un movimiento  que Dios tiene en mente pero hacerlo en el tiempo equivocado. La Gloria indicaba que era tiempo de moverse, entonces empezaban a empacar maletas, es decir un sentido de preparación. Ellos decían “sabemos que nos vamos a mover por que la presencia de Dios  se ha empezado a mover y nos está indicando que vamos hacia algún lugar y luego venían las consideraciones prácticas. Y cuando todos estaban listos  entonces sonaba la trompeta. Primero venía un sentido de dirección, y luego la orden de la movilización.

¿Qué tienen en común las tortugas y gallinas? la respuesta es simple, ambas ponen huevos pero, las diferencia está en el modo en que lo hacen… Las gallinas son escandalosas, cacarean fuertemente y alborotan todo a su alrededor por un sólo huevo, en tanto que las tortugas son silenciosas, ponen muchos huevos despacito, lentamente y una vez que rompen los cascarones cientos de tortugas van camino al mar…y es muy interesante el sonido que hacen al volver al mar. Es decir las gallinas hacen ruido y las tortugas sonido.

Conozco personas Gallinas con su único y frágil huevito del cual aparentar o mejor dicho cacarear. Las observo y escucho, pero no me siento parte de su mundo. Prefiero ser una Tortuga, camino lento pero con más de un huevito que va dejando huellas en el camino.

Me imagino que en todas partes está sucediendo lo mismo, aunque pareciera ser que en el sitio donde vivo y la gente que me rodea el cacareo es ensordecedor, los huevos son celulares, tablets, camionetas con el clásico sonido bip-bip del seguro al bajarse, y así una serie de «huevos» que se compran, pero que no son producidos por sí mismos. Entender el valor de ser que no es lo mismo que poseer. Me siento ajeno y con razón, el ambiente de una tortuga es muy distinto al de un gallinero…

Debemos ser creyentes que se guíen por el sonido de Dios y no por el ruido del mundo y las circunstancias.

[1] http://www.reflexionesparaelalma.net/page/reflexiones/id/319/title/El-ruido-de-las-carretas

[2] http://www.diferencia-entre.com/diferencia-entre-sonido-y-ruido/

[3] amanecerglobal.wordpress.com/2017/03/16/labrados-a-martillo-iii-significado-de-las-trompetas-de-plata/

[4] Ibíd.

«Las buenas ideas malas…»

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Leyendo Génesis 37 me detuve en una frase en el vrs. 27. Está hablando de cuando los hermanos de José se ponen de acuerdo para vender a José a los Ismaelitas. La frase en cuestión es: “…esta idea les pareció bien…” En otras palabras era una buena idea mala. Y luego vino a mi mente ¿cuántos de nosotros tenemos buenas ideas malas? Se puede observar que esta buena idea mala incluía primero matar, luego mentir y tercero vender. Es decir hay ciertas contradicciones en lo que los hermanos de José dicen.Esta buena idea mala se basa en una confusión: un mal menor es mejor que un mal mayor. Ellos dicen: “esclavizar es menos malo que matar”. Ellos dicen: “…no ganamos nada con matar a nuestro hermano…” Así que aceptando un mal menor creen que están justificados  con su accionar y que ese mal menor en contraste de un mal mayor es mejor y por lo tanto son buenos y considerados. Pero mal es mal, sea pequeño o sea grande. Un acto no se hace malo por la cantidad o nivel de condena, sino porque todo acto desafía el carácter de Dios.

Esta buena idea mala se basa en una consideración: una acción menos grave es mejor que una acción grave. Judá dice que es mejor dejar con vida a su hermano que muerto. Y la justificación es “es menos complicado mentir que matar”. En ese sentido la mentira sobre la muerte de José siempre se iba a dar, pero ellos sabían que no lo había matado. Así que era para ellos menos lleno de culpabilidad mentir estando vivo José que mentir estando muerto. Así que para ellos una acción menos grave (mentir con José vivo) era mucho que una acción grave (mentir con José muerto) sería mejor a la hora de comunicarle a su padre.

Esta buena idea mala se basa en una convicción: una consecuencia benéfica anula una actuación maléfica. Los hermanos de José reflexionan y razonan de una manera práctica. Para ellos el vender a José es un acto maléfico, sin embargo van a recibir beneficio económico. El texto dice en el vrs. 26 “nos conviene más vendérselo”. El vender a su hermano se convertía en algo beneficioso para ellos por dos razones simples, obtenían dinero de la venta y se deshacían de la amenaza. Y ellos disimulan su actuación maléfica declarando que lo hacían porque era “de su familia”. Es decir si para ellos era tan importante la familia y el honor hacia ella, ¿porque lo están vendiendo, odiando y deshaciéndose de José? Pareciera ser que ellos piensan que al ser considerados con su sangre, anularían el acto maléfico de la traición.

El mundo en que vivimos pareciera estar plagado de buenas ideas malas. Desde los inventos como la energía nuclear, los anticonceptivos, el homosexualismo, el ateísmo, etc. Cada vez que hay ideas buenas que  nos alejan de Dios entonces es una buena idea mala. En un mundo donde la gente le huye a los absolutos, el relativismo ético ha encontrado su caldo de cultivo en esta generación y en parte de la anterior.

Cada vez más nos vemos invadidos por esas buenas ideas malas.

Y qué decir de la vida comunitaria y eclesial. La iglesia de finales del siglo XX y a principio del siglo XXI está rodeada de buenas ideas malas. La mayoría de todos los sistemas operativos eclesiales han sucumbido a una serie de ideas buenas pero que en esencia son malas porque dañan la identidad de la iglesia de Cristo.

Al igual que los hermanos de José, la iglesia  está confundida experimentando que un mal menor es mejor que una mal mayor. Por ejemplo los credos doctrinales, los títulos pastorales, clasificación de nuestras actividades en la iglesia y sus estructuras que fueron buenas ideas de los misioneros o de alguien de en medio de nosotros, pero que simplemente fueron hechas no sólo por la necesidad del momento sino por el trasfondo de quién levantó esas prácticas. Y seguimos haciéndolo a pesar de que ya no son relevantes y no solamente irrelevantes sino que al final dañinas ya que afectan la esencia de la iglesia.

Por otro lado estamos haciendo muchos actos maléficos (malos) y creyendo  que porque hay resultados así será siempre. Estamos en un tiempo muy extraño y difícil, es importante que no tengamos buenas ideas malas, sino que tengamos ideas que nacen desde el corazón de Dios para esta generación.

¿Y qué de decir a nivel personal? ¿Cuántos cristianos  creen que casarse con un no creyente es una buena idea? ¿Cuántos creen que tener un trabajo de mayor horario e ingresos es una buena idea, a costa de enfriarse y alejarse de las cosas de Dios.

¿Cuántos pastores están creyendo que es una buena idea construir un mega templo y luego se convertirá en una buena idea mala?

Es importante entender que solamente Dios puede darnos las mejores ideas mientras caminamos por este mundo.

