En el umbral de la aurora, cuando el sol derrama su primer suspiro sobre la tierra, la caña despierta del letargo nocturno. Sus tallos erguidos, como lanzas de esperanza, se alzan hacia el cielo en un ritual que trasciende lo terrenal. En ese instante mágico, la caña florece, y sus secretos más profundos se revelan a aquellos que tienen el corazón dispuesto a escuchar.
Los campos se visten de un verde esmeralda, como un manto tejido por la naturaleza misma. Cada hoja, un poema susurrado por el viento, cuenta la historia de la caña que crece con valentía en medio de la vastedad del campo. En su florecer, la caña nos enseña sobre la resistencia, sobre cómo encontrar la luz incluso en las sombras más densas.
Las flores de la caña despiertan con la gracia de bailarinas celestiales. Sus pétalos, delicadamente bordados por la luz matutina, se abren lentamente como un libro antiguo revelando sus páginas más sagradas. En cada flor, se esconde el misterio de la conexión entre la tierra y el cielo, un recordatorio de que somos parte de un tejido cósmico que se entreteje con cada fibra de la caña que florece.
En lo profundo de la caña, el espíritu de la tierra canta melodías ancestrales. Sus raíces son hilos que se entrelazan con los latidos del planeta, recordándonos que somos guardianes de este jardín cósmico. Cuando florece la caña, se nos revela la danza eterna entre lo efímero y lo eterno, entre lo visible y lo invisible. Entre lo joven y maduro. Que cada caña que florece sea un llamado a despertar nuestros sentidos, a reconocer la divinidad que yace en la naturaleza que nos rodea. En el florecer de la caña, encontramos un recordatorio de nuestra propia capacidad para renacer, para elevarnos hacia la luz, y para florecer en la plenitud de nuestro ser espiritual con Cristo.
Este libro no es un libro sobre la vejez. En las páginas que siguen no pretendo dar
diagnósticos desde el punto de vista la medicina, ni tampoco una descripción sistemática del proceso de envejecimiento. Prefiero entrar en las preguntas que se nos plantean desde la bendita Palabra de Dios. Son preguntas que me han impresionado mucho en reflexiones escritas por el apóstol Juan en sus escritos. Ya que Juan al escribir sus epístolas no es un jovencito sino un hombre mayor. Por supuesto, yo no puedo dar respuestas definitivas. Intentaré solo responder al momento de ir escudriñando el pensamiento de este anciano. De tal manera que ustedes , querida lectora y querido lector, descubran al envejecer el camino de Dios , ese camino que Juan establece que nos lleva, a través de todas las etapas de nuestra vida, a la vida verdadera, a esa vida que no puede ser destruida ni siquiera por la muerte.
El cabello plateado es corona de gloria para los que han vivido honestamente.
Proverbios 16:31
El que aprende el arte de envejecer no envejecerá de manera saludable para sí solo. El arte de envejecer no se aprende solamente para sí, sino siempre también para los otros. Con nuestra vida les enseñamos algo enriquecedor de la suya. Eso hace Juan con su acercamiento espiritual de su primera Epístola. Nos enfocaremos en 1 de Juan el capítulo 1:1-9
La naturaleza nos enseña también a comprender cómo envejecer de manera saludable. El otoño es símbolo de la edad madura. El otoño es el tiempo de la cosecha. También la edad madura indica el tiempo de la cosecha de una vida. Podemos contemplar agradecidos los frutos producidos por la vida. Los colores son en otoño más variados que en el resto del año. Son colores suaves. Es una enseñanza que nos imparte la naturaleza: envejece de manera saludable el que se hace más suave no solo en sus juicios, sino en la totalidad de su ser. Y descubrirá al mismo tiempo que su vida se enriquece, se hace más variada interiormente, a veces tan esplendorosa como el dorado octubre. La mirada a la naturaleza enseña además otra cosa: al arte de envejecer pertenece también el desprendimiento, de la misma manera que los árboles se desprenden de sus hojas, las dejan caer a tierra, para que se transformen en humus de nueva vida.
