«…¿enterrado o plantado?

Cuando pensamos en lo que significa ser «bendecidos», la mayor parte del tiempo pensamos en las cosas buenas que nos han sucedido. Posiblemente nuestro jefe nos ofreció un nuevo puesto en el trabajo y fuimos bendecidos con un ascenso. Recordamos cuando nuestro nuevo hijo nació y cómo fuimos bendecidos con un niño. O quizá vencimos una enfermedad y fuimos bendecidos con un retorno a la buena salud. Las bendiciones y los buenos tiempos van de la mano. Es fácil celebrar y tener una actitud de gratitud cuando las cosas nos están saliendo bien. ¿Pero y cuando pasamos por tiempos realmente difíciles? La empresa estaba haciendo un recorte de personal y fuimos despedidos. Alguien abandonó una relación con nosotros y ahora tenemos que comenzar de nuevo. ¿Dónde están las bendiciones cuando pasamos por cosas que no entendemos?

Todos nosotros en cierto punto pasamos por un lugar tenebroso: una enfermedad, un divorcio, una pérdida, un hijo que rompe nuestro corazón. Es fácil desanimarse, renunciar a nuestros sueños y pensar que es el fin. Pero Dios usa los lugares tenebrosos. Son parte de su plan divino. Piense en una semilla. Mientras permanezca en la luz, no puede germinar y nunca se va a convertir en aquello para lo que fue creada. La semilla debe ser plantada en la tierra, en un lugar oscuro, para que el potencial del interior cobre vida. Del mismo modo, hay semillas de grandeza en nosotros— sueños, metas, talentos, potencial—que solamente cobrarán vida en un lugar oscuro.

Esto fue lo que Jesùs afirmó en el evangelio de Juan 12:24. Lea lo que dijo:

23 —Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. 24 Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto.

La versión The Message lo pone de esta manera:

“Escuchen atentamente: a menos que un grano de trigo sea enterrado en la tierra, muerto para el mundo, nunca será más que un grano de trigo. Pero si se entierra, brota y se reproduce muchas veces. Juan 12:23-24

Lo que Jesùs nos enseña es que para que podamos crecer y llevar más crecimiento a nuestra vida debemos pasar por procesos de oscuridad. Y es en esos procesos de oscuridad donde  podremos crecer y salir diferentes en nuestra vida.

Según Jesùs para ser bendecidos en lugares tenebrosos deben pasar a lo menos cuatro cosas esenciales.

La primera cosa esencial está relacionada con la asignación de los momentos tenebrosos.  “…de cierto, de cierto os digo…”. La segunda cosa esencial está relacionada con la condición de los momentos tenebrosos. “…si el grano de trigo…” La tercera cosa esencial está relacionada con la situación de los lugares tenebrosos. “…no cae en la tierra y muere, queda solo…”. Y finalmente la cuarta cosa está relacionada con la bendiciòn en los lugares tenebrosos.  “…lleva mucho fruto…”

En primer lugar hablamos de que la primera cosa esencial de los momentos tenebrosos es la asignación. ¿De dónde proceden nuestros tiempos oscuros y sin sentido? ¿Quién los ocasiona y porqué los ocasiona? Observemos que estas palabras de Jesùs están dentro de las últimas semanas de su muerte. El contexto nos habla que unos griegos querían ver a Jesùs y la respuesta de Jesùs es “Ha llegado la hora  para que el Hijo del Hombre sea glorificado”.  Es muy interesante que Èl dice “ha llegado la hora”. La palabra griega que utiliza es “jora”. En griego significa un cierto tiempo o estación definida fijada por la ley natural y que regresa con el año rotatorio, aduce a  las estaciones del año, primavera, verano, otoño, invierno.

La asignación tiene que ver con reconocimiento de las estaciones de la vida.

Esto implica que Dios nos ha dejado señales de cuando una estación termina y de cuando una nueva estación comienza. El sol y la luna, que son agentes externos, son los encargados de anunciar a la tierra que la estación se ha mudado. No reconocer las estaciones puede ser mortal, para convivir, para trabajar o desarrollar actividades. Como seres vivientes, reconocer una nueva estación es fundamental para vivir y ser fructíferos. Espiritualmente esto es igual, debemos reconocer los tiempos de Dios y adaptarnos a ellos, no combatirlos como algunos hacen, poniendo en riesgo su vida espiritual, sino adaptarnos para alcanzar nuestro máximo potencial y desarrollo.

Dios nos enseña que hay un tiempo para cada cosa, y nosotros somos los encargados de reconocer el comienzo y el fin de cada tiempo para mudarnos junto con él. No reconocer el cambio de una estación nos puede hacer actuar espiritualmente como adolescentes inestables, por momentos como maduros equilibrados y por momentos como desorientados, confundidos, o perdidos. Por eso es de vital importancia reconocer las estaciones que ameritan los cambios para nuestra vida espiritual. En el caso de Jesùs fueron los griegos la señal y el cambio de estación fue de predicar a la cruz. Nosotros podemos elegir la estación del año que más nos gusta, pero eso poco le importa a Dios porque Él ya las estableció. Es decir, alguien puede protestar contra el calor del verano y orar para que cambie a frío, sin embargo Dios ya estableció lo que ocurre en verano y nada puede cambiarlo con una tonta oración, así tampoco se puede combatir contra el invierno y si alguna persona determina no reconocerlo poniéndose un short de baño y saliendo con camisetas a trabajar, indudablemente se va a enfermar o puede que en su porfía muera de frío por no reconocer una estación de Dios y respetarla. Por eso, cuando algo no está bien en nuestra vida, cuando nos pasa algo triste, es una señal de que viene otra estación, no debemos enojarnos, y si hay cosas que no nos gustan, debemos saber que las estaciones vienen para dar frutos, no para fracasar, vamos a madurar en ellas, sigamos adelante y no combatamos lo que viene de Dios, porque aunque no entendamos algunas cosas y puedan hacernos sufrir, son necesarias y nos harán bien.

La asignación tiene que ver con  las imposiciones en la vida. En el castellano se usa “de cierto, de cierto…os digo” Se usa en griego la palabra “amén” dos veces. Según el idioma original esta palabra es una metáfora de la palabra fiel. También se puede traducir en verdad. Esta palabra se podía usar al comienzo de un discurso – seguramente, verdaderamente, de una verdad y también al final, así es, que así sea, que se cumpla. Era una costumbre, que pasó de las sinagogas a las asambleas cristianas, que cuando el que había leído o discursado ofrecía una oración solemne a Dios, los demás respondían Amén, y así hacían suya la sustancia de lo que se pronunciaba. La palabra «amén» es una palabra muy notable. Fue transliterada directamente del hebreo al griego del Nuevo Testamento, luego al latín, al inglés y a muchos otros idiomas, de modo que es prácticamente una palabra universal. Se la ha llamado la palabra más conocida del habla humana. La palabra está directamente relacionada –de hecho, casi idéntica– a la palabra hebrea para «creer» (aman), o fiel. Por lo tanto, pasó a significar «seguro» o «verdaderamente», una expresión de confianza y confianza absolutas. En ese sentido cuando Jesùs la usa en este contexto está declarando que debemos tener la absoluta certeza, y creer en verdad que habrá momentos oscuros y tenebrosos designados para nuestra propia vida. Por otro lado la expresión “os digo” es la palabra “lego” en griego que nos da la idea afirmar, exhortar, dirigir, mantener. El tiempo presente demuestra que hay certeza y continuidad en lo que se dice. Jesùs jamás ocultó los tiempos tenebrosos.

En segundo  lugar hablamos de que la segunda cosa esencial de los momentos tenebrosos es la condición.

La necesidad del potencial. “Si el grano de trigo” Cuando Jesùs nos habla de nuestra condición como personas, nos ilustra no tanto en lo que somos sino en lo que podremos llegar a ser. El uso del grano de trigo nos habla de que Dios nos ve con ojos de potencial.  ¿Qué es el Potencial? Las palabras sinónimas sonPropósito, Destino, Voluntad de Dios y Llamado. En realidad el potencial es la capacidad escondida, el poder sin desarrollar, la energía que no ha sido desarrollada. Es todo lo que tú puedes llegar a ser ,pero que todavía no has llegado a serlo. El éxito sin uso, los dones dormidos, los talentos escondidos. Lo que Ud. puede hacer pero no ha hecho; Es donde Ud. pude ir y todavía no ha ido. Lo que Ud. podría imaginar, pero todavía no ha imaginado; Es lo que puede llegar a cabo, pero todavía no ha realizado.

Usted puede tener una semilla en su escritorio toda la vida, pero nunca se va a convertir en lo que fue creada hasta que la ponga en la tierra. Su potencial nunca será soltado hasta que sea plantada. Todo el tiempo que esté en el escritorio donde es cómodo y no tiene que estirarse o tratar con alguna adversidad, el potencial de la semilla permanecerá encerrado dentro de ella. Solo después de ser plantada y de pasar por el proceso de germinado—cuando la cascarilla externa se rompe y el nuevo crecimiento comienza—florecerá y dará mucho fruto. El problema con mucha gente es que quieren el fruto, pero no quieren pasar por el proceso. No quieren estar incómodos. No quieren tener que estirarse o tratar con la adversidad, la oposición o la traición. Pero sin el lugar tenebroso, su potencial permanecerá encerrado en el interior.

La imposibilidad del potencial. La semilla no puede germinar en la luz. Si usted le preguntara a la semilla, estoy seguro de que diría: «No quiero ir a la tierra. Está oscuro, es solitario y es incómodo cuando lo gente camina sobre mí». La semilla siente como si hubiera sido enterrada, como si fuera el final, pero de lo que la semilla no se da cuenta es que no está enterrada; ha sido plantada. Tiene la vida del Todopoderoso Dios en el interior. Ese lugar tenebroso, aunque es incómodo, es una parte crucial del proceso. A lo largo de un periodo, una vez que germina y crece, en lugar de ser una pequeña semilla enterrada, termina siendo una hermosa flor, que se abre y que da mucho fruto. Si usted le preguntara a la flor al estar ya completamente abierta, le diría: «No me gustó el lugar tenebroso, pero me doy cuenta ahora de que fue una bendición. Mire lo que sacó de mí. ¡Mire en lo que me he convertido!».

La realidad del potencial. Habrá momentos en la vida cuando se sienta como si estuviera enterrado y habrá pensamientos que le dirán: Ya se fueron tus mejores días. Ese recorte de personal arruinó tu carrera. Ese divorcio manchó tu futuro. Esta enfermedad va a ser tu final. Tenga una nueva perspectiva. No está enterrado; está sembrado. Si nunca hubiera pasado por el lugar tenebroso— la soledad, la decepción, la pérdida—nunca habría descubierto lo que está dentro. Como el de esa semilla, su potencial está a punto de ser soltado. Usted no solamente va a salir de la oscuridad, usted va a salir mejor, más fuerte, completamente en flor y llevando mucho fruto. Cuando sienta como si algo estuviera muriendo, está oscuro, usted siente la presión de la tierra, no ve una salida, es señal de que algo nuevo está por salir a la vida: nuevo crecimiento, nuevo talento, nuevas oportunidades. El desafío para usted es que esté dispuesto a pasar por el proceso. Demasiadas personas se amargan, pierden su pasión y se atoran con la pregunta sin respuesta: «¿Por qué está sucediendo esto? Pensé que Dios estaba a mi favor». Atrévase a confiar en Él. Él sabe lo que está haciendo. Él no envía la dificultad, pero la va a usar. No luche contra los lugares tenebrosos. Quizá haya tierra a todo su alrededor y sea incómodo, pero esa tierra no está allí para detenerlo, está allí para sacar la grandeza que lleva dentro.

En tercer  lugar hablamos de que la tercera cosa esencial de los momentos tenebrosos es la situación. Al hablar de la situación me refiero a las circunstancias tenebrosas que nos rodean y que nos hacen sentirnos miserables y a muchas veces con ganas de renunciar. En los momentos tenebrosos hay situaciones cuando me siento en  descenso. Observe que la expresión dice “si no cae”. En lugar de ir para arribar vamos hacia abajo. En lugar de ir mejorando vamos empeorando. La expresión “cae” es “pipto” en el idioma griego. Su traducción tiene múltiples significados.  Se puede traducir como descender de un lugar más alto a un lugar más bajo, caer (ya sea desde o sobre), ser empujado hacia abajo, descender de una posición erguida a una postrada, ser derribado de un estado de prosperidad,  caer en ruinas, ser derribado de un estado de prosperidad, no participar en, perder una participación. El uso del tiempo aoristo determina una acción que sucede sin referencia a las circunstancias, tiempo o condiciones. Simplemente algo te hizo caer y es una realidad tu caída. Pero también hay situaciones  que me siento en suspenso. Jesùs dice “en la tierra y muere” Dos elementos importantes se puede ver con estas dos palabras. La primera es el lugar donde estamos “en la tierra” es decir la parta más baja a donde puedo descender. No hay donde más ir. Incluso esa tierra me tiene que sepultar. Allí puedo ser pisoteado, ignorado, saltado y simplemente nadie se preocupa por alguien que está a nivel de lo más bajo de su vida. Pero recuerde no estoy enterrado estoy plantado esa condición es para que mi potencial salga. La segunda tiene que ver con la situación a la que llegamos. “Muere” dice Jesùs. Tenga una nueva perspectiva: los lugares tenebrosos  de muerte son oportunidades para crecer. Usted no se encuentra en un lugar tenebroso por accidente. Si Dios no lo fuera a usar para su bien, no lo habría permitido. Quizá no lo entienda, podría no tener sentido, pero Dios sabe lo que está haciendo. Pase la prueba. En estos últimos meses he aprendido que cada vez que algo muere en mi vida, algo más está viniendo a la vida. Parece como un final, pero Dios tiene un nuevo comienzo. Un amigo lo traiciona y lo deja, y su relación muere, pero al mismo tiempo Dios está dando a luz una nueva relación. Él ya preparó otro amigo que está destinado a cruzarse en su camino. Perdió un empleo, un puesto o un cliente importante, pero Dios tiene una nueva posición, nuevas oportunidades y nuevos niveles para usted. Por otro lado hay situaciones en las cuales me siento indefenso. Observe que dice “queda solo”.  La expresión “queda” es permanecer en el texto griego. Da la idea de no tener ningún asidero. La expresión solo significa olvidado, destituido del recuerdo. Eso implica que simplemente nadie se acuerda de ti. Claro estàs enterrado y la gente piensa que estàs acabado. Pero lo que no se dan cuenta es que estàs germinando para nueva vida y para mucho fruto. Dios usa los lugares tenebrosos. Cuando José fue acusado falsamente y puesto en prisión durante trece años, la Escritura dice: «Afligieron sus pies con grillos; en hierro fue puesta su alma». En esa prisión José desarrolló fuerza, una perseverancia que no podría haber obtenido en ninguna otra manera. Hay algunas lecciones que solamente se pueden aprender en los lugares tenebrosos. Deje de quejarse de lo que está pasando, de lo injustas que son las cosas, de quién lo ofendió. Quizá sea incómodo, probablemente no le guste, pero está cooperando para su bien. Usted se está fortaleciendo; se está desarrollando algo en usted que solo puede obtener en la oscuridad. No puede alcanzar su más alto potencial estando en la luz todo el tiempo. No tener oposición, ni problemas y que nadie venga en su contra quizá podría sonar bien, pero va a detener su crecimiento.

