«…El Dios sin Techo…» III parte

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¿Cómo recibimos el plan de Dios? ¿Cómo actuamos cuando Dios dice que traerá nueva vida a una virgen? Pienso que debemos ser como José en el vrs. 24. He aquí un llamado como cristianos de esta generación. Observe lo que dice: Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa, 25 pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo; y José le puso por nombre Jesús.

 Primero vea el énfasis en el verbo despertar. “…cuando José despertó…”Esto nos habla de levantarnos del sueño humano y pasarnos al sueño divino. Habla de volver a la realidad que tenemos enfrente y estar conscientes que soy parte del sueño de Dios y no al revés. Yo no hago a Dios parte de mi sueño. Es hora de dejar de soñar con nuestros imperios y con nuestro protagonismo y ceder al sueño limpio y sencillo de Dios. Debemos despertar de esas fantasías que nos hacen creernos dueños de la obra de Dios. Segundo la expresión en el verbo hacer. José se puso en marcha para hacer lo que se le había ordenado. Pero note que este hacer no es independiente del mandato divino. Es un hacer como “…se le había ordenado…” es decir mantener en sintonía los mandatos de Dios, sus distintivos y sus programaciones. No vamos a inventar nada. No podemos violentar lo que se nos ha ordenado hacer y pedirle a Dios que nos respalde. Y en tercer lugar la expresión vivir. El la recibió y la cuidó y la trató con suma fragilidad y respeto el proceso ya diseñada para María. Recibir es aprender a vivir  la iglesia del Señor y  es respetar lo orgánico de su función. Es simplemente no agregar nada que dañe la fragilidad de su embarazo de Cristo. ¿Qué significa la iglesia un lugar para que Dios viva? La Biblia dice :“Acercándoos a Él, Piedra Viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo.” -1 Pedro 2:4,5ª Durante muchos años nos acostumbramos a visitar un lugar llamado iglesia una o dos veces por semana, en el cual esperábamos que Dios nos visitara desde el cielo. Teníamos la ilusión de que Su visita sería de Su agrado. Con los años entendí que Dios no está buscando un lugar para visitarlo. El Señor quiere un lugar para vivir. Las páginas de la historia nos cuentan que Dios no está presente en los lugares que alguna vez visitó. Si observamos los lugares donde hace años ocurrieron manifestaciones de fe importantes, descubriremos que es historia pasada y hoy en día apenas queda el recuerdo. Si nos preguntamos: ¿Por qué Dios se fue de allí? Seguramente la respuesta sería porque en el fondo no era completamente aceptado. Se le permitió visitarnos, pero no le permitimos ser la cabeza, y no le dimos el derecho de tomar las decisiones. Las visitas del Señor nos bendicen por un corto periodo de tiempo. Pero un lugar estable donde vivir, es para nuestro Señor Jesús Su gran interés y Su mayor deseo. Sus bendiciones son simplemente un sub-producto. No son el producto principal de Su voluntad. Debemos verlo de la siguiente manera: Si Dios “visita” la Iglesia, demuestra que ella no le pertenece. El dueño de la casa no “visita” su hogar. El dueño vive en ella. En una “visitación” divina, Dios bendecirá a su gente. Pero, eventualmente, Él se marchará y buscará un hogar donde pueda sentirse en casa. Cuando no nos sometemos totalmente al liderazgo de Jesucristo, lo mejor que el Señor puede hacer con nosotros es “visitarnos”. Él jamás podrá tomarnos como Su Hogar y Su Residencia. Nuestro Señor sigue buscando un lugar donde recostar Su cabeza. Un lugar donde su autoridad es operativa, un hogar donde El hace lo que desea, un hogar donde se siente aceptado, donde está confortable, y encuentra reposo. Esa es la marca indiscutible y la prueba irrefutable para saber si nuestra Iglesia es en realidad la casa de Dios. Todo lo demás son lugares de paso. Como cualquier dueño de Su casa, Dios construye la suya a Su manera. Si nuestra Iglesia es la Suya, Él distribuirá los muebles como le plazca, y tomará decisiones con los miembros de Su Familia, porque es el dueño de Su casa. El mayor deseo en el corazón de nuestro Señor Jesús es tomar todas las piedras vivas y construir con ellas Su Hogar. Imaginamos todas esas piedras vivas desparramadas por toda la tierra. Imaginemos todas esas piedras vivas viviendo su vida en Cristo de forma individual. El sufrimiento de todas esas piedras vivas que aman a Dios pero que están separadas y viven de forma individualista, fuera de la unión y la hermandad de la Familia en Cristo. Quizás acuden a un “servicio” religioso cada semana, pero no son edificados juntos como miembros de la Familia de Dios, no son “edificados como casa espiritual y sacerdocio santo.” Esta es la situación en la que nos encontramos hoy en día, y el resultado es que nuestro Señor sigue siendo un extraño entre nosotros, sigue siendo el Dios sin hogar.  El deseo ardiente en el corazón de nuestro Dios es ver a todas Sus Piedras vivas unidas en Su Nombre, formando Su Hogar. No es un hogar para ellas, es un Hogar para Su Dios. Un Hogar vivo, el Hogar de Dios, por Dios, y para Dios. Porque en definitiva, no se trata de nosotros, todo, absolutamente todo se trata de Él. “Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican.“ –Salmo 127:1ª “De quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.” –Efesios 4:16

Jesús no murió y resucitó solo para perdonar nuestros pecados y salvarnos, Él murió para que Su Padre tuviera un Hogar en nosotros. El Señor te salvó a ti, y me salvó a mí, por ese supremo y alto propósito. Si Su pueblo está dividido y esparcido, el Espíritu de Dios deambula sin tener u Hogar propio, fijo, y permanente. Y también nosotros deambulamos separados, independientes y sin hogar. Nuestro Señor desea construirse a Sí mismo en Su gente, y Él desea construir a Su gente en Sí mismo. Su deseo es vivir en un Hogar unido, no en piedras vivas esparcidas. Él quiere Su Hogar, y no se conforma con grupos de piedras divididas entre ellas y grupos esparcidos y separados en una misma ciudad. Nuestro Señor Jesucristo está buscando vasijas dispuestas a abandonar su estilo de vida individualista occidental, y quieran abrazar y compartir su vida con otros bajo el exclusivo liderazgo de nuestro Señor. Ese es nuestro más alto llamado. Un Hogar donde el Señor nos guiará de la mano a Su Eterno Propósito. Haz un Hogar para Jesús en tu vida. Que Él sea tu Líder y te guíe cada día en Su Camino. Permite que el Señor destruya las murallas que te separan de Él y de tus hermanos en Cristo, para que con Su Amor y Su Espíritu podamos compartir y formar juntos, en unidad, el Hogar para nuestro Dios.

«…El Dios sin techo…» II parte

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Lo segundo tiene que ver con el rechazo. Es la historia de José. El rechazo de José también tiene tres elementos vitales. El primero tiene que ver con la etapa de la decepción. La expresión tiene que ver con la frase “…decidió romper el compromiso…”o como la RV60 dice “…quiso dejarla…” ¿Por qué José quiere dejarla? Simplemente porque no entiende lo que está pasando y porque de esa manera se sale de su control la situación. ¿Y quién puede culpar a José por sentirse así? ¿Quién no haría lo mismo ante algo tan decepcionante? Y es que cuando no podemos entender lo que Dios hace con nuestra planificación simplemente optamos por renunciar y decepcionarnos. Pensaba en tantos hombres de Dios, que son buenos y tienen buenas intenciones pero que están completamente cerrados al mover de Dios, simplemente porque han sido hechos a un lado y no se les ha dado el control de la situación. ¿No será que al enfrentarse con un verdadero mover de Dios nos quita el protagonismo y por eso no nos gusta ese mover? Creo que la decepción viene cuando nosotros vemos un mover de Dios y no somos el centro de ese evento. Por eso es que hay tantos pastores con sus propias visiones y que se las atribuyen a Dios porque al ejecutarlas ellos serán los héroes de los logros que produzcan esa visión. El segundo elemento vital es la reflexión. Observe que Marcos dice: “…y pensando en esto…” La expresión en el texto es enthueomai, esta palabra compone la raíz de la palabra en castellano  entusiasmo. La implicación es que José estaba muy decidido y motivado a tomar la decisión de dejar a María. ¿Por qué se “entusiasmo” tanto con la idea José? Simplemente no veía una alternativa de lo alto en su situación. Veía todo el concepto de una manera muy humana, muy horizontal. Cuando se pierde la perspectiva vertical de la iglesia y sólo se ve desde una perspectiva humana, es cuando simplemente renunciamos a seguir con el plan de Dios. Lo humano genera control , lo divino genera caos. No estamos dispuestos a tener caos en nuestras espiritualidad, queremos explicarla plenamente y si no podemos simplemente pensamos en abandonarlo. José tenía una mentalidad muy humana, no había entendido lo que pasaba. La reflexión humana que anula la sobrenaturalidad de Dios y de su plan termina convirtiéndonos en escapistas. Debemos retomar una reflexión de la espiritualidad provista por Dios para que no perdamos la perspectiva.  Y es que es muy fácil abandonar lo que nos dificulta nuestra visión humanista.  Por eso es que aunque nuestras estructuras y sistemas hoy ya no funcionan, somos reacios a abandonarlos, porque ellos nos dan control y seguridad.

El tercer elemento es revelación. Observe que el texto dice “…un ángel…se le apareció…” Creo que tenemos claro que cuando usamos la palabra revelación la usamos dentro del contexto de una ampliación de lo que Dios ha determinado. No estamos implicando al usar esta expresión, que se recibe hoy una revelación con autoridad de la Palabra de Dios. Esta “revelación” implica soñar nuevamente. Note que el método utilizado por Dios fue “en sueños”. Lo que implica que José se fue a dormir con la determinación de abandonar el sueño de Dios al día siguiente. ¿Qué tipo de sueño necesitamos hoy? Hemos visto a la saciedad que hombres supuestos de Dios se levantan con sueños, que según ellos, Dios se los entregó. La mayoría de ellos es con grandes imperios, mega estructuras, y viajar a las naciones. De ser conocidos como profetas y apóstoles de la prosperidad. ¿Cómo son los sueños que Dios estará impartiendo a  esta nueva generación? Observe las tres descripciones de este sueño que Dios le da a José. Es un asunto de recibir.  Observa usted que Dios le dice “no tengas miedo de recibir”. Así es, no se trata de hacer o de levantar, simplemente se trata de recibir. ¿Y qué implica recibir? Simplemente aceptar y unirse a lo que ya está diseñado por Dios. José no tiene que hacer nada para levantar el proyecto de Dios, simplemente él debe cuidar, obedecer y ayudar en ese proyecto. El no será dueño del embarazo ni menos del niño. Eso le pertenece a Dios. Segundo es un asunto de percibir. Observe que José debe experimentar que el proyecto es del Espíritu de Dios. La percepción de su obrar, su sentir y hacer es demasiado importante hoy para la iglesia. No se trata de dones del Espíritu, sino la percepción de los derechos de autor y paternidad del Espíritu Santo. Es simplemente reconocer como Dios se mueve y unirse a él. Alguien dijo que no hay que pedir a Dios que bendiga lo que estamos haciendo, sino hacer lo que Dios está bendiciendo. Es reconocer donde  y como obra y unirse simplemente a él. Finalmente el sueño es desistir.  Me parece sumamente impresionante que se le diga a José quién será, como se llamará y lo que hará. Es decir en realidad el mensaje es: “cuidado con ser, llamar y hacer mi proyecto con tus propias definiciones”. Me parece mentira los años que pasé en varias iglesias inventando visiones y misiones empresariales eclesiales, simplemente porque las iglesias a las que servía, estaban llenas de planificadores y burócratas de la fe. Cuando simplemente ya está dado todo en la Biblia, y lo único que había que hacer era seguirlo. Este es un llamado para los pastores, líderes, Consistorios, Directivas, Juntas de Diáconos para que dejen de ponerle nombres y actividades a la iglesia del Señor. En lugar de eso deberíamos gastar el tiempo en conocerlo, amarlo y respetar su identidad y misión bíblica. ¡Por favor cesen de violentar el proyecto de Dios con sus propios sueños! ¡Respeten el sueño de Dios dado hace miles de años!

«…el Dios sin techo…» I parte

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Siempre me he preguntado la razón del porque a la iglesia se le tipifica género femenino. ¿Qué implicaciones tendría para el ministerio pastoral, el estar consciente que el  proyecto  de Dios posee  distintivos de mujer?

