La Fe Cristiana ante el desafío del Moralismo

El moralismo no es una forma de lucha, es una enfermedad social y política  » Criterio.hn

Hemos avanzado en el análisis de cuatro desafíos a la fe cristiana en estos tiempos. Empezamos observando el fenómeno del dualismo. La mente dividida del creyente. En segundo lugar, vimos el provincialismo, que es un reduccionismo del mover de Dios en ciertos espacios. Un tercer enfoque fue el hedonismo, que es la fe ante un mundo adicto al placer y finalmente vimos la fe cristiana ante el desafío del relativismo que es un reto basado en la mentalidad de que cada quien puede hacer lo que le da la gana o quiere.

El quinto gran desafío de la fe cristiana que debemos analizar en esta oportunidad tiene que ver con el problema del moralismo.

En el texto de Génesis 19 encontramos la expresión de Lot que dice: “dos hijas que no han conocido varón”. El hace de esta acción un bien moral como algo atractivo en la cultura de Sodoma y Gomorra.  Pero por otro lado dice que también había consentido que esos mismos hombres de Sodoma fueran parte de su familia. Simplemente los había desposado con sus hijas y esperaban el momento de la consumación de su relación. Eso lo vemos en el vrs. 14 donde dice: “su yernos los que habían de tomar sus hijas”. No sé si comprenden el hecho de que para Lot tampoco era malo que sus hijas vivieran con hombres de Sodoma y Gomorra siempre y cuando ellas actuaran moralmente siguiendo todos los procedimientos de un matrimonio. Es como si el rito del matrimonio hiciera bueno el enlace con gente de gran maldad.

Volvamos entonces a la visión textual de pasaje, para pasar a la compresión contextual y finalmente a la aplicación espiritual.

En primer lugar, entonces la visón moralista dentro de la narración de Lot.

Una de las responsabilidades que un predicador tiene es traer la Palabra de Dios a la Iglesia y al mundo y dar a Dios una voz para aclarar y discernir diferentes asuntos. Entonces, por un lado, somos llamados a la exposición de las Escrituras, explicando la Biblia, versículo a versículo, libro tras libro. Pero, por otro lado, también, somos llamados a hablar de los asuntos que enfrentamos en nuestra época que nos afectan y traer la verdad de Dios para evaluar la situación.

Yo sé que el título de esta entrada puede sorprender a algunos, porque muchos creen erróneamente que el evangelio promueve el moralismo. Pero nada puede estar más lejos de la realidad. El evangelio se opone al moralismo, tanto como se opone a la inmoralidad. Permítanme explicar a qué me refiero.  La Biblia tiene mucho que enseñarnos acerca de la ética y de la moral; pero cuando hablamos de moralismo nos estamos refiriendo a algo que va más allá del buen comportamiento moral y ético. Siempre que añadimos el sufijo “ismo” a una idea, estamos colocando esa idea en el centro de un sistema de pensamiento. Por ejemplo, una cosa es que promovamos una cultura de preocupación social, y otra muy distinta que promovamos el socialismo. El socialismo es una ideología que promueve un sistema económico, político y social determinado. Pues lo mismo ocurre con las palabras moralidad y moralismo. La moralidad es algo bueno, el moralismo no. El moralismo, en el contexto en que estamos usando la palabra aquí, coloca las virtudes morales como la base de nuestra aceptación, ya sea delante de los hombres, delante de mí mismo, o delante de Dios. “Si me porto bien, seré aceptado”.  Pero esa enseñanza es totalmente contraria a lo que enseña el evangelio. Ese fue uno de los principales puntos de conflicto entre Cristo y los fariseos. Los fariseos eran los máximos representantes del moralismo en los días del Señor.

En el caso de Lot encontramos primero una suposición. Lot tiene la idea que exhibiendo su moralidad a los de Sodoma y Gomorra ellos cambiarán. El quiere tomar decisiones morales sobre ellos. Está tomando el control humano sobre algo que sólo puede hacer Dios. De hecho, sus decisiones éticas no sólo las exhibe sobre los habitantes de la ciudad sino también sobre los ángeles, es decir no permite que ellos opinen con respecto a que tipo de decisión ética pesaba sobre los habitantes de Sodoma.

En el caso de Lot encontramos segundo una imposición. ¿Observan la expresión que usan los de Sodoma con respecto a lo que está haciendo? Ellos dicen este es “un extraño” que se “erige como juez”. La frase erigirse como juez en el texto griego se puede traducir como “juzgar como juez.” Es enfática y se puede traducir como “gobernar, condenar, castigar”. Los habitantes de Sodoma lejos de aceptar su imposición moral lo condenan por querer hacer eso.

En el caso de Lot encontramos tercer una confusión. Lot establece que haciendo eso los problemas morales desaparecerán. Es como si al obedecer su moralidad las cosas serían bien para sus hijas, para sus yernos y para la ciudad. Observe que la confusión de Lot es que no sabe diferenciar moralmente de los hombres que están afuera de su casa, como los hombres que están dentro de su casa. Ha perdido ese discernimiento. Porque cree que los de adentro son mejores porque han seguido los procedimientos morales del matrimonio y el desposorio.  

En el caso de Lot encontramos cuarto una reacción. Si observamos la reacción de la sociedad es de oposición y de incredulidad. Esto se demuestra por el hecho de que la gente de Sodoma no le gusta que le impongan las creencias moralistas de nadie. Y los yernos por otro lado son incrédulos a pesar de que Lot les advierte el mensaje de los ángeles. A nadie le gusta que le digan que porte bien. La tendencia humana es rechazar todo intento moralista impuesto.

Ahora veamos en segundo lugar la cosmovisión contextual del pasaje.

Veamos entonces la suposición del moralismo hoy. Por la evidencia que hemos entendido el moralismo religioso, ya no se basan en la acción de amor a Dios y al prójimo sino en normas morales. El moralismo actual supone que soy un mejor cristiano no en tanto amo más a Dios y al prójimo sino en tanto cumplo tales o cuales criterios morales. Este se ve claramente en parte del cristianismo de nuestra época, en donde muchos creyentes suponen que en primera instancia su compromiso con la fe depende de que defiendan y adopten cuestiones morales tales como promover heterosexualidad, ser provida, luchar contra la “ideología de género”, votar candidatos que nombren a Dios en sus discursos, etc.[1]

En ese sentido es más virtuoso que un cristiano de hoy sienta una fuerte inclinación moral a apoyar las políticas contra el aborto de Donald Trump, aunque tenga que pasar por alto el destrato que este presidente ha mostrado hacia los extranjeros.

Como podemos observar en el caso de Lot para él es más loable que violen a sus hijas y no a sus visitantes. Por eso es que en la suposición del moralismo se dejan de lado algunas prácticas en detrimento de otras, se sacrifica el amor en el altar de la moral. La viuda, el huérfano y el extranjero son solapados por cuestiones morales que se deben defender en la esfera pública. Se suele conocer a los cristianos más por aquello contra lo que están en contra que por aquello por lo que están a favor. De esta manera el cristianismo se vuelve reaccionario, se presenta en la esfera pública siempre con una postura defensiva.

El apóstol San Pablo a lo largo de sus epístolas advirtió una y otra vez del peligro de que la ley del espíritu (fe) devenga en ley de la letra (moral). Cristo reprendió fuertemente a los eruditos religiosos de su época por su tendencia a cuidar lo exterior (moral) y descuidar lo interior (fe). No es de extrañar que en muchas Iglesias de nuestro tiempo que tienen una fuerte tendencia al moralismo haya también una fuerte tendencia al judaísmo.[2]

Por ejemplo, en 2014 mientras Israel atacaba con todo su poder armamentístico la franja de Gaza y morían miles de civiles palestinos, pastores evangélicos compartían en las redes sociales los “avances” del ejército israelí, justificando su accionar con que están defendiendo al pueblo escogido de Dios.

Y he aquí otra característica de ese suposición moral de Lot. No ve a sus hijas como oprimidas y víctimas. Y es que el moralismo en algún sentido también provoca que el cristiano se coloque del lado del opresor en vez del lado del oprimido. La opción por los pequeños y humildes que plantea el evangelio y los profetas del antiguo testamento resulta contrastante ante las actuales alianzas entre iglesias evangélicas y el poder político-económico. ¿Dónde están aquellos que levantan la voz por la viuda, el huérfano y el extranjero? Quizá sea tiempo de escuchar nuevas voces, de escudriñar las acciones de quienes profesan la fe cristiana con sus labios y con sus actos oprimen a los más débiles.

Veamos en segundo lugar la imposición del moralismo hoy. Todos estamos claros de la cultura moralmente destrozada en la que vivimos. No hay duda al respecto. Ciertamente, no agrada a Dios, no agrada a los creyentes. Ciertamente, no me agrada mí. Claro que debemos desear la virtud y debemos desear la integridad y debemos desear la honestidad y la moralidad. Y esas cosas expresan la voluntad de Dios y la ley de Dios. Ciertamente, en toda manera y en toda oportunidad, yo apoyo una moralidad bíblica. ¿Qué cristiano podría hacer menos que eso? Es nuestra responsabilidad el confrontar el pecado, evaluar el pecado, llamarlo por lo que es, exhibirlo y atacarlo. ¿Qué predicador, que cristiano podría hacer menos que eso?

Ese realmente no es el punto. No tiene que ver si estamos en contra de la inmoralidad. Claro que estamos en contra de la inmoralidad. Tiene que ver con qué vemos como la solución. Ése es el punto. Claro que deseamos que la virtud verdadera y duradera caracterice a la gente. Claro que deseamos la justicia en lugar de la injusticia, pero el punto es cómo llegamos ahí.

Hay personas que creen que, si El Salvador se vuelve moral, Dios bendecirá a El Salvador. Hay personas que creen que, si El Salvador se vuelve moral y religioso, entonces Dios bendecirá doblemente a El Salvador. Entonces, coloquemos de regreso a Dios en el discurso público. Coloquemos de regreso la oración en las escuelas. Coloquemos los 10 mandamientos en la pared en lugares públicos, en donde sesionan las cortes. Detengamos el aborto, detengamos la homosexualidad que inunda todo lugar. Detengamos la pornografía, etcétera. Y si tan sólo podemos traer algún tipo de moralidad y mejor aún, algún tipo de compromiso con Dios, entonces seremos bendecidos.

Bueno, permítame explicar un punto muy claro desde el principio aquí. La moralidad y la religión no invitarán o asegurarán la bendición de Dios. Nunca lo han hecho y nunca lo harán. Un El Salvador más moral, un El Salvador más moral y más religioso no avanza en el favor divino ni un centímetro. Un El Salvador más moral y más religioso no escapará del juicio divino, así como el judaísmo fariseo en el tiempo de Jesús no escapó del juicio devastador de Dios en el año 70, cuando cientos de miles de judíos fueron matados por los romanos impíos. Y Jesús advirtió de eso en varias ocasiones.

Sólo hay una cosa que Dios bendice, sólo una. Y esta es que Él bendice la fe salvadora en y amor hacia Su Hijo, el Señor Jesucristo. Eso es lo único que Él bendice. Cualquier persona que no cree en y ama al Señor Jesucristo está entre los maldecidos. ¿Verdad? Como cristianos, claro que estamos a favor de la moralidad. No estamos a favor de la inmoralidad. Y podemos hacer algo de bien a nivel tópico, a cierto nivel superficial. Podemos, mediante medios políticos, debido a que vivimos en una República y en una democracia, podemos mitigar la indecencia pública en ciertas maneras. Podemos mitigar el escándalo público, podemos usar nuestros privilegios democráticos. Pero eso no contribuye al favor divino ni a nivel individual o colectivo. De hecho, en 1 Corintios 16:22 se dice de manera clara: “Si alguno no ama al Señor Jesucristo, sea anatema,” maldecido, juzgado, condenado. Sólo hay una cosa que Dios bendecirá y eso es fe en y amor por Su Hijo, el Señor Jesucristo.

Veamos en tercer lugar veamos la confusión del moralismo. Cuando vemos aJesús confrontando de frente a la gente más moral a nivel superficial en Su mundo, las personas más religiosas en Su mundo, los fariseos y los escribas nos sorprende. Y Él utilizó las palabras más fuertes, más intensas en contra de la derecha religiosa de Su día. Mateo 23, Jesús se dirigió a los líderes religiosos de Su época, la gente moral. La gente que eran los que guardaban de manera minuciosa la ley de Dios y la tradición humana y les dice en el versículo 13: “¡Ay!,” lo cual quiere decir condenación, juicio… “Están maldecidos escribas y fariseos, hipócritas…” En el versículo 14 repite eso; lo repite en el versículo 15; en el versículo 16, “¡ay de vosotros, guías ciegos!” Versículo 17, necios y ciegos. Versículo 19, hombres ciegos. Versículo 23 “¡ay de vosotros, de nuevo escribas y fariseos!” Versículo 24, “guías ciegos”. Versículo 25, “¡ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas!”. Versículo 26 ciegos, fariseos. Versículo 27, ¡ay de vosotros escribas y fariseos!; y así sigue en el resto del capítulo.

Después, al final del capítulo Él dice en el versículo 37: “Jerusalén, Jerusalén, matas a los profetas, apedreas a los que te son enviados”. Versículo 38 Él dice: “tu casa será dejada.” Y Él estaba viendo hacia adelante a la destrucción en el año 70 d. C., como también al juicio espiritual profundo.

Como usted podrá ver Jesús nunca utilizó palabras como esas contra los que eran expulsados, aislados por la sociedad, las prostitutas, los criminales. De hecho, Jesús pasó Su tiempo con esas personas. Los parias de Su época. Los recaudadores de impuestos. Y dijeron, que Jesús era un glotón y borracho y amigo de recaudadores de impuestos y pecadores. La derecha religiosa fue la que llamó así a Jesús.

El moralismo nunca fue el mensaje de los profetas del Antiguo Testamento, nunca fue el mensaje del Mesías, nunca es el mensaje de los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento. Nunca ha sido el mensaje de Dios al mundo porque cuanto todo sea dicho y hecho, escuche lo que dijo Isaías: “todas vuestras justicias son como trapos de inmundicia.” Romanos, capítulo 3, es un capítulo muy importante porque describe la condición de la impiedad humana. Y en el capítulo 3, versículo 10 dice: “no hay justo ni aún uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.”

Entonces, sea cual sea la justicia imaginaria que los hombres tienen, sea cual sea la moralidad superficial que pueda mostrar, al final, no son justos delante de Dios. No les gana nada. Nada. No hay nadie quien sea lo suficientemente bueno, no hay ni siquiera uno, dice el versículo 12. Toda persona, versículo 19 dice, toda persona bajo la ley, toda persona que vive bajo la ley a un grado u otro, descubrirá que sus bocas son cerradas, que no tienen defensa y que el mundo entero es responsable y culpable delante de Dios porque por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado a sus ojos.

Entonces, lo vuelvo a decir, usted puede volverse moral, usted puede cambiar, usted sabe que usted puede voltear su vida y tener algún tipo de lo que solía ser llamado ‘el volverse a armar moralmente’, atravesar por una crisis y decidir qué se va a alejar de vivir una vida inmoral o que usted va a comenzar a vivir una vida mejor, una vida más limpia, limpiar su vida. Y eso no sirve de nada en su relación con Dios en absoluto.

Escuche, el mensaje bíblico no es que la humanidad está dividida entre los morales y los inmorales. O que la humanidad está dividida entre los buenos y los malos. O que la humanidad está dividida entre los virtuosos y los impíos. El mensaje de la Biblia es que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios y que no hay división. Todos son inmorales, malos, impíos. Es sólo cuestión de grado, o tipo o manifestación.

Sea cual fuera el grado externo de moralidad de alguien, todos son pecadores condenados que se dirigen al infierno. Usted podría ser el fariseo más moral en Israel, usted podría ser el rabino más moral, usted podría ser el clero más moral, usted lo puede tomar a partir de ahí, el mormón que vive de manera limpia con justicia propia y usted va al infierno con las prostitutas. A menos de que usted se haya reconciliado con Dios mediante Su Hijo Jesucristo y después, si usted se ha reconciliado con Dios mediante Su Hijo Jesucristo, usted se volverá una nueva criatura. Y las conductas antiguas son reemplazadas por las nuevas.

En cuarto lugar, veamos la reacción del moralismo hoy.

Entonces, si queremos cambio, ¿cuál es el medio? La moralidad no salva a nadie. La moralidad no demanda la bendición de Dios. En Romanos 2:11 y 12, dice: “porque no hay parcialidad con Dios.” Eso se oye como una especie de afirmación llena de esperanza al principio. Porque no hay parcialidad con Dios. Pero escuche esto: “pero todos los que han pecado sin la ley, también perecerán sin la ley. Y todos los que han pecado bajo la ley, también serán juzgados bajo la ley.”

¿Sabe lo que eso dice? Dice que sea cual fuere su relación con la ley de Dios, no le importa a Él. No le importa a Él, porque usted no puede guardar la ley para satisfacerlo porque, como aprendemos en Gálatas 3, si usted viola la ley en un punto, usted ha violado la ley entera. Romanos 10 Pablo dijo que los judíos al no entender la justicia de Dios buscan establecer su propia justicia. Y él dice que tienen celo por Dios, pero no según ciencia o conocimiento.

¿Sabe lo que eso dice? Dice que sea cual fuere su relación con la ley de Dios, no le importa a Él. No le importa a Él, porque usted no puede guardar la ley para satisfacerlo porque, como aprendemos en Gálatas 3, si usted viola la ley en un punto, usted ha violado la ley entera. Romanos 10 Pablo dijo que los judíos al no entender la justicia de Dios buscan establecer su propia justicia. Y él dice que tienen celo por Dios, pero no según ciencia o conocimiento.

Entonces, usted podría tener la idea de que tratar de moralizar al país es algún esfuerzo noble y voy a admitir que una sociedad más moral haría la vida más fácil, en cierta manera. Pero, ¿cómo obtiene usted eso? ¿Cómo producir eso? No mediante la política, no somos un Reino de políticos, somos un Reino de sacerdotes. Y ¿qué es un sacerdote? Él es un reconciliador. Traemos a la gente a Dios mediante Cristo.

Moralizar la sociedad no es nuestra Comisión. No es nuestra Comisión. Si leemos 2 Corintios 5:17 al 20, sobre cuál es nuestra Comisión, podemos añadir Mateo 28:19 y 20 o algún otro pasaje de la gran Comisión, “id por todo el mundo y predicad el Evangelio.” No es nuestra Comisión, entonces, desde el principio estamos haciendo algo que Dios no nos ha mandado a hacer. Esto, entonces, se convierte en una actividad que nos distrae. ¿Y quién es el que nos quiere distraer?

Por otro lado, el moralizar desperdicia cantidades inmensas de recursos preciados: tiempo, dinero, energía humana. Los desperdicia. No importa si usted se va al infierno como una prostituta o como un policía. Sólo importa que usted se va al infierno. Todo este esfuerzo por limpiar a Él Salvador, ¿podrá el leopardo cambiar sus manchas? ¿Puede el etíope cambiar su piel? Así lo dice el profeta, ¿puede usted convertirse en algo diferente de lo que usted es? Simplemente es un desperdicio de recursos.

No estoy interesado en hacer que este país sea moral. Estoy interesado en traer a la gente al conocimiento salvador de Jesucristo para que Él pueda darles vida y entonces, ellos puedan volverse morales.

En tercer, lugar veamos la aplicación espiritual.

Primero, la aplicación de la inutilidad. Debemos tener claro que este esfuerzo por buscar la moralidad cultural termina fracasando de manera inevitable. Termina fracasando de manera inevitable porque usted no lo puede hacer. Nadie puede ser verdaderamente justo y moral delante de Dios fuera de la transformación de su alma por el Espíritu Santo mediante el Evangelio. Si algunos pecados se vuelven ilegales, entonces la gente va a cometer otros pecados o van a cometer los que quieran hacer en secreto. La moralidad cultural está programada para el fracaso.

Segundo la aplicación de la esterilidad. No se entiende la naturaleza del Reino de Dios. Escuche lo que Jesús dijo en Juan 18:36: “Mi Reino no es de este mundo.” No hay conexión. “Si Mi Reino fuera de este mundo, entonces Mis siervos estarían peleando.” Esto me parece interesante. Si Mi Reino fuera de este mundo, estarían involucrados en una batalla aquí para evitar que ustedes no me capturaran. Jesús dice “Mis siervos estarían peleando para que no fuera entregado a los judíos. Pero la realidad es que Mi Reino no es de esta esfera.”

Pasar Todo su tiempo y energía y esfuerzo peleando por algún elemento de la sociedad humana no entiende el punto. No entiende la naturaleza del Reino. El Reino es la esfera de la salvación en donde Dios gobierna y bendice a aquellos que están en Cristo. ¿Quiere traer bendición a esta nación? Entonces, predique en el Evangelio, porque no hay conexión entre una entidad nacional y el Reino de Dios. Jesús lo dijo tan claramente como pudo decirlo: “Mi Reino no es de este mundo.” Dos realidades completamente separadas.

¿Por qué es que de alguna manera tenemos esta idea de que tenemos que apuntar a El Salvador políticamente en la dirección de la extensión del Reino de Dios? No tienen conexión en absoluto. He oído a gente decir: “si El presidente sigue avanzando en la dirección en la que va, si el pecado es más y más aceptable en nuestra sociedad… si se vuelve más y más corrupta, va a afectar el impacto del Evangelio… Va a hacer que el evangelismo sea difícil de llevar a cabo si no es que ilegal… Tenemos que pelear por todas estas libertades para tenerlas para predicar el Evangelio.” No hay nada que pueda ser hecho, que haya sido de hecho, que sería hecho sobre la faz de la tierra por los hombres política o socialmente que tenga algún impacto en los propósitos de Dios en la redención.

Tercero, la aplicación de la imposibilidad. Este esfuerzo coloca la responsabilidad en el hombre, en lugar de Dios. Gente bien intencionada, tratando de hacer lo imposible. Yo soy una persona bastante realista y no me molesta llevar a cabo una tarea difícil si lo puedo hacer. Pero realmente, no quiero pasar mi vida tratando de hacer lo que sé que no puedo hacer. Y lo que sé que no puedo hacer mediante mi propia ingenuidad. Yo no, en mí mismo, con mi capacidad persuasiva de oratoria, con mi pasión, con mi disciplina personal y mi ética laboral, yo no tengo la capacidad o la habilidad de hacer que la gente sea moral. Yo no puedo hacer que este país sea moral. Simplemente, es una batalla que no puedo ganar porque aquellos que están acostumbrados a hacer el mal, dice Jeremías 13:23, no pueden hacer el bien.

Números seis, este esfuerzo por buscar la moralidad cultural crea moralidad sin teología. No me gusta nada sin teología. Yo quiero teología en todo. No me gusta nada sin teología porque yo no puedo entender nada fuera de la revelación de Dios en cualquier asunto. Mi entendimiento del mundo está totalmente sujeto a lo que las Escrituras dicen.

Cuarto, la aplicación de la religiosidad.

Pero en esta moralidad, esta especie de esfuerzo religioso de derecha que está creciendo, hay una ignorancia severa de la teología. Algo de ignorancia de Dios, ignorancia de Su Palabra, Su ley santa. De tal manera que están tratando de alcanzar algo que no tiene base teológica. Simplemente es cuestión de dinero, discurso persuasivo, eventos de medios masivos de comunicación, grupos de presión forzando a la gente a hacer cosas. Así no es como usted lo hace. Hay una ignorancia tan severa de la Verdad de Dios, una ignorancia tan severa de la verdad de Dios. Hubo un caballero que está involucrado en esto que estaba siendo entrevistado. Y le hicieron algunas preguntas muy profundas y él respondió: “bueno, yo no soy teólogo, entonces, no sé de eso.” Bueno, usted debe conocer lo suficiente como un teólogo para saber de eso.

