¿Repitiendo oraciones o hablando con Dios?

HOMBRE: Padre Nuestro que estas en los cielos…

DIOS: Si.. Aquí estoy..

HOMBRE: Por favor … no me interrumpa. ¡Estoy rezando!

DIOS: ¡Pero tú me llamaste!..

HOMBRE: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy rezando…. Padre Nuestro que estas en los cielos…

DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.

HOMBRE: ¿Cómo?

DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre Nuestro que estás en los Cielos. Estoy aquí. ¿En qué te puedo ayudar?

HOMBRE: Pero no quise decir eso. Estoy rezando. Rezo el Padrenuestro todos los días, me siento bien rezando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.

DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre Nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos, ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos…

HOMBRE: Es que realmente no había pensado en eso.

DIOS: Pero… prosigue tu oración.

HOMBRE: Santificado sea tu nombre…

DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?

HOMBRE: Quiero decir… quiero decir… lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Solo eso!

DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.

HOMBRE: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. ‘Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo…’

DIOS: ¿Estás hablando en serio?

HOMBRE: Claro! ¿Por qué no?

DIOS: ¿Y qué haces tú para que eso suceda?

HOMBRE: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración, hablando de eso… sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.

DIOS: ¿Tengo control sobre ti?

HOMBRE: Bueno… ¡Yo voy a la Iglesia!

DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a Mi?

HOMBRE: Por favor, ¡Para de criticar!

DIOS: Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer.. ¿Qué hacer con aquellos que rezan y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad….

HOMBRE: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol.. si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continuo reclamando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.

DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.

HOMBRE: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo…’el pan nuestro de cada día dánoslo hoy’…

DIOS: ¡Para ahí! ¿Me estas pidiendo pan material? No solo de pan vive el hombre sino también de Mi Palabra. Cuando Me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa…

HOMBRE: ‘Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…’

DIOS: ¿Y tu hermano despreciado?

HOMBRE: ¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.

DIOS: Pero.. ¿Y tu oración? ¿qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de tí! ¿Entiendes?

HOMBRE: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.

DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.

HOMBRE: ¿Puedes? ¿Pero cómo?

DIOS: Perdona a tu hermano, y Yo te perdonaré a ti y te aliviaré.

HOMBRE: Pero Señor.. no puedo perdonarlo.

DIOS: ¡Entonces no me pidas perdón tampoco!

HOMBRE: ¡Estás acertado! Pero solo quería vengarme, quiero la paz Señor. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor!. Muéstrame el camino a seguir.

DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú… ¿Cómo te estas sintiendo?

HOMBRE: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios.

DIOS: Ahora terminemos la oración.. prosigue…

HOMBRE: ‘No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal…’

DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.

HOMBRE: y ahora.. ¿Qué quieres decir con eso?

DIOS: Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.

HOMBRE: ¡No te entiendo!

DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro.

HOMBRE: Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor.

DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.

HOMBRE: ¿Terminar? Ah, sí, ‘AMEN!’

DIOS: ¿Y qué quiere decir ‘Amén’?

HOMBRE: No lo sé. Es el final de la oración.

DIOS: Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA, estoy de acuerdo con todo lo que oré.

HOMBRE: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.

DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz!

HOMBRE: ¡Gracias Señor! ¡Estoy muy feliz de saber que eres mi Padre!

Salmo 119:1-8: Un corazón alegre IV parte

Una tercer cosa que David sugiere es DEBEMOS DECIDIR BUSCAR UN CORAZÒN FELIZ (119:7-8)

Dice el texto “Te alabaré  con rectitud de corazón cuando aprendiere tus justos juicios” aquí David hace tres votos muy interesantes y confía en dos resultados por esos votos.  Decide una disposición de aprender la Palabra de Dios. Esto es lo que separó a David de la multitud. La palabra “aprendiere” con lleva la idea de aprender de memoria. Es decir reflexionar y “rumiar” los textos de Dios. A pesar de sus obvios problemas, David, nunca perdió su hambre insaciable por la Palabra de Dios. Nunca dejó de ser sensible a su corrección o a su instrucción de justicia. Los hombres de Dios que alcanzan la verdadera grandeza tienen ese tipo de actitud  común. El ser usado poderosamente por Dios no es cuestión de talento, o habilidad, posición social o educación. Es tener corazón por la Palabra de Dios. ¿Realmente anhela usted la felicidad, bienaventuranza y plenitud  con suficiente deseo que estaría dispuesto a comprometerse a aprender la Palabra de Dios? ¿Se da cuenta que esa decisión afectará el resto de su vida? No estamos hablando de asistirá un estudio bíblico semanal. Esta es una decisión de aprender la Biblia  y no sólo unas cuantas cosas escogidas de la Biblia. Conforme avanzaremos por el salmo 119  aprenderemos las formas necesarias para  saturar nuestras vidas con la Palabra de Dios. Decide  su disposición de guardar la Palabra de Dios (119:8) La decisión de aprender la Palabra de Dios es un punto inicial, pero se necesita otra decisión. Ya hemos aprendido que no sólo hay que aprender la Biblia sino que hay que estar dispuesto a comprometerse a obedecer la Palabra de Dios. “Tus estatutos guardaré; no me dejes enteramente”. Note que la palabra que utiliza David es estatutos, esta expresión se refiere a los límites que un documento legal pone. No se pueden violentar a menos que se consulte con todos los que elaboraron los estatutos. Prácticamente lo que David está diciendo es que desea conocer los límites que la Palabra de Dios le impone para poder guardar su camino de desobedecer a Dios.  Una decisión es aprender y otra es obedecerla. Una no sirve sin la otra. Estas son dos decisiones que cambiarán su vida. Si desea que el salmo 119  sea algo más que una curiosidad intelectual, no debe medirlo por cuanto sabe o no sabe. Si no cuanto obedece. Una de las cosas más difíciles con las que se topa uno, cuando quiere aprender la Biblia, es desaprender todas esas cosas que siempre hemos creído u oído. Usted deberá estar dispuesto a someterse totalmente a la Palabra de Dios.

PIENSE ESTO… Usted hallará que la Biblia no es difícil de entender sino de creer. Este es el asunto básico. ¿Puede el hombre creerle a Dios? Ahora bien de sus dos decisiones, David obtiene dos resultados.

Un resultado en  alabanza Hemos visto que estos dos versículos contienen dos decisiones de David para afinar su corazón  al corazón de Dios. También nos dice los maravillosos resultados  de estas decisiones. Nuestra vida resulta en alabanza. La fórmula verbal en el texto hebreo requiere aquí espontaneidad. Cuando uno tiene el alma rebosando de la Palabra de Dios, la alabanza inunda, rebalsa y no está llena de prejuicios. También se habla de “rectitud”, esta palabra se debe traducir “con una actitud recta”. Pero no debe confundir lo recto con el formalismo. Podemos ser rectos pero flexibles a la voz del Espíritu Santo. La alabanza sale naturalmente. El segundo resultado es una convicción de victoria “No me dejes enteramente” ¿Cuántas veces ha orado usted pidiendo una victoria duradera? ¿Cuántas veces lo hizo en un culto de avivamiento? ¿Una conferencia  misionera? ¿Cuántas veces una decisión producto  de las emociones no ha hecho más que producir una o dos semanas de cambio? ¿No cree que Dios se le colme la paciencia? ¿Cuántas oportunidades cree que Dios le dará? ¡No me dejes enteramente! Considere la vida de David, el dulce salmista, el ungido de Dios. Hubo momentos en su vida en que el pecado interrumpió la comunión con Dios. David se sintió abandonado, pero ¡No enteramente! Saúl lo hizo y Dios lo dejó enteramente ¿Cuál fue la diferencia? Examine la diferencia en su actitud hacia la Palabra de Dios. Ahora Dios ya no nos puede dejar enteramente pero el pecado si puede destruir nuestra comunión con Él. 

