Sólo para los que hablan en lenguas: Del taphas al naggas y al rúac

Introducción

La vida del rey David siempre ha sido una fuente de inspiración para mensajes, estudios y artículos de todo tipo. Al acercarse a su vida, uno se puede preguntar  ¿Qué más se puede decir de este gran personaje?¿Cómo podemos enfocarlo de tal manera que sea fresco y relevante en nuestras vidas hoy. Al acercarme nuevamente a la vida de David me di cuenta que en la vida de David hay varios elementos o herramientas que fueron particularmente importantes en cada etapa de su vida. Y en eso me quiero enfocar, que clase de herramienta tuvo en sus diferentes etapas de la vida, y como formaron el carácter de David, para llegar a ser lo que fue y para tener el status de hombre con el corazón de Dios. Y estas herramientas nos ayudan a entender como Dios trabajo y formó a este hombre. Destacan entre ellos el arpa, la onda, la espada, el arca y así otros que serán importantes en el destino y la pasión de David por Dios y por su pueblo.

En esta ocasión quiero enfocarme en el arpa ya que este instrumento es el primero que se asocia con David en su edad temprana. ¿Qué influencia tuvo el arpa en la vida de David? ¿Cómo le formó el carácter que el aprendiera a tocar este instrumento y no otro?  Nuestro pasaje de enfoque estará basado en el vrs. 23 del capítulo 16 de 1 de Samuel. En este pasaje dice: “Y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y la tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él” En este pasaje quiero que nos enfoquemos en tres preguntas importantes. ¿Por qué el arpa? ¿Para qué el arpa? ¿Hasta dónde el arpa? La primera pregunta nos asocia con la motivación. La segunda pregunta nos asocia con la ministración. Y la tercera pregunta nos enfoca con la maduración. Estos tres elementos estuvieron presentes en David, y son muy importantes en toda persona que desea servir a Dios con todo el corazón.

  1. I.                    En primer lugar veamos la pregunta ¿Porqué el arpa? Esto nos acerca al campo DE LA MOTIVACIÓN DE  David.

La pregunta es pertinente, debido a que había más instrumentos que el arpa. Había tambores, la flauta, címbalo, zampoña, etc.  ¿Por qué David escogería específicamente el arpa? Hay tres razones básicas

  1. A.      Por su iniciación

La primera alusión a un instrumento aparece en el vrs. 21 del capítulo 4 de Génesis. Y la primera alusión a ese instrumento es el arca. El arca es muy representativa en la historia del rey de David. David fue muy polifacético, fue músico, soldado y rey. Y en las tres cosas fue muy bueno siempre. Es un hombre que nos señala como Dios trató con alguien y lo hizo fuerte y hábil. O sea que el arpa es el primer instrumento musical que se menciona en la Biblia.

  1. B.      Por su ocupación

En el pentateuco, es el único instrumento de cuerda que se usó en la adoración del templo. Formó parte muy importante en el culto judío. Por otro lado el arpa que se usa dentro del contexto de David y de los judíos era un instrumento de diez cuerdas, que podía ser llevado fácilmente de un lado otro. Tenía una gran movilidad a parte de cualquier otro instrumento.

  1. C.      Por su constitución

Si observamos en 2 Samuel 6:5 dice que David danzaba y los que le acompañaban llevaban toda clase de instrumentos  y dice que eran hechos de “madera de haya” y las primeras que aparecen en el contexto de la adoración eran las arpas. Es importante observar que la Biblia menciona que los instrumentos eran hechos de madera de haya. La madera de haya es muy fuerte, es impermeable, se usaba para construir los barcos, pero a la vez es moldeable y flexible. El haya no es casual, la biblia se menciona como la madera idónea para la calidad de los instrumentos. Y esto será un símbolo o metáfora de lo que un joven es. Ya que David está en esa época de juventud. Estos elementos del arpa es de mucha tensión se necesitaba un elemento que fuera fuerte pero a la vez flexible. Su color es muy claro. El arpa se iba a usar para adorar, para cantar y para componer una adoración a Dios. Las arpas formaron parte de la historia de Israel en el tiempo de los reyes. Porque los reyes eran muy dados a las fiestas, pero nunca usaron las arpas como instrumentos de fiesta, porque estos era considerados solamente para las fiestas solemnes de Israel en el templo y en la asamblea. Solo para actos religiosos solemnes. Por ejemplo el Salmo 137 nos habla del uso del arpa en el contexto litúrgico y de fiesta solemne de Israel.

 

  1. II.                  En segundo lugar ¿Para qué el arca? Esto nos acerca al campo de LA MINISTRACIÓN

Entonces David como era un adorador se hizo hábil en instrumento de adoración y por esta razón escogió se diestro con el arpa. Pudo haber escogido otro instrumento, pero simplemente le acercaba a Dios personalmente y ministerialmente.  Así que hay tres razones del para qué del arpa.

  1. Era un instrumento para intimidad personal

Simplemente los días que pasaba en el campo, que eran mucho su arpa lo ministraba y fue con ella que él escribió muchos salmos. Cuando preguntaron acerca de David mucho pudieron dar testimonio que lo habían visto cantar y tocar en la intimidad del campo, cuando su audiencia solo era Dios y nadie más. Eso significa que en realidad David a diario usaba el arpa para conectarse con Dios y producir de Dios música y salmos.

  1. B.      Era un instrumento para proximidad espiritual

En 1 de Samuel 10:5 dice: “…profetas que descienden del lugar alto y delante de ellos salterio, pandero, flauta, y arpa y ellos profetizando”. Este pasaje Samuel le habla a Saúl diciéndole lo que le va a ocurrir cuando sea ya el rey. El texto dice que bajan del lugar alto, y van con una comisión espiritual. Su forma de tocar depende de su estadía en el lugar alto. Y Samuel le dice que se los va a encontrar, con instrumentos y ellos vendrán “profetizando”. ¿Y cuál fue el resultado de exponerse a un “arpa “profética? Este instrumento estaba ligado a los profetas, y a las compañías de profetas que iban de pueblo en pueblo tocando y ministrando la visión profética. Algo muy importante que hacían los instrumentos es facilitar el mover y la palabra profética de Dios. Y entre la música y la profecía ellos trabajaban para cambiar los ambientes espirituales. Y cuando ellos llegaban donde llegaban cambiaban el ambiente y el corazón. Samuel le dice a Saúl que cuando sea expuesto a la adoración profética el también será profético. La música es tan poderosa cuando se usa para el mover de Dios y también cuando se usa para la maldad.

 

  1. Era un instrumento para combatividad ambiental

Todos nosotros hemos visto que la solución en el problema de Saúl fue sugerir a David y su arpa. El vrs. 14 dice que el “espíritu malo” venía sobre Saúl y David tomaba el arpa y tocaba y sentía alivio y estaba mejor. Es obvio que era más que una música ambiental terapéutica, había un enfrentamiento de espíritus y una guerra espiritual en el ambiente que hacía que Saúl  y el ambiente mejoraran. Dios a través del arpa estaba trabajando en la vida de un joven, y estaba empezando a formarlo, para manejar el arpa para luego manejar el arca. El arpa no fue solo un instrumento que se le ocurrió, sino que se dio cuenta que era un instrumento especial que podía ser usado en gran manera por Dios. David y su arpa adoraban, profetizaba y libraba. David escribió salmos proféticos, aún de Jesús. Porque con su arpa el profetizaba sin saberlo. Dios capacitó a David con el arpa y David no tocaba el arpa solo para  ejecutar cancioncitas, sino  para estar en el centro del mover de Dios. David es un arpa porque toca el arpa. El es un arpa. El arpa introducía un ambiente de ministración especial. David no era un ejecutor de un instrumento sino a fluir con el instrumento. Y sabía que con ese instrumento desataba un fluir de Dios.

 

  1. III.                En tercer lugar ¿Hasta dónde el arca? Esto nos acerca A LA MADURACIÓN

El vrs 16 del capítulo 16 dice: “que sepa tocar”… y luego dicen “que toque bien”…”que sabe tocar…y tocaba son su mano”. Aquí podemos ver varios conceptos que aparecen en el texto hebreo. Vamos hacer una diferencia entre las palabras “tocar” porque tiene implicaciones grandes.  Usemos la expresión “sabe tocar”. ¿Por qué dice esto?  Veamos esto. Hay tres formas que el hebreo acepta de la palabra tocar.

  1. A.      Tocar: Admiración vrs. Adoración

Volviendo a Génesis 4:21 se observa que la descendencia de Caís puede tocar ¿pero qué tipo de tocada es? En el español la palabra tocar es tocar. Es simplemente muy genérica. Pero en el hebreo no es así. La expresión hebrea aquí para tocar es taphas y su sinónimo lacqah. Esta expresión es interesante, porque tiene la connotación de manipular y empujar. Vea como se traduce en Jeremías 2:8. La expresión es “los que tenían la ley” Se ha de traducir, fabricar, manipular. Este pasaje acusa a los líderes de tocar la ley pero de una forma mundana, pagana y apartada de la revelación de Dios. Es el verbo que habla de alguien que ha inventado ha fabricado algo de una manera maligna. En génesis entonces se habla de manipular el instrumento y fabricar engañosamente. Es decir tener un don y manipular con él. Ya sea predicación, profecía etc.  Otro pasaje es 1 de Reyes 11:3 aquí la expresión tocar es “desviar”. Entonces lo que Jubal hace es manipular y desviar. Sacar del camino lo que va bien. Jubal es el padre de aquellos que con la música desviaron el corazón de la gente. Que generaron ambientes y sensaciones en donde ellos eran el centro de atención y lo desviaron de la centralidad de Dios. Incluso esta palabra a veces se puede traducir como encantadores. Así que no está hablando bien de Jubal, se refiere a aquellas personas cuyo corazón no está bien con Dios y los desvía de la adoración a Él y se pone el cómo centralidad de la adoración. Hay muchos músicos hábiles que están más pendientes de la admiración de ellos y no la adoración hacia Dios.

  1. B.      Tocar: Adoración vrs. Ministración

Ahora cuando vamos a 1 Samuel 16:16 la palabra que se usa para la habilidad de David “tocar bien” no es taphas o lacqah sino nagas. Porque sería ingrato decir que David “taphas” el instrumento. Esta palabra es muy importante, ya que es muy especial. La primera vez que aparece la palabra naggas”  es en Génesis 3:3. Allí hace alusión al concepto de no “tocar” el árbol del bien y el mal. La palabra tocar aquí, es hacerse uno o disfrutar de algo. Se puede traducir de no participes. Es decir participar con lo que tocas. Aquí es negativo. La palabra naggas es participar, y hacerte uno. Y se usa también para la relación marital, para la antesala de los actos sexuales. Lo podemos ver en Génesis  20:6  cuando Dios le dice  a Abimelec que no le permitió “tocar” a Sara. Es decir participar con ella, intimar con ella. Esa mujer es de un hombre y Dios no puede permitir que la toque. Pero también se usa como toque de Dios. Esta palabra la usa Génesis cuando tocó el muslo de Jacob en su lucha con Dios. Esta palabra entonces es el toque de Dios a alguien. ¿Qué hace David con el arpa? Es el instrumento de Dios para tocar a alguien. No es para tocar David, sino Dios a través de David tocando a alguien. David tocaba para que la gente participara de un encuentro con Dios. No era el hombre que tocaba para que lo vieran a él o que se sintiera contento de cómo había progresado en la música. El don y la habilidad que toca a otros. Era un hombre que hacía participar a la gente con Dios. El arpa a David lo hizo un hombre de intimidad con Dios. Y para darse cuenta de que era un facilitador de Dios a la gente.

 

  1. Tocar: Ministración vrs. Liberación

En el vrs. 23 de 1 Samuel 16, se usa los dos términos en hebreo. Pero agrega un tercer término. Observe la expresión: “tomaba el arpa (laqach o tapha) y tocaba con su mano (nagga) y entonces  Saúl tenía alivio (rúac). El don no puede manipular debe ministrar y luego liberar. El rey David tomaba el arpa y con su mano empezaba el nagga y venía el espíritu de Dios (rúac). El pasaje aclara la diferencia. El texto dice que cuando David se sentaba frente a Saúl tenía la habilidad de manipular (tapha) pero el ministraba (nagga) hasta el punto en que liberaba (rúac). Tenía el don pero hacía participar a Saúl del rúac de Dios. El ha aprendido a ministrar a Dios en las cosas que hace. No tiene solo la habilidad de manipular y de tocar bien. Tiene lo que muchos no poseen con un instrumento, aliviar, bendecir, liberar. Entonces se plantea la pregunta o el principio de que tenemos dos fuentes de toque.  Jubal o Dios. Y la pregunta es cuando ministramos el arpa o el instrumento que Dios nos ha dado quién es nuestra fuente ¿Jubal o Dios? Quién es tu padre ¿Jubal o Dios? Tu propósito con tu instrumento es para manipular o para traer alivio. Puedes tocar sin ministrar. Hay gente que toca poco y cuando toca ministra y hay gente que toca muchos y no impacta nada. Se puede tomar y tocar  taphas sin naggas. El don es para ministrar el rúac de Dios.

Si en el tiempo de David había un perturbado y Dios usa a David con sus ministración, se pueden imaginar cuantos perturbados habrá hoy. Es necesario desarrollar en los adoradores y directores que no es suficiente el tapah, ni que sean arpas de Jubal sino que sean naggas y que sean del linaje de Dios. Tengo la confianza que volveremos a recuperar el naggas para ministrar el rúac de Dios. No cabe duda.

El arpa no es el instrumento que David aprendió a tocar, el arpa es la excusa que Dios usó para que David aprendiese a ministrar. ¿Cuándo entenderán esto las nuevas generaciones? No es que tocas la guitarra, sino que aprendas por medio de la guitarra a ser usado por Dios y que por medio de ti Dios toque a los demás. Tocas la guitarra no porque eres bueno sino que Dios te ha dado el talento para ministrar a los demás. La habilidad del arpa usted la consigue de joven y ya no de viejo. Son en esos años jóvenes lo que aprendemos lo que ya no aprenderemos viejos. Debemos aspirar a que la gente pueda reconocer en nosotros que ministramos y que no somos cantantes profesionales. La capacidad que todos tenemos está en nosotros para ministrar y está al servicio de Dios. En el salmo 137 encontramos que los judíos no pudieron ni taphas, ni naggas, porque las arpas estaban colgadas.  Hay muchos que han colgado su arpa porque están en tierra de babilonia, cautivos. Pero Dios quiere que volvamos a ministrar a la gente en bendición y en liberación. En la iglesia evangélica ahora sólo tocamos (taphas) pero nos hemos olvidado del tocar para Dios (naggas) y mucho menos del toque de Dios (rúac). Ya no ministramos el alivio de Dios, ni hacemos que las personas estén mejor.

Espiritualidad Inspiradora: Salmo 25 II parte

II.                    En segundo lugar la espiritualidad inspiradora revisa su  CONVICCIÓN (25:8-14)

Aquí podemos encontrar  por lo menos cuatro niveles de convicción de David, que le inspiraban a seguir la vida en medio de muchas adversidades.

A.     El nivel de la convicción de la PROVIDENCIA  de Dios

¿Qué es la doctrina de la providencia de Dios? Es posible que no haya ningún tema sobre la doctrina cristiana  de Dios que suponga  tanto conflicto como la concepción del mundo contemporáneo sobre la providencia y la doctrina de la  providencia de Dios. La providencia significa que Dios no ha abandonado al mundo que creó, sino que obra  dentro de la creación administrando todas las cosas «de acuerdo al inmutable consejo de su propia voluntad»  (Confesión de Fe de Westminster, V, i). El mundo en general, por el contrario, aun cuando ocasionalmente  puede llegar a reconocer que Dios fue el Creador del mundo, tiene la certeza que no interviene ahora en los  asuntos terrenales. Muchos creen que no es posible que ocurran milagros, que las oraciones no son  respondidas y que la mayoría de las cosas suceden de acuerdo al funcionamiento de unas leyes  impersonales e inmodificables.[1]  Si observamos bien, el pasaje  dice en los vrs. 7-10 David describe a Dios como Todopoderoso. Su providencia  se manifiesta primero en su carácter. “Bueno y recto es Jehová. En segundo lugar su providencia se manifiesta en su capacidad. Es decir capacidad para salvar “…enseñará a los pecadores…” El pasaje demuestra que Dios tiene el poder para enseñar a la gente que se ha apartado como encontrar el camino de salvación.

B.      El nivel de la convicción de la PROTECCIÓN de Dios

Observe que su protección es derivada de su dirección para con los que están sintonizados con él.  Observe los dos tipos de personas que califican. Los humildes y los mansos. ¿Qué les enseñará? Cada uno está asociado con algo diferente. A los humildes el juicio y a los mansos la carrera. ¿Qué implicaciones tiene esto con relación a la protección de Dios. Básicamente la protección de Dios está disponible para los que se dejan conducir por él. Recuerde que las figuras son los humildes, es decir no dependen de su propia estima y los mansos que son fáciles de conducir.   «Encaminará a los humildes (hebreo anawim), es decir, a los desconfiados de sí mismos y de las cosas temporales, a los que tienen corazón de pobre (Mateo 5:3) y sólo dependen de Dios, de quien esperan ser enseñados y guiados, en la justicia (lit.), es decir, en la norma que han de seguir para obrar con rectitud.[2]. La cualidad más importante que nosotros necesitamos aprender de Él es la humildad. Debemos ser lo suficientemente mansos como para admitir nuestra ignorancia y necesidad de más instrucción. Si somos receptivos a la enseñanza, pronto aprenderemos lo que es correcto, esto es, cuál es la voluntad de Dios. Lejos de tener que aguantar una vida desagradable, los que obedecen la Palabra de Dios encuentran que la vida está llena de muestras del amor constante de Dios y de Su fidelidad.

