Los números de 2012 : Gracias a Dios por que su Palabra fue leída en 112 países

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2012 de este blog.

Aquí hay un extracto:

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Buen creyente pero con prejuicios

Entre los discípulos que Jesús escogió, quienes después llegaron  a ser los doce apóstoles, había una especie de concierto de caracteres que reflejan los mismos que tenemos en nuestras iglesias en el día de hoy. Natanael, quien al parecer es el mismo Bartolomé, fue aquel a quien Felipe le dijo: “Ven y ve”. Su aparición en público sucede sólo esta vez. Llama la atención la reacción  que tuvo este israelita  cuando escuchó el humilde origen del Mesías, más que de su persona misma. Uno puede imaginarse todo el cuento que le estaba echando Felipe para convencerlo sobre la esperanza mesiánica, pero cuando le tocó el tema que despertaría su prejuicio, a lo mejor le interrumpió su conversación con ese tipo reacción que pudiera quitar los argumentos en todo evangelizador.  Es posible que este hombre haya tenido una gran expectativa para conocer al que todo mundo estaba llamando Mesías. Felipe le recordó lo que Moisés y los profetas dijeron de él, pero cuando le habló de Nazaret, levantó en él una obligada  pregunta: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?”. ¡Qué osadía la de esta pregunta! Al parecer una explícita actitud de prejuicio formaba parte de la vida de este discípulo. Natanael era de Cana de Galilea. Entre esta gente y los de Nazaret había prejuicios históricos. En este texto podemos  ver la rapidez con la que se “juzga anticipadamente”, nuestra tema para hoy. Es común la expresión que dice: “Yo pensaba que esa persona era…”, pero después que la conocí es la persona más agradable que conozco. El prejuicio es un pecado y pudiera ser parte aún de aquellos en “quienes no hay engaño”, como el caso de Natanael. Este pudiera ser uno de los peores pecados de los santos. Este fue uno de los muy graves pecados del hermano mayor de la parábola del “Hijo Pródigo”, al haber deducido que su hermano menor había consumido sus bienes con rameras. ¿Quién le dijo a él eso? Su prejuicio lo había llevado a una conclusión rápida, al menosprecio y a la falta de compasión. Eso es la tendencia de este feo pecado del alma. Consideremos este tema a la luz de tres preguntas básicas.

 I. ¿EN QUÉ CONSISTE  EL JUICIO ANTICIPADO?1. El juicio anticipado es un prejuicio declarado. ¿Qué se entiende por el prejuicio? En general implica llegar a un juicio sobre el objeto antes de determinar dónde está realmente la primacía de la evidencia, o la formación de un juicio sin experiencia directa o real. Es un juicio prematuro sin haber confirmado la verdad de los hechos. El juicio anticipado presupone algo negativo. Note que cuando  Natanael hace la pregunta tiene en su mente una calificación negativa. La pregunta que formuló a Felipe solo tenía una respuesta: ¡No! El prejuicio  por la ciudad le había hecho un hombre de mente cerrada. Por lo tanto nada bueno podía salir de allí. ¿Nos suena esto familiar? La pregunta prejuiciada de Felipe es la misma que se  hace hoy entre las clases sociales, entre las distintas tendencias religiosas, entre las mimas iglesias, e incluso en el ámbito de una familia. El prejuicio declarado no le da posibilidad a alguien para que sea distinto. ¿Puede salir algo bueno de esa persona que no da señales de cambios? ¿Puede salir algo bueno de ese hijo por la forma como piense, se viste,  las amistades que tiene, la música que oye? ¿Puede salir algo bueno de una persona cuya reputación ha sido tan dudosa? Para el prejuiciado,  de  lo único que pareciera salir algo “bueno” es de alguien bueno. 

 2. El juicio anticipado es una clara evidencia de superioridad. Cuando Natanael habló de Nazaret lo hizo en forma despectiva. Lo hizo pensando en que su abolengo era superior al de los otros. El prejuicio da por un hecho una distinción social. Para Natanael, Cana de Galilea, era superior aquella otra ciudad. A lo mejor lo  era en belleza física, en cultura o en lo intelectual. La comparación inmediata dada como resultado una calificación desproporcionada. Presupone el prejuicio que los demás son inferiores a mí mismo. ¿Cuál es mi reacción cuando escucho hablar a alguien, cuando se del país donde procede o la clase social a la que pertenece? Una de las cosas que comenzó a enfrentar el cristianismo fue precisamente el prejuicio. Pedro era un hombre muy lleno de prejuicios, aún teniendo el ejemplo de su Maestro y sabiendo lo que ya estaba haciendo la resurrección de Cristo. Para él era inconcebible que un gentil como Cornelio, quien además era un militar romano,  pudiera Dios llamarlo para que fuera un hermano en la común fe. Al principio del llamado para ir a evangelizar lo que a él no le parecía, mostró una fuerte resistencia, pero al final fue, y la lección que Dios le mostró no pudo ser más contundente, diciéndole: “Lo que Dios creó no lo llames tu común”. Allí mismo entendió que el amor no hace acepción de personas. Pablo decía que en cuanto a honra, debemos preferirnos los unos a los otros;  y que debemos mirar a los demás como superiores a nosotros  mismos. En un  cristianismo genuino no hay cabida para el prejuicio.

 II. ¿POR QUÉ NO DEBEMOS HACER  JUICIO ANTICIPADO?

1. Porque podemos tener sorpresas en el prejuicio. Era cierto que Jesús era Nazaret, pero aquel fue el lugar donde el creció. Cuando analizamos todo esto nos damos cuenta que este discípulo conocía solo una parte de la historia. El lugar de nacimiento de Jesús fue Belén. La profecía de Miqueas era precisa: “Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será el Señor de Israel…” (Mq. 5:2). Belén era para un judío, algo así, como la capital del mundo. Era la ciudad del gran rey, como la calificó el salmista. Cuando Natanael supo de la procedencia exacta de Jesús tuvo que cambiar de opinión, pues para toda la gente que espera el Mesías prometido, Belén era la cuna de su nacimiento. Y en esto podemos ver lo que he llamado las sorpresas con las que se enfrenta el prejuicio. Quien esto escribe, vive en El Salvador. Cuando estudiaba una maestría en los USA, mi s compañeros de todo el mundo me hacían muchas burlas, pues según ellos ese pueblo ni siquiera aparecía en el mapa. Como quiera que haya sido yo tenía que defenderme de las chanzas de mis compañeros, así que tenía que decirles que de ese pueblo llevaba el nombre de El Salvador y que todos en el cielo seríamos  salvadoreños. Debido a que nadie en el cielo podría estar allí sino era de El Salvador. De modo, pues, que nos llevamos sorpresas cuando por el prejuicio descalificamos la procedencia de alguien. 

 2. Porque podemos ignorar lo que hay detrás de cada persona. Obviamente Natanael no sabía quién era Jesús. Lo que el oyó de Felipe fue que era un hombre de Nazaret, cuyo padre era José. Es posible que toda esa información no despertara mucho interés en el discípulo prejuiciado. Una cosa es tener una impresión de una persona a primera vista, pero otra es cuando le conocemos en su interior y en su carácter. Bien podemos imaginarnos el resto de la vida de Natanael, quien una vez que conoció a Jesús lo llamó Rabí (Maestro), Hijo de Dios y Rey. El prejuicio inicial fue transformado en dedicación y absoluta obediencia. Cuando fue transformado por Jesús tuvo que desaparecer de su vida ese feo pecado. Creo pensar que desde entonces Natanael vivió para ser un misionero a todas las naciones. ¿Cuántos discípulos harían en Nazaret después de esto? Nunca sabremos lo que Dios puede hacer con alguien por quien podamos sentir al momento algún prejuicio. Los hermanos de José tenían prejuicios contra él y por eso le menospreciaron vendiéndole a los amalecitas y después llevado a Egipto. Pero, ¿qué pasó con él después? A quien ellos menospreciaron llegó a ser su salvador. Los hermanos del David le menospreciaron porque era joven e inexperto. Lo último que ellos podían pensar era que este llegara a ser rey.  Pero, ¿qué pasó con David después? Lo primero que hizo fue derrotar al gran Goliat, el terror de Israel. Después se convirtió en el rey conforme al corazón de Dios, y de cuyo linaje vendría el Salvador prometido. Hermanos, no nos prejuiciemos con nadie; el Señor pudiera tener un gran plan para esa vida. Adultos, no nos prejuiciemos con los jóvenes, en ellos yace un tesoro todavía no descubierto.

