Hemos avanzado en el análisis de cuatro desafíos a la fe cristiana en estos tiempos. Empezamos observando el fenómeno del dualismo. La mente dividida del creyente. En segundo lugar, vimos el provincialismo, que es un reduccionismo del mover de Dios en ciertos espacios. Un tercer enfoque fue el hedonismo, que es la fe ante un mundo adicto al placer y finalmente vimos la fe cristiana ante el desafío del relativismo que es un reto basado en la mentalidad de que cada quien puede hacer lo que le da la gana o quiere.
El quinto gran desafío de la fe cristiana que debemos analizar en esta oportunidad tiene que ver con el problema del moralismo.
En el texto de Génesis 19 encontramos la expresión de Lot que dice: “dos hijas que no han conocido varón”. El hace de esta acción un bien moral como algo atractivo en la cultura de Sodoma y Gomorra. Pero por otro lado dice que también había consentido que esos mismos hombres de Sodoma fueran parte de su familia. Simplemente los había desposado con sus hijas y esperaban el momento de la consumación de su relación. Eso lo vemos en el vrs. 14 donde dice: “su yernos los que habían de tomar sus hijas”. No sé si comprenden el hecho de que para Lot tampoco era malo que sus hijas vivieran con hombres de Sodoma y Gomorra siempre y cuando ellas actuaran moralmente siguiendo todos los procedimientos de un matrimonio. Es como si el rito del matrimonio hiciera bueno el enlace con gente de gran maldad.
Volvamos entonces a la visión textual de pasaje, para pasar a la compresión contextual y finalmente a la aplicación espiritual.
En primer lugar, entonces la visón moralista dentro de la narración de Lot.
Una de las responsabilidades que un predicador tiene es traer la Palabra de Dios a la Iglesia y al mundo y dar a Dios una voz para aclarar y discernir diferentes asuntos. Entonces, por un lado, somos llamados a la exposición de las Escrituras, explicando la Biblia, versículo a versículo, libro tras libro. Pero, por otro lado, también, somos llamados a hablar de los asuntos que enfrentamos en nuestra época que nos afectan y traer la verdad de Dios para evaluar la situación.
Yo sé que el título de esta entrada puede sorprender a algunos, porque muchos creen erróneamente que el evangelio promueve el moralismo. Pero nada puede estar más lejos de la realidad. El evangelio se opone al moralismo, tanto como se opone a la inmoralidad. Permítanme explicar a qué me refiero. La Biblia tiene mucho que enseñarnos acerca de la ética y de la moral; pero cuando hablamos de moralismo nos estamos refiriendo a algo que va más allá del buen comportamiento moral y ético. Siempre que añadimos el sufijo “ismo” a una idea, estamos colocando esa idea en el centro de un sistema de pensamiento. Por ejemplo, una cosa es que promovamos una cultura de preocupación social, y otra muy distinta que promovamos el socialismo. El socialismo es una ideología que promueve un sistema económico, político y social determinado. Pues lo mismo ocurre con las palabras moralidad y moralismo. La moralidad es algo bueno, el moralismo no. El moralismo, en el contexto en que estamos usando la palabra aquí, coloca las virtudes morales como la base de nuestra aceptación, ya sea delante de los hombres, delante de mí mismo, o delante de Dios. “Si me porto bien, seré aceptado”. Pero esa enseñanza es totalmente contraria a lo que enseña el evangelio. Ese fue uno de los principales puntos de conflicto entre Cristo y los fariseos. Los fariseos eran los máximos representantes del moralismo en los días del Señor.
En el caso de Lot encontramos primero una suposición. Lot tiene la idea que exhibiendo su moralidad a los de Sodoma y Gomorra ellos cambiarán. El quiere tomar decisiones morales sobre ellos. Está tomando el control humano sobre algo que sólo puede hacer Dios. De hecho, sus decisiones éticas no sólo las exhibe sobre los habitantes de la ciudad sino también sobre los ángeles, es decir no permite que ellos opinen con respecto a que tipo de decisión ética pesaba sobre los habitantes de Sodoma.
En el caso de Lot encontramos segundo una imposición. ¿Observan la expresión que usan los de Sodoma con respecto a lo que está haciendo? Ellos dicen este es “un extraño” que se “erige como juez”. La frase erigirse como juez en el texto griego se puede traducir como “juzgar como juez.” Es enfática y se puede traducir como “gobernar, condenar, castigar”. Los habitantes de Sodoma lejos de aceptar su imposición moral lo condenan por querer hacer eso.