 C.      En tercer lugar la convicción  PROVISIÓN   de Dios

A continuación el salmista dice que como hijos de Dios tenemos grandes promesas o provisión de Dios para hacer su voluntad. Primero de la vitalidad  de Dios. Esto se evidencia en la palabra “misericordia”.  Segundo, la veracidad de Dios. Caminamos en la luz y en la verdad porque seguir a Dios es andar por esa senda. Tercero, la voluntad de Dios. Esta provisión se basa en las acciones visibles e invisibles de la grandeza de Dios. La voluntad de Dios  es tener una relación (pacto)  y dignificar esa relación (testimonios).

 D.     En cuarto lugar la convicción del PERDÓN  de Dios

Observe que el versículo  dice “perdonarás” mi pecado que es grande. En esta porción del texto, uno puede notar que el perdón de Dios tiene al menos tres dimensiones. Está la dimensión de la restauración. El perdón de Dios restaura una relación rota. “Perdonarás dice David”. En segundo lugar está la dimensión de la  redirección. “El enseñará el camino que hay que escoger”.  La dimensión de la regeneración. Hay que observar que hay una nueva vida que se identifica con una vida amena. “Gozará de bienestar”. También implica una vida buena. “Y su descendencia  heredará la tierra” Y  finalmente una vida plena. Observe “la comunión íntima”…dará a conocer su pacto…” Reposará (v. 13) viene de un verbo que significa “alojarse, pasar la noche”. Da la idea de descansar en lo bueno que Dios provee. El secreto (v. 14, de sod) es “comunicación confidencial” o “consejo secreto” (cf. Jeremías 23:18, 22; Amós 3:7). Dios da dirección específica y el creyente va conociendo más su pacto. Según Isaías 43:10, lo que Dios quiere es que todo su pueblo le conozca y le entienda cada vez más[3]. Así que los  vrs. 25:1213  interrumpe su oración para entrar en un soliloquio. Describe al hombre que teme a JEHOVÁ como quien mejor puede disfrutar de Su gracia. Esta clase de persona experimentará: Dirección inequívoca —Dios le enseñará el camino que ha de escoger. Prosperidad personal —Gozará de bienestar. Seguridad familiar —Su descendencia heredará la tierra. Comunión divina —Estará en el círculo íntimo de amigos a los cuales el Señor revela Sus pensamientos y Sus caminos. 25:14 Éste es indudablemente el versículo principal de este Salmo: «La comunión íntima de JEHOVÁ es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto». Fue a Daniel: «varón muy amado», a quien Dios reveló las maravillosas visiones de los gobiernos de los gentiles que serán reemplazados por el reinado final de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Y fue Juan, el discípulo que se recostó al lado de Jesús en la última cena, quien recibió la revelación gloriosa de Patmos.[4]

 III.                  En tercer lugar la espiritualidad inspiradora REAJUSTA su cosmovisión (25:15-22)

A.     El primer ajuste tiene que ver hacia ARRIBA

Al llegar a este momento el salmista ya ha visto su capacitación, su convicción pero necesita ajustar su cosmovisión. Ojos… siempre puestos… (v. 15) destaca que uno debe estar atento si quiere conocer la voluntad de Dios. Habla de estar en una actitud constante de oración. El camino de los justos es demasiado difícil de andar sin la dirección y la presencia de Dios. David se incluye en este grupo de los que temen a Dios. Sus ojos miran continuamente hacia el cielo en confianza y expectación, y está seguro de que JEHOVÁ le sacará de la red de problemas y aflicciones en la que de momento se encuentra.

B.      El segundo ajuste tiene que ver hacia ADENTRO

El miedo y la soledad (v.16).  Estos son grandes enemigos, que atacan aun a los hijos de Dios.  Sabemos que Dios siempre está con nosotros, pero hay momentos en los cuales nos sentimos muy solos, y somos atacados por la soledad y la tristeza.  David pide protección de estos enemigos internos.  David exclama: “Las angustias de mi corazón se han aumentado  Sácame de mis congojas”   (v.17) La mención de la red hace que David suspenda sus meditaciones espirituales y ore por su condición presente. Está solo y afligido. Las angustias de su corazón se han aumentado. Así que, implora a Dios que se vuelva a él en misericordia, que alivie su corazón acongojado, que le libre de todas sus angustias, que haga inventario de sus aflicciones y perdone todos sus pecados. David también pide al Señor que le proteja de sus enemigos y su odio violento, vindicándole así porque ha confiado en JEHOVÁ.. Muchas veces cuando vienen ataques, uno se siente muy solo. El que sigue a Dios y entra en sus batallas sufrirá persecución, dice Pablo, sufrirá angustias; pero sabe en quién confiar.

 C.      El tercer ajuste tiene que ver hacia ALREDEDOR

David muestra que habían  hombres que odiaban a David (v.19).  Eran muchos, y David se sentía amenazado por ellos.  Por eso pidió la protección de Dios (v.20).  Cuando David mira alrededor comprende por lo menos tres grandes verdades. Primero reconoce quiénes son sus enemigos. (vrs. 19) Sabe por sus actitudes quienes eran los que estaban en contra de él con deseos malévolos. Segundo reacciona contra sus enemigos. ¿Cuál es su reacción? Ponerlo en manos de Dios. Usa la expresión “mira”. Tercero reposa ante sus enemigos. Dice “guarda mi alma”, y líbrame. Observe que es su alma la que pide que guarde. No pide lo físico. Es por dentro cuando nos destruimos emocionalmente. David sabe que vendrá liberación y vindicación ante todos los enemigos suyos. Cuarto redime sus circunstancias.  Observe que él dice integridad y rectitud me guarden. El vrs. 22 usa la expresión redime «Integridad y rectitud me guarden.» Aun cuando se había reconocido pecador delante de Dios, sin embargo, en cuanto a sus enemigos, tenía el testimonio de su conciencia de que no les había hecho, ni pensaba hacerles, ningún perjuicio. En los peores tiempos y momentos, la sinceridad es la mejor seguridad.  Termina rogando a Dios que extienda su misericordia a todo el pueblo (y. 22): «Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias. » A pesar de que David se hallaba en grave aprieto, no olvida las angustias del resto del pueblo; por eso, pide por ellos con el mismo fervor con que había pedido por si mismo. Resulta curioso observar que este último versículo cae ya fuera del orden alfabético del salmo, pues se inicia con la letra pe, mientras que la última letra del alfabeto hebreo, el tau, encabeza el versículo 21. Es, pues, como un apéndice. [5]

 

Hasta aquí hemos hablado de espiritualidad inspiradora. Y hemos dicho tres cosas del salmo 25 con respecto a este tema. La Espiritualidad inspiradora RECONOCE SU CAPACIDAD (25:1-7) , es una capacidad de confiar, caminar y caer. En segundo lugar La Espiritualidad inspiradora REVISA SU CONVICCIÓN. (25:8-15). Primero hay una convicción de la providencia de Dios, en segundo lugar la protección de Dios, en tercer lugar la provisión de Dios y en cuarto lugar el perdón de Dios. En tercer lugar la Espiritualidad inspiradora REAJUSTA SU CONVICCIÓN. Reajusta su cosmovisión hacia arriba, hacia adentro y hacia alrededor.

 

Para cerrar puedo encontrar dos cosas que resaltan en este salmo.  En primer lugar, la honestidad de David.  No solo reconoció su necesidad de la dirección y de la protección de Dios, sino también su pecado, y la necesidad de ser perdonado por el Señor.    La segunda cosa que notamos es la tremenda confianza de David (v.1-2a).  Él no pidió dudando (Santiago 1:6), sino con fe.  Estableció su fe firmemente en Dios (v.3, 8-9, 11-15), y sabía que no sería avergonzado (v.20). Eso es lo que yo llamo espiritualidad inspiradora.

 


[3] Carro, Daniel. Comentario Bíblico Mundo Hispano. Ibíd. Pág. 122

[4] Macdonald, William. Comentario del Antiguo Testamento,, pág. 49

[5] Macdonald, William. Comentario del Antiguo Testamento,, pág. 51

Espiritualidad Inspiradora: Salmo 25 I parte

Esta semana he sido impactado por dos grandes educadores. El primero es Roger C. Schank. Es interesantísima su propuesta de educación para el siglo XXI[1] El establece que la única forma de aprender es haciendo y no diciendo[2]. En su propuesta establece también que el error más grande del aprendizaje es el aula. El dice: “El problema es el aula. Cuando hay aulas y un maestro al frente, aprender haciendo es casi imposible. Cambiar esto significa prescindir de las aulas, así como de la idea de un profesor de pie delante de 30 niños, que sabe qué es verdad y te lo va a contar. Este cambio resulta inconcebible para los colegios. Aprender haciendo implica tener un objetivo que conseguir. Los niños deben intentar hacer algo. ¿Qué intentan en el colegio? Sobre todo, aprobar exámenes y conseguir buenas notas. La cuestión es si esa es una habilidad que merezca la pena enseñar”[3]. Un segundo autor, que a mi criterio es uno de los más influyentes en este siglo es el educador Sir Ken Robinson. En su nuevo libro “El Elemento” establece que hay tres cosas que pueden hacer una persona, una persona altamente capaz y realizada. El dice que para que esto suceda debe reconocer su “elemento” es decir lo que la persona puede hacer innatamente. Segundo debe aprender a dominarlo que es pasar del elemento al talento y finalmente pasar del elemento al talento disfrutamiento. No sólo debes descubrir para que seas bueno, debes desarrollarlo con excelencia y finalmente amar lo que haces.[4] Al pensar en estos dos educadores, me pregunté si ellos de alguna manera han sido influidos por la sabiduría de la Biblia. Pues no hay mejor libro que hable de sus teorías que la biblia.  Y es que la Biblia  nos muestra realmente que la única manera de tener una espiritualidad que enseñe o transforme no se logra a través de una enseñanza del “diciendo” sino del haciendo. Lamentablemente todos nuestros sistemas educativos copian el sistema que estos dos pioneros maestros critican. Pero no así la pedagogía de la biblia. El salmo 25 es un ejemplo de eso. Este Salmo es un acróstico, aunque se omite una letra del alfabeto hebreo y otra es empleada dos veces. Es difícil encontrar un solo tema que una el Salmo; más bien parece ser una colección de oraciones y meditaciones cuyo único enlace aparente es el alfabeto. Es un salmo que habla de espiritualidad que transforma, que inspira. Si lo que oímos de la Biblia no ha hecho ninguna transformación no ha habido enseñanza. El salmo 25 nos enseña tres componentes básicos. En primer lugar una espiritualidad inspiradora reconoce su capacidad. (25:1-7). En segundo lugar una espiritualidad inspiradora revisa su convicción. (25:8-14) Y en tercer lugar una espiritualidad inspiradora  reajusta su cosmovisión. (25:15-22). Cada una de estas tres cualidades son llevadas a una transición por medio de una frase. Reconocer la capacidad se basa en la expresión del vrs. 1: “A ti, oh Jehová levantaré mi alma”. En segundo lugar revisar la convicción se basa en la expresión: “Bueno y recto es Jehová” (vrs.8ª) Y en tercer lugar reajustar su cosmovisión se basa en la expresión: “Mis ojos están siempre hacia Jehová”. (vrs. 15).  ¿Nota usted que todo termina enfocado en Dios? Si las experiencias, las enseñanzas no nos hacen crecer en una relación profunda con Dios, entonces no hay espiritualidad inspiradora. Veamos detenidamente entonces este salmo.

I.                    En primer lugar la espiritualidad inspiradora RECONOCE SU CAPACIDAD. (25:1-7)

Viviendo en un mundo de pecado, el creyente frecuentemente pasa por momentos muy difíciles.  Momentos de sufrimiento y gran dolor; momentos de tristeza, por algún pecado que ha cometido; momentos de incertidumbre, porque necesita tomar decisiones, y no sabe qué hacer.  David era un hombre conforme al corazón de Dios; sin embargo, él también pasaba por momentos difíciles.  Ese es el contexto del Salmo 25.   Una lectura de este salmo indica TRES cosas: David estaba rodeado de enemigos, y la estaba pasando muy mal (ver v.16-22). David sentía la necesidad de la dirección de Dios (v.4-5, 8-10). David era consciente de sus pecados (v.6-7, 11).  Viviendo en esta situación, David clama a Dios (v.1-2), y expresa su confianza en Él (v.3, 12-15).  Este salmo nos enseña mucho acerca de qué hacer cuando pasamos por momentos difíciles; particularmente, nos enseña cómo orar al Señor en momentos críticos de la vida.

Hay tres elementos importantes, en cuanto a lo que somos capaces los hijos de Dios.

A. Primero su capacidad de confiar  (1-3)

 Levantaré mi alma señala una oración del corazón, pues el “alma” es el centro de la persona. En vez de tomar su propia venganza o depender de su propia fuerza, el salmista siempre busca la respuesta en Dios.25:5Buscar la verdad es aspirar a la plenitud de vida. Conocer la verdad significa experimentar vida, que ha de traducirse en amor. Poseer la verdad compromete a servir en amor. Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres, Juan 8:32. Según la tradición helenista aletheia significa “estar oculto”, realidad desvelada, el ser subsistente que puede ser conocido. “Ser sólido, estable”. Conocer es lo contrario del error o la mentira. El salmista declara su confianza en Dios; pide que Dios no deje que sea avergonzado. En tal caso, entonces (v. 3), otros también acudirán a Dios. Y si Dios defiende a los que confían en él, más bien los enemigos serán avergonzados. Va a confiar en medio de  crisis. “No sea yo avergonzado”. La expresión “avergonzado” habla de una condición interna de tremenda crisis y conflicto. David le pide a Dios que él no permitirá que alguien le haga pasar una vergüenza. Va a confiar en medio de críticos La expresión “No se alegren mis enemigos” implica que el tenia bastantes personas que no lo querían y que se habían constituido en sus enemigos. Alguien dijo en forma de broma: «Todo equipo de fútbol podría beneficiarse de alguno de esos jugadores que saben jugar en cualquier posición, hasta de portero, que nunca fallan penaltis y que nunca cometen faltas. El problema es que están en las gradas comiendo perritos calientes…» Así son los críticos. En el texto encontramos cuatro  realidades acerca de los críticos. Primero siempre veremos que  hay.  Da vida usa las palabras “enemigos y rebeldes”. A esto lo llamo la realidad de su presencia. Segundo,  siempre nos harán ver que están A esto yo lo llamo la realidad de su potencia. David reconocía claramente quienes eran ellos. De alguna forma supo de su actuar y su obrar.   Tercero, siempre nos mostrarán como están. Esto lo llamo yo la realidad de su preeminencia. O porque cree que David le está pidiendo que Dios le levante su alma. Una persona que critica y lo hace porque es un rebelde o simplemente mi enemigo, siempre buscará medios para demostrar su desaprobación hacia lo que somos, lo que decimos. A veces incluso encubriendo sus motivaciones con argumentos morales y espirituales. David dice “sé que para mis críticos su mayor “alegría” sería verme destrozado, avergonzado y caído. La expresión para “alegría” aquí es gritar, regocijarse. Habla de hacer algarabía y fiesta. Cuarto, nunca saben contra quién están. Esta es la realidad de su prepotencia. David se da cuenta de una cosa, su relación con Dios es vital para enfrentarse a sus críticos. El no se anima a enfrentarlos solos. Deja establecido el hecho de que la batalla que se da es una batalla que a Dios le pertenece también. Por eso confía grandemente en Dios para que pueda salir  alegre, exaltado y defendido por Dios. David sabía cómo escoger sus batallas. Se preparaba bien para observar la batalla. Al hijo único de una pareja le enviaron a estudiar en la universidad. Se esperaba mucho de él, pero sus notas eran bajas. Después de pocos meses fue expulsado de la escuela. Conociendo el desaliento que tendrían sus padres, envió a su madre un telegrama que decía: «Perdí todos mis cursos- expulsado de la escuela- regreso a casa- prepara papá». Al siguiente día recibió este telegrama: «Papá preparado- prepárate tú». La vida está llena de problemas así y haríamos muy bien en estar preparados para ellos.