III. ¿CÓMO VENCER EL PECADO DEL PREJUICIO?

1. Hay que dar un paso de fe. Felipe nos enseña lo que debe ser la labor de un evangelista. Nosotros siempre debemos estar preparados no para ganar un argumento si no ganar a las personas. Imagínese si Felipe hubiese entrado en una discusión con Natanael respecto al prejuicio sobre la procedencia del Mesías. A lo mejor habrían tenido una larguísima discusión teológica, y por la forma de ser Felipe, hasta hubiese ganado los argumentos. Pero Felipe no hizo nada de eso. No se puso bravo ni se incomodó por lo que oyó. Le dijo más bien: “Ven y ve”. Fue como decirle: “Ven y convéncete por ti mismo”. Su desafío fue para  que diera un paso de fe. Que en lugar de lanzar un juicio a priori contra Cristo viniera para conocerle en persona. Cuando hablamos de frente y no por detrás de las personas, nos libramos del pecado del prejuicio. “Ven y ve” nos libra de hacer juicios anticipados. Nos ayuda a evitar la tentación de ver primero antes de actuar.

2. Hay que hablar bien de las personas. En esta escena hay dos actitudes bien contrastadas. La opinión que Natanael  tuvo de Jesús y la opinión Jesús tuvo de Natanael. Mientras que el uno pensaba que  de Nazaret no podía salir nada bueno, Jesús saluda a este hombre diciéndole: “He aquí un verdadero israelita en el cual no hay engaño”. Aquellas palabras tuvieron que desarmar a Natanael. Jesús  supo lo que  Natanael dijo de él, pero en lugar de echarle en cara el menosprecio, resaltó en él sus más altas cualidades. Por cuanto Jesús conoce muy bien los corazones, a lo mejor percibió que en efecto este hombre tenía un buen corazón y que lo que estaba diciendo lo hacía por un marcado nacionalismo v. 48.  Jesús nos da la gran lección sobre cómo lidiar con el problema del prejuicio. Cuando en lugar de criticar a una persona por la forma cómo se viste, habla, piensa o actúa, debemos acercarnos para destacar sus virtudes. Esta manera de proceder funciona. Nos hemos acostumbrado a un lenguaje tan negativo que suena dulce a nuestros oídos cuando alguien puede darnos una palmada para reconocer lo bien que podemos hacerlo algo, en lugar de criticarlo por lo malo que lo hizo. En la medida que reconocemos más las virtudes de las personas, tendremos menos razones para criticarlos y llegar al feo pecado del prejuicio. 

 

El encuentro entre Natanael y Jesús, como todos los encuentros con él, terminan en victoria. Cuando se conoce de verdad a Jesús se disipan los prejuicios. Jesús vino para darle sentido a cada vida. Vea la diferencia entre la pregunta que Natanael hizo al principio, llena de un prejuicio injusto, y la opinión que ahora tiene de Jesús: “Respondió Natanael y le dijo: “Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel” v. 49. Pero aún más, cuando quedamos libre del prejuicio, el Señor nos convoca para ver cosas mayores v. 50, 51. Juan dice que tres días después de esto Jesús fue invitado con sus discípulos (entre ellos seguramente  estaba Natanael) a una boda. Allí él vio cómo Jesús transformó el agua en vino. Desde entonces comprobó cosas mayores que la de su absurda posición del prejuicio. En la medida que descubrimos a Cristo, descubrimos cosas mayores que las que nos afectan y nos impiden crecer espiritualmente.

Como seleccionar un campo misionero: El modelo de Jesús en Nazaret III parte

  1. IV.                    En términos de logros Nazaret rompía los mitos de la conversión

 El hacer es un aspecto fundamental de la misión. Pero el hacer no es todo ni es solo lo importante en la vida del misionero. El hacer no agota el valor evangélico. La presencia es un valor misionero y evangélico cuyo sentido fundamental nos viene de Nazaret. Nazaret es el taller donde se fragua el sentido evangelizador de la presencia. La misión no se agota en el hacer. Más aún, no podemos evangelizar sin una presencia evangélica, al estilo del Verbo de Dios en Nazaret y en la cueva. «Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a mi salvador… “(Lc 2, 25-35). Vivir con, estar con, ser con… por amor, es ya una manifestación del engarce con el amor del Padre, que, de tal manera ha hecho la apuesta por un pueblo pobre, sencillo, insignificante y pequeño que «nos ha entregado a su propio hijo», constituyéndonos en corporeidad, personificación y rostro de su rostro.  Los exégetas nos dicen que Jesús tenía unos treinta años cuando empieza a andar los caminos de Galilea anunciando la Buena Noticia, curando y liberando a los oprimidos, ofreciendo la misericordia del Padre a los pecadores. Hasta ese momento, salvo unas cuantas pinceladas -en Lucas- sobre la infancia, SILENCIO. Esto parece una paradoja y un contrasentido. Jesús es LA PALABRA desde el principio. «En el principio existía la Palabra y la Palabra era Dios…» (Juan. 1,1). La PALABRA es para ser dicha, para ser gritada. Jesús, la Palabra, es la Palabra que nos trae la salvación hasta los confines de la tierra… ¿Por qué, pues, tanto silencio? ¿Por qué se redujo tanto tiempo a un rincón irrelevante como era Nazaret? ¿Qué nos desvela tanto SILENCIO? La palabra para hacerse verdad, ha de gestarse. Y toda gestación acontece en el silencio…. El silencio es el taller donde se gesta la auténtica palabra. Una palabra sin silencio se convierte en palabrería. Es muy fácil decir, pero es difícil decir una palabra que sepa a verdad, una palabra de sentido. Es fácil decir palabras, es más difícil decirse a uno mismo. Es fácil hablar, es difícil encontrar la coherencia de lo dicho. La palabra necesita del taller del silencio para que se haga criatura viva en uno mismo. Solamente las palabras que pasan por el corazón y toman carne en el propio ser de uno, al pronunciarlas, suenan a palabras propias. Jesús es la Palabra de Dios y por eso se gesta «desde el principio. Jesús es la Palabra de Hombre, y por eso se gesta en el aprendizaje humano. De ahí que Nazaret sea el misterio de la maduración de la Palabra. Por eso Nazaret es misterio del SILENCIO. Tenemos una vocación misionera: «Creí, por eso hablé». «¡Ay de mí si no evangelizare!»…. Por eso mismo hay que gestar la palabra.  Jesús, en el silencio de Nazaret, ha hecho en su propio corazón de la Palabra divina que es, PALABRA de hombre. Nosotros estamos llamados a amasar en nuestro corazón la Palabra de Dios y saberla traducir en palabra de hombre para que suene y sepa a PALABRA DE DIOS. Contemplar constantemente la Palabra de Dios. Formarnos apasionadamente en la Palabra de Dios.  Ayudarnos a traducir en palabra humana la palabra de Dios para que sepa a lo que es. Y esto supone mucho silencio. Esto supone mucho interés por la palabra de Dios. Esto supone mucho tiempo para amasar en nuestro corazón la palabra del Padre, que es Jesús de Nazaret.  Así que el cuarto criterio de Jesús para ministrar en el campo misionero de Nazaret es FRUTO del silencio y no de la estadística. No sé pero sospecho que muchos misioneros pueden enviar reportes de convertidos con el propósito de ver lo exitosos que han sido y quizás para perpetuar su sostenimiento al ver que si están dando resultado. En el caso de Jesús durante 30 años no hay un registro de convertidos o de gente que entendiera que él era el Mesías. Ya me puedo imaginar a Dios quitándole el sostén misionero por su poco resultado. Hace mucho tiempo vengo escuchando en testimonios y charlas motivacionales misioneras, sobre todo aquellos que están en países lejanos la famosa frase: “Que bendición en nuestros países, porque aquí se convierten por montones, pero a nosotros nos cuesta muchos años que uno o dos se conviertan. Lo que estos hermanos no entienden que lo que ellos experimentan es lo normal y valioso, lo que nosotros experimentamos aquí es lo anormal y no tiene mayor resultado. Porque uno o dos convertidos en su contexto son verdaderos creyentes  a un mar de creyentes superficiales que ni siquiera han podido transformar sus países violentos.

V.                  En ´términos de  llamado Nazaret representaba una renuncia misionera

En  Jn 1, 1-18. El Verbo de Dios, antes de entrar en Nazaret, tuvo que salir del seno del Padre. Siendo de condición divina, no retuvo para sí el ser igual a Dios, antes al contrario, se abajó y se humilló. (Fl 2, 5-11). Nazaret no es replegarse sobre sí mismo. Todo lo contrario. Nazaret es salir. Salir de uno mismo, poner la tienda en el espacio sagrado de los pobres. Nazaret es escuchar, aprender, dejar que los gritos de los hermanos lleguen a nuestro corazón y amasarlos en nuestro interior con la Palabra de Dios. Por eso, Nazaret no es centrarse sobre uno mismo, sobre nuestro grupo, sino que Nazaret es descentramiento. Es tomar la carne del hermano, es despojarse de sí mismos para dejar que el hermano, el pobre, los pobres…. nos enriquezcan. «Siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza». Nazaret es aprendizaje, es acogida de la vida del pobre, de la vida y realidad de los otros. Es atención, acogida y asimilación de los diferentes, del que está fuera..  Así que el último criterio de Jesús para entrar el campo misionero de Nazaret fue Despojo. Por eso, Nazaret es SALIR. Salir, ponerse en camino con la confianza de que Dios, en esa andadura, se nos va a revelar, se nos va manifestar…. hasta llegar a hacer experiencia espiritual, encuentro con el Señor en el pesebre de los hermanos. Nazaret es salir. Pero salir para entrar. Salir de sí mismo, para entrar en el otro, salir de nuestras compresiones  ideológicas y culturales, de nuestros intereses, para entrar en la realidad y la vida del hermano, en la realidad de los colectivos, del pueblo, de los pobres y sencillos. Por eso Nazaret es abandono, es riesgo, es apuesta, es dinamismo, es confianza en el otro y en lo otro.