Una reflexión final…

¿Qué desea en la vida? ¿Qué busca con todo el corazón? No responda con una gastada respuesta piadosa prefabricada tomada del depósito de dichos vanos y abstractos. Si realmente  desea la felicidad bíblica, el estado de bienaventuranza, necesita cultivar un corazón que ame la Palabra de Dios. Es necesario tomar una decisión. David tuvo un deseo pero considero los dilemas, las luchas de su deseo. El comprendió lo que quería  y comprendió el dilema. Sin embargo nada habría ocurrido en su vida si no hubiera tomado una decisión firme de aprender y obedecer la Palabra de Dios. Ahora le toca  a usted. ¿Qué hará? ¿Se atreverá a tomar estas decisiones ahora mismo?  Hágalo de una vez por todas.  Ya que cada porción tiene 8 versículos quiero sugerirle, estudiar y reflexionar en un versículo cada semana. Encuentre en que está fallando y como lo puede aplicar a su vida. Trate de memorizarlo en toda la semana. A Continuación hay un cuadro que podrá ayudarlo. Puede copiarlo en una hoja aparte y comenzar un devocional propio.   ¿Que bendiciones específicas  ha experimentado  como resultado de pasos específicos de obediencia?   ¿Que tan expectante está usted, por la confianza que Dios le dará bendiciones en el futuro? ¿En que basa su confianza?   ¿Que tan fiel ha sido usted expresando acciones de gracias  por las bendiciones de Dios recibidas esta semana?   ¿Por qué el salmista usa diferentes palabras para referirse a la Palabra de Dios?  ¿Puede usted explicar  la diferencia entre “la perfección sin pecado” y el tipo de caminar en los versos expuestos?

Salmo 119:1-8: Un corazón alegre III parte

Un segundo concepto DEBEMOS BATALLAR CON LOS DILEMAS DE UN CORAZON FELIZ  (119:4-6)

Shakespeare puso en boca de Hamlet la famosa frase: “Ser o no ser he allí el dilema”. Y si en este momento quisiera parafrasear esto diría “querer ser feliz pero no poder ser feliz he allí el dilema”. ¿Porque digo esto? Bueno, David sabía que la felicidad consistía en obedecer la Palabra de Dios, él deseaba hacer esto, pero cuando analiza su realidad se da cuenta que su peor enemigo para lograr esto, era ni más ni menos que David mismo. Así que el desarrolla esta lucha usando varios conceptos.   

La batalla del Idealismo (119:4) “Tu encargaste que sean muy guardados tus mandamientos” No puede haber dicha acerca de la voluntad de Dios  para nuestras vidas  en este sentido general. Se nos ordena  guardar los mandamientos. Este es un principio operativo general, una regla, una verdad. Él nos ha comunicado  los principios operativos del universo para que nosotros encajáramos con ellos en perfecta armonía. Es por eso que nuestra felicidad  y plenitud  dependen de nuestra obediencia a los mandamientos. Recuerda usted los antiguos Chevrolet modelo 54. Alguien comentaba que la máquina era sencilla. Se podía cambiar fácilmente las bujías. Pero hoy los autos son computarizados y muy sofisticados, casi nadie se atreve a echarle la mano. Entre más complicada la máquina, menos errores tolera y más se necesita observar las reglas y principios que la gobiernan con precisión. Pregúntele  al dueño de un Ferrari o un Porsche. Esos son automóviles muy buenos, pero hay que ver el mantenimiento que requieren. No se le puede echar cualquier aceite en el charter. Y no se puede ir al almacén  de descuento a comprarles bujías baratas. David dijo  que el ser humano era una de las obras “formidables, maravillosas” de Dios (Salmo 139:14.) Somos un milagro de ingeniería. Esto significa que necesitamos seguir el manual  del propietario con precisión si queremos funcionar adecuadamente.   Observe  la pequeña palabra “muy” en el Salmo 119:4. Esto nos dice  que no es suficiente  dar un vistazo a la ligera a la Biblia. Sus mandamientos han de ser “muy guardados”. ¡Este punto representa una piedra de tropiezo a muchos de los que hemos andado con El Señor por muchos años. Después de muchos años  de estudio y de escuchar la enseñanza de poderosos varones de Dios, es fácil llegar a pensar que lo hemos logrado todo. Este salmo  nos recuerda que no es el mero conocimiento de la Palabra de Dios, sino el amor por la Palabra que hace la diferencia. Hemos de guardar sus mandamientos y no sólo conocerlos. ¡Y sus mandamientos han de ser muy guardados! Sin embargo aunque el deseo está claro, David aterriza en una realidad, él quiere, pero a veces se rebela. Note lo que sigue a continuación.  La batalla del realismo (119:5) No es difícil comprender  lo que dice el Salmo 119:4. El comprender lo que Dios quiere que hagamos es cosa clara. Sin embargo si hay un problema, y aparece en el siguiente versículo. “¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Verá usted, sucede  que nuestros caminos no están ordenados. Hay un tremendo conflicto entre la voluntad de Dios  que vimos en el vrs. 4 y la naturaleza del hombre que implica en el vrs. 5. Hay algo que está desesperadamente mal con la naturaleza del hombre. Nuestros caminos por naturaleza  no se ordenan para guardar los estatutos de Dios. La palabra que se utiliza  para “ojalá” tiene la intención de obligación. Es decir en el deseo se está consciente de que es nuestra obligación, se puede decir entonces que siempre sabemos lo que está mal y cuando estamos lejos de Dios. La  palabra “ordenados” tiene una connotación, de andar en línea recta, lo que encaja con la ilustración del camino o caminos. De ir directo. El verbo está en Niphal imperfecto que implica que es pasiva la acción y que los caminos de David a este momento no son ordenados. ¿Es una dosis de realismo no cree?  Este dilema del Salmista es similar al que Pablo planteó en Romanos 7:14-24. ¿No le gustaría ser libertado de esta esclavitud, de esta frustración? Es fácil hablar de las bendiciones de la salvación cuando se está adentro de los confines de un emocionante servicio de adoración. ¿Pero cómo poder transferir eso a la práctica en el diario andar de nuestras vidas? ¿Cómo poder  ganar la victoria de manera permanente? Afortunadamente el resto de la estrofa nos da la respuesta.