En cuarto  lugar hablamos de que la cuarta cosa esencial de los momentos tenebrosos es la bendiciòn. El texto dice “lleva mucho fruto”. La expresión “fero” en griego para llevar puede significar llevar alguna carga, moverse por rumbo; mover o, ser transportado o soportado, con la sugerencia de fuerza o velocidad, ser movido hacia adentro, impulsado, soportar, es decir, aguantar, soportar el rigor de una cosa, soportar pacientemente la propia conducta, o perdonar  traer adelante mudarse a, aplicar dar a luz, producir y finalmente se puede usar como  liderar, conducir. Es progreso y utilidad a otros la bendiciòn que nace de los tiempos tenebrosos.

El rey David dijo: «Cuando estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar». No lo ensanchó en los buenos tiempos; fue ensanchado cuando las cosas no le estaban saliendo bien. Cuando David era adolescente quería salir a divertirse con sus amigos, pero tenía que quedarse a cuidar de las ovejas de su padre. Día tras día, mientras estaba fuera solo en los campos de pastoreo, sin nadie con quien hablar, parecía como si nunca podría lograr sus sueños. Pero esos años en los campos solitarios fue lo que lo preparó para convertirse en un campeón. Cuando mató a Goliat, la gente dijo que había conseguido el éxito de la noche a la mañana. Pero la verdad es que no sucedió de la noche a la mañana. Sucedió porque atravesó los lugares tenebrosos con una buena actitud. Las cosas no le estaban saliendo como él quería, cuando estaba solitario y sintiendo como si Dios se había olvidado de él, simplemente siguió haciendo lo correcto. Entendió este principio. Su actitud fue: Dios, este es un lugar tenebroso. Quizá no lo vea ahora, pero creo que está obrando a mi favor. Me estoy volviendo más fuerte. Estoy desarrollando paciencia y perseverancia, y estoy aprendiendo a confiar en ti. En el momento indicado, no solamente salió de ese lugar tenebroso, sino que salió incrementado, promovido y mejor que como había estado antes.

No es una coincidencia que David diga en el Salmo 23: «El Señor es mi pastor; nada me falta. En campos de verdes pastos me hace descansar; me lleva a arroyos de aguas tranquilas […] Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno». De hecho, estaba diciendo: El mismo Dios que me lleva a pastos verdes, el mismo Dios que me lleva a aguas tranquilas, es el mismo Dios que me guía a través del valle más sombrío. Todos podemos confiar en Dios cuando estamos descansando en los pastos verdes, y podemos confiar en Él cuando estamos junto a las aguas tranquilas; eso es fácil. Pero Él le está pidiendo que confíe en Él cuando está en el valle más sombrío. No lo ha dejado. Probablemente se sienta solo, abandonado y maltratado, y piense que la vida no ha sido justa, pero Dios todavía lo está guiando. Ese lugar tenebroso es parte del plan de formarlo tal como fue creado. Quizá no sea fácil, posiblemente no lo comprenda, pero la fe es confiar en Dios cuando la vida no tiene sentido. Atrévase a creer que Él lo está bendiciendo incluso en los lugares tenebrosos. Crea que lo que fue pensado para su mal está obrando a su favor. David continuó diciendo: «Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento. Me preparas un banquete a la vista de mis adversarios; derramas perfume sobre mi cabeza y me colmas de bendiciones». Observe que tiene que pasar por el valle para disfrutar la mesa puesta delante de usted. Tiene que pasar por la soledad, por la enfermedad, por la traición antes de obtener esa unción fresca, ese comienzo fresco. Usted tiene que pasar por los campos de pastoreo, haciendo lo correcto a pesar de que le esté sucediendo lo que no es correcto. Usted tiene que pasar por ese empleo en el que no es tratado bien, abrirse paso a través de la lucha, de la escasez, de la deuda, antes de llegar a donde es colmado de bendiciones. Con demasiada frecuencia queremos las bendiciones, pero no el valle. Nuestra oración es: «Dios, dame más favor, más influencia una mayor unción». Dios responde: «Está bien, pero tienes que estar dispuesto a ir conmigo a través del valle». En los lugares tenebrosos es donde le probamos a Dios de qué estamos hechos realmente. ¿Puede Dios confiarle más de su favor, con una mayor influencia y más recursos? Usted tiene que ser fiel en el campo de pastoreo, un lugar solitario donde quizá las cosas no le estén saliendo bien. «Bueno, usted dirá, no me cae bien mi jefe. Por eso es por lo que me tardo en el trabajo, y por eso es por lo que llego tarde. No me tratan bien». Si usted no tiene una buena actitud en los lugares tenebrosos, se quedará atorado allí. Si usted no es fiel en el desierto, ¿cómo puede Dios confiar en que usted será fiel en la Tierra Prometida?

Uno tiene que atravesar el valle para llegar a la mesa. No se quede atorado en el valle sombrío. No pierda su pasión ni tenga una actitud agria que diga: «No entiendo por qué pasó esto. Después de todos estos años, me despidieron». «¿Cómo es que recibí este informe médico desfavorable?». «¿Por qué esta persona rompió mi corazón?». Si siempre está tratando de dilucidar por qué, se va a atorar. Piense en esto: un signo de admiración es simplemente un signo de interrogación enderezado. Si usted quiere que Dios convierta sus signos de interrogación, lo que no entiende, en signos de admiración, tiene que confiar en Él. En esos lugares tenebrosos donde la vida no es justa, en lugar de preguntarse por qué sucedió algo, atrévase a decir: «Dios, yo sé que sigues sentado en el trono. Quizá no entiendo este valle en el que estoy, pero sé que del otro lado está mi signo de admiración. La mesa ya está preparada, las personas correctas están esperando, una fresca unción viene con incremento, promoción y un nuevo nivel». Si usted pasa por lugares tenebrosos en esa manera, verá el signo de interrogación convertirse en un signo de admiración. Dios lo asombrará con su bondad.

«Llevando el curso de oyente»

Una de las cosas más frustrantes para mi cuando predico en mi congregación es ver a los hermanos aburridos y pendientes de otras cosas que de  lo que estoy predicando. Algunas veces no culpo a las personas que se aburran en las predicaciones de algunos, porque sinceramente la mayoría de los predicadores son aburridos y sin contenido. Pero cuando te esmeras por enseñar la verdad, y dar dinámicamente un buen contenido no deja uno de sentirse desanimado.

Antes algunas preguntas…

¡Sé honesto! ¿Te has sentido «espiritualmente aburrido» recientemente?  Si Jesús te preguntara la razón de tu aburrimiento, ¿qué le dirías?  Haz una lista de los pasos que podrías tomar para eliminar el aburrimiento espiritual de tu vida.

¿Alguna vez te aburres de la iglesia o de tu vida espiritual? Si dices: «Sí, me aburro de mi vida espiritual todo el tiempo», quiero ayudarte a entender la raíz de ese aburrimiento espiritual.

Hay una razón principal por la que las personas se aburren espiritualmente. Es muy simple: tienen conocimiento sin aplicación y eso  eventualmente se vuelve aburrido e insatisfactorio, cada vez. Si todo lo que haces es sentarte y escuchar, escuchar y escuchar la Palabra sin siquiera tomar medidas para aplicarla a tu vida, pronto llegarás a un lugar donde has escuchado, escuchado y escuchado tanto de la Palabra que estás harto de escucharla. En lugar de anticipar lo que podrías recibir del Señor, pensarás: ¡Oh, no, otro sermón!

¡Pero el problema no es la Palabra! La Palabra de Dios estaba destinada a ser puesta en práctica. Así que si te sientas y escuchas más y más sermones, reuniendo más y más información pero nunca estás actuando sobre lo que has escuchado, ¡eventualmente te volverás tan sobresaturado que no querrás escuchar más! Si esto te describe, es probable que estés cansado de escuchar la misma Palabra una y otra vez. Probablemente desees que alguien venga a predicarte o enseñarte algo que nunca has escuchado antes. Es posible que incluso te encuentres deambulando de iglesia en iglesia, buscando a alguien o algo que le dé vida a tu vida espiritual. Sin embargo, el problema no es la iglesia, tu pastor o el tipo de predicación que estás escuchando. ¡El problema eres tú! Tú estás aburrido porque  tú no estás poniendo en práctica la Palabra que  has oído predicar.

Déjame decirte la verdad: si simplemente haces lo que ya te han dicho que hagas, ¡no tendrás tiempo para aburrirte! Aplicar la Palabra que ya conoces requerirá que tengas una vida seria de oración. Requerirá una gran disciplina; exigirá que aprendas a crucificar tu carne. De hecho, caminar en el tipo de obediencia que Dios espera de ti tomará cada gramo de tu enfoque. ¡Estarás tan ocupado tratando de obedecer lo que ya has oído predicar que nunca tendrás un momento para aburrirte!

Ahora bien, esta es la razón por la que Santiago 1:22 nos dice: «Mas sed hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos».

Fíjate especialmente en las palabras «sólo oidores» en el versículo anterior. Estas palabras están tomadas de la palabra griega akroates, que se usaba en la época griega clásica para describir a las personas que asistían a una clase solo de oyentes  en lugar de tomarla como crédito. En otras palabras, estas personas no asistían  a la clase para recibir crédito por el curso. Simplemente estaban allí para escuchar la conferencia, pensar en lo que se enseñaba y luego discutirlo con sus amigos. ¡Pero no tenían intención de aplicar realmente lo que escucharon!

Además de ser intelectualmente estimulantes, estas conferencias podían ser bastante entretenidas. Así que estos «oyentes solamente» iban de reunión en reunión porque les encantaban los oradores especiales y la emoción de escuchar algo que no habían escuchado antes. A veces seguían a sus oradores favoritos de ciudad en ciudad. Aunque los «oyentes solamente» no tenían intención de aplicar nada de lo que escuchaban, les encantaba reunir nueva información que los hiciera parecer conocedores a los ojos de otras personas. Amaban asistir a las reuniones para estar con la multitud, reírse o simplemente escuchar algo nuevo. Pero nunca pusieron en práctica lo que oyeron, porque eran «sólo oyentes». No escuchaban los mensajes que escuchaban para obtener crédito por ello, ¡sino simplemente para pasar un buen rato!

Esto significa que Santiago 1:22 transmite esta idea: «No seáis como los que asisten a las reuniones y escuchan sermones con el único propósito de estar con la multitud o de recoger información que los haga parecer inteligentes a los ojos de otras personas…» Puesto que este es el trasfondo de la frase «solo oidores» usada en Santiago 1:22, debemos mirarnos bien a nosotros mismos y preguntarnos: ¿Estoy hablando en serio acerca de la Palabra de Dios y su aplicación en mi vida? ¿O soy simplemente un «oyente» que no tiene intención de practicar la Palabra? ¿Estoy haciendo algo con la Palabra que he oído predicar, o estoy entre los que escuchan la Palabra pero no actúan de acuerdo con lo que han escuchado? ¿Me considera Dios un oyente o un hacedor de la Palabra?

El hecho es que muchas personas asisten a la iglesia regularmente, van a reuniones especiales, leen libros, escuchan grabaciones de enseñanza y ven televisión cristiana sin parar. Han visto mucho, han oído mucho y realmente saben mucho, pero no hacen nada con lo que han escuchado. Es por eso por lo que eventualmente se aburren con los asuntos espirituales. No han actuado sobre la base de lo que han escuchado ni han puesto en práctica la información que han recopilado; por lo tanto, se han sobresaturado y se han entumecido espiritualmente. No dejes que esto te pase a ti. Toma la decisión de ser un «hacedor de la Palabra y no solo un oyente». Recibe en lo profundo de tu corazón las verdades que has escuchado predicar a lo largo de los años y deja que comiencen a trabajar en tu vida. Puedes estar seguro de una cosa: Si determinas obedecer cada verdad bíblica que se te ha predicado, ¡nunca más tendrás tiempo para aburrirte espiritualmente!

Porque no oramos juntos… Señor, te pido que me ayudes a convertirme en un hacedor de la Palabra y no solo en un oyente. Perdóname por las veces que he escuchado la Palabra de Dios predicada con poder e incluso he dicho «Amén» al mensaje, pero no he logrado salir de la verdad que escuché o hacerla parte de mi vida. A partir de hoy, tomo la decisión de ser un hacedor de la Palabra de Dios. ¡Espíritu Santo, dame la fuerza y la energía divina que necesito para tomar la Palabra que escucho o leo y ponerla en práctica en mi vida! ¡Oro esto en el nombre de Jesús!