Como seleccionar un Campo Misionero: EL modelo de Jesús en Nazaret II parte

II.                    En términos de Logro Nazaret no daba status misionero

 Al salir de Nazaret Jesús será tentado por esos mismos criterios en los que se asienta el sistema: «Todo esto te daré, si postrándote, me adoras. Pero Nazaret ha marcado a Jesús. Le ha configurado. Allí ha aprendido a vivir la pequeñez como estilo de Dios. Y la respuesta de Jesús es la que aprendió y maduró en su pueblo. Nazaret es un misterio. Su hondura nos estremece. Nos atrae y, al mismo tiempo, nos paraliza. No la abarcamos. Nos llega a dar miedo. No es fácil entrar en ella. No terminamos de creer en Nazaret. Nos puede la eficacia, es difícil resistir a la competitividad. No es fácil rechazar la tentación del poder, del prestigio, del reconocimiento de este mundo, de la eficacia según los criterios de este mundo… La grandeza nos fascina…. Aún a la Iglesia le cautiva el esplendor, el honor, el poder, la grandeza, la eficacia, la cantidad….: «Cuántos son a dónde llegan, qué es lo que están logrando, que aceptación tiene tu estilo misionero,…? Nos cuesta creer en la irrelevancia de Nazaret. Somos como Natanael: «De ahí puede salir algo bueno».  La irrelevancia es para los pobres. Solo el pobre asume la irrelevancia. Solamente el pobre es capaz de seguir viviendo sin el prestigio, los aplausos, la  fama,…. La irrelevancia es propiedad de los pequeños. Solo los pequeños experimentan la insignificancia sin que sus vidas carezcan de sentido. La pequeñez de Nazaret es el estilo del Verbo de Dios capaz de infundir un dinamismo nuevo a la nueva humanidad que ha puesto en marcha. Así que el segundo criterio de Jesús para entrar en el campo misionero de Nazaret es el PRESTIGIO del campo. Es Decir a Jesús no le da prestigio el campo a donde va. No es admirado por estar en Nazaret. No le levanto el estilo de vida. No tuvo hijos en escuelas especiales para misioneros (si los hubiera tenido por supuesto), no fue levantar fondos para aspirar a un estilo de vida similar al campo porque así debe vivir un misionero en Europa, o España, etc. No, Nazaret no le levanto el prestigio a Jesús, sino al contrario  llegaron a preguntarse ¿algo bueno puede salir de Nazaret?

III.                  En términos de Contextualización Nazaret  implicaba un reto

La presencia tiene un valor humanizador y evangélico. Jesús en el misterio de Nazaret, viviendo, estando, identificándose con su pueblo (con la humanidad), con los pobres, aporta al hombre, al pobre, al pequeño y desvalido su dignidad originaria, tal como el hombre fue  proyectado por Dios: «a su imagen y semejanza». La sola presencia es una forma de manifestar sin palabras, pero en un lenguaje altamente significativo, que el hombre, el pueblo, los pobres son un proyecto abierto, de esperanza, porque es parcela del trabajo de Dios, porque es espacio privilegiado donde Dios derrocha toda su ternura, donde Dios expresa sus entrañas de misericordia. En Jesús de Nazaret el Padre hace la apuesta por lo excluido. Cuando se atiende al pobre, al marginado, al excluido, al desvalido…. ¿por qué se hace? ¿Para qué? En nuestra sociedad, ¿por qué y para qué se atiende a los colectivos marginados de ancianos, drogadictos, minusválidos….? Y a los pobres, a los colectivos pobres, a nuestros barrios.., cuando se les atienden las reivindicaciones que hacen, cuando parecen responder a algunos de sus gritos, ¿por qué es y para qué?. ¿Para acallar la mala conciencia? ¿Para evitar mayores conflictos? ¿Para conseguir votos? ¿Para qué no se nos pueda echar en cara que a los pobres los dejamos en la cuneta como si fueran perros?…. No siempre se hace y lo hacemos por comunión, por solidaridad, por…. Nuestra presencia cristiana y religiosa en las cuevas y los Nazaret de hoy día ha de ser un presencia de comunión, de dignificación, de entrega, de manifestación de las entrañas de misericordia de Dios, de estimulante de la dignidad de todo hombre, de todo colectivo humano. Todo hombre necesita ser reconocido. Todo colectivo necesita reconocimiento. La presencia realiza el milagro del reconocimiento de la dignidad de la persona y de hijo de Dios. Todo hombre necesita «ser reconocido» «para ser». Y es que el hombre, al sentirse reconocido libera todas las potencialidades que tiene, recupera sus capacidades, adivina sus posibilidades, entra más dentro en la hondura de su proyecto, se moviliza, se hace crítico y creador.   «Y Jesús crecía y se fortalecía delante de Dios y de los hombres» (Lc 2, 52). Tenemos el peligro de ir a los lugares a los que somos enviados y comenzar enseguida a hacer, a organizar, a cambiar, a decir, a mandar, a… situarnos como maestros. Nos parece perder el tiempo el situarnos como aprendices, como discípulos. Y sin embargo necesitamos aprender a ser ciudadanos, vecinos, amigos, hermanos…. Necesitamos aprender de los pobres, de los hermanos. Aquí está la clave del apóstol: aprender a ser apóstoles siendo discípulos. Nazaret es el misterio del aprendizaje del Hijo del Hombre. Jesús, el Verbo Encarnado aprendió a ser hombre, aprendió a ser Dios. Aprendió a ser ciudadano judío, vecino, nazareno, hombre y Dios. Aprendió a ser paisano e Hijo. Allí aprendió a valorar la vida, a vivir, a gustar la vida de sus paisanos, a valorar la vida de los pobres. Jesús, en Nazaret aprendió a hacer de la presencia, ENCUENTRO. Del encuentro, DIÁLOGO, del diálogo, TRASVASE MUTUO DE VIDA, de la vida, VECINDAD, de la vecindad, CONCIENCIA DE PUEBLO, de la conciencia de pueblo, HISTORIA SOLIDARIA. Sin esta dimensión del misterio de Nazaret aparece el funcionario. Con ella se desarrolla el hombre de comunión, el vecino, el hermano. Nazaret es otra forma de profetismo discreto, sencillo.., pero profundo. Nazaret nos hace expertos en humanidad. Es un estilo que nos ayuda en la Iglesia a descubrir que el camino por donde transitar es el hombre. Así que el tercer criterio de Jesús para entrar en el campo misionero de Nazaret fue el reto de la Contextualización. Su entrega lo hizo ciudadano de Nazaret y no Dios participando en los asuntos de Nazaret. No tenía un salario mayor que el promedio de Nazaret, no vivía en los barrios más lujosos de Nazaret y luego bajaba a los arrabales para hacer su obra. Renunció a su ciudadanía celestial y se hizo Nazareno. Cuantos han olvidado esto. Viven en los campos misioneros pero no aman esos campos misioneros sino que son una clase de visitantes extranjeros que le hacen el favor a los paganos de haber llegado y siempre los miran  a los que evangelizan como ciudadanos de segunda clase.

Como seleccionar un campo misionero: El Modelo de Jesús en Nazaret

Y vino, y habitó en la ciudad que se llama Nazaret: para que se cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que había de ser llamado Nazareno.  (Mateo 2:23) Y descendió con ellos, y vino á Nazaret, y estaba sujeto á ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. (Lucas 2:54)

En toda corriente misionera actual, se habla mucho sobre el lugar o los lugares a donde se debe ir como misionero. Las motivaciones o razones por las que una persona decide irse de misionero a determinado lugar varían. Por ejemplo están las motivaciones estadísticas, es decir se evalúa el porcentaje de creyentes en proporción de los no creyentes, y listo, nos vamos a España, o Marruecos o a Turquía porque hay  ínfima presencia evangélica. Otra tiene que ver con la concepción sociológica. Es decir se establece a través de criterios etnográficos y sociológicos los grupos menos alcanzados y listo, nos vamos para los países de la ventana 10-40. Una tercera forma, sobre todo en América Latina, es la ventaja cultural. Es decir en los países de  trasfondo árabe, los latinos somos más aceptados porque físicamente nos pareces, y listo nos vamos a los países musulmanes. Una cuarta cosa es el mover del Espíritu Santo. De acuerdo a varios escritos, este es el último mover del Espíritu Santo y está ubicado en América Latina así que ahora ya no somos campos misioneros sino fuerza misionera. Podrá haber otros, que sé yo. Pero la pregunta que en estos días me he planteado, es ¿cuál debe ser la razón verdadera para escoger donde ir como campo misionero?

