La Disrupción profética…

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Estoy inclinado a creer que la mayoría de iglesias, organizaciones cristianas (seculares también)  y sus líderes han entendido que el cambio es la única variable constante y que la mera adaptación al mismo se ha convertido en una característica no determinante. Se está llegando a entender que en estos tiempos ” la clave no es adaptarse al cambio, sino diseñarlo y provocarlo de acuerdo a la imagen y pensamiento de Dios. Tan sencillo y tan complejo al mismo tiempo.

Ahora bien, es curioso que “el cambio” resulta un término demasiado genérico en este tiempo convulso e impredecible que nos ha tocado transitar. Las iglesias y organizaciones cristianas  y las personas que las componen siempre han estado en permanente proceso de cambio. Sin embargo, son las condiciones del contexto en el que vivimos en la actualidad y la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos las que obligan a que las organizaciones a través de sus personas lleven a cabo planteamientos mucho más agresivos para poder impactar el mundo  diferenciándose de sus antepasados y tradiciones y ofreciendo una mentalidad renovada y una forma de ser cristiano  que provoquen la obsolescencia de los modelos  existentes; en definitiva generando disrupción.

Más allá de lo en boga que se encuentra el término,  disruptivo se utiliza como adjetivo para indicar una ruptura brusca, haciendo referencia por lo tanto a algo que ocasiona un cambio determinante… radical… transgresor respecto a los pensamientos , servicios y modelos existentes.  Para provocar un cambio de estas características,  las organizaciones y quienes las lideran deben de construir ecosistemas proféticos  en los que se manifiesten una serie de comportamientos… “evangélicamente  incorrectos”. Esto es lo que pretendo llamar la práctica disrruptiva de los profetas.  Me gustaría tomar el modelo de Ezequiel, podría ser otro pues todos tenían como costumbre dicha práctica. En Ezequiel (y en la mayoría de los profetas)  enocontramos a lo menos  cinco atributos básicos de la disrupción profética.

Curiosidad… estructurada 

Ezequiel parte del hecho de detenerse y observar con curiosidad su entorno y la relación que tiene con las circunstancias que el pueblo tiene. Por eso su forma de predicar es más al estilo de imágenes, sermones activos que despiertan la curiosidad de un pueblo totalmente apático. La clave de bóveda de cualquier proceso de innovación es la curiosidad. Un rasgo innato de todas las personas en su niñez y que qué se va mitigando y apagando con el paso de los años. La curiosidad es la llave de paso de cualquier cambio disruptivo.   La probabilidad de que un grupo organizado encuentre espacios para la disrupción es directamente proporcional al ancho de banda de curiosidad que los líderes de la misma son capaces de fomentar. Ezequiel era el padre de la curiosidad. Alimentar la curiosidad no es perder foco, sino focalizarse, eso sí, de forma estructurada, en la necesidad de descubrir e investigar. En el capítulo 15-17 Ezequiel vemos a lo menos cinco figura para despertar la curiosidad del pueblo. Ezequiel usa una viña inútil, una esposa infiel, dos águilas y tres renuevos para levantar la atención de su pueblo y lo logra magistralmente.

Honestidad… Radical

Otro elemento básico en la disrupciónprofética es la honestidad radical con que el profeta aborda los temas candentes. La falta de transparencia es uno de los principales enemigos de una cultura abierta al cambio. Cuanto más se oculta o maquilla la realidad más probable es que la comunidad  se convierta en un teatro en el que todos desempeñan un papel. Practicar la honestidad radical implica decir y presentar las cosas tal y como son, sin edulcorar la realidad. No se trata de practicar el “sincericidio” tanto como permitir que los líderes expresen su percepción de la realidad sin necesidad de embadurnar su discurso con perífrasis y otros recursos de estilo. Un liderazgo que practica y permite la honestidad radical sin castigarla es capaz de  provocar cambios desde el conocimiento nítido de la realidad. Ezequiel nos muestra que es honesto al cambiar el discurso de los falsos profetas y de los magos que tenían un discurso engañoso para el pueblo.  Es radicalmente honesto al decir que el templo caerá, que Israel será llevado en cuativerio y será destruido, pero también anticipa un buen futuro y una restauración de un remanente. Por su honestidad radical los profetas no eran querido ni son queridos en la actualidad.

Desobediencia… Inteligente

Una tercera cosa disitintiva en la disrupción profética era su esencia de desafío al statu quo o su desobediencia de una manera inteligente. Los profetas como Ezequiel simplemente sabían que desobedecer, como desobedecer y cuando desobedecer al sistema imperante. Lo vemos cada día desafiando la organización de Isreal, al rey en turno. Y es que comunidad sumisa es una comunidad inmovilista. Desobedecer inteligentemente no solo implica retar el status quo y la norma existente sino rebelarse contra ellos siempre y cuando esa desobediencia genere un beneficio espiritual a favor de la mente de Dios en forma de mejora de los procesos, agilidad en la ejecución o mayor reacción ante cualquier elemento nocivo para el ecosistema organizativo y para la desobediencia abierta de las instrucciones de Dios. Practicar la desobediencia inteligente no es practicar el boikot, sino desafiar al sistema para mejorarlo de forma constructiva. De esa manera Ezequiel en su actuar profético se convierte en un “boicoteador” de forma constructiva. Y es que una cultura es favorable a la innovación disruptiva cuando lo líderes de la organización practican y promueven la desobediencia inteligente.

Irreverencia… Constructiva

La capacidad disruptiva de una organización está reñida con los comportamientos políticamente correctos.  Si no se tolera cierto grado de irreverencia y provocación en los comportamientos de sus profesionales las posibilidades de que una organización genere un caldo de cultivo proclive a la disrupción son muy reducidas. Muchas organizaciones alimentan el concepto de retar lo pre-establecido, pero son muy pocas las que consiguen que se esa irreverencia  sea constructiva ya que en la mayoría de ocasiones la provocación es sinónimo de penalización, una reacción que supone un claro freno de mano a cualquier proceso de cambio mínimamente transgresivo. Por eso vemos a diario en la plataforma profética de Ezequiel sus debates y luchas con los líderes civiles y religiosos de su tiempo. Su constante confrontación con los falso profetas, a los cuales irreverencia con el propósito de construir un futuro realista y más apegado al pensamiento de Dios.

