«Llevando el curso de oyente»

Una de las cosas más frustrantes para mi cuando predico en mi congregación es ver a los hermanos aburridos y pendientes de otras cosas que de  lo que estoy predicando. Algunas veces no culpo a las personas que se aburran en las predicaciones de algunos, porque sinceramente la mayoría de los predicadores son aburridos y sin contenido. Pero cuando te esmeras por enseñar la verdad, y dar dinámicamente un buen contenido no deja uno de sentirse desanimado.

Antes algunas preguntas…

¡Sé honesto! ¿Te has sentido «espiritualmente aburrido» recientemente?  Si Jesús te preguntara la razón de tu aburrimiento, ¿qué le dirías?  Haz una lista de los pasos que podrías tomar para eliminar el aburrimiento espiritual de tu vida.

¿Alguna vez te aburres de la iglesia o de tu vida espiritual? Si dices: «Sí, me aburro de mi vida espiritual todo el tiempo», quiero ayudarte a entender la raíz de ese aburrimiento espiritual.

Hay una razón principal por la que las personas se aburren espiritualmente. Es muy simple: tienen conocimiento sin aplicación y eso  eventualmente se vuelve aburrido e insatisfactorio, cada vez. Si todo lo que haces es sentarte y escuchar, escuchar y escuchar la Palabra sin siquiera tomar medidas para aplicarla a tu vida, pronto llegarás a un lugar donde has escuchado, escuchado y escuchado tanto de la Palabra que estás harto de escucharla. En lugar de anticipar lo que podrías recibir del Señor, pensarás: ¡Oh, no, otro sermón!

¡Pero el problema no es la Palabra! La Palabra de Dios estaba destinada a ser puesta en práctica. Así que si te sientas y escuchas más y más sermones, reuniendo más y más información pero nunca estás actuando sobre lo que has escuchado, ¡eventualmente te volverás tan sobresaturado que no querrás escuchar más! Si esto te describe, es probable que estés cansado de escuchar la misma Palabra una y otra vez. Probablemente desees que alguien venga a predicarte o enseñarte algo que nunca has escuchado antes. Es posible que incluso te encuentres deambulando de iglesia en iglesia, buscando a alguien o algo que le dé vida a tu vida espiritual. Sin embargo, el problema no es la iglesia, tu pastor o el tipo de predicación que estás escuchando. ¡El problema eres tú! Tú estás aburrido porque  tú no estás poniendo en práctica la Palabra que  has oído predicar.

Déjame decirte la verdad: si simplemente haces lo que ya te han dicho que hagas, ¡no tendrás tiempo para aburrirte! Aplicar la Palabra que ya conoces requerirá que tengas una vida seria de oración. Requerirá una gran disciplina; exigirá que aprendas a crucificar tu carne. De hecho, caminar en el tipo de obediencia que Dios espera de ti tomará cada gramo de tu enfoque. ¡Estarás tan ocupado tratando de obedecer lo que ya has oído predicar que nunca tendrás un momento para aburrirte!

Ahora bien, esta es la razón por la que Santiago 1:22 nos dice: «Mas sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos».

Fíjate especialmente en las palabras «sólo oidores» en el versículo anterior. Estas palabras están tomadas de la palabra griega akroates, que se usaba en la época griega clásica para describir a las personas que asistían a una clase solo de oyentes  en lugar de tomarla como crédito. En otras palabras, estas personas no asistían  a la clase para recibir crédito por el curso. Simplemente estaban allí para escuchar la conferencia, pensar en lo que se enseñaba y luego discutirlo con sus amigos. ¡Pero no tenían intención de aplicar realmente lo que escucharon!

Además de ser intelectualmente estimulantes, estas conferencias podían ser bastante entretenidas. Así que estos «oyentes solamente» iban de reunión en reunión porque les encantaban los oradores especiales y la emoción de escuchar algo que no habían escuchado antes. A veces seguían a sus oradores favoritos de ciudad en ciudad. Aunque los «oyentes solamente» no tenían intención de aplicar nada de lo que escuchaban, les encantaba reunir nueva información que los hiciera parecer conocedores a los ojos de otras personas. Amaban asistir a las reuniones para estar con la multitud, reírse o simplemente escuchar algo nuevo. Pero nunca pusieron en práctica lo que oyeron, porque eran «sólo oyentes». No escuchaban los mensajes que escuchaban para obtener crédito por ello, ¡sino simplemente para pasar un buen rato!

Esto significa que Santiago 1:22 transmite esta idea: «No seáis como los que asisten a las reuniones y escuchan sermones con el único propósito de estar con la multitud o de recoger información que los haga parecer inteligentes a los ojos de otras personas…» Puesto que este es el trasfondo de la frase «solo oidores» usada en Santiago 1:22, debemos mirarnos bien a nosotros mismos y preguntarnos: ¿Estoy hablando en serio acerca de la Palabra de Dios y su aplicación en mi vida? ¿O soy simplemente un «oyente» que no tiene intención de practicar la Palabra? ¿Estoy haciendo algo con la Palabra que he oído predicar, o estoy entre los que escuchan la Palabra pero no actúan de acuerdo con lo que han escuchado? ¿Me considera Dios un oyente o un hacedor de la Palabra?

El hecho es que muchas personas asisten a la iglesia regularmente, van a reuniones especiales, leen libros, escuchan grabaciones de enseñanza y ven televisión cristiana sin parar. Han visto mucho, han oído mucho y realmente saben mucho, pero no hacen nada con lo que han escuchado. Es por eso por lo que eventualmente se aburren con los asuntos espirituales. No han actuado sobre la base de lo que han escuchado ni han puesto en práctica la información que han recopilado; por lo tanto, se han sobresaturado y se han entumecido espiritualmente. No dejes que esto te pase a ti. Toma la decisión de ser un «hacedor de la Palabra y no solo un oyente». Recibe en lo profundo de tu corazón las verdades que has escuchado predicar a lo largo de los años y deja que comiencen a trabajar en tu vida. Puedes estar seguro de una cosa: Si determinas obedecer cada verdad bíblica que se te ha predicado, ¡nunca más tendrás tiempo para aburrirte espiritualmente!

Porque no oramos juntos… Señor, te pido que me ayudes a convertirme en un hacedor de la Palabra y no solo en un oyente. Perdóname por las veces que he escuchado la Palabra de Dios predicada con poder e incluso he dicho «Amén» al mensaje, pero no he logrado salir de la verdad que escuché o hacerla parte de mi vida. A partir de hoy, tomo la decisión de ser un hacedor de la Palabra de Dios. ¡Espíritu Santo, dame la fuerza y la energía divina que necesito para tomar la Palabra que escucho o leo y ponerla en práctica en mi vida! ¡Oro esto en el nombre de Jesús!

Haz tu declaración de fe…Declaro que soy un hacedor de la Palabra de Dios. Estoy entre los que escuchan la Palabra e inmediatamente la aplican a sus vidas. Experimento el poder del Espíritu de Dios en mi vida debido a mi obediencia para caminar en lo que Dios me ha revelado. ¡Declaro esto por fe en el nombre de Jesús!

«Un Red Bull…espiritual…»

No sé si ustedes han visto el anuncio de la bebida energizante Red Bull. La idea del anuncio se enfoca en que si tomas la bebida podrás hasta volar. Por eso el lema: “Red Bull te da alas”…¿Será que en la vida espiritual habrá algún energizante que te da alas para seguir?

Unas preguntas antes de empezar…

 ¿Alguna vez te has encontrado con momentos en tu vida en los que sientes que te has topado con una pared y no puedes ir más allá? ¿Cómo respondes normalmente a momentos como estos? ¿Sientes que has perdido toda energía espiritual?

Pues déjame contarte que…

A veces todo el mundo se cansa físicamente y se agota mentalmente. Sin embargo, algunos creyentes, independientemente de cuánto tiempo o cuán duro trabajen, parecen tener la habilidad, la fortaleza, la determinación y la voluntad para seguir adelante, incluso cuando todos los demás apenas pueden dar un paso más.

¿Alguna vez has conocido a alguien así? ¿Te has preguntado, ¿Cómo rayos puede esa persona seguir de la manera en que lo hace? ¿Podría ser que esta persona haya aprendido a aprovechar una fuente de poder sobrenatural?

Bueno, ¡el mismo suministro inagotable de energía está disponible para nosotros!

En Filipenses 1:19, Pablo habló acerca de este tipo de poder: «Porque yo sé que esto se convertirá en mi salvación por medio de vuestra oración y de la provisión del Espíritu de Jesucristo».

El tesoro especialmente que quiero que noten  está en la palabra «proveer» en este versículo. Es la palabra griega epichoregeo. Para aquellos que leen griego, esta palabra parece una elección extraña para Pablo. Sin embargo, después de reflexionar sobre el uso original de esta palabra, ¡hace que este versículo sea muy emocionante!

La palabra epichoregeo es una palabra antigua que significa literalmente “a favor del coro”. Sé que esto suena peculiar, así que permítanme explicar de dónde vino esta palabra y por qué Pablo la usa aquí.

Hace miles de años, en la Grecia clásica, una gran compañía coral y dramática practicaba sin cesar para una enorme e importante representación teatral. Después de dedicar una gran cantidad de tiempo, esfuerzo, energía y ensayos, finalmente llegaba  el momento en que el programa debía terminar y todos los actores estaban en la obligación de  continuar con su viaje de gira. Pero  hubo un gran problema: ¡se quedaron sin dinero!

Ahora bien, deben recordar que estas personas habían entregado sus vidas a esta producción. Habían comprometido todos sus recursos para asegurarse de que la actuación tuviera éxito. Pero debido a que se quedaron sin financiamiento, significaba que el espectáculo había terminado, ¡estaban en bancarrota para seguir! Es decir se quedaron sin opciones antes de que la gira prevista terminara. Así que según todas las apariencias, era el final del camino para ellos y su sueño.

En ese preciso momento, un hombre rico se enteró de su crisis e intervino en la situación por lo que  hizo una gran contribución financiera en nombre del coro, a favor del coro. ¡Esta contribución «suministró» todo lo que necesitaban para volver al negocio! De hecho, el regalo que el hombre dio fue tan enorme que fue más de lo que necesitaban o sabían gastar. La contribución de este hombre fue excesivamente grande, abundante, desbordante y abrumadora.

¡Es de aquí de donde obtenemos la palabra «proveer» en Filipenses 1:19. El versículo describe la enorme contribución del Espíritu que Jesucristo quiere darnos a ti y a mí!

A la luz de esto, Filipenses 1:19 podría entenderse en el sentido de: «Estoy seguro de que esta situación finalmente cambiará y resultará en mi liberación. Estoy seguro de ello, primero, porque estás orando por mí; y segundo, por la contribución generosa y  especial del Espíritu que Jesucristo está donando para mi causa actual».

Esto significa que cuando te has quedado sin fuerzas; cuando has dado tu mejor esfuerzo y sientes que no te queda ni un gramo más de energía para dar; cuando parece que tus recursos se han agotado y no puedes dar un paso más a menos que alguien intervenga para ayudarte, ¡ese es exactamente el momento en que Jesucristo se convierte en tu Benefactor personal!