Una pregunta más que me vino a la mente fue ¿cómo se le ocurrió a Jesús escoger Nazaret como su primer campo misionero? Es decir allí se educó por 30 años casi. Fue allí donde tuvo por primera vez su desarrollo como “enviado de Dios”.

Ahora ¿que era Nazaret? ¿En términos de objetivo misionero? ¿Por qué Dios se fijó en una ciudad como esta?

I.                    En términos de Mapa Nazaret no estaba de moda misionera

Irrelevancia, pequeñez y humildad son aspectos nada valorados en nuestra cultura. Hoy se cotiza el sobresalir, el poder, la arrogancia. Sin embargo son muchos los que están obligados a vivir sin que sus vidas tengan nada de relevante, de «importante», digno de ser destacado. La mayoría de la gente vive de una manera normal, sin muchas cosas que destacar, sin experimentar que sus vidas importan a nadie. Los pobres no tienen nada que presentar en el mercado de la humanidad. El trabajo siempre lo mismo, son un número más en la empresa… Sus vidas valen poco… Su influencia es nula. Son ignorados. Da la impresión de que sus vidas van por un lado y lo «importante», lo que es noticia, lo que se nos sirve constantemente en los medios de comunicación social…., va por otro. Nada tiene que ver la vida de los pequeños con la prensa, la radie y la TV.; a no ser que se convierta en noticia sus limitaciones radicales, los problemas que asustan a las capas más alta de sociedad. Son noticia las huelgas de los obreros que no entienden los patronos y desclasados. Son noticia los drogadictos, sobre todo cuanto se convierte en tema político y en problema ideológico para los partidos. Son noticia cuando, hartos de sufrir, y habiéndose organizado mínimamente, cortan las calles y carreteras de mayor acceso. Los pobres son el despojo de la sociedad. Hay mucho despojo con nombre y apellido, con rostros concretos. El Verbo de Dios, Jesús, proyecto del Padre, queriendo introducir en la dinámica de la historia la «significación última», elige los despojos de la irrelevancia. «Quien era rico, se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza. La irrelevancia e insignificancia de Nazaret es reconocida sociológicamente: «De Nazaret, ¿puede salir algo bueno? Nazaret era un pueblo irrelevante, pobre y pequeño. Sin importancia política, social y religiosa. Los nazarenos eran unos vecinos sencillos y pobres de los que no se esperaba nada. Jesús opta por la insignificancia de Nazaret. Allí pone su tienda. Nazaret es opción de Jesús, apuesta del Verbo de Dios. Nazaret se convierte así en ese «nuevo estilo de Dios» para expresar la nueva humanidad. Lo pequeño desafía y reta los criterios del mundo. Nazaret aparece como el reto de Jesús a los principios en los que se base nuestro sistema. Es la imagen renovada y llevada a plenitud de David y Goliat. Nazaret se asienta en lo insignificante, en lo pequeño, en lo sencillo y pobre. La competitividad, el prestigio, la grandeza, el orgullo, el sobresalir, la arrogancia….. Son los pilares de nuestra sociedad. Así que el primer criterio de Jesús para entrar a Nazaret como campo misionero es IRRELEVANCIA del campo. Como se han hecho famosos los campos misioneros de España, de Europa, los países comunistas, los musulmanes. Y muchos de los misioneros van a ellos por la relevancia de ese país. Pero muchos no ven sus ojos de llamamiento a Haití un país tan irrelevante, u otros en nuestro contexto. O aún dentro de nuestros propios países. Para muchos es más relevante estar entre los musulmanes de Marruecos, que entre la comunidad de Lenca Poton en Guatajiagua del departamento de Morazán en El Salvador. Eso como que no nos daría caché.

Creyentes de la puerta: Hechos 3 IV parte

III.                    En tercer lugar veamos las OPCIONES DEL CONFORMISMO (3: 7-10)

Debemos ver cuál es el procedimiento y las opciones que aparecen ante el cojo para que salga de su estado de tullido.

A.     “Pedro con Juan”:  El método de Dios

Debemos entender que esta vez, llegaron dos personas diferentes a este templo. Habría toda cantidad de personas entrando y saliendo de ese templo a cada rato. Y el era un hombre que era parte del decorado de ese templo todos los días. Para poder salir del conformismo no puedes salir de él sino es por medio de los mecanismos y métodos de Dios. Muchas personas creen que pueden salir con mejores oportunidades de trabajo, de amigos, de influencias. Pero sólo por medio de los métodos divinos podemos empezar a sanar nuestras áreas tullidas. Qué bueno que pasaron aquella vez estos hombres. El que llegara Pedro y Juan a este lugar nos ubica en las oportunidades de Dios.

 

B.      “fijando en él los ojos”: La mirada de Dios

Piensen por un momento en Pedro y Juan. Sería absurdo pensar que era la primera vez que pasaban por ese templo. Como buenos judíos habrían entrado miles de veces en ese lugar y habrían visto a este hombre estar en la puerta. La pregunta que viene a mi mente es ¿Qué cambió? ¿Porque ahora no solo se percatan de él sino que fijan su mirada en él? Porque ahora ellos miran como Dios mira, y porque ahora son hombres guiados por el Espíritu Santo y equipados para ser respuesta y no espectadores de las necesidades. Tanto Pedro como Juan son hombres transformados y capacitados para ejercer autoridad y sanidad. Ahora debemos recordar, que este es el primer milagro ejecutado por Pedro sin la presencia de Jesús o la dirección de Jesús. Pedro hace su primer milagro. Esto va asentar un precedente de las señales en la iglesia emergente. Cuando la mirada de Dios está presente en la vida de un pueblo, ocurre exactamente eso milagros y señales. Hay muchas iglesias que nunca han hecho esto, simplemente porque miran como Pedro y Juan antes de pentecostés. Que tremenda mirada la Dios a través de estos siervos. La mirada de Dios entonces lo primero que hace es hacernos sensibles. Es decir ahora Pedo y Juan son conscientes de la necesidad del cojo. En segundo lugar la mirada de Dios nos hace serviciales.   Pedro y Juan no llegaron tan apurados a la reunión de oración como para pasar por alto al mendigo que estaba en la puerta. No estaban tan ensimismados en entrar al templo a adorar y a cumplir con los ritos judíos para ignorar al cojo. Los programas y los cultos eran de importancia secundaria ante la necesidad de las personas. Toma en cuenta la significación  del lugar, la puerta llamada la hermosa. Permite que Dios introduzca una realidad amarga en nuestro escenario hermoso. Por mucho que nos esforcemos por evitar la miseria, la desgracia y la injusticia que nos rodean, ellas nos encontrarán.  Nuestra ciudad tiene muchas urbanizaciones planificadas, amuralladas y extravagantes con el propósito de mantener adentro lo placentero y dejar afuera lo desagradable. No tengo problema con las grandes riquezas, siempre y cuando la gente sepa lo que pasa en el resto del mundo. Dios es demasiado fiel como para permitir que sigamos escondidos. Tarde o temprano tendremos que salir de las paredes de cristal, y cuando lo hagamos, chocaremos de lleno con la realidad, esa clase de realidad que suplica: “¿Qué vas hacer al respecto?” Pedro y Juan podían haber echado una mirada al reloj de sol más cercano y decir: “¡Epa, estamos llegando tarde a la reunión  de oración! ¡Por Dios hermano, permiso! Sin embargo, Pedro y Juan fijaron sus ojos en el hombre. Es refrescante ¿verdad? No me atrae mirar de frente en sufrimiento y la pobreza. Si tengo que hacerlo, lo hago; pero prefiero mirar levemente a los costados. No fue eso lo que hicieron Juan y Pedro. Miraron al mendigo a los ojos y pidieron que los mirara. La mirada de Dios nos hace seguros. Notemos que hay dos cosas específicas en la seguridad de Pedro y Juan. Primero está la seguridad verbal. Dice: “le dijo”. La expresión implica por el verbo aoristo no un discurso preparado sino más bien espontáneo y autoritativo (por el verbo aoristo). Es el Espíritu Santo que ole había dado una palabra autoritativa. Pero por otro lado aparte de la palabra, hay una unidad autoritativa. Note que Pedro dice: “Míranos”. Eso incluye a Juan. Esto implica que tanto como Juan y Pedro tenían la misma convicción.