Descontrol… Organizado

Se sabe que el control y la fiscalización son los principales síntomas de la falta de confianza que existe en una  iglesia u organización cristiana . Cuantos más comportamientos asociados al control se pongan de manifiesto en una comunidad más agudo será su grado de complacencia. Y al contrario, erradicar la fiscalización es señal de confianza en el seno de la comunidad. Trabajar solo en  políticas,  procesos y  burocracia asociada a los mismos son mecanismos, que pese a ser necesarios, lapidan la capacidad de una comunidad que sigue a Dios   para innovar de forma disruptiva. De esa manera, la capacidad de construir momentos donde cristalice la disrupción es directamente proporcional a la capacidad del liderazgo para provocar el descontrol de forma organizada  en la estructura de poder, y los procedimientos y procesos asociados. Si vemos esta característica tanto en los profetas como en el mismo Señor Jesucristo, el descontrol que generaba en los ambientes fiscalizados y orientados a políticas religiosas era muy visible y odiado por los que controlaban el sistema. Por eso su descontrol del sistema no lo llevaba al caos sino al establecimiento de un nuevo orden, donde el de abajo era el primero, el último era primero y el primero postrero, donde el rico era pobre y el pobre era rico. Cuando los profetas tocaban al sistema se generaba un caos y muchas veces por la visión profe´tica no se entendía hacia donde llevaban su condena, pero eso sí, siempre había un destino diferente y controlado por Dios. Descontrolaban el sistema para organizarlo para Dios.

Los principios de predicar y compartir el mensaje de Dios  convencional han conducido a la mayoría de comunidades cristianas al lugar donde están hoy posicionadas; sin embargo, las circunstancias del contexto han cambiado radicalmente en los últimos años. De esta manera el control y la desconfianza asociada, los comportamientos políticamente correctos pero nada desafiantes, la obediencia ciega incluso hacia las normas más ineficientes, el dañino edulcoramiento de la realidad para no herir sensibilidades y la reducción hasta mínimos insospechados de la curiosidad de los líderes cristianos profesionales, se han convertido en peligrosos cepos que atrapan las opciones de supervivencia en el alcance del mundo hoy con el evangelio.

Lo que necesitamos hoy es una nueva disrupción profética que genere descontrol de forma consciente, que muestre cierto grado de irreverencia de forma constructiva, desobedecer las normas existentes cuando estás generan ineficiencia y burocracia y religiosidad en lugar de espiritualidad, presentar la realidad organizativa de la iglesia y de las comunidades cristians  desde la honestidad – aunque esta duela – y poner el foco en la necesidad de investigar y descubrir son rasgos y características políticamente incorrectos notablemente alejados de los cánones ministerialmente aceptados.

He aquí los cinco atributos de la disrupción profética, y por lo tanto, comportamientos que hoy en día se convierten paradójicamente en elementos esenciales para construir ecosistemas espirituales saludables donde tengan lugar innovaciones transgresoras y diferenciales,  a partir, como era de esperar, de un liderazgo desafiante, rebelde, provocador… pero con una clara causa… generar la disrupción que permita la supervivencia de la iglesia del Señor en un contexto tan complejo.

Recuperando el vigor…

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La falta de energía puede deberse a muchos factores. Algunos pueden ser físicos o químicos o anímicos. Cada vez más mucha gente se siente como sí la vida les hiciera arrastrar los pies. Se levantan y caminan sólo por un sentido de deber pero en su ser interno desearían renunciar y no levantarse de la cama.  ¿Por qué perdemos el vigor? ¿Por qué llegamos a momentos en la vida dónde simplemente seguir es cuesta arriba y con el viento contrario?

Parecía que Ezequiel en el capítulo 2 había perdido su vigor espiritual hacía mucho tiempo.  Así que Dios tiene que trabajar en la motivación interna de Ezequiel antes de mandarlo de nuevo al campo de batalla. Dios lo necesitaba para algo pero antes de enviarlo a hacer ese algo necesitaba fortalecerlo espiritualmente de tal manera que pudiera asumir el reto. ¿Qué cosas hicieron que el vigor de Ezequiel decayera?

Veamos entonces las cosas que hicieron perder el vigor espiritual a Ezequiel.

Pienso que una de las cosas que el libro refleja con respecto a su falta de vigor era  su situación.

Había una serie de contradicciones con respecto a su situación. Había habido una lucha entre tres tendencias o situaciones personales que lo habían complicado.  Era una contradicción entre Pastor, Prisionero, Profeta.  Se había preparado para ser Pastor (Sacerdote)  de Israel, pero Dios la había  cambiado a  Prisionero, que le imposibilitó para ser Pastor.  Pero luego Dios lo pasó de Pastor a Prisionero y lo llevó a Profeta. Es decir una etapa de lo que quiero (Pastor) a una etapa que no sé que quiero para entrar a una etapa a lo que Dios quiere. Muchas veces nos quita lo que queremos y nos pasa por lo que no queremos para terminar haciendo lo que el quiere.  La etapa de lo que queremos está asociada con la ilusión, la etapa que no quiero está asociada con la desilusión para finalmente entrar en la etapa de la iluminación.

Por otro lado la ilusión lidia con mi situación personal. La desilusión lidia con la situación circunstancial y la iluminación lidia con la situación espiritual.

Otra de las cosas que el libro refleja  con respecto a su falta de vigor es su condición. Observe que el vrs. 1 del capítulo 2 muestra cuál es la condición de Ezequiel.  También hay un estira y encoge con cuatro condiciones. Primero, está la condición ideal.Dios lo llama por su nombre. Es importante entender que su nombre significa: “Dios fortalece”. ¿Pero que tipo de fortaleza tenía Ezequiel a estas alturas? ¡Cero! Lo que menos tiene este hombre es fortaleza. Debido a su cautiverio y al estar asentado en una comunidad de refugiados, Ezequiel ni siquiera tiene un templo donde adorar. El hecho de que hayan cosas que Dios nos dice que somos, muchas veces es una idealidad que no ayuda en contraste con la realidad.  Segundo,está la condición real.Dios usa la expresión “Hijo de Hombre”. La TLA lo traduce así “hombre mortal”. Eso es lo que somos. Somos solamente gente mortal. Y usamos esta expresión desde dos perspectivas una mortal que viene de la muerte, es decir somos comida de gusanos todos y mortal de dañinno. Somos uan raza que estamos inclinados a hacer lo malo y dañar. Tercero, está la condición motivacional. Si uno observa parece ser que de alguna manera Ezequiel o estaba postrado o sentado. Por la frase que Dios le dice: “levántate”. Creo que la motivación de Ezequiel estaba en pausa y en un sentido relajado. Me imagino que lo que el Salmo 137:1-4 describe sería el ambiente que rodeaba la motivación de Ezequiel.  Cuarto, esta la condición ministerial.  ¿Cuál sería la motivación de alguien que se le dice que lo que haga no le van hacer caso? ¿Qué la gente que ministraría simplemente era gente reblede, dura y agresiva? A nadie le gusta que le prometan un ministerios sin resultados. Eso es porque el concepto que nosotros tenemos de resultado no es igual al concepto que Dios tiene de resultados.  O para mejor decirlo el concepto de éxito que tiene Dios difiere grandemente del concpeto de éxito que tiene el mundo. Así que se plantea esta pregunta ¿Cuál es el chiste de tener un ministerio con ese tipo de resultados? ¿En dónde estriba el éxito o la relaización de lo que hacemos como obreros de Dios?

En segundo lugar las cosas que hicieron recuperar el vigor espiritual a Ezequiel.