Haz tu declaración de fe…Declaro que soy un hacedor de la Palabra de Dios. Estoy entre los que escuchan la Palabra e inmediatamente la aplican a sus vidas. Experimento el poder del Espíritu de Dios en mi vida debido a mi obediencia para caminar en lo que Dios me ha revelado. ¡Declaro esto por fe en el nombre de Jesús!

«Un Red Bull…espiritual…»

No sé si ustedes han visto el anuncio de la bebida energizante Red Bull. La idea del anuncio se enfoca en que si tomas la bebida podrás hasta volar. Por eso el lema: “Red Bull te da alas”…¿Será que en la vida espiritual habrá algún energizante que te da alas para seguir?

Unas preguntas antes de empezar…

 ¿Alguna vez te has encontrado con momentos en tu vida en los que sientes que te has topado con una pared y no puedes ir más allá? ¿Cómo respondes normalmente a momentos como estos? ¿Sientes que has perdido toda energía espiritual?

Pues déjame contarte que…

A veces todo el mundo se cansa físicamente y se agota mentalmente. Sin embargo, algunos creyentes, independientemente de cuánto tiempo o cuán duro trabajen, parecen tener la habilidad, la fortaleza, la determinación y la voluntad para seguir adelante, incluso cuando todos los demás apenas pueden dar un paso más.

¿Alguna vez has conocido a alguien así? ¿Te has preguntado, ¿Cómo rayos puede esa persona seguir de la manera en que lo hace? ¿Podría ser que esta persona haya aprendido a aprovechar una fuente de poder sobrenatural?

Bueno, ¡el mismo suministro inagotable de energía está disponible para nosotros!

En Filipenses 1:19, Pablo habló acerca de este tipo de poder: «Porque yo sé que esto se convertirá en mi salvación por medio de vuestra oración y de la provisión del Espíritu de Jesucristo».

El tesoro especialmente que quiero que noten  está en la palabra «proveer» en este versículo. Es la palabra griega epichoregeo. Para aquellos que leen griego, esta palabra parece una elección extraña para Pablo. Sin embargo, después de reflexionar sobre el uso original de esta palabra, ¡hace que este versículo sea muy emocionante!

La palabra epichoregeo es una palabra antigua que significa literalmente “a favor del coro”. Sé que esto suena peculiar, así que permítanme explicar de dónde vino esta palabra y por qué Pablo la usa aquí.

Hace miles de años, en la Grecia clásica, una gran compañía coral y dramática practicaba sin cesar para una enorme e importante representación teatral. Después de dedicar una gran cantidad de tiempo, esfuerzo, energía y ensayos, finalmente llegaba  el momento en que el programa debía terminar y todos los actores estaban en la obligación de  continuar con su viaje de gira. Pero  hubo un gran problema: ¡se quedaron sin dinero!

Ahora bien, deben recordar que estas personas habían entregado sus vidas a esta producción. Habían comprometido todos sus recursos para asegurarse de que la actuación tuviera éxito. Pero debido a que se quedaron sin financiamiento, significaba que el espectáculo había terminado, ¡estaban en bancarrota para seguir! Es decir se quedaron sin opciones antes de que la gira prevista terminara. Así que según todas las apariencias, era el final del camino para ellos y su sueño.

En ese preciso momento, un hombre rico se enteró de su crisis e intervino en la situación por lo que  hizo una gran contribución financiera en nombre del coro, a favor del coro. ¡Esta contribución «suministró» todo lo que necesitaban para volver al negocio! De hecho, el regalo que el hombre dio fue tan enorme que fue más de lo que necesitaban o sabían gastar. La contribución de este hombre fue excesivamente grande, abundante, desbordante y abrumadora.

¡Es de aquí de donde obtenemos la palabra «proveer» en Filipenses 1:19. El versículo describe la enorme contribución del Espíritu que Jesucristo quiere darnos a ti y a mí!

A la luz de esto, Filipenses 1:19 podría entenderse en el sentido de: «Estoy seguro de que esta situación finalmente cambiará y resultará en mi liberación. Estoy seguro de ello, primero, porque estás orando por mí; y segundo, por la contribución generosa y  especial del Espíritu que Jesucristo está donando para mi causa actual».

Esto significa que cuando te has quedado sin fuerzas; cuando has dado tu mejor esfuerzo y sientes que no te queda ni un gramo más de energía para dar; cuando parece que tus recursos se han agotado y no puedes dar un paso más a menos que alguien intervenga para ayudarte, ¡ese es exactamente el momento en que Jesucristo se convierte en tu Benefactor personal!

Al igual que el hombre rico de la historia anterior, Jesús entra en tu vida en ese momento para donar una contribución masiva, abrumadora y generosa de la gracia y el poder del Espíritu para tu causa. Jesús es tu rico Benefactor. ¡Él tiene más fuerza y poder para darte de lo que jamás podrás usar!

Si eres débil, Él tiene precisamente lo que necesitas para levantarte, recargarte y ponerte en marcha de nuevo. Si le abres tu corazón ahora mismo, Jesús te dará una nueva contribución del poder del Espíritu, ¡y será más que suficiente para ponerte de pie y volver a la gira de tu vida! Así que cuando tu voluntad humana natural esté demasiado cansada para seguir adelante y hayas agotado todos tus recursos, deja que Jesús te refuerce con una nueva «provisión del Espíritu» que te dará toda la fuerza que necesites. Solo abre tu corazón a la ayuda del Espíritu Santo hoy. ¡Permítele que te llene con un suministro de poder tan grande que ni siquiera podrías comenzar a usarlo todo!

Porque no oras conmigo… Señor, me doy cuenta de que no tengo suficiente fuerza por mí mismo para hacer lo que Tú me has pedido que haga. Hoy te pido que dones un nuevo suministro de Tu Espíritu a mi vida. En este momento, abro mi corazón y te pido que llenes cada rincón y grieta de mi vida con el poder del Espíritu Santo para que pueda volver a ponerme de pie y cumplir lo que me has dicho que haga. ¡Oro esto en el nombre de Jesús!

Te invito a hacer también una declaración de fe…Declaro por fe que soy rellenado y recargado con el Espíritu de Dios. No hay falta de fuerza en mí porque Jesús continuamente provee una gran provisión del Espíritu en mi vida que me da poder para lograr todo lo que necesito hacer. ¡No hay excusa para que falle o me detenga antes de las metas que Dios me ha dado para mi vida, porque en el Espíritu de Dios hay suficiente fuerza y poder sobrenatural para energizarme para terminar mi asignación divina! ¡Declaro esto por fe en el nombre de Jesús!

«Déje que el árbitro dirija…»

Y que la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la cual también sois llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.  Colosenses 3:15

Primero unas preguntas…

Reconoces los momentos en los que tus emociones tratan de arrojarte a ¿Un mareo emocional y te roba la paz y la alegría?  ¿Le has pedido a Dios que te ayude a superar estos momentos? ¿Qué pasos puedes dar para aquietarte y poder concentrarte en la Palabra y permitir que la paz de Dios se levante y arbitre lo que está sucediendo dentro de tu corazón, mente y emociones?

¿Alguna vez has tenido uno de esos días en los que había mucha confusión? Y pasas el día dándole  vueltas alrededor de tu cabeza tal caos que al final te dieron ganas de gritar: «¿YA NO MÁS»?

Bueno de vez en cuando, todo el mundo tiene ese tipo de día. Y cuando lo tengas , es probable que tu tentación sea la de dejarte gobernar por tu humanidad carnal y reaccionar ante alguien de una manera fea. O quizás como yo a veces, te deprimes, te vas a la cama y tratas de olvidarte de todo.

Sin embargo, sabes que ninguna de las dos opciones te ayudará a resolver los problemas a los que te enfrentas. En lugar de tirar la toalla y dar paso a estas emociones que a lo mejor quieren sacar lo mejor de ti, ¿por qué no te detienes ahora mismo y tomas la decisión de dejar que la Palabra de Dios te gobierne hoy?

Cuando digo «gobernarte», estoy hablando de la paz sobrenatural de Dios dominando   y dirigiendo toda emoción y situación a la que te enfrentas. Si no tomas esta decisión y sigues viviendo a través de la preocupación, el miedo, la inseguridad, la duda y toda una serie de otras cosas te aseguro que tus emociones tratarán de tomar el control. Y no hay peor montaña rusa que cuando estás siendo golpeado en todo lugar por las  ¡emociones que están fuera de control!

En cambio, deja que la paz de Dios gobierne en tu corazón, como Pablo escribió en Colosenses 3:15. Él dijo: «Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, para el cual también sois llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos».

El tesoro que quiero que notes en este pasaje es la palabra «gobernar.»  Viene de la palabra griega brabeuo, que en la antigüedad se usaba para describir al   árbitro o referí que moderaban y juzgaban las competiciones atléticas que eran tan populares en el mundo antiguo.

Pablo usa esta palabra para decirnos que la paz de Dios puede obrar como una árbitro o juez en nuestros corazones, mentes y emociones. Tú sabes que es perjudicial cuando las emociones intentan ejercer control sobre nosotros o tratan de arrojarnos a una frenesí emocional. Según este término podemos evitar que suceda tomando la decisión de dejar que la paz de Dios se eleva desde lo más profundo de nosotros como un árbitro y modere nuestras emociones.

A medida que lo hagamos, seremos mantenidos bajo el control de ese la paz divina que reina en nuestros corazones. Imagínate a este árbitro llamando a la “paz” a entrar en el juego, verás que de repente comienza a tomar las decisiones y a hacer todas las alternativas pacíficas en lugar de la inquietud, la ansiedad y la preocupación.

Colosenses 3:15 podría traducirse: «Deja que la paz de Dios tome las decisiones en tu vida…» «Que la paz de Dios sea el árbitro en tu vida y en tus acciones…» «Deja que la paz de Dios actúe como árbitro en tus emociones y en tus decisiones…».

Si bien es cierto que todo el mundo tiene días duros y semanas difíciles, no tienes que rendirte a esas emociones que intentan robarte la alegría, perturbar tus relaciones y despojarte de  tu victoria.

Cuando te sientas abrumado por problemas o emociones que te golpean de cada dirección, solo detente un momento y pon deliberadamente tu corazón y tu mente en Jesús y la Palabra de Dios. Al hacer esto, sucederá algo maravilloso, algo conquistador, ya que la paz sobrenatural y dominante de Dios se levantará de tu espíritu y ¡tomará  el control!

Quiero sugerirte una oración…para que puedas pedir que la paz de Dios arbitre tu vida…

Señor, no quiero dejar que mis emociones se apoderen de mí hoy, así que te  pido que tu paz se levante como un poderoso árbitro y referí en mi corazón, mente y emociones. Ayúdame a reconocer esos momentos en los que las emociones inútiles tratan de acercarse sigilosamente a mí. Te pido que me enseñes a dejar  esas emociones a un lado y libera Tu paz sobrenatural que reside en mi corazón, la paz que siempre está lista en cada momento ¡Modera cada pensamiento y emoción que intenta gobernar  a mi vida! ¡Oro esto en el nombre de Jesús!

A la vez te animo a que hagas una declaración o confesión que te ayude a tomar pasos de fe ante tus problemas hoy…

Confieso que la paz sobrenatural de Dios me domina. Cuando estoy tentado a enojarme y mis emociones tratan de apoderarse de mí, pongo  estas emociones a un lado y permito que el Espíritu de Dios libere una paz sobrenatural, dominante y moderadora para gobernar mi corazón, mi mente, y emociones! ¡Declaro esto por fe en el nombre de Jesús!

Cuando florece la caña…

En el umbral de la aurora, cuando el sol derrama su primer suspiro sobre la tierra, la caña despierta del letargo nocturno. Sus tallos erguidos, como lanzas de esperanza, se alzan hacia el cielo en un ritual que trasciende lo terrenal. En ese instante mágico, la caña florece, y sus secretos más profundos se revelan a aquellos que tienen el corazón dispuesto a escuchar.

Los campos se visten de un verde esmeralda, como un manto tejido por la naturaleza misma. Cada hoja, un poema susurrado por el viento, cuenta la historia de la caña que crece con valentía en medio de la vastedad del campo. En su florecer, la caña nos enseña sobre la resistencia, sobre cómo encontrar la luz incluso en las sombras más densas.

Las flores de la caña despiertan con la gracia de bailarinas celestiales. Sus pétalos, delicadamente bordados por la luz matutina, se abren lentamente como un libro antiguo revelando sus páginas más sagradas. En cada flor, se esconde el misterio de la conexión entre la tierra y el cielo, un recordatorio de que somos parte de un tejido cósmico que se entreteje con cada fibra de la caña que florece.

En lo profundo de la caña, el espíritu de la tierra canta melodías ancestrales. Sus raíces son hilos que se entrelazan con los latidos del planeta, recordándonos que somos guardianes de este jardín cósmico. Cuando florece la caña, se nos revela la danza eterna entre lo efímero y lo eterno, entre lo visible y lo invisible. Entre lo joven y maduro. Que cada caña que florece sea un llamado a despertar nuestros sentidos, a reconocer la divinidad que yace en la naturaleza que nos rodea. En el florecer de la caña, encontramos un recordatorio de nuestra propia capacidad para renacer, para elevarnos hacia la luz, y para florecer en la plenitud de nuestro ser espiritual con Cristo.