No sé la razón por la que en los últimos días me ha estado inquietando los modelos de mujeres en la Biblia. He comenzado a estudiar el libro Ester y aunque el libro históricamente tiene sus principios relevantes para este tiempo, no me ha dejado tranquilo el pensar que tanto el carácter de Ester y el de María son historias verídicas que pueden ilustrar principios para el funcionamiento de la iglesia en tiempos de adversidad. Antes de compartir lo que me inquieta quiero aclarar que tanto Ester como María fueron personas reales, y sus historias fueron reales. En ningún momento se puede concluir que ellas representan a la iglesia o que ellas son la iglesia. Esa sería una hermenéutica bastante disparatada. Lo que quiero mencionar es que al igual que ellas, sus circunstancias, decisiones y soluciones pueden ser aplicadas al mover de Dios en la iglesia en esta generación. Así que no se trata de espiritualizar lo que la biblia no espiritualiza sino simplemente tomar sus modelos como ejemplo de principios aplicables en esta generación.

Comenzaré por la historia de María. En esta historia hay tres situaciones que me parecen bastante interesante en lo concerniente a José y María.

La primera tiene que ver todo lo relacionado con el embarazo. Es la historia de María. El embarazo de María tiene tres elementos vitales. Primero, es disruptivo. La palabra disruptivo se utiliza como adjetivo para hacer indicar a una ruptura brusca. Por otro lado, el término disruptivo hace referencia a algo que ocasiona un cambio determinante.[1] Observe que todo estaba programado en la vida de María. La palabra que refleja un orden y control se resume en la palabra “desposada(Mateo 1:18). Sin entrar nuevamente en los detalles repetitivos del desposorio judío, es obvio que la vida de José y María estaba planeada. Segundo, es sorpresivo. La narración de Mateo nos explica lo sorpresivo del momento del embarazo. El texto dice “…embarazada…siendo virgen…” (Mateo 1:18) ¡Esto sí que es una sorpresa! Es tan sorpresivo que la pregunta de María  es “… ¿cómo podrá suceder esto?…” (Lucas 1:34). ¿Cómo se puede producir vida humana sin semilla humana? Eso es lo sorpresivo, María será madre sin intervención humana. Podrá fructificar por el poder de Dios y no por el poder humano. Será a través de un proceso sobrenatural y no natural.  Tercero, creativo. Lucas añade una frase muy interesante. Él dice: “…El poder del Altísimo te cubrirá con su sombra…” (Lucas 1:35) Esta expresión es muy interesante. Me llama la atención la expresión “su sombra”. La palabra griega que se utiliza para “sombra” es episkiazo. Esta palabra se puede traducir como  arrojar una sombra sobre (epi, sobre,), cubrir. Y se ha usado para describir la nube de luz en la transfiguración, traducido «los cubrió», (Mt 17.5); «que les hizo sombra» (Mc 9.7); «que los cubrió» (Lc 9.34); metafóricamente en este texto sobre el poder del Altísimo sobre la virgen María (Lc 1.35: «te cubrirá») y una última alusión a la sombra del apóstol Pedro sobre los enfermos (Hechos 5.15: «cayese sobre»)[2]. Este poder creativo de Dios está asociado con su poder y su presencia. Lo que me parece interesante es el asocio que se hace con el poder de Dios y la sombra de Dios. Es obvio que la sombra es figura de protección, de cobertura y de refrescamiento. Sin embargo nos deja también con el sabor de lo oscuro. Dios obra en la sombra, Dios crea vida en lo oscuro, cuando el sol no está. Es obvio que los procesos de vida en Jesús en el seno de María serán ocultos, a la sombra y no al público. ¿Todavía obra así Dios en la vida personal y en la vida eclesial? Pienso que sí, y con mucha frecuencia.

Así que el embarazo de María es disruptivo, sorpresivo y creativo.

Al pensar en estos elementos y asociarlos con la venida de Jesús y el proyecto de Dios para la humanidad, no deja de inquietarme que estos tres elementos están presentes hoy en la necesidad de la recuperación del verdadero Cristo en la iglesia de hoy. Todas las personas que estén dispuesto someterse a estos tres factores podrán ver florecer plenamente el plan de renovación para la iglesia.

Estoy plenamente convencido que Dios trae y traerá mayor disrupción a la iglesia hoy. El necesita quebrantar todos nuestros planes y cortarlos para echar andar su proyecto. Si la iglesia sigue con un proyecto de “desposorio” con la iglesia bien planificado me temo que no llegará a ningún lado. Por eso es que Dios tendrá que embarazar a la esposa, la iglesia, con un proyecto diferente de vida. Ya no programado sino espontáneo. El nuevo proyecto se gesta en los vientres de la iglesia cristiana hoy, pero es un proyecto que devastará nuestros ambientes administrados y controlados. Es un proyecto que traerá caos y destruirá todos nuestros formalismos. Eso significa entonces que si no estamos abiertos a la disrupción nos perderemos lo mejor de Dios en esta generación.

Por otro lado no sólo trae y traerá disrupción a la iglesia sino que sorprenderá a la iglesia. La sorpresa será el resultado de que este nuevo proyecto es de él y no del hombre. Es un proyecto engendrado por El Espíritu Santo y no por aporte humano. Será un proyecto sobrenatural que no tiene ninguna intervención del hombre. Es decir por muchos años el verdadero esposo asumirá su control de su esposa, y no el agente humano que solamente está para administrar a la esposa de Dios. Este nuevo nacimiento espiritual pretende devolver a Dios el control, el producto de la iglesia. Dios estará cansado hasta la saciedad de las visiones y misiones humanas que le han impuesto su esposa. Ha llegado el momento en que los reinos eclesiales humanos serán desbaratados por la hermosura y sencillez de la obra del Espíritu Santo en la vida de la iglesia.

Por último, habrá disrupción, habrá confusión y finalmente habrá creación.

Este nuevo proyecto, el único proyecto de Dios será hecho por el poder de Dios pero a la sombra. Cada vez más me convenzo que Dios no es Dios del protagonismo público. Él es un Dios que hará las cosas en lo callado y en lo oscuro. De allí que la imagen de éxito de la iglesia hoy cambiará radicalmente. No es la que se exhibe y tiene grandes portentos estructurales  la que se está gestando en esta nueva era de Dios. No es en las megas corporaciones cristianas, no son los conocidos en los medios, los que son famosos por los programas, no los que se exhiben en FB. Sino los que están a la sombra, los uno a uno con Dios, los dispuestos a decir como María “hágase lo que tú quieras”. Es precisamente en esa sombra desconocida donde los desconocidos conocerán lo mejor de Dios y donde Dios mostrará su proyecto majestuoso. A propósito, ha notado usted que esta María apenas tendría unos 14 años máximo cuando la sombra del Altísimo la cubrió. Eso nos lleva a concluir que no es la historia o alcurnia histórica de alguien la que se necesita para que Dios se manifieste. Será una iglesia joven, novata, sin pedigrí evangélico, sin historia y códigos teológicos la que podrá percibir a Jesús. Una iglesia si ataduras históricas ni jactancia de reformador o de iglesia históricas será la capaz de soportar el embarazo de Dios y dar a luz un Cristo tan necesario para el mundo hoy. Será una iglesia novata y campesina la que podrá entender a Dios y traducirlo a esta nueva generación. Será una iglesia “virgen”, joven y campesina. Virgen porque no ha yacido con mentes humanas ni caricias humanas. No ha experimentado la cultura humana, simplemente es ingenua y abierta más a las caricias de Dios que a la de los hombre. Será una iglesia joven, porque como joven podrá ser más receptiva a la voz de Dios, y sentirá el amor de un Dios que lo ama por su juventud y no lo rechaza por su inmadurez y campesina porque simplemente no será profesional de la teología, de la idea urbana sino que podrá contarnos a Dios desde la perspectiva del campo, de la creación, de las metáforas, de la belleza y de la actividad de Dios encarnada en su belleza natural. Me temo, que también el tiempo de las instituciones teológicas, seminarios y universidades teológicas está llegando a su fin a menos que cambien su mentalidad de élite.

[1] https://www.significados.com/disruptivo/

[2] http://estudiodegriegobiblicoexpositivo.blogspot.com/2015/01/s-2-parte.html

…Ayuda del cielo…

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Al analizar la primera navidad, uno no deja de asombrarse cuántas situaciones se dieron y que pudieron a contribuir a perder el gozo del nacimiento. Para muchos la historia de la navidad representa un tiempo lindo, de reflexión, de alegría y de compartir. Sin embargo si somos honestos, la realidad fue otra. Si analizamos todas las melodías e himnos que se han compuesto por la navidad, podemos encontrar que el cristianismo y el nacimiento de Jesús han desarrollado toda una cultura de gozo por el advenimiento de Jesús al mundo. Hay tantas canciones del gozo y de Jesús en la historia  y muchos están de acuerdo que ha producido más canciones que ningún otro en la historia de la humanidad. Lo curioso de esto es que la palabra gozo es mencionado 8 veces de manera diferente en la historia de navidad. (Lucas 1:14; 1:58; 2:10; Mateo 2:10; Lucas 2:34;). Así que de eso se trata esta historia. ¿Pero qué significa para nosotros hoy? ¿Qué pensamos cuando pensamos en la palabra gozo? Y es que el gozo es una gran emoción, pero va mucho más allá de una emoción. El gozo es una elección y una cualidad del carácter. Uno lo puede desarrollar en la vida. La Biblia dice que es uno de los frutos del Espíritu Santo. Observe un detalle semántico y es que la palabra en inglés para felicidad es “happiness” y  la palabra está asociado con la palabra “happen” que se puede traducir como “lo que sucede” o lo que “pasa”. De ahí que los americanos entienden que la felicidad está asociado con lo que pasa en la vida de alguien. Si algo bueno sucede entonces estoy “feliz”. En contraste con esto, uno se pregunta si la felicidad equivale a gozo. Sobre todo desde la perspectiva de la Biblia. La verdad es que no necesariamente la felicidad equivale a gozo. Alguien ha dicho que el gozo es: La plena certeza de que Dios está controlando todos los detalles de mi vida, es la tranquila confianza de que en última instancia todo estará bien y la decisión de alabar a Dios en todas las cosas. Entonces la felicidad es algo que pasa y el gozo es algo que decido. La felicidad es externa mientras que el gozo es interno. Uno puede tener gozo en medio del dolor, de la angustia. Puede tener gozo bajo una gran presión y prueba. ¿Cómo se puede tener gozo cuando uno no se siente muy feliz? Comenzaré diciendo que uno debe luchar por el gozo. No sucede automáticamente. ¿Pero cómo nos sobreponemos a las barreras u obstáculos que desean asesinar mi gozo? Y de eso me gustaría que reflexionáramos con la historia que a continuación relato. ¿No sería hermoso que tuviéramos gozo todo el tiempo? Pero es imposible, simplemente porque es natural en nosotros. Por todos lados aparecen barreras que obstaculizan y desean destruirnos. Quiero que veamos tres barreras y tres maneras de romper esas barreras para recuperar el gozo.

  • Veamos que la primera barrera muy común que se opone al gozo es la ansiedad.

Cuando está nervioso, temeroso, aprehensivo, estresado es difícil tener gozo. La ansiedad  y el gozo no pueden coexistir. Si hay alguien que debió haber estado temerosa y aprehensiva fue María. Por un lado debió haber tenido a lo más unos trece a catorce años cuando recibió la noticia. No es una mujer madura es apenas una niña. Y piensen en lo afligida que pudo haber estado. Va a tener un niño a pesar de ser virgen. ¿Cómo explica eso a su entorno? Nadie le creería. ¿Cómo se lo explica a su prometido? Imaginen los chismes, los rumores, las sospechas. Es soltera cuando queda embarazada. Por otro lado más adelante ella tendrá que viajar varios kilómetros sentada en un burro en sus últimos días de su embarazo. Suficiente para estar ansiosa. Y por último tendrá que parir en las circunstancias más anti higiénicas y adversas que cualquier mujer puede enfrentar. Y finalmente esta niña de 13 ó 14 años da a luz a su hijo sin ayuda de su padre, su madre y resto de la familia. Ella tiene suficientes razones para estar temerosa y ansiosa. Y finalmente María debía lidiar con la idea que va a ser la madre de un niño perfecto, al que tendrá que cuidar. ¡Tremendo paquete tiene en sus manos! Me creerán que la palabra “temor” aparece siete veces en la historia de la navidad.  Y es que todo el mundo estaba temeroso y con miedo. Herodes tiene miedo, los pastores tienen miedo, José tiene miedo, los magos tienen miedo, Jerusalén tiene miedo. De hecho la primera palabra que los ángeles dicen es “no temas”. Porque el miedo es lo opuesto del gozo. Pero curiosamente María experimenta gran gozo. Vea como lo registra la narración bíblica. “…Mi espíritu se regocija  en Dios mi Salvador…” Lucas 1:47 ¿Cómo es posible esto?