Ahora que lo pienso la espiritualidad cristiana en la vejez se convierte en un viaje de profunda conexión con la fe, donde los años vividos se entrelazan con las enseñanzas sagradas como hojas de un antiguo pergamino. En este capítulo tardío de la vida, la relación con lo divino se vuelve más íntima, como una danza espiritual que se ha perfeccionado con el tiempo. Las Escrituras se convierten en faros que iluminan el camino, recordando historias de esperanza, amor y resurrección. Las oraciones, que han sido como susurros constantes a lo largo de los años, se transforman en una sinfonía de gratitud y súplica, tejida con la sabiduría acumulada en el transcurso de los días. La espiritualidad cristiana en la vejez no es solo una práctica religiosa, sino una comunión viva con el amor redentor de Cristo.
En esta etapa, la espiritualidad cristiana en la vejez se manifiesta en la reflexión sobre la gracia divina que ha guiado cada paso del camino. Cada arruga en el rostro se convierte en un testimonio de la fidelidad de Dios a lo largo de los años, marcando no solo el paso del tiempo, sino también la huella de un amor eterno. Las historias bíblicas se convierten en espejos que reflejan la propia travesía, proporcionando consuelo en la certeza de que, como el Buen Pastor, Dios ha estado presente en cada valle oscuro y en cada cima radiante.
La espiritualidad cristiana en la vejez también se manifiesta en la aceptación serena de la mortalidad, guiada por la promesa de la vida eterna. La muerte, que podría infundir temor en los corazones jóvenes, se convierte en un umbral sagrado hacia el reencuentro con el Creador. La fe cristiana en la resurrección infunde esperanza en los corazones envejecidos, creando una perspectiva que trasciende la fragilidad del cuerpo y se centra en la eternidad del alma.
La participación en la comunidad cristiana adquiere una importancia aún mayor en la vejez, convirtiéndose en un refugio espiritual donde los lazos fraternales se fortalecen. Las celebraciones litúrgicas se vuelven momentos de comunión, donde la fe se comparte y se renueva. La espiritualidad cristiana en la vejez se nutre de la presencia de otros creyentes, creando una red de apoyo que sostiene a los individuos en momentos de fragilidad y celebración. La iglesia se convierte en un lugar donde las historias de vida se entrelazan con la narrativa divina, recordando que cada vida es una parte valiosa de un plan divino más amplio.
La espiritualidad cristiana en la vejez también se expresa a través de la búsqueda de la virtud y la conformidad con la imagen de Cristo. La paciencia adquiere una nueva dimensión, como una virtud forjada en la fragua del tiempo. La generosidad se convierte en un acto de compartir la abundancia de experiencias vividas, mientras que la humildad se arraiga en la comprensión de la limitación humana. La espiritualidad cristiana en la vejez se convierte así en un proceso de transformación continua, donde el carácter se moldea a la luz de los valores cristianos, como un alfarero que da forma a un vaso de barro.
La lectura de las Escrituras adquiere una profundidad adicional en la vejez, ya que las palabras sagradas resuenan con significados más ricos y personales. Los salmos se convierten en himnos del alma, expresando las emociones más profundas y las alegrías más puras. La espiritualidad cristiana en la vejez se nutre de la meditación en la Palabra de Dios, como un manantial que fluye constantemente, proporcionando nutrición espiritual en cada estación de la vida.
En resumen, la espiritualidad cristiana en la vejez es un viaje en el que la fe se profundiza y se arraiga en la tierra fértil de los años vividos. Es un testimonio de una relación viva con lo divino, donde la gracia, la esperanza y el amor redentor de Cristo se vuelven faros que iluminan el camino hacia la eternidad. En esta fase de la vida, la espiritualidad cristiana se convierte en un canto de gratitud por el pasado, una canción de esperanza en el presente y una oración de anticipación por la gloria futura que aguarda en la presencia divina.
Me pareció muy interesante que los últimos escritos de Juan son ya en una etapa en la que tiene una edad avanzada. Así que pienso que es muy relevante analizar sus escritos desde la perspectiva de esa vejez. ¿Cómo piensa un viejo en la fe y en edad sus últimos años de militancia cristiana?
Eso es lo que veremos en 1 de Juan.