Así que en esta sección primero viene una oración pidiendo protección. Al parecer, los enemigos de David nunca están muy lejos de él. Así que él mira a JEHOVÁ para que le proteja, y reconoce que Dios es el único objeto de su confianza. La súplica doble de David es: primero que no sea avergonzado por haber confiado en JEHOVÁ, y segundo, que sus enemigos jamás tengan oportunidad de alegrarse porque Dios haya fallado a Su hijo. Ésta es la oración de todos aquellos que dependen del Señor. En cuanto a los que deliberadamente proceden con falsedad, él les desea una buena dosis de vergüenza.[5]

 B. Capacidad para caminar (4—6)

Cuatro verbos son importantes en esta sección. Ellos hablan del peregrinaje de David y lo que desea. Ellos son: “Muéstrame, enséñame, encamíname, y acuérdate”. Para mí estas son las cuatro áreas a considerar en nuestro caminar con Jesús. La expresión “muéstrame” describe un andar enfocado. Esta expresión habla de una acción urgente e intensa. Es una petición que nace de la convicción y de una urgente necesidad. Cuando David le dice a Dios que le muestre, habla de comunión, discernimiento y entendimiento. De espera, de hacer una pausa para poder ver que camino en la vida se debe tomar. La expresión “tus caminos” demuestra que nuestro enfoque debe ser los  caminos de Dios. Esto habla también de la riqueza  y creatividad del plan de Dios. ¿Ya notó que caminos está en plural? Por otro lado la expresión “enséñame” describe que nuestro andar es entregado. La expresión “enseñar” aquí es una expresión interesante. La expresión “Yada” es una expresión que se utiliza para una enseñanza de compañía. No se trata de un aula con una persona sentada, sino alguien que dinámicamente va aprendiendo de su tutor en el camino de la experiencia. Pero es importante ver que nuestro caminar no es reactivo, ni emocional, ni siquiera material, es espiritual. Observe que David le dice “enséñame tus sendas”. Es interesante que la RAE dice acerca de  senda lo siguiente: “Camino más estrecho que la vereda, abierto principalmente por el tránsito de peatones y del ganado menor. Procedimiento o medio para hacer o lograr algo”[6] Cuál es la diferencia entre camino y senda, ¿espiritualmente hablando? Los verbos nos dan alguna orientación. La palabra “lamad” en hebreo habla de entrenamiento, ejercicio. A diferencia de “yadá” muéstrame que es un camino por la experiencia de otro, lamad es una enseñanza en “sendas” que nos hacen desviarnos del camino principal pero que abonan a hacerme una mejor persona, porque son los caminos por los que Dios ha transitado. El camino es el peregrinaje de la vida, las sendas de Dios son los desvíos alternativos y periféricos que Dios usa para hacernos mejores peregrinos. Hay muchas personas que se desaniman porque Dios los desvió de lo que creyeron que era su destino, pero en realidad los está llevando por una senda que los hará mejores peregrinos y que al final los volverá a poner en el camino pero ya con una sabiduría más grande, que servirá para asesorar a los viajeros inexpertos que se encuentren en el camino. Tercero nuestro andar  es  encaminado. Observe la expresión “encamíname”, esto habla de acompañar para poner en el camino correcto. La expresión habla de caminar con la presencia de algo seguro. En el caso de David pedía que ese caminar seguro fuera acompañado por las promesas de Dios. Note aquí tres grandes promesas que nos encaminen seguros. La promesa de su verdad. Cuando caminamos en la verdad es seguro nuestro destino. La promesa de su bondad. “Porque tú eres el Dios de mi salvación”. La promesa de su bastedad. Observe que David dice: “En ti he esperado todo el día”. La expresión esperar se puede traducir como “expectación”, “deseo” Observe que el texto no dice: “A ti he esperado todo el día” No se trata de anhelar su presencia sino de experimentar su presencia. Es decir, David no está solo esperando que Dios aparezca, sino que está con Dios esperando que aparezca la solución. En cuarto lugar nuestro andar debe ser entusiasmado. La expresión “acuérdate”  habla de traer memoria, de no olvidar por un momento. David sabe que Dios tiene la memoria más excelente. ¿Porque nos debe entusiasmar esto? Porque el único que no se olvida de nosotros es Dios, los demás siempre se olvidan. Olvidan lo que hemos hecho por ellos, las cosas que les hemos dado, etc. La palabra “acuérdate” es una palabra que implica si bien es cierto pensar en lo pasado, pero no como un cúmulo de experiencias que nos dieron sentido y que luego al recordarlas las anhelamos para el presente, porque el presente y el futuro no encajan en nuestros recuerdos. Tener una mente cristiana como la de Dios que recuerda, no es una mentalidad anclada solo en las realidades del pasado, con nostalgia y añoranza para el presente y con tristeza para el futuro. Recordar en la biblia es ver los hechos portentosos de Dios en mi pasado, pero tener un Dios de hoy en el presente con el que puedo realizar nuevas obras y más grandes proezas. A menudo las generaciones antiguas, viven de lo que les pasó, y no las sueltan y quieren que sus pensamientos se perpetúen y sus experiencias sean eternas. David le pide a Dios que vuelva a mostrar sus grandes virtudes del pasado en el presente de David. Dios es real, actual y contextual. El Dios que se movió en el pasado se mueve en el presente y se moverá en el futuro con grandes señales y prodigios, porque para eso es Dios. Dios no sufre de Alzheimer.  ¿Que lo entusiasmaba a David? Que Dios es real “Jehová”, eso significa el nombre propio de Dios. Lo conocía personalmente. Segundo que Dios es leal. Por un lado lo es porque la expresión “piedades” es el hecho de que actúa a favor del que necesita. Es decir es leal porque responde. Pero también actúa no como corresponde.  Es decir la palabra “Hesed” para misericordia es favor inmerecido. Lo que corresponde a Dios al tratar el hombre es juicio pero él lo salva amparado no en lo que  podamos ofrecer sino en su amor y elección. Dios es eternal. ¿Hasta cuándo duran sus misericordias? ¡Perpetuamente!

C.  Su capacidad de caer  (7)

Ahora David va a pasar a una gran realidad. Parece que hace una introspección, y entonces se da cuenta que a pesar que anhela confiar en Dios y caminar con Dios, el es vulnerable y capaz de caer. Vemos su capacidad de equivocarse. El usa dos expresiones: “pecados de mi juventud” y “mis rebeliones”. La primera tiene que ver con no dar en el blanco. Es decir no llegar al estándar de Dios y la segunda tiene que ver con saltarse los parámetros. El texto es ambiguo en el sentido de que no se sabe exactamente si David está recordando que en su juventud era muy pecador o si ya viejo sigue repitiendo los pecados de joven. Hay una gran diferencia en ambos. Me inclino a creer que es lo segundo, porque no se puede asumir que ya mayor no pecara. Es importante observar que  David le preocupa que en la gran memoria de Dios se acuerda de lo malo que es. Es aquí la paradoja de Dios, nunca olvida pero sí olvida. Olvida nuestros pecados porque están cubiertos de la sangre de Cristo. Pero también vemos su capacidad de enmendarse. ¿Qué lo hace volver a la senda? La misericordia, es decir el favor inmerecido y la persona buena de Dios. A primera vista uno pregunta: ¿por qué este énfasis en la dirección de Dios? Todo el Salmo da la respuesta: cuando el enemigo ataca, es cuando uno más necesita una dirección específica de Dios. El v. 5 indica tres aspectos indispensables de este camino: a) caminar en la verdad de Dios; b) caminar con su presencia; y c) una confianza constante en él. El salmista no apela ni a sus propias obras ni a su propia justicia; más bien apela a la compasión y la misericordia de Dios (v. 6). Se siente indigno delante de Dios; se humilla con actitud penitencial. Para ser dirigido por Dios hace falta una mente humilde y abierta a él.

 


[1] Roger C. Schank es un crítico severo del sistema educativo actual, y no trata de suavizar sus palabras para que suenen políticamente correctas. Schank es, además, uno de los principales investigadores del mundo en Inteligencia Artificial, Teoría del Aprendizaje y en la construcción de entornos virtuales de enseñanza. Durante 35 años, fue profesor de Universidades como Standford, Yale y Northwestern. Ahora está empeñado en acabar con el actual sistema educativo, y ofrece sistemas alternativos de aprendizaje desde su compañía Socratic Arts y su organización sin ánimo de lucro, Engines for Education. KINDSEIN le ha realizado una extensa entrevista.

[3] Ibíd.

[4] Robinson, Ken. El Elemento: Descubrir  Tu Pasión lo cambia todo. Editorial Grijalbo. España, 2009. 360 págs.

[5] [5] Macdonald, Wiliam. Comentario del Antiguo Testamento,, pág. 49

Matices de un nuevo amanecer: De Zacarías a Juan III parte

III. En tercer lugar vemos las consecuencias de la transición (Lucas 1:67-80)

Indudablemente una vez nacido el hijo de la promesa, entonces se detona el plan de Dios y uno empieza a ver esa transición cobrar vigor, fuerza y frescura. ¿Cuáles son las consecuencias que se observan en esta transición

  •     Lo primero que veo es vitalidad

Observe lo que dice el vrs. 67: “Y Zacarías…fue lleno del Espíritu Santo y profetizo diciendo”… Ahora Zacarías ya puede volver hablar, pero ahora su lenguaje tiene vitalidad espiritual y vitalidad profética.  Dios le trunco a Zacarías para que su hijo fuera sacerdote, pero el Sacerdote si podrá ser como su hijo un profeta.

 

  • Lo segundo que veo es veracidad.

En los vrs. 67-79 Zacarías vuelve a hablar con una autoridad, porque ahora se ha vuelto una vez más un hombre de la Palabra. Ya no son sus palabras incrédulas, sus luchas de debilidad, su falta de asombro. Ahora se convierte en un profeta que no tiene que entrar en el lugar santísimo para sorprenderse con Dios.  Ahora el hombre ha recuperado credibilidad en su vida y ministerio. Es importante observar que una vez como viejas generaciones dejamos que las nuevas generaciones nos ministren volveremos a recuperar esa frescura y vitalidad espiritual.

  •      Lo tercero que veo es movilidad

El vrs 80 nos habla del modelo que está creciendo. ¿Cómo se moverá? Juan tiene varias características del movimiento. Dice el pasaje: 80 Juan creció y se fortaleció en espíritu. Y vivió en el desierto hasta que comenzó su ministerio público a Israel.

La Reina Valera dice: “Y el niño” esta expresión es para un pequeño niño. La expresión crecía implica el concepto de crecer sanamente. El término fortalecerse es un término que se puede traducir tomar fuerza, robustecerse, ser poderoso. Finalmente el pasaje dice que su fortaleza fue en el espíritu. Es obvio que este espíritu se refiere a su fuerza interna, a sus convicciones. No es una referencia a un desarrollo en el área del Espíritu Santo. Aunque la fortaleza de uno procede de la obra del Espíritu Santo. Por otro lado habla que fue en el contexto del desierto donde él se preparó fuertemente. Estuvo creciendo en ese contexto hasta que tuvo el tiempo de manifestarse.  ¿Cómo se mueve este nuevo esquema?

Primero su movilidad es proceso. Dice: “el niño crecía” No puede aparecer de la noche a la mañana. Debe ser lento y respetar el tiempo y las etapas de ese crecimiento. Para que se mueva bien debe crecer sanamente. En las primeras etapas no nos parecerá ninguna evidencia de que algo está pasando, pero se está dando un proceso. Hay un mover de Dios que está creciendo y que pronto se manifestará en la vida del pueblo de Dios. Segundo su movilidad es progreso: “se fortalecía en espíritu”. Juan tomó mucho tiempo para poder robustecerse, avanzar en el desarrollo de su llamado. Iba progresando tanto físicamente como espiritualmente. Es importante notar que el progreso debe ser interno, espiritual y de convicciones. El anonimato nos da el silencio suficiente para poder crecer internamente. Debemos recordar que este fortalecimiento del espíritu de Juan comenzó desde que era un niño. Pareciera ser que su vida estuvo rodeada de mucho misterio y disciplina. Este muchacho desarrolló hábitos diferentes a los niños de toda su época. El no estaría en las plazas jugando o haciendo deporte, etc. El se la pasaba yendo al desierto, en los lugares solitarios, aprendiendo en la soledad a escuchar la voz de Dios. Por eso el pudo decir: “Qué él era la voz de una que clamaba en el desierto”. Fue en ese desierto que pudo conectarse con la voz de Dios. Su espíritu se conectó con el espíritu de Dios y pudo entender cómo preparar el camino a Jesús. ¿En qué cosas debemos fortalecernos hoy en este nuevo reto del siglo XXI? ¿Qué podemos hacer para robustecer esta nueva generación? Creo que el pasaje nos puede dar algunos indicios. Primero, darles espacio para crecer. El pasaje nos señala que a Juan lo dejaron crecer y lo dejaron ir al desierto.  Esto es un llamado a fortalecer su individualidad. Es obvio que Juan no se comportaba como los demás niños, y no por eso lo obligaron a seguir los modelos de los otros niños.  Las Sagradas Escrituras no esconden el hecho de que Juan el Bautista era un  personaje algo raro. En contraste con la   dignidad del estilo sacerdotal de su padre  Zacarías, Juan asumió una dieta poco convencional y una forma bastante tosca de  vestir (Mateo 3:4) ¿Cómo verían sus padres (si aún vivían) y sus vecinos a este  joven inconformista? Los milagros que  rodearon su nacimiento hizo que muchos  vecinos se preguntaran: “¿Quién, pues, será  este niño?” (Lucas 1:66).

Segundo, darles experiencia para crecer. Este es un llamado a fortalecer su espiritualidad. Es importante que como generaciones mayores les brindemos a la nueva generación experiencias trascendentales  y profundas. De esa manera podrán tener “un espíritu robusto” que  será la base del avivamiento que vendrá y que ellos liderarán. ¿Te has fijado que durante el proceso de transformación las mariposas están solas? A veces nos preguntamos por qué hay gente a nuestro alrededor que parece que no se dan cuenta de lo que estamos pasando. Es como si Dios tapara sus ojos y oídos para que no lo vean porque Él desea que solo dependamos de Él. Él quiere toda nuestra atención para que veamos lo que está haciendo en nuestro interior. Nos está transformando para que no dependamos del hombre, ni de las circunstancias, sino de Él. El Espíritu Santo que vive en nuestro interior nos está cambiando. Acuérdate de que tanto Jesús como Juan el Bautista fueron renovados en su espíritu cuando estuvieron en el desierto y, como resultado, salieron fortalecidos en su interior. Me parece interesante el observar que la primera experiencia espiritual que Juan tiene es experiencia de cambio. Necesitamos con la nueva generación  una actitud o una espiritualidad de cambio o de  desinstalación. Pero el cambio no es una moda o una forma de luchar  contra el aburrimiento o una inestabilidad de inconstantes. Es una actitud  de búsqueda del verdadero rostro espiritual de la vida. Pero el cambio implica siempre una renuncia a ciertas seguridades que nos  vienen del lugar, de la costumbre, de la rutina, de los  convencionalismos, de lo conocido. El cambio siempre implica un  riesgo, un desplazamiento hacia lo desconocido, pero también implica  una posibilidad de crecimiento y enriquecimiento. Por lo tanto, debe  estar inspirado por la búsqueda y la  esperanza, pero también tiene que  contar con la renuncia. Note que la espiritualidad de Juan  el Bautista nunca estuvo centralizada en una espiritualidad sacerdotal o templaria, de hecho  Juan no  siguió un estilo de vida tradicional. Su mensaje estaba lejos de ser popular dentro de  los establecimientos religiosos. Es más, si observamos bien,  la gente que le seguía se distanciaba del  templo y de los sacrificios estipulados  por la Ley. Sin embargo, el pueblo  consideraba que Juan era un  profeta (Mateo 14:5). Una experiencia de conceptos. Juan aprenderá un nuevo hablar que incluirá la persona de Jesucristo, incluirá un nuevo símbolo (el bautismo) y hablará claramente sin protocolos sacerdotales y ni  sacrificios en el templo. Es una predicación directa, sin contemplaciones. Fue el que comenzó a hablar del nuevo pacto. El fue el vínculo entre el antiguo pacto y el nuevo pacto.  Una experiencia de de carisma. En este contexto quiero mencionar algunas características de Juan. Es un carisma emocional.  Su carisma comienza con su pasión. ¿Ha notado que Juan no se casó? El es una persona sola. Es un muchacho que vive muy poco tiempo sobre la faz de la tierra, vive lo suficiente para cumplir su misión y luego se va. Es un carisma sexual. Por otro lado implica que no se casó  pero también implica que fue virgen. Dios puso la transición en manos de un soltero virgen. Es un carisma espiritual. Empecemos con la  carencia social  por su voto nazareo. Es obvio que  Juan no sería muy fiestero, ni se pasaba un tiempo disfrutando y gozando de los placeres del mundo. Segundo su carencia  matrimonial no tuvo esposa. En tercer lugar, su carencia de paternal. No tuvo hijos El tiene un destino y un llamamiento. Dios lo destina, desde el día que nace para que ha nacido (Lucas 1:76) y eso incluye vivir solo sin esposa. Pero la mano de Dios y su fortaleza estaban con Juan, porque de lo contrario no hubiera logrado ser lo que fue. Su creencia ministerial. Juan fue preparado para ser un soltero toda su vida. Dios con Juan establece no sólo su llamamiento sino su estado. Creció bajo un designio pero creció ligado a un estado. Para llegar al destino necesitaba consolidar el estado. Hay que tener muy claro que Juan el bautista no se fue al desierto al cumplir 30 años, es decir vivió una vida normal y familiar hasta los30. Para nada, el texto (1:80) refleja que él desde niño iba al desierto. La grandeza de Juan fue aceptar su función, aceptar su estado y finalmente aceptar su destino. Lo más difícil no es crecer aceptando un llamado, sino que lo más difícil es aceptar el estado que debo vivir para que mi llamado no se afecte. Es decir hay que aceptar un estado para cumplir un llamado. Y eso es lo más difícil. Porque el estado por lo general nos lleva a renunciar a los ideales normales y humanos. Cuando vemos la palabra “desierto”  en el texto original, no existe la palabra “lugares” dando a entender que era un estado de desierto y no tanto un lugar de desierto. Por otro lado el término se puede traducir como “estéril”. Juan viviría en la soledad, esa soledad le daría esa capacidad para terminar su llamamiento. El término también se puede traducir como desperdicio. Indicando que Juan podrá ser un desperdicio para la sociedad pero un gran valor para el reino de Dios. Debemos recordar entonces que el estado es prioritario en el llamamiento. Note que Juan debe morir al momento de aparecer Cristo. Juan podría haber cumplido y luego  hacer su vida casándose, pero Juan era de Dios, y por eso al aparecer Cristo, Dios se lo llevó.  Tercero su movilidad implica suceso. “…hasta el día de su manifestación a Israel”