Ezequiel  ahora recibe su  comisión oficial  como profeta del Señor y Dios le dice que va a enfrentar una comisión muy difícil. En cualquier lugar donde se esté levantando una familia misionera, enseñando una Escuela Dominical, pastoreando una iglesia  o evangelizando en una nación distante, debemos aceptar  a la gente como es ella, antes de liderarlas hacia lo que Dios desea que sean.  Dios tenía  importantes órdenes que Ezequiel debía obedecer.

El primer mandamiento es párate y escucha. Es un mandamiento a  la reacción. Lo que podemos observar es que Dios, simplemente lo había dejado agotado por la visión de su gloria. ¿Qué le hace pararse? ¿Qué lo pone de pie?. El vrs. 2 dice que fue la acción del Espíritu dentro del que lo hizo reaccionar. Si observamos que ese Espíritu es el que se manifestó en la visión de la gloria de Dios. Observe que una vez se levanta y está de pie dice que “pudo ir” la voz de Dios. O sea que postrado y sentado es difícil escuchar mejor la voz de Dios. El tiempo de adorar es bueno, nos alimenta nuestras emociones, pero el punto es que quizás mucha adoración en postración nos hace perder escuchar mejor la voz de Dios para estar alertas y ponernos de pie.

El segundo mandamiento es ve y habla. Es un mandamiento a la acción. ¿Cómo llevamos la acción de Dios sin que nos desanimemos y estemos completamente convencidos de que agradamos a Dios? Es un accionar valiente. (2:3-4)  Observe que Dios le dice, tu tarea no es fácil vas contra toda un nación rebelde, apática y agresiva que no te harán caso. Debes hablar valientemente y no te preocupes por los resultados. La valentía en el ministerio no se basa en mi carácter y mi habilidad sino en el carácter y la habilidad del que me envía

Es un accionar consciente. (2:5-8) La expresión que usa Dios es “no tengas miedo” o “no te abatas” o “no te preocupes”. Debe entender su función. Su función no es producir resultados sino acumular evidencias en contra de la desobediencia de las personas. Es decir Dios le dice, te pongo en medio te hagan caso o no para que el día que les juzgue tu surjas como evidencia de que sí se los dije y no tengan excusa.

El tercer mandamiento es abre y come. Es un mandamiento a la asimilación.

Según Jean Piaget la asimilación, es un concepto psicológico que  explica el modo por el cual las personas ingresan nuevos elementos a sus esquemas mentales preexistentes[1]. Desde esta perspectiva la asimilación en Ezequiel se demuestra con el acto de abrir y comerse un librito dado por Dios.  Este proceso de asimilación tiene que ver con su llamamiento al mensaje que Dios le da a Ezequiel. Su mensaje es distintivo, tiene una particularidad asociada con la personalidad del profeta. En ese sentido la asimilación tiene que ver con la voz y la función profética. ¿Qué es la voz y la función profética? Es la denuncia del mal del pueblo de Dios y de las naciones , es el llamado al arrepentimiento, el anuncio del juicio para el pueblo de Dios y para los enemigos del pueblo de Dios,  el anuncio  de la restauración y el anuncio de una nueva realidad, identificada como Reino de Dios.[2] Ahora bien esta función profética o anuncio profético incluía tres elementos muy importantes. Primero estaba lo que se llamaba denuncia profética que era una crítica a los males del pueblo de Dios. Pero también había un anuncio profético que partía del señalamiento del mal  a un mensaje de buenas nuevas y restauración. Pero finalmente estaba la imaginación profética  que era la clara visión de lo malo en los contextos de negación y ceguera de un pueblo, pero que incluía la construcción utópica de los profetas basados en las interiorizaciones de la Palabra de Dios.[3]

Ezequiel al comerse el librito está siendo llamado a la función  profética, con su propia denuncia profética, su propio anuncio profético y con su propia imaginación profética.

[1]http://asimilacionyacomodacion.blogspot.com/2013/02/la-asimilacion-y-acomodacion-de-piaget.html

[2] Suazo, David.  La función Profética de la Educación Teológica en América Latina. Ed. CLIE, 2012 Pág. 13

[3] Ibíd.

Tres consejos para asimilar cambios

 

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Nadie puede negar el hecho de que el mundo está cambiando a una velocidad extraordinaria. Con el auge de la tecnología se ha acelerado la existencia humana, de tal manera que no se puede asimilar tan rápidamente los cambios que a diario se dan.

Vivimos tiempos en los que lo nuevo reemplaza y sustituye cada vez con mayor rapidez a lo viejo. Tiempos en los que aparecen nuevas reglas de mercado, nuevos procesos de negocio, nuevos consumidores y lógicamente nuevos competidores. Nuevas ideas sociales, nuevos paradigmas en contraposición de viejos paradigmas. Hay nuevos consumidores y competidores que invitan a pensar que el éxito o simplemente la supervivencia implican desarrollar nuevas competencias, comportamientos y, obviamente, un nuevo liderazgo acorde a estos tiempos.

Si esto ocurre en el mundo, ¿Qué está pasando en el ámbito de lo eclesial? ¿Cómo manejamos el cambio? ¿Qué hay que hacer ante esa vorágine de circunstancias? ¿Estará cambiando Dios rápidamente, de tal manera que nos ajustemos a su rapidez y caminemos con él? O simplemente ¿seremos dejados atrás? ¿Qué tan abiertos estamos a un cambio de Dios en nuestras vidas? Me temo que como iglesias lo estamos asimilando muy lentamente y seguimos aferrados a lo viejo sin arriesgarnos por lo nuevo de Dios.

En el libro de Josué en el capítulo 1:1-9 nos encontramos ante un enorme cambio, de modelo, de paradigma y de mover de Dios. Josué deberá asumir su rol de nuevo líder sustituyendo a Moisés, el más grande líder visto por Israel hasta ahora. ¿Cómo lo asimilará el cambio? ¿Qué hace Dios para que Josué entienda su nuevo reto?

Veamos los tres consejos que Josué recibe de parte de Dios para que él pueda hacer la transición de un liderazgo de Moisés a un liderazgo de Josué,  de tal manera que el pueblo lo acepte.