Estoy muy preocupado por esfuerzos por buscar la moralidad que no están basados ni dirigidos por la teología, porque no tienen el motivo correcto. Usted escucha que la gente dice todo el tiempo: ‘bueno, tenemos que proteger a nuestros hijos’. Bueno, eso es el algo razonable. Ese no es el motivo más elevado para lo que hacemos. Mi objetivo al proclamar la Verdad no es proteger a mis hijos, esa es mi responsabilidad delante de Dios. Y lo haré. No estoy tratando de crear un ambiente nacional que de alguna manera va a incubar a mis hijos. Se oye bien. Pero mi motivo es la gloria de Dios y la honra de Dios. Y algunas veces estoy tan inmerso, consumido con el honor de Dios que me siento muy cómodo en orar como David y lo hizo: “mata a todas las personas malas, Dios, mátalos a todos porque están deshonrando Tu nombre y son impíos y son nuestros enemigos y para Tu propia gloria.” Es como la gente en el capítulo 6 de Apocalipsis, bajo el altar, “¿hasta cuándo, oh Señor vas a dejar que esto siga antes de que Tú lo detengas y seas glorificado?” Si usted no conoce teología, usted está fuera de control. Este es un movimiento que podría usar algunas inyecciones bastante serias de teología sana.

Cuarto la aplicación de la inclusividad.  Y esta es una muy importante- crea uniones impías en la que los incrédulos y los enemigos del Evangelio son bienvenidos. Son bienvenidos. Usted puede encontrar a muchos no cristianos que estarán de acuerdo con que deberíamos tener un país más moral, ¿verdad? Usted también podría incluir a los musulmanes en eso. También ciertamente podría incluir a los mormones, hay mucho de eso. Involucrar a los católicos romanos. Usted puede involucrar a los judíos, aquellos que son ortodoxos, comprometidos con el Antiguo Testamento. Entonces, ahora usted tiene una alianza como la de los evangélicos y católicos juntos con el propósito de crear una moralidad cultural. Usted crea estas uniones impías y usted hace exactamente lo que 2 de Corintios 6 dice que no haga, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? …Salid de en medio de ellos, y apartaos.”

Pero, ¿qué sucede? Usted está tratando de alcanzar algo mediante el sistema legal o mediante el sistema de las Cortes o mediante la presión política o mediante la intimidación de medios masivos de comunicación y para que su poder se incremente a un nivel en donde usted puede ejercer presión en la sociedad, usted abraza a personas que están de acuerdo con usted en este tema. Usted se involucra con otras personas que son antiaborto, anti homosexual, anti eutanasia, quienes están en contra de la pornografía y usted une a todos y usted va a alcanzar esto con estas personas y algo sucederá de manera inmediata y es lo siguiente: el Evangelio es oscurecido, porque si usted proclama el Evangelio en ese ambiente, usted hará que explote su organización en la que usted pasó tanto tiempo y dinero en unir. El Evangelio entonces se volvería destructivo.

Quinto, la aplicación de la selectividad. Este esfuerzo por buscar la moralidad cultural se vuelve selectivo al escoger qué pecados atacar. Se vuelve muy selectivo en cuanto a los pecados que ataca. Yo no noto que realmente confronten fuerte el orgullo, ¿usted? No veo que se realice un esfuerzo religioso fuerte en la derecha religiosa en contra del materialismo. No he visto un esfuerzo fuerte inclusive en contra del divorcio. De hecho, rara vez dicen algo en contra del adulterio. Realmente están en contra de la homosexualidad, eso es tan horrible y anormal. Realmente, están en contra de la pedofilia, eso es anormal, horrendo. Están en contra de matar bebés, eso es seguro. ¿Quién se puede imaginar hacer eso? Están en contra de la inmundicia y la pornografía. Y hay cierta satisfacción en su moralidad. Por eso, hay muchas cosas de las que no hablan.

En un punto en Estados Unidos el promotor más grande de la derecha religiosa, el vocero nacional, un político bien conocido, mientras que él estaba confrontando esto en Estados Unidos, estaba también involucrado con una mujer que no era su esposa. Es algo selectivo. Y permítame colocar el dedo donde el realmente necesita estar. No enfrenta el peor pecado en el mundo. El peor pecado en el mundo.

Usted pregunta si sé cuál es el peor pecado en el mundo. Claro. Y usted también lo sabe. Usted sabe cuál es el peor pecado en el mundo. ¿Usted no cree que lo sabe? Claro que sí. ¿Cuál es el más grande mandamiento? ¿Cuál es el mandamiento más grande? “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas. Por lo tanto, ¿cuál es el pecado más grande? Quebrantar ese mandamiento. ¿Cómo está usted? Usted ha cometido el pecado más grande.

¿Quiere usted hablar de moralidad? Hablemos de eso. ¿Quiere hablar del pecado? No seleccionamos los cinco que podemos atacar fácilmente porque usted sabe, no cometemos esos cinco. Hablemos del hecho de que usted ha quebrantado el mandamiento más grande y por lo tanto, ha cometido el pecado más grande que cualquier ser humano puede cometer y ése es el pecado que lo envía a usted al infierno eterno. Usted no ha amado al Señor su Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Y como R.C. Sproul dijo en una ocasión: “usted sabe que usted no ha guardado ese mandamiento en ningún momento en su vida durante cinco segundos.” Usted no puede guardar ese mandamiento. Es imposible.

Bueno, hablemos de eso. Si usted quiere condenar la moralidad de Estados Unidos, entonces condenemos a la nación entera por no amar a Dios. Y ése no sólo es el primer y más grande mandamiento, ése es el resumen de los mandamientos.

Sexto, la aplicación de la hostilidad.

Este asunto de moralidad cultural es peligroso porque hace de aquellos a quien se nos manda a amar, a alcanzar de manera amorosa con el Evangelio, los convierte en el enemigo en lugar de que sean el campo misionero. ¿Se han dado cuenta de eso? Los incrédulos, la gente inmoral, los que están en la pornografía y los homosexuales y los que están en el aborto y cualquier otra persona se vuelve objeto de odio. Se vuelven los enemigos. No son los enemigos. Son el campo misionero. Son el campo misionero. Pienso de nuevo en Jonás. Los ninivitas eran personas miserables. Digo, realmente estaban mal. Ellos eran paganos. Ellos mataban a sus enemigos y apilaban sus cráneos en pirámides. Ellos llenaban ríos de cadáveres. Cubrían pilares en edificios con la piel que quitaban de un gobernante conquistado. Eso es algo horrendo. Impíos, aborrecedores de Dios, enemigos de Israel y Dios le dice a Jonás: “Jonás, ve a predicarles.” Él dice: “Ah… no lo voy hacer.” Y él se dirige a más de 3000 km en la dirección opuesta. Ese es un pensamiento repulsivo, ¿predicar perdón a un ninivita?

Él era un racista, Jonás lo fue. Y él era un legalista. Él no quería que ninguno de estos gentiles impíos, miserables a quienes él había crecido odiando, fueran perdonados.

Siempre quiero asegurarme de que los pecadores en mi mundo sepan que yo los amo lo suficiente como para ofrecerles el perdón. Nunca quiero que piensen que yo los odio. Hay un odio santo del pecado y el pecador. Pero Jesús inclusive podía llorar por ellos. Y también nosotros debemos llorar por ellos.

Bueno hemos visto como Lot con su moralismo complicó la situación. En realidad, fue perseguido y atacado porque en su defensa no defendió al Dios verdadero sino sus costumbres morales. Y es que este tipo de moralidad trae persecución y odio de cristianos por las razones equivocadas. Como sabemos los cristianos están siendo condenados en los medios masivos de comunicación, están siendo perseguidos por las razones equivocadas, no porque estamos predicando el Evangelio. Primera de Pedro 4:14 dice: “si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados.” La gente que se llama a sí misma cristiana en la actualidad está siendo vituperada por el mundo por sus posturas políticas y por su enemistad y hostilidad hacia la gente quien es la gente a quien debemos alcanzar.

Por otro lado, este esfuerzo por buscar la moralidad no entiende la ira de Dios… No entiende la ira de Dios. En Romanos 1 se nos dice que cuando Dios está enojado, airado en contra de una nación que se ha vuelto contra Él, cuando ellos, habiendo conocido a Dios no lo glorificaron como a Dios, ¿se acuerda de eso? Cuando Dios está enojado en contra de una nación que ha tenido la Verdad y le han dado la espalda a la Verdad, dice tres veces, los entregó, los entregó, los entregó. Esa es una forma del juicio de Dios. Él los entregó a la inmoralidad sexual, en primer lugar, Él los entregó a la homosexualidad en segundo lugar, Romanos 1; y después, Él los entregó a una mente reprobada, inútil, torcida.

Vemos a nuestra nación, vemos cómo la inmoralidad sexual está por todos lados, vemos cómo la homosexualidad está por todos lados y vemos la mente reprobada por todos lados. Esto es evidencia de la ira de Dios. ¿Puedo yo, mediante mi esfuerzo político, revertir la ira de Dios? No sé lo que Dios está haciendo en el mundo, pero se cuál es mi mandato. Mi mandato tiene que ver con el Evangelio y únicamente el Evangelio.

Bueno, en resumen, el moralismo confunde y no entiende la prioridad para los cristianos en el mundo. Representa de manera equivocada el mensaje divino de que el hombre moral o inmoral está condenado y debe ser salvo y sólo puede ser salvo mediante creer en el Evangelio. Y recuerde esto: fueron los judíos eran muy morales, muy religiosos, que eran muy quisquillosos por guardar estándares justos quienes se unieron a los romanos idólatras inmorales, desfilando sus pecados y juntos, mataron a Cristo. Es gente muy moral la que está tratando de matarnos… Volando aviones y chocándolos contra los  edificios.


[1] https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/cuidado-con-el-moralismo/

[2] https://www.gracia.org/library/sermons-library/GAV-80-257/los-peligros-mortales-del-moralismo

Abiertos a la voz de Dios

Efatá!… “Que significa ¡Ábrete!” – EL RINCONCITO DE LA PAZ Con Noemí Greer

“…Efatá: sé abierto…”

Marcos 7:31-34

En la narración que tomamos en cuenta hoy se destaca que el Señor está en territorio gentil. Marcos menciona algunas de las ciudades y regiones que visitó, lo que le llevaría varias semanas o incluso meses, pero de todo lo que ocurrió en ese período, el evangelista sólo recoge la curación de un sordomudo. Marcos nos explica con cierto detalle la ruta que siguió Jesús: salió de la región de Tiro, pasó por Sidón, a unos cuarenta y cinco kilómetros al norte, volvió luego hacia el sur, y pasando a lo largo de la costa oriental del mar de Galilea, llegó a la región de Decápolis. Notemos que nos dice por dónde fue, pero no a dónde iba. De hecho, parece que iba dando rodeos. Todo esto nos hace pensar que no buscaba llegar a un lugar concreto, sino que su propósito era otro, seguramente tener un largo período de comunión con sus discípulos en el que pudiera dedicarse a instruirles acerca de su Persona y misión, antes de que se desencadenaran los acontecimientos finales que le llevarían a la cruz. Si este era el propósito del viaje, podemos decir que finalmente dio fruto, tal como veremos en el próximo capítulo, cuando Pedro hace el gran descubrimiento de que Jesús es el Mesías. (Marcos 8:27-29).

En el pasaje podemos encontrar muchas enseñanzas con respecto a escuchar la voz de Jesús, o también a recuperar nuestra capacidad de oír nuevamente la voz de Dios.

Lo primero que quisiera hacer es establecer las condiciones del evento. ¿Qué sucedió? ¿Qué cambió? Y finalmente ¿Qué se aprendió?

Como lo dije anteriormente hay varios problemas que condicionan la vida de este sordomudo.

Primero hablamos de ¿qué sucedió? Y la palabra que resume es un estado de carencia. El término carencia se refiere a la falta o privación de algo. Se trata de un concepto que proviene de la lengua latina (carentĭa). El verbo carecer, del latín carescĕre, significa tener falta de algo. ¿qué había perdido este hombre en el caminar de su vida?

Primero había perdido su movilidad.  Se refleja en la expresión “le trajeron”. Parece ser que su vida era conducida por otros y no por sus propias capacidades o decisiones. Da la idea de que estas personas que le traían eran las que tomaban las decisiones por él. Ahora el que ellos condujeran su vida no es necesariamente malo. Ya que lo acercan a Jesús. Sin embargo, el problema de la dependencia aún en cosas buenas es que normalmente uno termina rindiendo su voluntad al que le domina. La idea del verbo “trajeron” da la idea de fuerza, pero a la vez de carga y molestia. Es muy probable que no había sido muy agradable lidiar con una persona. Nunca es algo agradable batallar con una minusvalía en la casa. Se llega a cansar de la anormalidad. Es importante ver que traen a este hombre como una última alternativa no sólo de la sanidad de él sino del alivio de la carga de los que lo trajeron. Me imagino que Dios no condena la actitud de cansancio ante la atención de alguien que se convierte en una carga para una familia. Es curioso que este incidente solo aparece en Marcos. Otro de los detalles de Marcos con tono dramático. Segundo había perdido su habilidad. Dos realidades se habían perdido aquí. Una realidad auditiva y una realidad comunicativa. Ambas estaban relacionadas, pero una era una carencia física y otra era resultado de la carencia física. Por qué debemos entender que, en cuanto al enfermo, el evangelista nos dice que era sordo y tartamudo.

La expresión sordo en el texto griego es la palabra “kofos” se puede traducir como embotado, aburrido o cargado. El uso de esta palabra no sólo describe la situación auditiva sino el estado de ánimo del sordo. Y es que hay un vínculo emocional con respecto a la imposibilidad de oír. Pero por otra parte dice el texto que “era tartamudo”. Marcos utiliza la palabra “mogilalos” que se puede traducir “apenas hablar”. Pero también da la idea de alguien que tiene la voz hueca y ronca.

Tercero había perdido su realidad. Normalmente los mudos no saben expresarse por no haber podido oír hablar a otros, y no porque tengan ningún defecto en los órganos del habla. Este era el caso de este hombre del que Marcos nos dice que tenía un habla defectuosa. Podemos imaginarnos las dificultades que tendría para poder comunicarse con otros, los peligros a los que estaría expuesto al no poder escuchar, la desesperación que su estado le produciría cuando estuviera en medio de la gente y no supiera lo que estaba ocurriendo. ¿Cómo interpretaría cualquier cosa que ocurriera a su alrededor? En muchos casos hemos podido comprobar cómo toda esta frustración que frecuentemente sienten los sordomudos, los lleva a la desconfianza y el apartamiento. Cuarto había perdido su sensibilidad. Hay dos palabras importantes al final del versículo 32. La primera es “le rogaron” y la segunda es “pusiera”. La primera expresión “rogaron” es la palabra “parakaleo” en el texto griego. Esta expresión se debería traducir como hablar, convencer o exhortar. Es la idea de una petición que sugiere ya la indicación de lo que se debe hacer o se quiere. Es decir, el ruego de esta gente es un ruego que indica que en su mente y sus planes ya saben o sugieren que se debe hacer a Jesús. No es que la gente no rogara, pero es un ruego impositivo que le dicta a Dios las soluciones. Pero por otro lado está la expresión “pusiera la mano encima”. Esta expresión refleja una falta de sensibilidad a la voluntad y libertad de Dios a actuar como quiera en nuestras vidas. Son nuestros paradigmas impuestos a lo que Dios debe hacer. Es decir, una pérdida de sensibilidad de nuestras motivaciones y nuestras metodologías.

Los amigos del sordomudo estaban convencidos de que Jesús podía y querría sanarle, pero llegaron demasiado lejos al decirle al Señor cómo debía hacerlo. Tal vez habían escuchado en alguna ocasión anterior que Jesús había realizado sanidades poniendo la mano encima de la persona, y creyeron que esta era la manera en la que debía hacerlo con su amigo. Pero es una equivocación limitar la forma que el Señor tiene de obrar con las personas. De hecho, Jesús no aceptó sus indicaciones, y trató con el sordomudo de una forma única.

No debemos olvidar que el Señor es soberano en sus métodos y que cada persona tiene unas necesidades diferentes. En ocasiones, al querer determinar al Señor en su forma de proceder con nosotros, podemos perder sus bendiciones. Recordemos como un ejemplo de esto a Naamán el sirio (2 R 5:10-14).

En realidad, nosotros mismos podemos decir también que el Señor trata con cada uno de nosotros de formas muy diversas, y siempre de una manera muy personal. Por lo tanto, nunca deberíamos decirle al Señor los métodos que él debe utilizar al contestar nuestras oraciones, estando seguros de que su propio método es siempre el mejor.

Ahora que podemos aprender para nuestra realidad personal y eclesial hoy.

En cuanto a nuestra vida personal y su movilidad. ¿De quién depende usted para acercarse a Dios? Depende de que otros lo lleven, o lo busca personalmente. Su vida es una vida que debido a sus propias limitaciones son un carga para los demás. Como lo insinúa la frase en griego con respecto a la sordera y tartamudez. El hecho de que usted no desarrolle una espiritualidad propia automáticamente carga a otros y les quita oportunidades de acercarse y vivir su propia espiritualidad. ¿Si yo no desarrollo mi espiritualidad como cristiano debo preguntarme a quien le estoy delegando esa responsabilidad? Bueno por lo general al pastor.

En cuanto a nuestra vida personal y su habilidad.

Una cosa importante que debe entender es que si usted ha dejado de hablar el mensaje de Dios su problema no es de hablar sino de oír. Si usted ya no puede decir las verdades de Dios, es muy probable que no está en su boca sino en su oído. Ha perdido la voz de Dios. Si su vida es reducida a su propio mundo con sus propios pensamientos probablemente está padeciendo de sordera espiritual. Si usted ha perdido su habilidad espiritual, simplemente pregúntese si está oyendo a Dios.

En cuanto a nuestra vida personal y la realidad. ¿A qué realidad está expuesta su visión?  ¿Centrada en su propia vida y mundo como la de un sordo? ¿Sólo para adentro, para sus introspecciones y vidas internas? O estamos dispuestos a que Jesús rompa nuestra sordera y nos enfrente con la realidad más allá de nuestras pobres percepciones.

En cuanto a nuestra vida personal y la sensibilidad espiritual. Nuestras teologías, nuestras fórmulas espirituales han sido impuestas a la voz de Dios. No hemos sido sensible a su voz, debido a que pensamos que ya sabemos cómo Dios puede actuar y no le damos libertad a romper nuestros paradigmas.

En segundo lugar, la pregunta que nos hacemos es ¿qué cambió? Y la palabra que pienso que nos puede vincular es experiencia. Si notamos el sordomudo va a experimentar una nueva dimensión hace que su vida cambie. Por lo menos estas experiencias a las que fue sometido hicieron más accesible al ciego, más sensible y más tangible su vida. Empecemos primero por su experiencia accesible. El diccionario dice de accesible: “Que tiene un buen acceso, que puede ser alcanzado o al que se puede llegar”. Jesús conocía muy bien tanto las necesidades físicas del sordomudo, como las emocionales. Sabía que este hombre no podía escuchar, ni tampoco hablar correctamente, y, por lo tanto, se sentiría muy incómodo siendo el centro de atención en medio de una gran multitud. Así que Jesús decidió apartarse con él lo suficiente como para tratar el problema tranquilamente. En todo esto el Señor manifestó la sensibilidad que le caracterizaba, evitando que el enfermo se sintiera humillado o avergonzado. Al mismo tiempo, al separarlo de las otras personas, Jesús estaba destacando que su sanidad y salvación era un asunto íntimo y personal. Simplemente lo mismo a sucedido en este tiempo de pandemia, Dios quiere que su iglesia esté más accesible a los lugares que Dios quiere llevarlo, y a las pláticas íntimas que el quiere darnos. Pero quiere una iglesia que salga de la palestra de la farándula, que no es un espectáculo sino una relación íntima personal.

En segundo lugar, por su experiencia sensible. Por otro lado, la reserva que aquí se observa se debía en parte al deseo de evitar entusiasmos y en parte para conseguir que el sordomudo le prestara atención. Este no podía oír lo que Jesús le decía. Así, Jesús puso sus dedos en los oídos del hombre, escupió, y tocó su lengua. No había, naturalmente, poder en la saliva, y no está claro por qué la empleó Jesús. La saliva era considerada por algunos como medicinal, y era empleada por los exorcistas en sus encantamientos. Si esto era una concesión a la torpeza del hombre, es algo que no se sabe. Pero todo servía para mostrar al pobre hombre que Jesús lo sanaba a su propia manera. Por otro lado, nosotros vemos el método de Dios desde la perspectiva de que no somos sordos, pero Jesús está actuando para un sordo y sus métodos son de identificación para él, y por eso nos parecen extraños.

En tercer lugar, una experiencia tangible. Volviendo al sordomudo, también encuentro además de una ruptura a la voz de paradigmas, una reapertura de la voz de Dios. El pasaje dice que le tomo aparte. La reapertura a la voz de Dios consiste en dejarnos trabajar por Dios. Este trabajo de Dios involucra primero llevarnos a otro sitio del convencional. Dice el texto que le “tomó aparte”. Lo llevó a otro sitio para alejar las voces que no eran importantes y podían distraer al sordo, pero que también pudiera identificar la primera voz que oía en su vida como la voz de Jesús. Lo llevó aparte para evitar distracciones. Lo llevó aparte para que apreciara la voz de Jesús como la única y primera voz en su vida. Es volver a disfrutar de la voz de Dios por encima de las otras voces. Distracción, apreciación de la voz de Jesús. Me imagino que debió haber sido una extraordinaria experiencia para este hombre, que la primera voz que escuchó es la de Jesús. ¿Cómo hacer nuevamente la voz de Jesús una experiencia de novedad, de riqueza y de primacía en la vida mía? Sé que Dios tiene diferentes acciones, pero ¿cómo se logra?

No sólo lo llevó aparte, sino que, de alguna manera, supo dónde estaba el verdadero problema. Los oídos. ¿Por qué le mete los dedos en los oídos? ¿Qué debe introducir en mi vida para que empiece a experimentar que Dios quiere hablarme? Sus dedos a veces me parecieran agudizar mi experiencia de necesidad. Pienso que el poner los dedos harían oír mucho menos al sordomudo. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué haces eso? ¿Por qué a veces tu presencia viene como agravar mi necesidad, pero simplemente estoy en el proceso de una sanidad y de un gran milagro en mi vida? Por otro lado, los dedos no sólo agudizan el problema de oír, sino que la escupida es realmente algo un poco fuera de los estándares que esperamos. Pienso que los métodos de Dios no son finos y elegantes. No respetan protocolos humanos. Es un accionar espontáneo, y que utiliza los recursos básicos y naturales que tenemos para ejecutar las obras del reino de Dios en nuestras vidas.

Es volver a lo básico, a lo elemental y lo sencillo. No se necesitan grandes recursos, ni grandes doctrina sólo una escupida y los dedos son elementos que tenemos en nuestro mundo. La influencia no depende de los grandes recursos que tengamos sino de los recursos de Dios.