Este libro no es un libro sobre la vejez. En las páginas que siguen no pretendo dar

diagnósticos desde el punto de vista la medicina, ni tampoco una descripción sistemática del proceso de envejecimiento. Prefiero entrar en las preguntas que se nos plantean desde la bendita Palabra de Dios. Son preguntas que me han impresionado mucho en reflexiones escritas por el apóstol Juan en sus escritos. Ya que Juan al escribir sus epístolas no es un jovencito sino un hombre mayor. Por supuesto, yo no puedo dar respuestas definitivas. Intentaré solo responder al momento de ir escudriñando el pensamiento de este anciano. De tal manera que ustedes , querida lectora y querido lector, descubran al envejecer el camino de Dios , ese camino que Juan establece que nos lleva, a través de todas las etapas de nuestra vida, a la vida verdadera, a esa vida que no puede ser destruida ni siquiera por la muerte.

El cabello plateado es corona de gloria para los que han vivido honestamente.

Proverbios 16:31

El que aprende el arte de envejecer no envejecerá de manera saludable para sí solo. El arte de envejecer no se aprende solamente para sí, sino siempre también para los otros. Con nuestra vida les enseñamos algo enriquecedor de la suya. Eso hace Juan con su acercamiento espiritual de su primera Epístola. Nos enfocaremos en 1 de Juan el capítulo 1:1-9

La naturaleza nos enseña también a comprender cómo envejecer de manera saludable. El otoño es símbolo de la edad madura. El otoño es el tiempo de la cosecha. También la edad madura indica el tiempo de la cosecha de una vida. Podemos contemplar agradecidos los frutos producidos por la vida. Los colores son en otoño más variados que en el resto del año. Son colores suaves. Es una enseñanza que nos imparte la naturaleza: envejece de manera saludable el que se hace más suave no solo en sus juicios, sino en la totalidad de su ser. Y descubrirá al mismo tiempo que su vida se enriquece, se hace más variada interiormente, a veces tan esplendorosa como el dorado octubre. La mirada a la naturaleza enseña además otra cosa: al arte de envejecer pertenece también el desprendimiento, de la misma manera que los árboles se desprenden de sus hojas, las dejan caer a tierra, para que se transformen en humus de nueva vida.

Ahora que lo pienso la espiritualidad cristiana en la vejez se convierte en un viaje de profunda conexión con la fe, donde los años vividos se entrelazan con las enseñanzas sagradas como hojas de un antiguo pergamino. En este capítulo tardío de la vida, la relación con lo divino se vuelve más íntima, como una danza espiritual que se ha perfeccionado con el tiempo. Las Escrituras se convierten en faros que iluminan el camino, recordando historias de esperanza, amor y resurrección. Las oraciones, que han sido como susurros constantes a lo largo de los años, se transforman en una sinfonía de gratitud y súplica, tejida con la sabiduría acumulada en el transcurso de los días. La espiritualidad cristiana en la vejez no es solo una práctica religiosa, sino una comunión viva con el amor redentor de Cristo.

En esta etapa, la espiritualidad cristiana en la vejez se manifiesta en la reflexión sobre la gracia divina que ha guiado cada paso del camino. Cada arruga en el rostro se convierte en un testimonio de la fidelidad de Dios a lo largo de los años, marcando no solo el paso del tiempo, sino también la huella de un amor eterno. Las historias bíblicas se convierten en espejos que reflejan la propia travesía, proporcionando consuelo en la certeza de que, como el Buen Pastor, Dios ha estado presente en cada valle oscuro y en cada cima radiante.

La espiritualidad cristiana en la vejez también se manifiesta en la aceptación serena de la mortalidad, guiada por la promesa de la vida eterna. La muerte, que podría infundir temor en los corazones jóvenes, se convierte en un umbral sagrado hacia el reencuentro con el Creador. La fe cristiana en la resurrección infunde esperanza en los corazones envejecidos, creando una perspectiva que trasciende la fragilidad del cuerpo y se centra en la eternidad del alma.

La participación en la comunidad cristiana adquiere una importancia aún mayor en la vejez, convirtiéndose en un refugio espiritual donde los lazos fraternales se fortalecen. Las celebraciones litúrgicas se vuelven momentos de comunión, donde la fe se comparte y se renueva. La espiritualidad cristiana en la vejez se nutre de la presencia de otros creyentes, creando una red de apoyo que sostiene a los individuos en momentos de fragilidad y celebración. La iglesia se convierte en un lugar donde las historias de vida se entrelazan con la narrativa divina, recordando que cada vida es una parte valiosa de un plan divino más amplio.

La espiritualidad cristiana en la vejez también se expresa a través de la búsqueda de la virtud y la conformidad con la imagen de Cristo. La paciencia adquiere una nueva dimensión, como una virtud forjada en la fragua del tiempo. La generosidad se convierte en un acto de compartir la abundancia de experiencias vividas, mientras que la humildad se arraiga en la comprensión de la limitación humana. La espiritualidad cristiana en la vejez se convierte así en un proceso de transformación continua, donde el carácter se moldea a la luz de los valores cristianos, como un alfarero que da forma a un vaso de barro.

La lectura de las Escrituras adquiere una profundidad adicional en la vejez, ya que las palabras sagradas resuenan con significados más ricos y personales. Los salmos se convierten en himnos del alma, expresando las emociones más profundas y las alegrías más puras. La espiritualidad cristiana en la vejez se nutre de la meditación en la Palabra de Dios, como un manantial que fluye constantemente, proporcionando nutrición espiritual en cada estación de la vida.

En resumen, la espiritualidad cristiana en la vejez es un viaje en el que la fe se profundiza y se arraiga en la tierra fértil de los años vividos. Es un testimonio de una relación viva con lo divino, donde la gracia, la esperanza y el amor redentor de Cristo se vuelven faros que iluminan el camino hacia la eternidad. En esta fase de la vida, la espiritualidad cristiana se convierte en un canto de gratitud por el pasado, una canción de esperanza en el presente y una oración de anticipación por la gloria futura que aguarda en la presencia divina.

Me pareció muy interesante que los últimos escritos de Juan son ya en una etapa en la que tiene una edad avanzada. Así que pienso que  es muy relevante analizar sus escritos desde la perspectiva de esa vejez. ¿Cómo piensa un viejo en la fe y en edad sus últimos años de militancia cristiana?

Eso es lo que veremos en 1 de Juan.

Juan era ahora un hombre muy viejo, sintiendo el peso de sus años y consciente de que sus días en la tierra estaban a punto de terminar. Una vida piadosa había quedado atrás, y un recuerdo muy largo lo emocionaba. Su tierra natal estaba muy lejos, en la tierra de Israel, aunque ahora vivía en Éfeso, una ciudad pagana asiática, en el borde del mundo europeo. Este Juan, el discípulo amado, escribió 5 libros del Nuevo Testamento. Juan nos dio el evangelio de Juan, 1 Juan, 2 Juan y 3 Juan, y nos dio el libro de Apocalipsis.

Estos 5 libros se dividen en tres grupos principales. Primero, está el evangelio, que tiene que ver con nuestro pasado, y trata con el tema de la salvación. Es decir como un viejo interpreta las experiencias de su pasado con respecto a sus iniciación con Jesús. Las tres epístolas tienen que ver  con nuestro presente y tratan con el tema de la santificación. Es decir como un viejo interpreta su comunión con Cristo en su presente.El último libro de la Biblia trata de nuestro futuro y el tema es la glorificación.Es decir como un viejo interpreta su compensación con Cristo en el tiempo que le resta.

Así que cada vez que Juan escribía un libro, siempre tenía un propósito definido en mente.

Ahora bien no tenemos que adivinar por qué Juan escribió esta primera epístola, porque en esta carta hay cuatro claves, todas identificadas por la frase «estas cosas escribo«, y estas proporcionan las cuatro razones por las que Juan escribió esta carta. Como puede ver, Juan escribió muy consciente de su experiencia espiritual. Y como lo hemos dicho antes, en esta epístola está hablando de cómo vivir su relación con Cristo en su presente. Analicemos que está pensando este viejo con respecto a su comunión con Cristo en su presente día.

En primer lugar Juan entiende que su comunión actual le proporciona convicción. Observe  (5:13) Esta  palabra «saber» debe estar encerrada en un círculo en tu Biblia, es la palabra clave en 1 Juan, porque se usa más de 30 veces.

Algunos dicen: «Bueno, realmente no puedes saber que vas a ir al cielo cuando mueras». Sin embargo, Juan dice: «Tú puedes». Verás, él está escribiendo para proveer seguridad para el hijo de Dios.

¿Estás seguro de tu salvación? Y es que en realidad la seguridad no es esencial para la salvación, pero es esencial para el gozo de la salvación.

En segundo lugar su comunión actual le proporciona protección.

Note ( 2:26 ) Así que el propósito de Juan es proteger a los santos de aquellos que quieren descarriarlos. Así como nosotros luchamos contra las sectas hoy, Juan estaba luchando contra la herejía ayer. Siempre va a haber gente que va a atacar al Señor Jesús, y lo van a atacar por todos lados. O atacarán a Su deidad, o atacarán a Su humanidad. ¡Así que Juan está escribiendo para proteger a los santos!

En tercer lugar su comunión actual le proporciona prevención:

Observe (1:8) La Biblia en ninguna parte enseña que un cristiano está libre de pecado, pero sí enseña que un hijo de Dios debe pecar menos. Día tras día debemos crecer en gracia y pecar menos hoy que ayer.

En cuarto lugar su comunión actual le proporciona  emoción:bserve ( 1:4 ) Así que Juan está escribiendo para promover el gozo, emoción en el corazón del hijo de Dios.¿ Tienes alegría hoy? La expresión “gozo cumplido”, da la idea de estar lleno completamente, pleno sin ningún vacío.

La carta de Juan es de vital importancia, porque nos da una guía sobre lo que es un verdadero cristiano. Juan dice, en un mundo de fantasía, en un mundo donde los absolutos están pasados de moda, en un mundo de apariencia virtual, en un mundo de relaciones superficiales, en un mundo de cuarenta tonos de gris, … Sé real, sé auténtico.

Así que el viejo Juan tiene mucho que decir y compartir a la nueva generación sobre cómo él está viviendo la fe en esta etapa de su vida.

Por eso es necesario asociarnos con el tema importante para Juan el cuál es debemos   “Ser reales, auténticos».Y uno comienza a ver esta tendencia desde el inicio de su carta. Por qué no sé si ¿Te diste cuenta de lo inusual que comienza Juan? No hay palabras, ni saludo, ni palabras de presentación. Esto es para todo el pueblo de Dios en todas partes. Este hombre no puede esperar para comenzar a hablar de Cristo y por eso nos presenta sin protocolos su exhortación.

Creo que una de las cosas que una persona mayor llega a entender en esa época es que simplemente ya no hay nada que ocultar, que ya no hay nada que perder por lo tanto no está tan interesado en como lo perciben los demás sino en ser el mismo.

Así que si seguimos el argumento de Juan encontramos que una primer tema que para él es importante se relaciona con su mayor amor, su amado Cristo y por eso él cuenta como lo percibe en su vida. ¿ Cómo es en este momento su relación con su Señor?

Para Juan, Cristo es una  experiencia real.

Juan no se equivoca en su identificación de Jesucristo. Jesús es el Hijo del Padre… el Hijo de Dios. ( 1:3 ) En su carta nos advierte varias veces, que no escuchemos a los falsos maestros que dicen mentiras acerca de Jesucristo ( 2:22, 4:2-3 ).Si un hombre está equivocado acerca de Jesucristo, está equivocado acerca de Dios porque el Señor Jesús es la revelación final y completa de Dios al hombre. De hecho, Juan se refiere a Cristo como «la Palabra de Vida». Al usar esa expresión uno se pregunta ¿cuál es el propósito de una palabra? Tú y yo nos comunicamos entre nosotros por medio de palabras. Estoy hablando palabras desde este documento o a veces del púlpito, así que estoy comunicando lo que está en mi mente y corazón. Juan está diciendo que el Señor Jesús es la comunicación de Dios para nosotros. Cristo nos revela la mente y el corazón de Dios. Y Jesucristo es real. Para Juan Jesús es real. A lo mejor puedes pensar: «Espere un momento, ¿cómo quieres decir que el Señor Jesús es real? Nunca lo he visto, nunca lo he escuchado, nunca lo he tocado. ¿Cómo puedes decir que Jesucristo es real?»Bueno, Pablo dice en (2 Corintios 4:18)  «Porque todo el tiempo estamos mirando no a las cosas visibles, sino a las invisibles, las cosas visibles son transitorias, son las cosas invisibles las que son realmente permanentes».

Ahora  lo que puedes ver que es real no es lo más relevante, es lo que no puedes ver lo que es más real. Cristo es más real que las riquezas, que la razón, que la religión. De hecho, uno se pregunta ¿por qué esta concepción de realidad es tan fuerte en la mente de Juan?  Bueno porque su mente tiene varios recuentos que le hacen pensar que Jesús en su vida es fresco y presente. Veamos algunos de los recuentos que Juan tiene como pilares de su fe.

El primer  recuento que de Juan es la eternidad de su Señor

«Lo que era desde el principio» (1:1) Como puede ver, Cristo es real eternamente. Ahora bien, hay tres comienzos mencionados en las Escrituras. En (Génesis 1:1) se nos habla del comienzo de la creación. «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». En Marcos se nos habla de otro  principio, «El principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios…», (1:1) Pero aquí hay un tercer principio, «Lo que era desde el principio». Lo que Juan está diciendo es: «desde el momento de la creación, Jesucristo existió». Está hablando de la preexistencia de Jesucristo. Pero no te detengas ahí porque en su evangelio va un poco más allá. Porque comienza su evangelio diciendo:  «En el principio», no  «Desde el principio», sino «En  el principio era el Verbo». ¿Ahora ves la diferencia? El Señor Jesús estaba en el principio, el Señor Jesús era desde el principio. En otras palabras, Cristo estuvo presente antes de la creación y Cristo estuvo presente durante la creación, por lo tanto, Cristo es eterno. Nunca hubo un tiempo en el que no existiera ni haya un momento en el que no lo será. El Señor Jesús es coigual, coeterno, coexistente con Dios, el Padre.  En el principio, desde el principio, antes del principio y después del principio, el Señor Jesús siempre ha existido.