Al igual que el hombre rico de la historia anterior, Jesús entra en tu vida en ese momento para donar una contribución masiva, abrumadora y generosa de la gracia y el poder del Espíritu para tu causa. Jesús es tu rico Benefactor. ¡Él tiene más fuerza y poder para darte de lo que jamás podrás usar!

Si eres débil, Él tiene precisamente lo que necesitas para levantarte, recargarte y ponerte en marcha de nuevo. Si le abres tu corazón ahora mismo, Jesús te dará una nueva contribución del poder del Espíritu, ¡y será más que suficiente para ponerte de pie y volver a la gira de tu vida! Así que cuando tu voluntad humana natural esté demasiado cansada para seguir adelante y hayas agotado todos tus recursos, deja que Jesús te refuerce con una nueva «provisión del Espíritu» que te dará toda la fuerza que necesites. Solo abre tu corazón a la ayuda del Espíritu Santo hoy. ¡Permítele que te llene con un suministro de poder tan grande que ni siquiera podrías comenzar a usarlo todo!

Porque no oras conmigo… Señor, me doy cuenta de que no tengo suficiente fuerza por mí mismo para hacer lo que Tú me has pedido que haga. Hoy te pido que dones un nuevo suministro de Tu Espíritu a mi vida. En este momento, abro mi corazón y te pido que llenes cada rincón y grieta de mi vida con el poder del Espíritu Santo para que pueda volver a ponerme de pie y cumplir lo que me has dicho que haga. ¡Oro esto en el nombre de Jesús!

Te invito a hacer también una declaración de fe…Declaro por fe que soy rellenado y recargado con el Espíritu de Dios. No hay falta de fuerza en mí porque Jesús continuamente provee una gran provisión del Espíritu en mi vida que me da poder para lograr todo lo que necesito hacer. ¡No hay excusa para que falle o me detenga antes de las metas que Dios me ha dado para mi vida, porque en el Espíritu de Dios hay suficiente fuerza y poder sobrenatural para energizarme para terminar mi asignación divina! ¡Declaro esto por fe en el nombre de Jesús!

«…no se duerma…»

Creo que una de las torturas más grandes que uno puede pasar es el hecho de tener mucho sueño y no poder dormirse. En un antiguo ministerio que tuve me veía en la necesidad de conducir por toda la parte norte de mi país. Eran horas y horas de manejo. En tres ocasiones me dormí al volante debido al cansancio. De esos incidentes me cree la reputación de que me duermo con facilidad cuando estoy cansado y manejando. Y en realidad para serles honesto, es verdad. Mi esposa se angustia cuando me ve manejar y cabecear. Siempre está pendiente para despertarme en caso de que me duerma. Y es que es una cosa dura tener mucho sueño al volante.  Siempre que me pasa hay alguien que me dice “No se duerma”.

Dormirse  cuando se debe estar despierto y por sobre todo cuando es peligroso es dormirse es una de las cosas más problemáticas a la que podemos estar expuestos.

En Mateo 25:1-13 encontramos el mismo peligro de dormirse y no estar preparado para los momentos más trascendentales de la experiencia espiritual.

En este pasaje encontramos a lo menos cuatro figuras de no estar preparados para los momentos espirituales donde debemos estar muy atentos. Observemos estas figuras que aparecen.

En primer lugar encontramos una  figura de comparación.

Mateo 25:1-2 dice “El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.”

La parábola de las diez vírgenes se sitúa en el Evangelio de Mateo inmediatamente después del sermón escatológico de Jesús o también conocido como el pequeño apocalipsis sinóptico. Inmediatamente después de la explicación del Señor Jesús acerca de su segunda venida en el capítulo 24, el Señor presenta dos parábolas acerca del reino de los cielos, la parábola de las diez vírgenes y la parábola de los talentos y posteriormente el juicio a las naciones (Mateo 25:31-46). Jesús utilizó en esta parábola la descripción de una típica boda judía de la época. Era costumbre en los tiempos de Jesús que el novio, acompañado de sus amigos, fuera a altas horas de la noche a la casa de la novia. Allí le esperaba la novia con sus damas de honor (las vírgenes), que, al ser avisadas de la aproximación del novio, debían salir con sus lámparas para iluminar el camino del novio hasta la casa, donde tendría lugar la celebración de la boda. Sobre la elección del número de diez vírgenes, se cree que, generalmente, este ceremonial estaba compuesto por diez damas, debido a que las formalidades judías se realizaban con la asistencia de al menos diez personas, es decir, la cantidad de «diez» era significativa en ciertas ocasiones. [1]

Ahora bien es importante entender que el advenimiento de Jesús tiene que ver con encontrarse con su novia para desposarla. Es un figura que habla de identidad, seguridad e intimidad. Primero, nos habla de identidad porque una boda implica que la novia adquiere una nueva identidad que es la del novio. Dios espera que todos nosotros podamos tomar su nombre y su identidad. Por eso es por lo que la Biblia siempre insiste que debemos tener la mente de Cristo, de que Cristo viva en nosotros. Segundo, nos habla de seguridad porque una esposa en la costumbre judía ya estaba protegida por el novio. El le proveía de todo e incluso si moría era su responsabilidad de dejar segura a su esposa. Tercero, nos habla de intimidad. Es una relación profunda de experiencias  íntimas. Los esposos no se ocultan nada, pueden ser ellos aún en lo privado. Se pueden conocer en todos los aspectos, tanto físicos como emocionales. Tener intimidad en el reino de Dios con Cristo es vital para un fortalecimiento de nuestra esperanza para cuando el regrese.  Ahora pasemos a la segunda figura.

En segundo lugar encontramos la figura de la clasificación.

Mateo 25 sigue diciendo: 2 Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. 3 Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. 4 En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. 5 Y, como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron.

La parábola hace una clasificación de las 10 jóvenes solteras. Dice que 5 eran insensatas y 5 eran prudentes. La palabra “insensatas” en el texto griego se refiere a una persona impía, necia, altamente estúpida. La palabra “prudentes” se puede traducir como consciente de sus intereses, sabia con una mentalidad de inteligencia. Ahora observemos las comparaciones entre estos dos grupos. Primero hay una clasificación de apariencia. En los tiempos antiguos eran muy difícil que las personas pudieron tener un reflejo de sí mismas. Solo podían tener un leve percepción de su propia imagen en los cristalinos pozos o riachuelos calmados. La invención del primer espejo cambió todo. luego se añadieron las cámaras fotográficas que junto a  la tecnología nos dan una visual detallada de momento específicos de nuestra vida, nuestra imagen y lo que somos. Tanto que nos empeñamos en vernos físicamente excelentes, a diario creamos un concepto en nuestra mente de lo que queremos ver reflejado en el espejo…. Pero olvidamos algo muy importante Lo que refleja nuestro interior. Las diez son iguales en tantos aspectos. Todas tienen la intención de encontrar al esposo y acompañarlo al lugar donde se celebrarán las festividades. Todas tiene lámparas. Todas esperan que el esposo llegue antes de la venida del nuevo día, pero ninguna de ellas sabe la hora en que él llegará. Todas esperan participar en la fiesta de boda. Al tardar el esposo, las diez se duermen, un sueño del cual son despertadas repentinamente (vv. 5, 6). Pero también hay una clasificación de diferencia. Pero aunque las diez se parecen tanto entre sí en tantos detalles externos, su diferencia es aún más sorprendente. Es básica. Es lo que realmente cuenta: cinco eran necias, cinco prudentes. La insensatez del primer grupo consistía en que estaban completamente desapercibidas para recibir al esposo; porque aunque habían tomado sus lámparas, no habían llevado aceite. Eso es lo que el texto indica claramente. Así que la necedad de las cinco vírgenes consistió en la completa ausencia de preparación al no haber traído aceite en sus lámparas. En tercer lugar hay una clasificación de experiencia. Observe que se usa dos términos. El primero es “cabecear” que implica una lucha por no dormirse. Implica que por lo menos estás tratando de mantenerte despierto. La segunda expresión es “durmieron”. Implica se vencido por el sueño, desconectarse de la realidad. Desafortunadamente, las diez vírgenes cabecearon y se durmieron como resultado de la demora del esposo. Sin importar por qué lo hicieron, no podía haber sido la reacción correcta para ninguna de ellas. Algunos podrían responder: «Pero yo no estoy durmiendo. Yo no me he apartado del Señor» . Si una persona ha entrado en un cabeceo y sueño en sentido espiritual, no significa necesariamente que se haya apartado del Señor. En Marcos 13:32-37 descubrimos que, en el contexto de la venida del Señor, estar dormido se refiere a una persona que ya no está velando, o que en su corazón ya no ve hacia arriba. Cuando dormimos nuestros ojos están cerrados; ya no vemos. Dormir se refiere a una falta de visión o expectación. Además, cuando dormimos hay una falta total de emoción o expresión. Generalmente, no nos estamos regocijando cuando estamos dormidos (al menos, no conscientemente).[2]

Algo más sucede cuando dormimos – soñamos. La ciencia ha descubierto que todos tienen muchos sueños durante el sueño, aun quienes creen que no sueñan. Lo que sucede es que no recordamos la mayoría de nuestros sueños; definitivamente, no vale la pena recordar la mayoría de los sueños, pues no son más que pensamientos vacíos, inservibles y vanos. Este tipo de pensamientos llena nuestra vida espiritual al entrar en un sueño espiritual. Nuestros pensamientos son dirigidos hacia cosas vanas y vacías, en vez de lo que realmente importa en la vida-el Señor, y nuestra relación con Él.[3]

¡Cuán fácil es que pongamos nuestro afecto en cosas terrenas, en vez de ponerlo sobre el Señor! ¡Cuán fácil nos es buscar las cosas terrenales, en vez de las celestiales! (Colosenses 3:1-2.) Este mundo presente es vano, y perseguir metas terrenales es vanidad. El profeta Jonás declaró: «Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan» (Jonás 2:8). Cuando las cosas de este mundo ocupan el primer lugar en nuestra vida, o aun cuando apabullan nuestra relación con el Señor, estamos dormidos espiritualmente.  Al acercarnos al momento más grande de la historia, quizás nos hemos rendido ante el sueño espiritual a causa de nuestra desilusión por la demora ; pero es tiempo de despertar y ver al Señor, no es tiempo de dormir. Además de estar buscando Su presencia, debemos desear ver como Él ve, y gozarnos como Él se goza. ¡la boda está a las puertas! Es tiempo de desechar todo distractor, y rehusarnos a permitir que las cosas y placeres de este mundo consuman nuestro tiempo, aun cuando muchas de esas cosas sean legítimas.[4]

Ahora bien aunque todas hicieron lo mismo no es lo mismo dormirse sin prepararse (no tener aceite) y dormirse con preparación (tener aceite). La experiencia de despertar y volver a la realidad es diferente porque la realidad va a desenmascarar nuestra falta de preparación. No hemos acumulado reservas para los últimos tiempos que vienen. Las necias no llevaron aceite, en eso consistió su necedad. Tenían lámparas, pero no tenían aceite. Eran descuidadas, imprevisoras, culpables de negligencia inexcusable y torpe, imprudentes, desatentas. Por el contrario, las sensatas estaban equipadas con una generosa provisión de aceite. Estaban plenamente preparadas.