En el caso de Lot encontramos tercer una confusión. Lot establece que haciendo eso los problemas morales desaparecerán. Es como si al obedecer su moralidad las cosas serían bien para sus hijas, para sus yernos y para la ciudad. Observe que la confusión de Lot es que no sabe diferenciar moralmente de los hombres que están afuera de su casa, como los hombres que están dentro de su casa. Ha perdido ese discernimiento. Porque cree que los de adentro son mejores porque han seguido los procedimientos morales del matrimonio y el desposorio.
En el caso de Lot encontramos cuarto una reacción. Si observamos la reacción de la sociedad es de oposición y de incredulidad. Esto se demuestra por el hecho de que la gente de Sodoma no le gusta que le impongan las creencias moralistas de nadie. Y los yernos por otro lado son incrédulos a pesar de que Lot les advierte el mensaje de los ángeles. A nadie le gusta que le digan que porte bien. La tendencia humana es rechazar todo intento moralista impuesto.
Ahora veamos en segundo lugar la cosmovisión contextual del pasaje.
Veamos entonces la suposición del moralismo hoy. Por la evidencia que hemos entendido el moralismo religioso, ya no se basan en la acción de amor a Dios y al prójimo sino en normas morales. El moralismo actual supone que soy un mejor cristiano no en tanto amo más a Dios y al prójimo sino en tanto cumplo tales o cuales criterios morales. Este se ve claramente en parte del cristianismo de nuestra época, en donde muchos creyentes suponen que en primera instancia su compromiso con la fe depende de que defiendan y adopten cuestiones morales tales como promover heterosexualidad, ser provida, luchar contra la “ideología de género”, votar candidatos que nombren a Dios en sus discursos, etc.[1]
En ese sentido es más virtuoso que un cristiano de hoy sienta una fuerte inclinación moral a apoyar las políticas contra el aborto de Donald Trump, aunque tenga que pasar por alto el destrato que este presidente ha mostrado hacia los extranjeros.
Como podemos observar en el caso de Lot para él es más loable que violen a sus hijas y no a sus visitantes. Por eso es que en la suposición del moralismo se dejan de lado algunas prácticas en detrimento de otras, se sacrifica el amor en el altar de la moral. La viuda, el huérfano y el extranjero son solapados por cuestiones morales que se deben defender en la esfera pública. Se suele conocer a los cristianos más por aquello contra lo que están en contra que por aquello por lo que están a favor. De esta manera el cristianismo se vuelve reaccionario, se presenta en la esfera pública siempre con una postura defensiva.
El apóstol San Pablo a lo largo de sus epístolas advirtió una y otra vez del peligro de que la ley del espíritu (fe) devenga en ley de la letra (moral). Cristo reprendió fuertemente a los eruditos religiosos de su época por su tendencia a cuidar lo exterior (moral) y descuidar lo interior (fe). No es de extrañar que en muchas Iglesias de nuestro tiempo que tienen una fuerte tendencia al moralismo haya también una fuerte tendencia al judaísmo.[2]
Por ejemplo, en 2014 mientras Israel atacaba con todo su poder armamentístico la franja de Gaza y morían miles de civiles palestinos, pastores evangélicos compartían en las redes sociales los “avances” del ejército israelí, justificando su accionar con que están defendiendo al pueblo escogido de Dios.
Y he aquí otra característica de ese suposición moral de Lot. No ve a sus hijas como oprimidas y víctimas. Y es que el moralismo en algún sentido también provoca que el cristiano se coloque del lado del opresor en vez del lado del oprimido. La opción por los pequeños y humildes que plantea el evangelio y los profetas del antiguo testamento resulta contrastante ante las actuales alianzas entre iglesias evangélicas y el poder político-económico. ¿Dónde están aquellos que levantan la voz por la viuda, el huérfano y el extranjero? Quizá sea tiempo de escuchar nuevas voces, de escudriñar las acciones de quienes profesan la fe cristiana con sus labios y con sus actos oprimen a los más débiles.