Muchas personas en este mundo piensan que los cristianos hablamos de una historia vieja y caduca. Nos hablan de una relación que de los viejos tiempos. Escuchen, cuando Uds. tienen a Cristo, Uds. tienen la relación de los viejos tiempos, la relación  de los nuevos tiempos, la relación  de todos los tiempos, porque Él es «el mismo ayer, y hoy y por los siglos». ( Hebreos 13:8 ) Desde tan atrás como puedes pensar, desde donde lo puedas sentir y desde donde puedas imaginar, el Señor Jesús es el mismo Salvador, dulce, sagrado y sin pecado. Eso significa a diferencia de nosotros que envejecemos, y perdemos vigor nuestro Señor es fresco, joven y relevante todos los días de la vida. Cristo jamás envejece, su plan jamás envejece y su Palabra jamás envejece.

El segundo recuento  de Juan es la historicidad de su Señor

La palabra para «manifestado» en (1:2) significa  «aparecer» o «hacerse visible». El Cristo eterno nació, se hizo visible, vivió y se movió en esta tierra. Esto es lo que Pablo llama un misterio: «Grande es el misterio de la piedad, Dios se manifestó en carne». ( 1 Timoteo 3:16 ) Juan lo expresa de esta manera: «Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros». ( 1:14 )

Hay que notar algo curioso ¿Ves que Juan apela a tres de los sentidos que identifican a una persona como una persona real? Dice: «Oímos». Juan está diciendo: «De hecho, escuché sus palabras y todavía resuenan en mis oídos». Luego usa la palabra  «vio» y «miró». Esta palabra  «mirada» significa una mirada intensa. Juan declara: «Lo miramos, lo examinamos. No era una alucinación. No fue una mirada pasajera. Realmente vimos al Señor Jesús». Luego usa la palabra “palparon». Lo que significa es: «Lo tocamos». ( Lucas 24:39 ) Como dice un antiguo himno, «ellos estaban allí cuando sucedió, así que deberían saberlo».

Que gran privilegio para este hombre anciano recordar las grandes historias vividas con su Señor. Contar historia es una de las partes más comunes en las personas viejas, nos hablan y repiten y repiten cosas que para ellos fueron significativas y relevantes. Recordar nuestras experiencias con el Señor es bueno siempre y cuando no se conviertan en lo único que podemos hablar de Jesús. He observado que muchos creyentes definen su fe sobre lo que fueron, lo que hicieron o xperimentaron, pero no salen de ese estado histórico, es más quieren que regresen los tiempos antiguos, no se dan cuenta que Jesús se mueve siempre en todos los tiempos de manera diferente. ¡He aquí el testimonio auténtico y apostólico del advenimiento del Señor Jesús! Ahora bien, ¿por qué Juan se esforzó por establecer la perfecta historicidad de Cristo?Para contrarrestar una herejía que era corriente en los días de Juan. Era la herejía conocida como gnosticismo, que proviene de la palabra griega que significa «saber». ( gnosis ) La palabra «agnóstico» significa  «alguien que no sabe», por lo tanto, un «gnóstico» era un «religioso que lo sabe todo». Los gnósticos creían que toda la materia era mala. Esto significa que el cuerpo era malo, la carne era mala, cualquier cosa material o física era mala. Por lo tanto, negaron la humanidad de Cristo. Iban por ahí diciendo que Jesucristo no era humano en absoluto, que simplemente parecía ser humano.

Era un fantasma. Otros decían que Jesús era un ser humano y que el divino Cristo vino sobre Él en Su bautismo y partió en Su crucifixión. ¡No creían en la encarnación, en la venida literal de la existencia humana del Señor Jesús! ¿La doctrina importa? ¡Por supuesto! Porque si niegas la humanidad de Cristo, tendrás que negar la obra de Cristo, y si niegas la obra de Cristo, no hay salvación. Alguien dijo:

«Lo que pensáis de Cristo, es la evidencia  para probar tanto vuestro estado como vuestro plan.

 No podéis estar en lo cierto en lo demás

A menos que pienses bien de Él».

Todos podemos crear una historia con Jesús, esa historia es vital para crecer en espiritualidad, aún en tiempos de envejecimiento. Y es que crear una historia con Jesús nos vincula al hecho de que la vejez es la última etapa del desarrollo humano. Nacemos totalmente, pero nunca estamos totalmente terminados. Necesitamos completar nuestro nacimiento realizando nuestra existencia, abriendo caminos, superando dificultades y dando forma determinada al camino de nuestra vida. Haciendo historia.  Siempre estamos en proceso de hacernos. Comenzamos al nacer. A lo largo de la vida seguimos naciendo en etapas sucesivas hasta completar nuestro nacimiento. Entonces entramos en el silencio. Y morimos. La vejez es la última oportunidad que ofrece la vida para completar el proceso de crecer, de madurar y finalmente de nacer. Envejecer es una parte dentro de la totalidad de ese proceso de la vida.

El tercer recuento  es la humanidad de su Señor.

Juan usa una frase hermosa cuando habla de «la vida eterna que estaba con el Padre». ( 1:2 ) Aquí hay alguien único, alguien que compartió la eternidad con Dios de la manera más extraordinaria. Sin embargo, dice Juan: «Él apareció». ¡Es interesante que Juan escribió su evangelio para probar la Deidad del Señor Jesús, luego tuvo que darse la vuelta y escribir su epístola para probar la Humanidad del Señor Jesús! ¿No te alegras de esto? que Cristo  «fue hecho semejante a los hombres»? (Filipenses 2:7) ¿Que Jesucristo fue un hombre real? Porque es por eso por lo que Él puede ser tocado con el sentimiento de tu debilidad

En segundo lugar Juan nos comparte una vivencia con Cristo.

La palabra  «comunión» es una de las palabras más grandes de la Biblia. La palabra griega  «koinonía» significa  «tener en común», «compartir algo juntos», dijo una maestra en su clase de Escuela Dominical, «¿alguien puede decirme qué es el compañerismo?» Un niñito levantó la mano y dijo: «Sí, son dos marineros en el mismo barco». Bueno, ¿no es exactamente qué significa  «compartir en común»? Y Juan nos dice que esta comunión se puede experimentar en dos niveles.

Por un lado vivimos horizontalmente al  tener comunión con la familia:

¿Te diste cuenta de lo que dice Juan? «para que también vosotros tengáis comunión con nosotros,» Ahora bien, ¿qué tenemos en común que nos permita tener comunión los unos con los otros? Bueno, ¡muy simplemente, es Cristo! Cuando un hombre acepta a Cristo, inmediatamente nace de nuevo, y nace en la familia de Dios. El escritor una alabanza  lo expresó así:

«Estoy tan contenta de ser parte de la familia de Dios, he sido lavada en la fuente

Limpiados por Su sangre

Coherederos con Jesús mientras viajo por este césped

Porque soy parte de la familia, la familia de Dios».

¿Sabes algo? El Nuevo Testamento no sabe nada del cristianismo de los llaneros solitarios. Aquellos que, en aquellos primeros días, habían estado en contacto físico con el Señor, habían sido reunidos y unidos en un vínculo de amor mutuo. ( Hechos 2:41 ) No hicieron la pregunta que se escucha tan a menudo hoy en día: «¿Necesita un cristiano unirse a una iglesia local?» ¡No, se dieron cuenta de que necesitaban la ayuda, el apoyo y la compañía de otros creyentes!

Debes tener comunión con la familia. Cada domingo es la reunión familiar de Dios y se supone que debes estar aquí si eres un hijo de Dios. De hecho, deberías querer estar aquí, porque hay algo desesperadamente malo en un hombre que no quiere estar con su familia. ¡Qué familia es la familia de Dios! ¡Piénsalo! No de una manera intelectual.  ¡Un solo Padre y hermanos y hermanas en Cristo!

Por otro lado vivimos verticalmente al tener comunión con el Padre:

«Y verdaderamente nuestra comunión es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo» (1:3) ¿No te asombra eso tu imaginación? Puedes tener comunión con Dios. Puedes estar tan cerca de Dios como dos mejores amigos caminando por un camino rural. ¿Cómo tienes comunión con Dios? Es simple. ¡Tienes comunión con el Señor a través de la Palabra y la Oración! Lees la Biblia, Dios te habla. ¡Oras y hablas con Dios! Alguien ha dicho que si bien «Cristo no tiene favoritos, sí tiene íntimos». ¿Eres uno de ellos? ¿Estás caminando con Dios? ¿Sabes algo de comunión ininterrumpida con el Padre? No hace falta decir que no puedes tener comunión a menos que tengas una relación. Verás, no puedes tener comunión con alguien que no conoces. No se puede tener comunión con el Señor sin una relación, pero debe ser un tipo especial de relación. Solo puedes tener comunión con el Señor, si tienes una relación con Su Hijo, el Señor Jesús! ( 1 Corintios 1:9 ) ¿Conoces a Cristo? ¿Lo conoces como tu Salvador y Señor? Verás, si no disfrutas de la comunión con el Padre, ¡es porque no tienes una relación con el Hijo! Me pregunto si algunos de ustedes entran en esto… Y no sacas nada de ello. Uds. no sacan nada del canto, de la oración, de la predicación. ¡No te importa la gente! No te molestaría si nunca volvieras a la iglesia.

Leí la historia acerca de un niño que estaba enfermo un domingo y al día siguiente su maestra de escuela dominical lo vio y le dijo: » Billy, faltaste a la iglesia ayer, ¿verdad?» Él dijo: «No, señora, ni un poquito». Verás, ¡El problema no es tu compañerismo, el problema es tu relación! Porque cuando realmente conoces a Cristo como Salvador y Señor, puedes tener comunión con Dios como tu Padre, y con nosotros como tu Familia.

En tercer lugar Juan nos comparte una  consecuencia con Cristo.

Por supuesto, los primeros que vieron, oyeron y tocaron al Señor Jesús fueron Sus discípulos. Ustedes recuerdan que fue a Pedro a quien se le hizo la pregunta: «¿No eres tú también uno de los discípulos de este hombre?» (Juan 18:17) Un discípulo es aquel que, como María de Betania, se sienta a los pies del Salvador y aprende de Él con el fin de cumplir Su voluntad. ( Lucas 10:39 ) En este contexto de (1 Juan) tener una consecuencia de  discipulado significa, hay,

Para Juan el ser discípulo es contar la historia de su Maestro.

¿Ves lo que Juan dice en (1:3):  «Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos»? La palabra «Declarar» significa «anunciar, informar, traer la palabra». Aquí Juan nos dice cómo él y otros  «dan testimonio»  de la manifestación de la Vida. ( 1:2 ) Las palabras son un término legal que habla de testificar y dar testimonio en la corte. Un testigo en el tribunal es alguien que está llamado a dar testimonio de lo que sabe. Mi…. ¿No es esta nuestra responsabilidad cristiana? ¿Declaras tu fe? ¿Lo compartes con los demás? ¿Qué es lo que debemos compartir con los demás? Bueno, es la verdad de quién es Jesucristo, pero también es dar testimonio de la gracia de Dios en nuestras vidas, de lo que nos ha sucedido y de lo que sabemos.

William Booth, el fundador del Ejército de Salvación, fue invitado en una ocasión por el rey Eduardo VII al Palacio de Buckingham en 1904. El rey Eduardo le dijo: —Está haciendo usted un buen trabajo, un gran trabajo, general Booth. Cuando el rey le pidió a Booth que escribiera en su álbum de autógrafos, el anciano, que ahora tenía setenta y cinco años, se inclinó hacia adelante, tomó la pluma y resumió el trabajo de su vida.

Su Majestad

La ambición de algunos hombres es el arte

La ambición de algunos hombres es la fama

 La ambición de algunos hombres es oro

 Mi ambición son las almas de los hombres

¿Es su ambición tomar la gloriosa noticia de que el eterno Cristo se hizo hombre, para salvarlos de sus pecados?

Para Juan ser discípulo también es modelar la historia de su Maestro

Porque Juan dice en (1:4): La palabra  «lleno» significa «estar lleno». Quiero que tengas un gozo total, no medio lleno. ¡Lo quiero lleno! ¿Tienes alegría? Para el creyente hay gozo en varios lugares. Hay

Una historia que produce realización.

En una ocasión, David le pidió al Señor: » Devuélveme el gozo de tu salvación». ( Salmo  51:12 ) Desafortunadamente, la mayoría de los cristianos se detienen allí. Son salvos, y piensan que ese es el fin de la vida cristiana, cuando en realidad es solo el comienzo. Mi…. ¿Nunca has superado el gozo de la salvación?

Una historia que produce motivación.:

¿Sabes que Jeremías dijo? «Tus palabras fueron halladas, y yo las comí, y tu palabra fue para mí el gozo y el regocijo de mi corazón.» ( Jeremías 15:16 ) ¿Te sientes así acerca de tu Biblia? ¿Sabes por qué la mayoría de los creyentes no tienen mucho gozo? Es porque no estudian la Palabra, algunos no leen la Biblia de una semana a otra. Les digo, existe el gozo de entrar en la Palabra de Dios, dejar que la Palabra de Dios entre en Uds. Está el gozo de abrir tu Biblia, y tener un corazón abierto, y un oído atento, y dejar que Dios te hable. Mi…. ¿Empezarías a hacer eso, en lugar de estar jugando con las cosas de Dios?