Ahora pasemos de ¿qué sucedió? Que se vincula a carencia a ¿Qué cambió? Que se vincula con la experiencia a una tercera pregunta ¿qué se aprendió? Y la palabra que se vincula con esta pregunta es trascendencia.

La forma en la que el Señor le sanó nos resulta un tanto extraña, pero esto es porque no logramos pensar ni sentir como el sordomudo. Al no poder expresarse correctamente, aquel hombre tuvo que usar gestos. Podemos imaginarnos sin dificultad que señalaría sus oídos para indicar a Jesús que no podía escuchar lo que le decía, luego señalaría su boca o lengua para darle a entender que tampoco podía hablar, y finalmente haría algún tipo de gemido para pedir la ayuda del Señor.

Si este fue el caso, Jesús lo que estaría haciendo sería responder a su petición por medio de gestos similares a los que él había hecho. Seguro que el sordomudo le estaba entendiendo. Era como el lenguaje de signos que usan los sordos en la actualidad.

Me encanta ver que la manera en que Jesús actúa es a través de gestos. Y es que por un lado el uso de gestos para mostrar su obrar es más fuerte que una palabra o un discurso. ¿Cuáles son los gestos que la gente necesita ver en nosotros para que crean que Jesús obra a través de nosotros?

Primero un gesto de visión. Si ustedes observan me encanta la expresión “levantando los ojos al cielo.” Lo curioso de esta frase es que se puede traducir como “llevar la vista” o recuperar el objetivo de la visión”. Me parece interesante que es un reenfoque de donde procede nuestra autoridad y fuente de bendición. Es decir, elevó su mirada al cielo, para indicar que la ayuda que el sordomudo necesitaba había de venir de Dios y que Jesús actuaba en unión con él.

Cuando nos vamos a dar cuenta como creyentes y como iglesia que el asunto no es de nosotros, que no somos los actores principales de la historia de Dios en este mundo. Dependemos de lo que el cielo nos de y autorice y no de nuestra propia soberbia y recursos.

Segundo un gesto de compasión. La expresión tiene que ver con tomar aire nuevamente, inflar, dolor de parto. El Señor gimió, mostrando el profundo dolor que su alma sentía por la carga tan terrible de sufrimientos que los hombres llevan sobre sí a causa del pecado. La escena es realmente reconfortante, porque nos recuerda que tenemos un sumo sacerdote que se compadece por nosotros mientras intercede ante el trono del mismo Dios en el cielo. No sólo vemos como sufren sino que es una iglesia que sufre con los que sufren. Los gestos de amor, de misericordia, de autoridad, que somos portavoces de la voz de Dios, que curamos la sordera espiritual. Lo mismo tiene que ver con la puntualidad de ubicar los lugares donde hay necesidad. Por eso toca la lengua también. Era necesario que supiera que Jesús sabía que le dolía y donde estaba afectado. Necesitamos una iglesia que toque las verdaderas necesidades de la gente, que no se vaya por la periferia, que simplemente pueda por medio de los gestos ubicar la necesidad y estar dispuesta a tocarla, por muy “asquerosa” que sea la circunstancia. Digo esto por el hecho de que tocar la lengua no es algo agradable. La compasión es nuestra capacidad de ensuciarnos en el camino al reino de Dios.

Otra de las palabras arameas de Marcos preservada y transliterada y luego traducida al griego. «Ábrete». Jesús lanzó un hondo suspiro (estenaxen) al mirar arriba hacia el cielo, y pronunciar la palabra efatá. Por la causa que fuera, sintió una tensión nerviosa en este complejo caso (sordo, mudo, endemoniado) que no podemos comprender plenamente.

Así que miró al cielo, e hizo una oración sin palabras, para indicar que la ayuda venía de arriba, de su Padre celestial. Jesús suspiró, gesto que se identifica con un anhelo intenso, y compasión. Las penas del hombre eran también sus penas.

Tercero, un gesto de proclamación. Ahora Jesús pasa a un gesto audible, y no sólo visible. Nuevamente el evangelista siente la necesidad de repetir la palabra exacta que el Señor usó, y de hacerlo en la misma lengua que él hablaba, el arameo (Marcos 5:41). Como ya hemos señalado, los discípulos estaban apartados del Señor y el sordomudo, pero no lo suficiente como para dejar de ver lo que Jesús hacía y aun de alcanzar a escuchar esta palabra que produjo un efecto perdurable en sus mentes: «Efata», «sé abierto». Así que, dado que el sordomudo todavía no podía oír, lo más probable es que esta palabra fuera dicha para beneficio de los discípulos, que como luego comentaremos, sí que estaban muy necesitados en aquellos días de que el Señor abriera sus oídos y sus mentes para poder llegar a entender lo que quería enseñarles. Debemos retomar la responsabilidad de una proclamación primero apegada al original de Dios. Porque Jesús usó una palabra en su idioma original. Pero también una que sirva de una interpretación fiel a es original, capaz de traducir en términos entendibles a la audiencia. Porque Marcos traduce la expresión no la deja en un mensaje incomprensible para la realidad de su audiencia.

Cuarto un gesto de solución. Me encanta que el texto dice: “al momento”. Eso implica gran relevancia para el momento que este hombre estaba viviendo. Nuestro mensaje es actual, es para las necesidades que nos enfrentamos en el momento crucial de nuestras vidas. Somos gente que aporta solución para el momento real, que aporta sanidad. Somos gente que abrimos, las puertas que parecen imposibles. Pero también somos gente que desatamos las ligaduras que impiden que el hombre pueda expresar bien la obra de Dios. Seguimos a un Jesús que “bien lo ha hecho todo”. Eso implica aun las cosas que nosotros consideramos que no son buenas para nosotros.

Quinto un gesto de sumisión. Tanto más ampliamente lo proclamaban ellos. La naturaleza humana es algo peculiar. El mandato a no difundir provocó a esta gente a hacer exactamente lo que había hecho el leproso (Marcos. 1:44ss.). Cuanto más Jesús les ordenaba que no lo contaran, tanto más lo difundían. Las prohibiciones siempre afectan a la gente de esta manera, especialmente a las personas superficiales y ligeras. Pero tenemos que tener o prohibiciones o anarquía. Ya hemos comentado en varias ocasiones que Jesús nunca quiso llamar la atención sobre sí mismo con sus grandes milagros de sanidad. Estos debían servir como credenciales de que él era realmente el Mesías anunciado por los profetas (Isaías 35:5-6), y expresar también la compasión y el amor de Dios para con la humanidad perdida. Por esta razón, Jesús hizo constantes esfuerzos para evitar que se le conociera como un «obrador de milagros». Su misión y ministerio iba mucho más allá de hacer milagros. Él buscaba la fe de las personas en su Persona y Palabra. Por otro lado, cada vez que se desataba su popularidad entre las multitudes, ésta se volvía incontrolable y amenazante, porque como ya hemos visto, la euforia de las masas no obraba de acuerdo a los planes de Dios en cuanto al establecimiento de su Reino y la necesidad de la Cruz. Esta fue la razón por la que Jesús mandó a la gente que no hablasen del milagro a nadie. Pero la naturaleza humana es muy peculiar; el mandato de no difundir lo ocurrido, provocó a la gente a hacer exactamente lo opuesto. Curiosamente, las prohibiciones suelen afectar a la gente de esta manera. Y aunque podemos entender que debió ser muy difícil callar algo tan grande y hermoso, la desobediencia nunca se puede justificar. Nosotros, en contraste, a pesar de haber sido mandados por el Señor a predicar el evangelio por todo el mundo, y a contar lo que él ha hecho en nuestras vidas, muchas veces callamos cuando deberíamos hablar.

Quiero que para finalizar podamos replantear algunas ideas que vienen de la pregunta ¿qué se aprendió?

Primero quiero referir su atención a la expresión en arameo de “efatá”. Es una expresión que refleja la autoridad de Dios. Pienso que este mensaje es el mensaje para la iglesia que sale de la pandemia. Un mensaje a desatar nuestra sordera y nuestra ligadura de boca.

La primera llamada a ser abierto es a entender que el cristianismo es una forma de vida, no una serie de reuniones religiosas.

Antes de que se les llamara cristianos, a los seguidores de Cristo se les llamaba «El Camino». Una de las razones era que literalmente habían encontrado el camino de vida. La naturaleza de la iglesia no se refleja en una serie constante de reuniones religiosas dirigidas por clérigos profesionales en lugares santos especialmente reservados para experimentar a Jesús. Muy al contrario, es la forma profética en la que los seguidores de Cristo viven cotidianamente sus vidas en el entorno de familias espirituales como respuesta vivida a las preguntas que hace la sociedad, en el lugar en el que más cuenta, sus hogares.

2. La segunda llamada a ser abierto es que ha llegado la hora de cambiar el sistema «categoga».

Las iglesias históricas Ortodoxa y Católica Romana desarrollaron y adoptaron, en el siglo IV después del período de Constantino, un sistema religioso basado en dos elementos: Una versión cristiana del templo del Antiguo Testamento (la catedral), y un modelo de la adoración que se hizo común después de la sinagoga judía. De esta forma adoptaron, como el patrón fundamental que habría de continuar en el futuro, un molde que daría forma a las reuniones cristianas y a la adoración, pero que ni había sido revelado por Dios de forma expresa, ni le había dado su visto bueno durante el tiempo del NT. De esta forma surgió la «categoga», conectando la mentalidad de «casa de Dios» con la sinagoga (catedral-sinagoga). El sistema de «categoga» fue bautizado con la filosofía griega pagana, quien separó lo sagrado de lo secular, y comenzó a desarrollarse en la peor época de la cristiandad, perdiendo la mayor parte de su energía para transformar la sociedad, e induciendo a la iglesia a permanecer absorta consigo misma durante los siguientes siglos. La Iglesia Católica Romana llegó a canonizar el sistema, Lutero reformó el contenido del evangelio, la doctrina, pero dejó intactas las formas y estructuras de la «iglesia». Años después. Las llamadas «iglesias libres» separaron a la iglesia del estado, y entonces llegaron los Bautistas y la bautizaron, después los Cuáqueros la limpiaron en seco, más tarde el Ejército de Salvación le puso un uniforme, a continuación, los Pentecostales la ungieron y los carismáticos la renovaron, pero hasta el día nadie ha cambiado realmente el sistema.


3. La tercera llamada a ser abierto es que creo que estamos entando en una Tercera Reforma.

Al redescubrir el evangelio de salvación por la sola fe y la sola gracia. Lutero empezó a reformar la iglesia a través de una reforma de la teología. En el siglo XVIII, por el movimiento de la renovación pietista, sucedió una recuperación de la intimidad con Dios, que llevó a la iglesia a una reforma de la espiritualidad, la Segunda Reforma. Ahora Dios está tocando a los mismísimos odres, iniciando una Tercera Reforma, la de las estructuras.

4. La cuarta llamada a ser abiertos es que debemos pasar de casas = iglesia a iglesias en las casas.

Desde los tiempos del Nuevo Testamento no ha habido nada a lo que se le pueda llamar «casa de Dios». Pagando con su propia vida, Esteban nos recuerda: Dios no habita en templos hechos con manos humanas. La iglesia es el pueblo de Dios. Por lo tanto, la iglesia estaba y sigue estando donde se encuentra la gente, esto es, en los hogares, en casas comunes y corrientes. Es allí donde los que pertenecen al pueblo de Dios comparten sus vidas en el poder del Espíritu Santo, tienen verdaderas reuniones ágapes, es decir, comen cuando se reúnen; a veces no dudan en vender alguna propiedad privada para compartir bendiciones materiales y espirituales; se enseñan unos a otros cómo obedecer la palabra de Dios en el contexto de situaciones de la vida real, en una forma dinámica, con mucho diálogo, y no a través de unas clases teóricas dictadas por un profesor. Oran y profetizan juntos, se bautizan unos a otros, y llegan a despojarse de sus hipócritas máscaras confesando públicamente sus pecados, obteniendo así una nueva identidad como cuerpo a través del amor, la aceptación y el perdón.

5. Una quinta llamada a ser abierto es que la iglesia tiene que volverse pequeña para poder crecer a lo grande.

Muchas iglesias de hoy son sencillamente demasiado grandes como para poder ofrecer a sus miembros una comunión verdadera. En realidad, se han convertido en «comuniones sin comunión». La iglesia del Nuevo Testamento estaba formada por grupos de entre y personas. No crecía por el hecho de formar grandes congregaciones de 300 personas que llenasen una catedral y perdiesen el contacto personal de una comunión íntima. Al contrario, se multiplicaba de forma «horizontal» al dividir los grupos como se dividen las células orgánicas, una vez que esos grupos crecían hasta alcanzar las 15 o 20 personas. Esto hacía posible que, en ocasiones, todos los grupos que había en una ciudad se juntaran en una sola celebración, como en el atrio del Templo Salomón en Jerusalén. Nuestra iglesia congregacional tradicional tal y como la conocemos no es, en comparación, ni grande ni íntima, más bien es un intento fallido, una iglesia casera anormalmente grande y una celebración raquíticamente pequeña, lo que hace que carezca de la dinámica de ambas. 

6. Una sexta llamada a ser abierto es que ninguna iglesia debe ser dirigida por un solo Pastor

La iglesia local no está dirigida por un pastor, sino supervisada paternalmente por un
anciano, una persona con sabiduría que está conectada con la realidad que les rodea. Entonces las iglesias locales establecen vínculos entre sí a través de una rotación combinada de ancianos y miembros de lo que se conoce como los cinco ministerios (apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros) los cuales circulan «de casa en casa», como circula la sangre por el cuerpo. Los ministerios apostólico y profético tienen el papel especial de poner los fundamentos (Efesios 2:20; 4:11, 12). Un pastor (no en el sentido de título que uno posee, sino de alguien que ejerce
por sus dones y llamamiento cuidado pastoral), es un miembro importante del equipo, pero no puede asumir más que una parte de toda la tarea de «capacitar a los santos para la obra del ministerio», y tiene que ser complementado sinergéticamente por la acción de los otros cuatro ministerios para que funcione de una forma apropiada.

7. Una séptima llamada a ser abierta es entender que las piezas correctas, están ensambladas de manera equivocada.

Para hacer un puzzle, tenemos que ensamblar las piezas de acuerdo con un modelo
original, porque si no, lo que obtenemos, la imagen final, no encaja, y las piezas no tienen ningún sentido. En el ámbito cristiano tenemos las piezas correctas, pero las hemos ensamblado de forma equivocada, quizá por miedo, o tradición, o celo religioso y una mentalidad de poder y control. De la misma manera en la que el agua existe en tres estados: sólido (hielo), líquido (agua) y gaseoso (vapor), de igual manera se encuentran hoy en día los cinco ministerios que se mencionan en Efesios 4:11, 12; los apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros, pero no siempre en la forma correcta ni en el lugar apropiado. A menudo están congelados en el rígido
sistema del cristianismo institucionalizado, o permanecen como agua cristalina, o se han evaporado en el liviano aire de ministerios que van por libre o de iglesias «independentistas» que no le dan cuentas a nadie. Igual que para regar flores lo mejor es el estado líquido del agua, estos cinco ministerios de capacitación tendrán que transformarse en nuevas (pero a la vez antiguas) formas, para que la totalidad del organismo espiritual pueda florecer, y los «ministros» puedan encontrar su lugar y papel apropiados. Ésta es una razón más por la que debemos retornar al diseño original de la iglesia. 

8. Una octava llamada a ser abierto es que debemos procurar más que nunca ser libres de las manos de un clero burócrata y hacia el sacerdocio de cada creyente.
Ninguna iglesia que se considere resultado del Nuevo Testamento puede ser dirigida por un único «hombre santo» profesional que actúa como intermediario de Dios, al estilo de Moisés, y es el que alimenta a una masa de consumidores religiosos pasivos. El cristianismo adoptó este método de las religiones paganas, o, siendo muy benévolos, del Antiguo Testamento. La extrema profesionalización de la iglesia desde la época de Constantino ha sido una influencia profunda desde hace demasiado tiempo, dividiendo al pueblo de Dios de una forma artificial entre laicos inmaduros y un clero profesional, y desarrollando una mentalidad basada en el poder y una estructura piramidal. De acuerdo con el Nuevo Testamento (1Tim. 2:5), «hay un solo Dios, y un
solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre». Es muy sencillo, Dios no quiere que profesionales de la religión se pongan por la fuerza entre él y su pueblo. El velo del lugar santísimo está roto, y Dios permite y quiere que la gente acuda a él directamente, a través de Jesucristo, el único camino. Sin embargo, para que el sacerdocio universal de cada creyente sea una realidad, el sistema que tenemos hoy en día tiene que cambiar por completo. El burocrático es uno de los
sistemas administrativos más crueles, porque sólo hace dos preguntas: ¿sí o no? No deja opción para la espontaneidad y la humanidad, no hay lugar para la vida real. Puede que esto sea bueno para los negocios y la política, pero no para la iglesia. Parece que Dios está empeñado en liberar a su iglesia de la cautividad babilónica de los burócratas religiosos y los espíritus de control, para hacerla de dominio público, poniéndola en las manos de personas normales a las que Dios ha hecho extraordinarias y quienes, como sucedía en el principio, puede que todavía huelan a pescado, a perfume o a revolución.

9. Una novena llamada a ser abierto es a dejar atrás las estructuras organizadas del cristianismo para regresar a las orgánicas.

El «Cuerpo de Cristo» es una descripción vivida de un ser orgánico, no de un mecanismo
organizado. La iglesia, a nivel local, está formada por una multitud de familias espirituales, que se relacionan de forma orgánica como una red. La manera en la que esas comunidades funcionan unidas es una parte integral de todo el mensaje. Lo que se ha convertido en un máximo de organización con un mínimo de organismo, tiene que cambiar a un mínimo de organización para permitir un máximo de organismo. Demasiadas organizaciones han estrangulado, como una camisa de fuerza, el organismo por miedo de que algo pudiera funcionar mal. El miedo es lo opuesto a la fe, y no precisamente una virtud cristiana. El miedo quiere controlar, la fe puede
confiar. Por lo tanto, puede que el control sea bueno, pero la confianza es mejor. Dios ha confiado el Cuerpo de Cristo a personas con una mentalidad de servicio y con el don carismático especial de creer que él todavía tiene el control, incluso cuando ellos no lo están. Lo que necesitamos desarrollar en la actualidad son redes regionales y nacionales basadas en la confianza, no en un nuevo pacto de ecumenismo político, para que puedan volver a emerger las formas orgánicas del cristianismo.

10. Una décima llamada a ser abierto es pasar de adorar nuestra adoración a adorar a Dios.

La imagen que ofrece la mayoría del cristianismo contemporáneo se puede resumir como personas santas que asisten regularmente a un lugar santo en un día santo a una hora santa, para participar en un ritual santo, dirigido por un hombre santo vestido con ropa santa por un sueldo santo. Puesto que esta empresa cuyo enfoque es una presentación pública a la que llamamos «culto de adoración», requiere de un gran talento organizativo y una burocracia administrativa para que funcione bien, es normal que el patrón muy formalizado e institucionalizado se transforme rápidamente en tradiciones rígidas. Estadísticamente, un «culto de adoración» normal de una o dos horas de duración, consume muchos recursos, pero a cambio produce muy poco
fruto en cuestión de discipulado de personas, es decir, de vidas cambiadas. Hablando en términos económicos, es una estructura con un «alto input y bajo output». Tradicionalmente, el deseo de adorar «de la forma correcta» ha llevado a mucho, denominacionalismo, confesionalismo y nominalismo. Esto no sólo pasa por alto el hecho de que a los cristianos se le ha llamado a adorar «en espíritu y en verdad», y no en catedrales con un himnario en las manos. También ignora el hecho de que la mayor parte de la vida se desarrolla en un ambiente informal, y así debe ser también con el cristianismo como forma de vida. ¿Tenemos que dejar de ser grandes actores y comenzar a actuar con grandeza? 

11. Una décimo primera llamada a ser abierto es a dejar de llevar personas a la iglesia y comienza a llevar la iglesia a las personas.

La iglesia está dejando de ser una estructura del tipo «venir», para regresar a ser una estructura del tipo «ir». Como resultado, la iglesia tiene que dejar de llevar la gente «a la iglesia» para comenzar a llevar la iglesia a la gente. La misión de la iglesia nunca se verá cumplida sólo por añadir personas a la estructura existente. Lo que hace falta es nada menos que la iglesia se multiplique espontáneamente en áreas del mundo en las que todavía no se conoce a Cristo. 

12. Una décimo segunda llamada a ser abierto es a redescubrir la Cena del Señor como una comida real con alimentos de verdad.

Las tradiciones de la iglesia han conseguido transformar la Cena del Señor en un ritual
homeopático cargado de un profundo simbolismo religioso, por regla general con unas pocas gotas de vino, un trocito de pan insípido y una cara triste. Sin embargo, al comienzo de la iglesia, la Cena del Señor era en realidad más una comida substancial con un significado simbólico que una comida simbólica con un significado substancial. Dios está restaurando la comida real en nuestras reuniones.

13. Una décimo tercera llamada a ser abierto es pasar de denominaciones a celebraciones de toda la ciudad.

Jesucristo llamó a un movimiento de carácter universal, y lo que vino fue una serie de corporaciones religiosas con cadenas de sucursales, comercializando sus propias «marcas» de cristianismo y compitiendo con las demás. Esta fragmentación en diferentes «marcas» de cristianismo, ha hecho que la mayoría del protestantismo haya perdido su voz en el mundo y no tenga ninguna influencia política, más preocupados con las distinciones tradicionales y las luchas religiosas que con desarrollar un testimonio colectivo frente al mundo. Jesús, sencillamente nunca le pidió a la gente que se organizara en facciones y denominaciones, y Pablo se refirió a ello como algo que no valía para nada, y una señal de inmadurez cristiana. En los primeros tiempos de la iglesia, los cristianos tenían una doble identidad: eran verdaderamente la iglesia de Cristo, es decir, se habían convertido en forma vertical a Dios, y se organizaban en base a su situación geográfica relacionándose con otros creyentes, esto es, se habían convertido de forma horizontal. Esto no sólo significa que los creyentes de una zona se organizan en base a su vecindario o a iglesias en las casas donde comparten sus vidas de forma local, sino que también se reúnen tantos como pueden como una sola identidad colectiva para una celebración de toda la ciudad o de una región expresando de esta manera que la iglesia en esa ciudad o región es un solo cuerpo. La autenticidad del cristianismo en los vecindarios junto con la identidad como un solo cuerpo en toda la ciudad o región hacen que la iglesia no sólo sea relevante políticamente, y espiritualmente convincente, sino que le permitirá regresar al modelo bíblico de iglesia metropolitana, es decir, la suma de todos los creyentes nacidos de nuevo en una
ciudad o un área. 