En tercer lugar encontramos la figura de la definición.

Mateo continúa diciendo : 6 A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” 7 Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. 8 Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. 9 “No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite, y compren para ustedes mismas”. 10 Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta.

Lo que veremos a continuación será un momento definitorio que se mostrará en varios tipos de espiritualidades que serán reprobadas cuando el Señor aparezca nuevamente. ¿Qué tipo de espiritualidad poseo yo?¿¿Con que tipo de espiritualidad estoy aguardando la venida del esposo? En primer lugar veo una espiritualidad pausada. Observe que el texto dice “todas se despertaron”. Por un momento hubo un receso, una pausa se desconectó de la realidad. Ese tipo de espiritualidad pausada es la que se da vacaciones, que se deja por un rato para después retomar la energía de la verdadera vida espiritual. Es aquella que un trabajo, un deporte o una actividad me quita la pasión por las cosas de Dios. Sigues siendo hijo de Dios pero haciendo unas quincenas al diablo. Es interesante que la manera es que esta espiritualidad pausada será erradicada es por medio de situación alarmantes y traumáticas. No hay cosa más fatal que a uno lo despierten con gritos. No se nos dice quién hizo el grito. Podría haber sido de los jóvenes que, supongámoslo, acompañaban al esposo. O también, de alguno de los invitados que había permanecido despierto y que desde algún lugar oscuro dentro o cerca de la casa había estado silenciosamente mirando el camino. ¿Habían casi perdido las esperanzas? ¡Ya era la medianoche! Cuando finalmente se anunció la aproximación del largamente esperado novio, aún podría haber estado a una distancia considerable de la casa. ¡qué grito debe haberse producido! ¿Qué tipo de grito usará Dios para sacarte de tu espiritualidad pausada? Deberás saber que la herramienta más usada por Dios es el sentido de inoportunidad. Cuando menos lo esperes vendrá una circunstancia que te despertará.  En segundo lugar veo una espiritualidad prestada. Observe lo que ocurre cuando descubren que no tienen aceite. Ellas dicen : “dénnos”. Es decir presten un poco del aceite que ustedes tienen. Ahora las jóvenes, completamente despiertas, preparan sus lámparas. Tratan de hacerlas brillar y verse hermosas encendiéndolas. Por un momento parece que todo está bien. Una mecha que no está completamente seca puede arder en forma brillante unos pocos segundos. Después de eso, sin embargo, puesto que las muchachas insensatas no habían llevado aceite consigo, las lámparas comenzaron a dar una luz vacilante y a chisporrotear y a apagarse, lo que provocó la angustiosa apelación de sus dueñas a sus compañeras más sabias. “Dadnos de vuestro aceite, porque se nos apagan las lámparas”. No debemos suponer que las diez lámparas habían estado encendidas toda la noche. En el caso de las cinco insensatas eso habría sido imposible porque no habían llevado aceite consigo. Pero aun la idea de que las cinco lámparas de las cinco muchachas previsoras habían estado encendidas todo este tiempo en el extremo de sus palos, dentro de la casa, parece más bien irrazonable. Además, una casa donde se va a celebrar una fiesta tendría iluminación propia. Ahora, en lo que concierne a la parábola, por primera vez esta noche hay cinco lámparas encendidas que dan una luz brillante y están por ser llevadas fuera de la casa.

En tercer lugar veo una espiritualidad preparada. La respuesta a la patética petición de las doncellas necias se da en el v. 9. Pero las prudentes respondieron: Podría no haber suficiente para nosotras y para vosotras. En vez de buscar la culpa en estas muchachas por su insensibilidad, tenemos que tratar de comprender su situación. Las procesiones matrimoniales generalmente avanzan lentamente. Además, es medianoche. Las muchachas no solamente deben salir a recibir al esposo; también deben escoltarlo de regreso a la casa con sus lámparas alumbrando brillantemente todo el tiempo. La respuesta de ellas, por lo tanto, no es irrazonable. Está más bien de acuerdo con su “carácter”, mostrando previsión, una manifestación más del mismo cuidado en la planificación que habían hecho cuando llenaron sus lámparas con aceite. Y es que una persona preparada espiritualmente no es sentimentalista ante las realidades espirituales. No se trata de que fueran “buena gente” con las cinco insensatas y quedarse igual que ellas sin aceite. No se dejaron chantajear emocionalmente. En cuarto  lugar veo una espiritualidad apagada. Ellas dicen “se están apagando”. ¿Por qué se les apagan? Simplemente porque no ha tenido la suficiente reserva de aceite. Se les acabo la provisión de aceite. Una espiritualidad apagada es aquella que ya no llena su reserva  para enfrentar los momentos espirituales definitorios de la vida. No hay pasión, no hay calor, no hay combustión por las cosas de Dios sólo una frialdad espiritual. En quinto lugar  lugar veo una espiritualidad comprada. Se nota en el texto la expresión “compren para ustedes”. Muchas personas creen que pueden vivir de la espiritualidad de otros. No entienden que la responsabilidad es personal.  Aunque la conducta de las vírgenes sensatas pueda ser mal interpretada como un comportamiento egoísta, es necesario para la trasposición de la parábola: no se puede dar algo a otro si uno mismo está mal preparado para el final de los tiempos y nadie puede confiar en que ya se ha procurado lo necesario. Cada uno es responsable de su comportamiento de cara al tiempo final ya iniciado y a la venida desconocida del Hijo del Hombre. EI consejo de que vayan a comprar aceite (25,9b) subraya que las vírgenes prudentes no se niegan con mala intención. ¿Cómo se desarrolla una espiritualidad comprada? Dos cosas miden una espiritualidad comprada en el texto. Primero está la espiritualidad que se compra en una ubicación. Dicen “vayan a los que venden”.  Creemos que podemos obtener en un lugar específico lo necesario para las dificultades. La segunda cosa que se compra es transacción. Se les recomienda que “compren”. Es decir reciban un beneficio a cambio de algo. A cambio de que paguen con dinero.  Finalmente veo una espiritualidad arriesgada. Las vírgenes necias siguen el consejo de las sensatas y van a comprar aceite. Durante su ausencia, llega el novio, y las vírgenes sensatas, que son designadas aquí expresamente como las que estaban preparadas, entran). El hecho de que la llegada se produzca justamente cuando las vírgenes necias se han ido subraya una vez más su deficiente disponibilidad y su insuficiente preparaci6n. La puerta cerrada  señala determinado momento del tiempo tras el cual ya es demasiado tarde, por lo que las vírgenes necias que llegan tarde (25,11) ya no son admitida. Una espiritualidad arriesgada es la que se centra en las cosas urgentes en lugar de la prioritarias. El pasaje dice “mientras iban a comprar”. Esto era urgente pero ya no era necesario, debió haberse hecho antes. Por otro lado una espiritualidad arriesgada es aquella se centra en la expectativa a corto plazo y no a largo plazo. No se dieron cuenta que el no haberse preparado traería consecuencias a largo plazo. Hay un contraste entre la frase “mientras” y la expresión “después”. Haces tus cosas “mientras vives tu vida” y no piensas en “el después de esta vida”. Eso es ser negligente.

En cuarto lugar encontramos la figura de la retribución.

11 Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor! —suplicaban—. ¡Ábrenos la puerta!” 12 “¡No, no las conozco!”, respondió él. 13 »Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.

El doble tratamiento del ¡Señor, señor! recuerda a los lectores que no todo el que diga Señor, Señor! entrara en el Reino de los Cielos, sino solo el que haga la voluntad de Dios (7,21). Las vírgenes insensatas, aunque han traído sus lámparas, claramente no han hecho la voluntad de Dios, pues no están preparadas para el momento desconocido del tiempo. La respuesta del novio, especialmente enfatizada con el amén, dice: no las conozco! (25,12; 7,23), y subraya de nuevo que no basta simplemente decir Señor, Señor! y que no todas las actuaciones cumplen la voluntad de Dios: existe, en efecto, un demasiado tarde. 25,13: La aplicación de la parábola repite una vez más, con un urgente imperativo, la necesaria y permanente disposición para la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe ni el dia ni la hora. El velar expresa la actitud de una espera activa, dispuesta, que no ceja a pesar de la dilación.

Habiendo ahora estudiado la parábola y habiendo fijado nuestra atención sobre su lección principal, a saber la necesidad de estar constantemente preparados, con corazones y vidas siempre consagrados al Señor aquí y ahora, nos corresponde preguntar: “En armonía con esta aplicación principal, ¿cuáles son algunas verdades subsidiarias que aquí se enseñan?” Probablemente las siguientes: Todos los que profesan creer en el Señor Jesucristo son semejantes en muchos aspectos; especialmente en éste, que todos están en camino a encontrar al Esposo, Jesucristo. Véase Mt. 25:1. Sin embargo, los parecidos son superficiales. Hay una diferencia esencial. De quienes leen la Biblia, asisten y aun pertenecen a una iglesia, cantan los himnos de salvación, hacen profesión de fe en público y hasta predican en el nombre de Cristo, no todos van a participar en las bendiciones de la venida de Cristo. Algunos son prudentes. La religión de ellos no es máscara ni pretensión. Creen que deben estar preparados por fe en el Salvador y con vidas dedicadas a él y, por lo tanto, al Dios Trino. Otros son insensatos o necios. “Tienen la forma de la piedad pero niegan su poder” (2 Ti. 3:5; cf. Mt. 7:22, 23). Sin preparación viajan al encuentro de su Juez. Véase Mt. 25:2–4. Transcurrirá un largo período entre la primera y la segunda venidas. Véase Mt. 25:5; y sobre 24:9, 14; 25:19. La venida del Señor será repentina, visible y audible. Véase Mt. 25:6, y sobre 24:31.  La preparación no es transferible de una a otra persona. Véase Mt. 25:7–9; además, Salmo 49:7; Pr. 9:12; Gálatas 6:3–5. No hay una “segunda oportunidad” para quienes no están preparados, esto es, para los que no se han salvado antes de morir y para los que en su condición de no salvados viven en la tierra hasta la segunda venida de Cristo.  Por lo tanto, y en vista del hecho de que el momento de la venida de Cristo es desconocido, en todo tiempo se requiere estar alerta.


[1] https://holybiblia.com/la-parabola-de-las-diez-virgenes-resumen-y-explicacion/

[2] https://admirablegracia.blogspot.com/2020/11/cabecearon-todas.html

[3] Ibid.