Bueno he aquí el principio: Cuando María estaba temerosa para recuperar su gozo ella decidió confiar en Dios y aceptar su plan. Se rindió a la voluntad de Dios. Esto lo podemos observar en Lucas 1:26-30. He allí toda una actitud de sometimiento al plan de Dios. Todo el relato está lleno de niveles de ansiedad. La noticia del ángel comienza con la visión de él mismo. Sería temeroso ver un ángel, pero que el ángel le diga que va a tener un hijo, cuando ella ni siquiera ha estado con el que ama, es otro nivel de ansiedad. Pero hay más todavía, no sólo será embarazada y tendrá un hijo sino que el hijo que va a tener es único en condición y misión. A estas horas el corazón de María estaría latiendo de una manera indescriptible.

Ahora, yo no sé qué es lo que le tiene ansioso este día, no sé si está leyendo este texto con un corazón agobiado por la angustia y la ansiedad, pero déjeme decirle que María tenía grandes razones para estarlo y sin embargo pudo regocijarse a pesar de sus obstáculos. Puede ser el futuro, una deuda, lo que sea que lo mantenga tenso. ¿El antídoto? Lo mismo que hizo María confíe en Dios y acepte su plan. Póngalo en las manos de Dios como María lo hizo en Lucas 1:38 “…he aquí la sierva del Señor…que hagas conmigo tal como lo has dicho…” Si usted hace lo mismo que María le garantizo que su gozo aumentará grandemente.

Bueno, el temor es una barrera que obstaculiza el gozo, pero hay otro. Y son  las heridas o el resentimiento. Cuando uno ha sido lastimado y herido por alguien y entonces se amarga grandemente. Cuando alguien te traiciona, dice algo a tus espaldas, te apuñala, eso se convierte en un verdadero asesino del gozo. Y lo digo claramente, no se puede tener resentimiento y gozo al mismo tiempo. Bueno, todo mundo es herido alguna vez o muchas veces por alguien. Y para serle sincero lo herirán muchas veces más. Algunas veces intencionalmente otra veces sin intención. Pero lo que haga usted con esas heridas determinará si vivirá con resentimiento o con gozo. Y si no lo deja ir, entonces usted jamás tendrá gozo en su vida.

Hablemos de José por un momento. Acostumbramos a deslizarnos más en María que en este hombre. ¿Se pueden imaginar lo difícil que fueron estas noticias para José? ¿Escuchar que su futura esposa le había engañado y que la explicación era que lo que había en su vientre era fruto de Dios? Recordemos que la ley judía establecía que el desposorio ya era un matrimonio técnicamente hablando. Así que José se ve envuelto en una situación sumamente complicada, que lo hubiera llevado al resentimiento. Desde pensar que era una mentira de parte de María hasta creerle y resentirse con Dios por complicarle su vida y echarle a perder su plan de boda con su amada.

Ahora bien, siempre me he preguntado la razón por la cual el ángel no se le apareció a la pareja y les dijo la noticia a los dos al mismo tiempo. ¿Por qué Dios sólo  le dice a María y María se lo dice a José? ¿Por qué Dios le complica más la situación a José? Simplemente Dios estaba probando el carácter de José. ¿Se pondrá amargado, tendrá resentimiento, será receptivo? ¿Se pondrá defensivo? ¿Tratará de pagarle con la misma moneda?

Así que el segundo principio que podemos ver es cuando José fue herido decidió ofrecer gracia y dejó ir el dolor.

Él pudo hacer un espectáculo con la situación y apelar a las consecuencias legales del a situación. Pero es interesante que la Biblia describe a José como un hombre bueno. En Mateo 1:18-19 describe a José como un hombre justos y de Dios. Y que no quería exponer a vergüenza a María. Ahora bien, si usted no percibe el corazón de un hombre quebrantado y herido en esta porción no ha entendido el drama de José. José tiene todas las razones para estar molesto, tiene todas las razones para amargarse y retribuir a María. Pero él no explota en ira, no hace un show en el pueblo. Simplemente el trata de protegerla y mostrarle gracia. Es decir, al divorciarse de ella, simplemente está diciendo que aunque la quiere ya no confía en ella así que mejor deshacen su relación. Este es un bello ejemplo de gracia y perdón. Ahora la pregunta evidente es ¿Qué es lo que le han hecho a usted que todavía está molesto por ello y lo ha amargado? ¿Qué heridas lleva cargando con usted que no ha estado dispuesto a dejar ir? Incluso le hicieron algo hace meses, años, hasta puede ser que la persona que lo hizo ya ha muerto y usted sigue rumiando con amargura la situación. ¡Eso es lo más tonto que uno puede hacer! El resentimiento no daña a nadie más que uno mismo. Así que usted debe escoger en su vida o gozo o resentimiento, no puede tener ambos. Recuerde que usted perdona no porque la persona se lo merezca sino porque usted se merece vivir en paz y libertad. Afortunadamente Dios no dejó a José en la oscuridad y se le presentó con un sueño. Y le dijo que no tuviera miedo, ya que el sería el tutor del hijo de Dios. Y le dijo que su hijo ese que parecía que lo había esclavizado en realidad lo salvaría. Ya que le dijo que se llamaría Jesús, que en hebreo significa salvación.

Hay una tercera barrera que vemos y está con los magos se llama confusión. Cuando usted está confundido en la vida, no puede tener gozo. Cuando no sabe que es primero, ni a donde va, ni que hacer difícilmente estará gozoso. Si uno lee la narración completa de la navidad uno se da cuenta de que todo mundo está confundido.

Y es que como seres humanos lo que deseamos de Dios es que nos muestre claramente lo que va a pasar en nuestras vidas desde el nacimiento hasta la muerte. Y lo que deseamos es que Dios nos dé un mapa. Y que ese mapa refleje cada uno de los detalles de mi vida. Le tengo malas noticias, eso no va a suceder jamás. Dios nunca nos va a dar un mapa por dos simples razones. Primero nos asustaría hasta morir porque no podemos manejar los hechos. Porque para cada momento hay una medida de gracia diaria. Y la segunda razón desea que confiemos en él. Paso a paso, día a día, centímetro a centímetro. Así que Dios jamás le dará un mapa para su vida, eso nunca sucederá. Lo que le va a dar es una brújula. ¿Cuál es la diferencia entre ambos? Un mapa señala todos los puntos en la línea, mientras que la brújula sólo señala que va en la dirección correcta. La Palabra de Dios es la brújula por excelencia. Y mientras más permanezca cerca de este libro mayor dirección tendrá. Y mientras más se aleje de este libro, más vagará sin rumbo y dirección en la vida. Y cuando usted hace eso, no tendrá confusión y su gozo será restablecido.

Este problema lo encontramos en los magos. Cuando los magos salieron del oriente, viajaron por meses, su historia no es la de una noche como los acostumbramos a ver. Estos hombres andan en una búsqueda.  Y ellos viajan confundidos, ni siquiera saben para donde van. Tanto que debieron parar en Jerusalén para preguntar la dirección. Así que está el tercer principio ante esta barrera.

Cuando los magos estaban confundidos decidieron seguir la luz de Dios un paso a la vez. Y es así como obtiene usted el gozo ante la confusión. Exactamente de la misma manera que los magos. Siguieron la luz de Dios. Les alumbraba un poco caminaban ese poco. Paso a paso. Ahora bien debe observar que la palabra que el texto original usa Mateo es la palabra “magos” de donde procede la palabra magia. Es paradójico entender que a pesar de que eran magos la magia no les alcanzó para entender las verdades espirituales a las que ese estaban enfrentando. Aunque el término se refiere más a personas académicas, estudiosos e intelectuales. Eran filósofos, eran maestros y científicos. Y llegan buscando a Jesús en la misma presencia de Herodes, que era uno de los personajes más funestos de esa época. Y cuando lo entrevistan observe como de describen los magos: “vimos levantarse su estrella, hemos venido adorarlo” (Mateo 2:2). Quiero que le preste mucha atención a las frases de este pasaje. Vimos…Venimos…Adoramos. Tres verbos claros. Y esto es una realidad para aquellos que buscan a Dios. Hay personas que ven a Dios, hablan de él, son buscadores visuales de la información de Dios. Toman la decisión por Dios. Son los espectadores de Dios. Estamos acostumbrados a escuchar el villancico Noche de Paz. Pero déjeme decirle que esa noche lo menos que fue, es una noche de paz. Porque todos se turbaron. A propósito déjeme decirle que todo aquel que busca acercarse a Dios o a las cosas de Dios siempre incomodará a alguien. Siempre hay gente que se incomoda cuando hay verdaderos buscadores de Dios. Y es que cuando uno empieza a buscar a Dios de corazón irrita a las personas sin saber por qué razón. Y tratarán de robarle su gozo y su alegría de la búsqueda. Pero la narración continua diciendo que ellos siguieron su búsqueda hasta que al final la luz de Dios los llevó a la meta de su búsqueda. Y ¿Qué dice el texto? “…se llenaron de alegría…” (Mateo 2:10) La palabra griega describe un extraordinario y desbordante gozo. Y al verlo le dieron sus presentes. Ahora observe que dice el texto “cuando vieron al niño”. Y hay dos cosas que suceden cuando te encuentras con Jesús. Y déjeme hacerle una pregunta ¿alguna vez en realidad se ha encontrado con Jesús? No le estoy diciendo si sabe acerca de Jesús, ¡no! Le estoy preguntando si ha conocido a Jesús. ¿Cuál es el significado real de conocer a Jesús en este pasaje? Bueno son dos. La primera déjeme preguntarle si usted conoce a Jesús ¿alguna vez ha caído de rodillas en humildad y agradecimiento por lo que es Dios para usted? Si usted jamás ha caído sobre sus rodillas en gratitud y amor a Dios…usted jamás ha conocido a Jesús. Porque no puede conocerlo sin cambiarlo a usted… La segunda cosa que sucede cuando usted realmente conoce a Jesús tiene que ver con que los magos inmediatamente abrieron sus cofres… a lo que le pregunto ¿Qué hay en su cofre? Pues simplemente lo que es importante para usted… Si su trabajo es más importante  para usted, está en su cofre…si sus hijos son más importantes para usted está en su cofre…si su negocio es más importante para usted está en su cofre…si sus aficiones son más importantes para usted  están en su cofre…en su cofre está lo que es más valioso para su vida…es algo como decir ¿que hay en su cartera? Si usted realmente ha conocido a Jesús cuando ve que tiene un pasado perdonado, que tiene un presente productivo y que tiene un futuro prometedor es imposible no abrir el cofre del tesoro para Jesús… Si eso no ha pasado en su vida, me temo que no ha conocido a Jesús todavía. Porque cuando lo conoce cae postrado ante él, cuando lo conoce abre su cofre del tesoro y cuando lo conoce es llenado con un gozo extraordinario.