14. Una décimo cuarta llamada a ser abierto es desarrollar un espíritu a prueba de persecución.

Crucificaron a Jesús, el representante de todos los cristianos. Hoy sus seguidores se interesan muchas veces más por títulos, reconocimientos y respetabilidad social, o peor aún, permanecen en silencio y tratan de pasar desapercibidos. «Bienaventurados seáis cuando os persiguieren», dice Jesús. El cristianismo es una sana amenaza al paganismo ateo y malvado, un mundo lleno de concupiscencia, materialismo, celos, toda clase de valores demoníacos en lo referente a la ética, el sexo, el dinero y el poder. El cristianismo contemporáneo en muchos países es demasiado inofensivo y cortés como para que merezca la pena perseguirlo. Pero cuando el cristianismo viva de nuevo en los valores del Nuevo Testamento y, por ejemplo, llame al
pecado por su nombre, la reacción del mundo será, como siempre fue, o la conversión o la persecución. En vez de instalarse cómodamente en los espacios temporales que ofrece la libertad religiosa, los creyentes tendrán que prepararse para ser descubiertos de nuevo como los principales opositores al desarrollo del humanismo, la esclavitud moderna del consumo y la diversión obligada y la adoración absoluta del yo, el centro del universo incorrecto. Ésta es la razón por la que los cristianos deben sentir la «tolerancia represiva» de un mundo que ha perdido sus absolutos y por lo tanto se niega a reconocer y obedecer a su creador Dios con sus valores absolutos. Unido a la creciente ideologización, privatización y espiritualización de la política y la economía, los cristianos tendrán la oportunidad (antes de lo que la mayoría se imagina), de
permanecer acusados junto a Jesús. Tienen que prepararse ahora para el futuro desarrollando un espíritu a prueba de persecución y una estructura más resistente a la misma. 

15. Y una décimo quinta llamada a ser abierto es que la iglesia regresa al hogar.

¿Cuál es el lugar en el que le es más fácil a una persona ser espiritual? ¿Es quizá
escondido tras un gran pulpito, vestido con ropas santas, predicando palabras santas a una masa sin cara, y finalmente desapareciendo en una oficina? ¿Y cuál es el lugar más difícil (y por lo tanto más significativo) en el cual ser espiritual? En casa, con el cónyuge y los hijos, donde todo lo que se dice y se hace se somete automáticamente a un examen crítico para ver si es cierto, donde la hipocresía se puede cribar y la autenticidad se puede desarrollar. Buena parte de la cristiandad ha huido de la familia como marco espiritual, a menudo por ser el lugar de sus propias derrotas espirituales, y ha montado actuaciones artificiales en edificios sagrados que no tienen nada que ver con la atmósfera de la vida real. Cuando Dios comienza a trabajar en la recuperación de los hogares, la iglesia tiene que dar media vuelta y regresar a sus raíces, el lugar
del que procede. Tiene que regresar literalmente al hogar, completando el círculo de la historia de la iglesia al final de la historia del mundo. Cuando los creyentes de toda clase social, denominación, y trasfondo, sienten un claro eco en sus espíritus acerca de lo que el Espíritu de Dios está diciendo a la iglesia, y comienzan a
escuchar de forma global para actuar de forma local, empiezan a funcionar de nuevo como un solo cuerpo. Dejan de pedirle a Dios que bendiga lo que están haciendo, y comienzan a hacer lo que Dios bendice. Se organizan en iglesia en las casas por barrios y se reúnen en celebraciones de toda la ciudad o región. Estás invitado a formar parte de este movimiento y realizar tu propia contribución. Quizá tu hogar, también, llegará a ser una casa que cambiará el mundo.

Tenemos un gran reto por delante. ¿De qué hemos hablado en este pasaje?  Hablamos de tres preguntas y de tres conceptos vinculantes que nos retan a recobrar la voz de Jesús en nuestras vidas. Primero nos preguntamos ¿qué sucedió? Y vinculamos la palabra carencia a esta pregunta. Vimos que había una carencia de movilidad, habilidad, realidad y sensibilidad.

La segunda pregunta que nos hicimos es ¿qué cambió? Y esta pregunta nos vinculó con la palabra experiencia. Habían tres experiencias en el texto. Primero una experiencia accesible, luego una experiencia sensible y tercero una experiencia tangible. Finalmente, la tercera pregunta es ¿Qué se aprendió? Y la vinculamos con la palabra trascendencia. Esa trascendencia son a través de gestos. Un gesto de visión, un gesto de compasión, un gesto de proclamación, un gesto de solución y finalmente un gesto de sumisión.

Que Dios nos de la fuerza para obedecer lo que debemos obedecer al salir de la Pandemia. Oremos.

La fe ante los desafíos contemporáneos: El Relativismo

El relativismo es débil

Una vez discutido el tema del Hedonismo, no queda claro que vivimos en un mundo que desprecia todo lo que tenga que ver con reglas que prohíban terminantemente cualquier conducta que persiga el placer o la seudo libertad humana. Este tipo de pensamiento nos lanza a un nuevo desafío de la fe en este tiempo. El desafío del relativismo.

Continuaremos usando el mismo procedimiento de estudio para descubrir los principios de este nuevo desafío. Abriremos con una visión textual del problema, segundo propondremos una acción contextual del problema y finalmente sugeriremos una aplicación espiritual del problema.

Veamos entonces en primer lugar la visión textual del desafío.

Si observamos el texto nos damos cuenta de tres elementos básicos en cuanto a la posición de Lot acerca del mal y del bien.

En primer lugar, vemos en Lot una confusión moral.

¿Qué es la moral? La moral es un conjunto de normas, valores y creencias existentes y aceptadas en una sociedad que sirven de modelo de conducta y valoración para establecer lo que está bien o está mal.[1]

Lot clasifica su decisión basado en el concepto del mal y del bien según su contexto. Su moral gira alrededor de la interpretación que su contexto le dé.  Por un lado, Lot declara que lo que los hombres de Sodoma quieren hacer es “maldad”. La expresión tiene que ver con herir, hacer maldad, incluye la idea de lastimar. Esta palabra incluye una maldad ética. Pero por otro lado dice que el que sus hijas sean usadas se eleva a un categoría de bien. La expresión “bien como os pareciere” se puede traducir “bien ante sus propios ojos”. La palabra “bien” tiene la idea de agradable, feliz, próspero, rico o valioso de estimación.”. Note entonces que el criterio para esto es lo que a ellos les pareciera bien. Ahora la lógica que uno desarrolla ante el hecho, es que habrían una cantidad grande de criterios para hacer lo que les daba placer, pues era una gran multitud.

En segundo lugar, vemos en Lot una confusión espiritual. En el contexto del pasaje Lot decide darles sus hijas vírgenes a los hombres malvados de Sodoma. ¿Por qué toma esta decisión? Aquí están en juego dos leyes o principios espirituales. Primero está el principio espiritual de la hospitalidad. La hospitalidad era un deber sagrado entre los pueblos del Oriente Medio en aquellos días y, a pesar de lo convulso de la situación política, sigue siendo una práctica general incluso hoy en día. Dar la bienvenida a los extraños en la casa propia y ofrecerles comida, techo y protección eran los componentes claves en la práctica de la hospitalidad, y eso mismo fue lo que hizo Lot con unas personas que desconocía y que ignoraba su carácter espiritual.[2] La pregunta que se plantea aquí es ¿el obedecer el principio de la hospitalidad era superior a su principio de paternidad?

Ante todo, para interpretar todo ese evento en Sodoma y Gomorra, debemos tomar en consideración la situación como un todo. Aquí lo que está ocurriendo es un intento de violación. La multitud de hombres está tratando de asaltar sexualmente o “violar colectivamente” a los ángeles. Es una situación de una extrema y peligrosa violencia. Y la acción de Lot puede inducir a pensamientos con respecto al hecho de que Lot ofrezca a sus propias hijas (Génesis19:8) indicaría que una violación heterosexual sería menos mala que una homosexual, o que una violación a mujeres es menos mala que una violación a hombres.

Segundo, está el principio espiritual de la paternidad. Un segundo principio que se contrapone aquí es la responsabilidad de cuidar y proteger a los de tu casa. ¿Es mejor mostrar más bondad a los de afuera que a los de adentro? ¿Quién tiene más peso? En lo que a mi respecta si voy a violar un principio espiritual que sea uno que no dañe a los que Dios me ha encomendado en mi casa. Lo curioso del caso que hay muchas personas que prefieren la opción de Lot.

Tercero, está el principio espiritual de la realidad. Cuando leía el pasaje, me preguntaba ¿Qué hace Dios defendiendo a quien no necesita defensa? Lo que sucede es que muchas veces tomamos el asunto en nuestras manos lo complicamos. La realidad era que los ángeles no necesitaban ninguna defensa ni sacrificio para guardar su integridad. Lo que viene a ver que Lot se metió en un campo que no le competía, por muchos principios espirituales que tuviera.

En tercer, lugar Lot tiene una confusión existencial. La pregunta básica aquí parte de dos aspectos. ¿Cuál es el propósito de tu existencia? Y segundo ¿Hasta dónde controlas tu existencia? El principio fundamental de la existencia de Lot era confiar en Dios y en que el puede resolver los conflictos más serios. Su visión de vida debería ser de dependencia de Dios. Pero el muestra un vacío porque da la impresión de que Lot no ha entendido que tipo de personas ha llevado a su casa. Y al no conocer la realidad espiritual de estos ángeles, el los reduce y piensa que es su responsabilidad defenderlos. ¿Se pueden imaginar un ser humano defendiendo a unos ángeles poderosos? ¿Por qué Lot no les pide la opinión a los ángeles? ¿Por qué les da autoridad sobre su vida? Lo más probable es que no habría discernido la naturaleza de sus visitantes. Y es que si somos honestos como que su discernimiento espiritual está un poco alterado. Noten que el les llama a los de Sodoma y Gomorra “hermanos”. La expresión se puede usar para dos personas del mismo padre, o también una relación de semejanza. ¿Por qué les llama hermanos? El relativismo conduce a una visión ecuménica, donde se borran todos los distintivos y las diferencias que nos separan para unirnos con las similitudes. Es lo que el famoso Beatle John Lennon pretendió decir en su canción “Imagine”. 

En segundo lugar, veamos la apreciación contextual del pasaje.

Una de las cosas que nos debe interesar con respecto al discernimiento es el hecho de que nuestra fuente para saber si algo es falsa o no, es nuestro acercamiento a la verdad. ¿Qué es la verdad? Fue la gran pregunta de Pilatos. Alguien ha dicho que la “verdad absoluta” es una especie en peligro de extinción. En aras de una sofisticada tolerancia, pareciera como si los absolutos hubieran desaparecido para siempre. Pocos que han adoptado esta forma de pensar se han detenido a examinar sus débiles fundamentos filosóficos o sus terribles consecuencias prácticas para la vida en sociedad. “¿La verdad? Yo no creo en la verdad. Yo creo en el estilo.” Hugh Grant, actor británico. El punto climático en esta entrevista lo es la última pregunta que Pilatos dirigió al prisionero. Cuando Jesús se autodenominó Rey y manifestó ser la persona con quien se identificaría todo amante de la verdad, Pilatos respondió: “¿Qué es la verdad?” ¿Sería sincera la pregunta? ¿Tendría Pilatos inquietudes filosóficas? ¿Dudas existenciales? ¿Esperaba Pilatos una contestación? ¿Qué hubiera respondido Jesús? La búsqueda de la verdad es tan antigua como la raza humana. Ante tan importante pregunta pareciera que hoy lo tenemos claro. Se dice, como dogma y sin pensarlo: “la verdad es relativa…” En el siglo en que la Teoría de la Relatividad marcó la entrada de la era atómica, la relatividad de la verdad, con sus implicaciones en la religión y en la ética, se ha visto como otro gran adelanto en la humanidad; otro paso en el movimiento de progreso. El resultado en la actualidad lo vemos por dondequiera, en la vida cotidiana y en los anuncios de televisión: La Verdad absoluta no existe; ha muerto. Los filósofos modernos han certificado su defunción y los expertos de los medios de comunicación han celebrado el sepelio. En un anuncio de cerveza se decía: “La vida no es como es. La vida es como tú la ves.” Bajo esta forma de pensar cada persona se convierte en el propio arquitecto de su particular verdad. O, como dice la canción “… Depende, todo depende…” ¿Cómo hemos llegado a esto? Las últimas dos décadas han visto el desarrollo de una nueva forma de acercamiento a la vida. De manera correcta se le ha llamado “Postmodernidad.” Hoy se niega la existencia de algo que funcione como norma y criterio para la verdad. Y se le ha dicho adiós a la razón. Sobre este intrigante proceso el afamado escritor norteamericano Allan Bloom comentó: “Apertura solía ser la virtud que nos permitía buscar el bien usando la razón. Ahora significa aceptar todo y negar el poder de la razón.” Bajo esta forma de pensar toda verdad es una construcción de nuestra razón. La objetividad de una realidad fuera de nosotros da paso a una interpretación particular e individualista.

Ahora retomemos los conceptos que descubrimos con Lot. Primero está la confusión moral. La ausencia de un criterio absoluto para la evaluación de los dilemas morales ha dado lugar a la absoluta confusión sobre lo que es correcto o no. La relatividad moral nos ha dejado sin un norte adecuado con el cual orientar nuestra conducta. Es quizás en las nuevas generaciones donde más claramente se observa esto. Los llamados males de la juventud no son otra cosa que el resultado inevitable de una moral que es incapaz de marcar la diferencia entre lo correcto y lo incorrecto.

Segundo, confusión espiritual. Los distintivos de las religiones se difuminan en un continuo igualmente aceptable, aun cuando se contradigan entre sí. “Todos los caminos conducen a Roma” ha pasado a ser “todos los caminos conducen a Dios.” El pluralismo religioso, instrumento de convivencia, se ha transformado en un raro ecumenismo interconfesional donde todo cabe y todo es bueno.  Tercero, una confusión existencial.  Despojados de norte para nuestras brújulas morales y de fundamento para nuestros pies espirituales, la angustia existencial se apoderó de la mujer y hombre modernos. ¿Es relativa la Verdad? Nosotros, los participantes de la sociedad occidental, hemos dado por sentado la validez del planteamiento relativista en sus diferentes acepciones modernas y postmodernas. Pero rara vez nos hemos detenido a pensar y a evaluar. El concepto suena tan sofisticado y correcto, tan moderno, egalitario y culto, que lo incorporamos a nuestra cosmovisión sin una consideración crítica

Tratemos de equilibrar esta situación. Lo que no entendemos en primer lugar es la imposibilidad filosófica del relativismo. El relativismo plantea una contradicción inevitable. Cuando una persona dice “todo es relativo” está pronunciando una aseveración de carácter absoluto. Esto es, está diciendo, en otras palabras, “todas las cosas [absolutamente todas…] son relativas,” lo que contradice la misma aseveración.

Si la aseveración “todo es relativo” es cierta, entonces la misma frase es también relativa y queda sin significado; se autodestruye perdiendo su validez.

Esta situación representa una violación a la llamada Ley de la No-Contradicción, una de las leyes de la lógica. Ésta establece que un objeto (o persona, o aseveración) no puede ser dos cosas diferentes en el mismo momento y en la misma relación. Dicho matemáticamente: “A” no puede ser “no-A”. Explicado en lenguaje popular “algo que se auto contradice no puede ser cierto.”

Por otro lado, en segundo lugar, hay una imposibilidad ética del relativismo. Es una ética sin Dios. En una sociedad basada en el principio de la relatividad moral y ética seremos incapaces de emitir juicio alguno, ni siquiera sobre prácticas intolerables. Por ejemplo, ¿qué hacemos con Stalin y el holocausto? ¿Fue igual Hitler a la Madre Teresa de Calcuta? O, como dice el conocido pensador cristiano de origen indio Ravi Zacharias, “en una culturas se promueve amar a sus semejantes y en otras comérselos. ¿Tiene usted alguna preferencia?” ¿Cuál ha sido el resultado? Si la razón deja de ser el criterio para decidir, si los absolutos desaparecen, si son las experiencias las que nos guían e iluminan y, si “Dios ha muerto,” ¿Cuál es el resultado? Miremos…Adolfo Hitler dijo: Yo liberé a Alemania de las estúpidas y degradantes falacias de la conciencia y la moralidad (…) Entrenaremos a jóvenes delante de quienes el mundo temblará. Deseo gente joven hábil en la violencia autorizada, implacable y cruel.” Ya lo escribió Dostoievski; “Si Dios está muerto, todo es justificable.” Algunos han entendido muy bien la conexión entre la vida sin valores absolutos y sus inevitables resultados.  Por otro lado, en tercer lugar, el relativismo tiene una imposibilidad social. Desde el punto de vista de la organización social, el relativismo ético y moral lleva al caos y a la anarquía. Cada persona o grupo basaría su comportamiento en aquello que ha evaluado como correcto, aun cuando no lo sea para los demás. Alguien podría decir que en este caso lo que se establecería como bueno sería consensuado por toda la comunidad. Muy bien. ¿Y qué haríamos con el que infringiera nuestro particular código? ¿En base a qué? ¿No podría esta persona rechazar el código de una mayoría en base a sus particulares criterios? ¿Y qué sucedería cuando sociedades vecinas no coincidiesen en su escala de valores y, de hecho, se contradijesen? Lo que nos lleva a otra dificultad. Aceptando el criterio relativista seremos incapaces de explicar el progreso moral de la civilización. ¿Son igualmente desarrolladas en comparación con la nuestra las culturas que practican la ablación del clítoris, o la venta de hijos como esclavos o el enterramiento de la mujer cuando su esposo muere? Si aceptamos el criterio relativista no podríamos decir que la abolición de la esclavitud representó un paso hacia adelante en la humanidad. Aceptando la relatividad ética tampoco podemos reconocer la virtud de los reformadores sociales. Si “todo es relativo” y la “moral es relativa”, ¿cómo podemos hablar del hito histórico que representó la victoria de Martin Luther King Jr. en su lucha por derechos civiles de los negros en los Estados Unidos? Por último, el relativismo tiene una imposibilidad teológica. Ahora nos adentramos brevemente en el campo de la teología y de la religión. Porque, si la verdad es relativa, “todos las religiones llevan a Dios” del mismo modo que en la antigüedad “todos los caminos llevaban a Roma.” En este punto la frase clave es “pluralismo religioso.” Ésta no significa simplemente la sana y pacífica convivencia de los diferentes credos, cosa sabia y correcta. Sino que se entiende por ella la aceptación de todas las religiones como igualmente verdaderas. Esta forma de pensar presenta tres tipos de error: El error lógico, el error filosófico y el error teológico. Error lógico: Falacia. Cuando un cristiano expresa su convicción de la verdad de sus creencias y, repitiendo lo que el mismo Jesús dijo, confiesa que el Hijo de Dios es el único camino a Dios, es calificado de exclusivista e intolerante. La falacia aquí estriba en que todas las religiones son en mayor o menor grado exclusivistas. Tanto la historia como las creencias de las principales religiones del mundo son contradictorias entre sí, por lo tanto, excluyen a otras diferentes. Contrario a lo que se piensa en esta época tan románticamente atraída por las religiones orientales, este es también el caso del budismo y del hinduismo, religiones igualmente exclusivistas. Incluso el anti teísmo es exclusivista. Cuando una persona afirma la no-existencia de Dios (ateísmo o anti teísmo) o la incapacidad para llegar a una conclusión sobre ella (agnosticismo) está diciendo que el postulado contrario (esto es, la existencia de Dios, o la seguridad de ella) es falso. Error filosófico. La llamada tolerancia en aras de un pluralismo religioso presupone la existencia del valor absoluto de la tolerancia: “La tolerancia es buena.” ¿En base a qué, si todo es relativo? No sólo eso, sino que también se asume la existencia de una verdad absoluta, ¿porque qué falta hace la tolerancia si yo considero igualmente ciertas (o falsas) mis creencias en comparación con las de mis vecinos? La palabra “tolerancia” lleva implícita la idea de que la “persona tolerante” lo es para con personas a las que considera equivocadas. Si no fuera así, ¿en qué consiste la tolerancia? Error teológico. ¿Son todas las religiones iguales? Es aquí donde sin duda encontramos el mayor error del llamado pluralismo religioso. Si uno mira el componente de cada religión, elemento por elemento, ¿cómo se puede concluir que todas las religiones son iguales? Ahora bien. ¿Cómo podríamos, en nuestro sano juicio, afirmar que no hay contradicción en estos conceptos? ¿Cómo afirmar que “todas la religiones son iguales”? ¿A dónde vamos?

En tercer lugar, veremos la aplicación espiritual del pasaje.

Los cristianos creemos que la Verdad existe porque Dios existe. No, esto NO es razonamiento en círculos. Dios es una persona moral. Virtudes como justicia, amor y otras son parte de su carácter y esencia. La moralidad parte de la verdad de la existencia de Dios y de su carácter. Dios ha revelado la Verdad. Dios nos ha mostrado en y a través de su creación, por la Biblia y, sobre todo, en la persona de su Hijo Jesucristo, la Verdad. Dios es un ser moral. Nosotros, creados a su semejanza, somos seres morales. Dios ha provisto directrices en las que esa naturaleza moral es satisfecha. Los mandamientos de Dios no son la expresión de los caprichos de un Ser Supremo que se complace en la infelicidad de sus criatura privándoles de lo que “más les gusta.” Más bien son la expresión amorosa del Dios Creador que nos conoce íntimamente y que sabe que la expresión más alta de nuestra humanidad se encuentra bajo la cobertura de la verdad. Dicho de otra manera, la plena satisfacción de los anhelos humanos depende del sometimiento a las leyes de Aquel quien puso dichos anhelos en nosotros.

Un pasaje clave para conocer la verdad absoluta es Juan 8:31-33. En este pasaje Jesús establece tres afirmaciones que apuntan hacia una verdadera libertad al conocer la Verdad Absoluta. Porque hay muchas personas que saben lo que es salvación, pero no saben lo que es libertad o pueden defender la verdad. Y esa es una de las más grandes debilidades de cada uno de nosotros. ¿Qué es la Verdad?

La primera afirmación de Jesús en este texto es la existencia de la VERDAD Dice: “Conoceréis la verdad”. La palabra “VERDAD” va acompañada de un artículo definido. Es decir “conoceréis la verdad”. No conoceréis algunos hechos, algunos detalles, algún conocimiento verdadero. Muchos dicen que no hay “absolutos”, y eso incluye ese absoluto de “no hay absolutos” Entonces te voy a dar un centavo en lugar de un dólar, ya que no hay absolutos. Pero muchos me dirían que no. ¿Pero no hay absolutos recuerda? Entonces demuestra que si hay absolutos en dinero.  Un dólar es un dólar siempre, 100 centavos, y esto es en cualquier lugar. Diez dólares permanecen diez dólares en cualquier parte. Hay absolutos en medicina, una aspirina es una aspirina. Si va a una farmacia y pide un medicamento, el irá y verá el libro de medicinas y se las dará de acuerdo a los estándares de ese libro. No se puede cambiar eso. Hay absolutos en dinero, hay absolutos en medicina. Hay absolutos en la mecánica. Usted va a al taller y le dice al mecánico, tengo problemas con mis frenos. El los verá y luego irá a buscar el repuesto basado en su número y estándar del vehículo, así que no se puede librar de los absolutos en la mecánica. Hay absolutos en las medidas, un milímetro siempre es un milímetro en cualquier parte. Ahora bien, si hay absolutos en estos campos, ¿no creen que es más importante que lo hayan en un área tan delicada como lo es la vida espiritual? El mismo Dios que hizo estas medidas hizo el alma. El que determinó lo que sería un día, un mes y un año ha determinado lo que es bueno y malo. Hay algo llamado la verdad. Y Satanás lo ha negado. De hecho, Dios nos ha dado la verdad en tres dimensiones importantes.

La segunda afirmación de Jesús en el texto es la consistencia de la Verdad.