Veamos en segundo lugar la imposición del moralismo hoy. Todos estamos claros de la cultura moralmente destrozada en la que vivimos. No hay duda al respecto. Ciertamente, no agrada a Dios, no agrada a los creyentes. Ciertamente, no me agrada mí. Claro que debemos desear la virtud y debemos desear la integridad y debemos desear la honestidad y la moralidad. Y esas cosas expresan la voluntad de Dios y la ley de Dios. Ciertamente, en toda manera y en toda oportunidad, yo apoyo una moralidad bíblica. ¿Qué cristiano podría hacer menos que eso? Es nuestra responsabilidad el confrontar el pecado, evaluar el pecado, llamarlo por lo que es, exhibirlo y atacarlo. ¿Qué predicador, que cristiano podría hacer menos que eso?
Ese realmente no es el punto. No tiene que ver si estamos en contra de la inmoralidad. Claro que estamos en contra de la inmoralidad. Tiene que ver con qué vemos como la solución. Ése es el punto. Claro que deseamos que la virtud verdadera y duradera caracterice a la gente. Claro que deseamos la justicia en lugar de la injusticia, pero el punto es cómo llegamos ahí.
Hay personas que creen que, si El Salvador se vuelve moral, Dios bendecirá a El Salvador. Hay personas que creen que, si El Salvador se vuelve moral y religioso, entonces Dios bendecirá doblemente a El Salvador. Entonces, coloquemos de regreso a Dios en el discurso público. Coloquemos de regreso la oración en las escuelas. Coloquemos los 10 mandamientos en la pared en lugares públicos, en donde sesionan las cortes. Detengamos el aborto, detengamos la homosexualidad que inunda todo lugar. Detengamos la pornografía, etcétera. Y si tan sólo podemos traer algún tipo de moralidad y mejor aún, algún tipo de compromiso con Dios, entonces seremos bendecidos.
Bueno, permítame explicar un punto muy claro desde el principio aquí. La moralidad y la religión no invitarán o asegurarán la bendición de Dios. Nunca lo han hecho y nunca lo harán. Un El Salvador más moral, un El Salvador más moral y más religioso no avanza en el favor divino ni un centímetro. Un El Salvador más moral y más religioso no escapará del juicio divino, así como el judaísmo fariseo en el tiempo de Jesús no escapó del juicio devastador de Dios en el año 70, cuando cientos de miles de judíos fueron matados por los romanos impíos. Y Jesús advirtió de eso en varias ocasiones.
Sólo hay una cosa que Dios bendice, sólo una. Y esta es que Él bendice la fe salvadora en y amor hacia Su Hijo, el Señor Jesucristo. Eso es lo único que Él bendice. Cualquier persona que no cree en y ama al Señor Jesucristo está entre los maldecidos. ¿Verdad? Como cristianos, claro que estamos a favor de la moralidad. No estamos a favor de la inmoralidad. Y podemos hacer algo de bien a nivel tópico, a cierto nivel superficial. Podemos, mediante medios políticos, debido a que vivimos en una República y en una democracia, podemos mitigar la indecencia pública en ciertas maneras. Podemos mitigar el escándalo público, podemos usar nuestros privilegios democráticos. Pero eso no contribuye al favor divino ni a nivel individual o colectivo. De hecho, en 1 Corintios 16:22 se dice de manera clara: “Si alguno no ama al Señor Jesucristo, sea anatema,” maldecido, juzgado, condenado. Sólo hay una cosa que Dios bendecirá y eso es fe en y amor por Su Hijo, el Señor Jesucristo.
Veamos en tercer lugar veamos la confusión del moralismo. Cuando vemos aJesús confrontando de frente a la gente más moral a nivel superficial en Su mundo, las personas más religiosas en Su mundo, los fariseos y los escribas nos sorprende. Y Él utilizó las palabras más fuertes, más intensas en contra de la derecha religiosa de Su día. Mateo 23, Jesús se dirigió a los líderes religiosos de Su época, la gente moral. La gente que eran los que guardaban de manera minuciosa la ley de Dios y la tradición humana y les dice en el versículo 13: “¡Ay!,” lo cual quiere decir condenación, juicio… “Están maldecidos escribas y fariseos, hipócritas…” En el versículo 14 repite eso; lo repite en el versículo 15; en el versículo 16, “¡ay de vosotros, guías ciegos!” Versículo 17, necios y ciegos. Versículo 19, hombres ciegos. Versículo 23 “¡ay de vosotros, de nuevo escribas y fariseos!” Versículo 24, “guías ciegos”. Versículo 25, “¡ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas!”. Versículo 26 ciegos, fariseos. Versículo 27, ¡ay de vosotros escribas y fariseos!; y así sigue en el resto del capítulo.