Pero quisiera darle algunas sugerencias o consejos antes de entrar al tercer punto: ALGO PARA PENSAR…

*         ¡Nunca subestime el potencial de pecado que hay en usted! Él negarlo es el primer paso de la victoria del enemigo en su vida

*         Debe desear obedecer a Dios aún cuando no esté bien con Él

*         Confiese inmediatamente su pecado, no deje que vaya echando raíces en usted.

*         Dios nos ha dado la victoria, no olvide apropiarse de esa victoria diaria, a través de la oración.

La batalla del triunfalismo (119:6) Si tan sólo pudiéramos  ordenar nuestros caminos para guardar sus estatutos, podríamos exclamar como el salmista. El atender todos sus mandamientos  es la clave para borrar la vergüenza del pecado. Pero note dice que debemos guardar “todos sus mandamientos” y no sólo los fáciles y agradables. La ley de Dios no es un bufete para seleccionar sólo lo que nos gusta. A nadie le gusta sentirse cubierto de vergüenza. Como adultos hemos desarrollado varias técnicas para enfrentar  la vergüenza del pecado. Algunos la desafían con arrogancia  rebelde. Otros buscan escapar de su tiranía a través del alcohol, las drogas, el sexo y los vicios. Algunos intentan amaestrarla  y humanizarla  a través de la ciencia, la filosofía o la psicología. Y otros son conquistados por ella  y ceden ante la esclavitud  emocional, la cual se manifiesta en los problemas mentales, y en última instancia, en el suicidio. En este punto necesitamos recordar  las palabras que Jeremías dijo acerca de nuestro perverso corazón. El sacrificio que Cristo ofreció, lo hizo para darnos un nuevo corazón que latiera con el corazón de Dios. Al igual que cualquier máquina fina, este nuevo corazón necesita  afinarse constantemente  con la Palabra de Dios para que funcione  adecuadamente y sea bienaventurado.  Este proceso no es fácil, ni ocurre de la noche a la mañana. Entre más aprende a amar la Palabra de Dios, a vivir la Palabra de Dios más experimentará esta victoria práctica en su vida. Esto es lo que aprendió el salmista, y lo que lo llevó a tomar la decisión  que leeremos en los versículos siguientes. Fue una decisión que fijó el curso de su vida. Es una decisión que puede transformar su vida de igual manera. 

Salmo 119:1-8: Un corazón alegre II parte

En primer lugar veamos EL DESEO DE DE UN CORAZÒN FELIZ (119:1-3)

Comenzamos la narración con un poquito de gramática. Los primeros 8 versículos hay un cambio muy tenue gramaticalmente hablando. El  primer grupo se caracteriza por estar en 3 persona plural, pero después cambia a 1era persona singular. Así que David empieza con una observación de quienes son los bienaventurados. Es decir el no se incluye en los primeros 3 versículos. Sin embargo note que David llega a la conclusión de que la felicidad es posible, que se puede lograr y obtener. En su conclusión toma ciertas medidas para asegurarse que él esté entre los bienaventurados. La verdadera felicidad como lo plantea la Biblia consiste en vivir en un estado de bienaventuranza. Note que la expresión “bienaventurado” es la palabra “ashar”, que significa: felicidad, estado completo, súper alegría. Esta expresión en hebreo debe ser traducida: “Oh la felicidad”. David está anhelando ser feliz, en este sentido tiene un deseo de encontrarse entre los que son incluidos en la bienaventuranza.  Este es el deseo del salmista y el objetivo de este salmo. Veremos que la felicidad es el resultado de una actitud correcta de corazón hacia la Palabra de Dios. Así que David nos va enseñar ciertas características de alguien que desea ser feliz al estilo de la Biblia.

Desear caminar en integridad“Bienaventurados los perfectos de camino los que andan en la ley de Jehová” (119:1) Tres palabras sobresalen aquí: “Bienaventurado”  lo dije anteriormente en lugar de traducir así, el término  se traduce: “feliz” o “que felicidad la del”. Tal fue la exclamación de la Reina de Saba en 1 Reyes 10:8 y se repite 26 veces en el salterio. Es una expresión superlativa! En el hebreo la frase es muy descriptiva y hermosa. Luego dice  “Perfecto” La palabra “perfecto” se utiliza aquí no como impecable, sino como “completo de uso” o “semejante al propósito para el que fue diseñado” Es haber encontrado el propósito de andar por ese camino. Una tercera palabra es    “De camino” Sólo hay un camino, el término camino en hebreo es muy significativo, la palabra es “darak” esta expresión se usa para el camino común, transitado por todas las personas. La expresión denota que no es un camino especial o un lugar exclusivo sólo del perfecto sino de todo el mundo. Ser íntegro se desarrolla no dentro de la senda de los cristianos sino de las calles empolvadas del mundo.  Isaías vio que era una calzada  (Isaías 35:8. Sin embargo este camino no sería muy popular (Mateo 7:14. El pasaje dice “camino” lo que significa, que sólo hay un enfoque para obtener la felicidad. Un enfoque en la vida, una dirección, un propósito. Esto implica un solo objetivo que permeaba todos los campos. El camino es una persona. David descubrió que la verdadera bienaventuranza proviene de ser perfecto de camino. La felicidad no puede hallarse en una religión, en una organización, en una sesión de terapia, ni en ser aceptado por los seres queridos. La felicidad consiste en ser perfecto de camino. ¿Está usted siguiendo ese camino? ¿Es usted perfecto en ese Camino? ¿O acaso el pecado ha dejado una mancha inconfundible en su vida y en su testimonio? Si está en el camino, si conoce a Cristo como su Salvador, usted ha sido lavado por la sangre de Cristo. Por otro lado ese caminar es caracterizado por una serie de instrucciones y aviso en la calle. Dice el salmo  “Los que andan en la ley de Jehová”.   El participio “los que andan” (Participio activo de Qal) debería traducirse  “los andantes”, es decir es una cualidad, y estilo de vida.  Pero que significa “andar en la ley”.  Leí la historia de un pastor que tenía un compromiso de predicar en una iglesia en Nicaragua en un lugar muy apartado. Cuando llegó a la iglesia, observó el edificio, y notó que estaba a unos 20 mts del camino de tierra sobre el cual había viajado. El solar de la iglesia estaba completamente sin pasto  y las recientes lluvias los habían convertido en un lodazal. El predicador echó una mirada a sus zapatos lustrados, y forzó una sonrisa, evidencia de que se había resignado a ensuciar sus zapatos. Pero, ¡qué bendición! Al descubrir que desde el automóvil hasta la entrada había una serie de piedras estratégicamente colocadas! Con unas maniobras cuidadosas pudo pisar una piedra y otra y llegar a la puerta. Esto es lo que a mi criterio significa “Andar en la ley de Jehová”, son piedras que sobresalen en el mundo del pecado. Es lo que David había aprendido siglo antes. La felicidad en su vida depende de hallar un apoyo firme en la Palabra de Dios para cada paso que dé. Esta es la única  manera en que podrá llegar a su destino siendo perfecto de camino. Usted descubrirá cada paso que deberá dar conforme aprenda  a andar en su Palabra. Aprenda que toda decisión de su vida deberá ser guiada por la verdad hallada en la Biblia.

