Cava otro pozo más

Me encontré leyendo la porción de  Génesis 26:15, 18-23, 25, 32-33. Allí me di cuenta que el pobre Isaac la está pasando mal. Es como si su vida no le está dando los resultados que el espera. Y como me identifiqué con este patriarca. Cuando uno lee las Escrituras vemos que en este pasaje hay diferentes grados de conflicto y una respuesta común. Cada vez que el abre un pozo o se lo tapan o se lo quitan. Es decir hay un  acto de tapar los pozos antiguos. Me llama la atención que cada etapa o incidente con un pozo se le pone un nombre que define el conflicto y las circunstancias que se dieron con ellos. Génesis 26:15 dice: “Y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre en sus días, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra”. ¿Por qué Isaac insistía en abrir los pozos de su padre? (vrs. 18) Es más ¿Por qué insistía en llamarlos como su padre había llamado a esos pozos? Me imagino que era un tributo a la herencia (¿tradición?) de su padre, y a la facilidad de seguir lo que ya su padre había hecho y finalmente pienso que sería para honrar a su padre. Isaac lo amaba mucho, así que decidió seguir con lo que su padre había hecho en el pasado. ¿Es esto bueno? En cierto sentido sí y otro sentido no. Era bueno porque es obvio que es un tributo a su amado ancestro. Pero es malo porque Isaac vive la vida que su padre vivió y siguió los patrones que su padre usó, y se olvida de que el debe empezar a vivir su propia relación y vida con Dios. Es decir Dios no quiere que Isaac se relacione con Dios por medio de Abraham y su modelo. Eso funcionó para Abraham, pero no necesariamente deberá funcionar para Isaac. Isaac debe vivir su fe de acuerdo a Isaac y no a Abraham. ¿No sé si ustedes notan que cuando abrió los pozos y los llamó como los había llamado Abraham no hay evidencias de que hubiera agua en ellos? Sin embargo si dice más adelante que los siervos de Isaac cavaron en el valle encontraron “un pozo de aguas vivas”. Es decir era un nuevo pozo para la generación de Isaac. ¿Y qué ocurre? Hubo oposición. Y despojo del pozo. Y es que el diablo, siempre quiere que nos quedemos en los esquemas anteriores y no busquemos y disfrutemos de “nuevas aguas”. Note como a partir de ahora habrá una lucha en la búsqueda de nuevos pozos para Isaac. El primer pozo se le llama Esek que significa contienda, lugar en donde le despojan un pozo cavado por ellos. El segundo Sitna que significa enemistad y oposición donde repiten el patrón de ultraje. Rehobot que significa Dios ha creado espacio y me ha traído paz. Beerseba, que es el lugar del juramento, es el lugar de adoración, es el lugar de vida y es el lugar donde tus enemigos hacen la paz contigo. El conflicto consiste siempre en quitar lo esencial para la expansión, en este caso en un desierto y para un pastor como Isaac es el agua. Sin agua no hay pastos, los rebaños mueren. Así que el conflicto viene buscando destruir lo que te permite expandirte y el desarrollo de una fe espiritual fresca, actual, dinámica y personal.  Este conflicto de pozos es una guerra espiritual para Isaac y su búsqueda de Dios personalmente. Esta guerra ataca Tu herencia. Lo que has heredado. Los pozos que tu padre abrió para vos. Es una labor destructiva, es tratar de tapar con piedras para que no haya aguas. Es obturar la bendición. Sin embargo, Isaac no se desalienta y cava un pozo… Tu pertenencia. Ahí en Eseck, los pastores de Gerar lo miran en la cara y le mienten descaradamente diciendo es muestro… Cuando todos saben que no les corresponde. Sin embargo, Isaac no se desalienta y cava otro pozo… Tu paciencia. Ahí en Sitna, la guerra se hace patente e Isaac parece decidido a no confrontar, en vez de gastar sus fuerzas… Cava otro pozo un poco más lejos y esta vez descansa… Cuando esto ocurre, cuando triunfa con su persistencia y su esfuerzo… ¿Dónde ocurre eso? En Rehobot. Lo más maravilloso no es el triunfo sino lo más maravilloso es a dónde te lleva el triunfo… A Beerseba. La historia de este lugar se remonta hasta el tiempo de Abraham. Y volvió Abraham a sus siervos, y se levantaron y se fueron juntos a Beerseba; y habitó Abraham en Beerseba (Génesis 22:19). Beerseba no era para Isaac un lugar desconocido, era el lugar donde se mudó con su padre después del sacrificio en el monte Moriah… Por lo tanto ese lugar para el significaba mucho. Era el lugar donde revivió. Donde literalmente entró en el pacto de Dios, ya no por haber nacido sino por haber sido “entregado” en el monte.  ¿Y que sucede en este lugar?  Aquí ocurre que Dios se le aparece, la revelación es tan poderosa que construye un altar. Fija domicilio, porque un hombre debe estar viviendo en la revelación que tiene.  Recibe el premio de su persistencia, accediendo a hacer la paz con sus enemigos. ¿Por qué ocurrió todo esto? Porque Isaac nunca dejo de cavar pozos en medio de la injusticia, en medio de la contienda o enemistad, Isaac siempre cavo pozos y un día el enemigo dijo hago paz con él porque no puedo impedir que este siga y siga y que Dios lo bendiga y bendiga. Quiero compartirte algunas cosas que me enseño el Espíritu de Dios en este pasaje. Primero no me preocupe lo que el enemigo hace, sino en que mis manos no se detengan de cavar pozos. Esto es altamente significativo para nosotros en estos días. El diablo parece ganar, pero no puedo detener mis manos de cavar. Segundo  un hombre que hace esto, tarde o temprano, llega a su Rehobot. Vendrá el día en que no podrá oponerse más. Y entonces sabré que estoy dando vuelta la página. Tercero, cuando eso ocurre, lo mejor está por venir, porque lo mejor nunca es la bendición, sino que lo mejor es que Dios se me aparecerá y allí tendré mi altar y mi tienda. Cuarto, allí tendré un pozo, porque mi destino nunca será la sequía, estoy plantado junto a corrientes de agua. El enemigo no puede encontrar agua, solo puede robarla y arrebatarla. La bendición es patrimonio mío. Quinto,  mi enemigo me temerá y hará pacto conmigo en el lugar de mi adoración. Así es que  hoy debo disponerme a seguir cavando, viene mi Rehobot y lo más maravilloso, viene mi Beerseba. Yo voy a salir bendecido, prosperado y en victoria. Con una revelación fresca, con un nuevo lugar en la vida, en paz con mis acechadores de hoy. Seré sorprendido por Dios. Ese es mi deseo para todos los que de corazón limpio invocan el nombre del Señor.

Generación X

“Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijo de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón” (Hebreos 11:21).

Cuando vemos que Jacob entra en la galería de los héroes de la fe por bendecir a sus nietos apoyados en su vara (bordón), nos preguntamos: ¿Por qué fue tan importante para Dios esta bendi­ción a las nuevas generaciones? Porque Dios sabe de la importancia de la bendición del padre cuando se comienza una nueva vida, un ministerio, un trabajo, ya que esta les abre a nuestros hijos los cielos a su favor y el poder del Espíritu Santo se desata sobre ellos. Los patriarcas del Antiguo Testamento lo sabían, y el mismo Padre Celestial bendice a Jesús cuando está por iniciar su ministerio (Lucas 3:21-22). En Génesis 48, cuando Jacob bendice a Efraín y Manasés cruza sus manos poniendo la derecha sobre el menor y la izquierda sobre el mayor formando con sus brazos una X; lo que estaba haciendo era bendecir a la “generación X”, los hijos de José vestían y hablaban como egipcios pero eran del linaje de Dios, herederos de las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Nuestras iglesias están llenándose de la generación X: jóvenes tatuados, con piercings, peinados y vestidos como los del mun­do, pero hijos de Dios que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador. Pero muchos pastores, en lugar de bendecirlos y discipulados, los ahuyentan de sus iglesias porque no parecen cristianos conforme a sus parámetros religiosos. La vara era muy importante en la vida de los primeros patriar­cas porque allí estaba registrada su historia familiar, sus encuentros con Dios y las promesas que recibieron de parte de El. No existían las agendas ni las tabletas electrónicas, y las promesas bíblicas recién serían escritas por Moisés más de 400 años después. Cuando Jacob se apoyó en su vara lo que estaba haciendo era apoyarse en las promesas de Dios para su vida y se las transmitió proféticamente a sus nietos que parecían egipcios por fuera, pero por dentro eran pueblo escogido por Dios. Podemos escuchar a Jacob haciendo esta declaración sobre sus nietos: “Ustedes serán como el polvo de la tierra que no se puede contar, ustedes poseerán la tierra, en ustedes serán benditas las familias de la tierra (Génesis 28), crezcan y multiplíquense porque naciones procederán de ustedes y reyes saldrán de sus lomos (Génesis 35)”; aquí vemos cómo transmite las promesas que Dios le hizo sobre la generación X, y no sobre sus hijos. Para el avivamiento que viene sobre América Latina , nuestro Señor va a usar a una generación de jóvenes X, cuya apariencia les va a permitir introducirse a las distintas tribus urbanas sin llamar la atención, y su forma de vida Cristocéntrica va a influenciar y transformar a varias generaciones, a las cuales les cambiarán su destino de condenación por un destino de bendición en Cristo Jesús. Estos jóvenes están destruidos interiormente por el maltrato de sus padres que los golpearon, los menospreciaron, los maldi­jeron y los denigraron, y vienen a nuestras iglesias en busca de una paternidad espiritual que los valore, los estime, los ame y les active todo el potencial que llevan en su interior. Por eso, estas generaciones X necesitan de las bendiciones de sus padres espirituales que los validen y les den una identidad en Cristo; estas generaciones X más que padres religiosos, que intenten cambiarles su apariencia externa, necesitan una paternidad espiritual que con amor sane sus heridas del alma, los liberen de maldiciones generacionales, desaten sus dones e influyan para que nuestro Señor Jesucristo sea formado en ellos. Esta generación se moverá en la sobrenaturalidad del Espíritu Santo y en sus corazones arderá el fuego de la santidad; serán adoradores guerreros que instalarán el Reino de Dios y su justicia en los lugares de nuestra sociedad que solo ellos pueden alcanzar. Como mayores, debemos convertirnos en héroes de la fe y, al igual que los patriarcas parados sobre las promesas bíblicas, profe­tizarles a las jóvenes generaciones que Dios está añadiendo.
Les dejo una carga de oración . Señor, deseamos ver a los demás como tú los ves y bendecir a nuestro entorno.
Señor, que nuestras congregaciones estén a la altura de tu sueño para nosotros.
Señor, que la Iglesia en El Salvador sea llevada a una transformación que la enfoque en tu sueño. Dedica tiempo para estar con las nuevas generaciones, trans­fiéreles la visión y tu ADN espiritual y transmíteles todas las pro­mesas que Dios soltó para tu ministerio; ora por ellos como el padre espiritual que eres, diles que son valiosos y que pueden con­tar contigo cuando lo necesiten y verás un avivamiento a través de sus vidas.