Una historia que produce visión

Los eruditos nos dicen que algunos de los primeros manuscritos de 1 Juan traducen  «nuestro gozo», en lugar de «vuestro gozo».  Juan está diciendo: «El gozo más grande que podría venir a mí sería que conocieras a Cristo inicialmente, cada vez más, íntimamente». ( 5:13 )  ¿Hay mayor gozo que el de guiar un persona al Salvador? Charles Spurgeon dijo:

«Incluso si yo fuera completamente egoísta, y no me preocupara nada más que mi propia felicidad, elegiría si pudiera bajo Dios, ser un ganador de almas, porque nunca conocí la felicidad perfecta, desbordante e inefable del orden más puro y ennoblecedor, hasta que escuché por primera vez de alguien que había buscado y encontrado al Salvador por medio de mí». ( 1 Tesalonicenses 2:20 )

¿Conoces a alguien hoy que necesite a Cristo? El difunto una predicador y maestro de seminario, contó esta historia antes de morir. Estaba predicando en un servicio en Lima, Perú. después del servicio, una joven se le acercó.

Ella dijo: «Predicador, cuando yo tenía nueve años, en una calurosa tarde de lunes, en un pueblito de Chamicuro, usted vino a mi casa y me habló acerca de Cristo. Dejé que entrara en mi corazón. No siempre he sido lo que debería haber sido, pero desde entonces he tratado de amar lo más cerca posible de Jesús como sé vivir». El predicador le dijo: «¿Quiere hacer algo por mí?» Ella dijo: —Sí señor, si puedo. Él dijo: «Cuando lleguemos al cielo, ¿me permitirías tomarte de la mano y llevarte al trono del Rey Jesús? ¿Y le dirás lo que me acabas de decir? Si quieres, será suficiente para mí».

Otro predicador famoso, pensando en sus amigos de Buenos Aires, dijo:

«Oh, si un alma de Buenos Aires se encontrara a la diestra de Dios

Entonces mi cielo serán dos cielos en la tierra de Emanuel».

Dime, en ese gran día en que tu gozo será pleno, como si depositaras tus trofeos a los pies del Salvador.

Así que el primer gran recuento de este anciano es que en su relación con Cristo debe vivirse de una manera real, no fingida sino fresca y actual. Para el apóstol Juan en el lienzo de su vida cristiana, la autenticidad era la paleta que pintaba su fe. El nos exhorta a no ser  meros actores, sino peregrinos genuinos en un escenario divino. Para Juan ser real significa desnudar el alma ante el Creador, sin máscaras ni disfraces. Es dejar que la luz de la verdad ilumine cada rincón oscuro, revelando nuestras cicatrices y virtudes. Él nos invita a que en la autenticidad, encontramos la gracia transformadora, porque solo al ser verdaderamente humanos y cristianos podemos experimentar la plenitud de la redención. Así, en la vida cristiana, ser real es danzar con humildad en la verdad, confiando en que cada pincelada imperfecta es parte de la obra maestra divina.

ya no debe nada…

Hace un siglo, un grupo de almas valientes se hicieron conocidas como los misioneros unidireccionales. Ellos compraron boletos sencillos para el campo misionero, sin la mitad de devolución. Y en lugar de maletas, empacaron sus pocas pertenencias terrenales en ataúdes. Mientras zarpaban del puerto, se despidieron de todos los que amaban, de todo lo que conocían. Sabían que nunca regresarían a casa. ¡Qué tremenda visión de propósito!

A. W. Milne fue uno de esos misioneros. Zarpó hacia el Nuevo Hébridas en el Pacífico Sur, sabiendo muy bien que los cazadores de cabezas que vivían allí habían martirizado a todos los misioneros antes.

Milne no temió por su vida, porque ya había muerto para él mismo. Su ataúd estaba lleno antes de llegar a su destino.

Durante treinta y cinco años vivió entre esa tribu y los amaba. Cuando murió, los miembros de la tribu lo enterraron en medio de su aldea e inscribió este epitafio en su lápida sepulcral: Cuando llegó no había luz. Cuando se fue no había oscuridad.

En estos días me he preguntado ¿Cuándo empezamos a creer que Dios quiere enviarnos a un lugar seguro? ¿Mantenernos en lugares para hacer cosas fáciles? ¿Cuándo quiso que la muestra de nuestra  fidelidad es sólo mantener el fuerte? Eso es ¿jugar  siempre  a lo seguro o lo fácil sin complicación?

Que hay mayor privilegio que el sacrificio. Hoy se tiene el pensamiento que ser  radical es todo menos normal. Y es que en realidad si somos objetivos podemos ver en la Biblia que Jesús no murió para mantenernos a salvo. Murió para hacernos peligrosos. La fidelidad no es mantener la fortaleza. Es estar  asaltando las puertas del infierno. La voluntad de Dios no es un plan de seguro. Es un plan atrevido. La entrega completa de tu vida a la causa de Cristo no es radical. Es normal. Es hora de dejar de vivir como si el propósito de la vida fuera llegar sano y salvo a muerte.

A la gente de hoy no le gusta enfrentar el horror de la cruz, así que embellecemos su figura  y la hacemos atractiva. Convertimos la cruz en un pedazo de joyas o una decoración en el santuario de una iglesia o tal vez en un cementerio.

Pero lo que debemos recordar es que, para sus desafortunadas víctimas, la crucifixión significaba vergüenza, tortura y una muerte lenta y agonizante. Sin embargo, nuestro Señor Jesús fue «obediente hasta la muerte, muerte de cruz» (Filipenses 2:8). 

Hemos estado siguiendo una serie de principios para tener esperanza en días sin esperanza. Hemos tomado el ejemplo de Jesús cuando fue crucificado, ya que ese fue el peor día de su existencia en la tierra, un día cruel al que nunca antes había sido  sometido. Sus palabras dichas, específicamente siete palabras, demuestran como Jesús manejo la crisis de la cruz.

La primera palabra: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen, nos enfrentó con el principio de que cuando esté pasando por un día sin esperanza deje ir los que le quieren fastidiar su vida. La segunda frase que Jesús menciona es “te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Y estudiamos el principio de que cuando esté pasando por un día sin esperanza recuerde ayudar a otros. Una tercera frase que encontramos en el día sin esperanza de Jesús es “madre ahí tienes a tu hijo”. Y descubrimos el principio de que cuando pase por un día sin esperanza no olvide cuidar a los que están cerca de usted. Una cuarta  frase es “Dios mío porque me has desamparado” y extrajimos una cuarta lección que dice cuando pase por un día sin esperanza cuéntele a Dios sus problemas y no a los hombres. Una quinta palabra de Jesús en la cruz es la expresión “tengo sed” y el principio que encontramos es que cuando pase por un día sin esperanza sea transparente no tenga temor de pedir ayuda.

Ahora pasamos a la penúltima palabra de Jesucristo que aparece en el evangelio Juan 19:30 y es el único que registra esa palabra. La expresión en griego es tetelestai. Decía Charles Spurgeon, “Tetelestai es una gota de tinta en un océano de significado”. En otras palabras, “Tetelestai” es una palabra que toma poca tinta para escribir, pero el significado detrás de ella es inmenso cuando uno piensa en lo que Cristo hizo.

Observe lo que dice Juan en su narrativa: “30 Cuando Jesús recibió el vinagre, dijo: —¡Consumado es!…

Cuando se comparan los registros de los Evangelios, se descubre que él gritó esta declaración y con voz fuerte exclamó: «¡Consumado es!» La sexta La declaración de la cruz no era el gemido de un hombre derrotado; Era el grito triunfal de victoria del Hijo de Dios, nuestro Salvador. A la edad de treinta y tres años, la mayoría de la gente dice: «Está comenzando». Pero a la edad de treinta y tres años, Jesús estaba diciendo: «¡Consumado es!»

Él no dijo: «Estoy acabado». No fue el lamento de una víctima abrumada por sus circunstancias. Tampoco dijo “estoy derrotado”, como sí el enemigo hubiera ganado. Ni siquiera dijo tampoco “estoy decepcionado.” Como si lo que estaba viviendo no lo hubiera sabido de antemano y lo hubiera tomado por sorpresa. En realidad era un grito victorioso venciendo a todos sus enemigos. En la lengua griega en la que Juan escribió su Evangelio, esta declaración era sólo una palabra de diez letras: tetelestai. En Griego, significa: «Consumado es, está consumado y siempre estará terminado».

Confieso que he empezado muchos proyectos que nunca he terminado. En mis archivos son manuscritos de libros que nunca han sido completados y bocetos de sermones que nunca se han convertido en mensajes. Sin embargo, tengo la sensación de que si el mundo nunca lee estos libros ni escucha estos sermones, nada se perderá.

Pero si Jesús no hubiera completado las asignaciones de su Padre, el mundo entero hubiera sufrido.  ¡Permanecería perdido! Al final de su ministerio, nuestro Señor Jesucristo pudo gritar: «¡Consumado es!» No dejó nada sin hacer de lo que el Padre le había dado «Te he glorificado en la tierra», dijo. «He terminado el trabajo que Tú me has dado para que lo haga» (Juan 17:4). Debido a esto, tú y yo tenemos la vida eterna. Dijo: “Tú me has dado para que lo haga» (Juan 17:4). Debido a esto, tú y yo tenemos la seguridad de la salvación eterna.

El principio que podemos observar en esta frase es que  cuando pase por un día sin esperanza confíe  que hay un propósito y un final de victoria en su crisis.

Ahora para poder ver este principio necesito que consideremos tres hechos importantes acerca de esta palabra que nuestro Señor pronunció: «Tetelestai, ¡Consumado es!» «Tetelestai»—

Primero entienda la peculiaridad de la victoria en  su situación.

Debemos entender que esta palabra dicha por Jesús nos hace entender que nuestra misión y propósito en la vida tiene ciertas condiciones peculiares que la hacen relevante o sin relevancia. Si nos perdemos del camino que Dios ha establecido para nuestro propósito entonces simplemente no podremos termina nuestra vida con victoria como lo hizo Jesús. Aunque esta palabra no es reconocida por la mayoría de la gente en nuestro mundo contemporáneo mundo, era una palabra familiar cuando nuestro Señor estaba ministrando en la tierra. Los arqueólogos han descubierto muchos documentos griegos antiguos que nos ayudan entender mejor las palabras de la Biblia, porque el Nuevo Testamento fue escrito en el lengua común de los pueblos de habla griega de aquella época. Cuando inspiró en el Nuevo Testamento, el Espíritu Santo guió a los escritores a usar palabras de mercado que estaban en los labios de la gente mientras trabajaban y jugaban en los días de Jesús. Si usted Si consultáramos los léxicos griegos del Nuevo Testamento, aprenderíamos que La gente común en los días de Jesús usaba la palabra «tetelestai» en su vida cotidiana. Conozcamos a algunos de ellos.

Usted terminará su vida con victoria si entiende su verdadera vocación. Debería saber que los criados los sirvientes y esclavos usaban esta palabra cada vez que terminaban una asignación e informaban  de ese hecho a su amo.

El sirviente decía: «Tetelestai, terminé el trabajo que me diste que hiciera». Esto significaba que la tarea asignada era completaba de la manera en que el maestro quería que se hiciera y cuando quería que se hiciera. Jesucristo es el santo siervo de Dios (Filipenses 2:5-11). El profeta Isaías lo describió como el siervo sufriente de Dios (Isaías 42:1-4; 49:1-6; 50:4-9; 52:13– 53:12). Jesucristo vino a esta tierra como siervo porque tenía una obra especial «He acabado la obra que me has encomendado» (Juan 17:4). Cuando sus discípulos discutían sobre cuál de ellos era el más grande, Jesús reprendió su egoísmo diciendo: «Sin embargo, yo estoy entre vosotros como Aquel que sirve» (Lucas 22:27). Incluso tomó el lugar de un sirviente y les lavó los pies (Juan 13:1-17), pero su mayor acto de servicio fue cuando murió por ellos y por ellos. nosotros en la cruz. Un día, todos nosotros tendremos que dar cuenta al Señor de nuestro servicio. «Así que entonces cada uno de nosotros dará cuenta de sí mismo a Dios» (Romanos 14:12). Atentamente confía en que seré capaz de decir lo que Jesús dijo: «Te he glorificado en la tierra. Yo he acabado la obra que me has encomendado» (Juan 17:4).

Al pensar que Jesús cumplió su vocación como siervo y no como señor, me hace pensar la manera en muchos de nosotros en nuestras vidas no pensamos que estamos bajo el servicio de un amo y que el dirige nuestra vida. Muchos decimos que seguimos a Cristo pero en realidad muchos lo que hacemos es que exigimos que Cristo nos siga a lo que queremos ser. Tener una vida de vocación es experimentar la sumisión a Dios.

El consejo debería ser que debo encontrar el  trabajo que Dios quiere que hagas y hazlo con una actitud de siervo. No estás solo, «porque Dios es el que obra en vosotros, tanto el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13). Entonces, un día en gloria podrás decir como Jesús dijo: «He terminado la obra que Tú me has dado para hacer».