Jesucristo dijo “…tú palabra es verdad” (Juan 17:17). Así que la Biblia es la verdad. Luego Jesucristo dijo: “Yo soy la verdad” así que Jesús es la verdad. (Juan 14:6). Y luego dijo que El Espíritu es la verdad (1 Juan 5:6), así que el Espíritu también es la verdad. Así, resumiendo, la Biblia es la verdad, Jesucristo es la verdad, y el Espíritu Santo es la verdad. Estas tres evidencias trabajan en conjunto. Muchas personas dicen que El Espíritu les manda a hacer algo, pero contradice lo que la Palabra verdadera dice. El Espíritu Santo y la Palabra Santa y Jesucristo el Santo siempre trabajan en conjunto. Nunca contradicen uno al otro. Cualquier cosa que El Espíritu Dios haga será complementada por la Palabra de Dios y traerá Gloria al Hijo de Dios. Porque El Espíritu Santo vino para glorificar a Cristo y enseñar la Biblia. Así que existe una verdad. Usted podrá decir yo voy a vivir mi vida creyendo otra cosa. Si usted cree en algo aparte de la Palabra de Dios no cree en la verdad y su vida estará regida por la mentira. Si usted cree en algo contrario al Hijo de Dios, no está creyendo en la verdad, si usted cree en algo contrario al Espíritu de Dios no está creyendo en la verdad. Y la razón porque la gente y aún la iglesia hoy están tan emproblemada es porque se han alejado de la verdad

Ahora bien, el Señor Jesús hace una segunda afirmación en Juan 8:32 tiene que con el conocimiento de la verdad. La verdad no es algo escondido. Es algo que puede ser buscado, la verdad puede ser conocida. Les puedo decir que me gusta leer filosofía, sociología, etc. Me ayuda a ensanchar mi mente, pero el problema de los filósofos es que hablan de cosas que no se pueden comprobar y escriben libros para probarlo. Alguien dijo que un filósofo es un hombre ciego buscando en un cuarto oscuro un gato negro que no existe. Hay un tipo de filosofía cristiana que es interesante entender. Es aquella que detrás de descubrir el pensamiento de Dios. Pero hay una filosofía vana que niega todo y que es vacía y que nos lleva a las conclusiones de que nada puede ser conocido. Pero al contrario Jesús dice que si se pude conocer la verdad. La palabra “conoceréis” no necesariamente significa entendimiento intelectual. La palabra conocer aquí se refiere “conocimiento íntimo” entre una persona y Dios. La palara conocer aquí es la que se usa para describir la relación íntima entre los esposos.  Adán conoció a su mujer dice Génesis, y es el mismo concepto. “Conocer” no es un simple asentimiento de información. Eso era lo que estos seguidores le decían en este contexto. Nosotros conocemos, nosotros creemos, etc. Y Jesús les dice: “Un momento si ustedes permanecen en mis palabras” será la prueba de que ustedes son verdaderos creyentes. No necesariamente porque haya personas que acepten intelectualmente la verdad han nacido de nuevo. Porque si entiendo correctamente la palabra “conocer” esto involucra compromiso total.  Incluye la mente, el corazón y la voluntad. Es un control total. Lo que hacemos nos controla. Cuando un hombre le gusta emborracharse lo controla el alcohol. Cuando un hombre tiene cosas y lujos excesivos, el dinero lo controla. Muchos se dedican a una mentira, y esa mentira los controla.  Ahora aquí Jesús les dice quiero que se comprometan con la verdad de tal manera que la verdad los controle y así vivan una vida verdadera.  Ahora recuerde usted que mencionamos anteriormente que hay tres dimensiones de esa verdad. Primero está la Palabra de Dios es verdad, luego el Hijo de Dios es verdad, y en tercer lugar El Espíritu de Dios es verdad. ¿Sabe usted porque Dios nos dio la verdad en estas tres ediciones? Porque estas tres ediciones de la verdad responden a diferentes partes interior del hombre.  Dios me ha dado la verdad en su palabra, porque tengo un libro que necesito estudiar.  Dios me ha dado a su Hijo como la verdad para que haya una persona a que amar. Dios me ha dado su Espíritu como verdad para que someta mi voluntad, y tenga el poder de hacer la Verdad. Así que mi mente, mi corazón y mi voluntad estén totalmente comprometidos con la verdad de Dios. Tenemos multitud de gente en las iglesias que conocen con su cabeza la verdad, pero no tienen un corazón de amor por Jesucristo, siempre tienen la biblia y los conceptos en la boca porque les encanta argumentar. Pero su conocimiento de la verdad siempre la tiene en la cabeza y toda esa presión de su cabeza intelectual tiene que salir por algún lado y por eso sale por su boca para argumentar. Todo aquel que solo tiene la biblia en la cabeza es adicto a argumentar, esa es su señal. Pero debemos entender que Jesús es la verdad porque esto nos dirige a una persona cuyo corazón de amar la verdad. Cuando los hombres de Emaús caminaban sin rumbo, una vez que Jesús los encuentra ocurre algo que los transforma. Note lo que dice el pasaje en Lucas 24:25 “Oh insensatos” (24:45-46). Es decir, duros de cabeza, y luego los dirige hacia Cristo. Una vez que ellos lo logran ver, su corazón es transformado, pues, aunque sabían las Escrituras, una reinterpretación de lo que sabían hacia Jesús les haría volver al camino y a la misión que su amado maestro los había enviado.  Así que con mi mente puedo entender la verdad, con mi corazón puedo amar la verdad porque Jesús es una persona que amar. y con mi voluntad puedo hacer la verdad porque el Espíritu me deberá llevar a hacer todo para la gloria del Hijo de Dios. Esto es la esencia de la vida cristiana. La vida cristiana no es dar un asentimiento intelectual a una serie de documentos, la vida cristiana no es un moverse sólo con experiencias emocionales, sino que es todo en conjunto. Con la mente aprendemos la verdad y con el corazón amamos la verdad y con la voluntad vivimos la verdad. Esto es también discipulado. Jesús dijo: “Si permanecéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres.”

He establecido que existe LA VERDAD. La Palabra de Verdad, el Hijo de Verdad y el Espíritu de Verdad. En segundo lugar, que la VERDAD PUEDE SER CONOCIDA.  Pero muchos no la pueden conocer porque en algunas de las tres áreas mencionadas fallan. He conocido cristianos que pueden bosquejar libros, establecer términos, decir de memoria versículos, pero su corazón está tan lleno de criticismo, odio, rencor amargura, desprecio y no tienen amor.  He conocido cristianos que son ignorantes de la palabra de Dios, pero quieren desarrollar un amor emocional y todo es sentir y amar y aquí y allá. Todo es Dios me dijo aquí y Dios me dijo allá. He conocido personas que tienen la Palabra de Dios en su mente, tienen el amor por la verdad en su corazón, pero no quieren o no desean hacer la verdad en su vida. Y a veces debo confesarlo lo he hecho yo mismo. Pero debemos entender que la verdad no es algo que solamente debemos aprender sino algo que debemos vivir. Así que la mente, el corazón y la voluntad juntos colectivamente deberán llevarnos a la verdad. Jesús establece que la desobediencia rompe la capacidad de llegar a la verdad. Una cosa importante es que cuando hacemos lo que Dios dice, entonces llegamos a entender lo que Dios dice. Muchos están esperando entender lo que Dios dice para hacerlo, y eso los paraliza para obedecer. Yo no sé usted, pero uno de mis más grandes deseos y retos en la vida es crecer en el conocimiento de la verdad. Debe recordar que toda verdad proviene de Dios y toda mentira procede del Diablo. Piense en esto, toda verdad de Dios nos conduce a la libertad, toda mentira del Diablo nos conduce a la esclavitud.  La verdad siempre nos lleva a la victoria, la mentira siempre nos lleva a la derrota. Así que ya lo que se llama LA VERDAD, y esta VERDAD PUEDE SER CONOCIDA. Con la mente podemos disfrutar del conocimiento, con el corazón podemos amar la verdad, pero con la voluntad podemos obedecerla, y al obedecerla Jesús dice “seréis libres”. La VERDAD EXISTE, LA VERDAD SE CONOCE. Pero en tercer lugar Jesús habló de la liberación de la verdad. Muchas personas usan la libertad como propaganda y lo que hacen es ponerla en esclavitud. Todo hombre de Dios que te pone en esclavitud no es un ministro espiritual. Por otro lado, esa libertad también no debe ser confundida con anarquía. La libertad de producir es ordenada. Noten una planta como crecer. Crece por procesos ordenados y no anárquicos.   No es antinomianismo, es decir es estar en contra de la ley.  Es una libertad espiritual. Debemos recordar que Jesús les estaba enseñando esto a los fariseos que estaban bajo la esclavitud de la tradición. Ellos siempre decían: “no hagas esto, no hagas aquello” y eran religiosos y estaban bajo esclavitud. No alegría, no lea esto, no vea aquello.  Cuando su mente está en la palabra de la verdad, cuando su corazón está en el amor a la verdad y cuando su voluntad está en obedecer la verdad, entonces es usted una verdadera persona y libre totalmente. Eso fue lo que Jesús les dijo a estos creyentes. “Oh está bien creen en mí” pero si permanecen en la Palabra seréis verdaderamente mis discípulos”.  Y conocerán la verdad. ¿Y qué pasó? Comenzaron argumentar con la verdad. La verdad no se argumenta se acepta y obedece. La verdad de Dios permanece y continúa a pesar de nuestras argumentaciones. El diablo siempre desea que vivamos por mentiras. Esas mentiras nos llevan a una vida de esclavitud, y una de las mayores manifestaciones de la esclavitud es a través de la religiosidad, o de la religión. Es por esa razón que los fariseos se sintieron amenazados por la exposición de esta verdad de parte de Jesús.

Muchas personas no desean conocer la verdad porque piensan que al hacerla les hará daño y que se perderán de lo mejor de la vida. Pero en realidad Jesús dijo que al contrario los haría libres totalmente. Y las mentiras del Diablo nos prometen que no nos hará daño y al final nos termina esclavizando. Cuando usted conoce, ama y obedece la verdad no querrá comer la basura que el Diablo le ofrece.

¿Ahora qué clase de libertad ofrece Dios? Primero es una libertad del pecado. Satanás es mentiroso y por otro lado también asesino. Una mentira matará su conciencia, su poder y finalmente su vida. Donde hay mentira hay muerte, pero por otro lado donde quiera que exista la verdad hay vida. Donde quiera que haya una mentira hay esclavitud, donde quiera que haya la verdad hay libertad. Donde quiera que haya mentira hay oscuridad donde quiera que haya verdad hay luz. Eso es lo que Jesús les dice a los fariseos. Si quieren que Dios sea su padre entonces habrá luz y vida si quieren que Satanás sea su padre entonces habrá oscuridad y muerte. Tienen que hacer su decisión. Jesús fue el hombre más libre que existió. Fue libre a pesar de las circunstancias, fue libre a pesar de las personas, fue libre del pecado incluso. Y él dice si caminas en la verdad, si amas la verdad y te dedicas a la verdad te haré libre. Alguien que viva la libertad como la vivió Jesús será crucificado por alguien. Jesús dice que él es la verdad ¿cómo respondes a esa verdad? Jesús dice que el es el único camino ¿Cómo respondes a esa verdad? Jesús dice que debes nacer de nuevo ¿cómo respondes a esa verdad? El problema es que de la manera en que respondas a la verdad así será tu destino eterno. La manera en que respondes a la verdad determina tu carácter. La manera en que respondemos a la verdad determina el estilo de vida que llevaremos. ¿Pero cómo los fariseos no quisieron recibir la verdad que hicieron? Vea lo que dice el vrs. 48: “samaritano y tienes demonio”. ¿Ha notado que las personas cuando no quieren recibir la verdad atacan al expositor de la verdad? Y al final del capítulo tomaron piedras y quisieron matarlo ¿Por qué? Porque ellos creyeron una mentira y el padre de la mentira es Satanás y Satanás es homicida así que al creer al padre de la mentira se terminan pareciendo a él, es decir terminan siendo asesinos. Ahora debe notar lo inclusiva o excluyente que es la verdad. En este pasaje no hay terrenos intermedios. Es la verdad o la mentira, es Jesús o Satanás. Es libertad o esclavitud. ¿Cuál será la respuesta nuestra? No hay verdadera libertad aparte de Jesús. La religión no puede darle libertad, no es lo suficientemente fuerte, la filosofía no puede darle libertad no es lo suficientemente lista para nosotros, el hombre no puede darle libertad no es lo suficientemente grande para eso, sólo Jesucristo puede darle libertad. Para terminar, los encomiendo a la palabra que es verdad, los encomiendo al hijo que es la verdad y al Espíritu que es la verdad, y los animo a que seamos gente libre. Una mente que conozca la palabra de verdad, un corazón que ame la palabra de Dios y una voluntad que haga lo que el Espíritu de Dios le ordene y capacite hacer.

Ahora cabe preguntarnos ¿Estaba Pilatos dispuesto a escuchar? ¿Dispuesto a creer? ¿Dispuesto a indagar? No lo sabemos. Lo que sí podemos decir con seguridad es que la persona que no desea conocer la verdad difícilmente la encontrará. Así como la verdad absoluta está personificada en Dios, la verdad se encuentra en una persona antes de ser encontrada en proposiciones. La disposición a la verdad en el corazón es un requisito para conocer lo que es verdad en el mundo de las ideas. Quizás parte importante de nuestro problema es que las preguntas que nos hacemos no son “¿Es suficiente la verdad de Dios para mí? ¿Busco la verdad?,” sino “¿me conviene?, ¿me compromete?, ¿me privará de algo?” Si así pensamos tendremos que admitir que nuestra dificultad no es con la existencia de la verdad absoluta, sino con nuestra disposición a vivir esa verdad. A fin de cuentas, quizás nuestro problema no es intelectual sino de nuestra voluntad; no de la cabeza, sino del corazón. Blaise Pascal dijo: Conocemos la verdad, no sólo por la razón, sino también por el corazón.

Si Lot hubiera estado dispuesto a someterse a la verdad de Dios, no hubiera inventado sus propias mentiras y suposiciones que le llevaron a una crisis en su vida. El cometió el error de tomar el asunto en sus manos y ser su propia verdad y así cayó en el pecado del relativismo. Dios nos libre de semejante situación.


[1] https://www.significados.com/moral/

[2] http://misreflexionessobrelabiblia.blogspot.com/2016/04/lot-hospitalidad-genesis-19.html

La fe ante los desafíos contemporáneos: El Hedonismo

Qué es hedonismo? Definición, concepto y significado

Retomamos la narrativa de Génesis 19, y hemos visto dos grandes desafíos. El primero tiene que ver con el dualismo y el segundo tiene que ver con el provincialismo. El siguiente concepto que debemos en marcar en nuestros desafíos tiene que ver con algo muy contemporáneo. Es el desafío del hedonismo ante la fe cristiana.

Una vez más utilizaremos los tres conceptos básicos para plantear la reflexión. Comenzaremos con una visión textual del pasaje, luego haremos una aproximación contextual del pasaje y finalmente una aplicación espiritual.

Un escritor ha dicho: “La naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos soberanos maestros: el dolor y el placer. Sólo a ellos incumbe señalar lo que debemos hacer, así como determinar qué es lo que hacemos». Lo que incluye esta frase es que todo lo que el hombre desea es ser tan feliz como le resulte posible y, por tanto, maximizar su propia felicidad.[1]

Y es que a la verdad casi nadie se cuestiona hoy el tremendo afán que invade nuestra civilización occidental para conseguir gozar de los placeres de los sentidos, cultivar y promover todo aquello que nos aporte bienestar físico.[2]

Veamos en primer lugar la visión textual de la narración.

La sociedad de Lot por la manera en que es retratada por el escritor de la narración, era una que promovía esa búsqueda del placer. De un hedonismo agresivo. Desde el más básico hasta el más agresivo uno puede observar cómo la cultura del placer no sólo está afuera en la calle, sino que ya está dentro de la familia de Lot.

En primer lugar, podemos observar los niveles del hedonismo. Si ponemos atención al pasaje observaremos un primer nivel de hedonismo. Este primer nivel es lo que se llama eudemonismo. Y está prefigurado por la expresión “banquete y panes si levadura”. Para ponerlo en una mejor traducción “fiesta y panes duros”. Ya que el papel de la levadura en la fabricación del pan es esencial para provocar que la masa aumente su tamaño y que se forme la estructura suave y esponjosa de la miga.[3]

¿Por qué esta combinación? ¿Por qué decide Lot usar esta combinación? ¿Es cultural? ¿Es religiosa? Probablemente tiene algún tipo de rasgo diferencial. Probablemente lo diferenciaba del resto de la creencia de la manera en que se comía el pan. Sin embargo, lo que vemos aquí es que Lot desea satisfacer a sus amigos con un banquete o una práctica de alegría placentera para que ellos se sientan bien dentro de la casa. Pero a la vez trata de mantener una diferencia de la sociedad en la que vive. ¿Se puede participar de la “fiesta” y a la vez “ser santo”? El problema de Lot es que quiere mantener su diferencia con un rito externo. Tal como lo veremos adelante, no le sirvieron de nada los “panes sin levadura”. Y en realidad el mundo del “banquete” predominó sobre su mundo de “panes sin levadura”.

Así que hay una búsqueda del placer que se llama eudemonismo, y toca aquí dar una pequeña definición. El eudemonismo es una disciplina del campo de la ética, cuyo término proviene del griego eudaimonía, que significa “felicidad”. Eudemonismo es la denominación que se asigna a toda teoría ética que postula que el bien buscado por naturaleza por el ser humano es la felicidad. En la antigüedad clásica, todas las teorías éticas compartían esta búsqueda, diferenciándose sólo en cuanto a lo que cada una de ellas entendía por felicidad, ya sea la paz interior, la rectitud moral, el placer, la sabiduría, la riqueza.[4]

Es obvio que la acción de Lot busca estar contento, celebrar y ser feliz por lo menos durante una celebración.

El segundo nivel es el libertinismo. El libertinismo es un movimiento cultural extendido en Francia en el siglo XVII, pero cuyo origen se remonta al siglo XIII entre Francia, Alemania e Italia cuando hacía referencia al «espíritu libre». Este movimiento creía en una especie de panteísmo y la práctica de un tipo de libertad de las relaciones sexuales. Para los libertinos, la vida humana es estrictamente natural; los instintos no pueden ser restringidos y no hay pecado si el hombre se comporta de acuerdo a la atracción natural de placer físico.[5]

En el texto nosotros podemos observar esta tendencia. Quiero plantear la idea con la expresión que se utiliza en el vrs. 5 “para que los conozcamos”.

El significado que le damos a la palabra conocer es muy distinta al significado que le da la biblia. Conocer a alguien para los latinos es tener información acerca de ese alguien. Y con eso basta para decir que le conoces.  Pero “Yada” que es conocer en hebreo. Significa experimentar, tener un encuentro, significa intimidad.[6] En muchos contextos se refiere a intimidad sexual. Y estoy convencido que es el uso que se le da aquí. De hecho, es lo que Lot concluye, pues de lo contrario no hubiera sido lógico que el quisiera sustituir a los ángeles por sus hijas, añadiendo connotaciones sexuales (les dice que son vírgenes). En el texto hay a lo menos tres manifestaciones del libertinismo. Primero se manifiesta como un movimiento. Observe que el texto en el vrs. 4 dice que “rodearon la casa”, luego dice que el “pueblo junto” y finalmente dice “desde el más joven hasta el más viejo”. Es un movimiento colectivo. La presión del movimiento está en la fuerza de la muchedumbre. La premisa que si todo el mundo lo hace no está mal, y al contrario quién se sale de esos parámetros simplemente está mal. Las masas y su fuerza colectiva determinan que una práctica es correcta o incorrecta. Por otro lado, es un movimiento es abusivo, ya que violentan los derechos de Lot, simplemente se entrometen en su vida privada, se acercan hasta lo más íntimo de tu hogar. Por otro lado, es un movimiento represivo. El vrs. 9 dice que “hacían gran violencia”. La expresión es hacer fuerza, ser insolente e irrespetuoso en gran manera. Es un grupo desafiante, altanero que busca imponer su voluntad sobre otro. He aquí Lot ante un movimiento que lo está presionando para adecuarse a la visión de la masa. Pero Lot simplemente no desea que esto suceda. Sin embargo, la respuesta de Lot ante su disyuntiva nos deja con una gran interrogante.

Segundo se manifiesta como un comportamiento. Viendo nuevamente la expresión “desde el más joven hasta el más viejo”. Esta frase es bastante ilustrativa. Demuestra un comportamiento social ya establecido.

Primero es obvio que había un comportamiento homosexual. Es curioso que se hable tanto en el original como en las traducciones acerca del género masculino. Lo que viene a mostrar que habían ya marcados varios comportamiento homosexuales. Pero en realidad no era el único. También habría un comportamiento bisexual. Por el hecho de que Lot ofrece a sus hijas (femenino) a los varones (masculino). Lo que viene a implicar que de alguna manera también les satisfacerla su deseo de “conocer” con las mujeres. Por otro lado, debió haber algún tipo de relaciones sexuales entre hombre y mujer para que la ciudad se reprodujera. Por otro lado, habría un pensamiento pedófilo. Ya que, si había niños en medio de ellos, estarían siendo participantes de la experiencia sexual con los ángeles. Por último, habría un pensamiento pornográfico. Ellos exhiben sus deseos sexuales como un espectáculo que es digno de verse. Se exhiben sin ninguna restricción sus pasiones frente a otros. Esto es la esencia de la pornografía. Pero finalmente es una mentalidad de orgía. En donde se puede participar colectivamente e intercambiar pareja sin ninguna reserva.

Es importante entonces establecer que Sodoma y Gomorra no fue juzgada por el pecado de homosexualidad en sí, sino porque era una sociedad corrupta en todo los aspectos de la sexualidad.

Se manifiesta con un enfrentamiento.  El pasaje dice que hicieron “gran violencia”. Ya mencioné anteriormente lo que esta expresión significa. La cosa importante es que este movimiento no puede uno ser neutral. O participa o está en contra. La tan ansiada y conocida palabra como tolerancia no es compatible cuando la cosmovisión humana es enfrentada con la cosmovisión de Dios. No podremos dejar de enfrentarnos a este movimiento. Estamos en una batalla fuerte y agresiva, encubierta con muchas trampas que dejan a los que seguimos a Jesús en una posición muy difícil, pero no imposible.

El tercer nivel es el utilitarismo. ¿De dónde procede el término utilitarismo? En este sentido tenemos que dejar patente que se trata de una palabra que tiene su origen etimológico en el latín. Así, podemos ver que se encuentra conformada por dos partes latinas: el vocablo utilitas, que puede traducirse como “cualidad de útil”, y el sufijo –ismo, que equivale a “doctrina”. El utilitarismo es una doctrina filosófica que sitúa a la utilidad como principio de la moral. Es un sistema ético teleológico que determina la concepción moral en base al resultado final.[7]

¿En dónde observamos este concepto en la narrativa de Génesis 19? Bueno, observa usted que las hijas de Lot son un elemento a ser utilizado para un fin específico. Los de Sodoma y Gomorra las podrían utilizar para satisfacer los deseos sexuales, Lot las utilizaría para salir del problema. “No importa”, dice Lot usen a mis hijas. Las ve como un objeto que pueden consumir. Tanto el cómo los de la ciudad.