C.      “Míranos”: La motivación de Dios

Pedro y Juan pudieron haber tenido muchas razones para decirle al mendigo que los mirara; se me ocurren algunas. El relato dice que el hombre era inválido de nacimiento. Una traducción más literal  del griego como lo dije antes es “desde el vientre”. También dice que todos los días  era llevado al templo. El vrs. 3 afirma que el mendigo vio a Pedro y a Juan, pero podemos concluir que en realidad no los vio. Creo que el hombre había mendigado por tanto tiempo que sólo se veía a sí mismo como un mendigo. Había dejado de mirar a los ojos de la gente “normal”. No quería mirar de frente nada que lo hiciera sentirse más miserable de lo que ya se sentía. Creo que también que la manera de mendigar de este hombre  había llegado a ser una rutina trágica, un acto completamente mecánico. A veces creemos que Dios es malo porque no nos da por lo que estamos suplicando; en realidad no nos damos cuenta  de que El quiere obrar una misericordia  mayor hacia nuestra condición de inválidos.  Nosotros queremos un Ayudador divino y Dios quiere ser nuestro Sanador. ¿Has mendigado algo alguna vez y ahora en retrospectiva, te das cuenta que te hubiera mantenido en tu condición  de inválido? ¡Yo lo he hecho muchas veces!

D.     No tengo plata ni oro pero lo que tengo te doy…: El mensaje de Dios

Me gustan las palabras del apóstol. El establece que su mensaje, nuestro mensaje no se basa en la pretensión. Es decir Pedro se basa en lo que no tiene. El aspecto monetario y la riqueza. No es lo material o lo físico lo que nos hace tener un mensaje de impacto. No es nuestra estructura o nuestra alcurnia denominacional o doctrinal lo que nos hace relevantes. Esas solo son pretensiones humanas, que no nos dan la capacidad de ser relevantes. Santo Tomás de Aquino  era muy estimado por el Papa Inocente IV. Un día fue llevado a las recámaras  del papado, donde pudo ver grandes cantidades de de oro, plata y dinero y muchas joyas. El Papa dirigiéndose a Aquino le dijo. “Como puedes ver la Iglesia ha llegado a una época en la cual  ya no puede decir: “No tengo oro ni plata” » Y Aquino dijo: “Es verdad santo padre, pero también es una época en que la iglesia tampoco puede decir al cojo levántate y andad”!»  Así que nuestro mensaje es un mensaje de pertinencia. Puede observar lo que Pedro si tiene. Dios nunca nos pide que demos  lo que no tenemos. De alguna manera, esa seguridad me produce alivio.  Que tiene la iglesia que la hace diferente de un club social o una ONG de integración social. Tiene un nombre que es sobre todo nombre y tiene la capacidad de sanar. Sólo esto lo hace la iglesia. Su capacidad poderosa y su capacidad sanadora. Pero la mayoría de veces nos complicamos creyendo que es el recurso el que nos hace eficaces. Pero en tercer lugar nuestro mensaje presencia.  La gente, dice el texto todos lo vieron y todos concurrieron al templo. Increíble ahora Dios estaba presente en este templo demostrando su pertinencia.. Que contrastante con la religiosidad caduca del judaísmo. Esto hizo que perdieran auditorio los fariseos ese día. ¿Cómo notamos la presencia de Dios en medio de nosotros? Lo notamos por  la transformación. Note de pies quebrados a pies fuertes. De estar tirado a estar de pie. De depender de otros a  depender de Dios. De estar en la puerta a estar adentro. De ser espectador a ser participante. (vrs. 8)¡Qué increíble transformación.  Lo notamos por medio del testimonio.  Es un testimonio de gozo saltando y alabando. Sólo el que ha recibido una gran bendición de parte de Dios puede ser excéntrico en la adoración. Un testimonio de impacto. Dice que ellos se llenaron de espanto y asombro. Esa capacidad de asombrar al mundo por lo que hace la presencia de Dios entre nosotros. El mundo debe ser asombrado por lo que ocurre entre nosotros. Pero hoy el mundo se asombra no por lo que Dios haces sino por las tremendas contradicciones que hay en su pueblo. Lo notamos por medio un testimonio de humilde. Lo que somos  y hacemos no es por nosotros dice Pedro. (vrs.12). Me encanta que Pedro dice que ellos solo fueron instrumentos y el que debe recibir la gloria es Jesucristo. Mientras le demos al Señor el lugar que se merece tendremos un mensaje de presencia.

 

Conclusión

Muchas personas viven en la puerta como este cojo. Y que necesitamos para salir a Pedro y Juan. Pedro el hombre de fe y Juan el hombre de la adoración. Necesitamos la fe  de Dios y adorarlo como él se lo merece. Hay 3 tipos de personas: Los que no saben que algo ocurre. Los que preguntan que ocurrió. Los que hacen que las cosas ocurren. El cojo no sabía que algo iba a ocurrir cuando Pedro lo miró. Los que lo llevaban y vieron que se levanto, preguntaron qué paso. Pero Pedro hizo que las cosas sucedieran, porque confió en el Señor. Que este nuevo año podamos ser hombres transformados de algo a todo, por medio de la fe y la adoración a Dios. Fe para recibir el empuje que nos falta uy podernos de pie y adoración para no perder la perspectiva de que Dios nos ha bendecido.

Creyentes de la puerta: Hechos 3 III parte

D.     “Cada día a la puerta”: INVOLUCRADO

Notemos cuál era su costumbre. Dice que cada día. Esto significa que ya se había formado en él un hábito. Ya era una rutina, ya se había  acostumbrado día a día a solo llegar a  la puerta y no pasar de allí. ¿Qué es un creyente de puerta?. Es sorprendente que este hombre vivía en la puerta. Nadie le gusta vivir en la puerta. La puerta es un sitio de transición. La puerta es un sitio de observación, es un sitio de decisión. Alguna vez te han dicho: “O entras o te sales”. La puerta no es un sitio para vivir. El que está en la puerta es alguien que está muy quebrado. No lo suficiente para irse lejos, pero está allí en la puerta. Es un sitio de observación. Una puerta no es un lugar para instalarse. Primero porque molesta a los que quieren entrar o salir y por otro lado el que está en la puerta, sabe mucho de lo que pasa adentro pero también sabe mucho de lo que pasa afuera. Y en nuestras iglesias tenemos cristianos de puerta. Saben lo suficiente para no considerarlos inconversos, pero viven tan poco como para considerarlos comprometidos y santos para Dios. Están en la puerta. Parecen pero no son. Pecan un poquito de lunes a viernes, adoran a Dios un poquito los domingos. Tienen pensamientos impuros el día miércoles, santifican sus pensamientos el día domingo. Viven en la puerta, en la mitad. Con una mano hacen algo que no deberían hacer, y con la otra hacen algo para Dios, porque están en la puerta. Quienes permiten que sus áreas cojas lo pongan en la puerta son aquellos que dicen: “Yo voy a la iglesia, sí yo no falto nunca, ahora oración me faltas bastante tengo que reconocerlo” . Está en la puerta no está lo suficientemente adentro para ser ungido, pero no está los suficientemente lejos para ser un perdido. Saben todo lo que pasa adentro, los sermones del pastor, cuales es la alabanza, los himnos. Todo lo que pasa adentro, pero también sabe todo lo que pasa afuera. En nuestras iglesias siempre se ve el fenómeno de que la gente se sienta atrás y no adelante. Es como si dijeran, estamos adentro pero estamos mirando para ver si nos gusta. No nos comprometemos demasiado, pero tampoco nos vamos de aquí solo estamos mirando. El cristiano de puerta solo observa. Y muchos de nosotros diremos: “Bueno por lo menos están en la puerta” He aprendido en el reino de Dios que los “por lo menos” no sirven no suman. Los “aunque sea” son los peores indicadores del conformismo.  Y los peores enemigos de lo mejor. Hay personas que dicen: “Bueno no es cristiano, pero aunque se  viene los domingos”. Los “aunque sea” no nos salvan. Los “aunque sea” no nos comprometen. Yo no quiero una mujer que diga, no me ama pero aunque sea me cocina”. Bueno mi hijo no me soporta, pero aunque sea me dio un regalo el día del padre.  Los aunque sea son los peores enemigos de lo mejor. El cojo sabe lo que pasa en la iglesia y lo que pasa en el mundo. Pregúntele como van los partidos de la liga BBVA y sus estadísticas y las sabe. Pregúntele que predicó el pastor el domingo y también lo sabe. Porque está en la puerta. Oye todo lo que pasa adentro: “Oh me enteré que algo está pasando en la Iglesia Bautista Nazaret! Y le preguntamos: “quieres entrar? Y el dice no muchas gracias, estoy viene en la puerta. Me enteré lo que está pasando afuera, la gente está divirtiéndose, está tomando muchos alcohol. ¿Vas a ir? No, no puedo soy cojo.

