En tercer lugar Pablo no solo agudizó su visión espiritual, definió su posición espiritual sino que predicó la verdad espiritual.
En estos versos se encuentra el contenido del mensaje presentado por Pablo, la cual enfatiza tres elementos fundamentales: la verdad que proclama el cristianismo, la verdad en cuanto a Dios, y en cuanto al hombre y en cuanto a la salvación.
Primero, La verdad en cuanto a Dios.
Se puede observar que Pablo no comenzó su presentación con la cruz, así como solía hacer en otros lugares. Sino con la perspectiva cristiana sobre Dios y el hombre. Las enseñanzas de los estoicos y los epicúreos le confrontaban a Pablo con dos verdades distorsionadas en cuanto a Dios. «Los epicúreos enfatizaban la trascendencia o separación absoluta entre Dios, o los dioses, y el mundo creado hasta tal punto que a los dioses no les interesaban para nada ni el mundo ni el hombre. Para ellos no había posibilidad alguna de entrar en relación personal con Dios. Era imposible para ellos conocer a Dios o a alguno de los dioses. Al otro lado, los estoicos eran panteístas y creían que Dios es totalmente inmanente y envuelto en el mundo, en el sentido que no hay nada de Dios fuera del mundo. Para ellos Dios era solamente el «alma» racional del cosmos. Es vital para nosotros descubrir cómo Pablo combatía estas ideas ya que han resurgido en nuestra época. En el pensamiento popular, persiste el concepto deísta de un Dios que inició al mundo como el relojero hace funcionar al reloj y luego no lo ve jamás. Simultáneamente, en nuestra época, el panteísmo de las religiones orientales y la Nueva Era ejerce una influencia enorme. Estas ideas tienen en común la despersonalización de Dios. Dios llega a ser simplemente una palabra para referirnos a todo lo que no comprendemos en cuanto al mundo. De todas maneras, según estos conceptos, es imposible entrar en relación personal con Dios. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas.
Pablo en estos dos versos afirma tres verdades en cuanto a Dios. Enfatizando su verdadera trascendencia, su verdadera inmanencia y su verdadera competencia. Es decir Dios es tanto personal como sin límites. Dios es trascendente porque creó el mundo, cuando dice: todas las cosas que en él hay v.24. Está acentuando el orden de la creación, que halla su origen en un solo Dios personal. Por tanto, no depende del cosmos ni del hombre para su existencia, sus planes o su poder. Al contrario el universo y la raza humana dependen totalmente de él v.24,25. Dios también es inmanente en su creación. No es cierto que lo ha puesto a funcionar como un relojero y luego lo abandonó. Dios está obrando continuamente en el universo sosteniendo la vida v.25, y desenvolviendo sus propósitos soberanos. Pero Dios es competente porque es Creador de todo y no necesita ayuda del ser humano ni de nadie.
Segundo la verdad en cuanto al hombre. Vs.26-28.
26Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. En estos versos Pablo presenta de un Dios que se reveló a nosotros como un Dios glorioso y no un Dios que no sobresale por encima del ser humano. Prosiguiendo Pablo su discurso y declarando otros principios fundamentales del cristianismo. El Dios principal creó a sus «hijos» únicos, la raza humana, para entrar en relación personal consigo. Se puede encontrarse cuatro elementos.
La creación de la raza humana. Dios ha hecho a todas las naciones de la humanidad del primer ser humano Adán. Esta enseñanza es el único antídoto al racismo cualquiera que sea la forma que tome, sea la ateniense antigua, la fascista moderna o la del apartheid. No hay razas distintas de negros, blancos, arios o judíos. Hay una sola raza humana con un ancestro común a todos los hombres, Adán. Ni el evolucionismo ni el humanismo tiene respuesta tan radical al racismo. Al contrario la semilla del racismo está en ambos. «los atenienses dividían a los habitantes del mundo en dos categoría: griegos y bárbaros. Todo aquel que a nacido en Grecia era considerado un bárbaro.»[12]
La providencia de la raza humana. Dios gobierna su creación y especialmente el desarrollo de las razas y naciones. EL determinó para estas naciones el orden de los tiempos y los límites de su habitación. Es decir, Dios mismo está en todo el control definiendo sus épocas y sus fronteras. Los griegos enseñaban que ellos habían tenido su origen en la tierra en la cual habitaban. La enseñanza de Pablo, entonces, entra en conflicto con las teorías griegas del origen del hombre; pero Pablo reemplaza aquella teoría defectuosa con la revelación de Dios sobre la descendencia del hombre.
El propósito de la raza humana. Según Pablo Dios expresó un doble propósito para la raza humana, para que habitaran en la tierra y buscaran a Dios. Dios creo al hombre para que, al hombre le adore.