[4] https://admirablegracia.blogspot.com/2020/11/cabecearon-todas.html

En medio de la incertidumbre…

¿Alguna vez has luchado con la duda? Si respondes honestamente, lo más seguro es que sí. La duda afecta a las vidas de muchos creyentes. La realidad es que nadie tiene una fe perfecta en esta vida. Eso también te incluye a ti. Pero, si tu fe no es perfecta, esto significa que puede crecer y ser más fuerte hoy de lo que era ayer.  Me gusta pensar en la duda como la brecha entre nuestra fe presente y la fe perfecta. Si este es el caso, todos dudamos.  No solo esto, sino que no hay nada de lo que los cristianos no puedan dudar. A veces dudamos de nuestra salvación; otras veces dudamos del amor de Dios. Muchas veces incluso dudaremos de la confiabilidad de la Escritura, la existencia de Dios, y la identidad de Cristo. Incluso Juan el Bautista, a quien Cristo llamó el hombre más grande que ha nacido (Mt. 11:11), una vez expresó duda acerca de la identidad misma de Cristo (Mt.11 :3).

Quizás la mayor parte de veces tenemos estas luchas con nuestras convicciones, porque de alguna manera buscamos a Dios pero experimentamos un rotundo silencio de parte de Dios.

Es allí donde nos comenzamos a preguntar si realmente es verdad lo que hemos creído o nos han enseñado.

Si fuéramos honestos todos nosotros luchamos muchas veces con las contradicciones de esta vida. Sobre todo cuando no encontramos sentido ni respuesta del porque estamos viviendo tales situaciones.

Siempre he creído que un lugar donde se pueden expresar las luchas, tragedias y circunstancias difíciles es a través de la música. Hay miles de canciones basadas en experiencias frustrantes y dolorosas.

Eso me recuerda la historia de una canción. Se dice que una noche, en medio de una gran tormenta, se escucharon fuertes golpes en la puerta de un orfanato de Washington DC. Al abrir, el sacerdote de guardia encontró a dos niños, con muy poca ropa, cubiertos de nieve y muertos de frío. El mayor cargaba al más pequeño en su espalda. – ¡Entren enseguida, por favor! Les daré abrigo y alimento. – dijo el hombre. Después, observando al menor exclamó: “¡Debe ser muy pesado!”. Pero el niño que cargaba con él, respondió sin dudarlo: “Él no pesa, él es mi hermano”. Realmente, no eran hermanos de sangre, sino hermanos de calle, pero su entrañable historia inspiró al sacerdote católico Edward J. Flanagan para crear el logo de su Boys Town (Ciudad de los Muchachos), un orfanato para niños sin hogar fundado en Nebraska el 12 de diciembre de 1917. He ain’t heavy, he’s my brother, esa gran frase con tanta carga emocional se convirtió muchos años después en la base principal de la balada estrenada por Kelly Gordon y convertida por The Hollies en un éxito global.

Tal parece que los autores bíblicos tenían tal carga emocional que escribieron canciones superiores a una canción humana.

En la biblia Asaf, Heman y Ethan (Jedutún) fueron levitas que sirvieron como músicos y líderes de adoración en el santuario durante el reinado de David                                           (1 Crónicas 15: 16– 19; 16: 4–7, 37–42; 2 Crónicas 5:12 –14; 29:13; 35:15).

Al parecer, establecieron «gremios» para sus hijos y otros músicos para que pudieran continuar con las tradiciones de adoración. Doce salmos se atribuyen a Asaf (50; 73—83).

Hay un salmo en especial que me gustaría tratar en esta ocasión. El Salmo 73 ya que este trata el problema histórico de por qué los justos sufren mientras que los impíos parecen prosperar (37; 49; Job 21; Jeremías 12; Habacuc 1:13 y siguientes).

En el vemos la lucha existencial de una adorador del templo y líder de alabanza que está pasando por una crisis seria de fe. Y es que en realidad Asaf no podría guiar a la gente en la adoración divina si tenía preguntas sobre los caminos del Señor, pero encontró en esa adoración la respuesta a sus problemas.

Me imagino que ha de ser difícil cantarle a Dios teniendo luchas con Dios y dudas irresueltas. Sin embargo la crisis de fe de Asaf en realidad pasa por varias etapas, y creo al igual nosotros podemos pasar por esas etapas antes de encontrar la respuesta y la tranquilidad que tanto anhelamos. Tenga en cuenta cinco etapas en su experiencia.

La primera etapa lo encontramos sabiendo: Nos apoyamos en lo que sabemos. (v. 1).

La mística francesa Madame Guyon escribió: “En el comienzo de la vida espiritual, nuestra tarea más difícil es soportar a nuestro prójimo; en su progreso, con nosotros mismos; y al final, con Dios.

En primer lugar, Asaf sabe que Dios existe. Tiene que ver con la existencia. Los problemas de Asaf estaban con Dios. Asaf afirmó «Dios es», por lo que no era ateo ni agnóstico, y estaba seguro de que el Dios al que adoraba era bueno. Asaf comienza manteniéndose fiel en lo que cree acerca de Dios, pero se desliza Porque empieza a mirar a los vecinos y se vuelve envidioso. Los malvados prosperan. Cuando pierde sus elogios, comienza a tropezar y sufrir. Él debería haber buscado respuestas mirando hacia arriba, no mirando a su alrededor o hacia adentro.

El salmo en el vrs. 1 comienza sin ninguna duda de la existencia de Dios. Asaf dice “Dios es”. El termino que utiliza es Elohim, que es uno de los nombres de Dios. Este nombre implica una locución en plural que designa dignidad y excelencia. Atributos que representan a Jehová como el único Dios verdadero. Además, es un plural que indica plenitud, fuerza y poder. Esto enfatiza el alcance de la divinidad del Padre eterno. De allí que la voz, Elohim, represente el todopoderoso, creador de todas las cosas, el único señor del universo.

Asaf tiene muy clara la teología del carácter. Ahora bien, si sabe que Dios existe y lo llama con un nombre majestuoso ¿Por qué razón entra en crisis? Porque muchas veces enfrentarse las dificultades de la vida sólo intelectualmente no sirve para nada.

En segundo lugar, Asaf sabe lo que Dios hace. Esto tiene que ver con la asistencia de Dios.

Él sabía que el Señor había hecho un pacto con Israel que prometía bendiciones si las personas lo obedecían (Lev. 26; Deuteronomio 28-30). También el vrs. 11 se refiere a Dios como el Altísimo. El nombre que Asaf usa es Elyon. Este nombre significa El más alto, se deriva de la raíz hebrea ʿely “subir, hacia, ascender. El Elyon denota exaltación y habla del absoluto derecho a Su señorío. Para Asaf Dios es majestuoso y director del mundo.

En tercer lugar, Asaf sabe lo que Dios es. Esto tiene que ver con la consistencia de Dios.

La frase «un corazón limpio [puro]» significa, no la ausencia de pecado, sino el compromiso total con el Señor, lo opuesto al versículo 27. (Vea 24: 4; Mateo 5: 8.) Pero fue en estas creencias fundamentales que él declaró que creó el problema para él, porque los incrédulos no enfrentan problemas de este tipo.  Si el Señor era bueno y guardaba sus promesas de pacto, ¿Por qué sufría su pueblo y prosperaban los impíos? Este primer verso marcó tanto el principio como el final de sus meditaciones. Él cerró círculo completo. Tenga en cuenta que usó «seguramente» o «verdaderamente» en los versículos 1, 13 y 18. Este adverbio implica una declaración enfática. Asaf sabe que lo que dice es un pensamiento correcto. Repite tres veces las expresiones “pensé” (vrs.16) tiene que ver con considerar detalladamente. Luego usa la expresión comprender (vrs. 17)  que en hebreo significa discernir, prestar atención y distinguir. Al reflexionar sobre los misterios de la vida, retén lo que sabes con seguridad y nunca dudes en la oscuridad de lo que Dios te ha enseñado en la luz.

La segunda etapa lo encontramos dudando: Nos resbalamos en  lo que creemos (vv. 2–14).

La palabra hebrea traducida «pero» en los versos 2 y 28, y «pero» (o «sin embargo» en el verso 28, indica un contraste marcado).  En el versículo 2, cuanto más comparaba su situación con la de los impíos, más comenzaba a deslizarse de su firme fundamento.

Hay una diferencia entre la duda y la incredulidad. La duda proviene de una mente que lucha, mientras que la incredulidad proviene de una voluntad obstinada que rechaza la entrega a Dios (v. 7).

La persona incrédula no creerá, mientras que la persona dudosa se esfuerza por creer pero no puede.  «Prosperidad» en el versículo 3 es la palabra hebrea familiar shalom. Es un acto de desobediencia envidiar a los malvados (37: 1; Proverbios 3:31; 23:17; 24: 1, 19). ¿Qué le hacía dudar a Asaf?

Primero, inseguridad. Observe que el usa la palabra “deslizaron”. La idea es de quedarse sin fuerza en los pies. Perder el vigor para ponerse de pie. También se puede traducir como inclinarse, agacharse y declinar en algo. Al parecer Asaf no sentía seguro donde estaba parado. Sabía que Dios existía, pero simplemente estaba dudando si realmente se podía sostener en él. Por otro lado usa la expresión  “resbalaron”. Esta expresión a diferencia de la primera, que habla de posición , esta habla de acción. La palabra Shaphat da la idea de derramar (sangre, libación, metal líquido; o incluso un sólido, i. e. amontonar); también (fig.) gastar (la vida, el alma, queja, dinero, etc.). Lo que el salmista dice es que sus pasos se están desgastando en cosas que le están afectando. No hay para él ninguna satisfacción ni seguridad.

Segundo, desigualdad. Ahora Asaf va a describir una serie de condiciones, que el las considera injustas y desiguales. El observa un contraste dice que los impíos tienen prosperidad. Primero, es una desigualdad de contradicción. Tiene que ver con la correspondencia de lo que somos y lo que recibimos. Se supone que el bueno reciba prosperidad y el malo reciba juicio. Pero el dice que está “viendo”, es decir está prestando atención a lo que está sucediendo alrededor. Segundo,  es una desigualdad de retribución. Asaf hace un análisis de la prosperidad del injusto. Habla de están gordos, saludables, no tiene congojas como él. Disfrutan de las cosas, las tienen en abundancia y añade que se burlan de las cosas de Dios sine embargo les va bien. Esto tiene que ver con la correspondencia de las justicia y la injusticia. ¿Cómo se maneja la aparente injusticia que muchas veces experimentamos?

Tercero, es una desigualdad de confusión. El vrs. 10-13 tiene una traducción diferente a la de la RV60. En realidad el pasaje debería traducirse : “Por eso mi pueblo va hacia ellos, Y bebe sus aguas abundantemente. 11 Y dicen: ¿Cómo puede ’El saberlo?  ¿Hay conocimiento en ’Elyon? 12 He aquí, que así son los malvados, Y, sin ser turbados, incrementan su riqueza. 13 Entonces ¿en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos en inocencia?

Note que Asaf está realmente confundido. Por un lado ve la prosperidad de los impíos y luego está su tendencia a renunciar a sus convicciones e imitar a los impíos. Observe que el expresa que “su pueblo bebe de sus aguas abundantemente”. Significa que muchos optan por seguir los parámetros de la realidad humana y despreciar los principios de Dios.