Una segunda cosa de este deseo es lo que concierne a  Desear guardar sus testimonios  “Bienaventurados los que guardan sus testimonios” (119:2). Este versículo continúa enfatizando  el andar del individuo que vimos en el versículo primero.  Él “el guardar” los testimonios de Dioses lo mismo que andar en la ley de Jehová. El andar en la ley de Jehová  es mucho más que “el hablar” de la ley y que “el conocer” acerca de la ley. Muchas personas tienen una mina intelectual de información sobre la Biblia.  Algunos hasta disfrutan hablar de la Biblia. Pero son  pocos los que verdaderamente viven lo que dice la Biblia. Debemos guardar sus testimonios.  “Guardar” Es un término que viene de “guardia” o “guarida”. En el hebreo la expresión es “natzar” de este término viene la raíza de la cultura nazarea. Es decir el verbo implica radicalidad y no negociar con la más mínima conducta que ofenda a Dios. Por otro lado es tener con celo algo escondido, algo valioso.  Observe esta palabra, cuando usted no guarda algo ¡lo pierde! Cuando vive una vida de desobediencia a la Palabra de Dios, pregúntese: “¿De que me estoy perdiendo?” Una cosa es cierta, sino guarda la Palabra de Dios se puede estar perdiendo de la verdadera felicidad! ¿Cuál de las verdades de la Biblia no está guardando hoy? Puede estar seguro que por cada área de su vida en la que guarde la verdad de los testimonios de Dios, usted está perdiéndose de algo. Se está perdiendo de la felicidad, pero también se puede estar perdiendo de otras cosas. Puede estar perdiendo su matrimonio, puede estar perdiendo su familia, su carrera o su paz mental. Por otro lado está la frase “sus testimonios”. Aquí “testimonios” son la misma cosa que su ley. Pero con una connotación de declarar la cosas de las que hemos sido testigos. Esta frase es una dimensión más práctica que los otros términos para la Palabra de Dios. Es decir nosotros sabemos que la Biblia contiene  los “testimonios” de la naturaleza de Dios. La ley no es un conjunto de prohibiciones que Dios inventó  en su tiempo libre para mantener la humanidad ocupada. La ley es sencillamente  la expresión de la santidad de la naturaleza de Dios. La poesía hebrea sigue un concepto conocido como  paralelismo, mientras que la poesía en castellano sigue la rima y el metro. El paralelismo consiste en expresar palabras o frases o pensamientos paralelos uno junto al otro para contrastarlos, complementarlos e instruirnos.  El estar en plural habla de varios caminos para obedecer, es decir hay un solo camino en el que andar, que  es la salvación, pero hay varias sendas en ese camino, que son las verdades operativas de Dios. Es decir todos nosotros vamos por el camino de la vida, y todos debemos caminar por un único camino de salvación, pero las expresiones de ese camino de la vida son diferentes para cada andante.

En tercer lugar se debe  Desear buscar a Dios con todo el corazón.  Jeremías habla de esto en 3:10 y 24:7. Esto es lo que antes discutimos en cuanto al cambio de corazón. Esta es la razón por la que los judíos en tiempo de Jeremías no podían hallar al Señor. Y es la razón por la cual mucha gente hoy día no puede hallar al Señor. Sencillamente no le buscan con todo el corazón Dios no puede ser un pasatiempo.  El término buscar aquí es “darash” está en un qal imperfecto. El imperfecto denota en el hebreo una acción no completada, y el qal habla de intensidad. Lo que implica que esta búsqueda nunca se termina, hasta que estemos en la presencia de Dios, pero es una búsqueda intensa. Muchos creyentes viven con la ilusión de que un devocional diario de 10 minutos es una clase de “seguro de vida”. Se imaginan que el pasar unos cuantos minutos  siguiendo una guía devocional les asegura que sus vidas  van razonablemente bien. Hay que reconocer, que es más que lo que hace la mayoría de personas, pero no es suficiente para Dios.  Recuerde que la búsqueda ¡Es de todo el corazón! UNA PAUSA PARA PENSAR…

¿Qué busca usted con todo su corazón? Mi observación personal es que son muy pocos individuos los que buscan algo con todo su corazón. Si alguna gente tuviera el mismo deseo de hallar la verdad de Dios que el que tienen por ganar dinero, podrían tener un impacto genuino en todo el mundo.  Juan Wesley dijo una vez: “Si tan sólo tuviera 300 hombres que a nada temieran, sino a Dios, que a nada aborrecieran sino al pecado y que determinaran saber nada entre los hombres sino a Jesucristo, y a este crucificado podría prender fuego al mundo entero” Puede usted decir honradamente que busca a Dios de todo corazón?

Pero hace falta una cosa más y esta es: Desear la libertad del pecado  “Pues no hacen iniquidad los que andan en sus caminos” Aquí hay una aplicación práctica de los dos primeros versículo  y la confirmación de lo que hayamos aprendido. La libertad del pecado es el resultado de andar en sus caminos. Las frases que sobresalen en este pasaje son: No hacen iniquidad. La palabra “iniquidad”(evel en hebreo) se traduce como “injusticia grande”. La palabra enfoca “el desprecio por la verdad de Dios”. También la LXX traduce “no hacen”  como un participio adjetival. Implica que son personas con una cualidad marcada de “iniquidad”. Es su estilo de vida. No está hablando de un pecado de vez en cuando, sino que son así constantemente.  Hay una diferencia entre ser y hacer. El texto hebreo también da la idea de una negación que enfatiza imposibilidad. Es decir, aquellos que constantemente están pensando y andando en la ley de Dios, es “imposible” que hagan iniquidad. Por eso es tan importante pensar, respirar bíblicamente hablando. Por otro lado está  Andan en sus caminos.  Aquí es importante observar la diferencia entre “camino” y “caminos”. El primer camino  o andar en el camino de Dios es una referencia al andar en el camino de la salvación que lleva a la vida eterna. Vimos que este camino  es una persona, que es una calzada, estrecha y angosta. Aquí en el vrs. 3 vemos los caminos de Dios. Obviamente no se trata de que haya muchos caminos de salvación.  Los caminos de Dios son las formas en las que Él trabaja. Son la verdad  operativa de su carácter. Cuando una persona aprende la Palabra de Dios lo suficientemente  bien para comprender como Dios piensa, como ve Dios una situación determinada eso le haría feliz.