Pero en segundo lugar usted terminará una vida con victoria  si trasciende su verdadera realización. Es curioso que los sacerdotes griegos también usaban esta palabra. Cada vez que los adoradores traían sacrificios al templo dedicado a cualquier dios o diosa que adoraran, Los sacerdotes tuvieron que examinar al animal para asegurarse de que estaba impecable. Si el sacrificio era aceptable, el sacerdote decía: «Tetelestai, es perfecto». Los sacerdotes judíos seguían un procedimiento similar en el templo y usaban el equivalente Palabra hebrea o aramea. Era importante que el sacrificio fuera impecable. Jesucristo es el sacrificio perfecto e intachable de Dios, el Cordero de Dios que murió para quitar el pecado del mundo (Juan 1:29). ¿Cómo sabemos que Cristo es un ¿Sacrificio intachable? ¡Dios Padre lo dijo! Cuando el Señor Jesús fue bautizado, el Padre habló desde el cielo y dijo: «Este es mi Hijo amado, en quien estoy complacido» (Mateo 3:17). Con estas palabras, Dios Padre puso su sello de aprobación sobre Dios el Hijo. Entonces Dios el Espíritu Santo descendió como una paloma y descansaba en Jesús, añadiendo así su testimonio al del Padre (Mateo 3:16). Alguno de los líderes religiosos llamaron a Jesús glotón y bebedor de vino (Mateo 11:19), pero incluso los demonios admitieron que Jesús era el Hijo de Dios (véase Mateo 8:28–29). Sus enemigos tuvieron que admitir que era intachable, porque tuvieron que contratar a mentirosos para dar falso testimonio contra él en su juicio. Los seguidores de Nuestro Señor, que vivían en intimidad con él, no encontró ningún defecto en él. Ninguno de los apóstoles dijo jamás: «Nosotros escuchó a Jesús decir una mentira» o «Vimos a Jesús cometer un pecado». Jesús es el perfecto Salvador, el Cordero de Dios «sin mancha y sin mancha» (1 Pedro 1:19). Pilato, el gobernador romano, admitió: «No hallo falta en este hombre» (Lucas 23:4). Incluso Judas el traidor confesó: «He pecado entregando a inocentes sangre» (Mateo 27:4). Sí, todos los que conocían a Jesús podían decir: «¡Tetelestai! Él es el sacrificio perfecto e intachable». No hay otro sacrificio por el pecado que califique. Solamente Jesucristo es perfecto, inmaculado e intachable.

Esto nos lleva al hecho de que debemos ofrecernos a Dios con lo mejor de nuestra vida. Cuando Dios examina debe encontrar nuestro sacrificio “vivo, santo y agradable” (Romanos 12:1).

Tener una vida de realización es experimentar  una vida de aprobación por Dios.

Pero en tercer lugar usted terminará una vida con victoria  si trasciende su verdadera misión.

Hemos visto que los sirvientes y sacerdotes usaban esta palabra, pero también lo hacían los artistas. Cuando los artistas Al terminar su trabajo daban un paso atrás, lo miraban y decían: «Tetelestai, es ¡Terminado!» Eso significaba: «El cuadro está completo». Si ignoras a Jesucristo, el Antiguo Testamento presenta una imagen bastante oscura. Eso es difícil de entender. En el Antiguo Testamento se encuentran ceremonias, profecías y símbolos que no parecen encajar en un patrón lógico. El Antiguo Testamento es un libro de muchas profecías incumplidas e inexplicables ceremonias, y no recibes la «llave» hasta que conoces a Jesucristo. A menos que ceremonias, y no recibes la «llave» hasta que conoces a Jesucristo. A menos que Jesucristo, tu lectura del Antiguo Testamento es como caminar a través de un Galería de imágenes con las luces atenuadas. Cuando Jesucristo vino, completó la foto y encendió las luces! En su vida, muerte, resurrección y ascensión, Jesús cumplió los tipos y profecías y explicó el significado de la «imagen». La escena de la noche de Pascua descrita en Lucas 24 ilustra esta verdad. Dos hombres desanimados caminan por el camino de Emaús, discutiendo la muerte de Cristo y tratando de averiguar lo que significaba. Un extraño se une a ellos, y ellos le dicen sobre sus esperanzas frustradas y sus mentes confusas. (¿Te imaginas decirle a Jesús sobre su propia muerte?) Jesús les dijo: «¡Insensatos, y tardos de corazón para ¡Creed en todo lo que los profetas han dicho!» (Lucas 24:25). Luego, a partir de las Moisés y todos los profetas, el Señor Jesús repasó el Antiguo Testamento Escrituras y explicó el cuadro total. Encendió las luces. Su trabajo sobre El Calvario había completado el cuadro, de modo que el gran plan de salvación de Dios era ahora Claro a la vista. Debido a que conocemos a Jesucristo, los creyentes de hoy pueden leer el Antiguo Testamento y ver el cuadro maravilloso, aunque todavía hay dificultades y cosas difíciles de entender. Pero la luz brilla y los retratos no lo son. más tiempo en las sombras. Debido a la obra terminada de nuestro Señor en la cruz, podemos vea el cuadro completo que Dios ha pintado.

Nuestra vida debe ser un retrato viviente de lo que Jesús realizó. Damos testimonio ahora. Para mucha gente la vida es un rompecabezas, pero nosotros tenemos toda la pintura completa. Nuestra misión es explicar y vivir esa gran obra que Dios pintó en la vida y que hace que las personas vuelvan a tener esperanza y obtengan vida eterna.

Tener una vida de misión es experimentar una vida de acción con  Dios.  

Pero en cuarto lugar usted terminará una vida con victoria  si trasciende su verdadera bendición.  Hasta aquí hemos dicho que  «Tetelestai» era una palabra usada por esclavos, sacerdotes y artistas, pero los mercaderes también la usaron. Para ellos, la palabra significaba «la deuda está totalmente pagada». Si alguien adquiría algo “a plazos», cuando se hacía  el último pago, el comerciante le daría un recibo que decía «Tetelestai». Significaba: «Consumado es. Es decir la deuda ha sido pagado en su totalidad». Los pecadores incrédulos están en deuda con Dios y no pueden pagar su cuenta. La gente quebrantó la ley de Dios, están en bancarrota y no pueden pagar (véase Lucas 7:36–50). Pero Jesús pagó la deuda cuando murió por nosotros en la cruz. Eso es lo que tetelestai Significa: la deuda ha sido pagada, permanece pagada y siempre será pagada. Cuando nos volvemos a Cristo con fe, nuestros pecados son perdonados y la deuda es cancelada para siempre. Esta es la gran bendición que hemos recibido. Jesús tenía la victoria porque vivió y murió para bendecir a otros. Los cristianos somos victoriosos en la medida que hablamos de la bendición del perdón de Dios y de como la deuda del ser humano ha sido cancelada.

Tener una vida de bendición es experimentar la certificación de Dios. Dios bendice a los que bendecimos y les da vida eterna a los que les compartimos tal bendición.

Segundo  entienda la finalidad de la victoria en  su situación.

Primero su finalidad en esta vida tiene que ver con fidelidad. «Tetelestai»: pronunciado por un Salvador fiel.  «Tetelestai» era una palabra familiar gritada por un fiel Salvador. Vino a hacer la voluntad del Padre y lo hizo. Él vino a comprar nuestra redención y lo hizo. Él vino a hacer una gran obra, la obra de salvación, y terminó esa obra. Jesús Desde el comienzo de su vida en la tierra hasta el día en que regresó al Padre, Jesús fue fiel en hacer lo que el Padre le ordenó. «Me deleito en hacer Tu voluntad, oh, Mi Dios, y tu ley está en mi corazón» (Salmo 40:8; véase Hebreos 10:1–18). Él era fiel a lo largo de toda su vida terrena.

Segundo su finalidad en esta vida tiene que ver con centralidad. Para Jesús la voluntad del Padre era central. Era lo único  por lo que vivía. Cuando tenía doce años, Jesús dijo: «¿No sabíais que es necesario que me ocupe de los asuntos de mi Padre?» (Lucas 2:49). En las bodas de Caná, donde realizó su primer milagro, Jesús dijo: «Todavía no ha llegado mi hora» (Juan 2:4). Sabía que estaba en un horario divino que finalmente lo llevaría a la cruz. Les dijo a sus discípulos: «Mi alimento es haced la voluntad del que me envió, y acabad su obra» (Juan 4:34). En el Monte de la Transfiguración, nuestro Señor discutió con Moisés y Elías su «la muerte que iba a cumplir en Jerusalén» (Lucas 9:31). Un día dijo a sus discípulos: «Tengo un bautismo para ser bautizado, y cómo angustiado estoy hasta que se cumpla» (Lucas 12:50). En su oración de Sumo Sacerdote, él dijo: «Te he glorificado en la tierra. He terminado la obra que Tú me han dado para que lo haga» (Juan 17:4).

Podía gritar la palabra «tetelestai» porque fue un Salvador fiel que cumplió la voluntad del Padre.

Su finalidad en esta vida tiene que ver con  adversidad. Jesús fue fiel a pesar de la oposición satánica, a pesar de la ceguera y la desobediencia de los líderes religiosos, incluso a pesar de la estupidez y la lentitud para creer en su propios discípulos. Cuando la gente pecadora estaba haciendo lo peor, Jesucristo estaba dando lo mejor de sí mismo; y lo hizo porque amaba al Padre y amaba a un mundo de pecadores perdidos.

Jesucristo sigue siendo un siervo fiel. Habiendo terminado Su obra en tierra, ahora está sirviendo fielmente a su pueblo en el cielo como Sumo Sacerdote y Abogado (Hebreos 4:14-16; 1 Juan 2:1-3). Cuando somos tentados, podemos llegar a su trono y recibir la gracia y la misericordia que necesitamos. Si pecamos, podemos llegar a nuestro Abogado celestial, confesar nuestros pecados y ser perdonado (1 Juan 1:9-2:2). Él es fiel para librarnos en tiempos de tentación (1 Corintios 10:13), fiel para perdonarnos cuando caemos, y fiel para guardarnos hasta que nos encontremos cara a cara con él (2 Tim. 1:12; Judas 24). «Tetelestai»: una obra terminada.

Tercero, entienda la eternidad de la victoria en  su situación.

La eternidad nos confronta con el propósito de Dios. Esto nos lleva al tercer hecho. «Tetelestai» era una palabra familiar pronunciada por un fiel Salvador acerca de una obra terminada. Cuando gritó la palabra, significaba que todas las profecías del Antiguo Testamento que se referían a su obra en la cruz cumplida y terminada. A partir de Génesis 3:15, Dios había prometido que un El Salvador derrotaría a Satanás. Todas las imágenes de Cristo en el tabernáculo el ministerio sacerdotal y el sistema de sacrificios eran completamente terminado y cumplido. Los tipos y profecías del Antiguo Testamento se cumplieron. El velo del templo se rasgó en dos, y el hombre pudo entrar en el presencia de Dios. ¡El camino de la salvación había sido abierto! A la presencia de Dios. ¡El camino de la salvación había sido abierto!

La eternidad nos confronta con el poder de Dios. «Consumado es» también significa que la Ley del Antiguo Pacto está consumada. Alguno La gente tiene miedo de esta verdad, pero es tan bíblica como el nacimiento virginal o el nacimiento virginal. resurrección de Jesús. Colosenses 2:14 dice: «habiendo borrado la escritura de requisitos que estaba en contra de nosotros, que era contrario a nosotros. Y Él lo ha tomado fuera del camino, habiéndola clavado en la cruz». Ya no vivimos bajo la servidumbre de la ley; en cambio, vivimos en la libertad de la gracia de Dios (Romanos 6:15). El La gran palabra del evangelio no es «hacer»; Está «hecho». La obra de la redención ha ¡Se ha terminado!

Hace algunos años había un evangelista excéntrico cuyo nombre era Alejandro Pommier. Un hombre se le acercó un día y le dijo con cierta ligereza: «¿Qué debo hacer? para ser salvo?» Sabiendo que el hombre no se tomaba en serio la salvación, Pommier respondió: «¡Es demasiado tarde! ¡No puedes hacer nada!» El hombre se alarmó y dijo: «No, ¡No! ¿Qué debo hacer para ser salvo?» Y Pommier respondió de nuevo: «¡Es demasiado tarde! Es ¡Ya se ha hecho!»

Ese es el mensaje del evangelio: la obra de salvación es completado. Está terminado.

No hay nada que podamos agregarle, y agregarle significa quitarle nada.

Dios ofrece al mundo perdido una obra acabada, una salvación completa. Todo lo que el pecador tiene que hacer es creer en Jesucristo.

La eternidad nos enfrenta con el plan de Dios. El libro de Hebreos explica esta salvación completa: «Pero ahora, una vez en al final de los siglos, Él ha aparecido para quitar el pecado por el sacrificio de sí mismo. Y así como está establecido que los hombres mueran una sola vez, pero después de esto el juicio, así Cristo fue ofrecida una sola vez para llevar los pecados de muchos» (Hebreos 9:26-28). «Porque no es posible que la sangre de toros y machos cabríos pudiera quitar los pecados… Pero este hombre, después de haber ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios…». (Hebreos 10:4, 12). La obra de salvación se ha completado. «¡Consumado es!» Nuestro Señor murió, fue sepultado, resucitó de entre los muertos y volvió a la gloria. Allí se sentó porque la obra estaba terminada (Hebreos 1:3). En el Antiguo Testamento tabernáculo, no había sillas porque el trabajo de los sacerdotes nunca se terminaba. Pero Jesucristo se sentó en el cielo porque su obra había terminado. Puesto que la salvación es una obra acabada, no nos atrevemos a añadirle nada, cualquier cosa de ella, o sustituir cualquier cosa por ella. Solo hay un camino de salvación: fe personal en la obra terminada del Señor Jesucristo. Cuando mi Señor murió, exclamó: «¡Tetelestai! ¡Consumado es!» Era una palabra familiar gritada por un fiel Salvador acerca de una obra terminada.

Bien se ha dicho que Jesús no hizo el «pago inicial» en la cruz y luego esperar que sigamos con las cuotas. La salvación no está en la cuota plan. Jesús lo pagó todo, y eso significa que la redención es una obra terminada. Levantado había de morir, «Consumado es», fue su clamor; «Consumado es», fue su clamor; Ahora, en lo alto, en lo alto, ¡Aleluya, qué Salvador!  ¿Es él tu Salvador? Puede serlo si aceptas su obra terminada en el cruza, hazlo personal («Cristo murió por mis pecados»), y pídele a Jesús que te salve. «Porque todo aquel que invoque el nombre de Jehová, será salvo» (Joel 2:32; Actos 2:21; Romanos 10:13).

Ahora, es importante entender que como cristianos todo tipo de sufrimiento lleva un dosis de eternidad que debemos aprender a ver para poder tener esperanza. Es importante no desenfocarse de que estamos en el cuadrilátero de lo eterno y que todo lo que nos sucede se reflejará en la eternidad dependiendo como reaccionemos ante la desesperanza y sufrimiento.