La tercera etapa lo encontramos luchando: Nos desanimamos con lo que sentimos. (vv. 15–22).

Primero está envidioso. Se siente muy mal , de tal manera que el usa la expresión “tuve envidia”. Esta palabra hebrea realmente significa estar celoso, incluso a veces se puede usar para describir a un fanático. El hecho de que sea un participio perfecto implica un estado intenso de celos. En realidad Asaf si está teniendo una tremenda emoción. Habla de envidia.

Segundo está ansioso. Pero también en el vrs. 21 habla de “amargura”. La expresión puede indicar alguien que está agrio, incluso tiene que ver con ser de color rojo. Da la idea incluso de ser despiadado y oprimido. La expresión “punzadas” tiene que ver con una ilustración de cuando el jinete pinchaba con sus espuelas el caballo, o cuando usaba su látigo para acelerar el camino del caballo. Es un estado de agitación extremo.

Tercero está furioso. Es interesante observar su enojo. Se describe a sí mismo como “torpe”. En realidad la expresión es “estúpido”. Y es una expresión bastante fuerte. Pero también da la idea de arder. Eso describe la furia de Asaf. Por otro lado se compara con una “bestia”. La palabra behema, para bestia es de fuerte traducción. De hecho se usa un término similar para describir al behemot. El behemot muchos establecen que es el hipopótamo. Según algunos expertos los hipopótamos, especialmente el hipopótamo común, son especies agresivas. Por ello, están considerados como uno de los animales más peligrosos de África. De hecho, es el animal que más muertes causa en África entre humanos, por delante de especies tan temidas como el tigre o el rinoceronte. Poseen unas fuertes mandíbulas y largos colmillos que no dudan en emplear para atacar, además de su enorme peso. A ese nivel de bestia dice Asaf que ha descendido.

Desde el punto de vista de Asaf, los impíos lo habían hecho. Estaban sanos (vv. 4–5) y no tuvieron problemas ni en la vida ni en la muerte (Job 21:13, 23).  Estaban orgullosos de su riqueza y estaciones en la vida, y llevaban ese orgullo como joyas.  Usaron la violencia para obtener su riqueza y usaron esa violencia como prendas ricas. Al igual que un río desbordante, sus corazones duros y mentes malignas produjeron ideas infinitas para enriquecerse, y con frecuencia pronunciaban palabras de oposición contra el Señor en el cielo. Las palabras de los arrogantes se «pavonearían por la tierra» y tomar posesión de lo que quisieran. ¡Pero la tragedia más grande es que muchos del pueblo de Dios no parecen saber nada mejor, pero siguen su mal ejemplo y disfrutan su amistad (v. 10)!  Estos hombres impíos están pecando, pero sus seguidores necios están «bebiendo todo».  Basándose en la evidencia que pudo ver a su alrededor, Asaf llegó a la conclusión errónea de que había malgastado su tiempo y energía manteniendo las manos limpias y un corazón puro (vv. 13 y 1; y ver 24: 4; 26: 6).

Si alguna vez había leído el libro de Job, entonces se había perdido el mensaje, porque no servimos a Dios por lo que obtenemos de él, sino porque es digno de nuestra adoración y servicio, independientemente de lo que Él permite venir a nuestras vidas. Satanás tiene una visión comercial de la vida de fe y nos alienta a servir a Dios por lo que obtenemos de ella (Job 1—2), y Asaf casi se adhiere a esa filosofía. (Véase también Daniel 3: 16–18.)

La cuarta etapa lo encontramos adorando: Nos fortalecemos cuando paramos. (vv. 15–22).

Observe la transición de la vida de Asaf. El vrs. 17 dice “hasta que entrando en el santuario”.

Antes de hacer pública su filosofía y renunciar a su cargo, Asaf se detuvo para considerar las consecuencias. ¿Cómo responderían los creyentes más jóvenes en la tierra si uno de los tres líderes de adoración en el santuario le daba la espalda a Jehová, los convenios y la fe? ¡Abandonar la fe significaría socavar todo lo que él había enseñado y cantado en el santuario!

Cuanto más reflexionaba sobre el problema, más le dolía el corazón (ver vv. 21–22), por lo que decidió ir al santuario y pasar tiempo con el Señor en adoración. Allí estaría con otras personas, oiría la Palabra y los cantos de alabanza, y sería parte de la comunidad de adoración. Después de todo, Jehová no es un problema con el que luchar, sino una persona amable para amar y adorar, especialmente cuando estás perplejo por lo que Él está haciendo.  Dios es asombroso en su santuario (68:35 NIV), y cuando comulgamos con Él, vemos las cosas de este mundo en su perspectiva correcta.

Asaf obtuvo una nueva perspectiva sobre el problema cuando consideró no las circunstancias que lo rodeaban, sino el destino que tenía ante él.

Se dio cuenta de que lo que veía en la vida de las personas prósperas e impías no era una imagen real, sino un pretexto: «Los despreciará como fantasías» (v. 20 NVI ). En el lenguaje del Nuevo Testamento, «el mundo está desapareciendo, y la lujuria de él …» (1 Juan 2:17 NVI ).

Aunque Dios puede dar y da éxito y riqueza a los creyentes dedicados, el éxito y la prosperidad mundanos pertenecen al mundo transitorio de los incrédulos, un sueño que algún día se convertirá en una pesadilla. (Vea Lucas 12: 16-21).  Asaf se humilló ante el Señor y recuperó su equilibrio espiritual.

La quinta etapa lo encontramos conquistando: Nos regocijamos cuando entendemos.

Llegamos a entender plenamente la bondad de Dios (vv. 23–28).  El salmo se abrió con «Verdaderamente Dios es bueno con Israel», pero Asaf no estaba seguro de lo que realmente significaba la palabra bien. (Vea Mateo 19: 16– 17.) ¿Es la “buena vida” una de riqueza y autoridad, pompa y placer? ¡Seguramente no! El contraste es sorprendente entre la imagen de Asaf de la vida sin Dios en los versículos 4–12 y la vida piadosa en los versículos 23– 28.

Los impíos se impresionan y atraen admiradores, pero no tienen la presencia de Dios con ellos. El Señor sostiene a los justos, pero derriba a los malvados (v. 18).

Los justos son guiados por la verdad de Dios (v. 24), pero los impíos son engañados por sus propias fantasías.

El destino de los verdaderos creyentes es la gloria (v. 24), pero el destino de los incrédulos es la destrucción (vv. 19, 27). «Los que están lejos de ti perecerán» ( AB).

Los impíos tienen todo lo que quieren, excepto Dios, y los piadosos tienen en Dios todo lo que desean o necesitan. Él es su porción para siempre (ver 16:2). Las posesiones de los impíos no son más que ídolos que toman el lugar del Señor, y la idolatría es prostitución (Éxodo 34: 15–16; 1 Crónicas 5:25). Incluso la muerte no puede separar al pueblo de Dios de Su bendición, porque el espíritu va al cielo para estar con el Señor, y el cuerpo espera la resurrección en la tierra (vv. 25–26; 2 Corintios 5: 1–8; 1 Tesalonicenses 4: 13–18).

Cuando terminó el servicio de adoración y Asaph había puesto sus pies firmemente enraizados en la fe, abandonó el santuario y les contó a todos lo que había aprendido. Se había acercado a Dios, había confiado en Dios y ahora estaba listo para declarar las obras de Dios. «Sin embargo, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó» (Rom. 8:37 NVI ).

Asaf entiende el fin de los malvados. La pregunta clave no es «¿De dónde eres?» sino «¿A dónde vas?» ¿Estás tomando el camino ancho que conduce a la destrucción o al camino angosto que conduce a la vida (v. 22)? El salmista mira a Dios y hace varios descubrimientos.  Primero, descubre que podemos estar agradecidos para la garantía de Su presencia. Su nombre es Emanuel, que significa «Dios» con nosotros» (Mateo 1:23; Isaías 41:10; 43:2; Sal. 23:4).

Segundo, tenemos el agarre de Su mano. Vemos la poderosa mano de Dios en creación. Vemos Su mano suave guiarnos junto a las aguas tranquilas. Y vemos Su manos traspasadas en la cruz mientras Él muere por nosotros. Tercero, tenemos la guía de Su consejo. Los mandamientos de Dios y Las comisiones son para todos, pero Él nos conoce a cada uno de nosotros personalmente. Él nos conocía en el vientre materno y ha dispuesto para nosotros las vidas que Él quiere que vivamos. Vive un día a la vez y camine paso a paso (Prov. 4:18). Ese consejo proviene del Palabra de Dios y a través de la oración. Finalmente, tendremos la gloria de Su cielo. Como cristianos, sabemos que somos yendo al cielo por el precio que Jesús pagó en la cruz (1 Tesalonicenses 5:10), el promesa que hizo (Juan 14:2-3), y la oración que oró (Juan 17:24). Nosotros puede que no entienda completamente hoy, pero tenemos una gloria futura (1 Pedro 1 3; 2 Pedro 1:11; Filipenses 4:4). Como cristiano, usted tiene mucho por lo que estar agradecido. Dios está con tú. Cuando te encuentras frustrado por el mundo desigualdades, detente, mira hacia arriba y da gracias a Dios por Sus bendiciones. Cuando estamos agobiados y molestos por lo que vemos en este mundo, necesitamos. Lee este

Unos pocos recordatorios…

Acuérdate…

Esta mañana en mi oficina de trabajo pensaba sobre el hecho de que muchas veces las situaciones en la vida son extremadamente difíciles. Expresar lo que se siente cuando no se ve que Dios haga algo en una circunstancia específica es bastante deprimente. Mientras reflexionaba en mis luchas leía el salmo 89 y parece que el salmista se encontraba en mi misma situación. Observe que el vrs. 46 el salmista dice: ¿Señor? ¿hasta cuándo te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como fuego?» (v. 46).

Estas preguntas provienen del corazón roto de un hombre que se preguntaba por qué el pueblo de Dios estaba pasando por tantos problemas. Y eso a veces son las preguntas que sobresalen en el contexto que me ha tocado vivir hoy. ¿Hasta cuándo? Es una pregunta que cala hasta adentro del alma.

En el salmo vemos varias veces  la palabra recordar en estos versículos. Por ejemplo el salmista dice  «Recuerda cuán efímera es mi vida! Al fin y al cabo, ¿para qué creaste a los mortales?» (v. 47).

¿Qué es lo que el salmista posiblemente le recuerda a Dios acerca de su experiencia? Primero él le recuerda la fragilidad de la vida. Es decir le hace ver a Dios que la vida es corta. También reconoce que Dios no nos hizo en vano. A veces podemos recibir Su gracia en vano. A veces lo que Él hace por nosotros lo tornamos en cosas vanas. Pero eso es nuestra culpa, no la suya. Hoy a medida que envejezco y que ya los años que restan por vivir no son tanto, uno recapacita más que nunca que la vida es corta. Estos días los recuerdos de las oportunidades desaprovechadas, las decisiones erradas han sido mi compañeras de cama. Le gustaría a uno retroceder en el tiempo y querer hacer diferentes cosas de las que se desaprovecharon. Y un sentido de nostalgia y tristeza embargan el corazón. Sin embargo eso ya no es posible dar vuelta atrás. Así que es bueno recordar la próxima vez que estés tentado a pecar que la vida es tan corta. ¿Por qué perder el tiempo desobedeciendo a Dios?