Si usted quiere recuperar su gozo, si está cansado de no tener gozo en su vida necesitará una ayuda del cielo. Deberá superar las barreras del temor, del dolor y de la confusión. Necesitará una ayuda del cielo…

Matt Redman  en su canto lo pone de esta manera:

Hay un momento, cada corazón necesita un rescate

Hay una temporada, cada alma necesita un descanso

Ayuda del cielo, todos necesitamos ayuda del cielo

Hay un susurro, una voz de esperanza dentro de ti

Hay una respuesta, un nombre arriba para guiarte

Ayuda del cielo, todos necesitamos ayuda del cielo

Ayuda del cielo, ayuda

¿Ha perdido su gozo? ¿Qué se lo robó? ¿Temor, dolor, confusión? ¿Está herido y molesto y se quiere desquitar? ¿O confusión? ¿No sabe a dónde va? Sabe que necesita…necesita ayuda del cielo…y sabe cuál es esa ayuda…Jesús, El Salvador. Dios sabía la solución a su problema aún antes que usted lo tuviera. Eso es lo que es esencialmente el mensaje de la navidad…

Matt Redman termina su alabanza diciendo:

Cuando el mundo está sobre nuestros hombros

Y necesitamos una mano para sostenernos

Cuando no se encuentra ningún milagro, sigue creyendo, oh

Cuando el mar de la noche nos rodea

Y todas las preguntas tratan de ahogarnos

Sólo cree, sólo cree en la ayuda del cielo

Ayuda del cielo…

Los regalos para Jesús…

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Es interesante notar tantas cosas hermosas en un episodio bíblico tan corto. Pero lo más relevante de todo este suceso son los presentes puestos a los pies de Jesús: Oro, incienso y mirra.  Estos tres elementos son esenciales para darle al Señor la más sublime y excelente adoración. Será necesario tomar cada uno de éstos y analizarlo con el deseo profundo de incorporarlos cada día más a nuestra vida de comunión e intimidad con Dios. Amén.   .-

  1. El Oro: Nos habla de nuestra seguridad.

El oro es uno de los metales (sino el primero) más valiosos del mundo. Bíblicamente hablando, el oro es símbolo de las cosas más preciadas del carácter y personalidad de Dios, de Cristo, la Iglesia y el hombre.  El oro es símbolo de: realeza, dignidad, autoridad y soberanía. Representa gobierno, posición, absolutismo y dominio. Este metal es una representación del carácter firme del hombre, y de su reinado.  El oro da seguridad, influencia e identidad al que lo posee. En el libro de Mateo vemos a los Reyes de Oriente abriendo sus tesoros a Jesús. Ellos le darían de lo mejor que poseían. Esto es profundamente bello. Trajeron desde lejos todos sus tesoros para adorarle y al verlo, pusieron a sus pies lo más significativo, valioso y profético: El Oro, que en el contexto señalado representa la rendición total de su influencia, poder, autosuficiencia y dominio a los pies de Jesús. El oro como presente a los pies de Cristo significaba que los Reyes tomaban su realeza, posición y dignidad y la sometían al GRAN REY. Toda su identidad, rango, seguridad e influencia la cedían a Cristo. Dicho de otra forma, ellos se sometían, se sujetaban y en obediencia total rendían sus coronas a Jesús. Aleluya. Existe hoy un craso error en la Iglesia del Señor Jesucristo al considerar livianamente que adoración es sólo música y cantos a Dios. No. La música y el cántico son parte de nuestra devoción a Él y deben ser la consecuencia continua de nuestra comunión personal con el Todopoderoso.  Adorar implica más que cantar; es rendición total, entrega, sometimiento y reconocimiento de la máxima Autoridad en Jesús. Todo lo que implica el oro debe ser puesto a los pies del Mesías; sólo así nuestro cántico será aceptado por el Padre. El acto de los magos de oriente al tomar el oro y adorar con éste al Señor, yo lo resumo en una sola palabra: “Obediencia”. Este es el ingrediente esencial en la vida devocional de un adorador. Sin la obediencia a Dios, a su Palabra y Autoridad y a su Santo Espíritu, nuestras ofrendas y alabanzas, sólo son fuego extraño que se disipa antes de llegar a Su Trono. Obediencia es el oro rendido a los pies del Creador. Jesús nos muestra este factor trascendental de la adoración excelente con su  vida rendida y sujeta al Espíritu. Él, Jesús, es el Máximo Adorador, la Máxima Ofrenda aceptada por el Padre y Él es el Cordero Inmolado. Por lo que padeció, aprendió la obediencia, afirmó Pablo. El mismo apóstol nos provoca a vivir bajo el mismo sentir que guio la vida de Cristo (Filipenses 2), la obediencia al Padre. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz…” (Vrs.  5-8). Hay miles de personas que se acercan todos los días ante el Señor para adorarle, creyendo que esto sólo tiene que ver con entonar algunos himnos o Salmos, aunque sus corazones estén llenos de rebelión, altivez y soberbia. Sus vidas son un reservorio de murmuración a la autoridad delegada por Dios y no tienen la menor intención de someter sus vidas a las autoridades de una Iglesia, menos al Espíritu Santo. Lo triste de todo es que creen que porque cantaron, adoraron. Esta lamentable equivocación se repite con líderes de alabanza, músicos y predicadores. Ellos no miran su carácter ni su corazón al exaltar al Señor. Cuando Jesús moría en la Cruz del Calvario, antes de entregar su espíritu al Padre dijo: “consumado es”. Esta expresión previa a su muerte implicaba que todo lo que Dios Padre le encomendó hacer, lo hizo obedientemente. La obra fue perfecta por su obediencia total. Aleluya. La mayor y mejor ofrenda a Dios por el hombre fue Su Sangre derramada. Él llevó sobre sí el pecado de todos los mortales. Murió por ellos y por Su Obediencia salvó a los humanos.  Si tan sólo entendiésemos este secreto de adorar a Dios con oro; obediencia plena, rendición total, veríamos miles de propósitos divinos cumplirse por doquier. Como los reyes de oriente hoy, abramos nuestros tesoros y pongamos a sus pies, en obediencia, nuestro oro.

2.INCIENSO: Nos habla de nuestra Intimidad.

 El incienso era la sustancia aromática que se quemaba en el Tabernáculo de Moisés y en el Templo de Salomón sobre el altar de oro del incienso. Sólo podía ser preparado a través de la fórmula dada por Dios a Moisés según Éxodo 34-36 y era para uso exclusivamente sagrado. Tenía un simbolismo en sí mismo muy profundo y espiritual. Tenía que ser quemado en el santuario cada día y cada noche como ofrenda agradable al Señor. El incienso acompañaba necesariamente a cierto tipo de ofrendas al Señor como parte de ellas (símbolo de la adoración), a las ofrendas de harina, primicias y a los panes de la proposición (Levítico 2:1, 2, 15; 24:7). El incienso era ofrecido una vez al año en el Lugar Santísimo en la Fiesta de la Expiación (Día del Perdón) Levítico 16:12-13.  Dios, como medida disciplinaria, castigaba a los que no ofrecían el incienso ante Él, según sus ordenanzas. Recordemos la muerte de Coré y sus seguidores y la lepra del rey Uzías por ofrecerle mal a Dios, al igual que Nadab y Abiu (Levítico 10:1-2). El incienso ofrecido era sólo para Jehová, el cual se encendía en ira cuando Israel lo ofrecía a otros dioses paganos en los lugares altos. Tanto Isaías (Isaías 66:2-3) y Jeremías (Jeremías 6:19-20), señalaron que Jehová rechazaba el incienso ofrecido si el corazón del ofrendante no era recto. El incienso era un símbolo de la oración, según ambos Testamentos (Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8) y era algo muy preciado y costoso. El incienso también era obtenido a alto precio para perfume, de árboles de Arabia y África (Jeremías 6:20; Cantares 3:6). Era un buen símbolo del amor o del enamoramiento entre dos personas.  Este incienso era colocado en una vasija llamada incensario, en la cual también se colocaba el fuego para que ardiera en el culto judío. Este incensario era de bronce y se usaba diariamente y también en el día de Yom Kipur (Día del Perdón), en el Santísimo Lugar.  El fuego y el incienso juntos, eran portados en diversos incensarios en los rituales hebreos y eran hechos por los más finos artífices en metales, acabándolos con finos labrados. Cada día era necesario tomar carbones encendidos del “fuego perpetuo” del Santuario para llenar el incensario y así entonces quemar el incienso colocado allí y con ello provocar la difusión del preciado perfume por todo el tabernáculo o Templo. La fragancia característica del incienso llenaba de esta manera toda la Casa del Señor. Este incensario recogía el fuego o carbones del “altar de oro del incienso”, el cual debía tener continuamente ardiendo el fuego, como un recordatorio del arder continuo del amor de Jehová por Israel y de la imperiosa obligación del pueblo de orar ante Él cada día y de adorarle siempre. El altar del incienso, el incensario de oro y el incienso simbolizaron la mediación de Cristo, su posición sacerdotal, su intercesión por el hombre y su continua entrega, adoración y sacrificio redentor. Estos tres elementos también hablaron del creyente y de la Iglesia en su tarea de oración, alabanza y sobre todo, de adoración.  El incienso simboliza el amor del adorador, su conciencia de adorar continuamente a Dios y su anhelo por una cercanía e intimidad con Él. El incienso representa nuestra alabanza o gratitud, nuestro aprecio y amor por la Presencia Divina y la oración intercesora por el hombre caído.  El incienso quemado cada día señala la necesidad y responsabilidad de orar cada día a Jesucristo, que tiene Su Novia, la Iglesia.  Este incienso quemado ante el altar de oro del incienso y de frente al velo que separaba el Lugar Santo del Santísimo, representa la preparación y deseo de la Iglesia de tener comunión con Dios (ante el Arca de Su Presencia). El incienso es símbolo de santidad, comunión, pero sobre todo de intimidad.

Por estos detalles es que el regalo del incienso por los magos de oriente a Jesús, cobra relevancia. Este regalo implica que adoración verdadera para Dios es Intimidad. Adoración de excelencia es tiempo dedicado a Él; es un corazón enamorado de Su Gloria y dispuesto a dejar a los mortales para tener en lo íntimo, en lo secreto, comunión y amores con el Esposo amado.  Abramos hoy, querido pueblo cristiano, nuestros tesoros ante Él y démosle lo mejor de nuestro amor, el incienso aromático de nuestra adoración.

3. MIRRA: Nos habla de  nuestra Humildad.

La mirra es la traducción de tres vocablos hebreos y dos griegos que aparecen en el Antiguo y Nuevo Testamento.  En Génesis 37:25, lo correcto hubiese sido colocar la palabra ládanio y no mirra (el término hebreo Lot) que hacía alusión a la gomorresina fragante de la estepa (cistus Cretius), planta muy abundante en Palestina y cuyo producto es muy apreciado en Oriente.  En el libro de Ezequiel aparece la palabra “quiddha”, que en realidad es casia y no mirra (Ezequiel 27:19).  En el libro de Apocalipsis, en el capítulo 18 y verso 13, la palabra que aparece es “Myrón”, que significa ungüento.   Las palabra Mor (en hebreo) y smyrna (en griego), son las que se traducen apropiadamente “Mirra”. La mirra es la gomorresina fragante de la “Commiphra myrrha”, planta que abunda en el sur de Arabia, Etiopía y Somolilandia. Si la mirra se extrae de árboles nuevos, puede ser líquida (Cantares 5:5:13), o puede ser sólida, en cuyo caso es cristalina, roja, semitransparente y frágil. La mirra era usada en perfumería y medicina; también para embalsamar cadáveres. Según Éxodo 30:23, debería ser un componente importante del aceite de la unción, el cual era sagrado y cuya fórmula provenía de Dios mismo a Moisés. Lo importante de la mirra en dicha fórmula es que debía ser “mirra excelente”. Era para el aceite de la santa unción, para uso santísimo.  También desprendemos del pasaje narrado en Mateo 2, que la mirra se contaba entre los elementos valiosos de los magos de oriente. Era parte de sus tesoros reales. La mirra fue usada también aprovechando sus cualidades soporíferas, mezclándola con diversas bebidas ofrecidas a personas torturadas. Jesucristo mismo, rehusó el vino (vinagre) mirrado antes de morir (Marcos 15:23). Él quería tomar la copa de sufrimiento por los mortales a plenitud. Su vida fue ofrendada hasta la muerte.  Algunos comentaristas del Nuevo Testamento ven en la mirra una alusión al reinado de Cristo, basado en sus padecimientos en la muerte de cruz. Bajo el lente con que estamos mirando el pasaje: adoración, la mirra tiene un hondo significado. Es importante recordar que los Magos o Reyes de Oriente venían para adorar al niño Jesús. El término más correcto desprendido del texto original es “vinieron a rendir homenaje”. Su homenaje no era sólo político o civil, sino un alto homenaje espiritual. El gozo expresado al encontrar al niño con su madre es la expresión de una exuberancia de sentimientos, tuvieron sumo gozo. Ellos abrieron sus tesoros y ofrecieron sus dones u oblaciones. La palabra traducida por dones aparece sólo siete veces en el Nuevo Testamento y es la correspondiente a ofrendas u oblaciones que muchas veces se menciona en el Antiguo Testamento. En cada ocasión, se menciona con relación a Dios. Los Magos de Oriente reconocieron en Jesús al Dios encarnado. La mirra vino a ser el regalo que anunció proféticamente momentos muy amargos en la vida del Mesías. El sufrimiento y la negación continua de sí mismo sería la constante en su peregrinar por la tierra.  La mirra es entonces representativa de aflicción, dolor, angustia, tiempos de amargura, sufrimiento y muerte. La mirra vino a ser el símbolo de “humillación plena” en la vida de Cristo. Curiosamente era un componente obligado en el “aceite de la santa unción”. La humildad como fruto y la humillación continua ante Dios eran los grandes símbolos encerrados en la mirra aromática; ambos necesarios en la vida del adorador. David el rey, conocedor de música y alabanza, tuvo que experimentar diversos tratos del Espíritu en su vida, hasta llegar a comprender que adorar no era sólo traerle ofrendas al Señor. David dijo: “Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” Salmo 51:16-17. El salmista entendía con claridad que la más excelente adoración que demos a Dios, debe estar impregnada de humillación total ante Él. La verdadera adoración requiere de quebrantamiento genuino en Su Presencia, de actitudes sumisas y no vanagloriosas. Aceptar Su voluntad y someterse día a día es la mirra que perfuma nuestro cántico al Señor. Dios anhela la adoración de adoradores con corazones humildes, que reconozcan su gran necesidad de Él y que estén siempre contritos y humillados. Dios siempre vendrá al encuentro de un adorador humillado. Por eso la Iglesia debe añadirle mirra a su adoración. La mirra es el ingrediente que faltaba para hacer de la adoración una ofrenda y oblación agradable al Padre. Es el ingrediente que indica que el adorador debe siempre tener una actitud de humillación y sujeción a los designios soberanos de Dios.