 

II.                   En segundo lugar LA OPERACIÓN DEL CONFORMISMO (3:3 Y 5)

“Limosna…recibir algo”: INDIFERENCIA. Note que el texto nos dice que tenía varias cosas que demostraban su indiferencia. Primero está la expresión “pedir y rogar”. La indiferencia te convierte en alguien que pedigüeño. No es alguien que da. Sino que toda la vida anda rogando que alguien le dé. Son personas pasivas, que solo levantan la mano para recibir siempre. Son aquellos que vienen y se sientan y dicen a ver que me da Dios hoy. A ver cómo me ministran, a ver cómo me gusta el canto. A ver si no me piden mucho dinero. A ver si no me piden que me bautice. Por otro lado la indiferencia te convierte en alguien poquitero note que dos veces en el texto dice que el cojo estaba allí para recibir “limosna”. La palabra limosna » viene del  griego «eleemosyne» (‘piedad’, ‘compasión’) derivado del verbo «eleéin» (‘compadecerse’). En nuestro contexto la connotación tiene que ver con el pequeño donativo que dan las personas en el ámbito religioso. Ya el concepto “limosna” implica una pequeña cantidad, y que es sacada a la fuerza debido a la incomodidad del ruego de alguien que tiene una necesidad. Las personas que dan limosnas escogen según su criterio lo que desean dar, y muchas veces no es una gran cantidad. Por otro lado la indiferencia te convierte en alguien perdedor.  Ahora no bastaba con ser una persona que viviera de limosnas, sino que ahora llega a otra categoría. El cojo dice que ya ni siquiera esperaba una limosna sino que “algo”. Ya llegó a otro nivel de su indiferencia. A veces pasa esto en los solteros. Dicen Señor yo quisiera a un hombre o mujer como artista de cine. Pero luego pasa el tiempo y dice: Señor me conformo con algo. Es como aquel predicador que estableció las etapas y niveles por los que pasa una persona soltera que quiere casarse a medida que pasa el tiempo. Cuando son muy jovencitos dice: “Muchos son los llamados pero pocos los escogidos”. Avanzan un poco más en la edad y cambian su filosofía teológica dicen: “Examinadlos todos retened los buenos”. Pasan unos años más y hay un nuevo ajuste en su teología: “El que a mi viene no le echo fuera”. Cuando ya va llegando a los enta dice: “Venid a mí todos los trabajados y cargados que yo os haré descansar” y si paso más allá de esa edad dice: “Juntamente con el estoy crucificado”. Son los versículos que le van marcando la vida. El ciego había llegado a un momento en el cual se conformaba con algo. Si somos gente de que nos conformamos con “algo” entonces hemos llegado a un estado de muchas bifurcaciones espirituales. La bifurcación negativa sería, que decir “algo” implica que no sabemos qué queremos. Decir algo implica que tampoco sabemos la cantidad que queremos. Simplemente es algo. Y tercer cuando decimos algo implica que es otro el que pone lo que quiero y la cantidad que quiero, así que debo subordinarme a la voluntad de otro y depender de su buena o mala voluntad. También el decir algo refleja desesperación.  Por otro lado está la bifurcación positiva. Primero decir algo implica que tenemos un deseo insatisfecho. Segundo implica que queremos un cambio y tercero implica que estaremos expectante. Lo curioso es que Dios no es Dios de algo es Dios de todo. Eso es un diagnóstico para muchas personas, uno les pregunta que quieres que Dios te de este años y ellos dicen: “No lo sé, algo”.  La gente no es bendecida porque no sabe en qué quiere ser bendecida. La gente no tiene éxito porque no sabe en qué quiere tener éxito. Mentalmente estamos pidiendo las sobras. Pero a veces tenemos un área tan tullida en nuestras vidas, tan crónica que solamente queremos algo. Pero podemos cambiar de esa mentalidad de “algo” a “todo” en El Señor.

Creyentes de la puerta: Hechos 3 II parte

I.                    Enfoquémonos en primer lugar en los ORÍGENES del CONFORMISMO ESPIRITUAL. (3:2-5)

El texto tiene varias cosas que produjeron esta invalidez, de tal manera que el ya sólo se había conformado con “algo”. Note cuáles son esas cosas.

A.     “Y era traído…y lo ponían”: IMPEDIDO

Cuando leemos el pasaje encontramos dos frases bien importantes. El texto dice que “era traído” y “lo ponían”. Es importante notar que el no se podía movilizar solo. Ahora esto es extraño porque en realidad el hombre es cojo y no amputado. Es obvio que de alguna manera el se podría movilizar por sí solo.  Pero su vida se había  acostumbrado a que otros tomaran decisiones y acciones sobre él. Muchas personas dependen de su crecimiento espiritual o de su crecimiento en cualquier área de otras personas. No son personas saludables e independientes, sino que al contrario dependen de otros, de su “cobertura” para poder tener éxito  en lo que hacen. Hay demasiada gente cuya vida espiritual solo progresa si se apoya sobre otro. No pueden tomar decisiones personalmente. Tienen que tener a alguien para que se puedan sentir fortalecidos.

 

B.      “Un hombre”: INVISIBLE

Me parece muy curioso el hecho de que no se nos diga el nombre de este cojo. Creo que era parte del mobiliario y folklore del templo. Una puerta, un mobiliario y un cojo. Es importante entender que es el un anónimo,  y una persona invisible. No porque no se viera a la puerta del templo, sino que sencillamente nadie nos dice la historia de su vida, nadie nos dice quién es, quién es su madre, quiénes lo llevaban. Aunque visible por su presencia invisible por su persona. Como que simplemente nos acostumbramos a no saber el nombre del pobre sino más bien hablar de la pobreza. Es más fácil describir el resultado  del problema, que la persona que está en el problema.  Es más fácil codificar los problemas pero no personalizar las necesidades. Cuantos años estaría este hombre en el portón del templo y nadie sabría exactamente su nombre. Ni su historia

C.      “Cojo de nacimiento”: INVALIDO

Al leer el texto en el original, encontramos la referencia a que este hombre era cojo desde el vientre de su madre. Esta expresión demuestra que el hombre salió cojo desde el vientre de su madre. Hay muchas personas que dicen, que podrían ser lo mejor, si no tuvieran algo que les paraliza. Desean ser lo que Dios quiere, pero tienen cosas en su pasado, en su familia que lo paralizan y no puede vivir plenamente. Debemos entender que hay una diferencia entre un paralítico y un cojo. El paralítico es alguien que visiblemente se le nota la flata de un miembro y no puede caminar porque no tiene completo sus extremidades. En el caso de este, no se refiere a eso sino que se refiere a tener algún defecto en las extremidades. Es probable que no se notar muy visiblemente y pasara desapercibido, pero cuando quisiera caminar no podría.  Y este hombre no sólo era lisiado de los pies sino también del alma. Porque un lisiado como hoy, no podía tener acceso al templo, no habían aceptación de lisiados en el templo de los Judíos. Un lisiado era poco menos que un deshecho en los tiempos del NT. Incluso se tenía la sospecha de que sus problemas eran resultado del pecado o de él o de sus padres. Entonces tenía un pequeño problema que no le permitía ser igual a los demás. Hay personas hoy, que vienen arrastrando cosas del pasado que te afecta hoy y te hipoteca tu presente. Quizás sea un decepción amorosa o una debilidad. No lo sé, podría ser cualquier cosa. Y te ves normal, cantas, levantas las manos, y expresas o aparentas normalidad. Pero si pudiéramos verte de cerca confesarías que en realidad tienes un área paralizada. Conozco gente que podría tener más integridad y santidad, hoy pero tiene un área que ni siquiera su cónyuge conoce, en el caso de los casados, que lo mantiene paralizado e invalido para alcanzar nuevos niveles de Dios. Gente que cojea porque está atado a la pornografía, gente que tiene pensamientos lujuriosos. Gente que no es feliz en su matrimonio, y dicen: “Sabe yo estaría bien si me hubiera casado con otra mujer o con otro hombre. O si no me hubiese casado, o si no hubiese nacido ese hijo. O si hubiese tenido aquel hijo que no pude tener. Tenemos lo tobillos quebrados no solo en nuestro presente sino en nuestro pasado y nos arruinó el futuro. Y quiero hablarles a los que dicen: “Sabes, tengo un área en mi vida que no está funcionando bien”. No soy el hombre o la mujer que soñé ser al día de hoy. Algo hipotecó mi presente. Es decir un tullido del corazón. Y a veces nos por culpa nuestra. ¿Qué área de su vida lo ha dejado cojo y lo ha tirado a un lado de la vida que ha perdido la comunicación con nosotros? Tal vez fueron tus padres, que en alguna ocasión te trataron mal, te dejaron a un costado. Tal vez no te dieron la crianza que tu merecías tener.  Y dices: “Yo merecí tener otros padres” No es lo mismo ser u n hijo esperado a ser el producto de una noche desenfrenada. Un hombre l preguntó a su mamá: Mamá, ¿Por qué me tuvieron cuando tenías 42 años? ¿Fui planificado? Y la madre le dijo: ¡no para nada tú fuiste un susto! Cuando te dicen que fuiste un susto no es lo mismo que te digan. “No  fuiste el fruto que tanto esperábamos, armamos tu habitación y te compramos toda tu ropita. “