Salmo 119:1-8 : Un corazón alegre

Cuando Cristóbal Colón salió de España, su propósito era buscar un nuevo mundo en donde el Imperio Español pudiera llevar el reino de Cristo. Ya que en esa época todos los herejes protestantes empezaban a reproducirse por toda Europa. Durante días y días Colón buscaba la Indias, y día a día salía por su cubierta, a observar y buscar tierra. En una de sus crónicas, Colón relata lo siguiente: “El tiempo se acababa y mi tripulación está cada día más al  borde de la rebelión” “! Empiezo a desmayar en mi búsqueda! Si no encuentro  tierra, mi vida y mi carrera peligran, he perdido el entusiasmo, se me acabó la alegría. Al final un 12 de octubre de 1492, el vigía gritó! Tierra, tierra¡ A lo que Colón escribió: “Qué dulce es escuchar la palabra “tierra”. “Mi vida se ha completado, se ha realizado la misión. MI búsqueda ha terminado puedo vivir feliz, nuevamente vino el gozo a mi rostro. Para Colón, encontrar tierra representaba su más preciado anhelo, que le daría, según él, la felicidad y restaurarle el gozo que tanto necesitaba. Claro que  muchos no saben que la conquista de la tierra traería a Colón una tremenda prosperidad. Cuando partió de España, llevaba la promesa de la Reina, que él sería nombrado caballero  y sus generaciones siguientes a perpetuidad. Pidió el 20 por ciento de lo que descubriera y una porción de tierra, que el escogería, en donde quisiera. La Reina se lo concedió.-

 ¿Se ha fijado que todo el mundo anda en búsqueda de algo? Y que frustrante es tratar de hallar algo, buscar y buscar y no encontrarlo. Cuando una persona busca algo y no lo encuentra suele reaccionar de diversas formas.  Algunas reaccionan con frustración. Por ejemplo, cuando un estudiante busca una fórmula química o matemática  y el resultado que busca no le sale. ¡Hay mucha frustración! ¡O que decir cuando usted pierde un documento o algo importante? ¡Uno reacciona con enojo! Pero quizás la búsqueda más frustrante del hombre es cuando ha perdido la motivación, la alegría de su vida. ¿Cómo podemos encontrarlo? ¿Cómo podemos buscarlo? ¿Habrá algún lugar o actividad que nos indique en dónde podemos recuperar la alegría, el gozo y la libertad de la gratificante vida en el evangelio? ¿Qué es lo que usted realmente desea en la vida? ¿Realmente cree usted que el dinero, fama, poder, el sexo, los estimulantes externos, llenarán los deseos de su búsqueda del corazón? Si ha pasado suficientemente tiempo alrededor del gremio de los santos, quizás ofrezca una respuesta con tono “espiritual” tal como: “Sólo quiero conocer la voluntad de Dios para mi vida” “Quiero ser lo que Dios quiere que sea”. Sin embargo si usted es honesto, probablemente tendrá que admitir que ni siquiera sabe lo que eso significa. Al igual que la mayoría de la gente usted se halla en búsqueda de ese objetivo fugaz llamado “gozo, alegría, etc.” pero se avergüenza de admitirlo, porque suena tan egoísta.  Déjeme preguntarle algo: ¿Si supiera  que la verdadera alegría  es un objetivo válido y que es algo que está a su alcance ¿Se atrevería a reconocer que eso es lo que desea? 

El salmo 119… Inicia con una afirmación dogmática acerca de quién es feliz, alegre y satisfecho. Este salmo trata acerca de cómo hallar el verdadero gozo, mediante dejar que Dios le dé un corazón sensible a su palabra, la Biblia. Para hallar tal entusiasmo  bíblico usted deberá estar dispuesto a buscar el corazón de Dios, y a buscarlo con desesperación. Es una búsqueda dura pero llena de aventuras. Al igual que el corazón humano este salmo late de energía sobrenatural. En cuanto a su simetría  está exento de imperfecciones. Consta con una estructura perfecta  de acróstico. Consiste en 22 estrofas de ocho versículos cada uno, cada una de las cuales representa una de las letras del alfabeto hebreo. Cada uno  de los 8 versículos de cada una de las 22 estrofas empieza con la letra correspondiente del alfabeto hebreo. Por lo tanto cada letra se representa ocho veces.  Este salmo  está diseñado para ser un salmo de nuevos comienzos. Si usted es un nuevo creyente, este es el lugar dónde empezar. Aquí adquirirá un amor por la Palabra de Dios. Si ha sido creyente hace algún tiempo, y está cansado de caer una y otra vez, este es el salmo que le mostrará un nuevo comienzo. Aquí hallará verdades que  afectarán su vida  por la eternidad. ¡Aquí aprenderá a tocar el corazón del Dios mismo! Empecemos pues con este viaje. Pero usted deberá ansiarlo con desesperación. Usted deberá reconocer que necesita un nuevo comienzo. La conformidad con su estado actual es el enemigo mortal del cristiano. ¿Cuáles son las áreas de su vida que necesitan desesperadamente un nuevo comienzo? ¿Está dispuesto a pagar el precio? ¿Verdaderamente ansía hallarle propósito y sentido a su vida? ¿Realmente quiere llegar a conocer a Dios? Si es así, su deseo es aquél del salmista. Empezaremos por examinar los vrs. 1-8.  Quiero desprender una idea central de estos primeros ocho versículos. Creo que el tema central, está asociado con LA FELICIDAD, y creo que Dios quiere decirnos: QUE HEMOS SIDO DISEÑADOS PARA TENER FELICIDAD! Pero para ser prósperos y felices  de corazón   tenemos que sortear tres acciones básicas: EN PRIMER LUGAR DEBE HABER  UN DESEO DE UN CORAZÒN FELIZ, DEBEMOS ENFRENTAR LOS DILEMAS DE UN CORAZÒN FELIZ Y FINALMENTE DEBEMOS DECIDIR POR  UN CORAZÒN FELIZ. Tres palabras que quiero que lleve claras este día con relación a la felicidad: Deseo, Dilema, Decisión.