La presencia en la raza humana. Pablo toca un dogma de la religión de los estoicos cuando dice: …aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. Pablo da a conocer que los Atenienses, quería que palpando pudiesen hallarle, mientras Dios estaba al alcance de ellos y puedan encontrarle sin necesidad de toca o ver el objeto venerado. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. Una de las razones por las cuales cito a dos poetas griegos fue porque dado el nivel intelectual y cultural al que se enfrentaba, al citar poetas que ellos seguramente conocían y habían estudiado, era una forma de interesarlos más en el sermón. Además de generar cierto respeto hacía Pablo al demostrar que él también conocía. «Estos dos poetas griegos como Cretense Epimédides. Afirmaban acerca de Zeus que el era Señor. El otro poeta es Arato de Soles escribió un poema en honor de Zeus. Al citar estos poetas Pablo no eta insistiendo que está de acuerdo con el contexto pagano en el cual surgieron esas citas. Sino, está usando aquellas frases como complemento a su enseñanza.
Tercero la verdad en cuanto a la salvación. Vs. 29 – 31 29Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres.” Pablo da su aplicación de quien es exactamente el hombre y como debe ser. Que el hombre es creación perfecta de Dios. Por tanto, el hombre debe mirar a Dios con perspectiva divina y no humana. El hombre no debería imaginarse de Dios con forma de hombre así adorarlo haciendo de él imágenes de oro, plata, o piedra. Lo que Pablo escogió para diferenciar entre Dios e ídolo, es que habla de objetos impersonales. Después de las declaraciones Pablo llegó al punto principal de su discurso con las buenas noticias de la misericordia de Dios. Sus palabras son pocas, pero está claro que resaltan tres aspectos importantes. Dios ha designado a un hombre para resolver el problema de nuestro pecado, ha provisto evidencia objetiva de esta labor en levantarlo de entre los muertos, y por lo tanto ordena a todos en todo lugar a arrepentirse, este es el mandamiento divino que nadie puede correr riesgo de pasar por alto. Los filósofos atenienses, entre los cuales está platón, habían desarrollado una doctrina de la inmortalidad del alma. Ellos razonaron que el alma inmigra a otro lugar pero que la muerte termina con la existencia física del hombre. Los atenienses rechazan su enseñanza de una resurrección física, porque la idea de una resurrección general en los últimos tiempos es rara para los griegos, para ellos es algo sin sentido.
Había un pequeño número que creyeron en su discurso de Pablo. Dionisio probablemente este hombre era un juez que trabajaba allí, una mujer desconocida Damaris y otros que no son mencionados. Se puede notarse muy claro la teología que maneja Pablo en este pasaje, Habla de un Dios personal, de un Dios trino aunque no se menciona directamente pero se puede deducir. Cuando habla en vs.24-25. Dios, Señor, Aliento. Habla de un Dios creador del hombre y del procede todo. Menciona de que Dios envió a su hijo (esto no se menciona directamente) para que pase por alto su pecado del hombre y juzgar el día final.
Al pensar en este pasaje y en lo que enseña uno puede darse cuenta de cuatro aplicaciones.
Primero aunque la oposición venga de diferentes sectores, en el fondo apunta a lo mismo: menosprecio hacia Cristo.
El evangelio (de Cristo crucificado) es «para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura» 1 Cor.1:23. Sin embargo, Dios siempre preservará a un pueblo que pondrá fe en su Palabra, siendo esta fe su propia obra en el corazón. Aunque los hombres malvados intentaron desacreditar el evangelio y a los mensajeros de éste, tanto en Tesalónica como en Berea hubieron personas que creyeron en Jesús como el Cristo. El estudio de la Escritura debe ser una práctica constante; sólo así desaparecen las dudas y se fortalece la fe en Jesucristo. Pablo y Silas llegaron hasta Berea. En la sinagoga se encontraron con judíos que recibieron con solicitud la Palabra, a la vez que escudriñaban cada día la Escritura para comprobar si lo que Pablo hablaba acerca de Jesús como el Cristo era realmente así. Sería una verdadera muestra de crecimiento espiritual que los hombres se entreguen al estudio diligente de la Palabra; pero al contrario de esto, vemos cómo muchos creyentes se han entregado a la ociosidad, conformándose sólo con lo que escuchan; ni si quiera existe el discernimiento para juzgar lo que se está predicando, viendo si ello realmente tiene asidero bíblico. Es peligroso cuando los creyentes aceptan todo sin investigar ellos mismos, pues de esa manera también están abiertos a la influencia de errores y de falsos profetas y maestros.
Segundo, Pablo vio la idolatría, se enojó al verla y… predicó.