Juan era ahora un hombre muy viejo, sintiendo el peso de sus años y consciente de que sus días en la tierra estaban a punto de terminar. Una vida piadosa había quedado atrás, y un recuerdo muy largo lo emocionaba. Su tierra natal estaba muy lejos, en la tierra de Israel, aunque ahora vivía en Éfeso, una ciudad pagana asiática, en el borde del mundo europeo. Este Juan, el discípulo amado, escribió 5 libros del Nuevo Testamento. Juan nos dio el evangelio de Juan, 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan, y nos dio el libro de Apocalipsis.
Estos 5 libros se dividen en tres grupos principales. Primero, está el evangelio, que tiene que ver con nuestro pasado, y trata con el tema de la salvación. Es decir como un viejo interpreta las experiencias de su pasado con respecto a sus iniciación con Jesús. Las tres epístolas tienen que ver con nuestro presente y tratan con el tema de la santificación. Es decir como un viejo interpreta su comunión con Cristo en su presente.El último libro de la Biblia trata de nuestro futuro y el tema es la glorificación.Es decir como un viejo interpreta su compensación con Cristo en el tiempo que le resta.
Así que cada vez que Juan escribía un libro, siempre tenía un propósito definido en mente.
Ahora bien no tenemos que adivinar por qué Juan escribió esta primera epístola, porque en esta carta hay cuatro claves, todas identificadas por la frase «estas cosas escribo«, y estas proporcionan las cuatro razones por las que Juan escribió esta carta. Como puede ver, Juan escribió muy consciente de su experiencia espiritual. Y como lo hemos dicho antes, en esta epístola está hablando de cómo vivir su relación con Cristo en su presente. Analicemos que está pensando este viejo con respecto a su comunión con Cristo en su presente día.
En primer lugar Juan entiende que su comunión actual le proporciona convicción. Observe (5:13) Esta palabra «saber» debe estar encerrada en un círculo en tu Biblia, es la palabra clave en 1 Juan, porque se usa más de 30 veces.
Algunos dicen: «Bueno, realmente no puedes saber que vas a ir al cielo cuando mueras». Sin embargo, Juan dice: «Tú puedes». Verás, él está escribiendo para proveer seguridad para el hijo de Dios.
¿Estás seguro de tu salvación? Y es que en realidad la seguridad no es esencial para la salvación, pero es esencial para el gozo de la salvación.
En segundo lugar su comunión actual le proporciona protección.
Note ( 2:26 ) Así que el propósito de Juan es proteger a los santos de aquellos que quieren descarriarlos. Así como nosotros luchamos contra las sectas hoy, Juan estaba luchando contra la herejía ayer. Siempre va a haber gente que va a atacar al Señor Jesús, y lo van a atacar por todos lados. O atacarán a Su deidad, o atacarán a Su humanidad. ¡Así que Juan está escribiendo para proteger a los santos!
En tercer lugar su comunión actual le proporciona prevención:
Observe (1:8) La Biblia en ninguna parte enseña que un cristiano está libre de pecado, pero sí enseña que un hijo de Dios debe pecar menos. Día tras día debemos crecer en gracia y pecar menos hoy que ayer.
En cuarto lugar su comunión actual le proporciona emoción:bserve ( 1:4 ) Así que Juan está escribiendo para promover el gozo, emoción en el corazón del hijo de Dios.¿ Tienes alegría hoy? La expresión “gozo cumplido”, da la idea de estar lleno completamente, pleno sin ningún vacío.
La carta de Juan es de vital importancia, porque nos da una guía sobre lo que es un verdadero cristiano. Juan dice, en un mundo de fantasía, en un mundo donde los absolutos están pasados de moda, en un mundo de apariencia virtual, en un mundo de relaciones superficiales, en un mundo de cuarenta tonos de gris, … Sé real, sé auténtico.
Así que el viejo Juan tiene mucho que decir y compartir a la nueva generación sobre cómo él está viviendo la fe en esta etapa de su vida.