Así que entonces podemos concluir que el oro entregado por los magos a Jesús eran un reconocimiento de su realeza; el incienso un reconocimiento de su belleza y la mirra, un reconocimiento a su fortaleza.

Es decir un anuncio a sus padecimientos como Redentor de la humanidad. Estos tres regalos expresaron proféticamente su naturaleza divina y humana, así como sus funciones de Rey, Profeta y Sacerdote (tres unciones) de Jehová.

¿entra o sal de tu aposento para orar?

orar

Ok, estoy de vacaciones por tres semanas. Y me he propuesto buscar un poco más intencionado y abierto al Señor. He decidido buscarlo a puertas cerradas en la intimidad para encontrar que quiere decirme para el 2017. Sin embargo me he encontrado con una tremenda dificultad, al estar a solas en mi pequeño cuarto (en realidad no puedo llamarlo estudio). ¿Sabe cuál es? Bueno déjeme darle una pequeña explicación de lo que he descubierto.

Recuerda usted que Jesús nos dijo: “cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará” (Mateo 6:6). Ahora bien,  usted debe entender que él dijo esto a modo de corolario para evitar ser muy llamativos y “como los hipócritas” cuando oramos (Mateo 6:5).

Sin embargo, aun así, este versículo ha sido considerado un manifiesto sobre cómo evitar distraernos en la oración: orar detrás de una puerta cerrada. Y en realidad no es una mala idea. Funcionó por dos mil años. Y eso he querido seguir en estos días de búsqueda de Dios. Pero  me temo y lo digo en voz alta que ahora ya no me funciona mucho esta práctica. No me mal entienda  la verdad que por dos mil años, el lugar más íntimo y con menos distracciones fue el cuarto con la puerta cerrada. Sin embargo tengo las sospechas  que ahora, el ruido se ha reubicado bajo techo.  Y es que si somos honestos si nuestras computadoras y dispositivos están cerca, es el peor lugar para tratar de orar y buscar a Dios como centro de nuestra búsqueda. Pienso que ahora caminar a través del parque central de la ciudad distrae menos que sentarse solo en una habitación rodeado de tecnología. ¿Y sabe  lo que más preocupa? Que esta pérdida de la oración en la intimidad está afectando a la iglesia. Así que ¿Por qué no reflexionamos sobre algunas “ideas despeinadas” de lo que me está agobiando el alma ¿lo hacemos?

Ok, empecemos. Se ha dicho que si uno quiere humillar a un pastor, tiene que preguntarle sobre su vida de oración. La triste verdad es que la mayoría de los cristianos, incluso los pastores, pasa más tiempo leyendo artículos, viendo ESPN o jugando juegos en su teléfono inteligente que orando. Así que cuando comparo mi vida de oración con la de los grandes espirituales de la historia, a veces me pregunto si en verdad conozco al mismo Dios. Lo digo con honestidad.

A la verdad que los Evangelios están llenos de relatos sobre la increíble vida de oración de Jesús. La vida de oración de Pablo sobresale en cada parte de sus cartas. Santiago, el pilar más prominente de la iglesia primitiva, fue llamado “el hombre de las rodillas de camello” debido al precio que su interminable vida de oración demandaba sobre la piel de sus rodillas. Los escritos de Ignacio, Policarpo e Ireneo están empapados de oración. Uno se pregunta si San Agustín o Aquino en algún momento dejaban de orar. Lutero oraba tres horas al día. Calvino oraba cinco veces al día en momentos dedicados exclusivamente a la oración. George Müller oraba entre dos y tres horas al día y registró más de cincuenta mil oraciones respondidas en sus diarios personales. Hudson Taylor se despertaba en medio de la noche para orar desde las dos hasta las cuatro de la mañana, ¡para que no lo molestaran!

Pero si soy sincero me cuesta mucho orar siete minutos en mi lugar de trabajo. Tengo que usar el cronómetro y, si no pongo el teléfono en silencio para que nadie me interrumpa, buena suerte. Tengo que poner la computadora en modo de hibernación para evitar googlear la primera pregunta que me venga a la mente. Ups, me olvidé la Tablet. Parece que mi amigo del blog está en Guatemala hoy. Debería enviarle un mensaje de texto para recomendarle mi cafetería favorita allí… Luego encuentro un artículo relacionado con una palabra que encontré en mi texto, eso me llevó a otro enlace y ahí encontré una páginas de libros cristianos para descargar gratis, veo la lista…luego encuentro una frase muy buena en un libro y digo: debe ser publicado en FB… y… ¡un momento! Dije sin distracciones. Y así por el estilo.

Estoy haciendo lo que dijo Jesús, ¿no? Cierro la puerta y luego intento —en vano— cerrar todas las puertas digitales que asaltan mi mente. ¿Por qué es tan difícil?

Simplemente porque vivimos en un mundo totalmente tecnológico. Verán, durante ocho horas al día conecto mi mente a la máquina y salto de tarea en tarea, interconectándome interminablemente con los dispositivos que tengo frente a mí. Día tras día, año tras año. ¿Cómo podría esperar sentarme en ese mismo espacio y apagar todo después de haberlo acondicionado tanto para que funcione así? No puedo. Tengo que cambiar de ambiente. Así que el problema es que la habitación con la puerta cerrada, que en el primer siglo era un lugar privado, en la era moderna suele ser el lugar con más distracciones para orar. ¡Así de simple!

Usted debe entender que en el primer siglo, las personas pasaban mucho tiempo al aire libre cuando no estaban durmiendo. Afuera, encontraban distracciones. Veían a las personas que habían conocido toda la vida. Veían el mercado, que era el centro de la antigua vida cívica. Pero hoy en día, si salimos en una gran ciudad, suburbio o pueblecito, probablemente encontremos muy poca gente caminando. Si vemos a alguien, lo más probable es que no lo conozcamos. Así que, ¿por qué no orar afuera? Salgan a dar un paseo de oración. Sí, incluso en medio de un invierno torrente. Como dicen los noruegos, no existe el mal clima, solamente la mala indumentaria.

Y es que si somos honestos hoy es afuera donde estamos solos, pero puertas adentro nuestros dispositivos suenan hasta el hartazgo llamándonos al sinsentido constante, haciendo que nuestro cerebro se distraiga con una cosa u otra hasta que nos damos cuenta de que ni oramos ni disfrutamos el tiempo que pasamos distrayéndonos. Así que el reto es oren sin distracciones. El mensaje es el mismo, pero los medios se han invertido. Creo que una de las mejores formas de cerrar la puerta en el siglo XXI es abrir la puerta y dejar nuestra casa atrás para dar un paseo en oración. Es lo opuesto a encerrarse en una habitación, pero cumple el mismo propósito en nuestra era. Dejen el teléfono en casa, o encendido pero en silencio en el bolsillo. Oren. Comiencen por pequeños ratos y pronto hallarán que es reconfortante caminar por veinte o treinta minutos mientras oran. Puede que empiecen a tener una comunión con Dios que no han tenido en años. No se distraerán nada en comparación. El aire fresco y el ejercicio también les harán bien. Además, su mente se desconectará del ruido. Al monito de la obsesión por la dopamina que llevamos sobre la espalda no le gusta el clima: se quedará en casa. Creo que es un llamado urgente para buscar el mejor lugar donde podamos estar en secreto con nuestro padre, y ahora lamentablemente estar en lo secreto es estar en lo público. ¿O quizás ahora al entrar en secreto y cerrar las puertas sean todas la puertas de los móviles, las Tablets, y dispositivos electrónicos? (Que conste que no estoy cambiando el texto, no soy hereje…pero necesito concentrarme…y la verdad es que adentro me está costando un mundo…) De hecho estas sólo son “ideas despeinadas”…el que tiene oído para oír que escuche…mañana me voy al parque a buscar al Padre…

 

«…lo espiritual de lo pagano de la Navidad…»

 

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La lucha en contra de Cristo y su nacimiento se intensifica aún más cada año también durante esta época navideña.  Ya me imagino que alguno de Uds., por ejemplo, han oído de algunos comerciantes que en las publicaciones de sus catálogos de productos han sustituido discretamente frases tradicionales como “Feliz Navidad” y los han reemplazado por otros términos políticamente correctos: “Felices Fiestas.”  Todo esto a pesar de que son estos mismos negocios los que siempre tratan de explotar comercialmente la Navidad promoviendo sus mercancías no solo en los llamados “viernes negros” sino como si fuera poco, ahora también hay “lunes cibernéticos” (que aquí en los E.E.U.U. ocurren después del Día de Acción de Gracias)[1].

Es muy triste ver lo que está pasando con el cristianismo en nuestros días.  No solo otras sectas y religiones de una forma u otra degradan la Persona de Cristo y su nacimiento, sino que aun nuestros propios líderes comunitarios y políticos ahora están también promoviendo estos y otros cambios seculares.   A la vez es muy lamentable  ver cómo, poco a poco, los cristianos estemos comenzando a celebrar una Navidad sin Cristo. Ahora bien, el ataque contra la Navidad no es solo comercial sino también filosófico.  Algunos argumentan inclusive que la Navidad tiene que ver más con celebraciones “paganas” que con el nacimiento de Jesús de Nazaret, el Niño Dios.  Si bien es cierto que uno no puede negar que el solsticio de invierno como evento astronómico ocurre cerca de la Navidad, también es verdad que este evento ocurre en diferentes fechas, entre el 20 y el 23 de diciembre todos los años en el hemisferio norte, pero esto no significa que al celebrar la Navidad el 25 de diciembre nosotros estemos adorando al sol.  Esto sería ridículo. Estas son realmente ideas o conceptos promovidos por sectas religiosas y grupos ateos que realmente tratan de desacreditar todo lo que es cristiano y tiene que ver con Cristo, el Hijo de Dios, el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2: 5). Sin embargo a pesar de todas las evidencias de que es ridículo que la Navidad no se celebre por tener matices paganos, es importante entender que la idea es precisamente el poder rescatar en medio de una mentalidad pagana una mentalidad cristiana.  ¿Cómo se puede percibir a Dios en medio de una cultura secular y pagana? ¿Cómo podemos ser cristianos, celebrar a Cristo en medio de una cultura pagana? Se podrá ser espiritual en lo mundano de la navidad?

Permítame usar unos principios que encontré en el libro de Ester. Es un libro que no aparece el nombre de Dios, no aparece referencia alguna a la ley o los principios de Dios, no hay mención del templo, rituales, etc. Pareciera ser que el libro de Ester es un libro mundano y que no tiene nada de espiritualidad. Sin embargo está lleno de espiritualidad no al estilo tradicional sino al estilo vivencial. Y es que en toda la trama de esta historia maravillosa, encontramos hasta aquí por lo menos tres lecciones perdurables de espiritualidad en un contexto pagano.

La primera tiene que ver con el plan de Dios. La segunda, con los propósitos de Dios. Y la tercera, con el pueblo de Dios.

En primer lugar, debemos tener muy claro los cristianos en un mundo pagano que los planes de Dios no son obstaculizados cuando los acontecimientos de este mundo son carnales o no espirituales. Dios está en actividad. Él se está moviendo. Él está tocando las vidas. Él está dando forma a los reinos. A Él nunca le sorprende lo que la humanidad pueda hacer. Solo porque las acciones o las motivaciones resulten ser carnales o no espirituales o injustas, esto no significa que Él no está presente. Es posible que los involucrados no le estén dando la gloria, pero nunca dude de que Él está presente, de que está en acción. Observe todo eso en el libro de Ester.  Él es un Dios de  actividad admirable.

En segundo lugar debemos tener muy claro los cristianos en un mundo pagano que los propósitos de Dios no son frustrados por las fallas morales o  sociales¿Por qué lo sé? Porque Él es un Dios que aplica la gracia a toda la perspectiva de la vida. El mal lo aflige, y después hay consecuencias serias, ¡pero ninguna cantidad de mal frustra sus soberanos propósitos! Él es un Dios de fidelidad admirable. Vasti es destituida por un rey borracho, Ester es obligada a ir un palacio lleno de intrigas y pasiones, Mardoqueo es acosado por un enemigo dentro del palacio.