Testimonios un pastor y dos iglesias pleitistas: Una alegorìa

Hoy como he estado enfermo me queda tiempo para imaginar. A lo mejor lo leí en otra parte o la calentura me hizo pensar en este tema. Bueno, si la Biblia habla de alegorías, me propuse usar una metáfora para lo que a veces veo en cuanto al crecimiento de la iglesia y nosotros los pastores. Dice en Génesis 30:1-43 (todo el capítulo) “Y ella dijo: Aquí está mi sierva Bilha; llégate a ella para que dé a luz sobre mis rodillas, para que por medio de ella yo también tenga hijos”. Así que vamos a tratar de hacer  una alegoría con estas dos mujeres. Pablo hizo una alegoría de Sara y Agar, y nosotros la haremos con  Raquel y Lea. En cuanto a la primera alegoría (que es la divina e inspirada; la mía es atrevida, humana y a lo mejor herética) Pablo dijo que eran dos pactos, la ley y la gracia, en cambio en la otra pienso que encontramos  que son dos iglesias que compiten por crecer en número, lo cual es desafortunado porque son hermanas y como hermanas debían amarse y no competir sino amarse recíprocamente y darle gracias a Dios por la prosperidad de la otra. Sin embargo desafortunadamente no sucedió así, la iglesia con prosperidad hizo saltar de envidia a la estéril que no soportaba que aquella tuviera hijos y ella no, y que se hubiera sentido mejor si no los tuviera o si se morían, o les sucedía alguna desgracia. Cada parto de ella la hacía sufrir porque la hacía sentir inferior, quiero decir que cada nuevo miembro que bautizaba, cada número que añadía le producía dolor.  La hermana estéril debía esperar en Dios pero no lo hizo, recurrió a una solución social dándole a su sierva al marido para que engendrara hijos que legalmente serían propiedad de ella pero como producto de una fornicación, haciéndolo infiel a él, hijos que fueron naciendo con nombres muy bonitos que reflejaban su situación emocional perturbada pero por los cuales no había “sufrido dolores de parto” porque no habían sido formados dentro de ella.  Debió esperar el día que Dios se acordara de ella y le diera a José, y con José debió conformarse pero esa palabra ella la desconocía, y quiso otro más, y lo tuvo, Benjamín, y éste le provocó la muerte, una grieta enorme que la llevó a desaparecer, un símbolo de lo que es una división en una iglesia, que le produce una herida mortal.  Y la iglesia próspera, sin tener necesidad de caer en lo mismo que la estéril llegó al punto de tampoco conformarse con un límite en su membrecía y se desvió hacia la superstición y usó las mandrágoras para tener otro hijo; un nuevo método de evangelización que realmente no servía para nada pero ella lo tuvo como si fuera efectivo; supongo que eso es sombra de los pañuelos ungidos, aceites, últimos cursos de cómo tener éxito, y otras cosas a las cuales se les da un poder milagroso de engendrar hijos cuando es mentira.  Y Jacob ¿es un tipo de Cristo el esposo de la iglesia? No. Es un tipo del pastor de la iglesia, una clase de pastor muy trabajador, que ama la iglesia pero socialmente adaptado que engendra hijos con sus esposas y con sus siervas, de su matrimonio y de fornicación, y ¡hasta se alquila!, no le importa que lo usen, ese no es su problema sino el de ellas. Se adapta a sus iglesias y hace lo que ellas quieran con tal que el número aumente y ser él el autor de tan tremendo crecimiento, disputado por una congregación y por otra porque es capaz de hacerlas crecer y darle nombre a ellas y orgullo, y un nombre famoso.

Testimonios desde las calles: Una palabra para «los mojados» cristianos

Uno de los testimonios desde la calle es lo referente a la gente migrando hacia una nación y cultura mejor que la que vive. Se sabe que nuestra nación de El Salvador tiene una increíble migración hacia los Estados Unidos. Por todos los lados regresan los reportes de muchos compatriotas exponiéndose y muchos de ellos incluso se han perdido, o han sido secuestrados o en el peor de los casos han sido asesinados. Ya es de mucha tristeza pensar que muchos compatriotas salvadoreños pasen por tantas vejaciones. Sin embargo una de las cosas que ha venido a mi mente es ¿cuántos de esos que salen de esa forma son mis hermanos y hermanas en Cristo? Una de las cosas que me cuesta como pastor es aceptar el hecho de que Dios está a favor de la gente que se va “mojada” para los Estados Unidos. ¿Cuál es la posición de Dios ante alguien que entra ilegal a un país? Sobre todo si ese ilegal es su hijo.  ¿Es lícito orar por alguien que en vísperas de cruzar la frontera a los Estados Unidos llegue al culto de oración y le pida a la congregación que ore para que no lo capturen en la frontera? ¿Qué se le ofrece  pastoralmente a alguien así? Esto me ha hecho pensar ¿cuáles  son los criterios que puedo usar pastoralmente pero sobre todo bíblicamente para aconsejar a mis hermanos?

 

En el libro de Mateo 2: 13-15 encontramos lo siguiente : “13 Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo. 14 Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto, 15 y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo”.

Es Dios quien produce los impulsos de la emigración y le establece “el límite de su habitación”; fue él quien le dijo a José que saliera al exilio, porque la vida del Niño corría peligro. La providencia de Dios dirige la emigración de los pueblos, no sólo de los cristianos sino de todos. Eso no quiere decir que dirija las vidas de cada cual porque hay exiliados y emigrantes que se portan indignamente en los países donde han sido arrojados. Víctor Hugo dijo, “los volcanes arrojan piedras y las revoluciones hombres”. Las tiranías expelen creyentes.  José y María a fueron forzados por un insensato censo a viajar a Belén y ahora a huir del país por la persecución, porque Herodes pensaba que el cristianismo era un poder político que le arrebataría de las manos la hegemonía del país. W. Robert Goodfrey dice que “un soldado español en Los Países Bajos, observó unos años después de la muerte de Calvino que él, mejor se enfrentaba a un ejército entero que a un calvinista convencido que hacía la voluntad de Dios, porque el cristianismo reformado no es una religión inocua y débil sino un poderoso movimiento” (John Calvin, Pilgrim and Pastor, pág. 9). Esto implica que la salida de José para Egipto se debió a una tremenda urgencia de sobrevivencia o muerte. Creo que esto es lo que muchas veces ocurre en nuestros compatriotas y aún cristianos que salen a buscar nuevos derroteros a los USA. Veamos algunas pautas en el caso de José, que pudieran ser como lumbreras en el caso de los muchos que salen también fuera.

Primero  es claro que es Dios quien le indica el país y le señala el tiempo de la migración. El destino para José y su familia está determinado por Dios, y no es Siria, ni Persia sino Egipto. Esto implica una concienzuda búsqueda de parte de Dios y no de las posibilidades al lugar donde voy.   Uno sabe para dónde va pero no el tiempo que estará. Y el tiempo del exilio nadie lo conoce porque el Señor no se lo dijo a José ni a María. Nadie sino Dios conoce cuanto tiempo ha de durar la vida de un tirano y el exilio de la población de emigrantes No son los deseos de los exiliados los que matan a Herodes ni producen el cambio político sino la voluntad de Dios. Salieron pero no sabían cuando regresarían, en un mes o en un par de años. Algunos emigrantes pasan mucho tiempo en el exilio y a veces no regresan nunca; y los llevan muertos después de 120 años para enterrarlos con los suyos en la cueva de Macpela. Hagamos de esta postal de emigración una copia del exilio del Señor Jesús y su familia, y si nos parece muy difícil, tomemos la de José el hijo de Jacob. Este emigró contra su voluntad, sin embargo la Biblia dice que Dios fue quien lo envió a Egipto (Ge. 37); y todos los acontecimientos, uno tras otros, malos y buenos, incluyendo cisterna, cárcel, esclavitud y tentaciones sexuales, fueron dirigidos por Dios para que aquella salida del país no tuviera que lamentarla, ni él ni su padre. Tanto José y María como José el hijo menor de Jacob no regresaron manchados moralmente por la política y la cultura del país que los alojó. El Niño volvió para cumplir su ida a Jerusalén y el otro, a quien Dios enseñaba a soñar alto y huir de mujeres malas (Ge. 39), llegó a ocupar un elevado puesto en el gobierno y ser el salvador de la hambruna de su pueblo.