Así que vemos que el utilitarismo considera que la vida humana se orienta a la satisfacción de un fin último que es el placer, con lo que se logra la felicidad, que determina la moralidad de los actos. Evitar el dolor, y lograr sentirse bien, son las metas de la vida y todo lo que hacia ella se orienta como resultado, es ético. Una acción será calificada como justa según cuanta felicidad proporcione o cuanto daño o mal evite (en este caso sería un utilitarismo negativo) medida en general, o sea no individualmente. a elección entre distintos placeres debe hacerse, prefiriendo los de mayor calidad, siendo éstos los intelectuales, emocionales y los que despiertan la imaginación, estando por debajo los propios del resto de los animales, que son los placeres sensitivos.[8]

Cuarto nivel el cristianismo. Una cosa importante que debemos establecer es que el placer fue diseñado por Dios. El problema del placer en la actualidad es que está enfocado en el objeto equivocado. C.S. Lewis decía, “Si encuentro dentro de mí un deseo que ninguna experiencia en este mundo puede satisfacer, la explicación más probable es que fui hecho para otro mundo”[9] Así que podemos tener un placer cristiano genuino. La verdad es que Dios es más glorificado en nosotros cuando estamos más satisfechos en Él. Fuimos hechos para ser satisfechos en Dios y al vivir así, atesorándolo, vivimos y morimos para su gloria. i hemos de vivir para la gloria de Dios, entonces Él debe ser nuestro mayor deleite; por naturaleza adoramos aquello en lo que más nos deleitamos. Por ejemplo, cuando probamos un helado delicioso, no podemos evitar decir, “¡Qué buen helado!”. La alabanza genuina es fruto del deleite genuino. Cuanto mayor es el deleite, más intensa la alabanza. Por eso, la meta del hedonismo cristiano es encontrar más placer en el solo y único Dios, evitando así el pecado de codicia, que es idolatría (Col. 3:5). El hedonismo cristiano no convierte en un dios el placer. Dice que ya has hecho un dios de aquello en lo que más te deleitas. Por tanto, lo que el hedonista cristiano busca no es el gozo en sí, sino el gozo en el Señor.[10]

Es por eso que el deleite en Dios no debe ser una nota al pie de página en la vida cristiana. Buscar nuestro gozo en Dios es un mandato bíblico y al mismo tiempo es lo que más necesitamos (Sal. 37:4; Fil. 4:4).[11]

Veamos en segundo lugar, la visión contextual de la narración.

El cultivo de los sentidos y la permanente búsqueda de nuevas sensaciones son la consecuencia de un bienestar material más que de una evolución mental. Prueba de ello es que a pesar de esta nueva dimensión del ser humano no es verdad que hoy sea éste más feliz que lo pudo ser antes o al menos las personas no se sienten más felices por cultivar más placeres.

El placer es un mecanismo por el cual damos curso a las múltiples necesidades que nuestro organismo demanda para mantenerse en plena forma. El placer viene a ser el reclamo que utiliza el cerebro para conseguir aquello que le falta. El alimento es placentero cuando se padece la necesidad de consumirlo para saciar el hambre. Comer es un placer en tanto que su consecución última es saciar el hambre y cumplir con una necesidad puramente biológica. Sin embargo, cuando estamos hartos de comer el placer por la comida desaparece y dejamos de interesarnos por ella. Así pasa con todos los placeres. Cuando la causa que dispara la necesidad deja de existir, el placer por conseguir el estado de satisfacción deja de ejercer su acción en nuestro cerebro. Así que podemos concluir que una vez pasada la necesidad el placer desaparece.

Veamos entonces con respecto al eudemonismo de Lot, ¿qué implicaciones tiene para nosotros hoy? En el caso de Lot, el deseo del placer y la satisfacción partía de una combinación o una mezcla. Para Lot su placer y felicidad era una mezcla de “fiesta y pan duro”. Es querer tener algo de ambos mundos. Algunos llaman a esto a tener un equilibrio. Pero en realidad no es equilibrar sino diluir.

Pensemos por un momento en el término equilibrio. Dice una definición que equilibrio es el estado de inmovilidad de un cuerpo sometido a dos o más fuerzas de la misma intensidad que actúan en sentido opuesto, por lo que se contrarrestan o anulan. Por otro lado, diluir es Hacer que un cuerpo o una sustancia, al mezclarse con un líquido, se deshaga hasta que sus partículas queden incorporadas a dicho líquido[12].

En la vida espiritual encontramos muchas personas que quieren equilibrar sus vida espiritual con su vida social, por ejemplo. Por un lado, quieren tener una vida religiosa adecuada, pero conviviendo con aspectos mundanos. Disfrutar de ambos mundos. Una persona puede simplemente tener un fiesta de dedicación a Dios, pero incluir bebidas alcohólicas. Hacemos bodas cristianas, de 15 años y mezclamos distintivos de la celebración del mundo. Y que decir de que a los formularios de pago de impuestos le pongo un versículo bíblico, pero miento en esos formularios.  Pero lo que ocurre en nosotros que más que acercarnos a Dios sin darnos cuenta nos produce una frialdad espiritual. Cantamos alabanzas en el templo, pero al dirigirme a las personas, empleados o hijos los insulto. Y es no estamos equilibrando nuestra vida cristiana la estamos diluyendo. Lot con esa decisión doble de “fiesta y panes duros” no fue mejor espiritualmente hablando.

Ahora en segundo lugar veamos en cuanto al libertinismo de Lot.

Muchos relacionan el placer con la felicidad. La felicidad es otra cosa distinta al placer, si bien está íntimamente unida a éste. Podemos decir que la felicidad es el estado que sigue a la consecución del placer, es decir, la felicidad comienza cuando uno se siente satisfecho, cuando el placer ha terminado y no sentimos necesidad de alcanzar estado alguno distinto al que nos encontramos. Así, siguiendo con el símil de la comida, la felicidad sería la sensación que sigue al momento de no sentir hambre y de haber consumado la ingesta de comida movidos por el placer de comer.

En el caso de Lot vimos algunas manifestaciones del libertinismo. Primero lo vemos como un movimiento.

El activo «movimiento gay» (pensemos en EE.UU., Europa y Brasil, por ejemplo) reivindica derechos, reconocimientos e igualdad. Sin embargo, es muy poco todavía lo que se ha trabajado teológicamente sobre esta problemática que urge la perspectiva bíblico-teológica a dar respuestas adecuadas a las preguntas e inquietudes que surgen en torno a este comportamiento cada día más común, e incluso aceptado como «normal», en nuestra sociedad.[13]

A todo esto, se suma la necesaria atención pastoral y apoyo eclesial a las personas que viven esta realidad como postura sexual de vida. Como vemos, el tema es muy extenso y hay muchos campos abiertos para el estudio científico, pero me parece que hay uno que está en la base para toda reflexión teológico-moral seria: el estudio de lo que dice la Sagrada Escritura sobre esta problemática.[14]

El posicionamiento de la Iglesia en general ha sido muy negativo en la valoración de este tipo de postura o comportamiento sexual. Históricamente hablando, la Iglesia cristiana, tanto católica como protestante, siempre ha condenado las «prácticas homosexuales». Para ello se basaba por un lado en la filosofía «natural», y por otro, en las mismas fuentes bíblicas. Ambos caminos han estado altamente cuestionados en las últimas décadas.

Todos los teólogos moralistas recurren, como no podía ser de otra forma, a la Biblia. Sus resultados, sin embargo, son bastante diversos. Este es el verdadero «caballo de batalla». Para unos la reprobación moral de la homosexualidad no es discutible si queremos ser fieles al dato revelado. Para otros, los testimonios bíblicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, bien leídos, no son definitivos. Y, en consecuencia, el tema sigue abierto. El problema de fondo que «pena» en las reflexiones de los teólogos moralistas es, en definitiva, el siguiente:

«Si la referencia bíblica se diluye, la praxis pastoral se modifica. Si la cobertura bíblica no es ‘negociable’, el tratamiento pastoral tiene sus límites. El ‘logos’ condiciona el ‘ethos’, y el ‘ethos’ condiciona la ‘praxis’ pastoral»[15]

Ahora una cosa interesante es que llama la atención la ausencia de cualquiera referencia a la homosexualidad en los evangelios, a pesar de que las claras condenaciones a esta práctica en la literatura rabínica hacen suponer que era una práctica conocida.

Jesús asumió, practicó y confirmó muchas de las prácticas de la tradición judía en la cual fue educado. Por otro lado, demostró mucha libertad frente a las costumbres de su pueblo, distanciándose de todo tipo de discriminación social y asumiendo con firme delicadeza la defensa de los marginados de su tiempo, como ilustran las historias de la mujer adúltera (Jn 8, 1-11) y de la mujer de mala fama (Lucas 7, 36-50), cuyos delitos estaban precisamente en el área sexual. Sin embargo, ni para atacarlos ni para defenderlos Jesús se refirió a los homosexuales. Sobre varios asuntos de orden sexual habló Jesús. Matrimonio, adulterio y divorcio fueron temas de importantes discursos realistas y a veces innovadores, hasta revolucionarios. Pero sobre la homosexualidad, ni una palabra. Sin embargo, este silencio no abre camino a la aplicación del principio: «el que calla, otorga». La fidelidad de Jesús a su origen judío y su insistencia en la observancia de la Ley y los Profetas, a pesar de las correcciones que hace, llevan a suponer que la condena de la homosexualidad, firme en la tradición de Israel, también pertenece al equipaje cultural de Jesús. Pero ¿no nos dirá algo este silencio?  En realidad, el silencio destaca en el mensaje de Jesús algo más valioso para la discusión del problema de los homosexuales. En la conciencia misionera de Jesús vive un núcleo de comunicaciones que supera los problemas sexuales específicos y los pone en segundo plano. Para él, la presencia actuante del Padre está en el centro, con su Reino, en el que todos los seres humanos se tornan hermanos de la misma familia, interrelacionados por la práctica del amor mutuo y fraterno. Con esto, en el horizonte del problema de los homosexuales surge una luz: El amor del Padre para con todas las personas y el amor solidario que debe marcar concretamente las relaciones humanas y la convivencia social, libre de discriminaciones y prejuicios»[16]

Nuestra práctica espiritual conlleva más que condena y denuncia, una respuesta pastoral apoyada en las convicciones de la biblia. Debemos dejar fluir las buenas noticias del evangelio que es capaz de transformar a quien quiere ser transformado. Será un movimiento fuerte y agresivo que promulgará ser aceptado y divorciado de la realidad bíblica. Pero aquí es donde debemos ser más claros con nuestras enseñanzas sobre estos temas tabú en la iglesia.

En segundo lugar, se manifiesta como un comportamiento.

¿Las manifestaciones sexuales son el resultado de nacer o de aprender? Allí ha sido quizás el debate. En el texto uno se sorprende al ver que tanto los jóvenes como los adultos habían adquirido esa conducta. Si la premisa de que el homosexual nace, entonces Dios es injusto en la manera que lo trata, porque su conducta está fuera de su control. Pero si un homosexual se hace, entonces la persona tiene responsabilidad tanto moral como conductual, y puede ser revertida como un alcohólico.

Ahora bien, debemos dejar muy claro en este momento que la homosexualidad no es algo relativo al sexo. En última instancia se trata del rechazo y de la toma de distancia respecto de uno mismo, de los demás y de la propia identidad de género de uno mismo”[17]

El escritor Richard Cohen en su libro Comprender y Sanar el Homosexualismo establece después de una investigación primero experimental, él fue homosexual, segundo emocional y tercero espiritual ciertas premisas importantes.

La primera premisa que el pode es que NADIE NACE CON UNA ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL. Es decir, no existen datos científicos que indiquen una base genética para las atracciones del propio sexo.

La segunda premisa es NADIE ELIGE SENTIR ATRACCIÓN HACIA LOS DE SU PROPIO SEXO. Son el resultado de traumas sin resolver que conducen a una confusión de género. La tercera premisa es LAS PERSONAS PUEDEN DECIDIR CAMBIAR. Es decir, nadie ha nacido así. La cuarta premisa es LO QUE EN UN TIEMPO SE APRENDIÓ PUEDE «DESAPRENDERSE». Es decir, cuando se curen las heridas y las necesidades insatisfechas se cumplan, se experimentará la identificación de género y aparecerá el deseo heterosexual. Y la quinta premisa es que LA HOMOSEXUALIDAD ES UN DESORDEN DE ATRACCCIÓN HACIA LAS PERSONAS DEL PROPIO SEXO. Es decir que no hay nada gay (alegre) en el estilo de vida homosexual. Está lleno de tristezas y, muy a menudo, consiste en una búsqueda interminable de amor a través de relaciones de codependencia. La sexta premisa es que en la medida en que representan un IMPULSO PARA CURAR NECESIDADES DE AMOR NO SATISFECHAS, las atracciones hacia las personas del mismo sexo no son algo malo. Pero el estilo de vida homosexual es FRUSTRANTE: la persona no se identifica con su propia masculinidad o con su feminidad y desesperadamente intenta cubrir ese déficit uniéndose a otra persona de su mismo sexo.

Finalmente, la séptima premisa es que TODOS PODEMOS LOGRAR LO QUE NOS PROPONGAMOS. Si estamos decididos, contamos con el amor de Dios y el apoyo de otras personas, LA CURACIÓN ES POSIBLE. Por supuesto, en el momento actual, muchos dirán que no es posible salir de la homosexualidad. Eso es sencillamente un mito, porque EL CAMBIO ES POSIBLE.[18]

En cuanto al enfrentamiento. Hoy por hoy viviremos en un mundo que provoca y se opone al cristianismo. La hostilidad de los creyentes en contextos occidentales es más ideológica y cultural. Las tendencias del homosexualismo, el matrimonio y la familia son grandes temas de debates y presión para la iglesia y el cristianismo. Pero pronto vendrá la hostilidad legal y estatal. ¿La iglesia estará preparada para enfrentarse a esta hostilidad que se viene? Antes de proseguir con más detalles de esta hostilidad, es importante definir qué es tolerancia e intolerancia en nuestro contexto del siglo XXI. Quizás un autor bastante autoritativo en este tema es Josh McDowell, en su libro “La Nueva Tolerancia” describe claramente que es y cómo se manifiesta. El autor dice que por mucho tiempo pensó que sabía a qué se refería la gente cuando utilizaban la palabra tolerancia. Pero descubrió que lo que la palabra significaba antes y lo que significa hoy son dos cosas drásticamente diferentes.[19] Luego añade: “La doctrina de la tolerancia de hoy (lo que llamo «la nueva tolerancia») va más allá de la definición del diccionario de tolerancia. El diccionario la define como «reconocer y respetar [las prácticas, creencias, etcétera de otros] sin compartirlas, “y «soportar o permitir con [alguien o algo lo cual no nos gusta particularmente]. Pero eso no es ya más lo que la palabra significa y promueve, por lo menos no a la mayoría de las personas e instituciones que la utilizan y eso es especialmente verdad entre los estudiantes.[20] Así que la doctrina actual de la nueva tolerancia» va más allá de la definición tradicional de la palabra. La tolerancia en la Biblia tiene connotaciones positivas y de ánimo. Esta actitud es básicamente lo que Pablo expresó en 1 Corintios 13:7, cuando él dijo que el amor «todo lo soporta». La Biblia dice: «Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres» (Romanos 12:16,18). Se nos dice «Recibíos los unos a los otros, como también Cristo nos recibió, para la gloria de Dios» (Romanos 15:7). La Palabra de Dios deja claro cómo los cristianos tienen que actuar los unos hacia los otros y hacia los de la fe: Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor. Efesios4:2 Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32 Soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Colosenses 3:13-. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los dé la familia de la fe. Gálatas 6:10 24.[21]

Así que la tolerancia tradicional es perfectamente compatible con tales mandamientos bíblicos porque la comprensión tradicional de tolerancia ha estado respetando y protegiendo los derechos legítimos de los demás, aun los de aquellos con los que no estamos de acuerdo, y los que son diferentes a los tuyos. En un sentido pasivo, la tolerancia tradicional significa «todo el mundo tiene derecho a su propia opinión.»[22] Antiguamente, fue la tolerancia activa lo que permitió a los cristianos (y otros) luchar por la abolición de la esclavitud en América en el siglo diecinueve, proteger a los judíos del nazismo de Hitler y estar entre los líderes en los principios del movimiento por los derechos civiles en los Estados Unidos y en otros lugares.  Escuchando y aprendiendo de otras perspectivas, culturas y trasfondos. Un joven cristiano que con respeto asiste al bar mitzvá de un compañero de clases demuestra la tolerancia tradicional, tal y como un occidental que se quita los zapatos al entrar a un hogar japonés o un alumno de preuniversitario que escucha cortésmente mientras un estudiante extranjero describe su tierra natal, cultura o religión. Viviendo pacíficamente junto a otros, a pesar de las diferencias. «Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor» (Hebreos 12:14); los hijos de Dios deben ser buscadores de la paz (Salmo 34:14), promotores de la paz (Proverbios 12:20), pacificadores (Mateo 5:9), y perseguidores de la paz (1 Pedro 3:11). Esto no requiere de usted que sacrifique sus principios bíblicos para lograr la paz, sino que significa que «Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres» (Romanos 12:18). Aceptando otras personas, no importa la raza, credo, nacionalidad o sexo. Después de todo, Jesús (aunque era un judío) hablaba libremente y con respeto con una mujer samaritana, compartía la cena con cobradores de impuestos, y hasta tocaba los leprosos (todo lo cual era un tabú estricto para los hombres de los días de Jesús). Cuando fue acosado por la mujer cananea (los cananeos eran enemigos históricos del pueblo judío y adoraban a Baal, Dagón, y otros dioses), Jesús alabó la fe de ella y sanó a su hija.[23] La tolerancia tradicional exhibe ese tipo de aceptación amorosa hacia las personas como individuos (aunque no necesariamente aceptando las creencias o manera de actuar). La tolerancia tradicional valora, respeta y acepta al individuo sin necesariamente aprobar o participar de sus creencias o modo de actuar. La tolerancia tradicional hace diferencia entre lo que una persona piensa o hace y la persona misma.

Pero la definición de hoy, el concepto que se les enseña a nuestros hijos en las escuelas y en los medios de comunicación, es muy diferente. La nueva tolerancia estimaría que 80% de las veces que usted escucha la palabra tolerancia utilizada fuera de las paredes de la iglesia en el día de hoy, por los maestros de escuela, reporteros de noticias, funcionarios del gobierno, activistas, celebridades y quizás hasta nuestros propios hijos, casi nunca se refiere a la tolerancia tradicional, sino a lo que estamos llamando la nueva tolerancia. La nueva tolerancia puede sonar como la tolerancia tradicional, pero es totalmente diferente. Esta nueva tolerancia está basada en la creencia no bíblica que «la verdad es relativa a la comunidad en la cual la persona participa. Y como hay muchas comunidades humanas, necesariamente hay muchas verdades diferentes. Como hay muchas descripciones de la realidad, no se puede tomar ningún punto de vista en un sentido total… Como la verdad está descrita por el idioma, y todo idioma está creado por los humanos, toda verdad está creada por los humanos.[24] Ahora, ponga cuidadosa atención aquí porque el resultado de este modo de razonar no bíblico es crucial. Si toda verdad es creada por los humanos, y todos los humanos son «creados iguales» (como dice la Declaración de Independencia de Estados Unidos), ¿entonces cuál es el próximo paso lógico? Toda «verdad» es igual.

McDowell cita a Fernando Savater, el filósofo español, que declara en su reciente libro El mito nacionalista: Tolerancia… la doctrina de moda, es que todas las opiniones son iguales. Cada una tiene su punto, y todas debieran ser respetadas o alabadas. Lo que quiere decir que no hay manera racional de discernir entre ellas[25]. La definición de la nueva tolerancia es que las declaraciones de las creencias de cada individuo, su sistema de valores, su estilo de vida y la percepción de la verdad son iguales. No hay jerarquía de la verdad. Tus creencias y mis creencias son iguales, y toda la verdad es relativa. ¿Captó eso? La Biblia deja en claro que todos los sistemas de valores, creencias, estilos de vida y declaraciones acerca de la verdad no son iguales. Enseña que el Dios de la Biblia es el Dios verdadero (J e r e m í a s 10:10), que sus palabras son verdad (Salmo 119:160) y que, si algo no está bien a vista de Dios, está mal (Deuteronomio 6:18). Este no es solamente el punto de vista de la cultura hebrea o de la cultura cristiana o de la cultura occidental; es la verdad, de acuerdo con el Dios que reina sobre todas las culturas. Así que este choque de cosmovisiones ha generado y generará todavía mayor hostilidad hacia el cristianismo. ¿Será lo suficiente resiliente el cristianismo para superar esta hostilidad? En esencia sí, porque Dios lo ha prometido y el sostiene con su poder a su pueblo. Pero que la vamos a pasar difícil, nadie lo discute.

Al respecto, Albert Mohler dice que los evangélicos deben «recuperar el valor teológico y la convicción o nos enfrentaremos a la trágica realidad de que esta podría ser la última generación que evangeliza».[26] Mohler se muestra muy crítico con «algunas tendencias de «evangelismo contemporáneo» que amenazan la integridad del mensaje, ya que «por definición, los evangélicos deben ser gente del Evangelio, que aprecia, enseña y comparte el Evangelio de Jesucristo». Alerta además del peligro de abandonar el centro del evangelio, «la verdad objetiva de que Cristo murió por los pecadores, y de que esa salvación es únicamente por gracia a través de la fe solamente en Cristo». Señala Mohler el testimonio de Lutero, que sostuvo que la doctrina fundamental de la justificación por fe es «el artículo por el cual la iglesia se levanta o cae».[27] Charles Spurgeon dijo: «Hemos llegado a un punto decisivo en el camino. Si giramos a la derecha, quizás nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos irán por ese camino; pero si giramos a la izquierda, las generaciones venideras nos maldecirán por haber sido infieles a Dios y a su Palabra»[28]. Unas palabras que suenan con urgencia profética después de más de un siglo de que se hayan escrito.

Ahora en tercer lugar la visión espiritual de la reflexión

Es muy importante que sepamos distinguir la frontera entre el placer y la felicidad con el fin de despejar de conflictos nuestra mente y nuestra vida ante las miles de situaciones a las que debemos de enfrentarnos. Se dice, y es verdad, que “el dinero no da la felicidad” y luego algunos también añaden, “pero ayuda a conseguirla” y es verdad que ganar dinero y conseguir bienes materiales es un placer que nos mueve a la mayoría de los seres humanos, pero también lo es que son muchos, la mayoría diría yo, que habiendo conseguido sus metas económicas con sumo placer, terminan siendo infelices, o al menos siendo incapaces de gozar de ese segundo estado de bienestar que es la felicidad.

¿Qué conclusiones podemos asimilar en la narrativa de Génesis 19? Bueno hay varias cosas que son bastante evidentes y que queramos o no tendremos que lidiar con ellas ante el embate del hedonismo. Son como cuatro realidades a las que debemos enfrentar con carácter y responsabilidad cristiana.

La primera cosa que veo en contextos donde el hedonismo crece que hay un crecimiento de la perversión. Si observamos el vrs. 4 habla de que los de Sodoma “rodearon la casa”. La expresión es que por cualquier lugar donde se veía de la casa de Lot estaban totalmente asediados por la perversión y la maldad. Eso significa que todas las sociedades les agrada este tipo de conductas y tienden a darles un matiz de “necesario” y de “normal”. Porque de lo contrario no se pueden justificar las conductas. El elevar una perversión a la categoría de “normal” y “socialmente aceptada” hace que todo se valga. Por lo tanto, cada día más y más veremos estas manifestaciones creciendo en nuestra sociedad.