En tercer lugar, el pueblo de Dios no está excluido de los lugares de autoridad por las desventajas o las dificultadesÉl es un Dios habilidad admirable.  Ester era una exiliada en un país extranjero. Era también huérfana. Estaba a años luz de nobleza persa. Pero nada de esto impidió que Dios la exaltara a la posición en la cual Él la quería usar. La mano de Dios no es tan corta que no pueda salvar, ni su oído tan torpe que no pueda escuchar. Él está en acción en su vida en este mismo momento, ya sea que usted lo vea a Él o no. Dios se especializa en transformar lo mundano en significativo. Dios no solo se mueve de manera sorprendente, sino que también lo hace en momentos que no tienen nada de particular. El Señor está tan involucrado en lo mundano como en lo milagroso.

Él es un Dios soberano que está en acción en medio de los vastos escenarios de los estados e imperios de nuestro mundo. Y nosotros, aun en medio de nuestros días habituales, debemos permanecer puros y dedicados a las cosas de Dios y de su obra en nuestras vidas, manteniéndonos sensibles a su mano que se mueve en medio de lo carnal, de lo secular, e incluso en medio de la embriaguez. Solo entonces podremos traer a este mundo destrozado la esperanza que tanto necesita. Así que aunque los paganos hagan de la Navidad algo mundano eso no implica que los cristianos podemos ser espirituales en medio de lo pagano.

[1] https://carloschapa.wordpress.com/2011/12/21/una-navidad-sin-cristo/#more-428

¿Navidad valiosa o Navidad costosa?

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“¿Cuál es el precio?” “¿Cuánto vale?” Estas dos preguntas son parecidas, pero son muy diferentes; muy diferentes.

“Precio” es la cantidad de dinero que se necesita para hacer una compra; la factura, el recibo, el gasto monetario que se requiere para realizar una transacción financiera. “Valor” es la utilidad del objeto. . . el beneficio, valía e importancia de lo que se ha comprado. Es el beneficio de larga duración que derivamos del artículo. La justificación para pagar un cierto precio por lo general se determina en base a la valía personal que acompaña la compra.

Hay otra distinción que hay que recalcar. El “precio” es frío, objetivo e incluso doloroso. No es necesariamente fácil de aceptar. Allí es donde el “valor” desempeña un papel vital. En nuestras mentes comparamos los datos no emotivos, duros, del precio junto con la apelación subjetiva, magnética del valor. El valor, cuando cumple su función, convence al comprador de que el precio es aceptable, o, le dice: “No lo hagas. No vale esa cantidad de dinero.” La diferencia entre el manejo sabio o necio de nuestro dinero determina grandemente la interacción entre esas dos fuerzas. Obviamente, tenemos que gastar sabiamente cuando el valor eclipsa al precio. De nuevo, eso hay que determinarlo individualmente. Por eso, a la larga, por lo general podemos determinar la escala de valores de una persona por las cosas que compra; o, para usar las palabras de Jesús: “Pues donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:21, RVC). Piense en los domingos: su vida en la iglesia y la motivación que recibe. Piense en sus hijos y su futuro; y el futuro de los hijos de ellos. Piense en su barrio: cientos de personas no alcanzadas. Piense en las posibilidades de la radio o la televisión, tal vez una escuela evangélica, alcances misioneros, espacio para crecer, ¡espacio donde estacionarse! ¿Cuál es el valor? Decidir si algo vale su precio requiere oración intensa, efectiva, persistente, así como también el arduo trabajo de pensar objetivamente; y luego requiere valor para actuar siguiendo la clara dirección de Dios. ¿Cómo aprendemos a pensar más en valor de lo valioso y no de lo costoso? Creo que se  deriva de una forma de pensar. Es decir nuestro reto es pensar teológicamente y no lógicamente.

Así es la exhortación es ¡piense teológicamente, no lógicamente!

Ahora quiero comentarle que me da pena admitirlo pero, a veces, dudo de la promesa de Dios o Su propósito. Cuando las cosas no salen como yo quisiera; cuando la respuesta es un no pero yo esperaba un sí o viceversa; cuando una situación ocurre que no calza con el carácter de Dios.  Es en esos momentos cuando dudo de mi perspectiva cristiana. Es por eso que el autor de Hebreos nos aconseja y hasta se puede decir, nos ruega que en vez de analizar la vida de manera lógica, lo hagamos de manera teológica. Cuando nuestros fundamentos son sacudidos, cuando nuestra esperanza comienza a disiparse, cuando la lógica humana no tiene sentido, piense  Teológicamente. Hebreos 6:17-18 dice:

“De la misma manera Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su propósito, interpuso un juramento, a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, seamos grandemente animados los que hemos huido para refugiarnos, echando mano de la esperanza puesta delante de nosotros”.

Las verdades teológicas son: (1) Dios tiene un propósito inmutable; y (2) ese propósito está garantizado mediante un juramento.

Aquí me gustaría aconsejarle: no intente explicárselo todo a alguien más. No se puede. Si pudiese hacerlo, usted sería Dios. Lo único que se puede explicar de manera teológica es que esto es parte del propósito inmutable de Dios, garantizado mediante un juramento y ninguno de los cuales es mentira. A eso le llamo pensar de manera teológica. Tal como Salomón lo dijo correctamente: «Él ha hecho todo apropiado a su tiempo» (Eclesiastés 3: 11).

Permítame ampliar este pensamiento con un silogismo teológico: Dios controla el tiempo y las estaciones. Algunas veces los momentos son difíciles y algunas temporadas son ásperas. La conclusión entonces es: Dios controla los momentos difíciles y las  temporadas ásperas.

Es muy fácil para nosotros alabar a Dios cuando las bendiciones fluyen, cuando la cuenta del banco tiene mucho dinero, cuando hay empleo y el horizonte nos presenta una promoción; cuando tenemos un buen salario o cuando tenemos buena salud. Pero nos cuesta mucho creer en Dios cuando esas cosas no ocurren.

Tres beneficios de pensar teológicamente…

Existen tres beneficios que surgen como resultado de pensar de manera teológica; los vemos en estos dos versículos de Hebreos 6. Observe nuevamente el versículo 18:

 “…a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, seamos grandemente animados los que hemos huido para refugiarnos, echando mano de la esperanza puesta delante de nosotros…”

El pensamiento lógico le desanimará mientras que el pensamiento teológico le animará. Allí está el primer beneficio: motivación personal. Créame. Pensar de manera teológica se convierte en un “motivador sólido”.

El segundo beneficio que el escritor de Hebreos menciona es que tenemos un refugio de esperanza: es decir convicción personal. El ánimo es lo opuesto al desánimo. La esperanza es lo opuesto a la desesperación. Cuando usted acepta el hecho de que a veces hay temporadas insípidas y momentos difíciles pero que Dios está en control de ambas circunstancias, usted experimentará esa sensación de refugio divino, sencillamente porque la esperanza ya no está en usted mismo sino en Dios. Eso explica el motivo que Abraham le dio la gloria a Dios durante el periodo de espera: «No lo entiendo. No lo puedo explicar, pero Señor, tú lo prometiste y yo te doy la gloria por este periodo de espera, aun cuando ya soy viejo».

Un motivador sólido, una convicción sólida, es decir un refugio de esperanza y el versículo siguiente menciona también un mayor beneficio: la esperanza que tenemos es un ancla para el alma.

Ese es el tercer beneficio, un ancla para la alma es decir compensación personal.  La palabra ancla que se utilizaba en la literatura antigua, así como en el libro de los Hechos, también se utiliza en este capítulo de hebreos. Se han escrito muchos himnos y canciones cristianas que utilizan esta metáfora del ancla. Casi estoy seguro que cada una de sus canciones se fundamenta en este capítulo 6 de Hebreos. Leí la historia de un ex infante de Marina que relata lo siguiente: “Recuerdo muy bien uno de mis viajes con la infantería. Después de diecisiete días en el mar, llegamos a la Bahía de Yokohama, Japón. Una vez, cerca de la bahía, el capitán detuvo el barco y esperamos hasta que un pequeño bote se acercara a nosotros. Unos minutos después, un caballero japonés tomó los controles de nuestro barco y lo guió lentamente hasta que llegamos al muelle. Al principio, no entendía por qué tuvimos que esperar pero luego me lo explicaron. Aún había minas submarinas en la bahía japonesa. El marino japonés, nos guió por medio de esas aguas traicioneras hasta que llegáramos a puerto seguro”. A estas alturas la  intención no es escribir acerca de anclas, capitanes, barcos o bahías. La intención es que comprenda que Jesús se convierte en nuestra ancla cuando la vida se torna imposible de seguir. La duda tratará de decirle que usted está solo, que nadie se preocupa por usted y que nadie puede ayudarle con su situación. El libro de Hebreos,  sin embargo, nos dice que Cristo es nuestro sacerdote perpetuo; no de una vez al año, si no para siempre. Recuérdelo, Jesús se encuentra junto al Padre, representándole ante Él. Por ende, no hay nada en su vida que sea tan terrible que Jesús no pueda comprender o que quiera alejarse de usted mientras sufre esas circunstancias.

Así que en esta Navidad quiero darle un consejo práctico

Cuando usted se encuentre en medio de la duda, recuerde lo siguiente. Primero, Dios nunca miente. Él puede probarle y lo hará. Él puede decirle que no y a veces lo hará; Él puede decirle que sí y también lo hará; ocasionalmente también le puede decir que “espere” pero Dios nunca le mentirá. Él mantiene Su palabra. La duda nos dice que somos insensatos al creer en un Dios que permite que pasemos por circunstancias dolorosas pero la fe nos recuerda que Dios no puede mentir.

Segundo: Dios nunca pierde. La duda nos dice que fracasaremos si confiamos en Dios durante los momentos difíciles. Pero cuando leo el capítulo 6 de Hebreos, descubro que en el tiempo de Dios, de manera misteriosa, y por algún propósito o inexplicable e inmutable, aquellos que confiamos en Él, venceremos, ya que Dios es el vencedor.  Dios nunca miente. Él nunca pierde. Aun cuando su cónyuge le ha abandonado injustamente, usted no quedará derrotado. Su bebé nació con necesidades especiales pero eso no es una derrota. Usted sigue esperando pensando que las cosas mejorarían y sin embargo todo parece ir de mal en peor. No lo olvide, usted no fracasará. Dios lo prometió mediante un juramento que no cambiará. Usted vencerá.

Tercero, Dios nos defiende. Y pienso que esto es lo mejor de todo, Dios nunca nos abandonará. Proverbios 18:24 nos dice que Él “es más íntimo que un hermano”. Jesús se ha convertido en nuestro precursor, nuestro sumo sacerdote para siempre. (Hebreos 6:20) Eso quiere decir que Él está a nuestro lado todo el tiempo. Y sin querer que esto suene a cliché, quiero decirle que esta esperanza en Cristo, está ancla del alma, es la única salida. Yo no tengo otra respuesta más que Jesucristo. No le pudo prometer sanidad, ni tampoco pudo predecir que su vida cambiará de la noche a la mañana. Lo que sí puedo hacer es asegurarle que Él le recibirá si usted pone su fe en Él. Él le devolverá esa esperanza que usted necesita tan desesperadamente. La buena noticia es esta: esa esperanza no solamente le guiará durante esa prueba en particular sino que finalmente también le guiará a la gloria cuando muera.

Así que si quiere que su Navidad sea valiosa en lugar  de costosa…piense teológicamente en lugar de lógicamente…

 

Las piedras hechas en el infierno…

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En mi mesa de estudio, en una gaveta, tengo un frasco de vidrio rotulado “las piedras del dolor”. ¿Qué es eso se preguntará? Bueno es un frasco con 13 piedritas de diferentes tamaños cultivadas y cosechadas en mis riñones. Cada una de ellas simboliza las horas y las agonías que he pasado durante muchos años al “parirlas” una por una. Después de muchos años de padecer  ese mal he llegado a la conclusión de que los dolores renales son una invención del infierno. Y sudo helado al pensar que esa sea una de las torturas para los que moren eternamente en el averno. Sin embargo a pesar del dolor, la incertidumbre, las hospitalizaciones, los síntomas, hoy las puedo  ver como un legado que representa en medio del dolor como Dios de alguna manera obró. Todavía al escribir estas palabras mi alma se estremece recordando las horas de agonía por cada cólico.  A veces Dios usa símbolos e imágenes para recordarnos lo que ha pasado, lo que ha hecho y lo que podrá hacer. Al pensar viene a mi mente la imagen de un niño, es un niño que dice: “Abuelo, abuelo,”   señalando un montón de piedras, mientras jalaba la túnica de su abuelo. “¿Qué quieren decir esas piedras?”