Por eso es necesario asociarnos con el tema importante para Juan el cuál es debemos “Ser reales, auténticos».Y uno comienza a ver esta tendencia desde el inicio de su carta. Por qué no sé si ¿Te diste cuenta de lo inusual que comienza Juan? No hay palabras, ni saludo, ni palabras de presentación. Esto es para todo el pueblo de Dios en todas partes. Este hombre no puede esperar para comenzar a hablar de Cristo y por eso nos presenta sin protocolos su exhortación.
Creo que una de las cosas que una persona mayor llega a entender en esa época es que simplemente ya no hay nada que ocultar, que ya no hay nada que perder por lo tanto no está tan interesado en como lo perciben los demás sino en ser el mismo.
Así que si seguimos el argumento de Juan encontramos que una primer tema que para él es importante se relaciona con su mayor amor, su amado Cristo y por eso él cuenta como lo percibe en su vida. ¿ Cómo es en este momento su relación con su Señor?
Para Juan, Cristo es una experiencia real.
Juan no se equivoca en su identificación de Jesucristo. Jesús es el Hijo del Padre… el Hijo de Dios. ( 1:3 ) En su carta nos advierte varias veces, que no escuchemos a los falsos maestros que dicen mentiras acerca de Jesucristo ( 2:22, 4:2-3 ).Si un hombre está equivocado acerca de Jesucristo, está equivocado acerca de Dios porque el Señor Jesús es la revelación final y completa de Dios al hombre. De hecho, Juan se refiere a Cristo como «la Palabra de Vida». Al usar esa expresión uno se pregunta ¿cuál es el propósito de una palabra? Tú y yo nos comunicamos entre nosotros por medio de palabras. Estoy hablando palabras desde este documento o a veces del púlpito, así que estoy comunicando lo que está en mi mente y corazón. Juan está diciendo que el Señor Jesús es la comunicación de Dios para nosotros. Cristo nos revela la mente y el corazón de Dios. Y Jesucristo es real. Para Juan Jesús es real. A lo mejor puedes pensar: «Espere un momento, ¿cómo quieres decir que el Señor Jesús es real? Nunca lo he visto, nunca lo he escuchado, nunca lo he tocado. ¿Cómo puedes decir que Jesucristo es real?»Bueno, Pablo dice en (2 Corintios 4:18) «Porque todo el tiempo estamos mirando no a las cosas visibles, sino a las invisibles, las cosas visibles son transitorias, son las cosas invisibles las que son realmente permanentes».
Ahora lo que puedes ver que es real no es lo más relevante, es lo que no puedes ver lo que es más real. Cristo es más real que las riquezas, que la razón, que la religión. De hecho, uno se pregunta ¿por qué esta concepción de realidad es tan fuerte en la mente de Juan? Bueno porque su mente tiene varios recuentos que le hacen pensar que Jesús en su vida es fresco y presente. Veamos algunos de los recuentos que Juan tiene como pilares de su fe.
El primer recuento que de Juan es la eternidad de su Señor
«Lo que era desde el principio» (1:1) Como puede ver, Cristo es real eternamente. Ahora bien, hay tres comienzos mencionados en las Escrituras. En (Génesis 1:1) se nos habla del comienzo de la creación. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». En Marcos se nos habla de otro principio, «El principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios…», (1:1) Pero aquí hay un tercer principio, «Lo que era desde el principio». Lo que Juan está diciendo es: «desde el momento de la creación, Jesucristo existió». Está hablando de la preexistencia de Jesucristo. Pero no te detengas ahí porque en su evangelio va un poco más allá. Porque comienza su evangelio diciendo: «En el principio», no «Desde el principio», sino «En el principio era el Verbo». ¿Ahora ves la diferencia? El Señor Jesús estaba en el principio, el Señor Jesús era desde el principio. En otras palabras, Cristo estuvo presente antes de la creación y Cristo estuvo presente durante la creación, por lo tanto, Cristo es eterno. Nunca hubo un tiempo en el que no existiera ni haya un momento en el que no lo será. El Señor Jesús es coigual, coeterno, coexistente con Dios, el Padre. En el principio, desde el principio, antes del principio y después del principio, el Señor Jesús siempre ha existido.