Todos nosotros nos hemos dado cuenta del medio ambiente en decadencia en el que se vive. A la mayor parte del mundo lo envuelve un río que se desborda con degenerada indecencia, con el abandono de la virtud, la rectitud, la integridad personal, el matrimonio tradicional y la vida familiar. Sodoma y Gomorra fueron la representación misma de la vida pecaminosa del Antiguo Testamento. En ese entonces eran dos ciudades aisladas, pero ahora esa condición se extiende por todo el mundo. Satanás manipula con destreza el poder de todos los medios de comunicación; su éxito ha aumentado mucho el alcance y la disponibilidad de esas influencias degradantes y destructivas por todo el mundo. En el pasado, se requería cierto esfuerzo para encontrar esa maldad, pero ahora satura partes considerables de virtualmente casi todo rincón del mundo. No podemos secar el creciente río de influencias malignas, puesto que éste es el resultado del ejercicio del albedrío moral que nuestro Padre concedió divinamente al hombre; pero sí podemos, y debemos, advertir, con claridad, sobre las consecuencias de acercarse a su corriente tentadora y destructiva.[29]

La segunda cosa que veo en contextos donde el hedonismo crece que hay un incremento de la desviación.

La escritora Taylor Caldwell en su libro la Columna de Hierro pone en boca de Cicerón la siguiente frase: “Un hombre perverso es más soportable para la mayoría que uno bueno, que es para ellos un constante reproche y al que hay que despreciar”. Y luego más adelante añade: ““Si un hombre es peligroso, el mejor modo de hacerlo inofensivo es invitarle a que se una a nosotros”.[30]

Precisamente eso refleja la historia de Lot con la expresión que encontramos “desde el más joven hasta el más viejo”. Hay una generalización de la desviación. Se la cultura sexual desde una perspectiva desviada. Aquí nos adentramos al mundo de la pornografía y de la homosexualidad. Dos elementos tan presentes en nuestra cultura. El problema es que la iglesia y todos los que somos miembros de ellos estamos muchas veces embarcados en estas desviaciones.

Enfoquémonos en primer lugar con la pornografía. Los cristianos no sólo tienen un consumo de pornografía parecido a la media social, sino que además tienden a justificarlo. Cada vez se necesitarán contenidos más explícitos, más agresivos y, lo peor, se considerará que son normales, tolerables. La accesibilidad desde internet, la comodidad de un consumo desde casa y el hecho de que los contenidos sean, en muchos casos, gratuitos. Estos factores, sin duda, contribuyen al uso de la pornografía. No hace falta hacer grandes esfuerzos para cruzarse con archivos de este tipo incluso sin buscarlo o buscando cosas mucho más inocentes y absolutamente desligadas del tema. Tener el ordenador delante y no tener que dar ninguna clase de explicación respecto a lo que se consume, facilita su uso (no como ocurre, por ejemplo, al comprar una revista de este tipo en un quiosco, en que te tienes que encontrar con el quiosquero y además asumir que algún vecino puede toparse contigo en el momento más inoportuno)[31].

Este uso tan “cuotidiano” que se puede dar de los contenidos sexuales online no deben hacernos olvidar, sin embargo, que el riesgo es importante. Este terreno es tan altamente adictivo que, al igual que sucede con otras cosas, los primeros contactos suelen ser gratuitos para convertirse después en interacciones o visionados de pago. La pornografía se parece a otras drogas en que, a la larga, el cuerpo se acostumbra y genera tolerancia: La persona se acostumbra a cierto contenido y necesita ir subiendo la temperatura y el calado de lo que ve.

Esperaríamos que entre cristianos esto no existiera o que, al menos, no fuera tan frecuente como lo es fuera de nuestras filas. Sin embargo, son muchos los consumidores cristianos de pornografía, aunque lógicamente no se habla abiertamente de ello.[32]

Los cristianos somos personas como cualquier otra, con las mismas debilidades, sólo que regenerados por la sangre de Cristo. Y en ese sentido es que la cercanía con el Señor y poner nuestra mirada en Sus cosas son la única protección real con la que contamos en estos casos. Somos igual de débiles, entonces, que cualquier otro y privarnos del uso de estas cosas es más una cuestión de obediencia que de falta de tentaciones.[33]

Y es que la profundidad de la problemática en las iglesias evangélicas, es que hay mucho desconocimiento de hasta qué punto esto está desaconsejado y prohibido por Dios. Se tiende fácilmente a la autojustificación, a dar explicaciones en ocasiones un tanto rebuscadas para conseguir precisamente esto, ver con buenos ojos lo que no es bueno.

Una de las cuestiones que ya estamos contemplando, no sólo en los jóvenes, sino en los muchos adultos que la consumen, es una banalización de la sexualidad y de las implicaciones del uso de la pornografía”. Relativizar el problema no ayuda. Parece que no pasa nada, pero sí pasa. Uno de los efectos más evidentes y que acarrea también consecuencias en otros ámbitos es, principalmente, el hecho de que se ven las relaciones sexuales como algo puramente utilitario, para cubrir una necesidad personal inmediata, pero poco o nada tiene que ver el amor o el afecto por el otro.

Aquí hay una gran batalla a nivel de ministración comunitaria eclesial. Quizás necesitamos simplemente el deseo de que Dios sea nuestro deleite. Es un campo complicado y muy duro, pero podemos vencer en nombre del Señor.

Ahora enfoquémonos en el homosexualismo. La misión de la Iglesia es llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todas las personas, y brindar atención pastoral a todas las personas en su nombre. En nuestra época y cultura hay retos especiales que deben afrontar los miembros de la Iglesia que llevan a cabo esta misión entre personas que experimentan atracción por personas del mismo sexo. Hay muchas fuerzas en nuestra sociedad que promueven una visión de la sexualidad en general, y de la homosexualidad en particular, que no están de acuerdo con el propósito y plan de Dios para la sexualidad humana.[34]

Creo que no existe en esta reflexión el espacio suficiente o el tiempo suficiente para tratar a profundidad un tema tan espinoso y complicado. Mi intención es sólo dar algunas pequeñas ideas o conceptos que puedan darnos algunas luces. Pero la responsabilidad de la iglesia es más profunda y más urgente. Quiero dividir las ideas con respecto a este tema en cuatro aspectos.

Primero tenemos un reto con la mentalidad. La Biblia nos exhorta a predicar la Buena Nueva a todo el mundo en toda la tierra apuntando a la dignidad fundamental que posee toda persona por haber sido creada por Dios. Dios ha creado a cada persona humana por amor y desea darle la vida eterna en la comunión de la Trinidad. Todo el mundo es creada a la imagen y semejanza de Dios y por tanto posee una dignidad humana innata que debe ser reconocida y respetada. En consonancia con esta convicción, la Iglesia enseña que las personas con inclinación homosexual deben ser acogidas con respeto, compasión y delicadeza. Estas personas han sido, y a menudo siguen siendo, objeto de desdén, odio e incluso violencia en algunos sectores de nuestra sociedad.[35] Esto es vital para una aproximación evangélica con al gente.

Segundo tenemos un reto con la claridad. Como cristianos estamos convencidos que la Biblia enseña que los actos homosexuales son inmorales, pero al mismo tiempo distingue entre participar en actos homosexuales y tener una inclinación homosexual. Aunque lo primero es siempre objetivamente pecaminoso, lo segundo no lo es. En la medida en que una tendencia o inclinación homosexual no está sujeta al libre albedrío, uno no es moralmente culpable de esa tendencia. Aunque uno sería moralmente culpable si voluntariamente se complaciera en tentaciones homosexuales o escogiera ponerlas en práctica, el solo hecho de tener la tendencia no es pecado. Por consiguiente, la Biblia en realidad no enseña que la experiencia de la atracción homosexual sea en sí misma pecaminosa.

La inclinación homosexual es objetivamente desordenada, es decir, es una inclinación que predispone a uno hacia lo que no es verdaderamente bueno para la persona humana. Desde luego, no es raro que también personas heterosexuales tengan inclinaciones sexuales desordenadas. No basta que una inclinación sexual sea heterosexual para que sea propiamente ordenada. Por ejemplo, toda tendencia hacia el placer sexual que no esté subordinada a los bienes superiores del amor y el matrimonio es desordenada, en cuanto que inclina a una persona hacia un uso de la sexualidad que no está de acuerdo con el plan divino para la creación.[36]

Además, no solamente las inclinaciones sexuales pueden ser desordenadas dentro de una persona humana. Otras inclinaciones pueden igualmente ser desordenadas, tales como las que conducen a la envidia, la malicia o la codicia. Todos resultamos dañados por los efectos del pecado, que causa que los deseos se vuelvan desordenados. El simple hecho de poseer tales inclinaciones no constituye un pecado, al menos en la medida en que estén más allá del control

de la persona. Sin embargo, poner en práctica tales inclinaciones siempre es equivocado.[37]

Tercero tenemos un reto con la verdad. Es importante entender dos verdades importantes a poner en la palestra ante este suceso. Primero la verdad del Carácter de Dios y la verdad del carácter del matrimonio. De hecho, la biblia afirma y promueve activamente la dignidad intrínseca de toda persona. Como personas humanas, las personas con inclinación homosexual tienen los mismos

derechos básicos que todas las personas, incluyendo el derecho a ser tratadas con dignidad. Sin embargo, “la ‘orientación sexual’ no constituye una cualidad comparable a la raza, origen étnico, etc., con respecto a la no discriminación”. En consecuencia, no es injusto o intolerante, por ejemplo, limitar el lazo del matrimonio a la unión de una mujer y un hombre. No es injusto o intolerante oponerse a otorgar a las parejas homosexuales los beneficios que en justicia deben pertenecer al matrimonio solamente. Porque la verdad de Dios nos advierte que cuando el matrimonio es redefinido a fin de hacer que otras relaciones sean sus equivalentes, la verdad del matrimonio se devalúa y se debilita más. El debilitamiento de esta institución básica en todas las esferas y por diversas fuerzas ya se ha cobrado un costo espiritual, moral y social demasiado alto.

Tenemos un reto con la sanidad. Para el éxito de un ministerio de sanidad en la vida de personas con inclinación homosexual será esencial el apoyo y liderazgo de la comunidad y otros líderes pastorales. Una postura acogedora de amor cristiano de los líderes y de la comunidad en su conjunto es esencial para este importante trabajo. Esto es particularmente importante porque no pocas personas con inclinación homosexual sienten que son mal recibidas y rechazadas. En el proceso de sanidad es importante hacer una advertencia. Para algunas personas, revelar sus tendencias homosexuales a ciertos amigos íntimos, familiares, director espiritual, confesar a miembros de un grupo de apoyo de la Iglesia puede proporcionar algún auxilio espiritual y emocional, y ayudarlas en su crecimiento en la vida cristiana. Sin embargo, en el contexto de la vida de la comunidad eclesial, las autorrevelaciones públicas generales no son útiles y no deben ser animadas.

Debemos recordar que la vida cristiana es un itinerario progresivo hacia la profundización de la persona en el discipulado de Cristo. No toda la gente avanza al mismo ritmo, ni siempre se mueve en línea directa hacia su meta. Los que tropiezan a lo largo del camino deben ser animados a permanecer en la comunidad y continuar esforzándose por la santidad mediante la conversión de vida. Los jóvenes, en particular, necesitan especial ánimo y orientación, pues la mejor manera de apoyar a los jóvenes es ayudarlos, en primer lugar, a no enredarse en relaciones homosexuales o en la subcultura, pues estas experiencias crean mayores obstáculos.

La tercera cosa que veo en contextos donde el hedonismo crece que hay un movimiento de reacción.

Génesis 18:20-21 dice: “Dios continuó: “Los gritos de las víctimas en Sodoma y Gomorra son ensordecedores; el pecado de esas ciudades es inmenso. Voy a bajar a ver por mí mismo, a ver si lo que están haciendo es tan malo como parece. Entonces lo sabré «. The Message

El hecho de que la maldad del ser humano se incremente no quiere decir que Dios es indiferente hacia toda esa maldad. Nosotros vemos en este versículo la perspectiva de cómo se siente Dios con respecto a tal perversión. Tres reacciones de Dios veo. Primero hay una evaluación. Dios dice he ido contando la maldad de Sodoma y Gomorra y la cuenta ha ido aumentando. Ya tiene una cuenta pendiente muy grande. Segundo hay una indignación. Los gritos de la personas que sufren y son violentadas con esta cultura causan indignación en la persona de Dios, se siente angustiado y con un sentido de tristeza. Tercero hay una investigación. Me impresiona mucho el hecho de que Dios no se deje guiar por las impresiones, a pesar de que es Dios. El decide voy a ir a ver de primera mano si lo que estoy oyendo es real y así puedo investigar bien el delito. Cuarto, hay una retribución. Dios simplemente llegará al límite de su paciencia y misericordia ejecutará sus juicios contra una sociedad pervertida y corrupta.

Sea que fuera consciente Lot o no se dio cuenta que ya no vivía en el contexto ideal del pasado con Abraham.  El mismo había elegido vivir en Sodoma.  No podía vivir de la nostalgia de un mundo físico y espiritual que se había derrumbado. El proyecto cristiano tradicional occidental se ha estado derrumbando. Ese cristianismo tradicional protestante ha dejado de ser relevante para las nuevas generaciones en muchos contextos geográficos. Esto no quiere decir que el cristianismo está desapareciendo. Todo lo contrario, hoy está más fuerte que nunca. Pero si quiere decir que necesitamos, como Lot, ser conscientes de la nueva realidad hedonista y pagana dentro de la que vivimos. Esto nos debe retar a construir un nuevo proyecto cristiano fiel a Cristo y que sea vibrante y respuesta de Dios para el presente.


[1] https://www.madrimasd.org/cienciaysociedad/resenas/ensayos/resena.asp?id=219

[2] https://josemanuelruiz.wordpress.com/2008/09/14/placer-y-felicidad/

[3] https://pansingluten.net/salud-y-nutricion/la-levadura-y-su-importancia-en-la-elaboracion-de-pan/

[4] https://quesignificado.com/eudemonismo/

[5] https://www.facebook.com/FilosofiaLibre/posts/523612974399077/

[6] https://www.facebook.com/puntodereferencia.noticias/posts/yada-conocer-el-significado-que-le-damos-a-la-palabra-conocer-es-muy-distinta-al/1548696205143471/

[7] https://definicion.de/utilitarismo/

[8] https://deconceptos.com/ciencias-sociales/utilitarismo

[9] https://cristianismoactivo.org/fuiste-hecho-para-otro-mundo

[10] Piper, John. Los Deleites de Dios: Meditaciones sobre el placer que siente Dios en ser Dios. Ed. VIDA.2006. Pág. 23

[11] https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/una-introduccion-al-hedonismo-cristiano/

[12] https://www.lexico.com/es/definicion/diluir

[13] https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492001000400001

[14] Ibid.

[15] https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492001000400001

[16]https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492001000400001

[17] Cohen, Richard. Comprender y Sanar la Homosexualidad: Alguien que tú conoces necesita este libro. Ed. Libroslibres. Miami 2004. Pág. 4

[18] Cohen, Richard. Comprender y Sanar la Homosexualidad: Alguien que tú conoces necesita este libro. Ed. Libroslibres. Miami 2004. Pág. 6-8

[19] McDowell, Josh. La Nueva Tolerancia. Editorial UNILIT, España. 2001. Pág. 11

[20] Ibid.

[21] Ibid. Pág. 23

[22] Ibid. Pág. 24

[23] Ibid. Pág. 32

[24] Ibid.

[25] Ibid. Pág. 34

[26] http://www.protestantedigital.com/ES/Internacional/articulo/9622/Albert-mohler-si-la-iglesia-asume-el-rechazo

[27] Ibid.

[28] http://www.spurgeon.com.mx/grallibros.html

[29] https://www.churchofjesuschrist.org/study/general-conference/2004/04/how-to-live-well-amid-increasing-evil?lang=spa

[30] Caldwell, Taylor. La Columna de Hierro: Cicerón y el esplendor del Imperio Romano. Ed. Océano .1965. Pág. 362.

[31] https://protestantedigital.com/sociedad/28259/ante-la-pornografia-el-cristiano-tiende-a-autojustificarserdquo

[32] https://protestantedigital.com/sociedad/28259/ante-la-pornografia-el-cristiano-tiende-a-autojustificarserdquo

[33] Ibid.

[34] https://www.usccb.org/issues-and-action/human-life-and-dignity/homosexuality/upload/Ministerio-a-las-personas-con-inclinacion-homosexual.pdf

[35] Ibid

[36] https://www.usccb.org/issues-and-action/human-life-and-dignity/homosexuality/upload/Ministerio-a-las-personas-con-inclinacion-homosexual.pdf

[37] Ibid.

No menosprecie la Presencia de Dios

Busca la Presencia de DiosBusca la Presencia de Dios - Jóvenes de Brisas

A manera de resumen…

Estamos estudiando el libro de Números, y hemos girado nuestra reflexión hacia el concepto de la Presencia de Dios en tiempos de desierto. ¿Cómo quiere Dios manifestarse cuando estamos pasando tiempos difíciles? Eso es lo que estamos intentando investigar y aplicar a nuestra vida diaria. Por eso vimos ya en el capítulo 1 de Números el tema vimos que el pueblo de Dios puede contar con la Presencia de Dios en cualquier momento, en Números 2 vimos cómo hacer de la Presencia de Dios el centro de nuestra vida, en el capítulo 3 vimos cómo relacionarnos con la Presencia de Dios y en el capítulo 4 como movernos con la Presencia de Dios. Ahora entramos en el capítulo 5 vamos a enfocarnos con la manera es que afectamos la Presencia de Dios en nuestras vidas. Es un capítulo de instrucciones radicales, pero que buscan desarrollar a un pueblo santo y puro para que pueda disfrutar de un Dios Santo y Puro.

Unas palabras importantes…

Todoshemos pasado por esta prueba del Covid 19. Y parece que todavía no se termina. Tenemos que aprender a vivir con ello por mucho más tiempo. Una de las cosas interesantes que observé durante este tiempo es la rapidez con la que la enfermedad se propagó. Hace unos 10 meses que El Salvador no había registrado ningún caso, pero se esperaba que llegaría. Y al final llegó y se extendió como se había previsto. Me he puesto a pensar en la primera persona que trajo este virus a El Salvador. No supimos con exactitud quién o quienes fueron, pero si la inmensa mayoría de la población repudió el acto de introducir el virus al País. Es obvio que las primeras medidas que se tomaron con los primeros portadores fue aislarlos para que no ocasionaran más problemas. Sin embargo, el daño estaba hecho. Ahora la gente no condenaba el hecho de que estas personas se hubieran contagiado con el virus, lo que la gente condenaba es que a sabiendas de tenerlo no les importó encubrirlo y exponerse a otros ambientes y dañarlos. Y es que una persona que a sabiendas lo que puede ocasionar con su condición adrede infecta a otros, es digno de una sanción legal.

Al entrar en el capítulo 5 de Números parecemos encontrar una situación similar Dios le da a Moisés instrucciones específicas en tres casos importantes que pueden afectar la Presencia de Dios en medio de su pueblo y de la vida personal de los israelitas. Hay tres grandes niveles en el pasaje donde se debe tener mucho cuidado de no ofender a Dios. La primera es en el área personal (5:1-4). La segunda es en el área de lo relacional. (5:5-10) y la tercera es en el área de lo matrimonial. (11-31). Esta última toma un proceso y procedimiento más extenso y lleno de peculiaridades. Cada una de estas áreas refleja un problema o infracción, luego se ofrece una solución y se termina con la comunión nuevamente con la Presencia de Dios.

Veamos entonces en primer lugar el área personal. (5:1-4).

Casi todo el mundo está familiarizado con la Segunda Ley de la Termodinámica. En términos científicos, dice: «La entropía tiende a aumentar». O, para decirlo en un lenguaje más popular, «El caos ocurre». Veo la ley en acción en mi casa todos los días. Las moléculas de polvo nunca deciden organizarse ordenadamente en una pila en un rincón. Dejados a sus propios dispositivos, se distribuyen uniformemente por el suelo, el escritorio y cualquier otro objeto de la habitación. He notado que la entropía aumenta con especial rapidez en los dormitorios de los hijos. Los juguetes se distribuyen por todo el suelo, casi sin una participación humana perceptible. Sin embargo, nunca se reorganizan ordenadamente en el armario sin una intervención humana extensa y disciplinada. El caos es natural; hay que trabajar en el orden.

Lo mismo sucede en el campamento de Israel. El orden que Dios ha establecido en Números 1 al 4 no es autosuficiente por naturaleza. Ocurre el caos. El desorden y el pecado son parte de nuestra experiencia normal en este mundo caído. Es normal, pero al mismo tiempo también es peligroso, amenazando la presencia de Dios en medio de su pueblo. Este hecho de la vida debe tenerse en cuenta si Dios ha de morar en el tabernáculo en el corazón del campamento. El orden no siempre existirá de forma natural en el campo de Israel. Por lo tanto, la gente necesita ser instruida sobre el desorden y el pecado, especialmente sobre cómo lidiar con ellos adecuadamente, tanto como necesita orientación sobre cómo deberían ser las cosas. Tampoco estamos en una situación diferente a ellos. Aunque en nuestra cultura nos gustaría poder hablar de cosas felices todo el tiempo, la realidad es que nosotros también somos pecadores que necesitamos saber cómo lidiar con ese hecho. Números 5 nos ayudará a darnos las respuestas que necesitamos.

La primera gran dimensión que hemos establecido tiene que ver con la vida personal. En estos primeros 4 versículos Dios establece tres palabras importantes con respecto a nuestra situación espiritual personal. Estas tres palabras son negligencia, indiferencia y urgencia. ¿Cómo encajan estas tres palabras dentro del pasaje?

En primer lugar, veamos que este pecado personal es un asunto de negligencia.

Según un diccionario la palabra negligencia viene del latín negligentia, es la falta de cuidado o el descuido. Una conducta negligente, por lo general, implica un riesgo para uno mismo o para terceros y se produce por la omisión del cálculo de las consecuencias previsibles y posibles de la propia acción. Por ejemplo: una persona que habla por teléfono mientras conduce un vehículo está cometiendo una negligencia. Se ha comprobado que hablar y conducir son dos actividades que no pueden realizarse a la vez ya que el sujeto se desconcentra y puede provocar un accidente de tráfico.[1]

Observe en el texto que las tres condiciones expuestas al principio nacen en lo privado de las acciones de los transgresores. Probablemente la de contaminarse con muerto era un poco más expuesta, pero nadie podía controlar cuando una persona adquiría la condición. Ya que fuera por medios naturales o provocados, el primero en darse cuenta de su condición sería la persona que lo tenía. La condena estriba en que Dios no quería que un pueblo tan grande en población desarrollara una epidemia. Por esta razón Dios debía sacar a la luz el problema para que la persona no fuera negligente de contaminar a otros con su condición. Debemos recordar que la expansión de la impureza ritual era rápida y a veces inconsciente. Si la persona sabía de su condición y no lo confesaba caía en la categoría de loa negligencia. ¿Puede el pecado de la negligencia afectar mi relación con Dios? ¡Por supuesto que sí! La Biblia dice “…y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado…” Santiago 4:17.