En primer lugar Dios le dice a Josué UBÍCATE en la realidad. “…aconteció después de la muerte de Moisés…” El texto nos da una noticia muy triste. Dios está anunciando y dejando por escrito que Moisés había muerto. Ya no está con ellos. Es un tiempo de luto, de hecho Deuteronomio dice que fueron 30 días de luto. ¿Pueden imaginar la gente “velando” a su líder? Me imagino que el tiempo se alargó  para que toda la gente pudiera darle tributo. Todos saben que Moisés está muerto. Los hechos lo corroboran. Sin embargo podría haber una esperanza de que Dios lo resucitara, que hiciera un milagro o que se arrepintiera y le diera un tiempo más. Me imagino que habría oraciones de ese tipo. Todavía había una esperanza de un retorno. Así que Dios va a declarar audiblemente y autoritativamente que deben dejar a un lado cualquier esperanza que tengan de vida o de retorno de su líder. Por eso el ubica a Josué en la realidad por medio de tres conceptos interesantes. La primera expresión aparece en el vrs. 1. Dios dice: “Josué servidor de Moisés  y Moisés siervo de Dios. Dios le está como mostrando que la primera realidad es sobre la obligación de Josué. Note que ahora ha pasado de “servidor” a siervo. Ha sido servidor de un hombre, pero ahora es siervo de Dios. Una realidad a la que debemos prestarle mucha atención es el hecho de que nosotros hacemos un servicio a los hombres, pero no somos siervos de esos hombres, no tienen potestad sobre nosotros, porque uno solo puede ser siervo de Dios. El servirle a una denominación no hace a esa denominación Dios en mi vida, sino que la puedo cuestionar, criticar y si se opone a Dios me debo oponer a ella.  La segunda realidad que podemos observar en el texto es el binomio muerto-vivo. La segunda  realidad es con mi promoción. Una vez que Moisés desaparece Dios toma a Josué como su nuevo líder. Y ¿porque? Porque Moisés está muerto. Y es una declaración de los labios de Dios, lo que viene a reafirmarle a Josué que se ubique en la realidad de lo que está muerto y no tiene remedio y de lo que está vivo y se va a desarrollar. La tercera realidad es con la expresión habló y dice. La tercera realidad es con mi devoción.  Dios quiere que Josué sepa que él continua hablando en el presente de la misma manera que habló en el pasado. Por lo tanto debe cultivar una relación con él, olvidando la manera en que Moisés habló con Dios. Dios tiene en mente una nueva forma de hablar con Josué. Spurgeon dijo una vez: “Cuando un hombre de Dios muere, nada de Dios muere con él.

Muchas corporaciones, empresas e iglesias están obviando poner los pies sobre la realidad. Cada vez son más las organizaciones que han comprendido que su supervivencia depende de su capacidad para gobernar de forma inteligente (y con rapidez…) un proceso de cambio y transformación cultural. Nadie se cuestiona ya la necesidad de adecuar la organización a un nuevo tiempo. Por lo tanto, el debate (si es que alguna vez debió existir…) sobre si  se debe llevar o no a cabo una transformación cultural está agotado, sencillamente resulta estéril. La cuestión esencial es ahora como ejecutar y liderar el proceso de cambio.

Y lo mismo sucede para la iglesia del Señor, que debe ajustarse a la realidad a la que Dios nos está llevando.

Esa realidad debe medir varios elementos importantes. Las organizaciones y la iglesia (que es un organismo) que puede aplicar a su existencia ciertas sugerencias de estas deberá entender que el cambio no se produce por pensar en innovar, sino por innovar en el  pensar. Pensar en innovar es una obviedad. La velocidad de transformación será directamente proporcional a la capacidad de la organización para pensar de forma diferente.

Por otro lado otra cosa que la realidad de hoy nos está marcando es que el líder del S.XXI no debe predecir el futuro, no puede predecir el futuro sino que debe  asumir que liderará una realidad impredecible. Y que sólo Dios sabe lo que hay por delante. Así que debemos confiar en ese Dios que sabe lo que viene en el futuro.

El famoso paradigma de “liderazgo visionario” es un modelo insuficiente hoy para liderar el cambio ante la complejidad. Lo razonable no es tratar de predecir el futuro, sino preparar a la organización para navegar en un contexto organizacional  impredecible, inestable e incierto…siempre. A diferencia de la iglesia que puede maniobrar en ese futuro impredecible teniendo a Dios como su capitán.

En segundo lugar Dios le dice a Josué NO TE PARALICES en tu realidad. El texto nos muestra la orden de Dios. “Ahora, levántate y pasa este Jordán” El hecho de que tu realidad ha cambiado te debe motivar a caminar y no a paralizarse ante los nuevos desafíos. Dios le da tres órdenes importantes a Josué para superar la parálisis. La primera expresión de Dios es párate. Esta expresión es un llamado a estabilidad. No te tambalees, no estés postrado, no estés en reposo. Toma una acción enérgica de pararte para poder comenzar a caminar. Esta estabilidad viene de la fuerza de Dios en nuestras vidas. Es importante entender que   una organización inicia su proceso de transformación y de estabilidad  cuando la cultura de la colaboración supera al paradigma del control y conexión se convierte en sinónimo de gestión. Josué debía buscar unir a sus hermanos en un gran abrazo de unidad y colaboración.

El control y la fiscalización son mecanismos que ralentizan profundamente la transformación. En un entorno organizacional global y conectado, la cultura de la colaboración es el principal acelerador de cualquier proceso de transformación.

 La segunda expresión de Dios es pasa. La segunda expresión es un llamado a la actividad. ¿Qué tipo de actividad tenía en mente Dios? Bueno lo primero que debían hacer era pasar el Jordán. Era un obstáculo grande pero que Dios iba a tratar con él. Y si observan por fe lo hicieron. Dios partió el Jordán en dos y al gente pudo entrar en su Canaán. No somos activistas, sino activos. La diferencia entre el activista y el activo, es que el primero siente satisfacción en estar en acción o actividad, en cambio el activo es aquel que hace la actividad de Dios, al estilo de Dios y en el poder de Dios. Nos han educado pensando que al equivocarnos estamos perdidos, cuando perderse es la mejor forma de encontrar nuevos caminos. La penalización del error es un freno para liderar el cambio. Desterrar la creencia de que el error es perjudicial resulta crucial para impulsar una transformación cultural. Equivocarse no es perderse, sino más bien encontrar nuevos caminos. Por eso ellos debían arriesgarse en el paso del río Jordán.

En las organizaciones del S.XXI un profesional no debe preocuparse por adaptarse al cambio, debe ocuparse de crearlo. La competencia “adaptación al cambio” es una reliquia del pasado. La competencia más valiosa que cualquier empresa debe fomentar en sus profesionales será la de crear, impulsar y dinamizar el cambio. Por eso somos creativos y dinámicos cuando Dios nos dirige.

La tercera expresión fue posee. “yo os he entregado”.  La posesión tiene tres elementos esenciales en este pasaje. Primero Dios es el agente de la entrega,(“…Yo…”) todo Israel e es recipiente de la entrega (“…os…”) y finalmente Israel es el confidente de la entrega. (“…entregado…”).

Debemos entender que un líder es genuinamente transformador cuando lo primero que pone en cuestión es a él mismo. El ejercicio más importante para poder impulsar el cambio en la organización es la autocrítica constante. El líder que mejor puede impulsar un proceso de cambio es el que tiene la capacidad de cuestionarse su propio estilo de liderazgo. Y que sabe que se le ha entregado algo para administrarlo. En tiempos de transformación el talento más valioso es el de poder identificar, saber reconocer y querer liberar el talento de los demás. Por eso Dios no dice que le entrega la tierra a Josué sino a todo el pueblo de Israel. Liderar un cambio no es una tarea individual sino colectiva. El éxito de un proceso de transformación reside en la capacidad de conectar el talento de toda la organización; por ello, el talento más valioso para liderar el cambio es identificar y liberar el talento de los demás.