“Ah, Jacob, voy a contarte cómo la mano del Señor nos libró. . . .”

Y es que después de cuarenta años de armar y desarmar carpas y de cavar tumbas, los hijos de Israel finalmente cruzaron el río Jordán a la Tierra Prometida. Antes de que Dios los dejara en libertad para reemplazar el maná por uvas y agua tibia por leche y miel, les ordenó que  construyeran un curioso monumento con doce piedras: Cuando todo el pueblo terminó de cruzar el río Jordán, el Señor le dijo a Josué: «Elijan a un hombre de cada una de las doce tribus de Israel,  y ordénenles que tomen doce piedras del cauce, exactamente del lugar donde los sacerdotes permanecieron de pie. Díganles que las coloquen en el lugar donde hoy pasarán la noche.» (Josué 4:1-3) Una vez que los hombres acarrearon las piedras del río al punto designado, Dios continuó: y servirán como señal entre ustedes. En el futuro, cuando sus hijos les pregunten: “¿Por qué están estas piedras aquí?”, ustedes les responderán: “El día en que el arca del pacto del Señor cruzó el Jordán, las aguas del río se dividieron frente a ella. Para nosotros los israelitas, estas piedras que están aquí son un recuerdo permanente de aquella gran hazaña.” » (Josué 4:6-7)

Puede creerme, ningún niño trató este montón de piedras como un juego. Formaban un memorial visible de la firme fidelidad de Dios. Eran piedras de legado. Parados en las orillas del río Jordán ese día, los israelitas aprendieron una lección objetiva sobre cómo dejar un legado. Piense por un momento, ¿en dónde están los recordatorios físicos suyos del legado de Dios en su vida?

Este pasaje en Josué me llevó a pensar en tres palabras.

Primero, haga. Dios quiere que nos tomemos la molestia de establecer marcadores históricos. Note que dije: “tomarse la molestia.” Producir recordatorios de un legado no es fácil. Estas eran piedras grandes. Había que escogerlas, acarrearlas, amontonarlas, y luego mantenerlas como un recordatorio duradero de la fidelidad de Dios. Ahora bien, sus marcadores históricos tal vez no sean piedras. Tal vez usted hizo una placa con una declaración en cuanto al carácter de Dios, o empezó un diario de oración con las respuestas divinas permanentemente anotadas en tinta, o puso en marco una copia escrita con su puño y letra de su experiencia de salvación. Pero, sea lo que sea que decida, exigirá pensamiento creativo seguido de acción intencional y deliberada.

Segundo, recuerde. Dios se interesa en que le recordemos a Él y lo que Él ha hecho. La memoria es una cosa maravillosa, pero se desvanece con el paso del tiempo. Envejecemos demasiado rápido. Un sabio consejero dijo: “Para cuando la cara queda limpia, la mente se nubla.” ¿Alguna vez se ha encontrado usted participando sin quererlo en el juego de los nombres? Mi esposa y yo pasamos tiempo diciendo: “Recuerdas a,. . . a,. . . a.” Y ella dice: “Sí. Se llamaba María.” Y yo digo: “Exacto.” Entonces yo digo: “Recuerdo que ella . . .”; y mi esposa dice: “Así era; ella hacía esto y lo otro.” Uno de los muchos beneficios de vivir con el cónyuge de uno un tiempo largo, es que el otro puede terminar por uno las frases. Pero Dios no quiere que nos olvidemos de lo que Él ha hecho, o quién es Él. Lamentablemente, recordamos nuestros fracasos mucho más que la fidelidad de Dios. Recordamos las tragedias y nos olvidamos los triunfos. Los recordatorios físicos de Su provisión nos ayudan a reenfocar nuestros pensamientos en Él cuando perdemos un empleo, o atravesamos reveses económicos. Los monumentos de la misericordia divina nos consuelan cuando nuestros hijos se rebelan. La reflexión en el carácter de Dios nos da valor para el futuro.

Número tres, imparta. Dios se interesa que nuestros hijos le recuerden a Él y lo que Él ha hecho. El hogar es el lugar en donde la vida toma sus determinaciones, en donde la vida subraya sus impresiones. Dios se preocupa profundamente porque la próxima generación aprenda en cuanto a Él. Eso sucede mejor por medio de nosotros.  Los hijos aprenden por repetición. No sé cuántas veces nuestros hijos adultos, ahora con hijos propios, dicen: “¿Cuántas veces tuvieron que decirnos lo mismo para que lo captáramos?” Mi respuesta siempre es la misma: “Más de lo que querían.” Uno tiene que hacerlo vez tras vez, hasta que sea hábito. Si una imagen vale más que mil palabras, un legado duradero vale un millón.

Así que en este tiempo que viene de fin de año de 2016  le doy tres palabras importantes: Haga. Recuerde. Imparta. ¿Tiene ya algunas piedras de legado en su vida? Si no, es tiempo de preparar unas cuantas. La verdad que yo tengo las mías, que aunque hayan sido concebidas en el infierno hoy que las veo después de  varios años de descanso de este mal, me recuerdan que Dios construyó un legado a través de ellas…

«…el hombre del cántaro…»

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Un detalle que aparece en Marcos 14:13  es bastante intrigante. Dice la narración: “Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle…”

¿Por qué este tipo de señal?  Por ejemplo ¿Porque Jesús les mando a seguir a un hombre con un cántaro y no una mujer, o un niño?

Algunos estudios establecen que  era tarea de las mujeres el ir a traer el agua de los pozos, y manantiales para los quehaceres hogareños. En la actualidad lo hacen en muchas partes en Oriente, de la misma manera que lo hacían cuando los relatos del Génesis hablan de «la hora de la tarde, la hora en que salen las mozas por agua» (Gen. 24:11) Las mujeres entrenaban  para este trabajo desde la niñez, pues Saúl y su siervo «hallaron unas mozas que salían por agua» (1 Sam. 9:11). El mejor tiempo para este trabajo era por la tarde, aun cuando algunas veces se hacía temprano por las mañanas. Cántaros de barro (Lam. 4:2), se usaban para este trabajo, los que tenían  a veces una o dos asas. Ha sido una costumbre entre las mujeres siriacas, llevar el cántaro de agua en su hombro, aunque algunas lo llevan sobre la cabeza. La mayoría de las mujeres árabes en Palestina lo llevan sobre su cabeza. La Escritura nos dice que Rebeca llevaba su cántaro en el hombro (Gen. 24:15). Así que el llevar un cántaro al agua era costumbre universal de las mujeres[1]

Entonces,  ya que eran mujeres las que solían llevar el agua en cántaros, podemos entender con más claridad la señal que Jesús les coloca a los discípulos. Seguir a un hombre con un cántaro no era común, más bien era imposible, los discípulos tuvieron que creerle a Jesús e ir a la ciudad a buscar a un hombre que en su lógica cultural, no iban a encontrar. Un hombre cargando un cántaro era algo inusual. Pero ellos obedecieron y lo encontraron. Esto nos deja una gran enseñanza, debemos obedecer a Jesús, aunque no pida cosas que en nuestra lógica no logremos comprender. Sin embargo tengo la impresión que el hombre con el cántaro es una señal con una instrucción un poco más específica de parte de Jesús.

Antes de establecer algunos principios, me gustaría intentar establecer el pensamiento que existe en los discípulos. Recordemos que ha habido varias noticias importantes que han  zarandeando la cosmovisión judía de los discípulos. Se discutió del templo, de la destrucción del mismo, de las señales que vendrán con respecto a Israel y al mundo. Así que ya hay  bastantes noticias dando atisbos de que la centralidad del judaísmo va a desaparecer. Pienso, que los judíos todavía están aferrados a su alcurnia judía. Ahora sólo les queda una ceremonia que mantiene la identidad judía, la pascua. Para los discípulos era chocante recibir noticias de la destrucción del templo, y de alguna manera lo aceptaron. Pero su resistencia acerca de la pascua, no tiene comparación. Es más, si ustedes observan la pregunta de los discípulos tiene que ver con ¿dónde quieres que celebremos la pascua? Ni siquiera preguntan ¿vamos a celebrar la pascua? Eso es un indicio de que para ellos la ceremonia y la celebración de la pascua era un tema que no estaba bajo discusión y mucho menos bajo abolición. Y es aquí donde encaja perfectamente la señal del hombre del cántaro. ¿Por qué? Pues porque rompe los esquemas tradicionales de la cultura judía. ¿Lo pueden percibir? Es como si Dios estuviera anticipando lo sospechoso que será hoy la celebración tradicional de los discípulos. Es como si anunciara, se cambiará la manera en recordar el sacrificio del cordero, se romperán los paradigmas actuales, hay que estar abiertos al nuevo mover y manifestación de Dios.

Así que en realidad el hombre con el cántaro es una señal de ruptura y de cambio. ¡Qué interesante mensaje de pare de Dios, para una comunidad que estaba aferrada a los sistemas tradicionales y caducos como lo era el judaísmo. ¿Qué tan abiertos estarán a esas señales los seguidores de Jesús? ¿Y qué tan abiertos estamos los seguidores de Jesús en este siglo actual? Son preguntas relevantes.

En primer lugar  es una señal de  transición.

Los discípulos quieren sacrificar (14:12) con Jesús la pascua, al modo tradicional. Son los Doce (14:17) y representan la esperanza nacional israelita. No le preguntan si quiere celebrarla, sino dónde deben prepararla (ellos) para que él la coma. Desean que él celebre la pascua judía, según la costumbre. Pues bien, ellos lo proponen y Jesús lo acepta, al menos en un primer momento, para decirles después, en el centro de la celebración judía, que van a rechazarle, a pesar de que él les ofrece su propio pan y vino, es decir, su propia comida (14:18-21;27-31). Marcos sitúa por tanto la cena de despedida de Jesús en el trasfondo de la historia (tradición) israelita, como sus Doce discípulos han deseado. Alguien pudiera suponer que, al celebrar esta pascua judía, Jesús se contradice: ha rechazado la sacralidad del Templo (11:12-26) y, sin embargo, asume el rito pascual del cordero, íntimamente vinculado con el templo (donde se sacrifican los corderos para la cena pascual). Se diría que así vuelve a las leyes nacionales, antes impugnadas (7:1-23), celebrando ahora la comida ritual más importante de la historia y ley judía, conforme a normas de separación sacral (no caben en ella leprosos, gentiles, publicanos…).  Pues bien, según veremos, será precisamente aquí donde se expresará la novedad radical del evangelio, el nuevo comienzo mesiánico. Ésta será, por tanto, una cena de fracaso (de los Doce) y de cumplimiento mesiánico (de Jesús). Por lo tanto aunque Jesús esté aceptando el ambiente pascual judío en realidad lo hace porque está llevando a una transición más dinámica de relación con Dios. El hombre con el cántaro demuestra que es una persona que les llevará al lugar que buscan, al dueño de la casa. Y de hecho así son las indicaciones de Jesús. El en sí no es la meta final de su búsqueda sino un indicador de una correcta búsqueda y de encontrar el destino de la comunidad de Dios para un encuentro más íntimo con Dios.

  • En segundo lugar es una señal de contradicción

La contradicción estriba en que no es el hombre el que se acostumbra a llevar un cántaro sino la mujer. Es el hecho de que los roles serán trastornados. Y debemos estar abiertos a ese tipo de cambio paradigmático. Pero es una señal de contradicción porque precisamente es en esa celebración al estilo judío, en donde tenía que haber culminado, termina (pierde su sentido) el mesianismo israelita de los Doce ya que ellos acaban rechazando a Jesús, y no cumplen la tarea que él les había encomendado (cf. 3:13-19). Observe que en esa cena se desarrolla a cabalidad el cumplimento mesiánico, porque Jesús permanece fiel, y de esa forma entregará su vida, ofreciendo su pan y vino (su cuerpo y su sangre) a los mismos que le traicionan. Según eso, el evangelio se mantiene pero de otra manera, porque la misión universal no empezará en Jerusalén sino en Galilea (14:28), no por los Doce en cuanto grupo sino a través de los «discípulos y la Roca, Jesús» a quienes las mujeres de la tumba vacía deben ofrecer su anuncio (16:7). De todas formas, el paso por Jerusalén no ha sido inútil, pues Jesús ha debido pronunciar allí el gran discurso sobre el fin del templo y el anuncio del evangelio a todas las naciones (Mc 13, 10). La subida a Jerusalén ha sido necesaria, no para quedarse allí (las estructuras israelitas han fracasado), sino para iniciar el nuevo camino de pascua en Galilea. Ahora es importante entonces establecer que desde ese fondo seguiremos leyendo el texto. Entonces debemos aclarar que al celebrar la pascua con los doce (14:17) parece que Jesús ratifica las tradiciones nacionales. Estos Doce (signo del nuevo Israel que está naciendo) forman su familia. Algunos de sus participantes (incluso Judas) podrían pensar que llega finalmente el momento de la identificación mesiánico/nacional del grupo: Jesús se mostrará judío fiel a su nación, cumpliendo lo que en este momento se espera de un buen israelita. Pues bien, Jesús hará lo contrario, ratificando con su signo la superación del judaísmo de la vieja pascua.