Derrotando mis gigantes internos

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“Todos los que están aquí reunidos sabrán que el Señor rescata a su pueblo, pero no con espada ni con lanza. ¡Esta es la batalla del Señor, y los entregará a ustedes en nuestras manos!” 1 Samuel 17:47 (NTV)

En la historia de David en 1 Samuel, él tuvo que luchar en realidad con otros cuatro gigantes antes de enfrentar a Goliat. No eran gigantes físicos y materiales, sino gigantes que estaban en su mente.

Es mucho más probable que tú tengas que hacer frente a esos gigantes como Goliat, pero ellos pueden ser igual de grandes e intimidantes y pueden impedir que llegues a ser lo que Dios desea que seas y cumplir los sueños que él ha puesto en tú corazón.

El primer gigante en enfrentar tu sueño es la demora. Ningún sueño se alcanza instantáneamente. Dios te da un sueño un día pero no lo cumple al día siguiente. Puede tomar años ver cumplido tu sueño de vida. Y también siempre existe un período de espera.

En el caso de David, su propio padre frenó su sueño. ¡Después de que Samuel ungió a David como rey, Isaí le mandó de vuelta a cuidar las ovejas!

Cuando el plan de Dios contradice el plan de alguien, va a haber un retraso, y la gente va a tratar de frenarte —a veces incluso la gente que más te quiere. Pero Dios es fiel, y completará su trabajo en ti en su tiempo.

El segundo gigante que puedes enfrentar es el desánimo. Goliat creó un clima de temor en Israel, y todos estaban convencidos de que perderían la batalla.

¿A quién estás escuchando? ¿Quién dice que no se puede hacer? ¿Quién está echando por el suelo tus sueños, diciendo que no van a acontecer?

A veces, lo único que necesitas es una voz nueva, fresca —la del jovencito que con ojos frescos dice “Este tipo no es nada. Lo podemos vencer”.

El tercer gigante que podrás encontrar en tu camino es el de la desaprobación. En el caso de David, sus propios hermanos cuestionaron sus motivaciones y desaprobaron su intención de enfrentar a Goliat.

Cuando Dios te da un sueño del que otras personas están temerosas y tú aun así lo persigues, serás malentendido, juzgado, condenado y calumniado. Tú tendrás que decidir qué es lo que te importa más: la aprobación de los demás o la aprobación de Dios.

El cuarto gigante que podrías enfrentar es el de la duda.

No existía nadie con una mayor experiencia en la guerra que el rey Saúl, y fue él quien le dijo a David que era una locura pensar que un jovencito pudiera luchar con un guerrero como Goliat.

Es posible que un experto hoy te esté diciendo que tú tampoco podrás hacerlo. Esto es más que suficiente como para que comiences a dudar. Pero recuerda que el mejor experto en tu vida en Jesús.

…La espiritualidad de la espontaneidad.

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Estaba pensando en esta frase. Y me preguntaba ¿Por qué Jesús se detiene a sanar un ciego, siendo que tiene cosas más importantes que hacer? Por cierto leyendo un poco me di cuenta que este es el último milagro de sanidad que Marcos registra en su evangelio, y sirve de conclusión a toda la sección que se ha venido desarrollando. Es decir en los pasajes anteriores  vemos al Señor deteniéndose en el camino para atender a un ciego. Y como que es un ejemplo de lo que acababa de decir: «El Hijo del Hombre vino para servir» (Marcos 10:45).

Si mi meta final es la cruz y me voy encaminando hacia ella, mi mente debería estar enfocada en ese gran objetivo espiritual ¿o no? Ya tengo suficientes problemas con el hecho de que me van a maltratar y odiar para detenerme un momento a ayudar a un ciego. Mis problemas son superiores a los de este ciego. Sin embargo, Jesús lo hace, de hecho “pierde algo de tiempo” en el logro de su mayor meta: llegar a Jerusalén.  ¿Por qué hace eso?

Simplemente porque la espiritualidad de Jesús incluía un elemento muy importante para todos nosotros. Es lo que llamamos espontaneidad. Y es que la espontaneidad es una dimensión de la espiritualidad que se valora poco. De hecho la madurez espiritual tiene menos que ver con lo programático y lo a largo plazo y más con la sensibilidad de momento en momento a los impulsos del Espíritu Santo. Y es que el ministerio es algo que sucede y no algo que se planifica. De hecho cuando leemos los Evangelios se percibe que la mayoría de lo que sucedió en el ministerio de Jesús no había sido planificado.

En estos pasajes Marcos nos presenta al Señor Jesucristo en su último viaje a Jerusalén. Como él mismo había anunciado, su destino era la cruz, pero en el camino no dejaba de enseñar a sus discípulos, bien fuera por medio de sus palabras o por las obras que hacía.

Ahora llega a Jericó, a unos 25 kilómetros de Jerusalén, y allí tuvo lugar un incidente que por su interés, el evangelista lo ha recogido en su relato.

No obstante, notamos cierta diferencia entre los evangelistas en cuanto al punto exacto donde ocurrió el incidente. Mientras que Mateo y Marcos afirman que el milagro se produjo al «salir de Jericó», Lucas dice que fue «acercándose Jesús a Jericó» (Lucas 18:35). Quizá la explicación a esta aparente contradicción la debamos buscar en el hecho de que en aquel momento había dos ciudades que se llamaban Jericó: por un lado estaban las ruinas de la antigua ciudad de la que nos habla el Antiguo Testamento (Josué 6) y que fue destruida por Josué, y la nueva Jericó construida por Herodes. Por lo tanto, puede que cada uno de los evangelistas haya tomado como punto de referencia una «Jericó» diferente, y dado que ambas estaban como a un kilómetro y medio de distancia entre sí, deberíamos entender que Bartimeo se encontraba en algún punto intermedio del camino entre ellas. En cualquier caso, éste es un detalle interesante porque pone de evidencia el carácter independiente de los relatos de los evangelios, desmontando la teoría popular de que unos evangelistas copiaban lo que escribían los otros.

¿Qué principios nos puede enseñar esta sencilla frase acerca de la espiritualidad de Jesús? Pienso que a lo menos  tres principios importantes.

Primero, el principio de la reacción.  “Jesús”

Recuerde que hablamos de Jesús y su capacidad de involucrarse. Esta es su calidad interna. A pesar de ser alguien grande, no pierde de vista lo pequeño y lo insignificante. Aquel día Bartimeo percibió la presencia de un peregrino especial, se trataba de Jesús nazareno, del que él había escuchado hablar mucho. Inmediatamente comenzó a «dar voces» con el fin de llamar su atención. De ninguna manera quería perder la oportunidad que tenía delante de él. Y lo cierto es que se trataba realmente de una oportunidad única, ya que Jesús nunca más volvió a pasar por allí. ¡Cuántas oportunidades irrepetibles pierde la gente de nuestro tiempo para acercarse y conocer a Jesús! Pero Bartimeo no era así, con una actitud decidida y vigorosa, no dejó de «dar voces» hasta que consiguió que Jesús le atendiera. Y así ocurre con mucha frecuencia; las personas que no esperaríamos, en los lugares menos indicados, son precisamente aquellas que actúan movidas por un fuerte deseo de conocer a Jesús. Así que Jesús fue lo suficientemente sensible para reaccionar ante la petición y necesidad de este hombre.