El General Ulises S. Grant que según la historia era un devoto cristiano solía decir a sus tropas: “Confía en Dios pero ten seca tu pólvora”. Creo que es un consejo que sigue pertinente en esta época.

En tercer lugar Dios le dice a Josué CONFÍA EN DIOS en tu realidad. “…nadie te podrá hacer frente…”

Se pueden imaginar que gran promesa de parte de Dios para Josué. Ahora esa confianza tiene que ser en las promesas de Dios. Estas promesas tienen dos elementos, a saber, primero las dimensiones y segundo las intenciones. Veamos en primer lugar las dimensiones. La primera dimensión está en la frase “estaré contigo” es la promesa de su presencia. Dios promete caminar con Josué.  La segunda expresión es la expresión “no te dejaré”. Es la promesa de su paciencia. Es decir Dios no solo promete caminar con él, sino que va a caminar al ritmo de él. Tendrá la paciencia de esperarlo cuando se quede rezagado.  La tercera expresión es la expresión “ni te desampararé”. Es la promesa de su providencia. Dios no sólo iba a caminar con él, caminar al ritmo de él, sino proveer para que pueda mantener el ritmo.

El aprendizaje más importante en un proceso de transformación es aprender a aprender de otra manera y a la manera de Dios. Una de las claves para liderar el cambio en la iglesia no será aprender nuevos conceptos, procesos y metodologías,  sino comprender que la forma de aprenderlos será diferente porque Dios está moviéndose diferente. En las iglesias del S.XXI liderar el cambio pasa por aprender a aprender de otra manera. En la iglesia del  S.XXI las nuevas formas  de la conversación es una condición imprescindible para la transformación.  En un mundo  digitalmente conectado, liderar el cambio implica fomentar y multiplicar conversaciones. Para ello, los entornos en forma de tecnología social son vehículos esenciales para transportar las ideas y los comportamientos que aceleran la transformación.

Ahora en segundo lugar veamos las intenciones de las promesas de Dios.

Josué aprendió tres intenciones valiosas por medio de las promesas de Dios. La primera intención es que la voluntad de Dios es la que crece no la suya. La segunda intención es que la presencia de Dios es la que fortalece, no la suya. Y finalmente la tercera es la palabra de Dios es la que enriquece, no la suya.

Ahora bien debemos estar conscientes que si lo único que no cambia es el cambio no hay nada más “seguro” que estar en constante transformación.  La seguridad es la utopía del profesional del S.XXI. Cuanta más estática es la cultura de la iglesia  más inestable se muestra ante un mundo  que cambia a mayor velocidad. La seguridad es un falso llano que solo se puede ascender… cambiando. Y por eso es que debemos tomar los retos de Dios para ese cambio inevitable.

Un buen hace cualquier cosa con tal de llevar a sus pasajeros salvos a casa. Déjeme que le cuente una historia sobre ese principio. Unos pasajeros  volaban por algún lugar sobre el mar camino a Hawái. La auxiliar de vuelo  dijo a los pasajeros que volvieran a sus  asientos porque se aproximaban a una zona de turbulencias. Se trataba de un vuelo problemático y la gente tardó bastante en reaccionar; pero ella les advirtió de nuevo: «Vamos a movernos, así que por seguridad, es mejor que se sienten». Muchos lo hicieron. Pero unos pocos no, así es que ella cambió el tono: «Damas y caballeros, por su bien, ¡vuelvan a sus asientos!» Uno  pensaría que con esa advertencia todos estaría  sentados, pero era evidente que no, porque la próxima voz que se oyó  fue la del piloto: «Este es el capitán Brown», anunció. «Hay algunos pasajeros heridos por ir al baño en lugar de permanecer en sus asientos. Queremos ser bien claros en cuanto a nuestra responsabilidad. Mi trabajo es pasar con ustedes a través de la tormenta. Su trabajo es hacer lo que les digo. ¡Así es que tomen asiento y abróchense los cinturones!»

En ese momento se abrió la puerta del baño y apareció un tipo con el rostro rojo de vergüenza y con una sonrisita tímida se fue a sentar.

Le hago esta pregunta ¿Se equivocó el piloto en lo que hizo? ¿Fue demasiado insensible o poco cortés? No, todo lo contrario. Para él era más importante que el hombre estuviera a salvo aunque avergonzado, que no advertido y herido. Los buenos pilotos hacen lo que sea necesario con tal de llevar a sus pasajeros a casa.

Déjeme decirle que así es Dios. He aquí una pregunta clave: ¿Cuánto quieres que Dios haga para prestarle atención? Si Él tuviera que escoger entre tu seguridad eterna y tu bienestar terrenal, ¿qué crees que escogería? No te apresures en contestar. Piensa un poco. Si Dios te ve de pie cuando deberías estar sentado, si Dios te ve en peligro en lugar de verte a salvo, ¿cuánto quieres que Dios haga para que te preste atención?

¿Y que sí el quieres que cambies? ¿Estarás dispuesto a obedecer mientras te lleva en medio de la turbulencia del cambio? Espero que así sea…es mi oración para ti.

 

…20 de años de ser perdedor…

Hace algunos días se  enfrentó San Marino contra Andorra, dos selecciones nacionales que en su conjunto sumaban más de 160 derrotas consecutivas. Un amistoso que serviría para que una de las dos selecciones pudiera ganar algo y definir a la más perdedora.  En toda su historia, San Marino disputó 138 partidos de los que solo ganó uno, empató cuatro y perdió 133, con 598 goles en contra y 22 a favor. Por su parte, Andorra suma un total 139 partidos, con una marca de tres victorias, 12 empates y 126 derrotas con 386 goles en contra y 38 a favor. Ninguno de los dos equipos ha ganado en más de diez años. Al final la selección de Andorra ganó el partido 2 goles a 0 constituyéndose así la selección de San Marino como la selección más perdedora de todos los tiempos.

A nadie le gusta  perder un juego ni siquiera una partida de cartas. Lo vuelvo a repetir a nadie le gusta perder. A veces la pérdida es una gran cuenta bancaria o finanzas. A veces podemos perder una promoción, una relación  o quizás nuestro trabajo, nuestra salud o algún miembro de la familia  y eso es en la mayoría de las veces extremadamente doloroso. Los cristianos no estamos exentos del dolor, ni de fallar o de fracasar. Esas son las realidades de la Palabra de Dios. Y ese es el tema de los versículos 4:16-7:17. El vrs. 4:2 dice que los israelitas fueron vencidos  y 4 mil hombres murieron. Todos tenían familias y murieron.  Cuando tenemos grandes derrotas  deberíamos preguntarnos  como ellos se preguntaron  en el vrs. 3 ¿Por qué nos ha herido Jehová delante de los filisteos hoy? Pero el problema fue que no esperaron por una respuesta, inmediatamente conciben la solución del problema y se mueven en esa dimensión.  Pero en realidad ese no era el verdadero problema. Ellos dan una respuesta que no es la más exacta que digamos. Lo triste de esto es que algunos responden en su propia vida espiritual de la misma forma. Dicen a lo mejor la solución es porque no estoy involucrado en un grupo de estudio pequeño, quizás necesito memorizar  más las Escrituras. Y oramos rápido con nuestras  soluciones religiosas  y no esperamos respuesta. Y tenemos esperanza que las cosas que hacemos nos darán la victoria que tanto anhelamos en nuestras batallas. Algunas personas podrían pensar que era culpa de Elí, Ofni y Finees pero el salmo 78:56 dice que  dice que toda la nación era culpable de desobediencia y el vrs. 60 dice que dejó que se llevaran en cautiverio su símbolo de poder o sea el arca. En realidad Dios estaba enojado y por eso permitió que murieran los 4000.  Quizás si se hubieran esperado que Dios les respondiera no hubieran hecho caso. Ellos creyeron que con sólo cargar el arca Dios estaba obligado a bendecirlos, pero no buscaron en su corazón el pecado de toda la nación.