El fuego se enciende sólo si sabemos «ver» bien. Pablo no visitó Atenas como turista con interés histórico sino como apóstol que tiene gran preocupación por la vida perdida de la gente. La idolatría reinante en Atenas encendió el celo por Dios en el apóstol Pablo. Es por esta razón que con gran pasión se entrega a la predicación del evangelio que habla del único Dios verdadero y de su Hijo Jesucristo. Asimismo nosotros, no podemos ser insensibles a la inmensa idolatría que existe en el mundo y sobre todo en este país El Salvador con una “beatificación de un santo”, estamos en un contexto donde el pluralismo abunda, donde la verdad es negada, donde el evangelio es tomado sólo por nombre como todo tipo de licencia para pecar. Idolatría es poner cualquier persona o cosa en el lugar de Dios, sean grandes personajes, «ídolos», o también cosas `inocentes’ como nuestra carrera, auto, posesiones, familia, trabajo, o auto vanagloria. ¿Sabemos «ver» bien cómo vive la gente? ¿Sabemos discernir la idolatría incluso a menudo hasta en la misma iglesia? Ante todo esto, ¿cuál es nuestra actitud?, ¿enardece nuestro espíritu ver tanta incredulidad e idolatría a nuestro alrededor? Si la respuesta de Pablo a los males de Atenas fue la predicación del evangelio, entonces igual debe ser la nuestra para desenmascarar el pecado del hombre y llevarlo al señorío de Cristo.
Tercero, nuestra predicación del evangelio no debe ocultar aquellos temas que resultan chocantes para el mundo.
El punto de partida de la predicación del apóstol Pablo es el altar erigido al Dios no conocido. Pero no debemos creer que la religiosidad en el hombre es un apoyo para el evangelismo, al contrario, es un enemigo tenaz de la verdadera conversión, y que por lo tanto hay que atacar fuertemente como algo que no da respuesta a las inquietudes del ser humano. Pablo les dice a filósofos y gente de la ciudad, que el Dios que ellos no conocen es el Dios que él anuncia; siendo Él, el creador de todo. Su predicación parece tener mucha aceptación, hasta que toca el tema de la resurrección de
Jesús, como el del juicio venidero. Esto hizo que los filósofos presentes allí se burlarán. Esto nos muestra que aunque Pablo sabía del rechazo a lo sobrenatural que había en estas escuelas filosóficas de Atenas, igual predicó todo el mensaje de Dios. A veces se predica la Palabra y no se quiere hablar de los temas que el hombre no puede ni quiere aceptar, como por ejemplo el infierno, el juicio y la idolatría, y otros asuntos que por lo general algunos creyentes deciden dejar fuera de la predicación. ¿Hacemos esto nosotros?
Cuarto, debemos tener bien claro que la fe no proviene de abajo, de la religiosidad del hombre; sino sólo de arriba, del Espíritu Santo.
La religiosidad del hombre conduce a la idolatría; la revelación de Dios, a la verdadera adoración. La cruz de Jesús es tropiezo para los judíos, ya que declara que nuestras obras no tienen valor en el juicio de Dios; para los griegos la cruz y la resurrección de Jesús es locura, porque no pueden comprender la razón por la cual Dios se reveló a través de un hombre, Jesús, su propio Hijo. Sin embargo, debemos predicar «esta locura», creyendo que Dios abrirá paso al corazón del hombre, para que el evangelio halle fe en él.
Como se ha visto en este pasaje muestra un arduo amor o pasión por predicar el evangelio el evangelio, Pablo decía, ¡ay de mí ¡sino predicara el evangelio. También aconsejaba a Timoteo para que predique a tiempo y fuera de tiempo. Pablo no perdió su tiempo aun cuando estaba de pasada por Atenas, sino estaba ocupado en los negocios de su padre celestial. Esta presentación del evangelio de pablo nos es un modelo para llegar a la gente de clase alta, donde ahora no se atreve casi nadie a predicar o hacer alcanzar el evangelio a los líderes de los pueblos, a los políticos y autoridades. Así lo mismo es un modelo para introducir el evangelio de Cristo crucificado en este mundo de cambios. La gente de hoy está en busca de cosas nuevas, oír cosas nuevas, experimentar cosas nuevas, así lo mismo como en Atenas donde sólo les gustaba escuchar cosa nueva es la realidad que se vive hoy. La predicación de Pablo en Atenas fue magnífica, sin temor a los arrestos, de los judíos, se encuentra frente a dos diferentes filosofías, los epicúreos y estoicos, en un Areópago. Donde Dios es el creador de todas las cosas, que en el subsisten todo, que el da vida y aliento, Dios no es hecho por manos de hombres, tampoco es forma de oro, plata. Sino un Dios que no conocen los atenienses. A ese Dios Pablo presentó. También aquel Dios que Pablo predicó tuvo un enviado el cual pasó por alto todos los pecados y un día juzgará cuando los muertos resuciten. Cuando Pablo mencionó sobre la resurrección los sabios se enfurecieron y se burlaron. Pero la palabra de Dios nunca vuelve vacía. De entre ellos había un integrante de Areópago y una mujer que creyeron en Dios. No será muchos pero la Palabra de Dios enfrentará una cultura idólatra siempre.