Segundo le recuerda la inutilidad de la vida. Nuestra vida es inútil sino tenemos asideros reales y absolutos para vivirla. ¿Cuál son esos asideros que el salmista tenía? Las promesas de Dios. Es decir el salmista después de pensar en la fragilidad de la vida le recuerda a Dios Sus promesas. Observe que dice: «¿Dónde está, Señor, tu amor de antaño, que en tu fidelidad juraste a David?» (v. 49). Esto se refiere al pacto que Dios había hecho con David. Parecía como si Dios lo hubiera quebrantado. Pero esto es una  promesa. Él no rompe Sus promesas, pero le gusta que  se las recordemos.

Tercero le recuerda la debilidad de la vida.  Vemos que el salmista a continuación le recuerda a Dios la vida de reproche a la que está siendo expuesto. «Recuerda, Señor, el reproche de Vuestros siervos, cómo llevo en mi seno el reproche de todos los muchos pueblos, con lo que Tus enemigos han reprochado, oh, Señor» (vv. 50-51). Recuerda nuestro reprochar. ¿Por qué? Porque resta valor a la gloria de Dios. Recordémonos a nosotros mismos que estamos aquí para traer gloria a Su nombre. El quiere transformar sus ataques y reproches en una canal para mostrar la gloria de Dios. Este último acto le hace ver al salmista lo débil que es, y que su vida podrá ser vulnerable. Que muchas cosas, circunstancias y personas lo pueden querer dañar, pero espera que todo esto se pueda transformar en una canal de glorificar  a Dios. Así que vemos ahora que el salmista termina en las montañas: «¡Bendito sea el Señor para siempre! Amén y Amén» (v. 52). Comienza con cargas y termina con bendiciones. Comienza con suspiros y termina cantando, porque eleva su corazón quebrantado al Señor en oración. Cuando pases por tiempos difíciles, recuerda las promesas de Dios y recuérdale a Él de ellos. Él es fiel a Su Palabra.

Miel de la Peña…

Miel en la Peña

En estos días he estado pensando en lo que me ha pasado en mi vida. Hay muchas cosas que no me esperaba y que por supuesto no me gustan. Para ser honesto la mayoría no me gustan. A veces siento que no he logrado mucho en esta vida. Luego me puse a pensar que la vida está hecha de cosas que fueron, cosas que son y cosas que podrían haber sido. Y curiosamente encontré las tres en el Salmo 81. Lo primero vi en mi vida  las cosas que fueron (vv. 1-10). El salmista habla del Dios de Jacob y dice: «Reunamos a nuestra orquesta. Vamos a conseguir nuestras trompetas y cantemos al Señor. Nos dio un estatuto. Él nos libró de Egipto». Él reflexiona y se regocija en el pasado. Pero las cosas que fueron no duraron mucho, porque el pueblo se rebeló contra el Señor. Quizás mucho de lo que pasado ha sido cuesta arriba, sin embargo  para las cosas que fueron el salmista tiene una medicina. Lea usted cuantos verbos de acciones de gracias hay en los 10 primeros versículos. ¿Cuál es la medicina para las cosas que fueron? Bueno, adoración. Adore a por todo lo que ha pasado y pasó. No se pueden cambiar, pero si puede estar seguro que Dios lo controló todo.  A continuación ví en la vida las cosas que son. «‘Pero Mi pueblo no prestaría atención a Mi voz, e Israel no tendría nada de Mí. Así que los entregué a sus propios tercos. corazón, andar en sus propios consejos» (vv. 11-12). Las cosas que fuero trajeron gratitud. Pero la vida cambia y Las cosas que son hablan de rebelión. El pueblo de Dios se rebeló contra Él. No lo escucharían, no lo invocarían ni obedecerían Su Palabra. Así que perdieron todo lo que Él tenía para ellos. ¿Cuál es la recomendación del salmista a las cosas que son? Bueno, reflexión. La versión The Message dice en el vrs. 12: “Así que solté las riendas y les dije: ‘¡Corran! ¡Hazlo a tu manera!  ¡Qué tremendo juicio! Dios ya no los iba a detener, los dejó a que corrieran bajo su propio riesgo. Debía reflexionar de porque Dios no estaba.  Finalmente, ví en mi vida las cosas que podrían haber sido (vv. 13-16). El Salmista añade la petición de Dios “Oh, querida gente, ¿me escucharán ahora? Israel, ¿seguirás mi mapa? Dios establece que las cosas que podría venir a tu vida depende de cómo cambies las cosas que son en tu vida. Dios les dice a Israel que pronto sometería a sus enemigos, y volvería Su  mano contra sus adversarios. El establece que los que odian al Señor fingiría sumisión a Él, pero su destino perduraría para siempre. Es decir Dios les ofrecía que podría venir a su vida protección. Por otro lado los habría alimentado también con el trigo más fino; y con miel de la roca te hubiera satisfecho'». ¿Qué pudo haber sido? Victoria, satisfacción, alegría, el trigo más fino y miel de la roca. Bajo los emblemas del trigo más fino y la miel más pura de las colmenas de abejas en las rocas, donde abundaban en Judea, les muestra que sus seguidores deben tener tantas bendiciones terrenales y espirituales, que deben estar satisfechos y decir , es suficiente. No sólo vendría protección a su vida sino también bendición. ¡Pero Ay! Israel no sería obediente y, por lo tanto, Israel estaría  bajo maldición. ¿Cuál debe ser la acción ante las que podrían ser? Bueno, exhortación. Dios los llama a poner atención con sus oídos lo que el les manda hacer. Igual usted y yo.

La vida la divide el salmista en las cosas que fueron y se acerca con adoración, luego las cosas que son y se acerca con reflexión y finalmente las cosas que podrían ser las enfrenta con exhortación.

No te rebeles contra Dios y así te pierdas las bendiciones que Él quiere darte. Detenerse en los fracasos pasados solo convierte la vida en arrepentimiento. Si le has fallado al Señor, vuelve a Él y ora por el perdón. Dedica nuevamente tú vida a Él y comienza a experimentar esas cosas que podrían haber sido. Dios tiene el mejor plan para ti. Puede sacar miel de la peña.

Solo para desconsolados

Solo para desconsolados

La verdad es que no tiene que estar oscuro afuera para que estemos en medio de la noche. A veces la oscuridad está en nosotros. El desaliento se mueve, y somos como Asaf, quien dijo: «Mi mano se extendió en la noche sin cesar; mi el alma se negó a ser consolada» (v. 2). Algunas traducciones decían: «Mi dolor no paraba de correr en la noche». ¿Qué haces cuando tu alma se niega a ser consolada? ¿Qué haces cuando todo parece oscuro y no hay salida? Asaf nos dice lo que debemos hacer. Primero, háblale a Dios. «Clamé a Dios con mi voz, a Dios con mi voz; y me dio oído» (v. 1). Alguien sugirió que cuando no pueda dormir por la noche, en lugar de contar ovejas, hable con el Pastor. Eso es lo que hizo Asaf. A veces acercarse al Señor es doloroso. «Me acordé de Dios, y me preocupé» (v. 3). ¿Qué recordaba? acerca de Dios que lo preocupaba? Tal vez desobedeció un mandamiento o dudó una promesa. O tal vez se dio cuenta de lo santo que es Dios y de lo pecaminoso que era él. Pero hablar con el Señor también trae tranquilidad. «He considerado los días de viejo, los años de la antigüedad» (v. 5). En otras palabras, se puede confiar en Dios. Él tiene se preocupó por ti en el pasado, y Él cuidará de ti en el futuro. Les comento que en estos momentos de mi vida, estamos como familia pasando muchas pruebas, y cuesta hablar con Dios, pues muchas veces no entendemos sus caminos. Pero debemos hablar con Él.  Segundo, habla contigo. «Medito dentro de mi corazón, y mi espíritu hace búsqueda diligente» (v. 6). Háblate a ti mismo acerca del Señor. Examina tu vida y tu caminar cristiano. Tu desaliento será reemplazado por una canción. «Llamo a recuerda mi canto en la noche» (v. 6). Cuando te sientas desanimado, aparta los ojos de tus circunstancias y ponlos sobre el Señor. Además, examina tu vida. ¿Has desobedecido al Señor? Habla con Él y deja que Él te anime. Luego habla contigo mismo y anímate con las cosas de Dios. Él te dará una canción en la noche. Tercero, háblale a tu circunstancia. El vrs. 10 dice: “dije: enfermedad mía es esta”. Una diálogo sano y productivo es enfrentar tu obstáculo y hablarle de frente. No dejes que te haga agachar la cabeza o que te robe el valor o tu tranquilidad. A veces debemos declararle nuestra victoria sobre lo que me está desanimando.

Cuarto, trate de hablar con los demás. El vrs. 12 dice: “hablaré de tus hechos”. Creo que una de las cosas que nos afectan es que muchas veces al hablar con los demás es que nos enfocamos en nuestros hechos. O repetimos nuestra historia triste y tensa siempre. Y esto no es malo, quizás ya es tiempo una dosis de honestidad entre los evangélicos de hoy día. Si usted experimenta cosas malas no trate de negar como se siente. A veces tenemos miedo de decir como nos sentimos porque necesitamos tener una apariencia de inquebrantable. Sin embargo trate de enfocarse de hablar de los hechos de Dios. De  lo que puede estar haciendo, de lo que no entiende, de sentirse desubicado ante la prueba. Pero también busqué el camino de Dios en su historia. El vrs. 11 dice que “se acordará de las obras de Jehová”. Practique una memoria teológica, no pierda de vista que Dios ha estado siempre en su historia a pesar de que no lo vea hoy. Declare eso a los demás.

Cuando sientas que el consuelo está lejos, háblale a Dios, habla contigo y habla a tu circunstancias y háblale a los demás.

diga «ah»…

Diga ah

En contadas veces he ido al médico para que me revise y evalúe mi condición física. Generalmente el médico dice: «Abra la boca. Luego introduce una paleta de madera y dice: “ saca tu lengua» y diga “ah”. Luego procede a escuchar mi corazón. Incluso me mira a los pies.

Dios también muchas veces quiere hacernos un chequeo espiritual de vez en cuando. En el salmo 37:30-34 David se refiere a un examen similar en estos versículos.