En segundo lugar el éxito de la emigración consiste en contar con la aprobación de Dios.  Y no sólo en aprender el idioma (que es necesario), hallar un buen trabajo (que es una bendición) y disfrutar la nueva vida sino en temer a Dios todo el tiempo que ella dure, para regresar sin lamentar haberse ido. Los padres de Jesús siempre contaron con la aprobación de Dios mientras duró la emigración. Una vez en Egipto José tendría que trabajar, alquilar un sitio, y si fuera posible ahorrar para no volver a su pueblo con las manos vacías. Y le diría a su esposa al regreso, “ebenezer María, hasta aquí nos ayudó Dios, en nuestra entrada y en nuestra salida, sea el nombre de Jehová bendito”. El Niño no se cayó ni fue quebrado hueso suyo, y la madre se propuso no bañarlo en el rio Nilo, y ninguna plaga tocó su morada, ni la casa fue saqueada por ladrones que minan y hurtan. Del mismo modo hace Dios con sus inmigrantes cristianos, si se proponen no contaminarse con la cultura de faraón y no inclinarse en adoración ante sus becerros de oro, ni al resplandor de sus verdes dólares, euros, libras o pesos, y si escogen antes llegar e irse con “el vituperio” de su Hijo Cristo que con los tesoros de los egipcios (Hebreos 11:26). Entonces puede que algún día Dios cumpla su promesa de retornarlos y diga, “de Egipto llamaré a mi Hijo”.

Su don de lenguas ¿tiene verbos y predicados? II parte

Mi renuencia a recibir las que he oído no es lo que dijeron los norteamericanos, ni tampoco que no sean bautistas, reformadas o calvinistas sino que los trocitos que articulan (nunca es un sermón completo ni un diálogo) me suenan menos auténticas que las originales y temo que se traten de supercherías. Entonces lo que está en orden no es saber si Dios retiró ese don o lo concede sino si las que hablan son reales o un colosal y monumental fraude. Usted puede estar seguro, que uno sabe que una persona es o no cristiana, no por el divino don de las lenguas sino por la santidad de su vida y eso sí impacta a los incrédulos. ¿Cómo puedo creer en la autenticidad de una lengua extraña si el comportamiento del bilingüe es más extraño todavía?  Fíjese en qué pensaba Pablo cuando escribe sobre el don de lenguas. El apóstol dice que hay muchas clases de idiomas en el mundo (14:10). La palabra que usa significa sonido o voz, y la versión siria dice idiomas, por implicación. Por favor lea 14:21, junto con la referencia a Isaías 28:11-12, y observe que está citando los sonidos de labios de los caldeos, los medos y los persas, el idioma persa, el medo y el caldeo. La referencia bíblica que busca Pablo es de idiomas. Eso obliga a pensar que Pablo halló equivalencia entre estos idiomas y las lenguas de los corintios. A mi entender lo que hablaban los corintios, sin sospechar de algún escandaloso mimetismo, lo mismo que hablaron otros hermanos en el libro de Hechos, eran idiomas, tenían la estructura de un idioma desconocido para el que hablaba. No podían ser “sonidos inciertos”. Con respecto a lo que dice en el v.18 que habla más lenguas que todos ellos, le invitaré a que comparta su disgusto conmigo también con otro autor, “el apóstol le dice eso para que no piensen que menosprecia el don de lenguas: ni quiere humillarlos o persuadirlos a que no lo tengan, o mostrarle envidia como si no lo poseyera también, porque tiene este don en una forma muy eminente, y algunas veces lo usaba cuando las circunstancias lo demandaban, podía hablar más lenguas que cualquiera de ellos y con más frecuencia. Y esto por la ocasión que tenía para viajar mucho en otros países donde desconocía la lengua y tenía que predicarles el evangelio; de esto hace mención no para enorgullecerse sino para darle gracias a Dios y reconocer que él es el autor de este don” (John Gill. Comentario a 1Corintios; fue predecesor de Spurgeon). Si no son idiomas ¿qué son? ¿Qué música es esa?  Ahora bien, si usted habla en lenguas verdaderas le suplico que ponga su don al servicio de La Gran Comisión.  Las lenguas en el NT tuvieron varios usos pero el mejor de todos fue testificar en su propio idioma a los incrédulos. Yo sé que hay quienes afirman que han oído hablar en múltiples idiomas en el templo. Pudiera ser. Aun así, si fueron idiomas fue un desperdicio si no lo hablaron enfrente a nacionalidades que los entendieran. Y si todos hablan una misma lengua ¿qué sentido tiene que Dios traiga un mensaje en otra diferente si cuando él se comunicó con los hombres siempre lo hizo en el idioma de ellos? A veces la interpretación de esas lenguas se convierte en un sustituto de la exégesis bíblica. Por otra parte, en cuanto a los corintios ¿lo usaron como Pablo porque estuvieron predicando desde el Ponto hasta Ilírico, les hablaron a los cretenses y romanos? Lo que hicieron fue traer confusión en los cultos. Las lenguas serían muy útiles para evangelizar a los moscovitas, los mandarines, o para meter en cinturas y pacificar a los vascos en su milenaria lengua. Los corintios hablaban en lenguas en sus cultos, ¡Pablo nunca!, y generalmente conocía los idiomas más hablados en el imperio, hebreo, griego y latín. Pero para los bárbaros y los escitas, el Dios bendito le daba los idiomas. El mejor uso que encontró a las lenguas fue el que le dieron los apóstoles en Pentecostés, para predicar. Hay otros casos donde se manifestó el don de lenguas y sin embargo se omite la predicación en otros idiomas pero no el hecho que fueran lenguajes con estructura lingüística. Los efesios conjuntamente con las lenguas “profetizaban” o sea predicaban, sea en el griego común o en algún dialecto del Asia Menor. Ambos exigen que las lenguas sean idiomas (Hch.19:6). Y en cuanto a las amistades de Cornelio (10:46), la construcción de la frase “hablaban en lenguas y magnificaban a Dios” es tan suave y corrida que la mejor suposición es que las alabanzas a Dios se hicieron en lenguas y por supuesto con palabras extrañas que tenían sentidos. O sea, idiomas.  En aquella  rara vez entraba un incrédulo a una reunión cristiana. El don de lenguas en una reunión de la iglesia está tolerado (es una concesión paulina) pero fuera de su sitio. Su uso para edificación comunitaria para el creyente es secundario, si es que alguien se edifica con lo que no entiende.  Sería muy lindo ver a los hermanos carismáticos bajando al barrio chino y predicándoles el evangelio en chino, o yendo a Hong Kong a los japoneses, o en Corea del Norte a los coreanos. Abriendo misiones allí y plantando milagrosas iglesias en las calles y plazas en ultramar. Oh señores, allí, no dentro de un templo. ¡Qué belleza, el don de lenguas usado para ir por el mundo y predicar el evangelio a toda criatura!

Conclusión

Si los corintios hablaban en lenguas, entonces hablaban en diferentes idiomas. Podían tener conversaciones y mantener instructivos diálogos. Si las suyas, hermano, son como aquellas entonces son verdaderas, y no balbuceos ni sonidos guturales sin significado alguno. Las lenguas genuinas tienen palabras desconocidas. Tienen oraciones desconocidas y por lo tanto tienen verbos, predicados, adjetivos, adverbios, vocales (exceptuando algunos), consonantes o sea, tienen la composición y estructura de un idioma que se puede escribir y por supuesto hablar y traducir aunque sean tres palabras “ mene, mene, tekel, uparsin”, vocablos no celestiales sino humanos, sacados de un viejo idioma semítico caldeo

Su don de lenguas ¿tiene verbos y predicados?