Muchas personas en este mundo piensan que los cristianos hablamos de una historia vieja y caduca. Nos hablan de una relación que de los viejos tiempos. Escuchen, cuando Uds. tienen a Cristo, Uds. tienen la relación de los viejos tiempos, la relación de los nuevos tiempos, la relación de todos los tiempos, porque Él es «el mismo ayer, y hoy y por los siglos». ( Hebreos 13:8 ) Desde tan atrás como puedes pensar, desde donde lo puedas sentir y desde donde puedas imaginar, el Señor Jesús es el mismo Salvador, dulce, sagrado y sin pecado. Eso significa a diferencia de nosotros que envejecemos, y perdemos vigor nuestro Señor es fresco, joven y relevante todos los días de la vida. Cristo jamás envejece, su plan jamás envejece y su Palabra jamás envejece.
El segundo recuento de Juan es la historicidad de su Señor
La palabra para «manifestado» en (1:2) significa «aparecer» o «hacerse visible». El Cristo eterno nació, se hizo visible, vivió y se movió en esta tierra. Esto es lo que Pablo llama un misterio: «Grande es el misterio de la piedad, Dios se manifestó en carne». ( 1 Timoteo 3:16 ) Juan lo expresa de esta manera: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros». ( 1:14 )
Hay que notar algo curioso ¿Ves que Juan apela a tres de los sentidos que identifican a una persona como una persona real? Dice: «Oímos». Juan está diciendo: «De hecho, escuché sus palabras y todavía resuenan en mis oídos». Luego usa la palabra «vio» y «miró». Esta palabra «mirada» significa una mirada intensa. Juan declara: «Lo miramos, lo examinamos. No era una alucinación. No fue una mirada pasajera. Realmente vimos al Señor Jesús». Luego usa la palabra “palparon». Lo que significa es: «Lo tocamos». ( Lucas 24:39 ) Como dice un antiguo himno, «ellos estaban allí cuando sucedió, así que deberían saberlo».
Que gran privilegio para este hombre anciano recordar las grandes historias vividas con su Señor. Contar historia es una de las partes más comunes en las personas viejas, nos hablan y repiten y repiten cosas que para ellos fueron significativas y relevantes. Recordar nuestras experiencias con el Señor es bueno siempre y cuando no se conviertan en lo único que podemos hablar de Jesús. He observado que muchos creyentes definen su fe sobre lo que fueron, lo que hicieron o xperimentaron, pero no salen de ese estado histórico, es más quieren que regresen los tiempos antiguos, no se dan cuenta que Jesús se mueve siempre en todos los tiempos de manera diferente. ¡He aquí el testimonio auténtico y apostólico del advenimiento del Señor Jesús! Ahora bien, ¿por qué Juan se esforzó por establecer la perfecta historicidad de Cristo?Para contrarrestar una herejía que era corriente en los días de Juan. Era la herejía conocida como gnosticismo, que proviene de la palabra griega que significa «saber». ( gnosis ) La palabra «agnóstico» significa «alguien que no sabe», por lo tanto, un «gnóstico» era un «religioso que lo sabe todo». Los gnósticos creían que toda la materia era mala. Esto significa que el cuerpo era malo, la carne era mala, cualquier cosa material o física era mala. Por lo tanto, negaron la humanidad de Cristo. Iban por ahí diciendo que Jesucristo no era humano en absoluto, que simplemente parecía ser humano.
Era un fantasma. Otros decían que Jesús era un ser humano y que el divino Cristo vino sobre Él en Su bautismo y partió en Su crucifixión. ¡No creían en la encarnación, en la venida literal de la existencia humana del Señor Jesús! ¿La doctrina importa? ¡Por supuesto! Porque si niegas la humanidad de Cristo, tendrás que negar la obra de Cristo, y si niegas la obra de Cristo, no hay salvación. Alguien dijo:
«Lo que pensáis de Cristo, es la evidencia para probar tanto vuestro estado como vuestro plan.
No podéis estar en lo cierto en lo demás
A menos que pienses bien de Él».