¿Pasaría de largo el Maestro? ¿Haría oídos sordos a su clamor? Por supuesto que no. Aquel que había venido a dar su vida en rescate por muchos, no pasaría de largo frente a este alma que suplicaba desde lo profundo de su corazón. Para otros, Bartimeo tal vez no era más que un pobre hombre, víctima de su enfermedad, alguien que no contaba dentro de los grandes planes de gobierno que todos se hacían en torno a Jesús. Pero el Señor no pensaba como ellos, él sí se conmovía ante la necesidad y miseria que el pecado ha introducido en este mundo y que quedaba patente en la situación en la que se encontraba Bartimeo. Por eso, en medio de aquella situación, Jesús lograba distinguir perfectamente entre las voces de la multitud de curiosos que le acompañaban, y la de aquel hombre, que aunque ciego, tenía un conocimiento auténtico de su persona y una fe inquebrantable en él.

Así que el Señor mandó llamarle, y de repente, la actitud de la gente cambió por completo: «ten confianza; levántate, te llama». ¡Qué contradictoria es la gente! Hacía un momento le estaban mandando callar, y acto seguido le animan a que vaya a Jesús porque seguro que le sanaría. ¿Por qué no le animaron desde el principio? Aquí tenemos una clara evidencia de que no es muy sabio dejarse condicionar por las opiniones de la gente, ya que éstas cambian constantemente sin demasiada lógica.

¿Cómo reaccionamos ante los que “dan voces” en nuestra sociedad hoy? Muchos estamos tan programados y llenos de muchas actividades que no tomamos tiempo para escuchar las necesidades que nos rodean.

Segundo, el principio de la relación. “se”

Este pronombre describe capacidad de detenerse. Jesús nos viene a ilustrar un principio interesante con respecto a la relación con Dios y con lo que hacemos. La espiritualidad no es una fórmula; no es una prueba. Es una relación. No tiene que ver con la competencia; tiene que ver con la intimidad. La espiritualidad no tiene que ver con la perfección; tiene que ver con la conexión. El camino de la vida espiritual comienza en donde estamos caminando ahora, en la rutina de la vida. Esta frase nos ilustra que Cristo es cualquier cosa menos algo metódico, pulcro balanceado, y ordenado. Está muy lejos de eso. Y es que la espiritualidad es compleja, complicada y causa perplejidad. Es el aspecto desordenado, desaliñado y caótico de la fe auténtica en el mundo real. La espiritualidad es todo menos una línea recta, es una piedad mezclada, patas arriba, que torna nuestras vidas en un tobogán volteado, lleno de giros inesperados, de protuberancias sorpresivas y de choques que rompen los huesos. En otras palabras la espiritualidad no programada es la consecuencia delirante de una vida arruinada por un Jesús que nos amará hasta tenernos en sus brazos.

Tercero, el principio de la renovación. “detuvo”

Este verbo nos describe su capacidad renovarse. Jesús no tiene un método preferido, simplemente cambia de acuerdo al momento. Su forma de ministrar no es rutinaria. Y es que el crecimiento espiritual es una verdadera adivinanza. Muchos sabemos que la clave del crecimiento espiritual son unas rutinas santas y saludables. Las llamamos disciplinas espirituales. Ahora una vez que la rutina se vuelve rutina necesitamos detenerla. ¿Por qué? Porque pierden su sentido de práctica. Debemos entender esto: las rutinas se vuelve malas rutinas, sino cambiamos de rutina. Uno de los peligros espirituales a los que nos enfrentamos es el de aprender el cómo y olvidar el porqué. Llámelo familiarización. Llámelo creación de un hábito. Llámelo conversión en rutina. Llámelo como quiera. Cuando aprendemos el cómo y olvidamos el porqué, comenzamos a limitarnos a los movimientos externos. Tendemos a pensar y actuar de acuerdo a ciertos esquemas. Y esa tendencia a pensar de la forma en que siempre hemos pensado o hacer las cosas de la forma en que siempre las hemos hecho  se llama predisposición heurística.[1] Y se refiere a que muchas veces hacemos las cosas sin pensar en ellas. Y si no tenemos cuidado oramos sin pensar, tomamos la Comunión sin pensar y adoramos sin pensar. Dios no quiere que nos limitemos a repetirle palabras sin pensar en ellas. Él quiere que le adoremos.  Por esta razón Jesús le pregunta al ciego: “¿qué quieres que te haga?” Jesús tenía un pensamiento fresco y dinámico cuando se trataba de ministrar a la gente. Nunca hizo una cosa igual. Cuando adoramos de memoria a Dios le ha de parecer nuestra adoración como un disco rayado. Tal vez por eso los Salmos nos exhortan por lo menos seis veces a cantar un cántico nuevo. Necesitamos palabras nuevas, posturas nuevas, pensamientos nuevos y sentimientos nuevos. ¿Por qué? Porque Dios quiere ser mucho más que un simple recuerdo. Incluso a veces oramos como si Dios no tuviera personalidad. Necesitamos dejar de orar con memoria para orar con imaginación.

 

Estamos muy condicionados por la planificación y la programación tanto a nivel eclesial como a nivel pastoral. De hecho hemos osado muchas veces como pastores a tener planificación al estilo empresarial. Esa planificación nos roba lo espontáneo, lo desordenado, lo caótico. Sin embargo Dios siempre nos mete en problemas, al desarmar todos nuestros bien elaborados programas. Debemos ser como Jesús sensibles en la reacción, osados en la relación y prestos a la improvisación y renovación.

Necesitamos refrescarnos de tal manera que podamos ser de bendición a un mundo que clama como Bartimeo.

[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Heur%C3%ADstica

«…La teología de la interrupción…»

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Me he preguntado  ¿en la Biblia habrá algún tipo de teología llamada la teología de la interrupción? Y me di cuenta que es más frecuente de lo que creía. De hecho esa teología de la interrupción estuvo presente en los discípulos, en  José y María, en Juan el Bautista, en el apóstol Pablo, en Abraham en muchos personajes de la biblia. Y es que a Dios le encanta interrumpir más de lo que nos gustaría a nosotros.

Jesús contó la historia del buen samaritano: un hombre va en su camino desde Jerusalén hacia Jericó cuando es asaltado, despojado de sus pertenencias, golpeado y abandonado medio muerto al lado del camino. Tres personas se detienen. Primero, un sacerdote. Pasa por allí, finge no verlo y sigue de largo. Luego un levita, quien hace caso omiso del hombre (no salen muy bien parados los amigos religiosos). Por último, pasa un samaritano (el “enemigo” de los judíos), lo ayuda y se asegura de que quede a recuperarse en buenas manos. Solo el samaritano estuvo dispuesto a interrumpir su día. Leyendo nuevamente Vida en comunidad, Dietrich Bonhoeffer explica:

Debemos estar dispuestos a permitir que Dios nos interrumpa. Constantemente Él se cruzará en nuestro camino y cancelará nuestros proyectos humanos enviándonos personas que vienen con sus propios reclamos y peticiones. Puede que, absortos en nuestras importantes ocupaciones diarias, pasemos de largo […]. Es curioso que los cristianos e incluso los ministros con tanta frecuencia consideren que su trabajo es tan importante y urgente que no están dispuestos a permitir que nada los interrumpa. Con eso creen servir a Dios, pero al hacerlo en realidad desprecian el camino de Dios, que es torcido y aun así es recto[1].