Cuando le preguntamos a Dios porque pasamos por este problema, la mayoría de veces tendrá  que ver con pecado en nuestra vida. Si no hago una conexión  entre las derrotas, el fracaso y mi pecado, el asunto y la situación serán peor.

¿Qué aprendemos de asumir espiritualidades que no son correctas? ¿Qué nos pasa cuando nuestras conclusiones espirituales de nuestros problemas están equivocadas?

Primero deberíamos  reconocer que algo pasa. (4:1-9).Si le preguntamos a Dios si hay algo malo que está pasando en mi vida, y que por eso estoy siendo azotado, Dios me responderá.  En ese sentido debo hacer una introspección  para saber que ha ocasionado esto. La primera pregunta que podría hacer para reconocer que algo está pasando es ¿Por qué las cosas están empeorando en lugar de mejorar? Dios puede estarme diciendo  “hey chicos despierten, quiero corregirlos”. Sino reconozco esto, la situación se torna más complicada. Observemos como se empeora la cosa en el pasaje. Cuando llegó el arca, dice el texto “que hubo gran bullicio” pero no es la solución. Mucha gente trata de ahogar su pecado y sus problemas con el bullicio de las fiestas, de las muchedumbres y de la religiosidad. Los filisteos sabían quién era el Dios de Israel.  Si observamos en el vrs. 10 ahora los muertos son 30,000 mil hombres, el arca de Dios capturada y Ofni y Finees murieron. Es decir el día de Israel fue de mal en peor. La segunda  pregunta que podría venir a mi mente cuando estoy experimentando la derrota es ¿las cosas que me están pasando es obra de Dios? Es importante preguntarle a Dios si esto es una disciplina de parte de Él. Alguien podría decir ¿cómo sabes que es una disciplina lo que te está pasando? La verdad que cuando le preguntamos a Dios si es pecado, el no tarda en decirnos que sí y lo pone en nuestras mentes. Si oro y busco a Dios  y no sentimos la amonestación del Espíritu Santo entonces podemos proseguir.  Pero si lo hacemos sinceramente  si esta es una disciplina espiritual  y no esperamos la respuesta de Dios será peor.

En segundo lugar deberíamos reconocer que lo que pasa es transitorio. (4:10-22).  Cuando llegan las noticias, la gente prefiere morir ante que enfrentar la deshonra.  La mujer en el vrs. 21 cuando sabe que ha sido robada la gloria de Dios y el arca del pacto prefiere morir porque su vida carece de sentido sin la gloria de Dios.  Este fue un día muy malo para Israel.  En el 4:17 Elí recibe  cuatro malas noticias, en un momento terrible. Dios siempre trata con nuestro pecado en el momento correcto. ¿Cómo hago que pase mi mal momento con Dios? Simplemente reconociendo tu pecado y cambiando con respecto a él. Si de veras es por mi maldad, sanando mi maldad se puede dar marcha atrás al enojo de Dios.

En tercer lugar deberíamos reconocer que lo que pasa no se soluciona con medidas materiales. (Capítulo 6) En los siguientes capítulos encontramos  una serie de errores y comienzan en el vrs. 1 del capítulo 5.  Llevan el arca desde Eben-Ezer  que significa “hasta aquí nos ayudó Dios” a Asdod que significa: castillo o azote. El arca se convirtió en un azote para los filisteos. Algunas versiones traducen tumores o hemorroides lo que les había pasado a los filisteos. Tratan de solucionar todo el problema de su nación con respecto a la presencia del arca, con soluciones humanas. El primer error es crear un ídolo en lugar de darle la gloria a Dios. Segundo usar un carro nuevo y que según Números 7 es totalmente contrario al carácter de Dios. Y luego en Bet-Semes sacrificaron vacas  y ofrecen a Jehová. ¿Es correcto esto? ¡No!  La ley dice  que jamás se deben sacrificar vacas, sino bueyes. Están en contra  de las reglas de Dios. No se puede sacrificar cualquier animal. En lugar de arreglar el problema ellos están alargando el problema. Y el colmo es que toman los tumores y ratones de oro y la ofrecen al arca. Eso nunca se debió haber hecho. Se quedan con todo, ya que es oro y viene de los filisteos. Era una actitud de codicia.

En cuarto lugar deberíamos reconocer  que lo que pasa se soluciona con medidas espirituales. (Capítulo 7)

La disciplina continuará hasta que busquemos en la revelación de Dios una respuesta.  Allí están las respuestas. Vaya a la gente equivocada y tendrá las respuestas equivocadas. Pasaron 20 años y las cosas quedaron en el aire. El vrs. 2 dice que los israelitas  gemían y suplicaban a Dios ayuda. Pero no están tomando decisiones para enmendar los errores. En lugar de lamentarse ellos deberían haber tenido una actitud de arrepentimiento. Después de 20 años al final dicen: “Hemos pecado contra Yavé”. ¿Por qué esperaron 20 años para llegar a esta conclusión? ¿Por qué nos tardamos tanto en reconocer nuestras faltas? Quizás orgullo, ceguera o religiosidad mal enfocada. Sin embargo al final se dieron cuenta de que esa era la solución. Una vez que reconocen la fuente espiritual de su problema Dios sana la situación.

En el reino de Dios no hemos sido destinados para perder. Ser perdedor no es una de las cosas que Dios quiere para su gente. Muchas veces estamos teniendo problemas serios y no nos damos cuenta que el problema lo ha generado nuestra pobre espiritualidad y nuestro pecado. No podemos esperar 20 años para solucionar un problema espiritual, cuando la solución está al alcance. ¿Quién puede vivir 20 años sabiendo que está mal con Dios y no tratando de solucionarlo? Solamente aquel que no entiende que Dios desea una vida de victoria. Sin embargo una vida de victoria siempre con lleva el hecho de reconocer cuando algo está mal en nuestra vida y al entenderlo solucionarlo. No espere 20 años para volverse a Dios, él está a su alcance hoy mismo.