Todos podemos crear una historia con Jesús, esa historia es vital para crecer en espiritualidad, aún en tiempos de envejecimiento. Y es que crear una historia con Jesús nos vincula al hecho de que la vejez es la última etapa del desarrollo humano. Nacemos totalmente, pero nunca estamos totalmente terminados. Necesitamos completar nuestro nacimiento realizando nuestra existencia, abriendo caminos, superando dificultades y dando forma determinada al camino de nuestra vida. Haciendo historia. Siempre estamos en proceso de hacernos. Comenzamos al nacer. A lo largo de la vida seguimos naciendo en etapas sucesivas hasta completar nuestro nacimiento. Entonces entramos en el silencio. Y morimos. La vejez es la última oportunidad que ofrece la vida para completar el proceso de crecer, de madurar y finalmente de nacer. Envejecer es una parte dentro de la totalidad de ese proceso de la vida.
El tercer recuento es la humanidad de su Señor.
Juan usa una frase hermosa cuando habla de «la vida eterna que estaba con el Padre». ( 1:2 ) Aquí hay alguien único, alguien que compartió la eternidad con Dios de la manera más extraordinaria. Sin embargo, dice Juan: «Él apareció». ¡Es interesante que Juan escribió su evangelio para probar la Deidad del Señor Jesús, luego tuvo que darse la vuelta y escribir su epístola para probar la Humanidad del Señor Jesús! ¿No te alegras de esto? que Cristo «fue hecho semejante a los hombres»? (Filipenses 2:7) ¿Que Jesucristo fue un hombre real? Porque es por eso por lo que Él puede ser tocado con el sentimiento de tu debilidad
En segundo lugar Juan nos comparte una vivencia con Cristo.
La palabra «comunión» es una de las palabras más grandes de la Biblia. La palabra griega «koinonía» significa «tener en común», «compartir algo juntos», dijo una maestra en su clase de Escuela Dominical, «¿alguien puede decirme qué es el compañerismo?» Un niñito levantó la mano y dijo: «Sí, son dos marineros en el mismo barco». Bueno, ¿no es exactamente qué significa «compartir en común»? Y Juan nos dice que esta comunión se puede experimentar en dos niveles.
Por un lado vivimos horizontalmente al tener comunión con la familia:
¿Te diste cuenta de lo que dice Juan? «para que también vosotros tengáis comunión con nosotros,» Ahora bien, ¿qué tenemos en común que nos permita tener comunión los unos con los otros? Bueno, ¡muy simplemente, es Cristo! Cuando un hombre acepta a Cristo, inmediatamente nace de nuevo, y nace en la familia de Dios. El escritor una alabanza lo expresó así:
«Estoy tan contenta de ser parte de la familia de Dios, he sido lavada en la fuente
Limpiados por Su sangre
Coherederos con Jesús mientras viajo por este césped
Porque soy parte de la familia, la familia de Dios».
¿Sabes algo? El Nuevo Testamento no sabe nada del cristianismo de los llaneros solitarios. Aquellos que, en aquellos primeros días, habían estado en contacto físico con el Señor, habían sido reunidos y unidos en un vínculo de amor mutuo. ( Hechos 2:41 ) No hicieron la pregunta que se escucha tan a menudo hoy en día: «¿Necesita un cristiano unirse a una iglesia local?» ¡No, se dieron cuenta de que necesitaban la ayuda, el apoyo y la compañía de otros creyentes!
Debes tener comunión con la familia. Cada domingo es la reunión familiar de Dios y se supone que debes estar aquí si eres un hijo de Dios. De hecho, deberías querer estar aquí, porque hay algo desesperadamente malo en un hombre que no quiere estar con su familia. ¡Qué familia es la familia de Dios! ¡Piénsalo! No de una manera intelectual. ¡Un solo Padre y hermanos y hermanas en Cristo!