Así que esa teología de la interrupción producirá un tipo de espiritualidad diferente y por lo tanto un discípulo diferente.

Si hay alguien que es hijo de la interrupción divina ese sería Simón de Cirene. Alguien ha dicho que algunas veces encuentro la cruz, pero muchas la cruz me encuentra. Y esa premisa se ve reflejada  en la narración de los últimos eventos de la vida de Jesús, es decir hubo discípulos que encontraron la cruz y hubo discípulos que la cruz los encontró. Ahora bien, uno no puede dejar de pensar que en el momento que Jesucristo cargaba  la cruz y ya no podía, los que debieron ayudarle a soportar la faena  hubieran sido sus discípulos. Aquellos con los cuales había convivido 3 años. ¿Pero qué pasó? Simplemente esos discípulos brillan por su ausencia. Así que lo que hace Dios es desarrollar otro tipo de discípulo al cuál la cruz lo encuentra. A este tipo de discípulo se refiere Marcos cuando nos introduce a Simón, el que venía de Cirene. Y para mí es un discípulo de la interrupción.

No es muy difícil imaginar la escena. Un día tranquilo, común, como tantos otros, un hombre volvía de sus tareas en el campo. Mientras su mente se detenía en sus pensamientos, permitía que sus pies lo condujesen por el conocido camino hacia la ciudad. Todo parecía indicar que este sería simplemente un día más. Sin embargo no fue así. Simón, un extranjero de la ciudad de Cirene, se desconectó de sus pensamientos al oír la multitud que se acercaba por el camino. Se oían risas mezcladas con llanto, gritos de burlas pintadas con sarcasmo y por encima de todos, la voz del soldado que decía: ‘abran paso al Rey de los judíos’. Curioso con tal espectáculo, Simón de Cirene se detuvo frente a la multitud. Sin darse cuenta, ni haberlo planificado estaba en medio de una terrible escena que se fijó en su mente para siempre. Absorto en sus pensamientos en busca de una respuesta, no advirtió las palabras de compasión que salieron de sus labios. Un soldado romano buscaba entre la multitud, escuchó sus palabras, se le acercó, lo tomo por el brazo y lo arrojó junto a Jesús. Y sin dar explicaciones lo obligó a cargar la cruz de Jesús. Sin dudas para Simón esta no fue una jornada común. Sobre sus hombros soportaba el peso de la cruz.

Al ver la narración de Simón de Cirene uno no puede más que admirar como Dios siempre tiene la persona correcta en el momento correcto para involucrarse en la actividad correcta por medio de la interrupción correcta.  Siempre me he preguntado qué tipo de llamado y conversión es aquella que nace de la “obligación” y no de la devoción. ¿Se puede seguir a Jesús obligado por las circunstancias y no necesariamente por las decisiones emocionales? ¿Cómo se es un discípulo de Jesús obligado? ¿Cómo es uno un discípulo de la interrupción?

Hay tres elementos importantes en la interrupción de  Simón de Cirene. El primero es lo que llamaríamos “casualidad”. Es un elemento que se asocia con la soberanía de Dios.   La expresión que respalda esta situación es “pasaba por allí”.

Entre tantas personas que estaban ahí, ¿por qué el soldado lo eligió a él? ¿Simple casualidad? En el trayecto de nuestras vidas, todos tenemos marcado un encuentro con Jesús, para algunos es más temprano para otros más tarde. Pero todos de una forma o de otra estaremos frente a frente con Jesús.  Usted puede pensar que ‘por casualidad’ cierto día llegó un libro a sus manos, sintonizó una emisora de radio, encontró un canal de TV, navegó hasta un sitio web o alguien lo invitó a participar de una reunión especial. Pero no es por casualidad. En los planes de Dios no hay espacio para la casualidad.  Él nos creó, nos formó con sus manos. Por el pecado le fuimos arrebatados. Pero la sangre de Jesús dejó una marca de esperanza en la cruz, por la cual hoy podemos ser salvos. Ahora desde la perspectiva evangélica hoy, no parecería que alguien recibe un llamado por medio de un policía corrupto. Simón “entró” al ministerio obligado por un representante de la ley injusta y corrupta de Roma. La interrupción se nutre de esas casualidades divinas, que no son coincidencias sino como alguien dijo son “Dioscidencias”.

El segundo elemento es “causalidad”. Esto tiene que ver con la sincronía de Dios  La frase “venía del campo de trabajar” Este  hombre descendía de su trabajo bien entrada la mañana. Había salido a trabajar al amanecer, y todos sus pensamientos se concentraban en la necesidad de llegar pronto a casa y comer con su familia. De pronto ve una gran muchedumbre y duda. No sabe si seguir por dónde va, lo que le llevará directamente al centro de los gritos y el revuelo, o dar un pequeño rodeo para no verse mezclado en todo aquel tumulto. Simón era un hombre trabajador, no tenía tiempo para ver ejecuciones públicas ni para interesarse en las noticias de los últimos días. Sólo quería trabajar, ayudar a su familia y seguir su camino. Los soldados le vieron pasar, y comprendieron que era un hombre fuerte, esforzado… pensaron que tenía la fortaleza necesaria para ayudar a llevar la cruz del llamado rey de los judíos. Casi sin tiempo para pensarlo ni para tomar una decisión, Simón de Cirene, se encontró muy adentro de aquel tumulto de pasión y odio. La cruz que cargaba el nazareno está ahora sobre sus propias espaldas. Ellos, los romanos, los que siempre mandan, obligan y desprecian al pueblo, son los que se lo han pedido. Comprobaron que las espaldas de Simón estaban muy acostumbradas a llevar cualquier tipo de peso, y sus manos encallecidas demostraban su lealtad inquebrantable al trabajo duro. Le obligaron a llevar la cruz del condenado, y Simón no pudo hacer nada. Simón quería seguir con sus planes y su trabajo. A nadie le gusta que le coloquen una cruz en los hombros, aunque sea de manera circunstancial y momentánea. Quiso oponerse y decir que no, pensó en gritar o escapar corriendo, pero algo más allá de su propia voluntad le arrastró a los pies del maestro para recoger el madero y mirar durante unos segundos interminables el rostro de quién iba voluntariamente a la muerte.