Las otras luchas del Getsemaní

Todos nosotros  sabemos que al igual que Jesucristo tendremos tiempos difíciles, extraños y desagradables. Ahora enfrentarnos con las luchas que Dios nos ha advertido, en un sentido es “más fácil” que enfrentarnos a las que no vemos y lo que es peor a las que son más sutiles. Es obvio que cuando Jesús estuvo las tres horas en Getsemaní orando solo y llorando fue una lucha fuerte. Pero su lucha en esta área fue en el campo de lo espiritual y de la guerra en lo etéreo y lo eterno. Es decir aunque el peligro era inminente todavía no se había enfrentado con la realidad. Es obvio que esa lucha que Jesús tuvo  fue ganada cuando él decide hacer la voluntad del Padre e ir a la cruz. Pero una cosa es la decisión por fe y otra cosa es la práctica de esa decisión. En pocas palabras “no es lo mismo verla venir que estar montado en ella”. La lucha en esos momentos fueron un poco más “pasivos” que “activos” en términos de lucha. Pudieron ser luchas de soledad, luchas de tristeza, de angustia, de desilusión porque los que estaban a su alrededor no estaban en la misma sintonía. Pero ¿Qué cuando ya la cosa está encima? ¿Cómo se lucha cuando estamos frente a lo que tenemos, a las emociones, al enojo, a la injusticia, etc. Esto es lo que yo llamo la segunda gran lucha en Getsemaní.

Mateo, Marcos, Lucas inician esta segunda etapa de lucha con un frase “aún hablando”. Implica que ni siquiera había terminado de hablar con sus discípulos cuando apareció Judas con la turba que lo iba a capturar. ¿Cuáles fueron los campos de lucha en esta segunda etapa del Getsemaní?

 

  1. I.                    La lucha contra la traición: “Judas se acercó…le besó”

Creo que no hay mayor desgaste que enfrentarse  con las personas a las cuales les has ayudado y confiado, y que luego te traicionan. El Salmo 41:9 dice: “Aún el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar”. Significa que emocionalmente le afectó a Jesús. Note que la persona traidora tiene varias conductas que nos pueden hacer caer en una reacción violenta.

  1. A.     Son intrigantes (Marcos 14:44)

La biblia dice que quien dirigía la turba era Judas. Antes de estar presente con Jesús el ya se había puesto de acuerdo con los demás. En ese sentido había hablado tras las espaldas de Jesús.

  1. B.      Son indignantes

Cuando uno lee la actitud de Judas al entregar a Jesús dice la Biblia que le dice tres  cosas: “Salve, maestro y le besó“. Es realmente indignante primero  porque la expresión “salve” es contrario a lo que él quiere para él. La expresión es “xaire” y significa regocijo, buen estado, esté bien de salud, deseo de prosperidad.  Así es la gente traidora. Es realmente indignante segundo porque le dice “rabí”. Es decir le sigue reconociendo como su líder, como su maestro. Pero igual que lo anterior, el no lo considera su maestro sino su negocio. Es indignante tercero porque usó un beso para entregarlo. Eso demuestra lo frío y calculador que era. Seguramente lo hizo para mantener su imagen con los discípulos y su interés para con la turba. En el texto original el término “besó” es la expresión “kataphileo” y se puede traducir besar efusivamente y con ternura.

 

 

¿Cómo enfrento la lucha contra la traición?

  • Jesús hace la diferencia entre ingenuidad y espiritualidad: ¿A qué vienes? (Mt. 26:50)
  • Jesús hace la diferencia entre acciones e intenciones: ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre? (Lucas 22:48)

 

 

  1. II.                  La lucha con la sumisión: “Entonces ellos echaron en él sus manos …y le prendieron”

Se pueden imaginar, el que usted sea Todopoderoso y tenga que limitar su poder y dejarse manosear por alguien de calidad inferior. Piense, usted puede borrar del mapa a cualquier individuo que s ele ponga enfrente. Pero porque se ha sometido a la voluntad de Dios debe tolerar sus malcriadezas, su enseñoramiento sobres usted y su maltrato. Si piensa que eso no es una lucha sería y mortal no es humano. Muchos han perdido su sometimiento al Padre por defenderse ellos mismos.

 

¿Cómo enfrento la lucha con la sumisión?

Jesús tuvo una visión eternal más que temporal del problema. Jesús establece que el debe someterse a estos hombres malos para que se cumplan las Escrituras (Mateo 26:54; 56) Esta autoridad es para ambos núcleos. Es para sus discípulos y para los inconversos.

 

  1. III.                La lucha con la intromisión: “Entonces Simón Pedro que tenía espada…le cortó la oreja derecha”

 

Ok. Una cosa es que uno esté luchando su propia guerra contra los malos y sometido a la voluntad de Dios, pero otra cosa es que nos compliquen nuestra lucha otros que amamos y que están cerca de nosotros. Que tremenda lucha ha haber sido el que Pedro complicara la situación. Pedro quería  a Jesús. Estaba dispuesto a morir por él y se lo iba a cumplir, pero por medio de rifarse la vida espada contra espada. Sin embargo Jesús deberá frenarlo en su intento. Muchas veces nosotros decimos que no vamos hacer nada contra los que nos están dañando pero permitimos que otros si metan mano defendiéndonos carnalmente. Era una tremenda lucha de parte de Jesús detener las buenas intenciones y el amor mal enfocado de su discípulo. Pero tenía que pararlo porque eso le iba a complicar su sumisión a la voluntad de Dios.

¿Cómo enfrentó la lucha con la intromisión?

Jesús hizo una diferencia entre la seguridad, la realidad y la eternidad. Para Pedro era seguro  que se defendiera con la espada. Y de hecho comenzó hacerlo. El tenía las agallas, la energía y la espada para hacerlo. Es obvio que los demás andaban armados. Para ellos las armas les daban su seguridad para enfrentarse a la amenaza. Jesús les dice que esa seguridad es peligrosa porque es como un boomerang. La violencia acarrea violencia. Y las armas atraen más armas. Así que era una realidad hacerles ver que no podría enfrentarse a la turba, ya que eran superiores. En ese sentido la realidad de su seguridad era que morirían y serían derrotados y al final siempre se lo iban a llevar preso. No había ninguna garantía de transformar la realidad. En cambio Jesús le presenta que vea esto desde la perspectiva de la eternidad. Una la eternidad marca que Jesús es más fuerte y poderoso en cuanto a ejércitos. Serían unos 120, 000 ángeles. Pero la eternidad reclama una autoridad superior como es el decreto de Dios y el plan eterno. Juan añade: “¿El vaso que mi Padre me ha dado , ¿no lo tengo yo que beber? (Juan 18:12).

Estas luchas son muy sutiles, pero son reales y a veces más difíciles de vencer. Pero Jesús estaba preparado porque había orado y su espíritu estaba listo.

Un rato colorado que toda una vida descolorida: Esaú II parte

II.                    En segundo lugar disfrutar el momento a costa del mandamiento es PECAMINOSO (25:31-33)

Hemos pasado del peligro al pecado. Esaú se introdujo en una arena muy peligrosa, y como consecuencia terminaría en un serio pecado. ¿Cómo cayó en pecado? Bueno en el texto vemos tres dimensiones del peligro de no darnos cuenta que ya estamos en un serio pecado y desafío a Dios.

  • Lo pecaminoso es SUTIL: Jacob…véndeme tu progenitura”

Siempre me ha intrigado que lo malo y el que nos hace caer a veces es el más cercano a nosotros y del que esperamos que no nos vaya a tender una trampa. La forma en que el enemigo atacó a Esaú fue por medio de su hermano, en un momento débil y con  una propuesta a corto plazo pero llena de placer. Jacob se aprovechó de él una vez que lo vio en sus manos.

  • Lo pecaminoso es INFANTIL: “He aquí yo me voy a morir”

La venta de la primogenitura cuando viene con hambre, muestra un hombre que no le importa nada hasta comer y satisfacer su hambre. Seguramente que Esaú venía cansado, y “olía” bien fuerte a alguien que no se había bañado por varios días, viniendo del campo, y seguramente que sí traía mucha hambre; pero cuando Esaú dice: “Me voy a Morir” muestra que está exagerando, y muestra su verdadero carácter, que busca lo suyo propio, aún hasta si tiene que vender su alma. ¿Cómo puede pensar que se va a morir? Ya está cerca de la casa, y allí tiene todas las viandas que quiere. Pero simplemente exagera su necesidad, de tal manera que la justifica para que sus decisiones no sean juzgadas. Si hay una cosa que me he dado cuenta es que el pecado nos hace vernos infantiles. Piense por un momento en Aarón. El cede ante la presión del pueblo de Israel. Dice Éxodo 32:2: “Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos…y el los tomó…y le dio forma…e hizo  de ellos un becerro de fundición”. Es decir la Biblia es clara en decir que el fue el de la idea del becerro de oro. Ahora ¿Qué sucede cuando Moisés lo confronta? Éxodo 32:22: “No se enoje mi  señor…Y me lo dieron  y lo eché en el fuego, y salió este becerro” Jajaja! Que tremenda respuesta. El becerro salió de casualidad. Que infantil su respuesta.