…Los Juniors evangélicos….

pirruris

 

Hay una corriente  que cada vez más me incomoda entre las iglesias más conocidas de mi país El Salvador.  Por muchos años ha habido líderes cristianos que han levantado imperios  cristianos, negocios evangélicos con el título de Iglesias Evangélicas.  En este país  no son desconocidas  las excentricidades de uno de los líderes más populares evangélicos. Sus actitudes, sus mujeres y su adicción a los temas sexuales no sólo de una manera práctica sino en el púlpito.  Y la manera que ese modelo se perepetua en la práctica de la mayoría de sus seguidores.  Pero quizás eso sería lo más grotesco de varios pastores populares de mi nación. Lo que me preocupa es la proliferación de nuevos líderes que han heredado el imperio  y que se denominan los Juniors. Si uno hace un inventario muchas de estas iglesias hoy la pastorean los hijos de los creadores de esos ministerios. ¿Y quye hace? ¿Cómo lo hacen? Pues simplemente son en su mayoría personas sin un carácter y con mucho poder, debido a que heredaron el poder de sus progenitores.

¿Qué tan dañino es esta práctica?  Lo será si simplemente es un traspaso de negopcio y no un llamamiento de Dios. ¿Cuál es el peligro de heredar un ministerio sin tener un compromiso con Dios? ¿Cuál es el peligro de ser un Junior de Papi  y no un Junior de Dios?

La porción de 1 Samuel 2:12.4:1 nos advierte ese gran peligro.

Me gustaría que lo observaramos desde los dos modelos presentados en este texto.  Primero los Juniors de Elí  y segundo el Junior de Ana.

El primero se podría decir como una herencia sin carácter y el segundo un carácter sin herencia.

En primer lugar veamos la herencia sin carácter.

Si uno observa la Biblia describe a los hijos de Elí de una manera muy directa con respecto a su ética personal y ministerial. El vrs. 12 del capítulo 2  dice una curiosa  frase: “los hijos de Elí”.  No dice Ofni y Finees. Simplemente son hijos del líder  a quién sí menciona. Así que ellos son un reflejo de lo que su padre es. Podemos ver entonces que aquí se habla de un tropiezo  ministerial. En segundo lugar la frase que Dios utiliza en el texto “hombres impíos” y esto se puede tradcuir literalmente como “hijos de Belial”. Belial significa malvado, destrucción. El salmista usa Belial como sinónimo de muerte  (Salmo 18:4). ¡Qué contraste! Son “hijos de Elí” físicamente pero son “hijos de Belial” espirtualmente. Esto es un tropiezo  espiritual. ¿Cómo puede pasar esto?  No sólo era inmoralidad sino que no entrenó a sus hijos para conocer a Dios. Se veía su ausencia de espiritualidad por la forma en que ministraban los sacrificios. Esto hacía tropezar a todos los Israelitas (v.14) y Elí jamás dijo nada. En tercer lugar existía un tropiezo  material. El texto nos hace observar que los hijos de Elí tenían todo. No había carestía, abundaban en bienes. Eran hijo de un sacerdote que tenía toda ventaja material e institucional. Elí tenía hijos que era buenos para nada. El vrs. 22 dice que Elí era “muy viejo” y el pecado de sus hijos ya muy avanzado.  Así que ya era tarde para corregirlo. Dios le envía una palabra profética y le hace varios señalamientos de su mentalidad materialista. Primero le hace ver que las personas que no quieren sacrificarse para Dios son las que olvidan  todo lo que Dios ha hecho por ellas. Nuestras generaciones hoy son más avanzadas , tienen más recursos y tecnología pero paradójicamente tenemos menos impacto en la sociedad que la iglesia emergente del NT.  Y se debe a que olvidamos a lo que Dios ha invertido en nosotros. Y se nos olvida que debemos hacer grandes sacrificios en dependencia de El para hacer la diferencia en este mundo. Dios le encara a Elí diciéndole “mira todo lo que he hecho “ y ¿tú ni siquiera has podido estorbar a tus hijos? Corregir su pecado? ¿Extirpar su rebelión? ¿No pudiste controlar los servicios en el templo? ¿Qué hiciste con lo que te dí?  Por otro lado la frase “engordandoos” es un recriminación de Dios por el hecho de que una de las razones por las que no había estorbado a sus hijos era que el mismo había participado de los beneficios de las prácticas de ellos.  Y Dios le va a pasar la factura. La primera gran meta en mi hogar no es ser un padre “nítido o buena onda” sino promover la santidad en su casa.  ¡No debo amar a mis hijos más que a Dios! Ahora Dios le dice que si el ha honrado más a sus hijos que a El entonces el no tiene porque honrarlo.  Dios le dice “será rechazado” Es decir aquellos que no me quieren serán rechazados no importa su currículo, su estatus, su título su procedencia.  Dios dice “Yo honraré a los que me honran” en otra forma de traducirlo podría decir “Yo daré peso a los que me dan peso a mí”.

Por lo que he estado percibiendo en nuestras iglesias evángelicas, la gente piensa que automáticamente Dios va a respaldar a un Junior porque su padre le haya traspasado el imperio. Pero Dios descarta este tipo de procedimiento.

En segundo lugar veamos la el carácter sin herencia. (2:18)

Samuel por otro lado era diferente  y establecía en medio  de un desastre de hogar como el de Elí. La expresión “y” en el vrs. 18 en realidad en el original es “pero”. Allí está el contraste . Un pequeño que ministra en la presencia del Señor. Lo hace con su vestimenta, su trabajo, y su relación con su familia.  Es curioso que mientras Elí es descuidado con el ministerio de sus hijos, Ana es cuidadosa con el ministerio de Samuel. Elí es un ausente presente, mientras que Ana es una presente ausente.  Según el texto por lo menos Ana sostuvo 5 años a Samuel para que se desarrollara en su servicio a Dios.  El vrs. 7 dice  “Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada” Y es que el principio que se puede establecer aquí que un ministro de carácter es aquel que parte de una relación íntima de cara a cara con Dios. No es suficiente hablar de Dios teniendo heredados los elementos. Es decir hablar de Dios porque se hereda un traje de pastor, una iglesia llena y un ministerio activo no es suficiente para hacer un ministerio de carácter.  Me encanta la expresión del vrs. 10: “se paró” Es ¡Dios en mi cuarto!  Piénselo es inmenso! Dios le dice algo grande. Es demasiado raro que Dios se muestre en tu cuarto y no solo se muestre sino que es el cuarto de un niño y comience a platicarle de lo que va hacer. Y si lo piensa se trata de un niño de apenas 12 años. Lo hace con este chico ¿Y quién es este chico? Es el hijo de una madre quebrantada, dañada que estaba comprometida  y que dijo “yo voy hace una diferencia con mi vida y con la de mi hijo”. En contraste , que los hijos de Elí tenían todo, que no tenían ninguan carestía, y abundaban en bienes  encontrmoa a una mujer  que hacía sacrificios para sostener a su hijo y poroveerle para el minsiterios. Si nota el texto dice que ella “hacía” una túnica. No dice que “compraba”. He aquí unos sacerdotes que tienen toda la ventaja están a punto de ser sustituidos por un niño que no tiene gran ventaja pero que ama a Dios.