Hemos dicho que su movilidad es un proceso, un progreso pero también un suceso. Tres cosas involucran este suceso. Primero hay un aspecto cronológico. Llegará el día, en que saldrá a la luz el nuevo modelo. Esto no será ni antes ni después. Lo  exacto de esto es que una vez llegada la hora de Dios, nada ni nadie detendrá la manifestación del nuevo modelo. Hay un aspecto sociológico. “Manifestación”  esto habla de algo visible. De una obra completa que ya puede ser vista. Es una realidad nueva, en una sociedad vieja. La palabra “anadeixis” para el griego se usa para hablar de mostrar públicamente algo. Muchas veces se usaba para inaugurar una sucursal del ejército romano en una sección específica, ya conquistada. En ese sentido la aparición de Juan es como la muestra visible de la inauguración de la sucursal del reino de Dios en ese tiempo. Hay un aspecto misionológico. Se debería hacer visible al pueblo de Dios. Su misión era prepara a un pueblo bien dispuesto para la venida de Jesucristo. En Juan 3:29  encontramos una expresión que es muy novedosa en la boca de Juan. El es el que usa por primera vez el concepto de esposo y esposa. Símbolos que más tarde se usarán para la relación de Cristo con su iglesia. En una boda, el que tiene a la novia es el novio; y el amigo del novio, que está allí y lo escucha, se llena de alegría al oírlo hablar. Así también mi alegría es ahora completa. Juan declaró que su ministerio era ser amigo del esposo. En este pasaje ya Cristo está ministrando, ya está presente. ¿Por qué Juan no se quita de un lado y se arregla y rompe el voto y se casa. Porque Juan entiende que su función es la de ser amigo del esposo y oír su voz, de cómo le habla a la esposa. En este pasaje uno nota que su función y estado abona a su mayor satisfacción escuchar la voz del esposo y sentirse plenamente gozoso con su vida. Este versículo enseña que los que sirven a Dios su mayor satisfacción y gozo es escuchar lo que el esposo le dice a la esposa. Para ser amigo del  esposo hay  que entender primero el sentido de pertenencia. Es decir la esposa le pertenece al esposo, y el sólo es el amigo del esposo. Segundo, un sentido de pertinencia. Significa que la labor del amigo del esposo es mantener como prioridad su relación de amigo con el esposo. Note que el texto dice que “está al lado del novio”, esa cercanía hace que Juan sepa a quien le pertenece.  Tercero, un sentido de  preeminencia. Observe que dice “se goza grandemente” y al oírla su gozo está cumplido. ¿Por qué? Porque el tendrá que menguar y Cristo crecer. Nota usted entonces que para Juan la preeminencia en su vida es el esposo y no la esposa. No estamos llamados a darle preeminencia a la iglesia  sino a Dios.

 Vienen nuevos tiempos, hay un nuevo mover de Dios como el de Juan el Bautista, pero todavía está en las labores de parto. Pero no debemos enfriarnos en esa nueva visión. Debemos caminar siempre en la visión de Dios para esta generación. Alguien dijo que visión no es lo que veo desde donde estoy hacia adelante. Visión es cuando contemplo desde donde vengo, donde estoy y hacia dónde me dirijo.  Hay una gran diferencia entre visión e impulso. El impulso es algo que se produce por factores externos o internos pero sin fundamento espiritual. La visión es el producto de una semilla plantada  en el corazón humano por el mismo Dios. Visión no es mirar lo que está delante de mí y proyectarme hacia esa meta. Visión es mirar hacia atrás y ver como Dios ha estado trabajando en toda la trayectoria de mi vida, mirar al presente y saber que estoy donde estoy porque ya Dios me preparó en el pasado para lo que estoy haciendo ahora y mirar al futuro convencido de cuál es mi destino, seguro de que estoy ahora haciendo lo que hago porque Dios me está preparando para donde me va a poner mañana. Visión es toda la trayectoria de mi vida y todo el proceso divino  de Dios en toda esa trayectoria. Como nueva generación no se podrán proyectar al futuro transicionando en el Espíritu  si no están ubicados en su presente y sanados de su pasado. La visión que precede a la transición es una urgencia  en el liderazgo latinoamericano. Hoy muchos hablan de visión, pero la realidad de sus vidas está muy lejos de las palabras. Hay muchos líderes que aman sus ideas, sus propias ambiciones y arman sus propios reinos alrededor de ellos. Y a eso le llaman visión. El enemigo de lo visionario no es lo malo sino el cambio de lo bueno ante la excelencia. Y eso es lo que está deteniendo a la nueva generación, pero no será para siempre, porque al igual que Juan el Bautista llegará el día de su manifestación.

Matices de un nuevo amanecer: De Zacarías a Juan II parte

II. En segundo lugar las características de la transición (Lucas 1:26-56)

Una vez que ya se ha dado la noticia de la venida de Juan, se cumple la promesa. El vrs. 24 dice que su mujer “concibió”, y una vez más las cosas se calman. El proceso está creciendo y pronto se sabrá de este embarazo. Pero el cambio ya está en camino.  Hay por lo menos cinco  síntomas que demuestran que hay un proceso de cambio en gestación.

  •     La característica del adormecimiento

Es interesante notar que este ocultamiento es como la etapa “subversiva” del proceso de transición. Ha nacido una nueva visión y un nuevo esquema pero sólo unos pocos lo saben. Y esos pocos que lo saben simplemente no tienen la capacidad de proclamarlo debido a que existe temor (afrenta). Elizabeth no sale a la luz pública por un lapso de 150 días

  •     La características del afirmamiento

Cuando seguimos con la narración de Lucas encontramos que la escena en el vrs. 24  queda con el vientre de Elizabeth ya con fruto. Pasan 6 meses de su embarazo y no sabemos más de ella, hasta que observamos la visita del mismo ángel a María y la concepción de Jesús. Este es el plan por excelencia. La venida del Mesías. El ángel le da como señal de credibilidad a María, el embarazo de su prima. Note que hay tres características de la afirmación de un nuevo plan. Primero, hay conectividad con la voluntad de Dios. (“Tu parienta”).  Juan y Jesús, al igual que María y Elizabeth son parientes. Han nacido de la misma visión de Dios. Una cosa que hace que creamos que lo nuevo debe venir y estamos en tiempos de transición es que de alguna manera Dios nos hace ver lo conectado que estamos con su plan.  Segundo, hay actividad con la visión de Dios. (“Ella también ha concebido”). Esta expresión demuestra que la actividad de Dios es similar en todos los que están en el centro de la visión de Dios. La visión de Dios es “hacer concebir”, primero a una estéril y por otro lado a un virgen. Notan la similitud. Dios establece un paralelo en las dos mujeres. Es similar su proceso. Estoy convencido que todos los que  están en la actividad de la visión de Dios, tendrán las mismas experiencias. Tercero, hay una vitalidad con la vida espiritual. (“La criatura saltó de alegría”…exclamó a gran voz”). El afirmamiento de Dios trae una nueva  vitalidad. Se muestra que el niño desde el vientre ya es feliz, salta de alegría. La madre está llena de vitalidad, no sólo con la vida que siente en su vientre sino que también ha concebido una nueva era, la era del Espíritu del Señor. Esta mujer es una mujer mayor, embarazada de 6 meses y tiene el gozo y la capacidad de estar “gritando”. Cuarto, hay una cordialidad con la vivencia generacional. (La madre de mi Señor venga a mí”). Debido a que las dos generaciones están en el centro de la voluntad de Dios, sus cosmovisiones  se juntan y conviven muy cordialmente. Las dos sueñan juntas, las dos pueden hablar. María reconoce en Elizabeth una evidencia de que Dios trabaja con los adultos y que pueden ser usados aún en el tiempo de su vejez   y  por otro lado Elizabeth reconoce en María la obra y la influencia del proyecto de Dios. No es una mujer que regaña, que le dice como vestirse, que critica su forma de vivir. Las dos pueden ser usadas por Dios. Es decir las dos generaciones son complementarias.

  •  La etapa del discernimiento

En los vrs. 46 al 56, María hace una declaración  profética. Su respuesta es una respuesta eminentemente bíblica.  Si uno hace un análisis del cántico de María hayamos 17 pasajes distintos del AT. La etapa del discernimiento es el momento en que vemos como encajan las evidencias bíblicas en el proyecto de la transición. Dios en realidad no hará nada nuevo, pero si dará mayor información en los tiempos acerca de los nuevos “misterios”. Todas las veces que Dios hace una transición habrá una inmensa evidencia bíblica. Por eso es que hay que estar seguros que lo que hacemos y seguimos es basado en las directrices de la Palabra de Dio

  • La etapa del alumbramiento

Dice la palabra “cuando se cumplió el tiempo de su alumbramiento”. (vrs. 57). La etapa del alumbramiento se da en el tiempo exacto. La expresión que se ha dado un tiempo, y hasta que se llegue al completo tiempo se cumplirá lo que Dios ha prometido. En segundo lugar la etapa del alumbramiento se da con las condiciones exactas. Dios no pide permiso para dar a luz. El simplemente cuando hace nacer, hace nacer. El controla el nacimiento del nuevo modelo. Tercero, el alumbramiento se da con las características completas. La expresión en griego para cumplimiento se debe traducir “cumplimiento pleno”.

  •    La etapa de la resistencia

Observemos que las personas allegadas tanto a Zacarías como a Elizabeth, están con ellos, se gozan con el nacimiento pero en realidad no entienden todo lo que está pasando. La resistencia puede venir de  diferentes ángulos. La resistencia viene por la presión del grupo. “vecinos y parientes”. Esto sería como la presión social. Si hay un buen grupo de personas que presionan, son capaces de resistir el cambio y cerrarse ante las evidencias. Segundo dice que hubo presión emocional. Observe que dice: “se regocijaron con ella”. Para ellos era alegre ver como Dios había traído un hijo a la casa de Zacarías, había una alegría grande. Esa alegría se basaba el simple hecho de ser papá y mamá ya de edad avanzada. Eso era un milagro de Dios. Ya había registro de mujeres estériles en la tradición de los judíos. Sin embargo lo que ellos no percibían que el niño y su nacimiento tenían implicaciones más profundas que un simple deseo humano. Tercero hubo una presión  tradicional.  Según la tradición judía lo llevaron a circuncidar a los ocho días. Y cuando estaban haciendo este rito tradicional, todos los de alrededor le pusieron el nombre de Zacarías. ¿Por qué? Porque era tradición llamar al primogénito como el nombre del papá. Ellos ni siquiera preguntan, simplemente asumen que así debe ser. De no ser porque Zacarías dice que se llamará Juan respaldando a su esposa, Juan  se hubiera llamado Zacarías Jr. Una última etapa de resistencia aparece en los vrs. 63; 65,66. Tres palabras me llaman la atención, a saber, “se maravillaron”, “se llenaron de temor”, “guardaban en su corazón”. Son interesantes las reacciones de estos grupos. Las frases arriba mencionadas van acompañadas por “todo” y “todos”. Aunque hay admiración, hay temor, y ha meditación uno puede observar que ninguno de ellos se involucra activamente en el plan de Dios relacionado con el niño Juan. Así que la cuarta etapa de resistencia se enfoca en  una presión conceptual. No es extraño ver que la gente sabe del nacimiento, conoció los conceptos, pero no va a pasar más allá. Ellos participan en el proceso del cambio, no se meten en la voluntad de Dios. Pero escúchelos hablar siempre tienen una opinión (algunos incluso creen una mejor opinión), pero nunca se ensucian las manos. Son los que nos dicen como torear sentados en la comodidad de sus asientos de espectadores.

 Estas  cuatro grandes manifestaciones son instrumentos de resistencia en los cambios, transiciones a nuevas generaciones. La gente, la emoción, y la tradición son grandes  y la crítica  son los bastiones que hay que vencer cuando lo que viene es de Dios.

Matices de un nuevo amanecer: De Zacarías a Juan

Durante 400 años no ha habido profeta, hay escases de sacerdotes de la tribu de Leví y los pocos que quedan por lo que se observa en Zacarías son ritualistas,  y tiene cierto grado de rutina, y además bastante incredulidad. ¿Qué implicaciones tiene esa transición, cómo la desarrolla Dios, y cuál es el resultado de dicha transición? Tres pasajes son importantes dentro de este pensar. Primero podemos ver las condiciones de la transición. Segundo  podemos las características de la transición y finalmente las consecuencias de dicha transición. ¿Por qué hablo de una transición? Podemos ver como Juan es la bisagra entre el antiguo pacto representado por su  padre y madre y la aparición de Jesús. Juan es el que hace ese cambio. Juan es un símbolo de una generación de cambio, de transición tan necesaria para que se manifieste Jesucristo. Quisiera entonces que establezcamos algunas ideas con relación a este tipo de mover de Dios.

 En primer lugar podemos ver LAS CONDICIONES  de la transición. (Lucas 1:5-25)

  • Prestigio generacional

En los versículos iniciales encontramos que tanto como Zacarías y Elizabeth tenían un linaje sacerdotal de Leví. En esos tiempos ya no habían muchos sacerdotes de Leví, ya que la tribu se había como diluido. Pero estos dos son de la cepa espiritual original de Israel. (vrs.5).

  • Propiedad doctrinal

Observe que el pasaje dice que ambos eran justos  delante de Dios y andaban irreprensibles en todos los mandamientos. Es decir cumplían a cabalidad con todos los requisitos del AT.  (vrs.6)

Productividad  superficial

Observe que el pasaje dice dos cosas importantes de este modelo de Zacarías y Elizabeth. Eran ambos “de edad avanzada” y Elizabeth era “estéril”. Significaba disminución del vigor e incapacidad para reproducirse. No podían tener hijos. Era estéril.

  • Perspectiva tradicional

Observen la expresión del vrs. 9 dice: “conforme a la costumbre del sacerdocio”. La expresión costumbre es la cultura de algo o alguien. Pero es una cultura como lo hacen los sacerdotes.

  • Pérdida Espiritual

Es interesante observar que Zacarías está ministrando en el lugar santísimo. Es el lugar en el que Dios tradicionalmente y habitualmente en la antigüedad había dicho que sería donde él iba a morar. Si hay un lugar donde uno hubiera esperado manifestaciones extraordinarias sería en ese lugar. Sin embargo por lo que uno mira, parecía que tanto el pueblo como Zacarías son tomados por sorpresa con la aparición del ángel. Primero porque en Zacarías hay temor, turbación e incredulidad. Por otro lado para los espectadores del evento en el vrs. 21 muestran que estaban extrañados con la tardanza de Zacarías, debido a que ya tenían controlado más o menos cuál era el tiempo estándar que se debía tardar un sacerdote al ofrecer el sacrificio. Así que esa pérdida de la espiritualidad en Zacarías y el pueblo de Israel se muestra en tres grandes indicadores. Primero una pérdida de perplejidad. (vrs. 11; 22)  En un sentido como iglesia hemos perdido esa capacidad de asombraros con Dios. Habían pasado muchos años (400) en los cuales el sacrificio se hacía año con año y no había habido manifestación de ángeles, quizás desde los tiempos de Moisés. Es interesante que la versión Traducción del Lenguaje actual dice: “Cuando Zacarías vio el ángel, tuvo mucho miedo  y no supo qué hacer” ¿Cómo que no sabe qué hacer? Durante mucho tiempo el pueblo de Israel entraba en la presencia de Dios y salía asombrado de la forma en que Dios se manifestaba. Lo hacía de una manera gloriosa y majestuosa. En cambio lo que ocurre en Zacarías es miedo y turbación. ¿Por qué ocurre esto? Debido a que el evento fue único y lo tomó por sorpresa. Es decir si los sacerdotes hubieran estado acostumbrados a ver manifestaciones en el lugar santísimo no tendrían miedo. Tenemos miedo cuando algo es nuevo y extraño y nos toma por sorpresa. Segundo una pérdida prodigiosidad. (vrs.13-17). El diccionario de la RAE dice que prodigio es: “Suceso extraño que excede los límites regulares de la naturaleza. Cosa especial, rara o primorosa en su línea. Milagro hecho de origen divino. Observe que los el ángel le dice es un suceso extraordinario, milagroso, increíble. Cuando nosotros estamos ante un Dios de prodigios, nos encontramos con grandes enseñanzas espirituales. Primero Dios es prodigioso porque oye. “Tu oración ha sido oída”. Segundo es prodigioso porque construye. Le dice que va a ser muy feliz, pero que debe recordar que el niño que va a tener, ya tiene su plan diseñado y construido que no ose ponerle otro nombre, que no sea el que Dios le ha dado. Tercero Dios es prodigioso porque sustituye. Le dice que va a ser muy grande, que se parecerá a Elías pero no es él, sino que alguien que lo hace mejor. Dios está enviando a Juan y diciéndole a  Zacarías al ponerle el nombre de Juan, que este muchacho no seguirá con su viejo esquema sino que trae uno mejor.