  • Lo pecaminoso es FÚTIL: ¿Para qué pues me servirá la primogenitura?

El diccionario dice de fútil: de poco aprecio o importancia. Esaú ha perdido todo contacto con la realidad. Sólo debía caminar un poco más y hacer uso de su primogenitura. De hecho esa primogenitura le daba derecho al doble de todo.  Para los orientales, la primogenitura era muy valiosa. El hijo mayor recibía casi siempre una doble porción y la responsabilidad de estar encargado de todos los hermanos. Parece como que uno se preguntara, ¿qué tiene que ver la primogenitura con lo espiritual? Bueno, había una bendición de Dios para el hijo mayor. Despreciar la responsabilidad de hijo mayor, mostraba un carácter irresponsable. En esa Primogenitura estaban incluidas las promesas que Dios le había dado a su abuelo Abraham, y luego a su padre Isaac, y que él, como primogénito, sería parte de esa herencia y Promesa. Debemos notar que la cita de Hebreos lo junta con los inmorales (fornicarios), y los que están a punto de dejar la gracia de Dios. El profano, siendo que es irreligioso, o que no le importa, bien puede unirse a esos otros. (http://pastordanielbrito.wordpress.com/2011/02/06/esau-el-profano/). Pero perdió de vista ese mandamiento por el momento de urgencia que tenía. También muestra su deseo de GRATIFICACIÓN INSTANTÁNEA. ¡Qué lección para nosotros hoy día que estamos siendo testigos de eso mismo! Estamos viviendo en medio de una sociedad egoísta, que solo piensa en la gratificación instantánea sin importar las consecuencias hacia sus semejantes. Esaú se come el plato, y se levanta como si nada. Despreció lo que le pertenecía por un plato de lentejas, sin pensar en ese momento en las consecuencias. El relato de Génesis 25:34 es bien claro: “Entonces Jacob dio a Esaú pan y guisado de lentejas. El comió y bebió, se levantó y se fue. Así despreció Esaú la primogenitura.” (NBLH) Para nosotros hoy día, esta porción del Texto Sagrado nos deja una gran lección, y es sobre aquellos que como Esaú, buscan un evangelio fácil.

 

III.                  En tercer lugar disfrutar el momento a costa del mandamiento se paga un PENOSO (25:34; Hebreos 12:17)

Veamos el proceso que siguió Esaú: primero cedió a sus deseos carnales, segundo menosprecio sus valores espirituales, tercero  comprometió sus valores y cuarto entrego sus valores.  Hay ciertas cosas que comprometen tus valores y tú  testimonio: Lugares que visitas, cosas que toleras, amistades con  quienes intimidas, cosas del mundo que imitas, etc. Los creyentes que toman la mala decisión de participar de placeres  mundanos, están comprometiendo y vendiendo a Satanás sus  valores. Cuando vemos Hebreos 12:17 vemos que cuando  tomamos decisiones que luego lamentamos, no  podemos hacer retroceder el tiempo para reversarla. Los padres que pierden su reputación se quedan sin calidad moral  para pedir rectitud de vida a los hijos y nietos. La joven que vende  su pureza pierde el privilegio de exigir un matrimonio digno de una muchacha virgen. El tiempo no alcanzaría para citar  consecuencias de lo penoso de la vida después del momento gratificante. El joven que pierde la  condición de irreprensible se descarta para el pastorado. La mayor pena de Esaú es que perdió la bendición de su vida de por vida. Ya no sería el privilegiado, sino su hermano. Más adelante perdería la bendición de su padre.

  • El Punto Práctico

 

Mi meta especial, en este momento, es tomar este llanto sumamente amargo del desilusionado Esaú, y usarlo con dos propósitos: primero, a manera de advertencia; y, segundo, a manera de estímulo, tomándolo entonces fuera de su contexto inmediato.

A manera de advertencia. 

Primero, tengamos cuidado,  de no renunciar jamás a los beneficios espirituales a cambio de cualquier cosa que sea carnal, o permutar las bendiciones eternas por algo temporal. Esaú regresó hambriento y desfallecido de la cacería; el plato del guiso rojo tenía un olor exquisito para él, y cuando pidió comer del guiso de la manera que un hombre hambriento ansía la comida, su astuto hermano se lo vendió a cambio de la primogenitura que le correspondía a Esaú como hijo mayor de Isaac. El pecado de Esaú consistió en su resolución de vender la bendición del pacto a un precio como ese; sin embargo, ¡cuántas personas hoy en día, están vendiendo sus almas tan barato como el precio en que Esaú vendió su primogenitura!  Algunos venden sus almas por lo que ellos llaman «placer». Afirman que desean ser consagrados, pero una pequeña diversión pasajera ejerce mayor fascinación en sus mentes, que todas las eternas dichas o los deleites de la presente comunión con Dios.  Algunos  venden sus almas por alguna ganancia. Están haciendo dinero. Para muchos, el brillo de las treinta piezas de plata es más fascinante que el Cristo de Dios; y, a la manera de Judas, toman la plata, rechazan deliberadamente al Salvador, y así cometen un suicidio espiritual.

Otros pueden vender  sus almas por causa del amor de sus amigos. Algunos han llegado a vender sus almas por la copa del ebrio. La copa intoxicante, que raramente es un beneficio para alguien, si es que pudiera serlo alguna vez aun cuando fuera tomada, según se dice, con moderación-, conduce a la certera condenación de muchos que tomen una sola gota de ella. Ha atraído a miles a las fauces del infierno; no pudieron resistir su embrujo una vez que fue ingerida. Es demasiado cierto que algunos hombres que una vez fueron honorables y amantes esposos y padres, se volvieron bestias y monstruos; es más, quizás calumniamos a las bestias cuando las comparamos  con muchos hombres que he visto que parecían haberse convertido en demonios encarnados gracias al fuerte licor.  Otros han vendido sus almas por la concupiscencia

Segundo, tengamos  cuidado de no contentarnos  con una bendición secundaria. A Esaú no parecía preocuparle que Jacob tuviera la bendición espiritual; como no podía obtenerla, parecía dispuesto a contentarse con una bendición temporal; y muchos hombres dicen: «a mí denme un próspero negocio, o abundancia de alimento y bebida; quiero divertirme, y vivir mi vida a plenitud; en cuanto a esos gozos de los que hablan los cristianos, me importan un bledo.
¿Vale la pena hacer un convenio como ese: comprar un plato de guiso rojo al precio de su alma inmortal? Debemos comprometernos  a que compremos la verdad, y no la vendamos.

Ahora a manera de estímulo.

Yo quisiera que, en este mismo momento, se alzara de muchos corazones este grito de Esaú, aunque dándole un significado mucho más elevado: «¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío.»  Yo desearía que continuaran reflexionando en ese tono, tanto aquí como en su casa; tal vez Dios bendecirá ese monólogo, y especialmente si le agregan esta oración: «oh Señor, ya es tiempo de que tenga Tu bendición. ¡Bendíceme, sí, bendíceme también a mí, oh Padre mío! ¡No me hagas a un lado, oh Tú, Dios amante, lleno de gracia y perdonador, ten misericordia de mí, y sálvame!   ¿Acaso no te estimula la plenitud de Dios, quienquiera que seas, a buscar Su bendición? Esaú sólo le pudo preguntar a su padre: «¿No tienes más que una sola bendición?» Y, verdaderamente, su padre sólo tenía una bendición que valiera la pena tener; pero nosotros no le estamos  hablando a Isaac, sino que le estamos hablando a Jehová; y cuando nos acerquemos a Él para buscar Su bendición, debemos saber que Él puede bendecir a tantos como quiera. Él es un Dios infinito, capaz de conceder a todos aquellos que se acerquen a Él todo lo que necesitan.

Un rato colorado que toda una vida descolorida: Esaú

 

Génesis 25:29-34

 

  • Punto de Partida

Mi abuela me acostumbraba a decir: “Mi´jo es mejor un ratito colorado que toda una vida descolorida”. Y aplicaba su filosofía cuando yo tenía que decir la verdad enfrente de ella en lugar que  la ocultara por mucho tiempo. O también lo aplicaba cuando me presionaban  mis amigos o alguien que tuviera fuerza sobre mí y que me obligaran hacer lo que ellos querían y yo no tuviera la capacidad de decirles no por la pena  y optara por desgraciar mi vida por evitar un momento incómodo pasajero. ¡Qué sabia era mi abuela! Me he dado cuenta que muchas personas hoy viven una vida descolorida espiritualmente porque no quisieron estar colorados un ratito y hacer valer sus convicciones.

  • Punto Principal

Quisiera tocar un tema que últimamente me ha estado inquietando. Se desprende la historia de Esaú y Jacob, específicamente cuando Esaú vende su primogenitura por un plato de frijoles. Me he quedado pensando, ¿cuál sería la razón de vender tan barato su bendición? Y la otra pregunta que se desprende es ¿Por qué razón tira todo una vida de bendición por un ratito de satisfacción? Lo curioso es que todos nosotros podemos caer en el mismo error de Esaú. Por ejemplo, ¿porque hay muchas parejas de novios que por un rato de sexo desgracian todas sus vidas con un embarazo y con una ruptura de una vida llena de bendiciones? Es el mismo caso de Esaú. Así que quiero que en esta ocasión nos involucremos en una idea generadora del pasaje.  En Hebreos 12:14-17 el autor de esta epístola usa una palabra que resume la actitud de Esaú. “16Que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida. 17Porque saben que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas.” Aquí está la palabra profano. ¿Qué es una persona profana? La Versión Dios Habla Hoy la traduce como “desprecie lo sagrado”. La versión Palabra de Dios Para Todos dice: “ni le falte el respeto a Dios” ¿Cómo fue que Esaú le falto el respeto a Dios o  despreció la sagrado? Bueno el texto de Génesis lo aclara. Note entonces que faltarle el respeto a Dios o despreciar lo sagrado es un serio pecado. De hecho tiene repercusiones serias. Quiero enfocarme en que es ser profano. Considero que ser profano en el caso de Esaú es: “Disfrutar el momento a costa del mandamiento”. Enfoquémonos en esa idea.