Este versículo forma parte de una sección que se ha titulado “no es gloriéis del día de mañana” según la RV60. En los versículos precedentes, el escritor habla de una planificación vana. La advertencia de Santiago en contra de una vana planificación es doble. Una vana planificación podría consistir en: decir con ligereza que mañana o pasado nos vamos de viaje, sin saber si estaremos vivos. Por otro lado, podría ser: aplazar hasta mañana lo que Dios quiere que hagamos hoy mismo, si ni siquiera sabemos si mañana estaremos allí para poder hacerlo.[2]

Muchos cristianos hemos descuidado abiertamente las disciplinas espirituales de la oración y el estudio de las Escrituras, excusándonos de diferentes maneras, las cuales a la larga no son válidas y empeoran nuestra condición. Decir: “Mañana empezare a orar, a leer la Biblia”, es postergar algo que Dios demanda hoy. No hacerlo nos convierte en negligentes, es más, pecamos al descuidar tareas tan importantes. “El que sabe hacer lo bueno y no lo hace”, esto es pecado, pecado de omisión, el cual es una afrenta a Dios, en especial si conoce los mandamientos de Dios.

Nunca debe tomarse el pecado a la ligera. Esto es especialmente cierto del pecado de omisión, al cual con frecuencia se le da la inocente apariencia de descuido. Pero no es así. Considérese el discurso de despedida de Samuel. A los israelitas congregados les dice: “En cuanto a mí, lejos esté de mí que yo peque contra el Señor dejando de orar por vosotros” (1 S. 12:23). Samuel evitaba el pecado de la negligencia. La negligencia equivale a no tener en cuenta a Dios y al prójimo y es, por lo tanto, un pecado contra la ley de Dios.[3]

Por otro lado, es un asunto de indiferencia.

La indiferencia es a menudo una actitud neurótica, autodefensiva, que atrinchera el yo de la persona por miedo a ser menospreciado, desconsiderado, herido, puesto en tela de juicio o ignorado. Unas veces la indiferencia va asociada a una actitud de prepotencia o arrogancia. La indiferencia es un sentimiento o postura hacia algo o alguien. Es un error que conduce a la insensibilidad, la frialdad emocional y el insano despego psíquico, desembocando en la paralización de las más hermosas potencias de crecimiento interior y autorrealización. Como parte de la condición humana, se espera que las personas tengan empatía y puedan relacionarse con los demás. En este sentido, la indiferencia es la negación del ser, ya que supone la ausencia de creencias y motivaciones. Quien es indiferente no siente ni actúa, manteniéndose al margen.[4] Otros han incorporado esa actitud a su personalidad y la han asumido de tal modo que frustra sus sentimientos de identificación con los demás y los torna insensibles y fríos, ajenos a las necesidades de sus semejantes.

Shakespeare dijo: “El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad”[5]

La persona que es señalada en este pecado personal simplemente podía ocultar su pecado con indiferencia a los demás y generar una epidemia   tanto física como espiritual. El problema es que muchas personas piensan que su pecado o afecta a los demás. Nadie puede pecar sin afectar a otros.

La indiferencia, por lo tanto, es un punto intermedio entre el aprecio y el desprecio. Si alguien siente aprecio, ese sentimiento resultará agradable y activo; en cambio, si siente desprecio, se tornará en algo que se pretende rechazar. Al mostrarse indiferente, el sujeto se vuelve apático. En este sentido, para algunos filósofos, la indiferencia es la negación del Ser ya que supone la ausencia de creencias y motivaciones. Quien es indiferente no siente ni actúa, manteniéndose al margen.

La indiferencia nos facilita en aceptar lo inferior. Nunca nos conduce a algo mejor; siempre a lo peor. Es una actitud que contribuye al desmejoramiento. Es lo que resulta de estar expuesto de continuo a la inmoralidad, y en contra totalmente de la voluntad de Dios.

Al principio, tal vez, no es aprobado por nosotros, pero, con el correr del tiempo, estamos cada vez más dispuestos a aceptarlo lo inmoral del mundo, la indiferencia a hacia las cosas de Dios y su palabra. A poquito perdemos nuestro sentido de repugnancia. La indiferencia es sinónimo de menosprecio y esto tiene un precio muy elevado en el diario vivir; causa dolor, causa duda, causa rencor, y estos frutos son de carácter nocivo para ti y para los que te rodean.

Si hay algo que el Señor deplora es la indiferencia. El Señor no responde ante la indiferencia, ni ante la desazón del alma. Nosotros no encontramos a Bartimeo el ciego clamando: “! Jesús hijo de David ten misericordia de mi!” como para que el Señor pase indiferente delante de él. El Señor detuvo a la multitud y escuchó a Bartimeo que clamaba a pesar de que todo el mundo le decía que se calle. El Señor estuvo atento a pesar de que todo el mundo lo apretaba cuando una mujer dijo: “si tan solo tocare el borde de su manto yo voy a ser sana”, porque había pasión en su corazón. Ella no era indiferente. Ella no estaba en una esquina dentro de la multitud diciendo “Pobre de mí que estoy enferma. Ahí va el Señor, pero está bien… está bien… moriré con mi enfermedad. Pero por lo menos lo vi de lejos.” ¡No! “Si tan solo tocare el manto… Si tan solo tocare el manto”. Entendamos esa realidad. El Señor no puede tener a su alrededor una multitud indiferente. El pecado más grave del pueblo de Dios es su indiferencia ante la realidad de su propia circunstancia.

Por otro lado, es un asunto de urgencia. Es interesante la expresión que Dios utiliza. Dos expresiones importantes aparecen con sentido de urgencia. La primera es la palabra “manda” y luego la expresión “echen”, “echaréis” y “echaron”. La expresión “manda” es un verbo intenso con sentido de urgencia. No hay opción, ni opinión, debe ser obedecido. Por otro lado, la expresión “echar” implica empujar, hacer fuerza. La idea es que no sería algo aceptable con beneplácito. ¿Por qué Dios hace algo tan radical? Pues simplemente lo hace para prevenir una epidemia en el pueblo. Era necesario sacar a la luz y tomar medidas radicales en cuanto a la separación de las personas.

Mientras Israel se preparaba para marchar a la Tierra Prometida, el leproso (Levítico 13), aquellos con flujo (Levítico 15), y cualquier sacerdote que tocara un cuerpo muerto, excepto de un pariente cercano (Levítico 21:1) fueron ordenados de ser echados del campamento de Israel hasta ser ceremonialmente limpios. Ahora Dios dijo que Israel debía hacer lo que Él había previamente ordenado.

Probablemente esta ordenanza dio la primera idea de un hospital, donde todos aquellos que están afligidos con enfermedades contagiosas son puestos en salas particulares, bajo tratamiento médico.[6]

En ese sentido la expresión “echen del campamento”, no era que cualquiera de estas cosas hicieran a una persona, o probarán que fueran pecadores notorios (aunque eso era algo que seguido se asumía erróneamente); pero la lepra, secreciones impuras, y cuerpos muertos eran recordatorios de los efectos del pecado – de lo cual Israel debía separarse en lo que se preparaban para marchar a la Tierra Prometida. ¿Podría esto ser una analogía de nuestra naturaleza pecaminosa inherente de Adán? Incluso como leproso no eliges la lepra, pero la heredas, también nuestra naturaleza no es escogida – pero heredada de Adán. Por supuesto, escogemos actos individuales de pecado, pero nuestra naturaleza pecaminosa fue heredada.[7] Claramente, en esta etapa en la progresión de Israel a la Tierra Prometida, han sido organizados y ordenados por Dios, ahora, ellos serán desafiados a pureza. Dios está buscando hacer a Israel gente de la Tierra Prometida y eso significa personas purificadas.

Varias cosas nos deben enseñar sobre el carácter del pecado y el carácter de Dios. Es obvio que el pasaje no está diciendo que el ser echado era para siempre. Ni tampoco que no podría volver entrar al campamento una vez sanado del problema. Incluso con la lepra era el hecho de esperar a ver cómo evolucionaba el problema. No se sabe como adquirieron la enfermedad o la situación, pero Dios lo sabe y lo declara en su revelación al pueblo. Dios siempre sacará a luz lo que ocultamos por negligencia, indiferencia y lo hará con urgencia de una sanidad para todos.

“Así a hombres como a mujeres echaréis: Ni hombre o mujer sería excluido de este mandamiento.”

Ni simpatía percibida o superioridad percibida podría librar a alguien de las consecuencias de los estragos del pecado. “De aquellos entre los cuales yo habito.” La mayor razón para esta separación mandatorio es porque Dios vive en el campamento de Israel, así que el pecado y sus efectos deben de ser separados.

Dios se preocupa con mucho más que nuestros actos individuales de pecado; El exige que nuestra naturaleza pecaminosa sea dirigida. Solo en Jesús nuestra naturaleza pecaminosa puede – el viejo hombre – ser crucificada, y la naturaleza de Jesús – el nuevo hombre – ser concedida a nosotros como nuevas creaturas. Dios no puede morar con el viejo hombre, pero puede con el nuevo hombre.

No puedes ser una persona de la Tierra Prometida si los estragos del pecado son abiertamente evidentes en tu vida. Ciertamente, las personas de la Tierra Prometida no son perfectamente impecables; pero ellos no están abiertamente, obviamente, caminando en la naturaleza pecaminosa – bien ilustrado por aquellos puestos fuera del campamento.

Veamos en segundo lugar en el área relacional. (5:5-10)

Hay tres niveles que se deben estudiar en el área relacional. Primero es un asunto de transgresión. El segundo estudio de caso sobre el tratamiento del pecado en Números 5: 5-10 es bastante diferente del primero. En lugar de abordar las condiciones que están en gran parte fuera de nuestro control y que no nos capacitan para la presencia de Dios, aborda una variedad de pecados potenciales que son bastante deliberados. Nuestro problema de pecado es mucho más que nuestros pensamientos y acciones incorrectos, pero ciertamente no es menos que ellos. La naturaleza exacta de estos pecados no se explica en detalle. El pasaje paralelo en Levítico 6 sugiere que los problemas más comunes relacionados con estas disposiciones involucraban el robo por engaño o tergiversación, pero aquí la ofensa se deja deliberadamente vaga, quizás porque el enfoque no está tanto en cómo definir el pecado como en sobre cómo lidiar con el pecado. En contraste con el estudio de caso anterior, que nos mostró el pecado como contaminación, este estudio nos muestra el pecado como transgresión.

Al enfocar nuestra atención en el pecado como transgresión, este pasaje nos recuerda que el pecado a menudo tiene dos dimensiones: es una ofensa contra Dios y contra el hombre. Por lo tanto, lidiar con el pecado implica abordar la ofensa que ha ocurrido en ambas direcciones.

Segundo es un asunto de confesión. El primer paso para lidiar con tal pecado es siempre la confesión: reconocer públicamente que se ha cometido un mal (v. 7). Asumir la responsabilidad por las acciones de uno y estar de acuerdo con Dios en que estaban equivocadas es una parte importante del proceso de lidiar con el pecado. Mientras sigamos excusando nuestras acciones, no hemos llegado a reconocer su verdadera naturaleza. Sin embargo, la confesión por sí sola no era suficiente.

Tercero es un asunto de restitución. También iba a ir acompañado de la restitución de la cantidad total malversada, más el 20 por ciento (v. 7). Las personas que habían cometido el pecado no solo tenían que decir que lo lamentaban, sino que también tenían que hacer lo que estuviera a su alcance para corregirlo. Si la parte dañada ya no estuviera viva, se podría pagar la restitución a un pariente cercano. Si no había pariente, se le debía dar al Señor en su lugar (v. 8). En cualquier caso, se vería que se hace justicia.

Cuarto, es un asunto de comunión. Hasta ahora simplemente nos hemos ocupado del aspecto horizontal del pecado, corrigiendo el daño que la transgresión hace a aquellos a quienes hemos ofendido. Pero el pecado no es solo, ni siquiera principalmente, una ofensa contra otros seres humanos. Es una ofensa mucho más profunda contra Dios. Es por eso que después de que David cometió adulterio con Betsabé y dejó a su esposo Urías expuesto en el frente de batalla y dejado morir, gritó: “Contra ti, contra ti solo, he pecado” (Salmo 51: 4). David no quiso decir que su pecado no tuvo impacto en otras personas, ¡ni mucho menos! La gente había muerto como resultado de sus acciones. Sin embargo, el aspecto más fundamental del pecado como transgresión es la ofensa que le causamos a un Dios santo. Por esa razón, en Números 5, después de la confesión y la restitución, se requería que el pecador ofreciera un carnero para hacer expiación por él (v. 8). De esta forma, se reconoció públicamente el hecho de que la ofensa se cometió contra el Señor. Si el pecador no debía morir él mismo, algo o alguien debía morir en su lugar.

La perspectiva del pecado como transgresión nos recuerda que incluso después de la confesión y la restitución, todavía es necesario que haya un sacrificio. La paga del pecado es muerte, y esa paga debe ser pagada, ya sea por el pecador o por otra persona. Esta perspectiva también nos apunta hacia Cristo, el Cordero de Dios que hace expiación por su pueblo en su muerte en la cruz. ¿Por qué tuvo Jesús que sufrir una muerte tan brutal? Él es el sacrificio expiatorio por nuestros pecados (1 Juan 2: 2). Tuvo que morir para pagar la pena por mi pecado y el tuyo, y esa pena es la muerte misma. Él tomó nuestro lugar en la muerte para satisfacer la justicia de Dios, para cubrir la ofensa que nuestro pecado causa a un Dios santo.

El sacrificio de Cristo ciertamente no nos da un pase libre para pecar todo lo que queramos. Al contrario, cuando pecamos, también nosotros debemos confesar nuestro pecado, como dice 1 Juan 1: 9 nos recuerda. Cuando sea apropiado, nosotros también debemos restituir a los heridos por nuestras acciones. Cuando el recaudador de impuestos Zaqueo se convirtió en creyente, ofreció una restitución por una suma de cuatro veces la cantidad a cualquiera a quien hubiera defraudado (Lucas 19: 8). El efecto de la gracia en nuestras vidas es hacer que nuestro corazón esté ansioso por hacer lo correcto. Sin embargo, en última instancia, no es nuestra confesión o nuestra restitución lo que nos salva, sino la muerte de Cristo en nuestro lugar.

Veamos en tercer lugar en el área matrimonial. (5:11-31)

En este contexto de problemas de matrimonio y adulterio podemos encontrar tres palabras importantes. La primera tiene que ver con la infidelidad, luego tiene que ver con la sanidad y tercero con la libertad.

La primera palabra tiene que ver con la infidelidad. Entonces, en Números 5, primero vemos el pecado como contaminación y transgresión. La mayor parte del capítulo, sin embargo, se ocupa del tercer estudio de caso: la mujer sospechosa de infidelidad conyugal. No había pruebas de su culpabilidad o inocencia, solo la sospecha de que había sido infiel.

El texto señala “la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel.” Este único pasaje trata con el problema del espíritu de celos en un matrimonio. Obviamente, los celos sin fundamentos han estropeado muchos matrimonios, y los celos justificados han forzado atención a confrontar el pecado de adulterio en este pasaje, Dios le da a Israel una manera de tratar con eso. Esta ley fue dada en parte para disuadir a las esposas de prácticas adúlteras, y en parte para asegurar a las esposas contra la rabia de sus esposos duros de corazón, quien de otra manera podrían destruirlas de meras suposiciones, o al menos alejarlas. Luego añade “…si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer.” En ocasiones los celos en el matrimonio se muestran completamente justificados; otras veces se encuentra que son completamente falsos. De cualquier manera, Dios sabe que significa algo que debe ser tratado, y aquí Él le da a Israel la manera de hacerlo. Para que nadie tomara la justicia con su propia mano.

Por alguna razón con frecuencia, nuestro esposo(a) sabe si hemos dado nuestros cuerpos – o nuestros corazones – a otro(a), no importa que tan desesperadamente uno intente ocultarlo. Otras veces, los celos son tan planos como una pared – y también necesitan ser resueltos.

La segunda palabra nos lleva a la sanidad. Para hacer frente a esta situación, fue sometida a lo que nos puede parecer un ritual extraño y primitivo. ¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué esta ofensa en particular atrae una descripción tan extensa en este punto del libro de Números?

Creo que la respuesta es ver que aquí tenemos una tercera imagen del pecado: el pecado como infidelidad. Dado que el matrimonio es la metáfora clave de la relación entre Dios e Israel, no es sorprendente que el adulterio sea la metáfora clave de las rupturas en esa relación. Siempre que Israel iba tras los ídolos, al mismo tiempo estaban siendo infieles con su Esposo, el Señor.

Entonces, ¿cómo iba a lidiar Israel con la situación en la que se sospechaba que una esposa tenía una ruptura tan grave en la relación, pero no había pruebas concluyentes? La respuesta es que debían llevárselo al Señor y dejar el juicio en sus manos.

Dice el texto “entonces el marido traerá su mujer al sacerdote.” El esposo celoso debía traer una cierta cantidad de harina de cebada, este grano solamente – no acompañado por cualquier aceite o incienso, cosas que habitualmente acompañaban un grano de ofrenda. Luego añade:” no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso: o debía tener aceite ni incienso – lo cual se pensaba para endulzar una típica ofrenda de granos; pero no hay nada dulce acerca de esta ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado. esta ofrenda era verdaderamente amarga, no dulce, porque ya sea que la esposa se encontraría culpable de adulterio, o el esposo se encontraría culpable de sospechas sin fundamento. Que trae a la memoria el pecado: o era que quizás la esposa cometiera adulterio y no lo “recordara”; no era para el esposo o esposa el recordarlo, sino para toda la comunidad de recordar la terrible naturaleza ya sea del adulterio o falsa acusación.

La idea de descubrir la cabeza de la mujer Números (5:18) es de desatar y “dejar caer” su cabello. “El desatamiento del cabello de la mujer es otra pista de que era vista como inmunda. “Los leprosos” tenían que dejar su cabello colgar como una marca de su inmundicia.” “Y el sacerdote la conjurará, y le dirá.” Y es que, en este conjuro, el sacerdote solemnemente anunciaría que, si la mujer era inocente de la acusación de adulterio, ella seria libre de estas aguas amargas que traen maldición. Pero si ella era de hecho culpable de adulterio, ella estaría bajo el conjuro. El efecto del conjuro era de hacer su muslo aquí, un eufemismo para la matriz) caer y su vientre hinche.

Después de que el sacerdote dijera esto, la mujer debía responder: Amen, Amen. Ella tenía que aceptar que, si ella era inocente, ella merecía vindicación; pero si era culpable, ella merecía el castigo del conjuro. Ella no tenía permitido la opción de decir, “bueno, lo hice, pero todo estaba realmente bien en la vista de Dios. Después de todo, nos amamos el uno al otro, o mi esposo me descuidó, y…” a lo último, esta ceremonia demandaba que el pecado fuera llamado pecado – ¡culpable o inocente!

Añade la narración que “el sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas.” Después de leer el conjuro, y escuchar el acuerdo de la mujer, el sacerdote escribiría el conjuro en un pergamino – y rasparía la tinta seca con las aguas amargas. Tanto el “polvo santo” del piso del tabernáculo, y el conjuro que contenía una ¡maldición para el pecador! La combinación de ver la santidad de Dios y la penalización a los pecadores ¡realmente es amargo

Después de esto, el sacerdote ofrecería la ofrenda de cebada – una imagen de compañerismo y gracias a Dios – y la mujer acusada deberá beber el agua amarga. Pasado un tiempo, el juicio de Dios será evidente. Si ella muestra un tiempo de dolor interno, específicamente afectando la matriz, sería visto como evidencia de que es culpable. Pero si ella está libre de dolor, y continua teniendo hijos, sería visto como vindicación.

Los rabinos dicen que la prueba por las aguas de los celos fue omitida después de la cautividad babilónica, porque los adúlteros eran tan frecuentes entre ellos, que ellos tenían miedo de tener el nombre del Señor profanado por ser frecuentemente recurrido.[8]

Los rabinos también decían que, si la mujer era culpable, la misma enfermedad vendría sobre el hombre con el que ella cometió adulterio; pero ellos también decían que incluso si la esposa había sido culpable, pero su esposo también había sido culpable de adulterio, el agua amarga no tendría efecto en ella.

La tercera palabra nos lleva a la libertad. Claramente, esta es evidencia que Dios no quiere parejas que vivan en un estado constante de celos. El dio un mecanismo de cómo los celos pueden ser demostrados o negados, y la relación trataría con la verdad desde ahí.

Esta ceremonia solo trataba con una esposa adúltera y no con el esposo porque por la mayor parte, la ley Mosaica era “Caso de ley” – no pretendía anticipar cada situación potencial, sino dar ejemplos que establecerían precedencia para otros casos. Es probable que la misma ceremonia sería practicada si una esposa se volviera sospechosa del esposo en adulterio.

Esta ceremonia solo podría funcionar con algunos elementos sobrenaturales involucrados; beber polvo y agua con tinta causa enfermedades internas solo en aquellos culpables de adulterio. Pero, además, el estrés mental de saber que eres culpable y proclamar abiertamente la rectitud del juicio sobre el culpable, ¡no puede ser bueno para la salud de algunos!

Por lo menos, esta ceremonia hacía a la comunidad entera (que era aparentemente una ceremonia pública) consiente del mal del adulterio – y la gravedad de tratar de ocultar tu pecado. La existencia de esta ceremonia en sí era un incentivo a la fidelidad en el matrimonio, y por lo tanto buena para la nación entera. Que buscaba la libertad del pecado.

Seguramente, tanto la santidad de Dios y la perfección de Su palabra testifica en contra nuestra. Nosotros deberíamos ser forzados a tomar una copa amarga que nos destruiría. Pero Jesús la tomo por nosotros.

Esta era una ceremonia que pretendía resolver cosas. Ya sea que el esposo estaba bien o mal en sus celos; sí su esposa había de hecho sido adúltera, él estaba en lo correcto – si no, equivocado. El problema tenía que ser resuelto, y esta era la manera de Dios de cómo hacerlo.

Los últimos dos asuntos de pureza – en relación a la restitución y resolver los celos – trata de hacer a Israel una pura, gente de la Tierra Prometida en sus relaciones personales. ¡Tú no puedes ser una persona de la Tierra Prometida si tus relaciones con otros apestan! Debes hacer la restitución y resolver las cosas.

 Hay algunas verdades que se desprenden de este texto con respecto a la Presencia de Dios y nuestras faltas.

  • Si la Presencia de Dios es importante para mi vida, entonces debo vivir de tal manera que no la inhiba.
  • Muchas veces pensamos más en el pecado grosero, que en el pecado de negligencia y apatía. La indiferencia hacia las cosas de Dios, hacia la santidad no sólo afecta nuestra vida sino la de los demás, aunque queramos negarlo.
  • Dios es sabio al establecer procedimientos para curar un pecado. Usa tiempo, usa la conciencia y usa la advertencia de que todo pecado es inútil ante la Presencia de Dios.
  • Dios es radical en detener el pecado de su pueblo, si ve que hay un foco de infección el inmediatamente busca tratar con él.
  • Dios toma muy en serio las acusaciones dentro del matrimonio y sabe que la mejor manera de resolverlas es siguiendo sus instrucciones.

Si anhelamos la Presencia de Dios debemos tratarla con respeto y con una vida que no le afecte ni la inhiba. Tenemos ese reto todos los que deseamos más de Dios en nuestras vidas.


[1] https://definicion.de/negligencia/

[2] http://kensongonzalez.blogspot.com/2014/08/el-pecado-de-la-negligencia.html

[3] Ibid.

[4] https://mv316.wordpress.com/2013/02/26/la-indiferencia/

[5] https://www.ofrases.com/frase/2718

[6] https://www.blueletterbible.org/Comm/guzik_david/spanish/StudyGuide_Num/Num_05.cfm

[7] Ibid.

[8] https://www.blueletterbible.org/Comm/guzik_david/spanish/StudyGuide_Num/Num_05.cfm