Simón pasó de la casualidad a la causalidad de su vida. Lo que causo que pudiera llevar la cruz y fuera candidato a ella fue precisamente su labor diaria. Para él no existía un trasfondo religioso o de templo, simplemente su labor “secular” fue su razón de llamamiento. Dios quiere enseñarnos lecciones trascendentales a cada uno de nosotros: Cuando Él nos busca, hay que obedecerle. No hay otra salida. Aunque en principio parezca un inconveniente o una obligación lo que Él nos pide, o aunque no entendamos lo que está ocurriendo. Dios escoge a quién aparentemente no tiene importancia, un hombre que trabaja en el campo y que no conoce casi nada del evangelio. Cada vida tiene un valor supremo para Dios, y nosotros no podremos comprenderlo hasta que no aprendamos a verlo todo desde el punto de vista de Dios. Lo máximo que nosotros llegamos a comprender es lo que ocurre en una vida, Dios ve mucho más allá: cada decisión que tomamos tiene repercusiones eternas. Cada acto de obediencia nuestro, por muy simple que parezca, queda escrito en la eternidad. La interrupción se nutre de la causalidad de Dios. Todo lo que hemos hecho y hemos adquirido, será usado por Dios a su debido tiempo.

El tercer elemento es lo que llamo cautividad. Este es un asunto con la sintonía de Dios. Me entusiasma la frase “llevar la cruz”. En ese momento este Simón se identificó de una manera práctica y concreta con lo que Jesús había venido hacer.  Cuando Simón volvió a casa, vio como la tierra se oscurecía y temblaba con la muerte del llamado Mesías. Sólo él sabe lo que pasó por su mente en esos momentos, sólo Simón podría explicarnos qué fue lo que transformó su corazón: si la mirada del Mesías, sus palabras, su entereza ante la muerte, o la reacción de la propia naturaleza. El caso es que Simón jamás volvió a ser el mismo. La Biblia nos enseña que creyó en el Señor, él y su familia. Marcos nos da algunos detalles que sólo se conocieron más tarde. Dios quería que nos diéramos cuenta de que siempre hay una razón para todo, y en este caso lo más importante no es la razón sino las consecuencias… “Y obligaron a uno que pasaba y que venía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y Rufo, a que llevara la cruz de Jesús. Le llevaron al lugar llamado Gólgota, que traducido significa: Lugar de la Calavera” Marcos 15.21-22

Simón era el padre de Alejandro y Rufo. Nadie los conocía en el momento en el que el Señor subía el camino al calvario, pero ellos dos sí eran muy nombrados en la comunidad romana dónde Marcos escribió el evangelio. El apóstol Pablo nos muestra un detalle importante en la historia de la familia cuando escribe “Saludad a Rufo, escogido en el Señor, también a su madre y mía” Romanos 16:13 La madre de Rufo había sido como una madre para Pablo cuando toda su familia le abandonó por causa del evangelio. No fueron los soldados los que obligaron a Simón a cargar con la cruz, fue Dios mismo el que movió los hilos de la historia, porque estaba buscando a Simón y a su familia. Los amaba y por eso escogió a Simón para que cargase la cruz.  Al final quedó cautivo de la cruz. La interrupción produce esclavitud a un nuevo Señor, estamos cautivos por la obra de Cristo para siempre, en nuestra generación y en las generaciones futuras.

Y es que para Simón resultó una bendición llevar la cruz al Calvario y desde entonces estuvo siempre agradecido por esta providencia. Ella le indujo a tomar sobre sí la cruz de Cristo por su propia voluntad y a estar siempre alegremente bajo su carga.

Si usted quiere ser un discípulo debe entender que su vida será interrumpida. No le gustará se lo aseguro, pero la interrupción es una invitación de Dios. Dios nos invita a verlo en todas partes a nuestro alrededor, en la vida de los demás, en nuestras conversaciones, en nuestro servicio a los más necesitados. La interrupción no es simplemente una cuestión de que nuestro corazón desarrolle paciencia; es experimentar la verdadera vida. Es una de las maneras en que Dios nos despierta a lo que hay a nuestro alrededor, para ver que hay mucho más que hacer más allá de las tareas diarias autoimpuestas, por importantes que parezcan. La interrupción es la forma en que Dios fortalece nuestro oficio y trabajo, y su manera gentil de alentar a sus criaturas a ser parte del reino que ha de venir. Esa interrupción de su salud, de su trabajo, de su familia, de sus sueños, sus planes deben ser bienvenidas porque están llenas de casualidades en su vida, pero a través de ella  usará causalidades  para que sea más eficiente y finalmente sus deseos estarán controlado por su cautividad a Cristo. En pocas palabras ser un discípulo de la interrupción es estar en medio de la soberanía de Dios (casualidad) en medio de la sincronía de Dios  (causalidad) y finalmente en medio de la sintonía de Dios (cautividad).

¿Qué tal si aprendiéramos a experimentar las interrupciones de una forma distinta? ¿Y si en lugar de considerar que toda interrupción externa es enemiga de la productividad y la creatividad viéramos nuestra vida como un medio comunicativo para el beneficio de los demás? Si nos abrimos para abrazar una teología de la interrupción santa, eso podría marcar la llegada de la novedad, la revelación, la vida e historias que enriquezcan nuestro trabajo, oficio y vida de una forma que, de otra manera, simplemente no sería posible lograr

Usted puede estar caminando al encuentro de las responsabilidades que le presenta la vida, puede ser que alguna vez escuchó de un cierto Jesús que obra milagros. Pero entre el trabajo y las ocupaciones el tiempo desvanece. Pero recuerde que el Cielo nunca lo perdió de vista, y que en cierto punto del mapa de su existencia, está marcado su encuentro con Jesús. No piense que hoy es un día más en su vida, un día común. Hoy es el día del encuentro, el día que marcará su futuro, cambiando su historia como Simón de Cirene.

[1] Bonhoeffer, Dietrich. Vida en Comunidad. Ediciones Salamanca, España 2003 pág. 87

El 2017 es usted

2017.gifEn esta época del año  muchas personas desean un “feliz año nuevo”, o a Happy New Year a la gente a su alrededor. La palabra “happiness” en el idioma inglés procede de la raíz “happens” que se pude traducir, lo que acontece, lo que sucede. De ahí que según esta palabra la felicidad proviene de lo bueno que me pueda ocurrir. Así que cuando decimos “feliz año nuevo” estamos pensando que eso sucederá de todas las cosas buenas que me ocurran en el 2017. Pero ¿es valedero ese mensaje?  ¿Cómo se comienza un nuevo año? Muchos esperan lo que trae, y lo esperan con mucha esperanza, algunos dirían fe. ¿Cómo podemos esperar que no se repitan las cosas malas y solo tengamos coas buenas que vivimos? Simplemente debemos entrar al nuevo año con un pensamiento claro. No depende de lo que traiga el año nuevo sino de lo que llevemos nosotros a ese nuevo año. Y ahí creo que está la clave. Así que quiero compartirle una pregunta que le hice a Dios sobre mi año que termina. ¿Por qué fue un año tan malo este año? ¿Qué pasó? Y Dios me respondió con una de esas frases bíblicas demoledoras. Me hizo detenerme en Job 19:28.  Vea lo que dice al final del texto: “Mas debierais decir: ¿Por qué le perseguimos? Ya que la raíz del asunto se halla en mí. En una serie de acusaciones de sus amigos, Job se ve abrumado por las palabras hirientes de quienes deberían consolarlo. Es obvio que él está luchando con todo lo que le acontece. Citando sus palabras Job, les hace ver que lo que están sugiriendo es que su problema se debe a su pecado. Y es precisamente cuando el levanta su defensa ante estas acusación que declara el vrs. 28. Esa declaración “la raíz del asunto se halla en mí” me hace ver lo que al inicio de esta reflexión mencioné. No depende de lo que traiga el año nuevo sino de lo que llevemos nosotros a ese  año nuevo. Para poder experimentar una mejora este año hay a lo menos cuatro cosas importantes que dimensionar.