 

I.                    En primer lugar , disfrutar el momento a costa del mandamiento es PELIGROSO (Génesis 25:29-30)

Cuando observamos la historia, encontramos que tanto Esaú y Jacob están en posiciones diferentes. El que está en mayor desventaja es Esaú, ya que él es el que tiene hambre y Jacob es el que tiene el alimento. ¿Qué nos hace ponernos en una situación peligrosa? O mejor dicho ¿Qué  hizo que Esaú se pusiera en una situación peligrosa?

  • El peligro  de la SINCRONÍA

Llamo la atención al hecho de la frase “Y guisó Jacob un potaje”…volviendo cansado. No les parece curioso que un simple guiso de comida sea un instrumento para que uno caiga. Porque ese guiso fue la piedra de tropiezo para Esaú. Porque se sincronizó con su necesidad y carencia. Si Jacob no hubiera estado cocinando, o no supiera cocinar, aunque Esaú hubiera llegado con hambre, no habría habido problema. Pero que “coincidencia” que se sincroniza un plato jugoso con un hambre gigantesca. Y no solamente eso sino que dice que venía cansado. Eso significa con la guardia baja.  ¡Cuántos ha  caído en situaciones de pecado por su cansancio! Así es el Diablo. Sincronizará mi carencia con mi debilidad y ¡paf!   ¡Caeremos fáciles! ¿Cuántos hombres han caído porque el diablo sincronizó el momento entre un pleito con la esposa y la secretaria amable en el trabajo?  ¿Cuántas veces el diablo ha sincronizado entre la deuda que tenés y los fondos que manejas en tu trabajo? Y así miles de sincronías. Por eso es importante no tener áreas irresueltas porque el Diablo y la carne sincronizaran los elementos y seremos víctimas muy ingenuas.

  • El peligro de la SINTOMATOLOGÍA

Cuando observo el texto, hay algunas cosas que me inquietan y que me hace preguntarme. Quiero usar tres  palabras básicas que demuestran algunos síntomas malos en la vida de Esaú.

  • Primer síntoma: “Cansado”

¿Por qué llegó a ese estado? ¿Por qué no se regresó antes de cansarse? Esas preguntas me llevan al campo de mi resistencia. ¿Porque hay personas que piensan que el llegar a estados de cansancio es sinónimo de virtud? Indudablemente un síntoma de una persona cansada es cuando por un lado no ha tomado tiempo para reponer sus fuerzas y segundo su labor ha sido superior a sus fuerzas. ¿Sabían ustedes que también puede llegar haber un cansancio espiritual y hasta ministerial? Son esos momentos de hastío en donde estamos en serios peligros.

  • Segundo síntoma: “me des a comer”

Al hecho de estar cansado, Esaú le añade  el hecho de perder su potencialidad de ser cazador (“diestro en la caza”. Vrs.27)¿Cómo un hombre tan independiente ahora se hace dependiente, y por sobre todo se somete a su hermano menor que en términos de potencialidad es diferente a él? Esta pregunta me lleva al campo de mi negligencia.  Una vez cansad entonces vulnerables y por último sometidos a otro. Ya no quiere buscar el su propia comida se va por el camino fácil. Sin embargo yéndose por el camino fácil le cede su voluntad a otro que se aprovecha de él.  Y así será siempre. Cuando nosotros perdemos nuestra productividad y nos hacemos cómodos y dependientes de la vía fácil, terminamos perdiendo nuestras habilidades y sometidos a otros que son más mediocres que nosotros. Somos negligentes cuando renunciamos a la vida productiva y optamos por la vida cómoda.

  • Tercer síntoma: “ese guiso rojo…fue llamado Edom”

Debemos recordar que Esaú tenía su nombre original. Esaú significa “velludo”. Y de hecho así era su constitución física. Pero debido a su hambre y el codiciar el plato rojo de Jacob, la Biblia dice que a partir de allí su nombre cambio. Y ocurrió algo interesante. Su debilidad y error absorbió toda su personalidad de tal manera que ahora su actitud profana es lo que le da la identidad. Al pecar el pecado toma nuestra persona y ella es una extensión de mi fracaso.  Note que Esaú ya ha visto detenidamente el guiso. No sólo sabe que era de lentejas sino que le ha visto el color y el olor. De tal manera que ha estimulado sus instintos y sus centros de placer. ¿Por qué Esaú se había quedado sin comida? ¿Si había salido lejos y su viaje iba a ser largo, porque razón no previó comida para el viaje? Me imagino que el siempre se sentía seguro de su habilidad para cazar y pensó que cazaría y de eso comería ¿pero porque no había cazado nada? Esto nos habla de un hombre que vive el momento. Estas preguntas me llevan al campo de mi displicencia. La RAE dice de displicencia Indiferencia y despego que denotan menosprecio. Y aquí vemos a un Esaú en esa condición.

Modelos de mayordomía: Hacer poco con mucho III parte

C.     EL CAMPO DEL VALOR DURADERO

Los planes financieros del acaudalado agricultor también estaban devastadoramente llenos de fallas por la razón de que ellos estaban arraigados en las cosas terrenales. Estos planes no tenían dimensión eterna, pues en el verso 20 Dios le declara: “…Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?” El error de este magnate fue doble, él asumió que él viviría por mucho tiempo; pero no fue así. Esto es triste, pero mucho más triste fue el hecho de que él no había hecho preparación para presentarse ante Dios después de su muerte. Como resultado con seguridad él sufrirá condenación eterna. Nota como el Señor Jesús termina esta historia con este epitafio: “Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico en Dios.” Lucas 12:21 “La frase clave es ser rico en Dios, lo que nos está enseñando es que nosotros podemos invertir lo que Dios pone en nuestras manos para darnos satisfacción, una satisfacción que empieza ahora y dura mucho más allá de la muerte.” Cerrando, permítame leer la declaración que el Señor Jesús hizo como preámbulo a esta parábola. Leemos en el verso 15: “Y díjoles: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.” Cuando nos vemos a nosotros mismos como los dueños de lo que poseemos, las cosas que poseemos empiezan a poseernos a nosotros. El punto es ese, cuando las posesiones nos guían a la pobreza, “la pobreza espiritual.” Por otro lado, llegamos a ser espiritualmente ricos cuando Dios, por medio de la lectura diaria de Su Palabra nos da Su sabiduría la cual es Cristo. Esta sabiduría (Cristo), nos enseña que Dios es el Creador, y eso es el producto de la acción que Dios hace por medio de Su Hijo que envió para redimirnos. Esta es la bendición con la cual Él ha bendecido a todos los verdaderos creyentes, quienes caminan en lugares celestiales con toda bendición espiritual en Cristo Jesús. Note como este hombre confundió valor pasajero con valor duradero.

1.      El mundo dice éxito, Dios necio.

Debe  entender que la Biblia declara en esta parábola  que el joven rico era un necio, no un hombre  de éxito. Es casi seguro que a los ojos de su comunidad fuera un hombre envidiado. A los ojos de Dios, era un hombre al que había que tenerle lástima. La palabra  necio en  lenguaje bíblico no es una descripción de la capacidad mental, sino del discernimiento espiritual. En el lenguaje de los Salmos y los Proverbios del Antiguo Testamento, un necio es una persona que toma decisiones como si Dios no existiera, y que vive como si Dios no hubiera hablado. Once veces escuchamos las palabras «yo» [implícitas en los verbos en primera persona] y «mi» en las palabras de este hombre. Prácticamente, para él Dios no existía.

2.      El mundo dice amo y Dios siervo.

 El hombre rico estaba convencido de que tenía el control de su vida y que la riqueza le daba control. Pero las palabras de Dios para él revelaron que no tenía poder sobre el presente: «Esta noche vienen a pedirte tu alma». La palabra pedirte  es “apaiteo” y era un término comercial usado para un préstamo. En ese punto crítico descubrió una verdad que todo el mundo aprende tarde o temprano: Dios es el dueño de la vida y simplemente nos presta nuestra existencia terrenal. En cualquier momento puede reclamar Su préstamo. El necio tampoco tenía poder sobre el futuro: «lo que has provisto, ¿de quién será?» Tal como se lamentara el autor de Eclesiastés: Asimismo aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y ¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol mi sabiduría?… (Eclesiastés 2:18,19).

3.      El mundo dice rico, Dios pobre.

Cuando llegó el momento de la verdad, el agricultor rico se dio cuenta de que había trabajado muy duro por muy poco. Había invertido en lo pasajero, no en lo permanente. Lo que hace a la muerte difícil es la evaluación de lo que perdemos por ella. Éste era un hombre que estaba dejando atrás todo: los graneros que había construido, la gente que había controlado, el prestigio que había adquirido. La muerte lo despojó de todo y reveló quién era en realidad, un hombre que «hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios» (v. 21). Esa última afirmación debe obligarnos a preguntarnos: « ¿soy necio a los ojos de Dios? ¿Qué etiqueta le pondría él a mi vida?»

Las siguientes palabras, pronunciadas por Jim Elliot, merecen una cuidadosa consideración: No es necio el que da lo que no puede retener para ganar lo que no puede perder. Hay otro tipo de necedad que el Señor quiere que reconozcamos. Él describió en la parábola la necedad que dice: «Dios no importa» y «No tengo suficiente». El poder de las posesiones es que nos dan una sensación de control. Pero los discípulos tienen que enfrentarse aun a otra locura. Es la locura que dice: «A Dios no le importa». Somos tentados a creer que si seguimos al Señor, renunciando a todas nuestras posesiones, tal vez no tengamos suficiente. Entonces se plantea la pregunta aquí: ¿Cómo podemos hacer mucho? Y no caer en el estilo de este hombre que con mucho hizo poco o en realidad hizo nada.