Por otro lado vivimos verticalmente al tener comunión con el Padre:
«Y verdaderamente nuestra comunión es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo» (1:3) ¿No te asombra eso tu imaginación? Puedes tener comunión con Dios. Puedes estar tan cerca de Dios como dos mejores amigos caminando por un camino rural. ¿Cómo tienes comunión con Dios? Es simple. ¡Tienes comunión con el Señor a través de la Palabra y la Oración! Lees la Biblia, Dios te habla. ¡Oras y hablas con Dios! Alguien ha dicho que si bien «Cristo no tiene favoritos, sí tiene íntimos». ¿Eres uno de ellos? ¿Estás caminando con Dios? ¿Sabes algo de comunión ininterrumpida con el Padre? No hace falta decir que no puedes tener comunión a menos que tengas una relación. Verás, no puedes tener comunión con alguien que no conoces. No se puede tener comunión con el Señor sin una relación, pero debe ser un tipo especial de relación. Solo puedes tener comunión con el Señor, si tienes una relación con Su Hijo, el Señor Jesús! ( 1 Corintios 1:9 ) ¿Conoces a Cristo? ¿Lo conoces como tu Salvador y Señor? Verás, si no disfrutas de la comunión con el Padre, ¡es porque no tienes una relación con el Hijo! Me pregunto si algunos de ustedes entran en esto… Y no sacas nada de ello. Uds. no sacan nada del canto, de la oración, de la predicación. ¡No te importa la gente! No te molestaría si nunca volvieras a la iglesia.
Leí la historia acerca de un niño que estaba enfermo un domingo y al día siguiente su maestra de escuela dominical lo vio y le dijo: » Billy, faltaste a la iglesia ayer, ¿verdad?» Él dijo: «No, señora, ni un poquito». Verás, ¡El problema no es tu compañerismo, el problema es tu relación! Porque cuando realmente conoces a Cristo como Salvador y Señor, puedes tener comunión con Dios como tu Padre, y con nosotros como tu Familia.
En tercer lugar Juan nos comparte una consecuencia con Cristo.
Por supuesto, los primeros que vieron, oyeron y tocaron al Señor Jesús fueron Sus discípulos. Ustedes recuerdan que fue a Pedro a quien se le hizo la pregunta: «¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre?» (Juan 18:17) Un discípulo es aquel que, como María de Betania, se sienta a los pies del Salvador y aprende de Él con el fin de cumplir Su voluntad. ( Lucas 10:39 ) En este contexto de (1 Juan) tener una consecuencia de discipulado significa, hay,
Para Juan el ser discípulo es contar la historia de su Maestro.
¿Ves lo que Juan dice en (1:3): «Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos»? La palabra «Declarar» significa «anunciar, informar, traer la palabra». Aquí Juan nos dice cómo él y otros «dan testimonio» de la manifestación de la Vida. ( 1:2 ) Las palabras son un término legal que habla de testificar y dar testimonio en la corte. Un testigo en el tribunal es alguien que está llamado a dar testimonio de lo que sabe. Mi…. ¿No es esta nuestra responsabilidad cristiana? ¿Declaras tu fe? ¿Lo compartes con los demás? ¿Qué es lo que debemos compartir con los demás? Bueno, es la verdad de quién es Jesucristo, pero también es dar testimonio de la gracia de Dios en nuestras vidas, de lo que nos ha sucedido y de lo que sabemos.
William Booth, el fundador del Ejército de Salvación, fue invitado en una ocasión por el rey Eduardo VII al Palacio de Buckingham en 1904. El rey Eduardo le dijo: —Está haciendo usted un buen trabajo, un gran trabajo, general Booth. Cuando el rey le pidió a Booth que escribiera en su álbum de autógrafos, el anciano, que ahora tenía setenta y cinco años, se inclinó hacia adelante, tomó la pluma y resumió el trabajo de su vida.
Su Majestad
La ambición de algunos hombres es el arte
La ambición de algunos hombres es la fama
La ambición de algunos hombres es oro
Mi ambición son las almas de los hombres
¿Es su ambición tomar la gloriosa noticia de que el eterno Cristo se hizo hombre, para salvarlos de sus pecados?
Para Juan ser discípulo también es modelar la historia de su Maestro
Porque Juan dice en (1:4): La palabra «lleno» significa «estar lleno». Quiero que tengas un gozo total, no medio lleno. ¡Lo quiero lleno! ¿Tienes alegría? Para el creyente hay gozo en varios lugares. Hay
Una historia que produce realización.