En primer lugar entienda la dimensión invisible de lo que lleva a este año. Esta es el área imperceptible. Observe que dice “la raíz”. Y esta expresión hebrea “sheresh” habla de lo profundo, lo que está enterrado, lo de más abajo. Por ser oculta no es perceptible, y por otro lado es la fuente, pues la raíz es lo que sostiene lo externo. Por otro lado la expresión es singular. Lo que viene a demostrar que una y única “raíz”.  ¿Cómo se sabe cuál es la raíz de mi problema? Observe que me dice que existe pero no la califica, no me dice que es en realidad. Es importante hacer una evaluación de lo que hay en la profundidad de nuestra vida y detectar qué tipo de raíz tenemos. En segundo lugar entienda  la dimensión visible.  Esta es el área perceptible. La palabra hebrea “dabar” se puede traducir como negocio, cosa, asunto, situación, práctica. Ahora que ¿es un asunto? Se refiere a una forma genérica, pero también es específica. Esta es la parte visible del problema. Es con esto, con lo que estoy lidiando, lo que percibo, lo que duele, lo que me molesta, lo que me turba. ¿Qué es mi asunto hoy? Me encanta que no lo define, solo lo describe. Porque hay tantas personas como asuntos en el mundo. Pero sería bueno que me preguntara al entrar en este año ¿cuál es mi asunto? No es el asunto de los demás, de lo que me rodea. Lo que está alrededor no es el “asunto” ¡yo soy el asunto! Y de hecho el “asunto” es en realidad mi problema.  En tercer lugar entienda la dimensión previsible.   Esta es el área medible. Observe la expresión “se halla” en hebreo es “matsa´” esta expresión se puede traducir como encontrar, búsqueda, punto de investigación. El verbo está en modo niphal y en tiempo perfecto. El niphal es un modo que debe ser traducido como con una causa. Y el perfecto demuestra algo que con certeza se ha hallado. La traducción debería ser “obligado a encontrar” por el modo niphal, y al ser obligado a buscar, existe la certeza que se halla lo que se busca, esto debido al tiempo perfecto. Es decir no cabe duda que encontramos la situación del problema en nosotros. Eso significa que hay que buscar, investigar nuestra propia vida con una actitud de buscar cosas que fallan, y de seguro encontraremos más de alguna. Se debe hacer una introspección. El pronombre “se” habla de una búsqueda de uno mismo, es una auto búsqueda que es previsible y certera.  Finalmente entienda la dimensión perfectible. Esta es el área sensible. La frase termina diciendo “en mí”. El uso de la preposición “en “demuestra que es lo que te sucede adentro lo más urgente. Es en “mí” no en el otro, no en la empresa, no en la iglesia, no en mi trabajo, no en mi familia. Simplemente las cosas pueden hacerse mejor cuando ponemos en las manos de Dios lo que sucede dentro de mí.

Tal vez su cambio tiene que ver con Dios, El no es el problema, usted es el problema. Tal vez su cambio tiene que ver con la familia, quizás ella no es el problema sino usted, quizás su cambio tiene que ver con la iglesia, ella no es el problema, a lo mejor es usted. Quizás el cambio tiene que ver con su resentimiento, no es que ellos lo hirieron sino que usted no lo deja ir.

El General Ríos Montt expresidente de Guatemala tenía un dicho muy interesante. Cada vez que se hablaba a Guatemala por la radio en su tiempo como presidente decía: “¿Quiere usted que Guatemala cambie? Pues ¡cambie usted! Porque usted es Guatemala” Y creo que este pasaje precisamente quiere comunicar ese principio. ¿Quiere que el 2017 cambie? Pues, ¡cambie usted! Porque el 2017 es usted! Dios le ayudará.

…Ayuda del cielo…

solo-jesus-salva

Al analizar la primera navidad, uno no deja de asombrarse cuántas situaciones se dieron y que pudieron a contribuir a perder el gozo del nacimiento. Para muchos la historia de la navidad representa un tiempo lindo, de reflexión, de alegría y de compartir. Sin embargo si somos honestos, la realidad fue otra. Si analizamos todas las melodías e himnos que se han compuesto por la navidad, podemos encontrar que el cristianismo y el nacimiento de Jesús han desarrollado toda una cultura de gozo por el advenimiento de Jesús al mundo. Hay tantas canciones del gozo y de Jesús en la historia  y muchos están de acuerdo que ha producido más canciones que ningún otro en la historia de la humanidad. Lo curioso de esto es que la palabra gozo es mencionado 8 veces de manera diferente en la historia de navidad. (Lucas 1:14; 1:58; 2:10; Mateo 2:10; Lucas 2:34;). Así que de eso se trata esta historia. ¿Pero qué significa para nosotros hoy? ¿Qué pensamos cuando pensamos en la palabra gozo? Y es que el gozo es una gran emoción, pero va mucho más allá de una emoción. El gozo es una elección y una cualidad del carácter. Uno lo puede desarrollar en la vida. La Biblia dice que es uno de los frutos del Espíritu Santo. Observe un detalle semántico y es que la palabra en inglés para felicidad es “happiness” y  la palabra está asociado con la palabra “happen” que se puede traducir como “lo que sucede” o lo que “pasa”. De ahí que los americanos entienden que la felicidad está asociado con lo que pasa en la vida de alguien. Si algo bueno sucede entonces estoy “feliz”. En contraste con esto, uno se pregunta si la felicidad equivale a gozo. Sobre todo desde la perspectiva de la Biblia. La verdad es que no necesariamente la felicidad equivale a gozo. Alguien ha dicho que el gozo es: La plena certeza de que Dios está controlando todos los detalles de mi vida, es la tranquila confianza de que en última instancia todo estará bien y la decisión de alabar a Dios en todas las cosas. Entonces la felicidad es algo que pasa y el gozo es algo que decido. La felicidad es externa mientras que el gozo es interno. Uno puede tener gozo en medio del dolor, de la angustia. Puede tener gozo bajo una gran presión y prueba. ¿Cómo se puede tener gozo cuando uno no se siente muy feliz? Comenzaré diciendo que uno debe luchar por el gozo. No sucede automáticamente. ¿Pero cómo nos sobreponemos a las barreras u obstáculos que desean asesinar mi gozo? Y de eso me gustaría que reflexionáramos con la historia que a continuación relato. ¿No sería hermoso que tuviéramos gozo todo el tiempo? Pero es imposible, simplemente porque es natural en nosotros. Por todos lados aparecen barreras que obstaculizan y desean destruirnos. Quiero que veamos tres barreras y tres maneras de romper esas barreras para recuperar el gozo.

  • Veamos que la primera barrera muy común que se opone al gozo es la ansiedad.