Lucas dijo claramente que los versículos 22-34 iban dirigidos, no a la multitud, sino a los discípulos. Eso implica que la preocupación es uno de los pecados habituales de los seguidores de Cristo. La razón no es difícil de descubrir. Los términos del discipulado son exigentes. Obedecer el llamamiento es confiar en Cristo totalmente, pero ¿cuáles son las implicaciones de esa obediencia? Las preguntas económicas cobran mucha importancia. Si digo adiós a mis posesiones, ¿suplirá realmente Dios para mis necesidades? Mi cabeza me asegura que sí, pero mi corazón duda. El autor de Proverbios lo expresó así: La congoja en el corazón del hombre lo abate… (Proverbios 12:25). Y es así hasta físicamente. Tal como observara alguien, a la gente le salen úlceras, no tanto por lo que comen, sino por lo que los come a ellos. La ansiedad también roba la paz emocional y quita la seguridad espiritual. Que nos digan que no nos preocupemos no ayuda mucho. La gente que nos dice eso por lo general parece que no es muy realista, o que no está muy informada, o que nos trata con aire condescendiente. El Señor nos obliga a pensar por qué no hemos de preocuparnos.

  • Primero,  recuerde que Jesús dijo que la preocupación es necedad (Lucas 12:22- 24). Es caer en la necedad del rico insensato que creía que su vida consistía en sus posesiones. Pero la vida es más que comida y ropa, y Dios nos ha prometido que Él va a cuidar de nosotros, mucho más de lo que cuida a Sus criaturas, como por ejemplo los pájaros. Preocuparnos es olvidar neciamente que somos hijos valiosos de Dios y que Él es nuestro amante Padre.
  • Segundo, recuerde que Jesús dijo que la preocupación es inútil (12:25-28). Puede acortar la vida pero no la puede prolongar. Y Dios, que da belleza a los campos, no nos va a despojar de todo. La ansiedad niega el cuidado de Dios… y todo para nada. De manera que la alternativa no es ser descuidado, sino confiado. Un poco de reflexión nos ayuda a reconocer que la mayoría de las preocupaciones son por cosas que no se pueden cambiar (el pasado), cosas que no se pueden controlar (el presente), o cosas que tal vez no sucedan (el futuro). ¡Cuánto mejor es confiarnos a nuestro Dios! La vida es más que comida y ropa, y Dios nos ha prometido que Él va a cuidar de nosotros, mucho más de lo que cuida a Sus criaturas.
  • Tercero, la preocupación no tiene fe (12:29-31). Estar absorto en las necesidades físicas y personales es a la larga ser capturado por la incredulidad. Si el Evangelio realmente es cierto, nuestras vidas deberían ser diferentes cualitativamente de las vidas de los paganos. En su libro Run Today’s Race [Corre la carrera de hoy], Oswald Chambers observa que «todo nuestro enojo y preocupación se debe a que calculamos sin Dios». La preocupación es producto de una inadecuada comprensión de nuestro Padre. Él es Aquel que sabe, se interesa y actúa. La manera como miramos a Dios determina la manera como miramos la vida, y esto va a determinar por qué nos preocupamos. Nuestra gran necesidad es preocuparnos por lo correcto. ¿Y qué es eso? «Buscar Su reino». No paramos de preocuparnos. Sustituimos la preocupación por las cosas primordiales con la preocupación por las cosas secundarias. Sólo Su reino es digno de nuestra mayor preocupación. El hermano siamés de la ansiedad es el temor, y el Señor abordó el asunto del temor en los versículos 32-34. Nos dijo que tomáramos una medida drástica con nuestros recursos económicos y posesiones personales. No debemos empuñarlos ni confiar en ellos. Más bien hemos de emplearlos invirtiéndolos eternamente. De hecho, la única manera en que podemos proteger verdaderamente nuestros tesoros es invirtiéndolos en el cielo. Nuestro corazón va detrás de nuestro tesoro, y si nuestro tesoro está en el cielo, allí estará nuestro corazón. Tal como escribe David Gooding: El cielo casi no es una realidad para el hombre que no está preparado para invertir dinero en efectivo en él ni en sus intereses; pero por esa misma razón se hace más real para el que sí lo está (According to  Luke, p.241). El asunto crucial en la vida no es la cantidad de nuestro tesoro, sino la localización del mismo. Los tesoros del hombre rico estaban en la tierra. Él era un necio porque construyó su vida sobre lo que no podía durar y lo que en realidad no importaba. Nuestro llamamiento como discípulos es ser ricos hacia Dios y tener un tesoro en el cielo que no se agote.

D. L. Moody dijo una vez: No se necesita mucho tiempo para saber dónde está el tesoro de un hombre. En la mayoría de los casos, en una conversación de 15 minutos, se nota si los tesoros de los hombres están en la tierra o en el cielo. Nuestro corazón va detrás de nuestro tesoro, y si nuestro tesoro está en el cielo, allí estará nuestro corazón. A nadie le gustaría que Dios lo llamara necio. ¿Cómo podemos asegurarnos de que eso no suceda? Podemos optar por los límites, no por el lujo, para que nuestro tesoro se pueda invertir en los cielos. Podemos cultivar la compasión, no la avaricia.  La mayoría de nosotros puede procurar la confianza en Dios, no en el dinero. En las monedas estadounidenses está escrita la frase: «En Dios confiamos». Lindas palabras, pero ¿confiamos en que Dios va a estar en nuestras finanzas, o Le confiamos nuestras finanzas a Dios? Esa es la pregunta que debe responder para evitar hacer poco con mucho.

Modelos de mayordomía: Hacer poco con mucho II parte

A.     EL CAMPO DE LA INVERSION

Debido a que el rico insensato estaba equivocado en lo referente a quien le pertenecían sus bienes, él estaba enfrascado en el tema de sus posesiones, en lugar de estar concentrado en el tema de las inversiones. Este punto de vista es muy popular en el cristianismo y secularismo moderno. Cuando dejamos a Dios fuera de la fórmula entonces aparecen otros dioses en nuestra vida. En el rico insensato aparecen varios cosas que demuestran su locura en el campo de la inversión.

Cuando la gente no invierte en Dios entonces invierte en otras cosas que al final resultan equivocadas.

Al no invertir en Dios este rico estaba invirtiendo

1.      Materialismo

Dice el pasaje: “la heredad”…hombre rico…había producido mucho.

En este pasaje vemos como tres expresiones de ese materialismo. Primero está el afán por el posición. Note que dice que era “una heredad” en ese sentido era una herencia la que había recibido. No muchas personas cuentan con la herencia o que sus parientes les dejen  recursos al morir. Segundo está el previlegio. Dice que era un “hombre rico”.  El texto señala que este hombre no era cualquier hombre sino que ya estaba considerado como un hombre acaudalado dentro de su sociedad. Ya había logrado un puesto social. Y tercero esta el prestigio. El texto dice que “había producido mucho”. Es decir había logrado el éxito con su posición y con sus privilegios. Estas tres dimensiones del materialismo son las que nos hacen llegar a tener poco con mucho desde la perspectiva de Dios.

2.      Consumismo

En este pasaje aparece un problema que muchas veces no es visto como problema. De hecho la mayoría de veces va disfrazada con actitudes o suposiciones válidas en la vida de una persona. En la parábola se manifiesta disfrazada con la palabra, administración, prudencia, planificación y seguridad al futuro. Los vrs. 17 y 18 del versículo hablan de eso. Aparentemente no haya nada malo en evaluar “pensaba dentro de sí”. Tampoco no hay nada malo en proyectar “que haré”. Tampoco no hay nada malo en planificar al futuro “esto haré”. Es decir evaluar para uno, proyectar para uno y planificar para uno se convierte en problema cuando es para uno y para lograr más para uno. Ese es el peligro de esa actitud de ser visionario para con uno y no para con Dios. En pocas palabras una manifestación de la avaricia es el deseo desmedido de consumir para uno. En ese peligro pensaba  el Señor cuando se declaró al principio de esta historia el peligro de la avaricia. Las palabras iniciales,  «mirad y guardaos», ponen el mensaje del Señor en luces  de neón. No se trata de una  posibilidad abstracta ni de  una inquietud teórica. En lo  que Jesús estaba pensando no  era sólo en un pecado, sino  en un pecado grave pero sutil.  Algunos pecados son claros y  reconocibles, y los evangélicos  son rápidos en calificarlos  de malvados y condenar la  participación en ellos. Raras  veces vemos la codicia como  un pecado horroroso. Pero  es interesante señalar que  Jesús nunca advirtió contra el  adulterio ni la borrachera en  los términos dramáticos que  usó aquí contra la avaricia. El peligro  de las posesiones  es que a menudo  despiertan el deseo  de tener más. El término avaricia significa  «un deseo consumidor de tener  más». Tiene la connotación de agarrar más, una codicia  de adquirir. Es exactamente lo  contrario del contentamiento  que acompaña a la verdadera  piedad (1 Timoteo 6:6).  Alguien preguntó una vez a  John D. Rockefeller cuánto  dinero era suficiente. «Un  dólar más» —contestó. La  bestia de la avaricia nunca  se satisface. Es insaciable. Sin embargo, si vemos la  avaricia como un asunto de  cantidad y no de actitud, no  comprendemos el problema.  El más pobre de todos puede  ser avaro; el más rico puede  evitar la avaricia. Pero el  peligro de las posesiones es  que a menudo despiertan  el deseo de tener más. Ivan Boesky, quien fue a  la cárcel y pagó una multa de  100 millones de dólares por  hacer trampas en la bolsa de valores, unos años antes era  el niño mimado de Wall Street.  En esa época declaró en una  ceremonia de graduación de  una universidad importante: La avaricia es buena.  Quiero que sepan que  yo creo que la avaricia  es saludable. Usted puede  ser avaro y aun así sentirse  bien con usted mismo.  La revista Newsweek comentó después: Lo más extraño de todo  cuando miremos atrás no  sólo será que Ivan Boesky  dijera eso en la graduación   de estudiantes de ciencias  económicas, sino que fuera  recibido con risa y aplauso  (1º. de dic. de 1986). Pero la avaricia no es  asunto de risa. De hecho,  es idolatría (Colosenses 3:5).  El Señor no dejó duda alguna  cuando dijo: La vida del hombre no  consiste en la abundancia  de los bienes que posee  (Lucas 12:15).  La riqueza muchas veces  engendra más riqueza, y  la suya le permitió poseer  tierras que produjeron una  cosecha abundante. No parece  haber ninguna crítica porque  tuviera riquezas, ni por la  manera de adquirirlas, ni  porque crecieran. Lo decisivo  fue lo que él hizo con ellas.  Aun así, lo más crucial no  eran sus acciones sino sus  suposiciones. Dado sus  valores, construir graneros  mayores era una decisión  sabia y pragmática. Pero esa  es precisamente la pregunta: ¿cuáles eran sus valores? Podemos resumir su  perspectiva de la vida con  varias frases que han hecho  eco con el correr de los años:

•          «Si no soy bueno conmigo mismo, ¿quién lo va a ser?»