Aun las cosas inanimadas como la flauta o el arpa, cuando producen sonido, si no hacen clara distinción de tonos, ¿cómo se sabrá lo que se toca con la flauta o se tañe con el arpa? También, si la trompeta produce un sonido incierto, ¿quién se preparará para la batalla? Así también vosotros, si mediante la lengua no producís palabras comprensibles, ¿cómo se entenderá lo que se dice? Hay, por ejemplo, tanta diversidad de idiomas en el mundo; y ninguno carece de significado. Por eso, si yo desconozco el significado del idioma, seré como extranjero al que habla, y el que habla será como extranjero para mí. (1Corintios 14.6-25).

Si usted lee la Biblia comparando lo espiritual a lo espiritual, notará que en su argumentación el apóstol compara el don de lenguas a la música, a ordenados sonidos musicales dados por la flauta, el arpa y la trompeta. Y por supuesto si es música eso implica una organización de sonidos agradables opuesto a lo que llamaríamos ruido. La Real academia de la Lengua Española define la música como “melodía, ritmo y armonía combinados” “sucesión de sonidos modulados para recrear el oído”. Si el flautista toca su canción, o el de la cítara la suya, los oyentes reconocen la música y pueden cantarla, silbarla o bailarla, no así si fuera bulla. Esos hermosos sonidos implican una inteligente y elaborada estructura musical contrario a lo que se oiría si no ocupan su propio lugar en lo que hoy llamamos pentagrama, siendo“sonidos inciertos” (14:8). Se llama melodía a una organización musical en diferentes líneas no a sonidos disparejos, disonantes y neurasténicos. Note que en la mente de Pablo hay íntima similitud entre lo que dice de la música y lo que escribe sobre el don de lenguas en Corinto. Si compara el don de lenguas con la música, hay que esperar que esté pensando que ese don debe tener como ella una estructura. Veamos eso.  En estos tiempos para mí la evidencia mayor del bautismo del Espíritu Santo no es que una persona hable en lenguas sino la santidad de su vida. El secularismo pentecostal mundial y estadounidense se ha interesado por este fenómeno espiritual. Leí en alguna parte hace años que un departamento de estudios lingüísticos del gobierno de Estados Unidos ordenó investigar el fenómeno carismático de las lenguas y grabó miles de ellas encontrando que no se correspondían con ninguno de los más de seis mil idiomas y dialectos que hay en el mundo y ni siquiera con lenguas muertas, y sobre todo que no contenían la estructura de idiomas.  

Testimonios desde las calles: El gallo cantò a Pedro

En las calles hemos escuchado el testimonio de muchos y muchas que fueron redargüidos de sus pecados y conductas, porque Dios utilizó instrumentos y circunstancias curiosas e inesperadas. Esto es diario en el caminar de las calles. Les digo que es increíble la manera en la que Dios nos recuerda o nos enfrenta con nuestras decisiones pecaminosas. El puede usar un niño, una cosa, una canción secular incluso para darte alguna instrucción acerca de cómo te encuentras en tu vida espiritual, en donde te encuentras, y como puedes salir de ese lugar.  Uno de mis símbolos favoritos para despertar la conciencia fue el que Jesús usó con Pedro. Es decir el canto de un gallo. ¿Por qué Jesús escogería un animal tan peculiar para redargüir a Pedro de su pecado de negarlo. Pero no es curioso el hecho de que usara el canto del gallo, sino que lo usara dos  veces. ¿Por qué no sólo una vez? ¿Por qué el gallo repitió la estrofa? Y lo que es más dramático es que otra vez él lo negó con juramento: ¡Yo no conozco a ese hombre! (Mateo 26:69-75).  Mira el número de veces que Pedro pecó: tres veces. Sin embargo el número de pecados, aunque sea excesivo no es un impedimento para que el Señor deje alguno sin perdón. Y el apóstol no sólo repite su pecado sino que lo hace del mismo modo, sacudiendo su cabeza y repitiendo con sus labios la misma falta, lo cual la hace más grave. Solemos repetir pecados perdonados. No obstante como el primero de los tres no fue inmediatamente perdonado, vino el segundo y luego el tercero y hubiera aumentado la lista si Jesús no interviene y detiene el proceso de su caída. Eso es lo que pasa a los pecados cuando les pasa el tiempo sobre ellos y no se confiesan, crecen y maduran y se reproducen, engendrando hijos idénticos o parecidos, o sea, otras maldades anexas añadidas. Y un malsano fenómeno se desarrolla: El proceso de repetición del pecado produce endurecimiento del corazón puesto que el gallo tuvo que cantar dos veces; con su primer canto no tuvo convicción alguna de que estaba obrando mal (Marcos 14:30), y entonces por instinto providencial entonó otra estrofa para que despertara. A veces no es un gallo lo que Dios usa para traernos a la cordura sino un martillo porque nos hemos vuelto caprichosos y testarudos. La culpa fue menor y la vergüenza más chica porque si se repiten los pecados la conciencia va perdiendo poco a poco su sensibilidad (Efesios 4:9), y las molestias dejan de sentirse.  Y en la historia hay una nota de esperanza para los pecadores empedernidos, que están al alcance de la misericordia del Señor y pueden arrepentirse como pasó en este caso. Jesús ofrece hasta con miradas, vuelta atrás, y ninguno de sus escogidos perece por su tontería. Aunque Pedro había pecado repetidamente, del mismo modo y estaba endurecido, todavía podría llegar a arrepentirse porque misericordia y gracia estaban listas para su oportuno socorro y el bendito resultado fue que con sinceridad lloró.  Cuando una persona llora por su pecado es que está arrepentida de lo que hizo y mejor aún dónde llora: en la soledad, porque dice que «saliendo afuera». Si lo hubiera hecho en público hubiera podido ser tenido como falso, pero si salió donde no lo vieran, es que lloraba de corazón. Y quien aprendió a lavarse la cara para que no vean otros que él ayuna, y quien ayuda con dinero a los hermanos en problemas, y no sabe su izquierda lo que hace su derecha, también sabe orar en un rincón y enjugar los ojos cuando alguien viene para que no se entere de nada. Y el Principal agente de esa recuperación no fueron Jacobo ni Juan sino el mismo Señor en persona. Nadie hubiera convencido a Pedro que estaba obrando mal si no es que el Señor se volvió a él y lo miró (Lucas 22:61). Si Pedro se retira de allí con aquellos tres pecados encima hubiera continuado endurecido, quizás diciendo: «Lo hice, pero no podía decir que yo era cristiano», «yo le negué pero el Señor sabe que creo en él», y excusas por el estilo. El Señor con sus ojos le hizo sentir su culpa. Creo que este es un mensaje para los que repetidamente estamos negando a Dios con el mismo pecado. Debemos tener abiertos nuestros oídos para que oigamos el gallo de Dios. ¡Oh Señor, míranos cada vez que pequemos y que el llanto nos inunde los ojos!