Cuando está nervioso, temeroso, aprehensivo, estresado es difícil tener gozo. La ansiedad  y el gozo no pueden coexistir. Si hay alguien que debió haber estado temerosa y aprehensiva fue María. Por un lado debió haber tenido a lo más unos trece a catorce años cuando recibió la noticia. No es una mujer madura es apenas una niña. Y piensen en lo afligida que pudo haber estado. Va a tener un niño a pesar de ser virgen. ¿Cómo explica eso a su entorno? Nadie le creería. ¿Cómo se lo explica a su prometido? Imaginen los chismes, los rumores, las sospechas. Es soltera cuando queda embarazada. Por otro lado más adelante ella tendrá que viajar varios kilómetros sentada en un burro en sus últimos días de su embarazo. Suficiente para estar ansiosa. Y por último tendrá que parir en las circunstancias más anti higiénicas y adversas que cualquier mujer puede enfrentar. Y finalmente esta niña de 13 ó 14 años da a luz a su hijo sin ayuda de su padre, su madre y resto de la familia. Ella tiene suficientes razones para estar temerosa y ansiosa. Y finalmente María debía lidiar con la idea que va a ser la madre de un niño perfecto, al que tendrá que cuidar. ¡Tremendo paquete tiene en sus manos! Me creerán que la palabra “temor” aparece siete veces en la historia de la navidad.  Y es que todo el mundo estaba temeroso y con miedo. Herodes tiene miedo, los pastores tienen miedo, José tiene miedo, los magos tienen miedo, Jerusalén tiene miedo. De hecho la primera palabra que los ángeles dicen es “no temas”. Porque el miedo es lo opuesto del gozo. Pero curiosamente María experimenta gran gozo. Vea como lo registra la narración bíblica. “…Mi espíritu se regocija  en Dios mi Salvador…” Lucas 1:47 ¿Cómo es posible esto?

Bueno he aquí el principio: Cuando María estaba temerosa para recuperar su gozo ella decidió confiar en Dios y aceptar su plan. Se rindió a la voluntad de Dios. Esto lo podemos observar en Lucas 1:26-30. He allí toda una actitud de sometimiento al plan de Dios. Todo el relato está lleno de niveles de ansiedad. La noticia del ángel comienza con la visión de él mismo. Sería temeroso ver un ángel, pero que el ángel le diga que va a tener un hijo, cuando ella ni siquiera ha estado con el que ama, es otro nivel de ansiedad. Pero hay más todavía, no sólo será embarazada y tendrá un hijo sino que el hijo que va a tener es único en condición y misión. A estas horas el corazón de María estaría latiendo de una manera indescriptible.

Ahora, yo no sé qué es lo que le tiene ansioso este día, no sé si está leyendo este texto con un corazón agobiado por la angustia y la ansiedad, pero déjeme decirle que María tenía grandes razones para estarlo y sin embargo pudo regocijarse a pesar de sus obstáculos. Puede ser el futuro, una deuda, lo que sea que lo mantenga tenso. ¿El antídoto? Lo mismo que hizo María confíe en Dios y acepte su plan. Póngalo en las manos de Dios como María lo hizo en Lucas 1:38 “…he aquí la sierva del Señor…que hagas conmigo tal como lo has dicho…” Si usted hace lo mismo que María le garantizo que su gozo aumentará grandemente.

Bueno, el temor es una barrera que obstaculiza el gozo, pero hay otro. Y son  las heridas o el resentimiento. Cuando uno ha sido lastimado y herido por alguien y entonces se amarga grandemente. Cuando alguien te traiciona, dice algo a tus espaldas, te apuñala, eso se convierte en un verdadero asesino del gozo. Y lo digo claramente, no se puede tener resentimiento y gozo al mismo tiempo. Bueno, todo mundo es herido alguna vez o muchas veces por alguien. Y para serle sincero lo herirán muchas veces más. Algunas veces intencionalmente otra veces sin intención. Pero lo que haga usted con esas heridas determinará si vivirá con resentimiento o con gozo. Y si no lo deja ir, entonces usted jamás tendrá gozo en su vida.

Hablemos de José por un momento. Acostumbramos a deslizarnos más en María que en este hombre. ¿Se pueden imaginar lo difícil que fueron estas noticias para José? ¿Escuchar que su futura esposa le había engañado y que la explicación era que lo que había en su vientre era fruto de Dios? Recordemos que la ley judía establecía que el desposorio ya era un matrimonio técnicamente hablando. Así que José se ve envuelto en una situación sumamente complicada, que lo hubiera llevado al resentimiento. Desde pensar que era una mentira de parte de María hasta creerle y resentirse con Dios por complicarle su vida y echarle a perder su plan de boda con su amada.

Ahora bien, siempre me he preguntado la razón por la cual el ángel no se le apareció a la pareja y les dijo la noticia a los dos al mismo tiempo. ¿Por qué Dios sólo  le dice a María y María se lo dice a José? ¿Por qué Dios le complica más la situación a José? Simplemente Dios estaba probando el carácter de José. ¿Se pondrá amargado, tendrá resentimiento, será receptivo? ¿Se pondrá defensivo? ¿Tratará de pagarle con la misma moneda?

Así que el segundo principio que podemos ver es cuando José fue herido decidió ofrecer gracia y dejó ir el dolor.

Él pudo hacer un espectáculo con la situación y apelar a las consecuencias legales del a situación. Pero es interesante que la Biblia describe a José como un hombre bueno. En Mateo 1:18-19 describe a José como un hombre justos y de Dios. Y que no quería exponer a vergüenza a María. Ahora bien, si usted no percibe el corazón de un hombre quebrantado y herido en esta porción no ha entendido el drama de José. José tiene todas las razones para estar molesto, tiene todas las razones para amargarse y retribuir a María. Pero él no explota en ira, no hace un show en el pueblo. Simplemente el trata de protegerla y mostrarle gracia. Es decir, al divorciarse de ella, simplemente está diciendo que aunque la quiere ya no confía en ella así que mejor deshacen su relación. Este es un bello ejemplo de gracia y perdón. Ahora la pregunta evidente es ¿Qué es lo que le han hecho a usted que todavía está molesto por ello y lo ha amargado? ¿Qué heridas lleva cargando con usted que no ha estado dispuesto a dejar ir? Incluso le hicieron algo hace meses, años, hasta puede ser que la persona que lo hizo ya ha muerto y usted sigue rumiando con amargura la situación. ¡Eso es lo más tonto que uno puede hacer! El resentimiento no daña a nadie más que uno mismo. Así que usted debe escoger en su vida o gozo o resentimiento, no puede tener ambos. Recuerde que usted perdona no porque la persona se lo merezca sino porque usted se merece vivir en paz y libertad. Afortunadamente Dios no dejó a José en la oscuridad y se le presentó con un sueño. Y le dijo que no tuviera miedo, ya que el sería el tutor del hijo de Dios. Y le dijo que su hijo ese que parecía que lo había esclavizado en realidad lo salvaría. Ya que le dijo que se llamaría Jesús, que en hebreo significa salvación.