•          «El éxito junto con las posesiones demuestran  que soy un éxito como  persona».

•          «Mientras mayor sea el granero (o la casa o el  auto), mejor será la vida».

•          «Si el dinero no puede comprar la felicidad, al  menos puede comprar  el placer y  la seguridad».

Pero en un momento se  le explotó la burbuja. Dios  dictó sentencia, no sólo al  rico insensato, sino a toda  vida que se base en la avaricia: … Necio, esta noche vienen  a pedirte tu alma; y lo que  has provisto, ¿de quién será?  (Lucas 12:20).

3.       Hedonismo

Esto es lo que se llama placer, o sensualidad y que  llega a ser el fruto lógico. Hedonismo es la adoración y la persecución del placer. Esta errónea enseñanza predica que debemos tomar la vida suavemente, comer, beber y gozarnos porque después de todo, vivimos una sola vez. Note como lo describe la parábola  en boca del hombre rico: “Y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años, repósate, come, bebe, regocíjate. El hedonismo tiene varios indicadores.

  • Es sensual

 Es decir se basa en lo que sentimos y deseamos. El hombre lo expresa con la frase que repite dos veces “alma”.

  • Es virtual

En la última parte del siglo XX y del siglo XXI se desarrollo una ciencia o concepto que se llamó realidad virtual. Para muchos la realidad virtual es  una ciencia basada en el empleo de ordenadores y otros dispositivos, cuyo fin es producir una apariencia de realidad que permita al usuario tener la sensación de estar presente en ella. Se consigue mediante la generación por ordenador de un conjunto de imágenes que son contempladas por el usuario a través de un casco provisto de un visor especial. Es esta sensación de realidad virtual que produce la riqueza y el hedonismo. Curiosamente el hombre rico usa dos frase para esta descripción “muchos bienes”…”muchos años”. Según él asume que siempre tendrá muchos bienes y que ellos le darán largura de días. Eso es realidad virtual. Aunque él asume que vivirá muchos años por el número de bienes que tiene, no se da cuenta que esa lógica es eventual y no permanente. El hecho de que tenga una cuenta, buenos médicos, no quiere decir que tengo asegurado el futuro con muchos años. Por eso el placer o el hedonismo nos hace perder de vista la lógica divina.

  • Eventual

Luego el hombre dice: “repósate, come, bebe, regocíjate”. Si se dan cuenta una vez que ha hecho su evaluación y ha llegado a una conclusión (errada por cierto) describe su vida en 5 eventos o acciones. Primero se dice a sí mismo: “relájate”. Es decir no tomes la vida con tanto estrés ya que tienes asegurado tu vida por los recursos. Segundo “come”, es decir dale gusto al apetito. Tercero “bebe”, es decir disfruta, desconéctate, huye de la realidad. Y finalmente “regocíjate”. En otras palabras sé feliz y exitosos, ya llegaste, lo lograste. Vive como rico y famoso. Pero estos son solo eventos de la vida, que se hacen en esta vida. ¿Y la eternidad qué?

Así que esta filosofía hedónica  suena bien hasta que tú empiezas a hacerlo, entonces la ley del regreso de la desvalorización o mengua se establece y empieza a trabajar en tu vida. La persecución del placer se convierte en algo vacío. Dios usó la experiencia de Salomón en el libro de Eclesiastés pues él personalmente experimentó esto. “Si Dios es el dueño de todas las cosas, entonces la pregunta apremiante es: ¿Cómo puedo o cual es la mejor forma de invertir los bienes que Él ha encargado a mi mano, de acuerdo a Su voluntad?” El verdadero adorador no solo está claramente consciente de que Dios es dueño de todo, sino que posee un deseo creciente de obedecer los mandatos u ordenanzas de Dios. Para nosotros los verdaderos creyentes, la vida tiene significado solamente cuando empezamos a invertir todo lo que Dios nos ha permitido tener en lo que Él declara que es importante para Su obra. Eso significa que estaremos preocupados invirtiendo nuestros recursos para asegurarnos de que la Palabra de Dios esté siendo propagada en todo el mundo. No necesitamos a alguna organización para llevar esto a cabo, nosotros mismos podemos ocuparnos repartiendo folletos que sean fieles a la Palabra de Dios. Nosotros mismos podemos usar nuestros recursos para comprar Biblias para dar a aquellos que necesitan una. Y si deseamos trabajar con alguna organización cristiana, nos aseguraremos que ella use esos recursos para la propagación fiel de la Palabra, y no para cosas mundanas ni satisfacciones personales de algún individuo u organización. De hecho, mas tarde en este capítulo 12 de Lucas, nuestro Señor declara en el verso 31:“Mas procurad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.” En otras palabras, Él nos está diciendo a todos nosotros: “No pases tu vida persiguiendo la mejor comida, ropa, o albergue, no hagas eso el enfoque de tu vida. CONFIA EN MI para todo eso, busca primero “…el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas.”

Modelos de mayordomía: Hacer poco con mucho

En la disertación de la  semana pasada vimos el contexto, que miles de personas vienen a oír predicar a Jesús. Básicamente reúne una mega iglesia de repente. Y dice que la gente se encaramaba y se pisoteaban para oírle predicar y enseñar. Y parece que un hombre alcanza a pasar al frente y tiene acceso a Jesús quien acababa de predicar acerca del infierno, diciendo cosas que infunden miedo como, “No teman a los que pueden matar el cuerpo. Teman más bien al que puede matar el cuerpo y arrojarlo en el infierno”. Eso da miedo. Pero se establece el peligro de desear poco y perderse lo mucho. Ahora veremos  otro ejemplo.

 

II.                  El segundo  modelo es hacer poco con mucho. (Lucas 12:16-21)

Cuando vemos la historia que sigue al pleito de la herencia,  Jesucristo resalta varias cosas de este hombre rico.  Primero es rico. Dice el pasaje “había producido mucho”.  Su cosecha había sido tan grande que ya no le cabían en los graneros actuales, así que decidió construir lugares más amplios. Otra cosa que debemos notar es que era ensimismado. Su preocupación  sólo está enfocada en sus deseos y uno lo nota  porque solo lo vemos pensando en lo que tiene, lo que siente y lo que desea. Por otro lado  pensó que su seguridad la tenía en su gran prosperidad. Finalmente Dios lo declara como un “insensato” ya que el no está preparado para cuando le vengan a pedir cuentas.

Me he dado cuenta que uno de los fenómenos de nuestro tiempo “moderno,” es la proliferación de los consejeros o agentes de financiamiento. Supongo que eso es un reflejo del estado general de nuestra sociedad. Pero como creyentes en Cristo, el hecho de tener planes financieros es una parte importante de nuestra mayordomía sobre todo lo que Él permite que tengamos. “¿Te has dado cuenta que la mayoría de las parábolas dadas por el Señor Jesús hablan directamente sobre la mayordomía?” En otras palabras, Dios en estas parábolas habla del hecho de estar encargado de nuestros bienes principalmente para el beneficio y propagación del verdadero evangelio. En esta mañana debemos enfocarnos en otro modelo de mayordomía. El domingo pasado hablamos de que el primer modelo de mayordomía era DESEAR MUCHO Y PERDER TODO. Hoy en esta oportunidad  deseo enfocarme en el segundo modelo de mayordomía. HACER POCO CON MUCHO. Y  como tema base he escogido la parábola del rico insensato. Ella se encuentra en: Lucas 12:16-20. Dios nos permite saber que las tierras de cierto hombre rico habían producido muchos frutos: “Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿qué haré, porque no tengo donde juntar mis frutos?”Lucas 12:17 Entonces, él mismo contestó esta pregunta y dijo: “…Esto haré: derribaré mis alfolíes, y los edificaré mayores, y allí juntaré todos mis frutos y mis bienes; Y diré á mi alma: Alma, muchos bienes tienes almacenados para muchos años; repósate, come, bebe, huélgate.” Lucas 12:18-19 Pero… “…díjole Dios: Necio, esta noche vuelven á pedir tu alma; y lo que has prevenido, ¿de quién será?” Lucas 12:20

Al pensar en esta parábola  me vino la pregunta ¿Es posible ser rico e insensato al mismo tiempo? Típicamente pensamos que los ricos son gentes muy inteligentes y muy trabajadoras. Pero la “inteligencia” y el trabajo arduo, no son los substitutos para la sabiduría que proviene solamente de la Palabra de Dios. La única sabiduría que capacita al ser humano a dar uso de los recursos bajo su control, para obtener el fruto que proviene de la verdadera riqueza; es la Palabra de Dios. Jesús denominó a este hombre rico como un necio, esto es debido a que él había cometido errores fatales por lo menos en tres campos.

A.      EL CAMPO DE SER PROPIETARIO

Note usted el énfasis en los pronombres personales de esta historia enfatizan la errónea idea de este agricultor sobre el tema de ser propietario.

El dijo: “…Esto haré… Yo derribaré mis alfolíes… Yo los edificaré mayores… Yo juntaré todos mis frutos y bienes… Yo diré a mi alma muchos bienes tienes…”

¿Cuáles son los indicios de que una persona ha perdido de vista  el concepto de “propietario”?

1.      La independencia: “Pensaba dentro de sí”

Pueden ustedes notar que el texto demuestra que el está haciendo un diálogo consigo mismo  y el mismo se convence. No hay nadie más en su reflexión. No consulta no piensa en otras personas como alguien que pueda pedir ayuda.

2.      La improcedencia: “Que haré”

Noten que el hombre asume que su posición actual es duradera. Que él tiene control sobre las circunstancias, sobre el fruto, sobre la cosecha.