En primer lugar, Dios está preocupado por tu boca. «La boca de los justos habla sabiduría, y su lengua habla de justicia» (v. 30). ¿De qué hablas? Si Dios si te dijeran: «Abre la boca y saca la lengua», ¿qué sería lo que haría ¿De qué se enteraría? Es increíble lo que un médico puede descubrir al examinar la lengua. También es asombroso lo que Dios puede descubrir acerca de nosotros, y lo que nosotros podemos descubrir. sobre nosotros mismos! La Palabra de Dios necesita estar en nuestros labios. En segundo lugar, Dios también está preocupado por tu corazón. «La ley de su Dios está en su corazón» (v. 31). Cuando Dios escucha tu corazón, ¿escucha Su Palabra? Cuando Dios es la ley está en tu corazón, Él puede hacer algo a través de ti y en ti y por ti. «Pero su deleite está en la ley del Señor, y en Su ley medita día y día y noche» (Sal. 1:2). Lo que hay en tu corazón determinará lo que está en tus labios. Si la verdad de Dios está en tu corazón, entonces la Palabra de Dios estará en tus labios.

En tercer lugar, Dios también se preocupa por tus pies. «Ninguno de sus pasos se deslizará» (v. 31). La persona justa no retrocede; sus pies caminan por el camino correcto porque su corazón está lleno de la verdad de Dios. Tampoco se avergüenza de decir esa verdad a través de sus labios. Él tiene un testimonio  para el Señor. Cuidar el corazón es lo más importante que podemos hacer. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida.» (Prov. 4:23). Si nuestro el corazón está bien con Dios, nuestros labios y nuestros pies serán lo que Él quiere que sean.

¿Has tenido un chequeo espiritual últimamente? Tú puedes permanecer saludable por medio de guardar la Palabra de Dios en tu corazón. Esa verdad se extenderá a la otras partes de su cuerpo. ¿Glorificas a Dios con tu boca, pies, y corazón?

«…cambio de planes…»

Cambio de Planes

Continuamos con nuestra serie llamada: Animados en Cristo. Es una serie basada en 2 Corintios, la carta más personal del apóstol Pablo. Hemos visto dos principios a estas alturas. El primer principio es el de la consolación. En el dijimos a mayor tribulación mayor consolación. El segundo principio que vimos es el de la realización. Y allí descubrimos que a mayor transparencia mayor diferencia. Ahora estaremos viendo el principio de la planificación. Y diremos que la planificación no anula la sumisión. Este principio está basado en 2 Corintios 1:15-20.

Empezaré por comentarles que no hay nada como los cambios en el plan de viaje para revelar cómo realmente manejamos el cambio. Para muchos, viajar con la familia es una obsesión sagrada. Planean con meses de anticipación para obtener los mejores vuelos y reservar el hotel «perfecto» para acomodar sus intereses turísticos. Como familia, leen libros de viajes y blogs para encontrar restaurantes apartados. Con un itinerario en la mano, se  embarcan en su viaje, solo para encontrarse con cambios forzados que fueron imprevistos. Por decir lo menos, muchos no reaccionan bien con un «cambio de planes», especialmente cuando están de vacaciones. Los cambios ellos equivalen a estrés, molestias y más trabajo.  Sin embargo, hay un dicho común que dice : «¡Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes!»

Si bien no creo que Dios sea malicioso en su risa; creo que se pregunta por qué pensé que tenía derecho a determinar mi curso en primer lugar. Sólo basta ver que el libro de Proverbios, capítulo 16 está lleno de dichos sabios que dan la verdadera perspectiva de quién está a cargo de «hacer planes». Muchos de los dichos sabios en Proverbios 16 identifican que si bien es natural, aunque no sea bueno para uno hacer planes, debo reconocer que mis planes futuros a menudo me parecen correctos, pero son verdaderamente egoístas y resultan en situaciones peligrosas ( Prov. 16: 1 , 2, 25).  La buena noticia es: Dios está en el negocio de cambiar nuestros planes a Su plan, resultando en algo mucho mejor de lo que podría esperar. Esto es lo que hizo con el apóstol Pablo. Pero muchos de sus adversarios no lo entendieron así.

¿Por qué acusaban los corintios a Pablo de engaño y descuido? Debido a que no llegó a Corinto. Se había visto obligado a cambiar sus planes. Originalmente había prometido pasar el invierno en Corinto «si el Señor lo permite» (1 Corintios 16:2-8). Pablo quería recoger las ofrendas que los corintios habían recolectado para los creyentes judíos pobres. También quería darle a la iglesia el privilegio de enviarle a él y a sus compañeros camino a Jerusalén. Pero para tristeza y vergüenza, Pablo había tenido que cambiar sus planes. Personalmente lo comprendo porque en mi propio ministerio algunas veces he tenido que cambiar mis planes e incluso cancelar reuniones, ¡y sin el beneficio de la autoridad apostólica! Pablo ahora planeaba hacer dos visitas a Corinto, una en su camino a Macedonia, y otra en su camino de regreso. Entonces añadiría la ofrenda recogida en Corinto a la de las iglesias de Macedonia, y continuaría su viaje a Jerusalén. Sin embargo, incluso el segundo plan alternativo de Pablo tuvo que ser abandonado.[1]

De la experiencia de Pablo podemos encontrar tres grandes principios cuando nosotros intentamos planear nuestra vida. Primero el apóstol Pablo señaló que nuestros planes son falibles. En segundo lugar enseñó que nuestros planes deben ser flexibles y en tercer lugar debemos aprender que nuestros planes simplemente nos hacen estar disponibles a la soberanía de Dios.

Veamos en primer lugar que nuestros planes son falibles.  (2:15-16)

Una de las cosas que Pablo entendió y que nosotros debemos entender es que mis planes no son la autoridad por la que opera el universo.

En nuestras iglesias se ha producido un fenómeno acerca del tema de planificar. Las corrientes administrativas y gerenciales han minado la perspectiva bíblica de planear. Sendos planes estratégicos y de administración sustituyen la voz del Espíritu Santo y violentan la voluntad de Dios, simplemente porque muchas veces le estamos diciendo a Dios que es lo que él debe respaldar aunque lo que deba respaldar sean mis planes y estén en contra de la esencia del carácter de Dios. Ya no son organismos que se someten a la voz del ungido sino maquinaria organizativas y aceitadas por el humanismo más que por el aceite del Espíritu de Dios.

Al pensar en tu vida en la actualidad ¿Recuerdas el día que descubriste que tu vida no iba a resultar exactamente como pensabas? A todos les pasa tarde o temprano. Todos hemos tenido sueños, deseos, metas y expectativas que, por un variedad de razones, no han llegado a buen término. Los planes se esfuman. Las expectativas se quedan en nada. Las personas de confianza nos defraudaron— o nos defraudamos. Los sueños se rompen o se escapan. ¿Te ha pasado a ti? El plan A se detiene abruptamente y no estás seguro de si hay un Plan B.[2]

Tal vez la comprensión te golpee en forma de enfermedad o incluso de muerte, una diagnóstico aterrador, un descenso repentino al mundo de las camas de hospital y IV, la pérdida repentina de un amigo cercano o familiar. Tal vez implica una experiencia decepcionante en la iglesia o un revés financiero. O tal vez tus sueños destrozados vienen con los papeles del divorcio. Esperabas terminar tu vida con la pareja con la que te casaste. Pero tu matrimonio se termina, y estás herido y decepcionado.[3]  

Tal vez, como una amiga , sabías que ya estarías casada y tendrías un familia, pero simplemente no está sucediendo. Ella quiere desesperadamente conocer al hombre de sus sueños En varias ocasiones pensó que había conocido al único. Pero está decepcionada. Ahora cada boda a la que asiste es un recordatorio de que la vida no está resultando como ella esperaba.

Todo esto viene a demostrarnos que nuestros planes no son infalibles, al contrario son altamente falibles. Pueden fallar, y de hecho fallará. Nunca serán como lo hemos planeado.

Pablo describe que sus planes fueron falibles por tres grandes razones que destaca en los siguientes versículos. Y estas razones se basan en nuestras suposiciones, reacciones y decisiones. Veamos pues estas tres áreas en el texto.

La primera situación falible de Pablo es su suposición. Observe que Pablo utiliza la palabra “con esta confianza”. Pablo dice “supuse”. La palabra confianza es la expresión griega pepoithēsis este es un verbo perfecto cuya raíz describe a alguien que se puede traducir estar persuadido de algo o inducir a creer en algo. Es curioso que la terminación de la palabra es tesis que implica una suposición o esquema de pensamiento. Es obvio que Pablo ha argumentado en los versículos anteriores su testimonio y limpieza de motivaciones. Ahora Pablo concluye que eso le hacía suponer que Dios estaba aprobando lo que pensaba hacer con la iglesia. Uno de los grandes problemas que muchos cristianos tienen es que sus planes son suposiciones basadas en sus propias experiencias humanas, y buenas experiencias. Lo que les hace suponer que Dios deberá aprobar lo que planean hacer porque ellos son sinceros en lo que han proyectado. La sinceridad nunca es un recurso para creer que Dios está a favor nuestro. Pablo dice: “yo supuse que Dios quería que viajara con ustedes.” Sin embargo la realidad está mostrando todo lo contrario.   

La segunda situación falible de Pablo es su reacción.  La expresión que se utiliza en el desarrollo del argumento es “quise ir”. En la primera Pablo dijo “supuse”, pero en la segunda Pablo dice “quise”. El uso de este término es interesante. Se puede traducir como querer deliberadamente, tener un propósito, tener la mente  de querer como un afecto, desear. Pablo está en movimiento por tiene un gran deseo. El visitar a los Corintios es algo que él quiere. Sin embargo debemos entender que los planes de Dios no se mueven por lo que nosotros queremos sino por lo que aceptamos de parte de Dios en nuestras vidas. Si hacemos un análisis la mayoría de veces son nuestros propios deseos. Y lo más complicado de esto es que pueden estar disfrazados por buenos deseos.  

La tercera situación falible de Pablo es su decisión. Primero Pablo dice supuse, luego dice quise pero en tercer lugar dice propuse. El centro de la propuesta son los hermanos de Corinto. Si observamos el texto Pablo usa 4 veces la palabra “vosotros”. Ahora bien, Pablo se había enfocado en servir a los hermanos. Sus decisiones de viajar era por el interés que tenía de estar con la gente. ¿Sin embargo si ese era el interés de Pablo y era un interés genuino porque razón no le permitió hacer los viajes que el supuso que haría? ¿Hay alguna dimensión del servicio que está mal y nos perdemos el objetivo del servicio?

Un autor establece que  servir a Dios es un resultado de disfrutar a Dios… La única forma de poder servir a Dios (de la manera que él espera y desea) es apreciando su incomparable valor… ¿Qué es servir a Dios de corazón? Servir a Dios es el resultado de amarle, de encontrarle atractivo, de hallarlo especial. Servir es la consecuencia de ver a Dios digno de entregarle todo mi ser… ¡Servir a Dios es el resultado de apreciar la gloria de Dios![4] El servicio cristiano no es hacer lo que quiero no quiero. El servicio cristiano es el resultado de que Dios cambie lo que amo. A lo mejor Pablo por estar obsesionado con los Corintios había perdido su enfoque de servir a Dios.

Entonces nuestros planes pueden se falibles, porque está basado en lo que supuse, quise y propuse. Es un asunto de suposición, reacción y decisión.