Después, al final del capítulo Él dice en el versículo 37: “Jerusalén, Jerusalén, matas a los profetas, apedreas a los que te son enviados”. Versículo 38 Él dice: “tu casa será dejada.” Y Él estaba viendo hacia adelante a la destrucción en el año 70 d. C., como también al juicio espiritual profundo.
Como usted podrá ver Jesús nunca utilizó palabras como esas contra los que eran expulsados, aislados por la sociedad, las prostitutas, los criminales. De hecho, Jesús pasó Su tiempo con esas personas. Los parias de Su época. Los recaudadores de impuestos. Y dijeron, que Jesús era un glotón y borracho y amigo de recaudadores de impuestos y pecadores. La derecha religiosa fue la que llamó así a Jesús.
El moralismo nunca fue el mensaje de los profetas del Antiguo Testamento, nunca fue el mensaje del Mesías, nunca es el mensaje de los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento. Nunca ha sido el mensaje de Dios al mundo porque cuanto todo sea dicho y hecho, escuche lo que dijo Isaías: “todas vuestras justicias son como trapos de inmundicia.” Romanos, capítulo 3, es un capítulo muy importante porque describe la condición de la impiedad humana. Y en el capítulo 3, versículo 10 dice: “no hay justo ni aún uno. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.”
Entonces, sea cual sea la justicia imaginaria que los hombres tienen, sea cual sea la moralidad superficial que pueda mostrar, al final, no son justos delante de Dios. No les gana nada. Nada. No hay nadie quien sea lo suficientemente bueno, no hay ni siquiera uno, dice el versículo 12. Toda persona, versículo 19 dice, toda persona bajo la ley, toda persona que vive bajo la ley a un grado u otro, descubrirá que sus bocas son cerradas, que no tienen defensa y que el mundo entero es responsable y culpable delante de Dios porque por las obras de la ley, ningún ser humano será justificado a sus ojos.
Entonces, lo vuelvo a decir, usted puede volverse moral, usted puede cambiar, usted sabe que usted puede voltear su vida y tener algún tipo de lo que solía ser llamado ‘el volverse a armar moralmente’, atravesar por una crisis y decidir qué se va a alejar de vivir una vida inmoral o que usted va a comenzar a vivir una vida mejor, una vida más limpia, limpiar su vida. Y eso no sirve de nada en su relación con Dios en absoluto.
Escuche, el mensaje bíblico no es que la humanidad está dividida entre los morales y los inmorales. O que la humanidad está dividida entre los buenos y los malos. O que la humanidad está dividida entre los virtuosos y los impíos. El mensaje de la Biblia es que todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios y que no hay división. Todos son inmorales, malos, impíos. Es sólo cuestión de grado, o tipo o manifestación.
Sea cual fuera el grado externo de moralidad de alguien, todos son pecadores condenados que se dirigen al infierno. Usted podría ser el fariseo más moral en Israel, usted podría ser el rabino más moral, usted podría ser el clero más moral, usted lo puede tomar a partir de ahí, el mormón que vive de manera limpia con justicia propia y usted va al infierno con las prostitutas. A menos de que usted se haya reconciliado con Dios mediante Su Hijo Jesucristo y después, si usted se ha reconciliado con Dios mediante Su Hijo Jesucristo, usted se volverá una nueva criatura. Y las conductas antiguas son reemplazadas por las nuevas.
En cuarto lugar, veamos la reacción del moralismo hoy.
Entonces, si queremos cambio, ¿cuál es el medio? La moralidad no salva a nadie. La moralidad no demanda la bendición de Dios. En Romanos 2:11 y 12, dice: “porque no hay parcialidad con Dios.” Eso se oye como una especie de afirmación llena de esperanza al principio. Porque no hay parcialidad con Dios. Pero escuche esto: “pero todos los que han pecado sin la ley, también perecerán sin la ley. Y todos los que han pecado bajo la ley, también serán juzgados bajo la ley.”