3.      La imprudencia: “Derribaré y edificaré”

Dios en Génesis 1 y 2 toca claramente el tema de la propiedad. Allí claramente nos enseña que Él hizo todo, y debido a Su virtud creadora Él es dueño de todo. Él creó a Adán y a Eva, Él los puso en el huerto en el Edén y Él les encargó que administraran todo lo que le pertenece a Él. De aquí que Dios declara: “DE Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan.” Salmo 24:1 Todas estas cosas le pertenecen a Dios porque Él las creó.

Este agricultor rico poseía un plan lleno de fallas e inexactitudes pues él asumió que él era el dueño de todo lo que poseía. Esta suposición ha sido y es muy común en el mundo. Lamentablemente la vida de muchos cristianos profesantes está fuera de ajuste porque ellos no tienen el conocimiento claro de quien es el dueño de lo que poseen. Te sorprenderás de cómo las diferentes piezas de tu vida empiezan a tomar forma y a unirse en armonía una vez que tengas esta verdad claramente establecida en tu corazón.

Modelos de Mayordomía: Desear mucho y perder todo III parte

3.      Incompatibilidad

Esta actitud es incompatible con el modelo y el pensar de Jesús. Si observamos se trata de una herencia, parece ser que no se le había hecho bien desde la perspectiva legal. Al parecer se estaba dando una injusticia. El término griego aquí para “herencia” es “kleronomía”. Esta palabra describe lo que a uno le toca en suerte. Es probable entonces que el otro hermano había salido favorable en la impartición de la herencia y no quería compartirle nada a su otro hermano. El término que este hombre utiliza es “didaskale”, es decir “maestro”, este sustantivo habla de alguien que tiene una tremenda enseñanza, pero que no es autoritativo, ni divino. Este hombre reconoce a Jesús como alguien de respeto por el tipo de enseñanza que tiene. Jesús dice en el pasaje ¿quién me constituyó en juez o repartidor? Me parece que el tono de la voz de Jesús debió haber sido bastante fuerte y con molestia y quizás con indignación. Jesús les achaca que tienen una imagen distorsionada de lo que él es y lo que hace. La gente no ha entendido realmente que es ser un seguidor de Jesucristo. El concepto en este momento, a esta altura del pasaje indignante. Note las dos expresiones que Jesús resalta. La primera es JUEZ. Hay dos palabras para juzgar en el NT. La primera es “krino” y la segunda es “kritos”. Hay diferencia en el uso de los términos. La primera tiene que ver con la autoridad del que juzga, es decir la autoridad de un juez. A un juez no se le cuestiona, se le obedece. El tiene todo el poder del estado para imponer la ley ya sea por sugerencia o por la fuerza. En cambio la segunda palabra se deriva de la opinión experticia de alguien, pero no necesariamente autoritativa. De hecho de esta palabra se deriva la palabra “crítico”. Es decir Jesús en realidad dice ¿quién me ha constituido por “crítico”. La segunda palabra es REPARTIDOR. El término griego es “meristen”. Este término es legal. Se usaba para referirse al leguleyo que se ganaba unos pesos y que por medio de artimañas y astucias ayudaba a alguien para obtener algo ya sea lícito o ilícito. Jesús no es un experto en lo legal ni un traficante de arreglos legales. Estas dos concepciones cristológicas tienen una tan sola debilidad no reconocen la superioridad, y autoridad total de Jesús. Luego Jesús dice: “Guárdense de toda avaricia”. La expresión “mirad “y guardaos” son importantes. En este capítulo 12 de Lucas, nuestro Señor presenta varias enseñanzas que son esenciales para la comprensión de la vida terrenal y la vanidad de lo que en ella existe. Jesús habla aquí sobre la hipocresía y sobre la avaricia de los hombres como el camino que muchos toman en esta vida. Es el interés del Señor mostrarnos un camino más excelente, que tiene como meta la eternidad. En este capítulo el Señor está hablando del costo de seguirle y de la recompensa de la fidelidad del creyente, el cual será confesado por Él delante del Padre sólo cuando nosotros le hayamos confesado primero a Él como nuestro

Señor. Cada hombre en este mundo tiene una problemática que le agobia y que lo lleva a estar más preocupado por las cosas de este mundo que son pasajeras, que por las cosas celestiales que son eternas. De inmediato, Jesús se dirige a dar su recomendación (12:15)  Jesús, lejos de satisfacer este corazón lleno de avaricia, aprovecha la oportunidad para darle a este hombre y a nosotros, una gran enseñanza y una gran solución al problema planteado. “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia”.  Jesús les dijo (a todos): MIRAD (OBSERVAD) Tener constantemente el ojo en el corazón. GUARDAOS (CUSTODIAD) Dominar con mano dura vuestro corazón, a fin de que la avaricia no lo gobierne con sus engañosos criterios.  Es interesante observar lo que hace el ser humano para justificar sus actuaciones, por lo que Jesús, conociendo el corazón de ellos, les da esta gran recomendación.  “…porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”. Es interesante ver la claridad con que habló nuestro Señor a este hombre, declarando su error en el afán de obtener bienes de este mundo.   Es una realidad que nada de lo que poseamos en esta vida podrá llenar el vacío espiritual que tenemos en nuestro interior. Sepamos que sin Cristo, siempre estaremos insatisfechos ya que los que le conocemos sabemos que: Cuando hay angustia, encontramos en él la paz;  Cuando hay inquietud e inseguridad, acudimos a él en oración; Cuando hay tristeza, hallamos el gozo trabajando para él.  En pocas palabras, el Señor le declara una parábola, la cual le despertará de la ceguera espiritual en que se encontraba, dándole: Pero al fin y al cabo ¿Qué es la avaricia? La avaricia no es simplemente tener posesiones, es amar las posesiones a tal grado que uno acapara las posesiones. Amar las posesiones significa que no puede dejar de pensar en ellas. No puede vivir sin ellas. Absolutamente tiene que tenerlas. Y si no le alcanza el dinero, insiste en comprarlas. Eso se llama endeudamiento. La codicia termina en servidumbre. Si alguien posee su dinero, también posee sus días porque Ud. adora a alguien o a algo que no es Dios. La codicia es un pecado horrendo, pero no creemos en la codicia. No creemos en ella porque la llamamos publicidad. No usamos la palabra codicia. Usamos la palabra publicidad o relaciones públicas, o marketing. El objetivo principal de la publicidad es hacernos codiciar, para desvincularnos, porque solo hay dos opciones: El contentamiento o la codicia. Si estamos conformes, estamos satisfechos con lo que tenemos. Si alguien tiene algo, nos alegra; no necesitamos tener lo que ellos tienen. No estamos celosos. No estamos obsesionados. No vamos a endeudarnos para mantener las apariencias. Estamos bien si no lo conseguimos. Pero si codiciamos, todo eso cambia. La publicidad existe para crear en nosotros un sentimiento de descontento. Cosas que ni siquiera sabíamos que necesitábamos. Y en realidad son cosas que no necesitamos. ¿Han visto los comerciales de autos últimamente? “Oh, es un carro nuevo. Tengo un carro viejo. Mi carro no tiene todos esos parlantes. Son asombrosos. ¡Oh! Asientos térmicos. Oh, mi trasero tiene frío. No tengo asientos térmicos. Necesito asientos térmicos”. De repente está desvinculado. “Necesito asientos térmicos. Necesito uno para calentarme el trasero y otro para calentar  el desayuno de camino al trabajo. Eso es lo que necesito, asientos térmicos”. De repente empieza a codiciar cosas que ni siquiera sabía que existían. Lujuriamos, codiciamos, nos obsesionamos. y después nos endeudamos, y 6 meses después o 12 meses después ¿sabe lo que hacen? Salen con una versión nueva y mejor. Esto sucede con la tecnología. La transportación. La moda. Todo sigue cambiando, de manera que nunca estamos satisfechos y nos llenamos de codicia. Codicia, codicia, codicia. La gente  no consideran que la codicia sea pecado, pero es uno de los Diez Mandamientos. Dios escribió una lista, los Diez Mandamientos. El décimo es, no codiciarás. Pensé que no estaría ahí pero está. Dios lo dice de esta manera en Éxodo 20:17: el décimo mandamiento dice, “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey…”. Mejor dicho, sería como sus herramientas, su camioneta, su asno, su carro, su Jeep, “…ni cosa alguna de tu prójimo”, incluyendo su televisor, ese grandote que puede ver cuando saca el perro a caminar y cuando mira por la ventana ve un gran televisor y para y se pone a codiciarlo. “Oh, miren ese televisor. Es tan grande que puedo verlo desde la calle. Necesito uno de esos televisores”. El propósito de los centros comerciales es hacernos codiciar lo que tienen en las vitrinas. ¿Por qué cree que ponen todos los almacenes juntos? Para que cuando llueva pueda caminar por ahí diciendo, “Necesito eso; necesito aquello. Necesito lo otro”. Sin saber siquiera lo que es. “Mejor voy y me entero de lo que es por si acaso lo necesito”. El propósito principal es hacernos codiciar y causar descontento. La codicia, como la vemos aquí, es una actitud del corazón que todo lo consume. No es que estemos conformes en algunas áreas y que codiciemos en otras. O estamos conformes en todas las áreas o codiciamos en todas. Podría ser la casa de su vecino, su esposa, o todas esas cosas. Me parece interesante que el mandamiento empieza con codiciar la casa del prójimo. ¿Cuántos de Uds. han codiciado la casa de su prójimo? Condominio, residencia, apartamento, o lo que sea. Quieren la vivienda del otro. “Es más amplia que la mía. Me siento tan frustrado”. ¿Cuántos de Uds. ven esos programas en la tele y empiezan a codiciar? De repente estamos codiciando. Por eso es que cuando ponen una casa a la venta en su barrio, los primeros en ir a la presentación de la casa son todos los vecinos. Una partida de codiciosos andando por ahí tratando de averiguar, “¿Será que tienen más espacio que la nuestra? ¿Será más bonita que la nuestra? ¿Cómo se compara a la nuestra?”. Es codicia. Es codicia. Es el modo de vida estadounidense. Jesús dice que guardemos nuestros corazones contra la codicia. Es un verdadero problema. La manera de guardar nuestro corazón contra la codicia es adorar a Dios. Porque la codicia es adorar un ídolo. Un ídolo puede ser algo creado que amamos demasiado o algo que deseamos demasiado, o algo que codiciamos demasiado. Por lo tanto la forma de contrarrestar la codicia es mediante la adoración. Por eso es que los dos primeros de los Diez Mandamientos son: Primero, existe un solo Dios. Segundo, lo adoramos a Él únicamente. Según Martín Lutero, si adoramos a Dios únicamente, no romperemos los demás mandamientos. No mataremos a alguien. No cometeremos adulterio. No daremos falso testimonio, no hurtaremos, no codiciaremos. Porque si estamos adorando a Dios, estaremos conformes con nuestros cónyuges. Estaremos conformes con nuestras casas. Estaremos conformes con todo lo que Dios nos ha dado, y no empezaremos a codiciar. No pecaremos. Adoraremos. ¿Creen eso? La mayoría de nosotros no lo cree. Colosenses 3:5 lo declara de esta manera: “La avaricia es idolatría”. ¿Está claro? La avaricia es idolatría. Muchas personas ahora mismo, aún no han lidiado con el problema de la avaricia. Por eso están lamentándose. Colectivamente como salvadoreños  adoramos al dios de las riquezas. Jesús dice que el dinero es un dios falso llamado “Mamón”. Adoramos a Mamón. Ahora Mamón ha muerto. La gente se lamenta y dice, “Nuestro dios ha muerto. Perdí la plusvalía; mi cuenta de retiro sufrió pérdidas. Mi cartera de inversiones no está rindiendo mucho. Estoy por graduarme y no podré ganar la misma cantidad de dinero que pagaban hace 5 años. Ni siquiera puedo encontrar la clase de trabajo que esperaba. ¡Aayy! ¡Estoy tan triste! ¡Mi dios ha muerto!”. Y todos están esperando en secreto que ocurra una resurrección. “¿Cuándo volverá Dios? ¿Cuándo regresará nuestro Dios? ¿Ha subido el precio de las casas? ¿El desempleo ha bajado? ¿Se está moviendo nuestro dios todavía? La avaricia es idolatría. No necesitan más riquezas. Necesitan más sabiduría. En realidad no necesitan que su ídolo resucite de los muertos. Necesitan que Dios se convierta en el Objeto de su afecto. Pero también debemos resaltar la diferencia entre un ído|||||||||||||||||||lo superficial y un ídolo oculto. De manera que para algunos, quizás todos, el ídolo superficial es la riqueza, el prestigio, las posesiones, la abundancia. Sin embargo, a veces hay un ídolo más profundo debajo de ese. Les daré algunos ejemplos: Para algunas personas, el ídolo superficial, el que vemos es el de las riquezas. Pero el ídolo oculto es el prestigio. Lo que más les importa es una identidad que no está arraigada en la gracia de Dios por medio de la Persona y la obra de Jesús, sino por el carro que manejan, por ejemplo. “Mi identidad se basa en la clase de barrio donde vivo. Mi identidad se basa en la marca de mis calzoncillos. Eso determina mi estatus. Esto me da acceso a ciertos grupos sociales y eso me pone en un estrato particular”. Así que un ídolo oculto puede ser el estatus. Para otros, el ídolo oculto puede ser la seguridad. ¿Alguna vez han leído la historia de un avaro que acaparó una inmensa fortuna? Vestía ropa vieja, manejaba un carro destartalado, vivía en una simple casa, y nunca compraba nada. Después se murió y dejó la aquella inmensa fortuna. ¿Alguna vez se pregunta qué motiva a esa gente? El ídolo superficial es la riqueza, pero el ídolo oculto es la seguridad. No confían que Dios va a cuidarlos. Piensan, “Si tengo suficiente dinero guardado, arrumbado, o escondido, pase lo que pase estaré bien porque puedo pagar lo que sea. La cuenta del médico, si necesito una cirugía puedo cubrir los gastos”. Entonces no gastan ni un centavo porque su ídolo es la seguridad. Para algunos es la comodidad. El ídolo superficial es, “¿Por qué compró eso? ¿Por qué está endeudado? ¿Por qué está gastando todo ese dinero? ¿Por qué está comprando todos estos juguetes? ¿Por qué tiene tantos pasatiempos?”. Es la comodidad, la facilidad, y el placer. Ese es el ídolo oculto. “Solo quiero ser feliz. Quiero tener basura. Quiero tener cosas”. Pero la pregunta es, ¿se siente conforme? Si no está conforme, está codiciando. Jesús dice que nos guardemos de toda avaricia.