Tercero una pérdida de profundidad. Note que el pasaje a continuación  dice: “Mi esposa y yo ya somos viejos”  Su respuesta no es: “¡Wow! ¡Qué tremendo! ¡Gloria a Dios! Sino que inmediatamente saca a flote sus excusas y sus problemas.  Para él ya no era posible un cambio. ¿Por qué? Porque ya están demasiado viejos para un nacimiento. No hay forma de obviar ese punto. Una de las cosas que nos hace perder profundidad en los planes de Dios es que nuestros temas son tan limitados y los de Dios ilimitados. Esto es una lucha con la debilidad  de nuestra fe. Por otro lado note que pregunta ¿Cómo será esto? Zacarías quiere saber ¿cómo? para creer ¿el qué? Una segunda cosa que hace que nuestra fe no sea profunda es que Dios da afirmaciones y nosotros queremos confirmaciones. Esto es una lucha con la incredulidad de nuestra fe.  Agreguemos el hecho de que la pregunta de Zacarías ofende al ángel. Y la respuesta del ángel es otra de las razones por las que perdemos profundidad. Las propuestas de Dios son desafiantes y nuestras decisiones infantes. Esta es una lucha con la esterilidad de nuestra fe.  Si bien es cierto que Elizabeth era estéril físicamente, Zacarías lo es espiritualmente. Note porque su actitud es estéril. Dos cosas dice el ángel. Primero, el no es cualquier ángel. Es alguien que ministra en la presencia misma de Dios. En ese sentido no es cualquier criatura celestial que de vez en cuando accede a la presencia de Dios. Le está diciendo que es un insulto cuestionar lo que le está diciendo porque él tiene gran autoridad. Segundo también le dice que la orden no se la inventó él, sino que fue una orden expresa de Dios. “He sido enviado a hablarte”. Tercero, lo que le está diciendo son “buenas nuevas” es decir es algo que debe generar esperanza y no desconfianza. Todo lo que Dios da es bueno y por sobre todo nuevo. Así que como resultado el ángel le dice que va a  quedar mudo. Esto será temporal pero será un juicio a su persona y al esquema que representa.

 Al observar la historia de Elizabeth y Zacarías que dice: “Y ambos  eran ya de edad avanzada”. Me puse a pensar ¿por qué razón Dios esperaría que los dos llegaran a ser ya muy viejos?  Creo que una vez que Juan fuera creciendo ellos ya no estarían vivos, porque no hubieran resistido la tentación de inmiscuirse en el destino y propósito de Juan. Por otro lado el papá de Juan aunque era sacerdote era incrédulo. Es tan incrédulo que termina mudo. ¿Por qué el ángel escoge específicamente como juicio que Zacarías no hable por un lapso de 9 meses?  Me imagino que con una actitud de incredulidad afectaría a Elizabeth en su fe y al mismo Juan en el proceso del embarazo. No necesitaba una voz externa que hablara cosas incrédulas, de tal manera que dañara todo el proceso de gestación del nuevo proyecto de Dios. Las nuevas generaciones que se están gestando, está naciendo en un mismo contexto que el de Juan, a la sombra de un sistema “viejo y avanzado”, estéril y por otro lado Dios los está dejando sin mensaje. Es decir es una “mudez” para que la nueva generación sea mentorada  por Dios. Otra cosa importante es que una vez que Juan nace, Zacarías inmediatamente habla. Y habla precisamente para corroborar que quién ha cuidado y le ha dado identidad a su hijo es Dios y que no llevará el nombre de él, que representa al esquema anterior. Este nuevo esquema ha sido dirigido por Dios, cuidado por Dios, dado a luz por Dios y por lo tanto llamado por Dios con su propia identidad. No entiendo como los viejos y generaciones viejas insisten en esta nueva generación que está naciendo ponerles el nombre que ellos recibieron o la identidad de ellos o el esquema de ellos, cuando ya Dios le ha dado su propio nombre a este nuevo mover y su propia identidad. ¿Qué deben hacer las viejas generaciones ante las nuevas generaciones?  No te el movimiento Zacarías no puede hacer sacerdote a Juan que es profeta, porque sería violentar el destino de Dios en Juan, pero si ocurre algo con Juan el profeta ante una generación vieja que está dispuesta todavía a recibir más de Dios. Observa usted que el vrs. 67 de Lucas 1: “Su padre fue lleno del Espíritu Santo y profetizó” Que increíble el viejo sacerdote no pude hacer en Juan un sacerdote porque es profeta del Altísimo, pero Juan si puede contagiar al viejo sacerdote con la dinámica del Espíritu Santo y convertirlo en profeta. O sea que según este pasaje el viejo esquema no puede imponer su esquema pero si puede recibir del nuevo esquema vigor espiritual y palabra dinámica y profética. No le parece hermoso el pensar que después de pasar mudo casi 10 meses lo primero que salga de la boca del  viejo profeta incrédulo sea una advertencia a sus colegas a no ponerle un nombre que no sea el de Dios y que luego su primera declaración sea una inspirada por el Espíritu Santo  y además una tremenda profecía.

¿Pero qué pasa en este tiempo? Seguimos insistiendo en imponerles a las nuevas generaciones “nuestro viejo sacerdocio” y no respetamos el destino de Dios en ellos. Y muchos “viejos sacerdotes” están cerrados con preservar sus esquemas “de edad avanzada”  e “incrédulo” y se pierden de la bendición espiritual y crecimiento que tendrían si aceptaran a “los nuevos Juanes Bautistas”. ¡Qué triste!

 Para pensar un poco…  Una transición es un proceso de cambio de una realidad a otra. El hombre siempre ha buscado vivir en una realidad mejor que la que vive y cuando la ha buscado es porque ha estado en transición hacia algo nuevo, lo sepa o no.  En la historia humana podemos ver muchos ejemplos cuando los hombres desean una realidad mejor de la que viven en el momento. Estos hombres fueron reformadores de su tiempo y consagraron sus vidas para traer cambios sustanciales a la sociedad. Cuando un país está en el proceso de cambiar su manera de pensar o vivir, la gente entra en una etapa de transición  para pasar de un estilo de vida a otro.   Ejemplos de reformadores que trajeron cambios a la sociedad con sus ideas son Lutero en Europa quien llevó el evangelio a la gente común.  Platón y Aristóteles quienes cambiaron la manera de pensar en todo el Occidente, desde Grecia, pasando por Europa, hasta nuestras tierras en América. Todos ellos tuvieron el deseo de vivir una realidad mejor. Cuando la gente recibió sus conceptos entraron en un proceso de cambios en su manera de pensar o vivir.  Ahora bien una transición siempre promueve cambios radicales. Muchas veces una transición implica

un proceso largo y doloroso. He estado pensando en algunas figuras bíblicas que ilustran algunos tipos de transiciones. Porque debemos saber que no todas las transiciones son iguales. Son como personas  que estaban en transición de una realidad a otra y que fueron victoriosas. De allí podemos encontrar algunas llaves transicionales que nos pueden ayudar en la práctica.    En primer lugar está el caso de Noé. Es una actitud de confianza, dependencia de Dios. Génesis 8.  Noé estaba en la transición de una tierra llena de maldad a una tierra que era limpiada por el agua del diluvio. Noé tuvo que pasar un tiempo flotando sobre el agua.  Era un tiempo cuando él no tenía tierra firme debajo de sus pies, como para afirmarse en su propio piso. Cuando una iglesia está en transición hay un tiempo cuando no hay tierra firme debajo de sus pies. Es un tiempo cuando la iglesia está en medio de dos realidades. No ves lo antiguo (la religión, las costumbres viejas) ni lo nuevo (el nuevo modelo).  No dice la Escritura que el arca tenía timón.  Una razón porque el arca no tenía timón es que Dios no quiere que el hombre maneje cuando él está en transición hacia algo nuevo. Dios llevaba el arca donde él quería llevarla.  Noé tuvo que confiar absolutamente en Dios. Dios llevó a Noé a “una tierra nueva” que quedó limpiada por el diluvio e hizo con Noé un nuevo pacto de gracia y de misericordia.  Dios puso su arco iris en las nubes como una señal de un nuevo pacto. Cuando la iglesia está en transición hacia un nuevo modelo  es tiempo de confiar en Dios. Él te lleva a un lugar purificado por el agua, a “una tierra nueva”, y establecerá contigo un nuevo pacto de gracia y de misericordia. Si dejas que Dios te lleve a donde él quiere, muy pronto comienza a brillar un arco iris en la iglesia (nuevos colores en los ministerios). El segundo modelo es  Abraham y la tierra prometidaGénesis 12:1-3, 13:15. Aquí se desarrolla fe y obediencia.

Abraham tenía todo en la casa de su padre, pero además tenía fe en la palabra que Dios le había hablado y obedeció a la dirección de Dios. Abraham salió de su casa para marchar a una tierra nueva que él nunca había visto antes. Había un tiempo cuando Abraham no estuvo en la casa de su padre (confort, seguridad, provisión) ni en la tierra nueva. Abraham estuvo en transición.  El tuvo fe que la tierra que Dios iba a mostrar era mejor que la tierra de su padre, y obedeció la palabra profética de Dios. En la transición a lo nuevo  es necesario salir de las costumbres antiguas. Es un tiempo de inseguridad donde no estás en la casa de tu padre (las costumbres y seguridades antiguas) ni en la tierra prometida (lo nuevo). Necesitas fe y obediencia a la palabra profética de Dios y el Señor abrirá tus ojos para ver la tierra prometida.  El Señor te bendecirá, engrandecerá tu nombre y serás bendición, y muchas familias serán benditas en ti.   El tercer modelo es el monte Sinaí – Ex 24:12-13. Aquí habla de adoración.  Los israelitas habían salido de la esclavitud en Egipto y estaban caminando hacia la tierra prometida. Estaban en un tiempo de transición.  En medio del desierto Dios llamó a Moisés para subir al monte y esperar allí hasta que Dios le diera las tablas de piedra con la ley y los mandamientos. Moisés subió al monte y llevó consigo a Josué. La transición a lo nuevo  puede ser un desierto, pero es el tiempo cuando Dios está llamando a los “Moisés” (al Pastor) y a los “Josué” (el liderazgo) para subir al monte (adorar) y pasar tiempo en la presencia de Dios. En la transición es importante adorar al Señor y pasar tiempo en su presencia hasta que las nuevas verdades están bajando del cielo (las tablas de piedra).  Las tablas con los diez mandamientos establecieron nuevos principios para el pueblo de Israel. La adoración va a desatar una nueva enseñanza que viene del cielo y que el pueblo nunca ha escuchado antes. Esta enseñanza no viene del hombre si no viene de Dios y va a traer nuevas ideas que te va a ayudar establecer los principios de la Palabra de Dios en tu vida. El cuarto modelo son: Los discípulos en oración y ruego -Hechos 1:14   Después de que Cristo se había ido al cielo los discípulos estaban en Jerusalén perseverando unánimes en oración y ruego. Estaban esperando la promesa del Padre, que era el derramamiento del Espíritu santo. Los discípulos estaban en transición,  entre haber caminado tres años con Jesús y empezar a caminar con el Espíritu Santo. Estaban enfrentando una nueva experiencia.  Pero mientras esperaban la promesa del Padre, perseveraban unánimes en oración y ruego. Cuando una iglesia está en transición a lo nuevo  es el tiempo de perseverar unánimes en oración y ruego, hasta que venga un derramamiento de Espíritu y poder sobre sus vidas. La perseverancia “en oración y ruego” va a desatar nuevas experiencias con Dios y la iglesia comenzará a caminar en un nivel más alto de Espíritu y Poder.

Espiritualidad en Salmos: Salmo 24 III parte

 

III                    En tercer lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra su Parusía (24:7-10)

 

La expresión parusía se usa para declarar escatológicamente  la  segunda venida del Señor a esta tierra. Observe como aunque es un evento histórico se convierte en una declaración profética para nuestros tiempos. Debemos tener dos pensamientos  de fe (¿proféticas?) para que este mundo entienda que Jesús vendrá nuevamente.

 

  • La perspectiva  del evento

Note que la procesión se acerca a las puertas de la ciudad de Jerusalén.  El rey David, al frente de la procesión, exhorta a los guardas de la ciudad a que abran las puertas de Jerusalén, de par en par, para que Dios pueda entrar y tomar posesión de Su morada eterna. Alzad, oh puertas, vuestras cabezasEl momento llega en que el arca se acerca a las puertas de la ciudad de Jerusalén.  La procesión se detiene, y los que cargaban el arca pidieron (poéticamente) a los guardas de la ciudad a que abran las puertas de Jerusalén.  Ante la grandeza de Dios, las tremendas puertas de la ciudad tenían que ‘levantarse’, para que el Rey de Gloria ingresara a Su morada. Este grito es simbólico del grito que se dio ante las puertas del cielo, cuando Cristo, el Rey de Gloria, ascendió a la diestra del Padre.  Es también simbólico del grito que los evangelistas dan a los pecadores, para que abran sus corazones al Rey de Gloria. Antes que Cristo diera Su vida en la cruz, las puertas del cielo estaban cerradas a los pecadores (al igual que el camino al árbol de la vida fue ‘cerrado’, luego del pecado de Adán y Eva).  Cuando Cristo murió, las puertas del cielo se abrieron de par en par (simbolizado por la ruptura del velo en el templo, que separaba el Lugar Santísimo).  Cristo ingresó como nuestro representante, pero también abrió el camino para todos los verdaderos hijos de Dios. Y alzaos vosotras, puertas eternasLas puertas son “eternas” porque la ciudad es eterna.  Tanto las puertas como la ciudad misma comparten la naturaleza de Dios.

  • La persona del adviento

  Y entrará el Rey de gloriaLa llegada del arca de Dios a la ciudad de Jerusalén, marca en fin del largo viaje, que se inició en el Monte Sinaí (Horeb), cuando la gloria de Dios descendió del cielo, y llenó el tabernáculo –  reposando específicamente sobre el arca del pacto (Éxodo 40:34-38; Números 9:15-23).  ¿Quién es este Rey de gloria?Los guardas de la ciudad preguntan acerca de la identidad del Rey de gloria.  La respuesta no se deja esperar.  Es: Jehová el fuerte y valiente” Primero, el Rey de gloria es identificado como “Jehová” – el Dios de Israel; el Dios eterno. A la luz del Nuevo Testamento, este es nada menos que el mismo Señor Jesucristo; Él es el Rey de gloria.  Fue Cristo quien acompañó a Israel durante el éxodo, bajo la figura del Ángel de Jehová. Dos adjetivos se usan para describir al Dios de Israel: “fuerte” y “valiente”.  Los términos en hebreo son sinónimos, y se usan en contextos militares – de soldados o de ejércitos.  La palabra traducida, “valiente”, es empleada en la siguiente línea, donde la RV traduce, “poderoso”.  Jehová el poderoso en batalla” Por 40 años en el desierto, Dios fue delante de Su pueblo, dándole la victoria sobre los enemigos que se interponían en el camino; por ejemplo, los egipcios (Éxodo 14-15), los amalecitas (Éxodo17:8-16), el rey de Arad (Números 21:1-3), etc.   También les dio la victoria sobre los cananeos, bajo el liderazgo de Josué.  Más recientemente, Jehová dio la victoria sobre los filisteos – bajo el liderazgo de Samuel (1 Sam 7:3-13), y bajo el liderazgo de David (2 Sam 5:17-25).  Finalmente, Dios dio la victoria sobre los jebuseos, para poder tomar la ciudad de Jerusalén, y establecerla como capital del reino, y lugar permanente de la morada de Dios (2 Sam 5:6-10). En todas estas victorias, el Dios de Israel se manifestó como ‘Jehová de los ejércitos’, el ‘Dios de la batalla’.  El ingreso del arca del pacto a la ciudad de Sión marca el triunfo final de Dios sobre todos Sus enemigos. Sin embargo, aunque es importante entender estos versos a la luz de la historia de Israel en el AT, los versos se aplican también (proféticamente) a la lucha de Cristo contra Satanás, y a la derrota de todas las huestes espirituales de maldad, en la cruz (Col 2:14-15).  Dicha victoria permitió a Cristo ascender a la diestra del Padre, y tomar Su morada eterna en el cielo (Fil 2:9-11). Se repiten los v.7-8, para producir un efecto dramático, y sellar el ingreso de la procesión a la ciudad de Jerusalén.

 

Este salmo nos habla entonces de la espiritualidad cristocéntrica y nos ha dicho tres cosas importantes. Primero la espiritualidad cristocéntrica  se celebra la Soberanía de Dios. Esto nos lleva a respetar la persona de Dios. En segundo lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra la Cercanía con Dios. Esto nos lleva recordar la presencia de Dios. Y finalmente la espiritualidad cristocéntrica celebra la parusía de Dios. Esto nos lleva a proclamar el plan de Dios.