¿Sabe lo que eso dice? Dice que sea cual fuere su relación con la ley de Dios, no le importa a Él. No le importa a Él, porque usted no puede guardar la ley para satisfacerlo porque, como aprendemos en Gálatas 3, si usted viola la ley en un punto, usted ha violado la ley entera. Romanos 10 Pablo dijo que los judíos al no entender la justicia de Dios buscan establecer su propia justicia. Y él dice que tienen celo por Dios, pero no según ciencia o conocimiento.
¿Sabe lo que eso dice? Dice que sea cual fuere su relación con la ley de Dios, no le importa a Él. No le importa a Él, porque usted no puede guardar la ley para satisfacerlo porque, como aprendemos en Gálatas 3, si usted viola la ley en un punto, usted ha violado la ley entera. Romanos 10 Pablo dijo que los judíos al no entender la justicia de Dios buscan establecer su propia justicia. Y él dice que tienen celo por Dios, pero no según ciencia o conocimiento.
Entonces, usted podría tener la idea de que tratar de moralizar al país es algún esfuerzo noble y voy a admitir que una sociedad más moral haría la vida más fácil, en cierta manera. Pero, ¿cómo obtiene usted eso? ¿Cómo producir eso? No mediante la política, no somos un Reino de políticos, somos un Reino de sacerdotes. Y ¿qué es un sacerdote? Él es un reconciliador. Traemos a la gente a Dios mediante Cristo.
Moralizar la sociedad no es nuestra Comisión. No es nuestra Comisión. Si leemos 2 Corintios 5:17 al 20, sobre cuál es nuestra Comisión, podemos añadir Mateo 28:19 y 20 o algún otro pasaje de la gran Comisión, “id por todo el mundo y predicad el Evangelio.” No es nuestra Comisión, entonces, desde el principio estamos haciendo algo que Dios no nos ha mandado a hacer. Esto, entonces, se convierte en una actividad que nos distrae. ¿Y quién es el que nos quiere distraer?
Por otro lado, el moralizar desperdicia cantidades inmensas de recursos preciados: tiempo, dinero, energía humana. Los desperdicia. No importa si usted se va al infierno como una prostituta o como un policía. Sólo importa que usted se va al infierno. Todo este esfuerzo por limpiar a Él Salvador, ¿podrá el leopardo cambiar sus manchas? ¿Puede el etíope cambiar su piel? Así lo dice el profeta, ¿puede usted convertirse en algo diferente de lo que usted es? Simplemente es un desperdicio de recursos.
No estoy interesado en hacer que este país sea moral. Estoy interesado en traer a la gente al conocimiento salvador de Jesucristo para que Él pueda darles vida y entonces, ellos puedan volverse morales.
En tercer, lugar veamos la aplicación espiritual.
Primero, la aplicación de la inutilidad. Debemos tener claro que este esfuerzo por buscar la moralidad cultural termina fracasando de manera inevitable. Termina fracasando de manera inevitable porque usted no lo puede hacer. Nadie puede ser verdaderamente justo y moral delante de Dios fuera de la transformación de su alma por el Espíritu Santo mediante el Evangelio. Si algunos pecados se vuelven ilegales, entonces la gente va a cometer otros pecados o van a cometer los que quieran hacer en secreto. La moralidad cultural está programada para el fracaso.
Segundo la aplicación de la esterilidad. No se entiende la naturaleza del Reino de Dios. Escuche lo que Jesús dijo en Juan 18:36: “Mi Reino no es de este mundo.” No hay conexión. “Si Mi Reino fuera de este mundo, entonces Mis siervos estarían peleando.” Esto me parece interesante. Si Mi Reino fuera de este mundo, estarían involucrados en una batalla aquí para evitar que ustedes no me capturaran. Jesús dice “Mis siervos estarían peleando para que no fuera entregado a los judíos. Pero la realidad es que Mi Reino no es de esta esfera.”
Pasar Todo su tiempo y energía y esfuerzo peleando por algún elemento de la sociedad humana no entiende el punto. No entiende la naturaleza del Reino. El Reino es la esfera de la salvación en donde Dios gobierna y bendice a aquellos que están en Cristo. ¿Quiere traer bendición a esta nación? Entonces, predique en el Evangelio, porque no hay conexión entre una entidad nacional y el Reino de Dios. Jesús lo dijo tan claramente como pudo decirlo: “Mi Reino no es de este mundo.” Dos realidades completamente separadas.