Creyentes de la Puerta: Hechos 3

Vivimos en un mundo rodeado de personas que se adaptan fácilmente a las circunstancias que los rodean, es decir personas que aunque reconocen que su relación personal con Dios no está del todo bien no hacen nada por mejorarla. Una de las armas más mortíferas con las que el enemigo trata de nublar tu visión es EL CONFORMISMO, el cual al llegar a tu vida difícilmente te permitirá llegar más allá de lo Dios anhela que llegues. Quiero reflexionar juntamente con aquellos que  en algún momento de su vida tuvieron grande anhelos pero lastimosamente el conformismo apareció en sus vidas y actualmente aun siguen luchando por salir de este difícil modo de vida. ¿Qué es el Conformismo? Según el Diccionario de la Real Academia Española es: Práctica de quien fácilmente se adapta a cualquier circunstancia de carácter público o privado.  Una persona conformista está llena de ciertas características que por su conformismo salen a flote, entre ellas están: Tiene Falta de una “Felicidad Real” y es una persona aislada de los demás. El conformismo, en la mayoría de las veces, no es otra cosa que temor al fracaso. Es una persona “auto-justificada”, ejemplo: “para que quiero más, si con lo que tengo me alcanza y me sobra” (normalmente no le alcanza y mucho menos le sobra), o de lo contrario dice “yo no soy ambicioso” (la realidad es que le teme a ambicionar o desear algo y no poder alcanzarlo).

Un conformista nunca piensa en mejorar, en salir adelante. Por lo general son personas mediocres, es decir personas que comienzan algo y no lo terminan. Si tomamos en cuenta lo que hemos mencionado hasta aquí, podemos aseverar que el conformismo es la contrapartida de la lucha para obtener algo. Ahora bien, definitivamente es difícil salir del conformismo sino se tiene la voluntad o el deseo de hacerlo y claro como es de esperar una persona conformista difícilmente va a querer cambiar ya que el sentimiento de conformidad no le querrá permitir realizar dicha acción.  Hace años atrás nos encontramos con una persona que había llegado a un nivel de conformismo. Por mucho tiempo había buscado y buscado, pero al final ya se había convencido que su vida era simplemente con conformarse con algo. Ya no todo, pero tampoco nada. Simplemente su vida estaría satisfecha con “algo”. Note como lo narra el Dr. Lucas en su segundo tomo de la historia de la Iglesia. Hechos 3:1-10 dice: “Un día, como a las tres de la tarde, Pedro y Juan fueron al templo. A esa hora los judíos acostumbraban orar. Todos los días, un hombre que nunca había podido caminar era llevado a una de las entradas del templo, conocida como Portón Hermoso. Ese hombre pedía limosna a la gente que entraba en el templo. Tan pronto como ese hombre vio a Pedro y a Juan, les pidió dinero. Ellos lo miraron fijamente, y Pedro le dijo: «Préstanos atención.» Aquel hombre los miró atentamente, pensando que iban a darle algoSin embargo, Pedro le dijo: «No tengo oro ni plata, pero te voy a dar lo que sí tengo: En el nombre de Jesucristo de Nazaret, te ordeno que te levantes y camines.» Enseguida, Pedro lo tomó de la mano derecha y lo levantó. En ese mismo instante, las piernas y los pies de aquel hombre se hicieron fuertes y, de un salto, se puso en pie y empezó a caminar. Sin más, entró en el templo con Pedro y Juan, caminando y saltando y alabando a Dios. 9-10 Todos los que lo veían caminar y alabar a Dios estaban realmente sorprendidos, pues no entendían lo que había pasado. Sabían, sin embargo, que era el mismo hombre que antes se sentaba a pedir dinero junto al Portón Hermoso.

En esta mañana quiero que hagamos un viaje por ese hábito o conducta llamada conformismo espiritual. En primer lugar veremos los ORÍGENES  del conformismo espiritual. En segundo lugar la OPERACIÓN  del conformismo espiritual. Y en tercer lugar las OPCIONES para el conformismo espiritual.

Adán lanza a Adam Lanza al crimen III parte

adam lanza

 