  • En tercer lugar, es una señal de renovación.

 Lógicamente, la iniciativa ha partido de los Doce que siguen moviéndose a nivel israelita de comidas puras y de templo: Quieren celebrar así la solidaridad “eterna” de Israel, tanto en perspectiva de recuerdo (se identifican con los liberados de Egipto) como de compromiso actual: todos los judíos se vinculan en un cuerpo, especialmente aquellos que comparten la pascua del cordero. Pues bien, esa pascua judía del cordero introduce una profunda disonancia en la trama teológica de Marcos (expresada en 14, 3-9; como seguiremos indicando. Como parece normal, los discípulos quieren sacrificar la pascua al modo judío, es decir, formando con Jesús una comunidad limpia, de puros observantes de la Ley nacional, como si Jesús no hubiera traído ninguna novedad.  Pues bien, ellos proponen y, de manera sorprendente, Jesús acepta, pero no para hacer lo que ellos quieren, sino algo muy distinto, en línea histórica y teológico. Marcos ha querido resaltar de esa manera la novedad de Jesús frente a la pascua judía y lo hará, mostrando en ese escena, con traición y negaciones, el fracaso del mesianismo israelita de los Doce y de la función intra-judía de los discípulos (a quienes Jesús había elegido para “ser-con-él” y proclamar el reino; cf. 3:13-19). Ellos le rechazan en el centro de la “pascua” que quieren ofrecerle en Jerusalén. Por eso, la misión universal de Jesús se iniciará de otra manera, no en Jerusalén sino en Galilea (Mc 14, 28; 16, 7-8), fundándose en la cena de entrega Jesús y no en la pascua nacional judía que sus discípulos buscaban.

  • En cuarto lugar es una señal de sumisión.

Ahora bien, este comienzo de la cena (14:12-17) guarda cierta semejanza con el de la entrada en Jerusalén (cf. 11:1-6), aunque allí la iniciativa había partido de Jesús, mientras que en nuestro pasaje ella comienza con los discípulos. Sea como fuere, en ambos casos, Jesús envía a dos de esos discípulos, para que preparen lo que debe hacerse (en un caso la entrada en la ciudad, aquí la cena). En ambos casos, Jesús ofrece un signo: antes un asno atado, ahora un hombre con cántaro. Estos detalles suelen ser corrientes en las narraciones populares, y así aparecen al comienzo de las dos escenas. En nuestro caso, el hombre del cántaro (14:13)  a un esclavo pero sea como fuere, Jesús ofrece el signo del hombre del cántaro (que servirá) para poner de relieve el carácter concreto de la escena y de todo lo que sigue. Observe que Jesús dice: “…Os saldrá al encuentro un aguador (un hombre con cántaro)… Seguidlo…” Al ver los detalles en el texto, uno puede observar claramente que se trata de un hombre que lleva un cántaro de agua (anthropos… keramion hydatos bastazon). Como lo mencioné  anteriormente éste es un hecho insólito, ya que eran mujeres las que solían llevar el agua en recipientes en cántaros, jarras o tinajas. Además, el cántaro/ánfora es signo femenino, tanto en Grecia (Pandora) como en todo el oriente. Es curioso observar que el Antiguo Testamento vincula la traída de agua en cántaros con mujeres (Gn 24: 11-21; Ex 2: 16; 1 Sm 9:11), aunque en algunos casos se habla de varones (por ejemplo, Dt 29:10-11; Jos 9: 21-27). Por otra parte, los artistas griegos y romanos presentan regularmente a esclavos portando jarras de vino o de agua (como muestra el signo del Acuario…). Sea como fuere, el signo es extraño: no esperaríamos a un hombre con cántaro a la entrada de Jerusalén. Menos podemos entender el hecho de que sea ese hombre del cántaro el que se acerque a los discípulos, como ofreciéndoles un servicio… Ciertamente, puede tratarse de un esclavo empleado en tareas domésticas… Pero es un esclavo atento a los discípulos de Jesús, hombre que sale a su encuentro y les ofrece un «servicio» especial, que parece de mujeres… Este aguador, esclavo del agua, hombre no diferenciado  será el que guía a los discípulos de Jesús. Doméstico o un aguador. La teoría de que los discípulos siguen al hombre. Pero que gran obediencia y sumisión a su encargo. ¿Estaría consciente de su relevante labor en este momento? ¿Sabría que el era la señal para el cambio que vendría? ¿Jesús lo había comisionado con anterioridad o fue un asunto fortuito de la voluntad  y soberanía Dios  sobre él? Cualquiera que sea, es obvio que sin sumisión y obediencia no habría camino hacia el cambio.

El aguador les lleva a la casa. Los discípulos deben seguir al aguador, entrando en la casa a la que lleva el agua (como un criado, un servidor)  de manera que ya en la casa podrán preguntarle a su dueño (oikodespotê) por la estancia donde el Maestro celebrará la pascua con sus discípulos. “Estancia” se dice en griego katalyma que puede significar la habitación principal de la casa (lo que parece más seguro) o también un tipo de albergue o sala para huéspedes, como a veces se ha pensado partiendo de Lucas 2:7 (donde se supone que en el albergue de Belén no había lugar para recibir a los padres de Jesús).

El dueño de la casa les mostrará el anagaion, que es la habitación superior, que suele dedicarse para comidas y celebraciones especiales, como ésta de pascua. La tradición ha venido interpretando esa estancia como cenáculo o lugar para el banquete, lo cual no es falso, pero quizá restringe el sentido de la palabra, que significa, en sentido extenso, una habitación especial, que no se emplea para usos normales (cocinar, comer cada día, dormir), sino para ocasiones más significativas, como ésta de pascua (aunque no sólo para celebrar comidas). Por eso se dice que está alfombrada y preparada, como habitación de fiesta. Así que las dos señales (la del asno y del hombre con cántaro) son importantes, pero hay diferencias reveladoras.  En 11:1-6, en los hombres del asno, la iniciativa parte de Jesús, pues él mismo quiere entrar en Jerusalén montado sobre un asno; además, en este caso, Marcos no identifica a los discípulos con los Doce, aunque es probable que se refiera a ellos. Por el contrario, en 14:12-17 son los discípulos los que toman la iniciativa, aunque después la asuma Jesús, aludiendo al «hombre del cántaro», al esclavo o siervo del agua, al marginado…; además, ellos aparecen bien determinados, como los Doce. Desde ese fondo se entiende lo que seguirá. Así que al invitar a Jesús a la Pascua, sus discípulos siguen interpretando su vida y obra a partir de las tradiciones nacionales de Israel. Como lo había hecho Pedro en 8:31-33, como los zebedeos en 10: 35-40 o incluso como el mismo Judas, cuando acude a los sacerdotes (14:10-11). Ese “retorno” a una tradición pascual de ese tipo implica una disonancia, porque el Jesús de Marcos ha superado o roto muchas tradiciones judías (cf. 2:23-3, 6), diciendo incluso que la higuera de Israel se encuentra seca, de forma que nadie puede alimentarse de ella (11, 12-14), y añadiendo que los sacrificios han perdido su sentido (11, 15-18), de manera que incluso el templo va a ser destruido (cf. Mc 13, 2).

…a manera de reflexión actual…

 Queda bastante claro que desde la perspectiva de Marcos debemos preguntarnos: ¿Qué sentido tiene volver a lo pasado y ya caduco, celebrando la pascua judía con corderos sacrificados en un templo que debe ser destruido? ¿No estaremos ante un deseo de retomar algo que estaba previamente superado? En ese contexto, se debe insistir en el hecho de que la iniciativa ha partido de los discípulos, que quieren reintroducir el camino mesiánico de Jesús dentro del ceremonial judío, con lo que eso significa de cumplimiento de la ley y de aceptación de las tradiciones nacionales, controladas y definidas por sacerdotes y escribas. Estamos ante una paradoja que a menudo suele pasar inadvertida. Por un lado, Jesús acaba de anunciar el fin del templo, superando de esa forma la separación entre judíos y otros pueblos. Por otro lado, los Doce desean reintroducirle en el espacio ritual-ceremonial-familiar que ese templo suscitaba de un modo especial en la pascua. Así se muestra ya con claridad la tensión que ha surgido entre Jesús y los Doce, pues, según veremos, ellos caminan hacia metas diferentes. Los discípulos quieren invitarle a la vieja pascua judía, centrándole en la fuerte sacralidad nacional, simbolizada en el cordero sacrificado. Jesús parece aceptar lo que sus discípulos le piden, pero de hecho romperá el nivel de la pascua nacional israelita. Por eso, como veremos, en medio de la cena, él desenmascara a sus compañeros e invitadores (a sus propios discípulos), a quienes desautoriza de manera hiriente, para así manifestar, sobre el mismo fondo de la vieja pascua (marcada por la traición y rechazo de los discípulos), la nueva fiesta de su fidelidad, su entrega a favor de un tipo de vida distinto, es decir, del Reino. Es como si ellos quisieran empujar a Jesús, haciendo ya que se defina y se resitúe en el contexto de la tradición judía, pero Jesús empieza a mostrar que las cosas han de verse de manera diferente, y así lo puede mostrar ya el signo del hombre con un cántaro de agua, un servidor que realiza un trabajo que entonces se tomaba como propio de mujeres (14, 13). Todo nos permite suponer que ese “portador de agua” ha recibido aquí un carácter simbólico, apareciendo como premonición de lo que debe suceder en pascua: hay que aprender a mirar hacia las cosas y personas de manera diferente. Este hombre “peculiar”, del cántaro de agua, un siervo que realiza tareas secundarias, aparece así como guía de la cena familiar que Jesús celebrará con los Doce, es decir, con aquellos discípulos suyos que quieren que retorne a la “sacralidad judía”. Van sus discípulos, encuentran al hombre del cántaro y llegan hasta el dueño de casa que prepara la sala de la fiesta (el anagaion: 14, 15). Después, entrada ya la tarde, viene a cenar él con sus discípulos (14:14), cuidadosamente presentados como los Doce (14:17). Esta cena constituye la última oportunidad para los Doce en cuanto tales. Sabemos que Jesús les ha elegido (3:14-16) como señal del Israel escatológico. Ellos han podido conocer (con otros seguidores) el sentido más profundo de las parábolas del reino (4:10) y han proclamado en Israel el mensaje mesiánico (6:7). Jesús ha querido hacerles servidores de los otros (9: 35) y por eso les ha instruido en la enseñanza más secreta de su entrega por el reino (10:32). Le han acompañado en la intimidad de los últimos días (11:11), aunque sabemos ya que uno de ellos ha decidido traicionarle (14:10). Pues bien, desde ese contexto, se nos dice que ellos “invitan” a Jesús y que Jesús acepta.

  ¿Y que de la iglesia hoy? ¿No estará cometiendo el mismo error? No será que trata de enmarcar el espíritu del reino de Dios en un sistema caduco y traidor de Jesús? ¿Por qué los evangélicos retomamos la misma espiritualidad judaica cuya centralidad está en el templo y en los rituales sacramentados por un clero autorizado? Aunque parezca que Jesús participe de nosotros como lo hizo con los discípulos no quiere decir que él lo apruebe y va a demoler nuestra cosmovisión templaria. ¿No será que por esa razón los modelos que Dios está mandando como modelos a seguir son tan paradójico y sencillos y a la vez tan revolucionarios como “el hombre con el cántaro” que simplemente no los seguimos porque no encajan en nuestras tradiciones? ¿Por qué nos cuesta mucho romper los paradigmas que tenemos ya caducos y viciados? ¿Nos estaremos perdiendo las grandes revelaciones de Dios y su forma dinámica de cambio porque se nos ordena seguir un modelo de “hombre-cántaro” y no encajan en nuestros gustos y preferencias espirituales eclesiales?

Quedan abiertas las preguntas, para todos aquellos que quieren obedecer a Jesús, sin importar a qué modelo y lugar lo llevará en su travesía espiritual.

[1] http://blogs.periodistadigital.com/xpikaza.php/2011/06/21/-eucaristia-2-el-hombre-del-cantaro-la-c