¿Por qué es que de alguna manera tenemos esta idea de que tenemos que apuntar a El Salvador políticamente en la dirección de la extensión del Reino de Dios? No tienen conexión en absoluto. He oído a gente decir: “si El presidente sigue avanzando en la dirección en la que va, si el pecado es más y más aceptable en nuestra sociedad… si se vuelve más y más corrupta, va a afectar el impacto del Evangelio… Va a hacer que el evangelismo sea difícil de llevar a cabo si no es que ilegal… Tenemos que pelear por todas estas libertades para tenerlas para predicar el Evangelio.” No hay nada que pueda ser hecho, que haya sido de hecho, que sería hecho sobre la faz de la tierra por los hombres política o socialmente que tenga algún impacto en los propósitos de Dios en la redención.
Tercero, la aplicación de la imposibilidad. Este esfuerzo coloca la responsabilidad en el hombre, en lugar de Dios. Gente bien intencionada, tratando de hacer lo imposible. Yo soy una persona bastante realista y no me molesta llevar a cabo una tarea difícil si lo puedo hacer. Pero realmente, no quiero pasar mi vida tratando de hacer lo que sé que no puedo hacer. Y lo que sé que no puedo hacer mediante mi propia ingenuidad. Yo no, en mí mismo, con mi capacidad persuasiva de oratoria, con mi pasión, con mi disciplina personal y mi ética laboral, yo no tengo la capacidad o la habilidad de hacer que la gente sea moral. Yo no puedo hacer que este país sea moral. Simplemente, es una batalla que no puedo ganar porque aquellos que están acostumbrados a hacer el mal, dice Jeremías 13:23, no pueden hacer el bien.
Números seis, este esfuerzo por buscar la moralidad cultural crea moralidad sin teología. No me gusta nada sin teología. Yo quiero teología en todo. No me gusta nada sin teología porque yo no puedo entender nada fuera de la revelación de Dios en cualquier asunto. Mi entendimiento del mundo está totalmente sujeto a lo que las Escrituras dicen.
Cuarto, la aplicación de la religiosidad.
Pero en esta moralidad, esta especie de esfuerzo religioso de derecha que está creciendo, hay una ignorancia severa de la teología. Algo de ignorancia de Dios, ignorancia de Su Palabra, Su ley santa. De tal manera que están tratando de alcanzar algo que no tiene base teológica. Simplemente es cuestión de dinero, discurso persuasivo, eventos de medios masivos de comunicación, grupos de presión forzando a la gente a hacer cosas. Así no es como usted lo hace. Hay una ignorancia tan severa de la Verdad de Dios, una ignorancia tan severa de la verdad de Dios. Hubo un caballero que está involucrado en esto que estaba siendo entrevistado. Y le hicieron algunas preguntas muy profundas y él respondió: “bueno, yo no soy teólogo, entonces, no sé de eso.” Bueno, usted debe conocer lo suficiente como un teólogo para saber de eso.
Estoy muy preocupado por esfuerzos por buscar la moralidad que no están basados ni dirigidos por la teología, porque no tienen el motivo correcto. Usted escucha que la gente dice todo el tiempo: ‘bueno, tenemos que proteger a nuestros hijos’. Bueno, eso es el algo razonable. Ese no es el motivo más elevado para lo que hacemos. Mi objetivo al proclamar la Verdad no es proteger a mis hijos, esa es mi responsabilidad delante de Dios. Y lo haré. No estoy tratando de crear un ambiente nacional que de alguna manera va a incubar a mis hijos. Se oye bien. Pero mi motivo es la gloria de Dios y la honra de Dios. Y algunas veces estoy tan inmerso, consumido con el honor de Dios que me siento muy cómodo en orar como David y lo hizo: “mata a todas las personas malas, Dios, mátalos a todos porque están deshonrando Tu nombre y son impíos y son nuestros enemigos y para Tu propia gloria.” Es como la gente en el capítulo 6 de Apocalipsis, bajo el altar, “¿hasta cuándo, oh Señor vas a dejar que esto siga antes de que Tú lo detengas y seas glorificado?” Si usted no conoce teología, usted está fuera de control. Este es un movimiento que podría usar algunas inyecciones bastante serias de teología sana.