 Conclusión

Hemos abordado el primer tema de esta serie. En él, he tratado de explicar el peligro de la insatisfacción material en la vida. Si hay insatisfacción material se manifestará en la forma en que damos a Dios. Esa insatisfacción puede ser un símbolo de un problema más profundo en el corazón de alguien. Puede ser una condición de codicia. En estos primeros versículos de Lucas 12:13-15 vimos  tres cosas que generan insatisfacción material. Vimos en primer lugar que lo genera un corazón Insensible. Es decir aquel corazón que sólo piensa en los temas que le interesan y que le satisfacen y por sobre todo en lo material. Segundo vimos que es un corazón inestable. Es decir sus valores están trastocados que se pierde lo más valioso y espiritual. Muchas veces incluso hasta la familia. Y en tercer lugar hemos visto un  corazón incompatible. Es incompatible con el carácter de Cristo, con sus enseñanzas y autoridad. ¿Cuál debe ser nuestra actitud para poder sanar un corazón codicioso? Aprender a dar a Dios sin interés. ¿Pero cómo lo hacemos y con que lo hacemos? De eso será el próximo tema.

Modelos de Mayordomía: Desear mucho y perder todo II parte

Lo dice de esta manera en Lucas 12:13–15: “Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee”.  Veamos las características de este modelo.

 

  • 1.      Insensibilidad

 

 Esta actitud es insensible porque no ponemos a tención a los temas más primordiales sino a los periféricos. Veamos lo que el pasaje dice: “Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. Más el le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” Este pasaje está dentro del contexto de un desayuno que Jesús tiene con un fariseo (11:37). El término para “que comiese con él” en realidad es la palabra para desayuno. En medio de esta invitación se da una serie diálogos y exhortaciones de parte de Jesús a la audiencia que estaba en dicha reunión. Al parecer la pregunta sobresale dentro de este ambiente como una pregunta que se sale fuera del contexto de los temas que se están discutiendo. Y en realidad así es. La respuesta de Jesús parece directa y quizás con indignación. Se trata de un negocio entre dos hermanos que ha tenido un problema, ahora este hombre quiere que Jesús le dé solución a la crisis de su negocio. Pero el Maestro va más allá de lo planteado, va enseñarnos lo que realmente debe preocupar a este hombre y a su negocio. Note que este hombre quiere que su negocio sea regido por Jesús, es decir quiere que pase de ser un negocio secular, arreglado por los tribunales judiciales humanos, a que Jesús lo solucione. En cierto sentido está haciendo de su negocio un negocio cristiano. Una de las cosas que me llaman la atención de este pasaje es el hecho que Jesús está dando grandes instrucciones de carácter espiritual. Por ejemplo ha estado diciendo del peligro de la hipocresía, ha hablado de temerle a Dios, de confiar en El, de que se debe dar testimonio de su persona, de confesar delante de los hombres a Jesús y por sobre todo ha hablado de lo trágico que sería la blasfemia contra El Espíritu Santo. Ahora, el tema de este hombre parece estar fuera de la línea de discusión. El solo está interesado en los beneficios que la herencia le puede traer. ¿Porque para él es más importante lo monetario que los temas espirituales que se están tocando? No cabe duda que había llegado a ese lugar a escuchar a Jesús, pero él tenía una sola cosa en mente. Solucionar su problema de herencia.

2.      Inestabilidad

Esta actitud es inestable porque crea una situación de tensión entre nosotros y nuestros seres queridos. Así que este tipo levanta la mano y dice, aparentemente: Eso del infierno me pareció muy simpático. Pero Jesús, a mí me gustaría hablar de otra cosa. Tengo algo más importante que decir. “¿Cómo consigo más dinero?”. Este tipo tiene una sola oportunidad de hablar con Jesús, ¿y cuál tema escoge? El dinero. ¿Cuántos de nosotros tenemos esa misma propensión? Lo que más nos preocupa son nuestras finanzas, las riquezas, y las posesiones. Pensamos en eso a cada rato. Casi siempre hablamos con Dios de ese tema. Y lo que Jesús dice básicamente es, “No me importa. Te importa a ti mucho más que a mí”. A algunos de Uds. les dolería mucho si les dijera eso. “¿Me está diciendo que a Jesús no le interesa saber nada de mis riquezas?” Sí le interesa, pero le interesa más la relación que Ud. tiene con Él. La interesa más su destino eterno. A veces lo que pasa cuando asistimos a la iglesia es que solo nos enfocamos  lo que nos interesa y nos perdemos todo lo que enseñan o todo lo que se ha dicho por estar obsesionados con un asunto que a Dios no le interesa tanto en ese momento, como a nosotros. Esa es la situación de este hombre. Y sucede lo siguiente. Está muerto de la codicia. Parece que su padre ha muerto y se están repartiendo la herencia familiar, y le preocupa que a su hermano le vayan a dar más que a él. ¿Cuántos han visto la codicia destruir a una familia? ¿Cuántos han visto la codicia destruir a una familia cuando alguien se muere? De repente lo que parecía ser una familia normal, si se muere alguien y hay una herencia, posesiones, riquezas, seguro de vida, y ahora todos en la familia compiten y discuten para obtener lo que quieren. Se convierte en una situación contenciosa y adversa. Aquí es donde se expone el corazón. Aquí es donde los hermanos deberían llorar juntos o penar juntos. Deberían lamentar la muerte de su padre. Deberían arreglar las cosas. En cambio, básicamente están buscando abogado y convierten el asunto en un litigio contencioso. ¿Cuántos de Uds. han visto esto en su propia familia? Es horripilante. Es vergonzoso.