En una ocasión, David le pidió al Señor: » Devuélveme el gozo de tu salvación». ( Salmo 51:12 ) Desafortunadamente, la mayoría de los cristianos se detienen allí. Son salvos, y piensan que ese es el fin de la vida cristiana, cuando en realidad es solo el comienzo. Mi…. ¿Nunca has superado el gozo de la salvación?
Una historia que produce motivación.:
¿Sabes que Jeremías dijo? «Tus palabras fueron halladas, y yo las comí, y tu palabra fue para mí el gozo y el regocijo de mi corazón.» ( Jeremías 15:16 ) ¿Te sientes así acerca de tu Biblia? ¿Sabes por qué la mayoría de los creyentes no tienen mucho gozo? Es porque no estudian la Palabra, algunos no leen la Biblia de una semana a otra. Les digo, existe el gozo de entrar en la Palabra de Dios, dejar que la Palabra de Dios entre en Uds. Está el gozo de abrir tu Biblia, y tener un corazón abierto, y un oído atento, y dejar que Dios te hable. Mi…. ¿Empezarías a hacer eso, en lugar de estar jugando con las cosas de Dios?
Una historia que produce visión
Los eruditos nos dicen que algunos de los primeros manuscritos de 1 Juan traducen «nuestro gozo», en lugar de «vuestro gozo». Juan está diciendo: «El gozo más grande que podría venir a mí sería que conocieras a Cristo inicialmente, cada vez más, íntimamente». ( 5:13 ) ¿Hay mayor gozo que el de guiar un persona al Salvador? Charles Spurgeon dijo:
«Incluso si yo fuera completamente egoísta, y no me preocupara nada más que mi propia felicidad, elegiría si pudiera bajo Dios, ser un ganador de almas, porque nunca conocí la felicidad perfecta, desbordante e inefable del orden más puro y ennoblecedor, hasta que escuché por primera vez de alguien que había buscado y encontrado al Salvador por medio de mí». ( 1 Tesalonicenses 2:20 )
¿Conoces a alguien hoy que necesite a Cristo? El difunto una predicador y maestro de seminario, contó esta historia antes de morir. Estaba predicando en un servicio en Lima, Perú. después del servicio, una joven se le acercó.
Ella dijo: «Predicador, cuando yo tenía nueve años, en una calurosa tarde de lunes, en un pueblito de Chamicuro, usted vino a mi casa y me habló acerca de Cristo. Dejé que entrara en mi corazón. No siempre he sido lo que debería haber sido, pero desde entonces he tratado de amar lo más cerca posible de Jesús como sé vivir». El predicador le dijo: «¿Quiere hacer algo por mí?» Ella dijo: —Sí señor, si puedo. Él dijo: «Cuando lleguemos al cielo, ¿me permitirías tomarte de la mano y llevarte al trono del Rey Jesús? ¿Y le dirás lo que me acabas de decir? Si quieres, será suficiente para mí».
Otro predicador famoso, pensando en sus amigos de Buenos Aires, dijo:
«Oh, si un alma de Buenos Aires se encontrara a la diestra de Dios
Entonces mi cielo serán dos cielos en la tierra de Emanuel».
Dime, en ese gran día en que tu gozo será pleno, como si depositaras tus trofeos a los pies del Salvador.
Así que el primer gran recuento de este anciano es que en su relación con Cristo debe vivirse de una manera real, no fingida sino fresca y actual. Para el apóstol Juan en el lienzo de su vida cristiana, la autenticidad era la paleta que pintaba su fe. El nos exhorta a no ser meros actores, sino peregrinos genuinos en un escenario divino. Para Juan ser real significa desnudar el alma ante el Creador, sin máscaras ni disfraces. Es dejar que la luz de la verdad ilumine cada rincón oscuro, revelando nuestras cicatrices y virtudes. Él nos invita a que en la autenticidad, encontramos la gracia transformadora, porque solo al ser verdaderamente humanos y cristianos podemos experimentar la plenitud de la redención. Así, en la vida cristiana, ser real es danzar con humildad en la verdad, confiando en que cada pincelada imperfecta es parte de la obra maestra divina.