Cuarto la aplicación de la inclusividad. Y esta es una muy importante- crea uniones impías en la que los incrédulos y los enemigos del Evangelio son bienvenidos. Son bienvenidos. Usted puede encontrar a muchos no cristianos que estarán de acuerdo con que deberíamos tener un país más moral, ¿verdad? Usted también podría incluir a los musulmanes en eso. También ciertamente podría incluir a los mormones, hay mucho de eso. Involucrar a los católicos romanos. Usted puede involucrar a los judíos, aquellos que son ortodoxos, comprometidos con el Antiguo Testamento. Entonces, ahora usted tiene una alianza como la de los evangélicos y católicos juntos con el propósito de crear una moralidad cultural. Usted crea estas uniones impías y usted hace exactamente lo que 2 de Corintios 6 dice que no haga, “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? …Salid de en medio de ellos, y apartaos.”
Pero, ¿qué sucede? Usted está tratando de alcanzar algo mediante el sistema legal o mediante el sistema de las Cortes o mediante la presión política o mediante la intimidación de medios masivos de comunicación y para que su poder se incremente a un nivel en donde usted puede ejercer presión en la sociedad, usted abraza a personas que están de acuerdo con usted en este tema. Usted se involucra con otras personas que son antiaborto, anti homosexual, anti eutanasia, quienes están en contra de la pornografía y usted une a todos y usted va a alcanzar esto con estas personas y algo sucederá de manera inmediata y es lo siguiente: el Evangelio es oscurecido, porque si usted proclama el Evangelio en ese ambiente, usted hará que explote su organización en la que usted pasó tanto tiempo y dinero en unir. El Evangelio entonces se volvería destructivo.
Quinto, la aplicación de la selectividad. Este esfuerzo por buscar la moralidad cultural se vuelve selectivo al escoger qué pecados atacar. Se vuelve muy selectivo en cuanto a los pecados que ataca. Yo no noto que realmente confronten fuerte el orgullo, ¿usted? No veo que se realice un esfuerzo religioso fuerte en la derecha religiosa en contra del materialismo. No he visto un esfuerzo fuerte inclusive en contra del divorcio. De hecho, rara vez dicen algo en contra del adulterio. Realmente están en contra de la homosexualidad, eso es tan horrible y anormal. Realmente, están en contra de la pedofilia, eso es anormal, horrendo. Están en contra de matar bebés, eso es seguro. ¿Quién se puede imaginar hacer eso? Están en contra de la inmundicia y la pornografía. Y hay cierta satisfacción en su moralidad. Por eso, hay muchas cosas de las que no hablan.
En un punto en Estados Unidos el promotor más grande de la derecha religiosa, el vocero nacional, un político bien conocido, mientras que él estaba confrontando esto en Estados Unidos, estaba también involucrado con una mujer que no era su esposa. Es algo selectivo. Y permítame colocar el dedo donde el realmente necesita estar. No enfrenta el peor pecado en el mundo. El peor pecado en el mundo.
Usted pregunta si sé cuál es el peor pecado en el mundo. Claro. Y usted también lo sabe. Usted sabe cuál es el peor pecado en el mundo. ¿Usted no cree que lo sabe? Claro que sí. ¿Cuál es el más grande mandamiento? ¿Cuál es el mandamiento más grande? “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, mente, alma y fuerzas. Por lo tanto, ¿cuál es el pecado más grande? Quebrantar ese mandamiento. ¿Cómo está usted? Usted ha cometido el pecado más grande.
¿Quiere usted hablar de moralidad? Hablemos de eso. ¿Quiere hablar del pecado? No seleccionamos los cinco que podemos atacar fácilmente porque usted sabe, no cometemos esos cinco. Hablemos del hecho de que usted ha quebrantado el mandamiento más grande y por lo tanto, ha cometido el pecado más grande que cualquier ser humano puede cometer y ése es el pecado que lo envía a usted al infierno eterno. Usted no ha amado al Señor su Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerzas. Y como R.C. Sproul dijo en una ocasión: “usted sabe que usted no ha guardado ese mandamiento en ningún momento en su vida durante cinco segundos.” Usted no puede guardar ese mandamiento. Es imposible.
Bueno, hablemos de eso. Si usted quiere condenar la moralidad de Estados Unidos, entonces condenemos a la nación entera por no amar a Dios. Y ése no sólo es el primer y más grande mandamiento, ése es el resumen de los mandamientos.
Sexto, la aplicación de la hostilidad.