Hay una tercera barrera que vemos y está con los magos se llama confusión. Cuando usted está confundido en la vida, no puede tener gozo. Cuando no sabe que es primero, ni a donde va, ni que hacer difícilmente estará gozoso. Si uno lee la narración completa de la navidad uno se da cuenta de que todo mundo está confundido.

Y es que como seres humanos lo que deseamos de Dios es que nos muestre claramente lo que va a pasar en nuestras vidas desde el nacimiento hasta la muerte. Y lo que deseamos es que Dios nos dé un mapa. Y que ese mapa refleje cada uno de los detalles de mi vida. Le tengo malas noticias, eso no va a suceder jamás. Dios nunca nos va a dar un mapa por dos simples razones. Primero nos asustaría hasta morir porque no podemos manejar los hechos. Porque para cada momento hay una medida de gracia diaria. Y la segunda razón desea que confiemos en él. Paso a paso, día a día, centímetro a centímetro. Así que Dios jamás le dará un mapa para su vida, eso nunca sucederá. Lo que le va a dar es una brújula. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Un mapa señala todos los puntos en la línea, mientras que la brújula sólo señala que va en la dirección correcta. La Palabra de Dios es la brújula por excelencia. Y mientras más permanezca cerca de este libro mayor dirección tendrá. Y mientras más se aleje de este libro, más vagará sin rumbo y dirección en la vida. Y cuando usted hace eso, no tendrá confusión y su gozo será restablecido.

Este problema lo encontramos en los magos. Cuando los magos salieron del oriente, viajaron por meses, su historia no es la de una noche como los acostumbramos a ver. Estos hombres andan en una búsqueda.  Y ellos viajan confundidos, ni siquiera saben para donde van. Tanto que debieron parar en Jerusalén para preguntar la dirección. Así que está el tercer principio ante esta barrera.

Cuando los magos estaban confundidos decidieron seguir la luz de Dios un paso a la vez. Y es así como obtiene usted el gozo ante la confusión. Exactamente de la misma manera que los magos. Siguieron la luz de Dios. Les alumbraba un poco caminaban ese poco. Paso a paso. Ahora bien debe observar que la palabra que el texto original usa Mateo es la palabra “magos” de donde procede la palabra magia. Es paradójico entender que a pesar de que eran magos la magia no les alcanzó para entender las verdades espirituales a las que ese estaban enfrentando. Aunque el término se refiere más a personas académicas, estudiosos e intelectuales. Eran filósofos, eran maestros y científicos. Y llegan buscando a Jesús en la misma presencia de Herodes, que era uno de los personajes más funestos de esa época. Y cuando lo entrevistan observe como de describen los magos: “vimos levantarse su estrella, hemos venido adorarlo” (Mateo 2:2). Quiero que le preste mucha atención a las frases de este pasaje. Vimos…Venimos…Adoramos. Tres verbos claros. Y esto es una realidad para aquellos que buscan a Dios. Hay personas que ven a Dios, hablan de él, son buscadores visuales de la información de Dios. Toman la decisión por Dios. Son los espectadores de Dios. Estamos acostumbrados a escuchar el villancico Noche de Paz. Pero déjeme decirle que esa noche lo menos que fue, es una noche de paz. Porque todos se turbaron. A propósito déjeme decirle que todo aquel que busca acercarse a Dios o a las cosas de Dios siempre incomodará a alguien. Siempre hay gente que se incomoda cuando hay verdaderos buscadores de Dios. Y es que cuando uno empieza a buscar a Dios de corazón irrita a las personas sin saber por qué razón. Y tratarán de robarle su gozo y su alegría de la búsqueda. Pero la narración continua diciendo que ellos siguieron su búsqueda hasta que al final la luz de Dios los llevó a la meta de su búsqueda. Y ¿Qué dice el texto? “…se llenaron de alegría…” (Mateo 2:10) La palabra griega describe un extraordinario y desbordante gozo. Y al verlo le dieron sus presentes. Ahora observe que dice el texto “cuando vieron al niño”. Y hay dos cosas que suceden cuando te encuentras con Jesús. Y déjeme hacerle una pregunta ¿alguna vez en realidad se ha encontrado con Jesús? No le estoy diciendo si sabe acerca de Jesús, ¡no! Le estoy preguntando si ha conocido a Jesús. ¿Cuál es el significado real de conocer a Jesús en este pasaje? Bueno son dos. La primera déjeme preguntarle si usted conoce a Jesús ¿alguna vez ha caído de rodillas en humildad y agradecimiento por lo que es Dios para usted? Si usted jamás ha caído sobre sus rodillas en gratitud y amor a Dios…usted jamás ha conocido a Jesús. Porque no puede conocerlo sin cambiarlo a usted… La segunda cosa que sucede cuando usted realmente conoce a Jesús tiene que ver con que los magos inmediatamente abrieron sus cofres… a lo que le pregunto ¿Qué hay en su cofre? Pues simplemente lo que es importante para usted… Si su trabajo es más importante  para usted, está en su cofre…si sus hijos son más importantes para usted está en su cofre…si su negocio es más importante para usted está en su cofre…si sus aficiones son más importantes para usted  están en su cofre…en su cofre está lo que es más valioso para su vida…es algo como decir ¿que hay en su cartera? Si usted realmente ha conocido a Jesús cuando ve que tiene un pasado perdonado, que tiene un presente productivo y que tiene un futuro prometedor es imposible no abrir el cofre del tesoro para Jesús… Si eso no ha pasado en su vida, me temo que no ha conocido a Jesús todavía. Porque cuando lo conoce cae postrado ante él, cuando lo conoce abre su cofre del tesoro y cuando lo conoce es llenado con un gozo extraordinario.

Si usted quiere recuperar su gozo, si está cansado de no tener gozo en su vida necesitará una ayuda del cielo. Deberá superar las barreras del temor, del dolor y de la confusión. Necesitará una ayuda del cielo…

Matt Redman  en su canto lo pone de esta manera:

Hay un momento, cada corazón necesita un rescate

Hay una temporada, cada alma necesita un descanso

Ayuda del cielo, todos necesitamos ayuda del cielo

Hay un susurro, una voz de esperanza dentro de ti

Hay una respuesta, un nombre arriba para guiarte

Ayuda del cielo, todos necesitamos ayuda del cielo

Ayuda del cielo, ayuda

¿Ha perdido su gozo? ¿Qué se lo robó? ¿Temor, dolor, confusión? ¿Está herido y molesto y se quiere desquitar? ¿O confusión? ¿No sabe a dónde va? Sabe que necesita…necesita ayuda del cielo…y sabe cuál es esa ayuda…Jesús, El Salvador. Dios sabía la solución a su problema aún antes que usted lo tuviera. Eso es lo que es esencialmente el mensaje de la navidad…

Matt Redman termina su alabanza diciendo:

Cuando el mundo está sobre nuestros hombros

Y necesitamos una mano para sostenernos

Cuando no se encuentra ningún milagro, sigue creyendo, oh

Cuando el mar de la noche nos rodea

Y todas las preguntas tratan de ahogarnos

Sólo cree, sólo cree en la ayuda del cielo

Ayuda del cielo…