En segundo lugar no podemos  comparar los desastres naturales con el castigo divino (13: 4-5)  Dice el texto: “O aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé sobre ellos – piensan ustedes que ¿eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén? 5 ¡Yo os digo que no! Si no os convertís, todos ustedes también perecerán. “(Lucas 13,4-5) “ Otro caso sonado en estos días, ha sido el de la cantante Jenni Rivera muerta en un accidente aéreo. ¿Por qué le pasa esto a una madre entregad y cuyo hermano es pastor? ¿Qué hace Dios es un accidente? En el texto uno se pregunta ¿Cuándo fue este accidente? ¿Dónde ocurrió? ¿Por qué lo recuerdan estos asistentes a los discursos de Jesús? “O aquellos dieciocho, sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que ellos fueron más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén?” (v. 4). El estanque de Siloé está en Jerusalén (Juan 9:7) y, probablemente, la torre de Siloé estaba muy cerca del estanque. El asunto es el mismo que en el primer ejemplo: ¿Acaso Dios escogió a estos dieciocho por sus pecados?  Jesús cambia el debate sobre pecado/sufrimiento del contexto de sufrimiento a manos de los romanos y el sufrimiento a manos de Dios, de la masacre a “un acto de Dios”. “No, os digo; antes si no os arrepintiereis, todos pereceréis asimismo” (v. 5). Esta es la misma respuesta que Jesús le dio a la primera historia. Jesús niega que aquellos dieciocho fueran más pecadores que todos los demás, pero usa la oportunidad para llamar a sus oyentes al arrepentimiento. Otra vez, su propósito no es la condenación, sino la redención. El llamado al arrepentimiento nos muestra que no es muy tarde para sus oyentes. La salvación sigue siendo posible. Para el tiempo en que Lucas escribe su evangelio, Roma había destruido Jerusalén. Para Lucas, hay una clara relación de causa-efecto entre el pecado de la ciudad y su destino. El arrepentimiento es un énfasis mayor en el evangelio de Lucas (ver 3:3, 8; 5:32; 13:3, 5; 15:7; 16:30; 17:3; 2:47). No es un llamado molesto, en su lugar es una “palabra de gracia. El llamado al arrepentimiento del pecado siempre lleva consigo no solamente la amenaza de la divina retribución, sino todavía más importante, la promesa del perdón”  Necesitamos vivir vidas de arrepentimiento, porque nunca sabemos cuándo un tirano se levantará en contra de nosotros, o un muro caerá encima, o nuestro avión chocará, o si podemos caer del techo, o un camión chocará contra nuestro automóvil, o si tendremos un ataque cardiaco. Ni los galileos que fueron asesinados por Pilatos, ni los dieciocho sobre quienes cayó la torre tuvieron la oportunidad de arrepentirse. Su fin llegó rápidamente, sin advertencia. Así también puede ser para nosotros. El arrepentimiento nos ayuda en la vida y en la muerte: nos ayuda a vivir la vida como personas perdonadas, nos ayuda a enfrentar la muerte sin miedo. Frecuentemente los pastores encuentran personas que han sufrido tragedias que se imagina fueron causadas por su culpa. Este texto nos llama a equilibrar dos ideas opuestas: – Por un lado, la tragedia llega al azar, tal como sucedió con los galileos y los dieciocho jerosolimitanos. En tales casos, no tiene nada que ver con la culpa. El tornado que destruye un club nocturno también destruye una iglesia y mata tanto al que atiende el bar como al maestro de Escuela Dominical. Algunas tragedias son verdaderamente al azar. Sin embargo, nuestro arrepentimiento nos deja a nosotros en buen estado cuando experimentamos una tragedia inevitable. Nos prepara para vivir victoriosamente al enfrentar la tragedia, y también nos prepara para el día de nuestra muerte. – Por el otro lado, el pecado sí lleva a la tragedia. Quienes conducen sus autos borrachos matan personas inocentes. Los abusivos lastiman a sus parejas e hijos. Aunque no toda tragedia es el resultado del pecado, algunas sí lo son. Tal vez la mejor manera de comprender esto es ver un pequeño círculo dentro de un círculo más grande. El círculo grande son todas las tragedias. El círculo pequeño es una tragedia causada por nuestro pecado. No podemos prevenir la tragedia que llega al azar, la que está fuera del círculo pequeño; pero Cristo nos llama a arrepentirnos para que podamos evitar la tragedia provocada por nosotros mismos que se encuentra en el círculo pequeño. La tarea más difícil del pastor o consejero es el discernimiento: cuándo afirmar a la gente que no son ellos quienes han causado su propio sufrimiento y cuándo enfatizar la necesidad de arrepentimiento. Cuando hay desgracias como la de la escuela Sandy Hook, es obvio el levantar teorías  y el tratar de  justificar a las  víctimas inocentes por innumerables ocasiones. ¿Por qué él o ella? ¿Por qué niños? Y con respecto a esto la sociedad encuentra absurdo que un muchacho de 20 años mate a niños menores de 7 años en tiempos de paz pero no se mira absurdo cuando los niños son de otras razas y que son “resultados colaterales” de una guerra justificada. (Si es que existe una guerra justificada). Sólo basta ver la  foto de Kim Puc la niña desnuda corriendo  en las afueras de un pueblo en Viet Nam quemada por el Napalm. La gente se pregunta  ¿Fue su pecado?  ¿El  pecado de sus padres? ¿Su pecado los niños? Es aquí cuando los expertos añaden sus comentarios tratando de darle una respuesta a las cosas que no vemos.  Cuando aparecen extraños accidentes o desastres naturales y es más estos  desastres ocurren fuera de nuestro control, nosotros lo llamamos no intencional, violento  y al azar. Sin embargo, si dejamos que el contexto, los medios de comunicación aterroricen nuestra vida, entonces llegamos al fatalismo. El fatalismo es la manera perfecta de las personas aprenden a culparse a sí mismos y a otros, y aprenden a vivir en el miedo y la auto-condenación, y contaminando a las próximas generaciones  y a las  generaciones venideras en ese estilo de vida. Esta podrá ser la mentalidad asiática, la manera Islámica, así como el enfoque existencial europea, pero no la forma  bíblica  ni el enfoque de  la verdad. Los chinos dicen que es “yuan” o el destino: si es tuyo, es tuyo, si no lo es, no lo es. La muerte tiene un efecto paralizante, la esclavitud en su psique, sub-consciente y fuerza de voluntad. Los musulmanes tenían mitad de razón  cuando se opusieron a George Bush el uso de la palabra “justicia infinita”. Sin embargo, han confundido la justicia infinita con la justicia final,  la justicia, que viene de Dios, y han rechazado cualquier  sistema de justicia. Es curioso que los  europeos sean tan pesimistas acerca de la vida.  La segunda pregunta de Jesús abordó el tema de los peatones que murieron en una forma accidental: “O aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé sobre ellos – ¿crees que eran más culpables que todos los demás habitantes de Jerusalén?”(V 4) El  los llevó a Jerusalén por una razón. De Galilea en el norte, Jesús pasó a Jerusalén, que está al sur de Galilea y situado en el centro de Israel, el centro de la vida judía. Es decir la intención de Jesús es demostrar que los  accidentes extraños  ocurren si usted está en el norte o el sur, en el este o el oeste, en el centro o en el borde. Otra forma de decirlo: Los percances ocurren si usted está en América del Norte, Europa, África o Asia, en Centroamérica, incluso si aún están en pie, caminando o acostado por; si usted está en su cuenta, con otros diecisiete o en una gran multitud. No  necesita la comunidad de Newton (Connecticut) averiguar porque es culpable de que le haya pasado esto. Simplemente pasó, fue un paso más en la demostración de lo malo que es el hombre y de lo insensato que puede ser un crimen como este.   Es interesante que la  palabra “culpable” en este texto es la misma palabra “deuda” y “deudores” de la oración del Señor (Mt 6:12). Jesús dijo que los muertos no eran más  responsable de la muerte de lo que eran para su existencia. Ellos no estaban en deuda –  es decir condenado, maldito o destinado a morir. Jesús no pudo haber sido más fuerte, opuesto y respondió con más fuerza esta  segunda vez. Golpeó e hizo pedazos el argumento  opresivo, cruel y despiadado del castigo divino. Una vez más, ha destacado “no.” Este es el único caso en la Biblia que Jesús había dicho  no dos veces. Fue un doble inconfundible, no sin precedentes e inequívoca. Ahora veamos un tercer criterio que es un tipo de advertencia práctica para enfrentar esta situación. Una cosa que se les escapa a la cosmovisión humanista es que todos debemos morir, que muramos antes o después no es el punto. Aunque creo que es doloroso que un niño muera. Pienso en cómo me sentiría si hubiera sido un hijo o hija mía y por eso me duele pensar en esos padres, pero no puedo evitar un hecho todos moriremos. Cuando, a qué edad, y cómo  es lo secundario de la muerte. Pero el ser humano en su endiosamiento de creerse inmortal y dueño de la vida y de la decisión cuando debe morir entra en crisis porque no concibe que mueran niños.   En tercer lugar no confunda actualidad con eternidad. En otras palabras, no cuente con su suerte, no hable como un experto o genere la creencia que es intocable, invencible, superior o favorecido. Sin la vida eterna, usted está en peligro no importe dónde se encuentre, ni dónde vive, ni quien lo cuida. Cuando sucedieron los terremotos del 2001 en El Salvador, una familia que vivía cerca del soterramiento de la colonia las colinas, decidieron irse para un pueblo cerca de San Salvador, ya que era uno de los lugares que menos estaba temblando y además su familia estaban es una zona segura. Cuando se dio el segundo terremoto, el lugar “seguro” que habían escogido fue una de las zonas afectadas y ellos murieron en ese lugar. No estamos seguros en ningún lugar, sólo estamos seguros en El Señor. Así que al final de su respuesta, Jesús ha dicho cuatro veces la palabra “todos”. El único pasaje además de este en donde se usa muchos “todos” es el de la gran comisión de Mateo 28. Jesús dijo: “Si no os convertís, todos pereceréis también.” Este concepto estriba en el hecho de que la verdadera seguridad es cuando nosotros estemos donde estemos tengamos una relación con Dios como lo establece su palabra. En dos oportunidades Jesús enfatiza ese concepto. Indudablemente el arrepentimiento es  un cambio de mentalidad que afecta a la vida. Una Enciclopedia bíblica  dice que el arrepentimiento es “tener otra mente”, es cambiar la opinión o el propósito con respecto al pecado. Esto significa cambiar la visión y la  discusión de “ellos” a “usted”,  es hacerse cargo de mi responsabilidad dejar el pecado y seguir  a Dios.  Jesús habló a menudo sobre su misión a los que se “pierden”, que es la misma palabra griega que significa la palabra “perdido”: “El Hijo del Hombre vino a buscar ya salvar lo que estaba perdido” (Lucas 19:10) y “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna “(Juan 3:16). Hay varias implicaciones con el hecho de pensar desde la perspectiva de la eternidad. No se trata de una evasión de la realidad, sino una afirmación de la misma. No podemos servir a los necesitados y en desgracia en este país sin afirmar el peligro de una eternidad sin Jesucristo. En ese sentido debemos evitar hoy en estos momentos de tragedia en  cualquier país o en la Escuela Sandy Hook, por un lado el chantaje y discriminación espiritual. Es decir, no debemos ayudar a alguien sólo por que se acerca a Dios o porque es evangélico. La ayuda es para todos, indistintamente que sea o no seguidor de Jesucristo. Pero por otro lado tampoco debemos dejar a un lado el hecho también de que el momento crítico es un llamado también a pensar en la eternidad y la fragilidad de la vida y de nuestros bienes materiales. Pero el mensaje debe ser equilibrado ni tan de juicio estableciendo que esta es una tragedia originada por la ira de Dios, ni tampoco tan humanistas que no mencionemos una vez más la necesidad del hombre de arrepentirse y entregar su vida a Jesucristo.  En el tema del sufrimiento, Forrest Gump, a quien la ciudad en la que vive toda  la gente le  llama el idiota local o el optimista ingenuo, tiene más sentido que la mayoría de los filósofos, los eruditos , o maestros religiosos: “La vida es como una caja de chocolates. Nunca se sabe lo que vas a conseguir.  ¿No tenemos pecado en nuestras vidas? Por supuesto que sí. ¿Son los desastres un signo del  castigo de Dios por el pecado deliberado en la vida de las personas? No es cierto.  Involucrémonos en las necesidades de esta gente y del sufrimiento de la escuela de Sandy Hook. En lo que a mi respecta he orado y llorado con ellos, pero pienso que al igual que Jesús si no nos arrepentimos todos pereceremos, solo es cuestión de tiempo. Esta dolorosa tragedia pienso que por lo menos tiene tres grandes lecciones para toda la humanidad. La primera es el mito de que el hombre es bueno se ha caído una vez más. Nadie esperaba de un chico como Lanza algo tan horrible. Segundo la muerte nos sorprenderá cuando menos lo pensamos por eso debemos estar preparados para enfrentarnos a ella. En el pensamiento humanista se cree que todos somos los arquitectos de nuestros destino. Tercero la muerte es democrática todos moriremos pero podemos vivir la vida eterna. Cuando, donde y como moriremos es secundario. Es un llamado de Jesús: “Si no os arrepintiereis todos pereceréis”. Hagamos una oración por la gente de Newton y su escuela Sandy Hook.