Este asunto de moralidad cultural es peligroso porque hace de aquellos a quien se nos manda a amar, a alcanzar de manera amorosa con el Evangelio, los convierte en el enemigo en lugar de que sean el campo misionero. ¿Se han dado cuenta de eso? Los incrédulos, la gente inmoral, los que están en la pornografía y los homosexuales y los que están en el aborto y cualquier otra persona se vuelve objeto de odio. Se vuelven los enemigos. No son los enemigos. Son el campo misionero. Son el campo misionero. Pienso de nuevo en Jonás. Los ninivitas eran personas miserables. Digo, realmente estaban mal. Ellos eran paganos. Ellos mataban a sus enemigos y apilaban sus cráneos en pirámides. Ellos llenaban ríos de cadáveres. Cubrían pilares en edificios con la piel que quitaban de un gobernante conquistado. Eso es algo horrendo. Impíos, aborrecedores de Dios, enemigos de Israel y Dios le dice a Jonás: “Jonás, ve a predicarles.” Él dice: “Ah… no lo voy hacer.” Y él se dirige a más de 3000 km en la dirección opuesta. Ese es un pensamiento repulsivo, ¿predicar perdón a un ninivita?
Él era un racista, Jonás lo fue. Y él era un legalista. Él no quería que ninguno de estos gentiles impíos, miserables a quienes él había crecido odiando, fueran perdonados.
Siempre quiero asegurarme de que los pecadores en mi mundo sepan que yo los amo lo suficiente como para ofrecerles el perdón. Nunca quiero que piensen que yo los odio. Hay un odio santo del pecado y el pecador. Pero Jesús inclusive podía llorar por ellos. Y también nosotros debemos llorar por ellos.
Bueno hemos visto como Lot con su moralismo complicó la situación. En realidad, fue perseguido y atacado porque en su defensa no defendió al Dios verdadero sino sus costumbres morales. Y es que este tipo de moralidad trae persecución y odio de cristianos por las razones equivocadas. Como sabemos los cristianos están siendo condenados en los medios masivos de comunicación, están siendo perseguidos por las razones equivocadas, no porque estamos predicando el Evangelio. Primera de Pedro 4:14 dice: “si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados.” La gente que se llama a sí misma cristiana en la actualidad está siendo vituperada por el mundo por sus posturas políticas y por su enemistad y hostilidad hacia la gente quien es la gente a quien debemos alcanzar.
Por otro lado, este esfuerzo por buscar la moralidad no entiende la ira de Dios… No entiende la ira de Dios. En Romanos 1 se nos dice que cuando Dios está enojado, airado en contra de una nación que se ha vuelto contra Él, cuando ellos, habiendo conocido a Dios no lo glorificaron como a Dios, ¿se acuerda de eso? Cuando Dios está enojado en contra de una nación que ha tenido la Verdad y le han dado la espalda a la Verdad, dice tres veces, los entregó, los entregó, los entregó. Esa es una forma del juicio de Dios. Él los entregó a la inmoralidad sexual, en primer lugar, Él los entregó a la homosexualidad en segundo lugar, Romanos 1; y después, Él los entregó a una mente reprobada, inútil, torcida.
Vemos a nuestra nación, vemos cómo la inmoralidad sexual está por todos lados, vemos cómo la homosexualidad está por todos lados y vemos la mente reprobada por todos lados. Esto es evidencia de la ira de Dios. ¿Puedo yo, mediante mi esfuerzo político, revertir la ira de Dios? No sé lo que Dios está haciendo en el mundo, pero se cuál es mi mandato. Mi mandato tiene que ver con el Evangelio y únicamente el Evangelio.
Bueno, en resumen, el moralismo confunde y no entiende la prioridad para los cristianos en el mundo. Representa de manera equivocada el mensaje divino de que el hombre moral o inmoral está condenado y debe ser salvo y sólo puede ser salvo mediante creer en el Evangelio. Y recuerde esto: fueron los judíos eran muy morales, muy religiosos, que eran muy quisquillosos por guardar estándares justos quienes se unieron a los romanos idólatras inmorales, desfilando sus pecados y juntos, mataron a Cristo. Es gente muy moral la que está tratando de matarnos… Volando aviones y chocándolos contra los edificios.
[1] https://www.coalicionporelevangelio.org/entradas/sugel-michelen/cuidado-con-el-moralismo/
[2] https://www.gracia.org/library/sermons-library/GAV-80-257/los-peligros-mortales-del-moralismo