Ahora en segundo lugar nuestras planes no sólo son falibles sino que también deben ser sensibles. (2 Corintios 1: 17-18)

La narración nos muestra que Pablo de repente entrar en duda. Hace una evaluación honesta sobre que pasó. Debemos preguntarnos siempre si estamos siguiendo los pasos de Dios o simplemente estamos haciéndolo en la carne o sabiduría humana. ¿Cómo nos sensibilizamos cuando los planes no están saliendo como esperábamos? Creo que Pablo lo hace haciéndose preguntas honestas y profundas.

La primera pregunta que Pablo se hizo fue ¿Qué me movió a hacerlo? Es una pregunta que evalúa su motivación. Observe que dice “usé ligereza”. El verbo usar en el texto griego es muy ilustrativo. La traducción del verbo tiene que ver con “tomar prestado”, hacer uso de una cosa al que se le ha prestado. La idea es que Pablo está evaluando que había prestado a la impulsividad su anhelo de ir a Corinto. Es posible que Pablo esté pensando seriamente que lo había hecho sin pensarlo dos veces, a la carrera y no con un sentido de búsqueda de Dios. A veces nos dejamos ir por las emociones y sentimientos y no tanto por la convicción de que lo que Dios quiere.

La segunda pregunta que Pablo se hizo fue ¿Qué pensaba al hacerlo? Es una pregunta que evalúa su reflexión. La palabra que se usa para “pensar” se refiere a deliberar consigo mismo, tomar consejo e incluso resolver”. Es decir Pablo está evaluando su pensamiento y está reflexionando si ha tomado una decisión en puros argumentos carnales. Puede existir quizás la duda de que tomó consejo de el mismo y no de Dios.

La tercera pregunta que Pablo se hizo fue ¿Qué perseguía al hacerlo?. Es una pregunta que evalúa su convicción. El argumento esgrimido en esta sección nos lleva que era la convicción de Pablo. El primero hace ver a los Corintios que se podría interpretar como que en el hay un “sí y no” al mismo tiempo. Es decir una persona sin palabra y de doble ánimo. El dice que no se confundan ya que su convicción está centrada no en su propio sí y no sino en que su modelo de integridad es Jesús, porque el carácter de Dios es sí y no y que así como en Dios no hay ambigüedad tampoco en él. Esa es su convicción.

Entonces, los planes  en primer lugar son falibles, en segundo lugar deben ser sensibles a nuestra motivación, nuestra reflexión y nuestra convicción. Pero hay una tercera situación.

En tercer lugar nuestros planes deben ser flexibles. (2 Corintios 2: 19-20)

La flexibilidad muchas veces está ausente en la manera que planificamos nuestra vida. Santiago lo establece diciendo: “si Dios quiere haremos esto o aquello” (Santiago 4:15). La última palabra debe estar en boca de nuestro Dios. Debemos aprender hacer ajustes cuando Dios cambie nuestros planes. La primera cosa por la que debemos ser flexibles según lo muestra el texto es porque Dios es soberano. La idea del vrs. 19 nos plantea que Dios nunca cambia y que simplemente el decreta el plan y no hay variación en él. Pablo dice que Jesús tiene una decisión y que cuando dice sí no hay nada que lo cambié. Su plan seguirá adelante. Si no nosotros no aceptamos la soberanía de Dios tendremos problemas en adecuarnos a los cambios que Dios hará en nuestras vidas. La segunda cosa por la que debemos ser flexibles es porque Dios es sabio. Pablo dice que todas las decisiones soberanas de Dios son promesas  para nuestro bien. La palabra epanngelía se refiere a promesas incondicionales, no hacemos nada para que Dios nos la otorgue. Dios siempre quiere darnos lo mejor y cuando hay cambio de planes entonces Dios en su sabiduría nos estará llevando por una senda mejor y un buen propósito de vida.

La flexibilidad es la capacidad de adaptarnos de manera rápida a las circunstancias, a los tiempos de Dios y a las personas. Hacer eso requiere de una dosis de ‘buena vibra’. La flexibilidad es la única respuesta válida frente a cualquier cambio sorpresivo. ¿Por qué? Porque ser flexible es observar una nueva situación y actuar de acuerdo con ella. ¿No nos salió ese trabajo al que nos postulamos? ¿Acaso no logramos cristalizar ese anhelo por el que veníamos trabajando? No culpemos a nadie, tampoco nos arrepintamos de haberlo intentado; sólo debemos practicar la aceptación con paciencia, sin que por ello debamos resignarnos. De manera desafortunada nos han enseñado que la flexibilidad es sinónimo de ‘ceder’ para evitar conflictos. ¡No es así! Ser flexibles no significa dejarse llevar o ser condescendientes con todo O con todas las personas. ¡Es otra cosa! Debemos aceptar que la vida no siempre nos resulta como queremos, teniendo en cuenta que hay más de una posibilidad ante nosotros. Para lograr esa gota de flexibilidad que nos falta, nos corresponde asumir el entorno de una manera Entonces, cuando Dios cambie nuestros planes, busque su bendición de algo nuevo e inesperado. Si bien el dolor de la pérdida puede ser muy real, la gracia de Dios es suficiente para llevarnos a sus próximos pasos en nuestras vidas. Porque las «cosas de Dios» conducen a planes que dan vida.

Entonces, nuestros planes son falibles, sensibles y flexibles porque Dios es soberano y es sabio.

Antes de cerrar esta reflexión debemos asimilar tres cosas importantes a manera de aplicación más personal.

En primer lugar cuando Dios cambia nuestros planes nunca nos dice que va hacer. Es que Dios sabe lo que es mejor y lo que nos conviene a nosotros.

¿Cuántos aquí pueden decir hoy sin la menor duda que están haciendo con sus vidas lo que dijeron que iban a hacer cuando tenían 7 añitos de edad? La mayoría de nosotros no estamos haciendo hoy lo que dijimos que haríamos , yo recuerdo que yo dije cuando tenía 7 anitos que yo iba a ser militar. Algunos de los planes que yo tenía en un momento cambiaron porque yo cambie mis deseos al pasar el tiempo y tome decisiones diferentes , pero yo les puedo decir que la mayoría de los cambios hechos en mi vida han sido por circunstancias ajenas a mi voluntad, han cambiado y  por la voluntad de Dios es que yo no recuerdo que el preguntara? Romeo está bien si cambio todas las circunstancias en tu vida para que al final se haga mi voluntad y no la tuya!!!???

Lo segundo que podemos aprender es que el plan de Dios no es fácil, pero es el mejor.

Jesús en su palabra nos enseña que hay 2 caminos el camino fácil, el camino ancho pero este camino lo que lleva es a la perdición y a la destrucción y el camino estrecho, el camino difícil y este lleva a la vida eterna , es que a veces pensamos que las cosas fáciles son buenas pero no lo son. El camino que Jesús escogió no fue uno fácil, él se pudo quedar en el cielo reinando como lo había hecho toda la eternidad pero el tomo el camino difícil y se hizo y vivió y padeció como todo hombre y fue tentado en todo pero no peco y fue humillado y golpeado y luego crucificado hasta la muerte para darle salvación a todo aquel que le reciba y le confiese como salvador no fue fácil!!!!!!!

El apóstol Pablo lo tenía todo , dinero , posición, respeto, estatus social pero cuando Jesús lo llamo a ser apóstol a ser su siervo para predicar el evangelio, no fue fácil dice la Biblia que pablo paso unos momentos difíciles, leamos lo que nos dice 2 Corintios. 11:23-28 no fue fácil para pablo !!!!! Pero escuche lo que dice en el capítulo 12:10 El plan de Dios no es fácil pero es mejor.

Dios no nos promete un camino fácil, pero él nos promete que el estará con nosotros en ese camino y al final seremos vencedores , seremos victoriosos y no importa que

Situaciones u obstáculos se puedan presentar en nuestras vidas con Cristo guiando nuestras vidas vamos a triunfar , vamos a ganar la carrera vamos a vencer !!!!!!!! AMEN

Lo tercero y último fue que aunque las cosas fueron difíciles para Pablo Dios le llenó de Bendiciones.

Cuando Dios hace un plan ese plan no falla jamás su plan para este mundo fue el enviar a su hijo unigénito, a su único hijo parea que todo que en el creyera no se pierda sino que tenga vida eterna. Sabe Dios cambia planes. Pero si alguien me va a cambiar mis planes que sea Dios.


[1] Wiersbe, Warren. Animados en Cristo: Un estudio expositivo de II de Corintios, pág. 24

[2] Wilson, Pete. Plan B: What Do you Do when God doesn´t show up the way you thought he would? Pág. 13

[3] Ibid.

[4] Tranchini, E. Nicolás. Cambios Profundos. Pág 189

«…Los vaivenes de la vida…»

Los vaivenes de la vida

El Señor es mi pastor; nada desearé» (v. 1). Esa debe ser una de las citas más familiares del Antiguo Testamento. Y es que si somos honestos todo el mundo tiene algún tipo de pastor. Jeremías dijo: «No está en el hombre que camina  dirigir sus propios pasos» (Jeremía 10:23). Somos como ovejas perdidas, incapaces de guiar nuestras propias vidas. Necesitamos un pastor.

¿Quién es tu pastor? Se ha preguntado que cuando el Señor sea su Pastor, ¿qué le sucedería en la vida?

Por lo menos hay tres verdades importantes que destacan para nuestra vida.  Primero, vives un día a la vez. «Ciertamente la bondad y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida» (v. 6).

El Salmo 23 habla de todos los días de nuestras vidas, y se viven uno solo día a día en que el Señor es nuestro Pastor. Alguien ha dicho que el promedio la persona está siendo crucificada entre dos ladrones: los remordimientos de ayer y el preocupaciones del mañana. En consecuencia, no puede disfrutar de hoy.

Segundo, cuando el Señor es tu Pastor, vives cada día conectado. En Juan 10:27 el Señor Jesús dijo: «Mis ovejas oyen mi voz».  El Pastor no conduce a Sus ovejas por detrás. Más bien, Él las llama desde adelante. ¿Cómo lo hacemos? Escuchando la voz del Señor. A través de la Palabra de Dios.

Tercero, cuando el Señor es tu Pastor, cada día esperando cambios.  Un día tienes pastos verdes y aguas tranquilas. Otro día se pasa por el valle de la sombra de la muerte. Otro día tienes una mesa en presencia de tus enemigos. Otro día tu vivirás en la casa del Señor (cielo) para siempre. Experimentarás cambios en vida. Así que espérelos; no les tenga miedo. Cuando sigues al Pastor, el futuro es tu amigo, porque el Señor irá delante de ti. Vive un día a la vez, siguiendo al Pastor, y no habrá que tener miedo.

Algunas personas no logran adaptarse a los cambios inevitables de la vida. Como creyente, tú nunca debes temer lo inevitable o el  futuro. Confía en el Pastor, que va delante de ti, y escucha Su Palabra. Comprométete este día con el Señor y dale gracias para Su guía.