En estos tiempos es muy trascendental que no perdamos de vista la grandeza de Dios. Esto me recuerda una historia entre un padre y un hijo. El niño de 8 años le preguntó a su padre que tan grande era Dios. En ese momento pasaba un avión a miles de metros de altura y le respondió: “Dios es como aquel avión? ¿Qué tan grande lo ves? Y el niño midió con su mano y dijo que era muy pequeño casi como el tamaño de su dedo. Luego lo llevó  a un aeropuerto y le enseñó el mismo avión sólo que ahora estacionado en la pista. Le hizo la misma pregunta: ¿Qué tan grande es ese avión ¿ Y el le dijo: “Inmenso, mucho más grande que tú y yo” A lo que el añadió: Recuerda que la grandeza de Dios en tu vida dependerá de cuán cerca estés de él. Si estás lejos será pequeño pero si estás cerca será inmenso. ¡Qué tremenda lección! Le puedo hacer una pregunta ¿le parece que Dios es muy pequeño en esta etapa de su vida? Bueno ¿Qué tan cerca está de El?

Espiritualidad en Salmos: Salmo 24 II parte

 

II.                    En segundo lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra su Cercanía (24:3-6)

Aunque Dios es grande y soberano. Aunque Dios es majestuoso y sorprendente, también lo es cercano e íntimo.

Esta estrofa fue probablemente cantada por un sacerdote, quien velaba por la santidad del Lugar Santo.  Es dirigida a otros sacerdotes, aunque tiene en mente también a toda persona que desea acercarse a Dios. ¿Cuáles son las condiciones para poder disfrutar de la cercanía de Dios?

 

  • Ser un buscador

El arca del pacto estaba siendo llevada a Jerusalén.  La pregunta ahora era, ¿quién estaría en condiciones de subir “al monte de Jehová”, y estar “en Su lugar santo”? Esta pregunta se hacía urgente, por el incidente que había ocurrido cuando David intentó llevar el arca a Jerusalén la primera vez.  En ese momento, un hombre llamado Uza murió, cuando tocó el arca (2 Sam 6:6-7).

Ese incidente recalcó la santidad de Dios, y lo peligroso que era acercarse a Dios indebidamente.   El Lugar Santo era una parte del tabernáculo, donde solo los sacerdotes podían entrar ().  Sin embargo, habría que considerar si la frase, “lugar santo” se refiere a esa parte del tabernáculo, o si es simplemente un sinónimo del “monte de Jehová” (es decir, de la ciudad de Jerusalén), hecho un lugar ‘santo’ ahora, por la presencia del arca del pacto.   Si tomamos las palabras, “lugar santo”, literalmente, entonces la pregunta que el salmo plantea es, ‘¿quién está en condiciones de ingresar a la presencia de Dios, y servirle?’  Dicha pregunta sería dirigida específicamente a los sacerdotes, quienes eran los únicos permitidos ingresar al lugar santo.  Sin embargo, también sería una pregunta importante para todo judío temeroso de Dios, y que deseaba acercarse al Señor, y profundizar su comunión con Él.

  • Ser un innovador

El traslado del arca del pacto a Jerusalén marcó el inicio de una nueva etapa en el culto al Dios de Israel.  Por fin el arca estaba llegando a la ciudad que Dios había escogido (Sal 132:13-14), y era necesario que los sacerdotes (y los demás judíos) tomaran un momento para reflexionar sobre la necesidad de estar en buenas condiciones para presidir el culto a Jehová de los ejércitos, en su nuevo y permanente santuario.   Spurgeon observa los dos verbos que David usa –  ‘subir’ y ‘estar’.  Acercarse a Dios requiere un tremendo esfuerzo.  Dios es “Alto y Sublime”, y habita “en la altura y la santidad” (Isaías 57:15); por lo tanto, no debemos pensar que es cosa fácil acercarse a Él.  Tenemos que hacer un esfuerzo, como un alpinista, quien lucha por lograr la cima de una montaña.  Y no es asunto simplemente de subir, ver a Dios, y bajar.  Se trata de ‘estar’ en la presencia de Dios; quedar, permanecer, vivir.   Solo cierta clase de persona logra esto.  En el Nuevo Testamento, la Iglesia viene a ser el templo de Dios, y cada creyente es un sacerdote.  Como tal, somos llamados a estar en la presencia de Dios, para servirle.  Por ello, es importante tomar en cuenta las condiciones que David menciona en los versos 4-6.

 

  • Ser un adorador

El limpio de manos…Siendo un poema, David emplea una figura literaria (), en la cual la palabra “mano” representa todo el cuerpo, y no debe entenderse literalmente (ver Job 17:9)[1]. El creyente es justificado por fe, y limpiado por la sangre de Cristo.  Sin embargo, tiene la responsabilidad de guardarse de todo pecado; especialmente de aquellos pecados ‘escandalosos’ y graves, que provienen de las tentaciones del mundo y de la ‘carne’. Los sacerdotes que ministraban en el santuario, tenían que estar limpios, no solo moralmente, sino también ceremonialmente.  No podían tocar nada que estaba contaminado. …y puro de corazónNo solo debemos cuidarnos de actos pecaminosos, sino que debemos cuidar nuestros corazones, para que sean puros delante de Dios.  El corazón es la fuente de la vida, y la raíz de todo pecado.  Si cuidamos la fuente, tendríamos mayor victoria sobre el pecado. Dios es santo, y los que desean estar en la presencia de Dios, no solo deben limpiar sus vidas, sino también sus corazones.  La santidad de vida empieza en el corazón.  Nuestras ‘manos’ tiene que estar limpias ante los ojos de los hombres, y nuestros corazones tienen que estar limpios ante los ojos de Dios.  No debemos permitir impurezas en el corazón.  Dios lo ve, y es una ofensa a Su santidad. En Mat 5:8, el Señor afirmó, “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”.

 

  • Ser un predicador

Cuando hablo de predicar no me refiero a estar en un púpito sino a que mi vida se convierta en una plataforma de vida. El texto dice: El que no ha elevado su alma a cosas vanas  En el Antiguo Testamento, “cosas vanas” muchas veces se refiere a la idolatría.  La idolatría contemporánea incluye el materialismo, las diversiones,  Hoy en día hay muchas ‘vanidades de la vida’; el creyente debe tener cuidado con esas cosas.  No debe dedicar tiempo a ellas, o dejarse dominar por ellas.Ni jurado con engaño”  Esta frase habla de hacer promesas, pero hacerlas sin la intención de cumplirlas, o con una intención diferente a la expuesta.   Estas promesas pueden ser hechas a los hombres o a Dios mismo. Un ejemplo de ello fue el juramento que Esaú hizo, de dar a Jacob su primogenitura, a cambio de un plato de comida (Gén 25:33).  Jacob hizo mal en pedírselo, pero Esaú prometió algo del cual no estaba en serio.  Hizo el juramento solo para obtener el plato de comida de su hermano.  Estas condiciones son sumamente exigentes.  En cierto sentido, la única persona que las ha rellenado completamente es el Señor Jesucristo.  Solo Él puede subir al monte de Jehová, y estar en el lugar santo.  Lo hizo, hace 2,000 años, llevando Su propia sangre (Heb 9:24-26).  Pero lo hizo en nuestro lugar, como nuestro Sumo Sacerdote y Representante Legal.  Nosotros solo podemos acercarnos a Dios por medio del Señor Jesucristo.  Sin embargo, tenemos la responsabilidad de vivir en forma consecuente con la santidad de Dios, y no abusar de la gracia de Cristo. Él recibirá bendición de Jehová”  Teniendo aun una naturaleza pecaminosa, y viviendo en un mundo lleno de pecado, no es fácil vivir en santidad.  Sin embargo, la persona que lo hace “recibirá bendición de Jehová”.  Esta bendición consiste, principalmente, en el privilegio de vivir en comunión con Dios, y disfrutar de Su presencia en nuestras vidas – una presencia que trae gozo y paz. Si una persona insiste en vivir en el pecado, no puede esperar la bendición de Dios.  Él solo bendice a los que le buscan; a los que le buscan de todo corazón. Y justicia del Dios de salvaciónEsta es la bendición principal que Dios puede dar a un pecador – Su justicia, que lleva a la salvación.  Esta justicia divina (“la justicia de Dios”, Rom 1:17) es algo que Dios tiene que regalarnos; no la podemos obtener por nuestros propios esfuerzos.  Es una dadiva de Dios.  Por eso David afirma, “recibirá…justicia del Dios de salvación”. Sin embargo, aunque la justicia de Dios es por fe en Cristo (Romanos 3:21-22), dado a que es algo que debemos desear de todo corazón (Mat 5:6), tenemos una responsabilidad de vivir conforme a este deseo.  No podemos esperar recibir la ‘justicia’ de Dios, si no estamos dispuestos a vivir conforme a la justicia de Dios.

 

  • Ser un restaurador

Tal es la generación de los que le buscan…El verbo (“le buscan”) en hebreo es, ‘darash’, y significa ‘caminar’ o ‘frecuentar’.  Por lo tanto, una persona que busca a Dios (en el sentido del verbo en hebreo), es alguien que camina hacia Dios, que frecuenta Su presencia.   Hay una hermosa promesa relacionada con este verbo, en Deut 4:29, “Mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, lo hallarás, si lo buscares (‘darash’) de todo tu corazón y de toda tu alma”. David era un hombre que buscaba a Dios de todo corazón.  En Sal 27:8 escribe, “Tu rostro buscaré oh Jehová”.  David anhelaba estar en la presencia de Dios (Sal 27:4). De los que buscan tu rostro, oh Dios de JacobAquí, el verbo, “buscan”, es diferente; es el verbo, ‘baqash’, que significa ‘buscar’, en el sentido de ‘inquirir’.   Es el verbo que se usa en Éx 33:7, “Y cualquiera que buscaba a Jehová, salía al tabernáculo de reunión que estaba fuera del campamento”.  Buscar el ‘rostro’ de Dios significa buscar una comunión íntima con Él (ver Sal 105:4). Al usar el nombre de ‘Jacob’, como referencia al pueblo de Israel, David estaba enfatizando la misericordia de Dios.  Jacob fue un hombre tan carnal; sin embargo, Dios en Su gracia y misericordia se manifestó a Él, y fue poco a poco trabajando en su carácter.  ‘Buscar y hallar a Dios ejerce un tremendo poder santificador en nuestras vidas. Las personas a quienes David describe, son personas de oración.  No suben al monte de Jehová simplemente para curiosear (como haciendo turismo espiritual), sino para interceder.  Tales personas luchan por agradar a Dios, porque anhelan recibir bendiciones de Su mano.  Saben que en Su presencia hay plenitud de gozo.  Por eso, luchan contra la ‘carne’ y el pecado, porque han hecho de Dios su máximo gozo.


[1] Quizá tenemos un ejemplo parecido en Is 6, donde la palabra “labios” (v.5, 7), representa la totalidad del cuerpo del profeta.

Espiritualidad en Salmos: Salmo 24

Ser o no ser, esa es la cuestión. Esta inmortal frase de Hamlet, aquel personaje de William Shakespeare que sucumbía bajo las dudas, también se aplica cuando hablamos de nuestro sometimiento a Cristo como Señor. ¿Es o no es el Señor de nuestra vida y de nuestra iglesia? Creo que la respuesta es clave para una renovación genuina. Hay congregaciones cuyo centro es su programa de actividades, no Cristo. Funcionan, tienen cierto crecimiento, pero Cristo no gobierna. Son como un automóvil con la caja de cambios en la posición de punto muerto o neutro. Hacen ruido, gastan energía, pero no avanzan. En apariencia está todo bien: un buen edificio, un buen plantel de líderes, un programa de actividades bien organizado, pero Cristo no reina. No es él quien toma las decisiones, no es quien pastorea a la grey, no es la cabeza de la iglesia. Quizás parece una iglesia cristocéntrica, pero no lo es. Tiene una buena fachada, pero detrás de la apariencia no es el Señor quien reina; es la gente. Esas iglesias son como hojas de otoño: mantienen la forma y la estructura de una hoja verde, pero están resecas y muertas.

Para muchos cristianos el centro es el culto, no Cristo. Les encanta asistir a los cultos, emocionarse con las alabanzas, engordarse con la predicación, recargar ‘las pilas’ espirituales el domingo, pero de lunes a sábado viven como se les ocurre. Cristo no reina en sus vidas. Por eso el lunes, cuando las alabanzas ya no se oyen, cuando no está el pastor para orar por ellos, cuando olvidaron la predicación, se sienten vacíos. Entonces necesitan recargarse cada domingo. No me entiendan mal no estoy en contra del culto, ni de emocionarse con la adoración, ni de alimentarse con la predicación, ni de ministrar a las personas en oración según sus necesidades. Gloria a Dios por todo eso, pero gloria a Dios si Cristo es el centro, el Señor. Muchos creyentes viven un cristianismo sentimental como lo llamaba Helmut Thielicke. Se entusiasman con un culto o con la predicación, y esto es sospechoso. Debemos estar atentos. Cuando la Palabra de Dios realmente da en el blanco, nos hace morir y renacer. Y como todo nacimiento, es doloroso. Para que la nueva vida sea liberada, hay que pasar por la cruz. Hay que romper muchas ligaduras, renunciar a cosas que nos esclavizan. Cuando el culto solamente nos produce entusiasmo, tengamos cuidado; es posible que no sea otra cosa que retórica, espuma inconsistente. ‘La Palabra de Dios no es delicia para los oídos, sino un martillo: dice Thielicke. Hay iglesias cuyo centro es el pastor. Es obvio que no estoy en contra del pastorado. ¡Me quedaría sin ministerio y sin trabajo! Lo que me preocupa son las congregaciones que no giran alrededor de Cristo, sino  de su pastor. Cuando por alguna razón el pastor se va de la iglesia, la congregación se viene abajo. ¿Quién la sostenía, Cristo o el pastor? La función pastoral es vital en el liderazgo de una congregación. El problema es que hay casos en que se genera dependencia del pastor y no de Cristo. ‘Pastor, usted no me visitó esta semana; por eso no voy a venir más a la iglesia.’ ‘Pastor, ore otra vez por mí, porque estoy nuevamente con tos.’ Son cristianos que necesitan un pastor portátil, un pastor a domicilio. Procuremos que nuestra congregación no sea pastor céntrico sino Cristocéntrica. Hay algunos cristianos cuyo centro es la doctrina, no Cristo. Se ufanan diciendo que son dueños y defensores de la sana doctrina; repiten cientos de versículos  bíblicos de memoria y refutan ferozmente a quienes están en error. Su doctrina es correcta pero su vida no demuestra el reinado de Cristo.  Debemos entender que lo que caracteriza al discípulo es la palabra seguir, no la palabra aprender. Discípulo no es el que aprende una doctrina, sino el que sigue un proyecto de vida. No es alguien que discute con su maestro; simplemente lo obedece. Discípulo es alguien que conoce cada vez más a Cristo, no porque repite fórmulas doctrinales, sino a medida que camina tras él. No me entiendan mal. No estoy en contra de la doctrina;  pero la doctrina no nos hace cristianos. Hay cristianos que creen que en el cielo les van a tomar examen de doctrina. San Pedro repartirá lapiceras y papel, y luego hará diez preguntas. Con cinco o más respuestas aprobadas, la persona entra al cielo. Con menos de cinco, se va al infierno. El cuestionario de Pedro es más o menos así: -Primera pregunta: ¿Es usted premilenarista, postmilenarista o amilenarista? -Segunda pregunta: Explique la doctrina de la predestinación… Por ahí se escucha a San Pedro que advierte: -¡No se copien! Pero ahí no sirve que te copies, porque hay creyentes de todas las denominaciones. En el cielo, no te toman un examen de doctrina; te toman el pulso. Si tienes vida, entras, si no tienes vida, no entras. Y por supuesto, el único que puede darte vida es Jesucristo cuando lo tienes como Señor, como quien gobierna tu existencia. El gobierno de Cristo no es una opción, no es una alternativa más, Algunos piensan que pueden aceptar a Jesucristo como Salvador, y después, en alguna reunión especial de consagración, recibirlo como Señor. No existe eso en la Biblia, Si Jesucristo no es tu Señor, no eres salvo, Si tu señor es el dinero, no eres salvo, porque no se puede servir a dos señores, a Dios y a las riquezas, Si tu dios es la familia, no eres salvo, porque el que no elige a Jesucristo por encima de su padre, madre, esposa o hijos, no es digno de él. No hay tres reinos. Si Cristo no reina en tu vida, entonces no estás en su reino. ¿Es Jesús Señor de tu vida? ¿Estás viviendo bajo su gobierno, haciendo su voluntad? No te pregunto si eres miembro de una iglesia, si te has bautizado, cuántos versículos memorizaste, si conoces la sana doctrina, o cuál es tu cargo en la iglesia. Te estoy preguntando: ¿Quién manda en tu vida? ¿Quién toma las decisiones, a quién le pertenece tu dinero, a quién le pertenecen tu tiempo, tus dones, tu familia, tu vida? En definitiva: ¿Eres o no un súbdito del Rey? Eso es lo que Jesucristo quiere: ser él la autoridad, el centro de tu vida, tener el señorío. Si  hay un pasaje que declara este señorío de Cristo es el  salmo 24.