¿Qué es más importante la herencia evangélica ministerial sin carácter espiritual? O la ¿el carácter espiritual sin herencia evangélica?  Pues por lo que este pasaje ha mostrado es lo último lo más valioso.

¿Qué le depara a la Iglesia evangélica con este fenómeno de los Juniors que heredan un imperio evangélico? Bueno si lo han heredado sin carácter serán sustituidos por los que tienen carácter  y no han heredado nada. Así sea…soli deo glori…

Tres convicciones en tiempo de esterilidad…

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Es bueno ser cristiano  pero a veces o quizás la mayoría de veces es muy difícil. Mucha gente nos impresiona con discursos como si todo estuviera bien en su vida y andan caminando entre las nubes. A veces es pura farsa y está lejos de la realidad. La vida cristiana muchos tiempos en los cuales son etapas difíciles. Cuando la oposición viene a la vida de los creyentes, es doblemente doloroso  e incomprensible. Es muy difícil de encontrarle una respuesta al porque esos tiempos difíciles. Es una pesadilla experimentar la dificultad, sentir que me estoy hundiendo y sin embargo Dios no hace nada. Es muy doloroso experimentar muchas veces que el Dios que te salvó del pecado, muchas veces no está dispuesto a salvarte  de las luchas no del dolor de las pruebas. ¿x qué? Muchas veces las penas que llevamos son día tras día, semana tras semana, mes tras mes y años tras años. Le clamamos a Dios y le decimos llévate esto por favor, y Dios parece decir: “te voy a dejar allí y no voy hacer nada” Eso parece ser cruel y es una de las razones principales  por las cuales la gente comienzan a tener crisis de fe.  Pueda ser que la vida de algunos sea maravillosa, pero le garantizo que tarde o temprano habrá  tiempos difíciles que deberemos enfrentar.

En el 1 Libro de Samuel  encontramos la historia de Ana, en donde por años su vida era injusta y Dios no hacía nada.

La convicción de una Perspectiva Mayor en la vida.

Uno, Ana estaba cerca de Dios pero Dios estaba lejos de ella.  Su plan es prioritario. Es interesante que Ana se dirige a Dios por su nombre y no por su título. Usa Jehová, y cuando se usa el nombre de Dios es más importante que usar un título. ¿Por qué Dios hace eso? ¿Por qué los que están más cercanos “no tienen”?

Dos,  Ana  era preferida pero no querida. Su presencia es prioritaria. Este tipo de experiencia se podía incluso asociar con el trato de Dios. Penina que era una mujer con actitudes dañinas tenía hijos pero ella no. ¿Por qué Dios le da a otros y no a mí? ¿Será que sentía lo mismo con Dios y por eso tenía amargura? ¿Qué es lo que más te importa de mí Dios? ¿Qué tan querido uno se siente por los que dicen amarlo a uno? Porque uno puede experimentar aprecio pero no un aprecio total.

Tres,  Ana deseaba y Dios cerraba. Su promesa es prioritaria.  Dice el texto que “Dios no le había concedido tener hijos”. El término en hebreo es “cerrar”, es la expresión hebrea “sagar” que significa clausurar, encerrar, aprisionar. El uso más generalizado  del verbo indica “el cierre de puertas y portones”. Génesis 19:10 y Josué 2:7. El sentido más extremo aparece en Job 11:10. El texto dice que el cerró el vientre. Lo que viene a demostrar que no es una esterilidad orgánica sino teológica. ¿Por qué Dios hace esto? Pues es obvio que lo hace con una perspectiva mayor. En medio de la esterilidad y los problemas de la vida debemos tener una perspectiva mayor tal como la tiene Dios. En este momento no hay ninguna evidencia que Ana se imaginara lo que Dios estaba haciendo. Dios sabía que llegaría un momento en que Israel pidiera un rey, pero antes de eso Dios tenía que levantar un profeta. Samuel sería el prototipo del profeta, el ADN de todos los modelos proféticos de Israel. Dios tenía un plan mayor y no tenía tiempo para dar explicaciones de porque estaba haciendo eso en la vida de Ana. C. S. Lewis escribió en un libro sobre la pérdida de su esposa lo siguiente: “Dios es una buena persona, por tanto lo que sufro, debe ser parte de un plan superior o de lo contrario Dios sería malo”. Por fe debo decir que cuando no veo a Dios  en mis pruebas: “Dios está haciendo algo grande”. Esa es la perspectiva correcta.

La convicción de la Persona correcta en la Vida

 Debemos entender que en esta vida, sólo hay uno que puede consolarlo. No espere mucho de la gente, Dios puede usar la gente pero la solución no está  en el terapeuta, el amigo, la mamá o en el esposo. Si realmente queremos encontrar fuerza, poder y ánimo mientras estamos confrontando los hechos de la vida lo encontramos en oración y comunión con Dios. Ana no halló consuelo en las cosas, no halló consuelo en el matrimonio, no hallo consuelo en el esposo y no halló consuelo en el sacerdote Elí. Tendemos a descuidar nuestra vida de oración cuando estamos desconsolados. El dolor seca nuestra vida de oración, pero cuando de veras oramos, derramamos  nuestra alma al Señor y encontramos confort  y descanso y así lo hizo Ana. La expresión aparece en el vrs. 18 “no estuvo más triste”. La expresión “paneim” significa rostro. La expresión se debe traducir  “ya no pareció la misma” o “su cara tenía otro aspecto”. Aunque todavía no tenía hijo, pero si había engendrado una promesa. Estaba “embarazada de la promesa”. Al derramar su alma se refiere a constancia e intensidad. Quizás eso es lo que Dios quería, mejorar la vida de oración, la constancia y la intensidad de esa disciplina.

La convicción la Promesa correcta en la Vida

En medio del dolor Ana hizo una promesa. El verdadero reto está aquí  (v.22) La frase “solamente Jehová cumpla su palabra”, está escrita de una manera interesante en el hebreo. Se puede traducir “Haga El Señor tu palabra buena”. Parece que es un recordatorio para que Ana no se olvide cumplirle a Dios una vez que ella tenga a su hijo.  Ana tuvo muchas razones para no cumplir su voto.  Pudo haber esperado un poco más antes de enviarlo. Recuerde que la promesa de Ana se la hizo a Dios y no hay una evidencia que Dio le haya respondido de que aceptaba el hecho de que Samuel se dedicaría al ministerio.  A pesar de ese silencio de Dios, Ana no se olvida cumplir su palabra y promesa hecha a Dios.

Dios toma nuestros compromisos seriamente. Debemos ser fieles a Dios cuando él es fiel con nosotros. Ana nos demuestra que Dios responde nuestras oraciones. Es tiempo de grandes oraciones  y acciones de gracias a Dios.