Me encontré leyendo la porción de Génesis 26:15, 18-23, 25, 32-33. Allí me di cuenta que el pobre Isaac la está pasando mal. Es como si su vida no le está dando los resultados que el espera. Y como me identifiqué con este patriarca. Cuando uno lee las Escrituras vemos que en este pasaje hay diferentes grados de conflicto y una respuesta común. Cada vez que el abre un pozo o se lo tapan o se lo quitan. Es decir hay un acto de tapar los pozos antiguos. Me llama la atención que cada etapa o incidente con un pozo se le pone un nombre que define el conflicto y las circunstancias que se dieron con ellos. Génesis 26:15 dice: “Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra”. ¿Por qué Isaac insistía en abrir los pozos de su padre? (vrs. 18) Es más ¿Por qué insistía en llamarlos como su padre había llamado a esos pozos? Me imagino que era un tributo a la herencia (¿tradición?) de su padre, y a la facilidad de seguir lo que ya su padre había hecho y finalmente pienso que sería para honrar a su padre. Isaac lo amaba mucho, así que decidió seguir con lo que su padre había hecho en el pasado. ¿Es esto bueno? En cierto sentido sí y otro sentido no. Era bueno porque es obvio que es un tributo a su amado ancestro. Pero es malo porque Isaac vive la vida que su padre vivió y siguió los patrones que su padre usó, y se olvida de que el debe empezar a vivir su propia relación y vida con Dios. Es decir Dios no quiere que Isaac se relacione con Dios por medio de Abraham y su modelo. Eso funcionó para Abraham, pero no necesariamente deberá funcionar para Isaac. Isaac debe vivir su fe de acuerdo a Isaac y no a Abraham. ¿No sé si ustedes notan que cuando abrió los pozos y los llamó como los había llamado Abraham no hay evidencias de que hubiera agua en ellos? Sin embargo si dice más adelante que los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron “un pozo de aguas vivas”. Es decir era un nuevo pozo para la generación de Isaac. ¿Y qué ocurre? Hubo oposición. Y despojo del pozo. Y es que el diablo, siempre quiere que nos quedemos en los esquemas anteriores y no busquemos y disfrutemos de “nuevas aguas”. Note como a partir de ahora habrá una lucha en la búsqueda de nuevos pozos para Isaac. El primer pozo se le llama Esek que significa contienda, lugar en donde le despojan un pozo cavado por ellos. El segundo Sitna que significa enemistad y oposición donde repiten el patrón de ultraje. Rehobot que significa Dios ha creado espacio y me ha traído paz. Beerseba, que es el lugar del juramento, es el lugar de adoración, es el lugar de vida y es el lugar donde tus enemigos hacen la paz contigo. El conflicto consiste siempre en quitar lo esencial para la expansión, en este caso en un desierto y para un pastor como Isaac es el agua. Sin agua no hay pastos, los rebaños mueren. Así que el conflicto viene buscando destruir lo que te permite expandirte y el desarrollo de una fe espiritual fresca, actual, dinámica y personal. Este conflicto de pozos es una guerra espiritual para Isaac y su búsqueda de Dios personalmente. Esta guerra ataca Tu herencia. Lo que has heredado. Los pozos que tu padre abrió para vos. Es una labor destructiva, es tratar de tapar con piedras para que no haya aguas. Es obturar la bendición. Sin embargo, Isaac no se desalienta y cava un pozo… Tu pertenencia. Ahí en Eseck, los pastores de Gerar lo miran en la cara y le mienten descaradamente diciendo es muestro… Cuando todos saben que no les corresponde. Sin embargo, Isaac no se desalienta y cava otro pozo… Tu paciencia. Ahí en Sitna, la guerra se hace patente e Isaac parece decidido a no confrontar, en vez de gastar sus fuerzas… Cava otro pozo un poco más lejos y esta vez descansa… Cuando esto ocurre, cuando triunfa con su persistencia y su esfuerzo… ¿Dónde ocurre eso? En Rehobot. Lo más maravilloso no es el triunfo sino lo más maravilloso es a dónde te lleva el triunfo… A Beerseba. La historia de este lugar se remonta hasta el tiempo de Abraham. Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba (Génesis 22:19). Beerseba no era para Isaac un lugar desconocido, era el lugar donde se mudó con su padre después del sacrificio en el monte Moriah… Por lo tanto ese lugar para el significaba mucho. Era el lugar donde revivió. Donde literalmente entró en el pacto de Dios, ya no por haber nacido sino por haber sido “entregado” en el monte. ¿Y que sucede en este lugar? Aquí ocurre que Dios se le aparece, la revelación es tan poderosa que construye un altar. Fija domicilio, porque un hombre debe estar viviendo en la revelación que tiene. Recibe el premio de su persistencia, accediendo a hacer la paz con sus enemigos. ¿Por qué ocurrió todo esto? Porque Isaac nunca dejo de cavar pozos en medio de la injusticia, en medio de la contienda o enemistad, Isaac siempre cavo pozos y un día el enemigo dijo hago paz con él porque no puedo impedir que este siga y siga y que Dios lo bendiga y bendiga. Quiero compartirte algunas cosas que me enseño el Espíritu de Dios en este pasaje. Primero no me preocupe lo que el enemigo hace, sino en que mis manos no se detengan de cavar pozos. Esto es altamente significativo para nosotros en estos días. El diablo parece ganar, pero no puedo detener mis manos de cavar. Segundo un hombre que hace esto, tarde o temprano, llega a su Rehobot. Vendrá el día en que no podrá oponerse más. Y entonces sabré que estoy dando vuelta la página. Tercero, cuando eso ocurre, lo mejor está por venir, porque lo mejor nunca es la bendición, sino que lo mejor es que Dios se me aparecerá y allí tendré mi altar y mi tienda. Cuarto, allí tendré un pozo, porque mi destino nunca será la sequía, estoy plantado junto a corrientes de agua. El enemigo no puede encontrar agua, solo puede robarla y arrebatarla. La bendición es patrimonio mío. Quinto, mi enemigo me temerá y hará pacto conmigo en el lugar de mi adoración. Así es que hoy debo disponerme a seguir cavando, viene mi Rehobot y lo más maravilloso, viene mi Beerseba. Yo voy a salir bendecido, prosperado y en victoria. Con una revelación fresca, con un nuevo lugar en la vida, en paz con mis acechadores de hoy. Seré sorprendido por Dios. Ese es mi deseo para todos los que de corazón limpio invocan el nombre del Señor.