Ahora bien, Muchos consideran que este salmo fue escrito para celebrar el momento en que el arca del pacto fue llevado, por David, a la ciudad de Jerusalén (2 Sam 6)[1].   Las puertas de la ciudad se abrieron para permitir el acceso al arca (v.7-10), y fue un momento oportuno para señalar las condiciones necesarias para que una persona pudiera acercarse a Dios, y adorarle (v.3-6)[2].  La temática del salmo indica que es un salmo procesional (ver Sal 47, 68, 118 y 132).  Marca la conclusión del largo viaje que Dios efectuó, desde el monte Sinaí hasta el monte de Sión, acompañando a Su pueblo desde el éxodo de Egipto.  Señala el triunfo final de Dios sobre todos Sus enemigos, y la llegada de Jehová a Su morada eterna. En el AT, el arca era un ‘tipo’ o símbolo de Cristo, y la ciudad de Jerusalén era simbólica del cielo (el lugar de la habitación de Dios).  Por lo tanto, el ingreso del arca a la ciudad de Jerusalén representa la ascensión de Cristo al cielo, y Su glorificación a la diestra del Padre[3].  Sobre la base de la obra redentora de Cristo, el creyente puede acercarse a Dios; sin embargo, tiene una responsabilidad de vivir una vida santa, si es que quiere disfrutar una comunión íntima con el Padre.

En este pasaje la espiritualidad celebra el señorío de Dios. Debemos recordar que el salmo es un canto desarrollado dentro de una celebración muy festiva y gozosa. Hay tres cosas que como pueblo de Dios celebramos en nuestra espiritualidad cristocéntrica.

En  primer lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra su Soberanía (24:1-2). En segundo lugar la espiritualidad  cristocéntrica celebra su Cercanía. (24:3-6) En tercer lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra su Parusía. (24:7-10)

 

I.                    En primer lugar la espiritualidad cristocéntrica celebra su Soberanía  (24:1-2)

Es importante notar que el salmo 24  comienza dando varias declaraciones potentes acerca de Dios como dueño de todo. Y es que si no reconocemos a Dios como dueño de todo no podemos celebrar ni podemos obedecer. ¿Cómo el pueblo de Dios puede celebrar su Soberanía? Quiero destacar tres elementos importantes que deben estar presentes en nuestras celebraciones comunitarias. Este preludio al salmo probablemente fue expuesto (cantado) por un levita.  Proclama que Jehová, el Dios de Israel,  es Creador, Sustentador y Dueño de todo cuanto existe.   Por lo tanto, merece una adoración reverente, como el Rey de gloria (ver Sal 29; 33:6-11; 89:5-18; 93; 95:3-5 y 104).

  •   Dios es Creador

La poesía hebrea es caracterizada por paralelismo sinónimos; este verso es un ejemplo claro de ello.  La palabra, “tierra”, es sinónimo de “mundo”; y la frase, “su plenitud”, es sinónima de, “y los que en él habitan”.   Por lo tanto, lo que este verso afirma es que toda la tierra pertenece a Jehová, el Dios de Israel; no solo la tierra, sino todos sus habitantes[4].  Jehová no es simplemente el Dios de Israel; es el Dios de toda la tierra.  El único Soberano de toda la creación. Por ser Soberano, Dios tiene el derecho de disponer de Su creación como a Él le plazca.  También puede disponer de nuestras vidas, según Su voluntad.  Dios no tiene que consultar a nadie acerca de lo que Él hace; tampoco tiene que rendir cuentas a nadie.  Nos hace bien, como creyentes, recordar esta gran verdad; nos ayudaría a valorar más el hecho de ser el pueblo de Dios (ver Éx 19:5; Deut 10:14-15).  También nos haría recordar que todo lo que tenemos se lo debemos a Él. Esta verdad es algo que Dios quiere que los inconversos también entiendan, para que aprendan a someterse a Él (ver Éxodo 9:2)

  • Dios es Sustentador

 La razón por la cual toda la tierra pertenece a Dios es que Él es su creador; Él la “fundó”[5] y la “afirmó”. Según David, la tierra fue fundada “sobre los mares” y “sobre los ríos”[6] (otro ejemplo de paralelismo sinónimo). ¿Cómo debemos interpretar estas frases?  Algunos comentaristas afirman que lo que David dice aquí concuerda exactamente con la estructura de la tierra.  Según los geólogos, los continentes ‘flotan’ como islas sobre placas tectónicas, que subyacen los océanos.  Aunque esto es cierto, es de dudar que David estuviera diciendo esto. Más bien, debemos entender estas palabras como una descripción poética, basada en la cosmovisión del Antiguo Testamento.   Génesis 1:9-10 indica que en la creación, Dios separó la tierra seca de las aguas.  Al hacer esto, dio la impresión que la tierra seca fue fundada “sobre los mares”. El autor del Salmo 136 menciona esto en el v.6, “Al que extendió la tierra sobre los mares” (ver también 2 Pedro 3:5). Cuando un judío estaba a la orilla del mar, contemplaba la tierra seca, y tenía la impresión que la tierra salía del mar, y tenía sus raíces en las aguas de los océanos. Por otro lado un comentarista dice lo siguiente: “El v. 2 usa lenguaje común en la mitología cananea, pues yam “mar” y nahar “rio” eran dioses rivales de Baal. Pero el salmista desmitifica este lenguaje; ahora “mar” y “río” no son dioses, son elementos que el único Dios Creador usó para hacer  este mundo. Los hebreos y sus vecinos cananeos entendieron el contraste que quiso hacer el salmista.[7

  • Dios es Regidor

Los tres verbos “de…es”, “fundó”…afirmó” implican que el no necesita a nadie para hacer lo que hizo. Su autoridad como rey se manifiesta en estas fórmulas verbales del hebreo. Primero ser  regidor implica hacer las cosas a solas. Esto implica que Dios no necesitaba ninguna compañía para hacer lo que hizo. Esto habla de la independencia de Dios.  Segundo, ser regidor habla de hacer  las cosas sin ayuda. Esto nos habla de la suficiencia de Dios.  Por otro lado los verbos denotan una obra acabada y completa, con diseño, ejecución y todo. Esto nos habla de la competencia de Dios.  Por otro lado es notable que aunque  Dios lo hizo sin pedir ayuda, sin pedir permiso y sin perder un detalle, debemos observar que lo  hizo para que todas sus criaturas y creación fueran disfrutadas por los seres finitos. Esto nos habla de la benevolencia de Dios.

 

 Una pausa para pensar aquí…

 Hemos visto que una espiritualidad cristocéntrica celebra la Soberanía de Dios. ¿Cómo podemos aplicar este concepto desde la realidad latinoamericana? Tres perspectivas debemos entender. Por ejemplo ¿cómo se vive la soberanía  en un contexto de violencia? ¿Permite Dios un estado de violencia? ¿Se le escapa de las manos? Para muchos este es un problema, pero para Dios no. El está en un proceso de recuperar su creación y mientras tanto respeta la voluntad humana. Otro gran reto sobre la soberanía de Dios es, la soberanía y sufrimiento. Si Dios es soberano porque permite que sus hijos sufran. Y a veces es un sufrimiento sin sentido. Para confiar en Dios ante el problema de la violencia debemos pregonar una teología de la vida y la justicia de Dios. Ante el dilema de la soberanía y sufrimiento debemos proclamar una teología de la sabiduría de Dios. Nosotros no podemos ver todas las variables de la vida y Dios sí.

Por otro lado como creyentes a los cuales se nos entregó la creación, debemos promover una mayordomía de la creación y desarrollar virtudes ecológicas y ambientalistas.


[1] Aunque 1 Crónicas  16:7-36 nos da el texto de otro salmo que fue cantado en ese momento (ver Sal 105:1-15; 96:1-13; 106:47-48).

[2] Algunos afirman que este salmo fue colocado luego del Sal 23, porque explica las condiciones necesarias para poder vivir en la casa de Jehová (ver Sal 23:6).

[3] Es interesante notar que según la Septuaginta, este salmo era cantado el primer día de la semana; eso es, el domingo.  Los rabinos confirman esto.  Dicho detalle nos ayuda a relacionar este salmo con el Señor Jesucristo, quien resucitó de los muertos el primer día de la semana, consagrando así el primer día de la semana.

[4] Satanás pretende ser dueño de este mundo, pero eso es falso; es una de sus muchas mentiras (ver Lucas 4:6).

[5] El verbo (‘yasad’) significa ‘establecer’, y se usa de colocar los fundamentos de un edificio (1 Rey 6:37) o de una ciudad (Josué 6:26).

[6]La palabra en hebreo, traducida, “ríos”, se emplea generalmente de ríos grandes, como el río Nilo o el río Éufrates.  En el Sal 66:6, esta palabra se usa del Mar Rojo, por donde el pueblo de Israel pasó en seco, al salir de Egipto.   Y en Sal 93:3-4, los “ríos” son aquellas aguas, que hacen el ruido de “las recias ondas del mar”.

[7] Macdonald, Wiliam. Comentario del Antiguo Testamento,, pág. 120

Lleve sólo lo necesario

1 Samuel 17:38-40

Todos nosotros tenemos algo que cumplir en nuestra vida. Ese propósito está relacionado directamente con el propósito de Dios. La gran lucha de Satanás es que vivamos ignorando tal propósito. Porque él sabe que si uno se alinea con el plan de Dios es capaz de ser gran influencia en el mundo. No hay hombre o mujer más influyente que el que está conectado con la voluntad de Dios. Sin embargo, muchas veces una vez descubierto el propósito de Dios en nuestra vida el enemigo usará cosas evidentes y cosas no tan evidentes o sutiles para que no nos encaminemos con el destino que Dios tiene preparado para nosotros. Muchas veces son efectivas estas trampas, de tal manera que aunque un hombre o mujer sepan que es lo que Dios quiere que hagan, pierden la oportunidad debido a que pierden el enfoque. ¿Qué hizo que David pudiera cumplir su destino? Hizo a lo menos cinco cosas. Estas mismas decisiones son importantes para no perdernos el plan de Dios.

En primer lugar  no aparentes algo que no eres.

1 Samuel 17:34 dice: “…Y David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león o un oso, y tomaba algún cordero de la manada.  David no era un soldado, Él se había enfrentado a grandes peligros pero nunca había estado en la guerra. (Dios siempre te preparará para enfrentar tu destino) Es interesante lo que leemos en 1 Samuel 17:14: “Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl”. Ellos seguían a un no ungido, pero David seguía a la fuente de toda unción. El que sigue a los no ungidos será un no ungido, pero el que sigue a Dios tendrá la unción de Dios. Observe como David siempre mantuvo su identidad.  Entonces no aparentar lo que no soy  involucra una identidad espiritual. Hay una frase peculiar que me impresionó, “David había ido y vuelto” (17:15a). El mismo que salía era el que regresaba. Por dentro y por fuera seguía siendo David. Los lugares no lo cambiaban, ni el público lo dañaba. En el campo o el palacio era el mismo. Los que son usados por Dios  son siempre de una misma cara, de un mismo corazón y se conducen igual. Pero por otro lado también dice, “dejando a Saúl” (17:15b). Esto habla de una santidad espiritual. El instrumento de Dios  no puede permanecer mucho tiempo al lado de Saúl. El comportamiento y lenguaje de Saúl, después de mucho tiempo cerca de él, afecta al escogido de Dios. Él se cuida de no parecerse a Saúl y de no asimilar sus malas costumbres. David estaba para ayudar a Saúl por lo que para no perder la unción, de vez en cuando el ungido tiene que retirarse al desierto con Dios. Una tercera frase  es “para apacentar las ovejas de su padre en Belén” (17:15c). Esto nos habla de una fidelidad espiritual.  David no era dueño de algún rebaño. Las ovejas no eran de él, eran de su padre. Con esto Dios le estaba enseñando a no hacerse dueño de algo, sino a ser un buen  administrador de los bienes puestos bajo su cuidado. En 1 Corintios 4:2 leemos: Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel”. La fidelidad es la clave de todo buen administrador. Ante el dueño, el administrador es responsable, consecuente y fiel a lo encargado. En el administrador el propietario puede confiar, puede delegar y puede tener la seguridad que no le fallara. El hombre de Dios  nunca se adueñará de lo que no es de él. Por otro lado los ungidos siempre tienen un corazón pastoral. Ellos sienten por las ovejas. En vez de las ovejas venir a ellos y buscarlos, ellos van y buscan a las ovejas. El espíritu pastoral debe ser una carga en los ungidos.

 En segundo lugar que nadie te imponga sus cargas

1 Samuel 17:38 dice: “…Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza”.

Saúl no le pregunto a David si él quería, o si él sabía utilizar esas herramientas solamente se las puso porque pensó que era lo mejor para él.

A David siempre le trataron de imponer cargas. Unas eran lícitas y otras no. El manejaba con responsabilidad las cargas  u obligaciones lícitas. Note  que el papá le dio una encomienda, y David inmediatamente la cumplió. Es interesante como la Biblia lo narra. Es decir cargas de Dios y  cargas no de Dios. Veamos como las manejó David ambas cargas. Primero, veamos las cargas de Dios. Dice el texto: “Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga como Isaí le había mandado; y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate(17:20). David se presenta como un madrugador: “Se levantó, pues, David de mañana”. David manejaba las cargas de Dios con prioridad. Los hombres y mujeres de Dios que han sido ungidos para algún ministerio y que verdaderamente aman a Dios, saben madrugar para Él. Son personas que llegan temprano a las citas de Dios. Prefieren levantarse temprano, a dejar que el día se les vaya en tonterías. Este es un punto muy interesante en lo que respecta a ser puntual y hacer las cosas de Dios con un corazón prioritario. Porque los que madrugan en las cosas de Dios siempre encuentran lo mejor de Dios primero que los demás.   David manejaba las cargas de Dios con responsabilidad. David se presenta como alguien responsable, “y dejando las ovejas al cuidado de un guarda”. El instrumento de Dios  es siempre una persona responsable. No descuida lo que se le ha delegado. Cuando no puede atender algo, delega en otro para que se lo atienda. David manejaba las cargas de Dios con puntualidad.  David se presenta como alguien que llega a tiempo: “y llegó al campamento cuando el ejército salía en orden de batalla, y daba el grito de combate”. Muchos creyentes por llegar siempre tarde no oyen el grito de combate. Se pierden el inició de las cosas. No alcanzan a recibir las primeras bendiciones. A los ungidos les gusta aprovecharlo todo. No se pierden ni los anuncios. Nadie les tiene que contar porque ya ellos lo experimentaron. Con David se cumple ese adagio: “Dios ayuda al que madruga”. Madrugue y esté temprano en todas las reuniones espirituales y verá la manera en que Dios lo ayuda. Sea un águila que vuela temprano. En todo este pasaje descubrimos a David como un creyente que sabe obedecer y obedece. Los ungidos deben caracterizarse por tener un espíritu de obediencia. La obediencia no se declara, sino que se practica, se realiza y se manifiesta. Los obedientes no son volcanes que ocasionalmente hacen erupción, son cataratas continuas que dejan caer las aguas. La oportunidad de obedecer nos permite ver: “el ejército salía en orden de batalla”, y oír: “y daba el grito de combate”. Los ungidos tienen sus sentidos de la vista y del oído sensible a todo lo que ocurre en el plano de lo natural y en el plano de lo sobrenatural. En 1 Corintios 2:9 leemos: “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.

Las cargas que no son de Dios.  Primero ser despreciado. A David el ministerio no se le hizo fácil. En su vida tuvo que confrontar la subestimación y el rechazo de continuó. Aunque muchos dudaban de su capacidad de ser alguien importante y de hacer algo importante, él nunca dudó del Dios que se especializa en hacer de lo que no es lo que es (1 Corintios 1:26–31). Cuando Samuel llegó a Belén para ungir a uno de los hijos de Isaí como el próximo rey de Israel, todos se olvidaron de David. A la pregunta de Samuel: “Son estos todos tus hijos?” (16:11), Isaí respondió: “Queda aún el menor, que apacienta las ovejas(16:11). A lo que el profeta respondió: “Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí” (16:11). Segundo ser criticadoY oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, se encendió en ira contra David y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido” (17:28). El primero que trató de quitarle la visión a David fue su hermano mayor llamado Eliab. Él juzgó las acciones de David sin tomar en cuenta su motivación. Al escuchar a su hermano menor hacer preguntas, Eliab lo malinterpretó. En vez de Eliab alegrarse de que su hermano lo había venido a visitar con un encargo de parte de su padre, se llenó de ira al escuchar al ungido hablar con los que necesitaban fe y valor. Las preguntas del ungido siempre tienen la finalidad de levantar la fe en otros. Su hermano no podía entender esto. Su nivel de espiritualidad era muy bajo. Los que no hablan en Notemos las dos preguntas de Eliab: “¿Para qué has descendido acá? ¿y a quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto?” (17:28). Lo acusa de desobediente y de irresponsable. Pero David era todo lo contrario de lo que pensaba su hermano Eliab. Él descendió en obediencia a su padre Isaí y dejó las ovejas al cuidado de un guarda. Los ungidos se cuidan de los que mueven mucho la lengua, al cumplir con sus responsabilidades. Eliab bruscamente le declara: “Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido” (17:28). En otras palabras le dice: “Yo sé que tú eres un orgulloso, que en tu mente hay malos pensamientos y solo has venido para averiguar”. Esto deja ver la raíz de amargura que el propio Eliab tenía en su corazón contra su hermano. Posiblemente el hecho de que David haya sido escogido como el ungido y no él que era el mayor, le había producido una espina contra el menor. Eliab era tal que impresionaba a cualquiera y lo hizo con el profeta de Dios. Pero lo que agrada a las personas lo desecha Dios. Más que apariencia, Dios busca un corazón conforme a Él. Eliab tenía todo menos el corazón que Dios deseaba en un ungido.  David supo defenderse y no pelear: “¿Qué he hecho yo ahora? ¿No es esto mero hablar?” (17:29). No se dejó intimidar por Eliab. Lo mandó a callar. Cuando queremos cumplir nuestro destino no tenemos tiempo  para malgastarlo escuchando las tonterías y las necedades de los no ungidos. No debemos permitir que nadie nos desarme y lo aleje de la fe. Leemos “Y apartándose de él hacia otros, preguntó de igual manera; y le dio el pueblo la misma respuesta de antes” (17:30). David se tuvo que apartar de Eliab. Un rato más con él y la fe se le hubiera ido. El ungido sabe a quién acercarse y de quién apartarse. Tercero, fue minimizado. Saúl estaba negativo, le faltaba fe, hablaba con desánimo. Leemos: “No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud” (17:33). Ese “no podrás” tiene a muchos enterrados en la pirámide de su pasado. Viven embalsamados en sus fracasos. No se atreven a intentar de nuevo en la vida. Ese “no podrás” es una verja que le pone límites a la potencialidad humana. Muchos no salen de su patio emocional porque tienen miedo a la libertad espiritual. Ese “no podrás” nos limita, nos esclaviza, nos atormenta y es un ladrón que nos roba la voluntad de realización humana. No nos deja ser libres. La opinión de Saúl, aunque sonaba realista, no era el lenguaje de un hombre de fe. Por esto David no le prestó mucha atención. Con las palabras que respondió a Saúl desplegó su currículo personal. No era un cadete en la fe. Ya antes había vencido al león y al oso (17:34–35).

En tercer lugar detecta lo que te estorba y deshazte de ello.

Dice 1 Samuel 17:39: “… Y ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas”. Los  que quieren cumplir con su destino en Dios son siempre creyentes que están dispuestos a cumplir con la voluntad de Dios en su vida y a través de ella. Se ven a sí mismos como instrumentos en las manos de Dios. Cuando Él les ofrece una oportunidad, pequeña o grande, no la rechazan, ni la postergan, la aprovechan. Es decir debemos movernos bajo principios. David fue un seguidor  de principios. Sabía quién era y sabía lo que quería. Se conocía a sí mismo, conocía a su prójimo y conocía a Dios.  ¿Cuáles fueron esos principios? David era directo. “Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto porque nunca lo practiqué” (17:39). Al ver la buena disposición de David, el rey Saúl quiso ayudarlo facilitándole el uso de su atuendo de guerra (17:38). De parte del rey este era un gesto amable y de consideración, sin restarle que conllevaba un enorme privilegio para un soldado ponerse los aparejos militares de su rey. El ungido se dejó vestir por el no ungido, pero pronto tuvo que quitarse los atuendos de él. Los no ungidos muchas veces nos tratarán de vestir con sus tradiciones o con su liberalismo; pero el ungido es moderado, no va ni a un extremo ni al otro. David fue humilde y se sometió a la voluntad de Saúl. No quiso ser descortés. Después de tener todos estos aparejos de combate puestos, se dio cuenta de que esto no era para él. A Saúl ese ropaje militar, con la coraza y el casco, le servía bien. Le era como anillo al dedo. Para David  le era un estorbo. Y todo lo que le estorba al ungido, él lo rechaza. Quiere ser sensible y flexible. Se niega a todo lo que le pueda quitar la bendición. David tiene que hablarle con franqueza a Saúl. Estas fueron sus palabras: “Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué” (17:39). Desde luego, Saúl al ponerle ese uniforme a David no pensó bien. A un soldado no se le puede dar un rifle y granadas si no se le entrena primero. De un pastor de ovejas Saúl quería hacer un soldado entrenado. Además, este atuendo militar representaba la confianza humana más que la confianza en Dios. Saúl había perdido su confianza en Dios y confiaba demasiado en la mano del hombre, más que en la mano de Dios. La franqueza es muy importante en la vida y en las relaciones de los ungidos. Cuando ellos hablan lo hacen de corazón. No hacen alardes y no les interesa impresionar a alguien, sino agradar a Dios. Segundo, David era decidido. “Echó de sí aquellas cosas”. Eso implica que tomó una decisión en presencia del  rey y menospreció la decisión del rey en su vida. El está pensando en Dios y su pueblo y  por eso sus decisiones son para agradar a Dios y no al rey. Tercero David, era determinado. El hecho de que esas cosas sean apartadas o echadas implica despojo, pero por otro lado confianza en Dios. Porque él está determinado a pelear con Goliat, pero a su estilo.

En cuarto lugar, escoge bien tus armas

Dice 1 Samuel 17:40… Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano”

 (17:40). David  volvió a su estilo: “tomó su cayado en su mano”. El cayado era su instrumento pastoril. Símbolo de su autoridad y de su poder. A David  le interesa estar vestido de autoridad y de poder. Al enemigo se le hace frente con este cayado de autoridad. Del permiso divino y de poder, de la ejecución divina. David sabía quién era en Dios y lo que tenía de Dios. Luego “escogió cinco piedras lisas del arroyo”. No escogió piedras cualesquiera, sino piedras lisas para ser utilizadas en el momento de Dios. Cada una de estas cinco piedras calificaba para ser echada en el zurrón, metida en la honda y disparada a la frente del gigante. Las cinco piedras eran importantes para Dios y de utilidad para David. De las cinco, una sería la elegida para ser usada en esta famosa historia. Lo interesante es que no sabemos cuál de las cinco fue, pero una de ellas hizo historia y las otras cuatro siguen siendo recordadas. Sin embargo, estas cinco piedras no siempre fueron así. Primero, fueron formadas por el tiempo y la paciencia. A Dios hay que darle tiempo en nuestra formación y ser pacientes con su obra que a veces es lenta, también fueron  quebrantadas rodando y manteniéndose quietas. Quietos o rodando, el Señor Jesucristo en el río del Espíritu Santo nos quebranta. Por otro lado el paso del agua sobre ellas las fue suavizando y puliendo. Las pruebas nos ayudan a manifestar más el carácter de Jesucristo en nuestra vida. David supo escoger las cinco piedras. Dos requisitos tenía en mente. Primero, que fueran del arroyo. Segundo, que fueran lisas. Porque podían ser del arroyo y no ser lisas, o ser lisas y no ser del arroyo. Los que cumplen el destino de Dios  saben qué escogen para utilizar en el ministerio. Van siempre al arroyo de Dios para buscar lo que quieren. Sin oración, sin ayuno, sin lectura de la Biblia, sin asistencia a las reuniones del templo, no podemos encontrar las piedras lisas que necesitamos para ministrar y actuar como ungidos.

 Quinto,  Encamínate hacia tu destino

(1 Samuel 17:40… Y se fue hacia el filisteo) Dios tiene un propósito nuestras vidas, las situaciones que pasamos son para prepararnos para el cumplimiento de nuestro destino, pero depende de nosotros elegir el camino y tomar las mejores decisiones para su cumplimiento. Leemos del ungido: “y se fue hacia el filisteo”. En vez del filisteo venir al ungido, este se fue a su encuentro. Luego más adelante en 1 Samuel 17:48 leemos: “Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa y corrió a la línea de batalla contra el filisteo”. El filisteo se quiso adelantar en la pelea, quería atacar primero. Pero David  no estaba dispuesto a ser atacado primero, sino que salió al ataque. Los que cumplen el destino de Dios en sus vidas,  no se cruzan de brazos esperando que los enemigos ataquen, se les enfrentan con valentía y determinación. ¿Cómo me encamino a mi destino?

Primero dese prisa “David se dio prisa” (17:48). Si algo caracteriza a los hombres y mujeres de Dios es su sentido de urgencia. No posponen sus responsabilidades. Cuando se les delega alguna misión o tienen que realizar alguna tarea, sincronizan su tiempo. En la vida hay muchas cosas que hay que realizarlas con “prisa”. El factor tiempo puede ser nuestro amo o puede ser nuestro siervo. Todo depende de nuestra actitud. En Efesios 5:15–16 leemos: “Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos”. En Colosenses 4:5 dice: “Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”  En ambos pasajes se nos enseña lo importante de la mayordomía que hagamos del tiempo. A todos Dios nos da la misma cantidad de tiempo, pero a unos le rinde más y a otros menos. Esto se debe al orden de las prioridades. El éxito en la vida es de los que saben priorizar sus asuntos. Le dan el tiempo a lo que le corresponde y no lo desperdician en cosas que no valen la pena. Para  David era importante, era prioridad, darse “prisa” y enfrentar al gigante. Era algo que en su corazón lo sentía así. Muchos esperaron cuarenta días y nada hicieron, pero David  en un solo día lo quiere hacer todo. Los hombres y mujeres de Dios que han sido ungidos para hacer su voluntad se entusiasman por cumplir con el propósito de Dios en sus vidas. El salmista David en el Salmo 138:8 dijo: “Jehová cumplirá su propósito en mí”. Para cada ungido, Dios tiene un propósito, pero queda de nuestra parte si con nuestra contribución de tiempo y energías le permitimos a Dios hacernos instrumentos de su voluntad. Usted y yo podemos llegar a ser la voluntad de Dios para que otros sean bendecidos, guiados, enseñados, evangelizados y discipulados. “Dése prisa” en hacer la voluntad de Dios. Entienda que Dios lo quiere usar, pero no lo hace porque usted no se da prisa para que Él lo haga. “Dése prisa” en manifestar el don que hay en usted. A cada creyente se le ha dado por lo menos un don. En 1 Corintios 12:7 leemos: “Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho”. Dios le da oportunidades para que ejercite y manifieste el don que hay en usted. Pero apúrese en hacerlo. Basta ya de estar orando para que el Señor lo use, déjese usar por el Espíritu Santo. “Dése prisa” en hacer las cosas. Deje de estar posponiendo las cosas para después. Con eso la retrasa, se retrasa usted y retrasa a otros. Siempre pregúntese: ¿Lo que voy a hacer es importante para mí, para mi prójimo y para Dios? “Dése prisa” en tomar iniciativa. Hombres y mujeres con iniciativa son los promovidos en el mundo secular y en el reino de Dios. Los que son lentos en hacer lo que Dios ordena y perezosos en representar los negocios de Él, difícilmente llegarán a ser para nuestro Señor Jesucristo lo que Él desea que sean.

Segundo acuda a la cita. Este es un sentido de presencia. “Y corrió a la línea de batalla contra el filisteo” (17:48). El hombre de Dios  es alguien que se mueve con metas en la vida. Las metas a corto plazo llevan a las de largo plazo, y estas últimas llevan al éxito. ¿Quiere tener éxito en su vida? Póngase metas. Propóngase alcanzar y realizar algo. Despierte al camino del éxito y de la felicidad. Deje ya de vivir condicionado por “no puedo” y “no tengo”. Hable el lenguaje del ungido: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13). Empiece a confesar las promesas de Dios para su vida. Niéguese a ser esclavo de las derrotas y a estar preso en la cárcel de las dudas. Ha sido destinado por Dios para llevar una vida victoriosa y llena de fe. La meta del ungido era llegar a la línea de batalla y no dejar que el filisteo se le adelantara. Si no se mueve en esta vida otros llegarán antes que usted a la línea de batalla. El primero que llegue tiene más oportunidades de triunfar. Humana y sociológicamente, David era de la minoría y el gigante de la mayoría. Pero el se negó a dejarse condicionar por su condición de minoría. Por encima de sus desventajas sociales, veía sus ventajas espirituales. En su espíritu era libre para realizarse. Sabía quién era en Dios. Sabía que Dios y él cambiarían las cosas. Hágase socio con Dios en la realización de su voluntad. Muchos no se superan en la vida porque viven encerrados en su cuarto de un pasado fracasado. No miran al futuro, se mueven siempre mirando al pasado. Entran al futuro vestidos con los harapos de su pasado. Tenemos que olvidar el pasado lleno de sinsabores, derrotas, heridas, malentendidos, traiciones, hipocresía, rechazo, y con esfuerzo y determinación movernos a la conquista del futuro. Si Cristo lo asió, también puede asir todo lo que Él tiene para usted. El éxito, la victoria, el triunfo, la promoción, la graduación, la vida de plenitud es de usted. No es un gusano del infortunio, es un proyecto de Dios. Con el favor de Él, usted es una mariposa en su jardín de flores olorosas .Mírese como Dios lo ve y no como los demás lo describen o lo han definido. Su opinión acerca de sí mismo se modificará por la manera cómo se alimente de la Palabra. “Corra a la línea de batalla” y enfrente ese Goliat que le está haciendo daño a su matrimonio. No le huya a los problemas, confróntelos. Mire a ver qué es lo que ha estado afectando la intimidad en su relación conyugal. ¿Por qué están enojados el uno contra el otro? ¿Qué cambios los están perjudicando? ¿Por qué ya no hay diálogo amoroso? No deje que Goliat destruya su matrimonio, destrúyalo a él con el poder de Dios en su vida. “Corra a la línea de batalla” y enfrente ese Goliat que está afectando sus relaciones familiares. ¿Por qué hay tanto enojo entre los padres y los hijos? ¿Cuándo se sentaron por última vez para tener una conversación amistosa? Hijos, ¿por qué se rebelan contra sus padres? ¿Por qué detesta a su hermano? “Corra a la línea de batalla” y enfrente a ese Goliat que lo está afectando. ¿Por qué se enoja tanto? ¿Por qué no saca esa raíz de amargura que lo está asfixiando por dentro? ¿Por qué deja que su temperamento lo controle en vez de usted controlarlo a él? Deje ya de correr de la línea de batalla, es tiempo de que corra a la línea de batalla. Los cobardes huyen de los problemas, los valientes los confrontan. No huya de su matrimonio, no huya de su trabajo, no huya de su familia, no huya de su ministerio, no huya de sus responsabilidades. “Corra a la línea de batalla” y enfrente las cosas con fe. La fe quita el temor y lo hace actuar con valentía. “Corra a la línea de batalla” y resuelva los problemas con oración. Con la oración puede mover la mano de Dios y puede actualizar su voluntad a favor de usted. “Corra a la línea de batalla” y deje atrás sus temores con la alabanza. En medio de todo, alabe a Dios. Cuando las cosas le salgan mal alabe a Dios. Cuando no encuentre la salida a sus temores, alabe a Dios. Alábelo por la mañana, al mediodía, en la tarde, en la noche, alábelo todo el tiempo

Tercero, termine lo que empieza. Este es un sentido de competencia. La terminación del ungido “e hirió al filisteo en la frente… y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza” (17:49, 51). El hijo de Dios  termina lo que comienza. Esta es una de las cualidades de los que han sido ungidos para una misión especial de Dios. Al final confirman con sus acciones lo que dijeron con sus palabras. David no era un volcán emocional, era una montaña. Al enfrentar a Goliat no se movió por emoción, lo hizo por unción. La visión para materializarse debe ser promovida y movida por la unción. Los no ungidos hablan mucho, pero al momento de actuar hace poco o nada. Hablan muy bien de la visión, pero no la actualizan. Por un momento visualicemos lo que hizo el ungido. David comienza a caminar apresuradamente, va ligero, en su mente está avanzar. De momento se echa a correr hasta llegar a la línea de combate. Allí mete su mano en la bolsa y extrae una de las cinco piedras lisas que tomó del arroyo. La pone en su honda, la hace girar, suelta una tira de cuero y la otra permanece atada a su muñeca derecha. La piedra surca el aire con la fuerza de una bala. La misma unción de Dios la dirige. Hasta que llega y se incrusta en el único lugar que el filisteo tenía desprovisto de protección: una pequeña apertura en su casco de guerra que dejó al desnudo su frente. Es tal el impacto de la piedra que el gigante cae. Dios lo hace humillarse y comer del polvo de la tierra. El momento está lleno de emoción, pero el ungido controla sus emociones. Sabe que tiene que terminar lo que comenzó. La emoción del momento no lo debe sacar de su unción. El diablo sabe entretener a los ungidos y mediante la emoción alejarlos de la unción. Una vez más el ungido se echa a correr. La unción todavía lo mantiene activo. Llega al filisteo, le saca la espada (17:51) y le corta con ella la cabeza. En todo este proceso se cumple la confesión de fe del ungido: “Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza” (17:46). El resto de la historia nos presenta a los filisteos que huyen y son atacados por los soldados israelitas (17:51–52), y su campamento saqueado (17:53). Por causa del ungido, el enemigo y sus aliados son derrotados. Con la caída del “hombre fuerte”, vencen a sus asociados. La guerra espiritual se concentra en identificar atar y desarmar al “hombre fuerte” en su fortaleza de operación espiritual. Pero antes de que un creyente emprenda una guerra espiritual contra las fortalezas enemigas, atando y desatando cosas en el reino espiritual, tiene que librar en su vida una de las guerras espirituales más grandes: tiene que atar envidias, celos, rebeliones, chismes, enojos, contiendas, hipocresía, carnalidad, disoluciones, pleitos, tacañería, dudas, ambivalencias, heridas emocionales, complejos, racismos, discriminación, y muchas otras cosas. También tiene que desatar muchas cosas: gozo, paz, amor, fe, paciencia, benignidad templanza, mansedumbre, bondad (Gá. 5:22–23), autocontrol, positivismo, determinación, realización, superación, valentía, decisión, bendiciones, dones, y muchas otras cosas.