Seguir a Jesús no se trata tanto de cuidar tus modales sino de seguir las señales de Cristo. Establecer metas es contar una historia. Es hora de ir con todo por el todo. ¡Empaca tu ataúd!

«y llegó el día…»

Es realmente increíble como en unos cuantos días la vida puede tomar un giro totalmente inesperado. Lo duro de los cambios inesperados es que son sorpresivos, indeseables e inimaginables. Sólo basta observar los primeros versículos del capítulo 1 de Job y nos damos cuenta que un instante la vida de Job cambió. Lo agarró desprevenido y lo lanzó hasta el suelo. Hay una expresión que se repite dos veces en el capítulo 1. La NVI dice al inicio del versículo 6: “llegó el día” y luego en el vrs. 13 : “llegó el día”. Esta expresión está en contraste con la expresión del vrs. 4: “para Job esto era una costumbre cotidiana”. Job tenía días en que hacía todo lo normalmente humano, y vivía lo mejor que podía. Pero eso iba a cambiar.

Poco imaginaba Job que iba a entrar en unos días totalmente diferentes a los que estaba viviendo. ¿Cómo le llegaron esos días a Job?

Observe que la tragedia comienza con la escena en donde Dios y Satanás entablan un diálogo. Dios le dice a Satanás: “¿le has dado una ojeada mi siervo Job?

¿Por qué nos llegan esos días? Simplemente porque son parte de una realidad invisible, a la que no tenemos acceso.

Al igual que Job encuentro a muchas personas (incluyéndome hoy por hoy) que están pasando por momentos de gran sufrimiento y han sido devastados por el dolor han tenido que soportar. Al igual que Job, no han podido entender por qué. Como Job, no han merecido la aflicción, pero el dolor continúa. Como Job, han orado por respuestas y esperaron que Dios trajera alivio. Ninguna de las dos cosas ha ocurrido. Como Job, siguen orando y esperando. Al igual que Job, a veces se preguntan: «¿Dónde está Dios?» Él permanece en silencio y parece distante. Sin embargo, aguantas fielmente.

Por eso, al igual que Job, algún día serás enormemente recompensado.

Al verme inmerso en la lectura de este texto, he descubierto algunas realidades espirituales a las que no tenemos acceso pero que simplemente están sucediendo inexplicablemente en nuestras vidas.

Y es que nadie puede discutir que la vida es difícil. Creo que esa contundente declaración de tres palabras es una precisa valoración de nuestra existencia en este planeta. Lo interesante que cuando el escritor del libro de  Job tomó su lápiz para escribir su historia, pudo haber comenzado con una frase que suena similar e igualmente contundente: «La vida es injusta.» Nadie podría discutir el hecho de que la vida está salpicada de dificultades, dolores de cabeza y problemas asfixiantes. La mayoría de nosotros hemos aprendido a enfrentar la realidad de que la vida es difícil. ¿Pero injusta? Cuando sobresale esa palabra algo entra en acción, en lo profundo de la mayoría de nosotros, haciendo que nos resulte casi intolerable aceptar y afrontar lo que es injusto. Nuestro impulso por la justicia anula nuestra paciencia con el dolor.

No es sólo porque Job sufrió que es importante para nosotros. Es porque sufrió en el de la misma manera que sufrimos: en las áreas vitales de la familia, la salud personal y las cosas materiales. Job también es importante para nosotros porque cuestionó minuciosamente y protestó audazmente por su sufrimiento. De hecho, llegó “a la cima” con sus preguntas.

No es el sufrimiento lo que nos preocupa. Es un sufrimiento inmerecido. Casi todos nosotros en nuestros años de crecimiento tenemos la experiencia de desobedecer a nuestros padres y ser castigados por ello. Cuando esa disciplina estaba relacionada con malas acciones, tenía un cierto sentido de justicia: cuando hacemos mal, somos castigados. Sin embargo, una de las sorpresas a medida que envejecemos es que llegamos a ver que no existe una verdadera correlación entre la cantidad de mal que cometemos y la cantidad de dolor que experimentamos. Una sorpresa aún mayor es que muy a menudo ocurre todo lo contrario: Hacemos lo correcto y nos derriban. Hacemos lo mejor que somos capaces de hacer, y así como estamos extendiendo la mano para recibir nuestra recompensa. Nos golpean desde el lado ciego y nos hacen tambalear.

​Medita en la diferencia entre las primeras líneas de Job 1:1 y Job 1:6: «Había un hombre . . . hubo un día”. Había un hombre que vivía de esto en la tierra. Hubo un día en el salón del trono de Dios. Somos levantados de la tierra de un  entorno familiar a la escena desconocida de la presencia de Dios en el cielo. Esa realidad revela tres cosas importantes. Primero revela una extraña reunión. Dios está reunido con su corte celestial. Eso nos lleva a la conclusión que algo pasa en el mundo sobrenatural del que no estoy consciente.  En segundo lugar revela una maligna acusación. Satanás cuestiona la integridad de Job y lo acusa de que el sirve a Dios por conveniencia. Esto implica que tenemos un enemigo que nos odia y que espera cualquier oportunidad para dañarnos.  Y tercero una desastrosa permisión. Dios permitirá el plan de Satanás en la vida para demostrar que Dios sirve por amor y no por conveniencia. La suerte está echada y Job ha sido señalado. Lo que nos muestra que hay cosas que Dios permite a pesar de vivir una vida recta.

Una cosa que siempre me ha parecido muy importante es la evaluación que Dios hace de Job. Observe que él dice: “¿Has considerado a mi siervo Job?” (Job 1:8). Es especial esta frase. ¡Qué título tan maravilloso le dio Dios a Job! “Mi sirviente”. Y es que el escritor de Job  dice en el vrs. 3 “personaje de mayor renombre..”  Lo que esto me enseña es que él pudo haber sido considerado el “mayor de todos los hombres del oriente” (Job 1:3), pero el maravilloso acerca de Job es que era siervo de Dios. Es decir, aunque bien conocido y famosos en todas partes, él no era ninguna celebridad ante  los ojos de Dios. Mientras la sociedad le llama con renombre, Dios lo llama siervo. No había orgullo en el  corazón del hombre. Esto es un estímulo para aquellos siervos que  no son de renombre pero son especiales ante los ojos de Dios.

Ya todos sabemos lo que ocurre, tragedia tras tragedia someten a Job a una miseria indescriptible, que lo hace terminar tirado en la calle con grandes llagas mal olientes y rascándose con un pedazo de teja.

Eso es suficiente por hoy . Volveré al plan de Satanás más adelante. Lo que más deseo es que hagamos una pausa y descubramos que nos enseña esta porción de la Palabra. ¿Qué he descubierto en estos primeros versículos con respecto mi propia agonía y prueba,

Al estudiar el texto me dí cuenta que hay un enemigo con que nos encontramos y que no podemos ver. . . pero él es real. Tenemos un enemigo sobrenatural y nos encontramos con él o con uno de sus emisarios regularmente. Y nunca lo dudes: todo eso es real. El espera que Su estrategia engañosa te jugará una mala pasada y te debilitará  y finalmente buscará derribarte. El deseo del Acusador es arruinar tu testimonio mientras destruye tu vida. En el proceso, si eso significa arruinar tu relaciones familiares, él irá allí. Si es necesario tentarte a hacer arreglos secretos en algunas partes de tu negocio que no habrías hecho antes, irá allí. Lo que sea necesario para derribarte, lo intentará. El hecho de que tengamos un enemigo que no podemos ver no significa que no sea real.

También entendí que hay pruebas que soportamos y que no merecemos, pero que son permitidas. Lo leíste correctamente. La vida incluye pruebas que nosotros no merecemos, pero aun así hay que soportarlas. Puede que no le hayan dado un trato justo en la vida, pero todo fue permitido. Lo mismo puede decirse de usted. En el misterio de Dios y su voluntad insondable, nunca podremos explicarla o comprenderla completamente. No intentes captar cada hilo de su profundo plan. Si te resistes a ese plan te sentirás cada vez más confundido, en última instancia resentido y finalmente amargado. En ese momento, Satanás habrá vencido. Acéptalo. Soporta la prueba ya que ha sido permitida por Dios. Nada toca tu vida que no  haya pasado por las manos de Dios. Él tiene el control total y porque esto es real, tiene el derecho soberano de permitir juicios que no merecemos.

Una cosa más que me sorprendió  es que  hay un plan que exploramos y que no entenderemos, pero es mejor. Aunque cada segmento puede no ser justo o agradable, funciona juntos para  bien siempre. La enfermedad que Job soportó más tarde no fue buena sí misma. ¡Difícilmente! Pero todo funcionó para bien. Nuestra perspectiva es terriblemente limitado. Vemos en el punto preciso del tiempo, pero la visión de Dios es panorámico. El gran plan cósmico de Dios está en marcha ahora, y Él no siente la necesidad (ni está obligado) de explicárnoslo. Si lo intenta, nuestra respuesta sería como el adolescente confundido que escucha a su profesor de cálculo, «¿Qué?» No lo entenderías, ni yo tampoco. Sólo recuerda, el Padre sabe lo que es mejor para sus hijos. Descanse en esa comprensión.

Finalmente me dí cuenta que hay consecuencias que experimentamos y que no podríamos anticipar, pero son necesarios. No sé dónde te encuentras hoy, pero estaría dispuesto a apostar que la mayoría de ustedes que leen esto, están pasando por algo que es injusto. Es muy probable que usted simplemente no merece lo que está pasando. Las consecuencias pueden haber comenzado ya a  llegar a ti. No anticipaste nada de esto. No pensaste que algo así pasaría pero  llegamos a esto. Confía en la Palabra. Lo que ha sucedido es necesario parte de tu crecimiento espiritual. Sí, necesario.

Finalmente he comenzado a aceptar esa realidad después de todos estos años de mi vida. Date cuenta de que la vida no sólo es difícil, sino también injusta. El silencio de la voz de Dios te hará preguntarte si Él está ahí. Y la ausencia de la presencia de Dios te hará preguntarte si a Él siquiera le importa. El estará siempre presente cuando “llegue el día” de la aflicción.

«…Dios siempre cumple…» I parte

A cuántos les complace hacer una fila o esperar a que les llegue su turno? ¡No me diga que usted se siente muy complacido hacer una fila en quincena! Por lo general, nos ponemos de mal humor, nos molestamos, estresamos por la sencilla razón de que no nos gusta esperar.

Añada a eso que si esperamos algo y comenzamos a dudar si lo vamos a obtener. Eso es una combinación letal. Espera y duda. Este binomio puede hacer sucumbir a cualquier persona que espera recibir algo.

Ahora bien, de igual forma la clave para obtener las promesas y las bendiciones de Dios es la paciencia y no dudar.

El autor de la carta a los Hebreos va a introducir ahora un tema bastante complicado.

En Hebreos 6.13-20 el escritor dice lo siguiente:

13 Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo, 14 y dijo: «Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia». 15 Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido. 16 Los seres humanos juran por alguien superior a ellos mismos, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión. 17 Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que su propósito es inmutable, la confirmó con un juramento. 18 Lo hizo así para que, mediante la promesa y el juramento, que son dos realidades inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un estímulo poderoso los que, buscando refugio, nos aferramos a la esperanza que está delante de nosotros. 19 Tenemos como firme y segura ancla del alma una esperanza que penetra hasta detrás de la cortina del santuario, 20 hasta donde Jesús, el precursor, entró por nosotros, llegando a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.

Quisiera discutir hoy el tema  confiar en que Dios  siempre cumple sus promesas. Y está relaciona con la paciencia de esperar ese cumplimiento de su promesa. Esto es como esperar su propio turno en la vida espiritual. Entienda que  usted ya  tiene la promesa  pero tiene que esperar que le llegue su turno. Pensándolo bien en realidad ¿qué es esperar su turno? Creo que esperar un turno es aguardar el momento en que Dios nos comienza a bendecir o nos otorga lo que tanto estamos anhelando.

Ahora bien  una de las maneras más claras de reflejar quienes somos es cuando entramos en un tiempo de espera. ¿Usted ha estado alguna vez en una sala de espera?, esperando a que salga el medico a darle una noticia. ¿Cómo se siente? Intranquilo, ansioso, preocupado, etc. Y muchas veces entramos a la sala de espera con Dios. Esperando una respuesta de parte de Dios. Abraham fue un hombre que aprendió a esperar con paciencia.

Creo que en este momento es ideal tratar de establecer ¿Qué es esperar con paciencia que Dios cumpla su promesa? En primer lugar, esperar es: Creer que algo va a suceder. En segundo lugar es desear que algo ocurra y finalmente creo que es permanecer en un lugar donde se cree que algo va a ocurrir. Y no solamente un lugar físico sino que debo permanecer en lo que tanto anhelo. Hablar con fe que las cosas ocurran.

Todos sabemos que la paciencia es parte del fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas. Usted no puede producir paciencia. La paciencia también es una cualidad que no se rinde ante las circunstancias ni se hunde bajo la prueba.  ¿Qué cara tenemos cuando las cosas no nos están saliendo como nosotros esperamos?[1]

Alguien dijo que las dudas son signos de interrogación que a menudo marcan lo que debería estar claro. Son declaraciones de hechos teológicos o imperativos incuestionables de verdad moral. Para aquellos que son inmaduros en su fe o que se han vuelto perezosos al responder a las cosas espirituales, las dudas pueden llevarlos a la desesperación. Pero ellos no es necesario! Para aquellos que estén dispuestos a recordar al personaje y promesas de Dios, las dudas pueden servir como meras eclipses. . . pausas en la caminata de fe que sirven para dirigir nuestra atención hacia el cielo, hacia Dios, quien es el único y que  es capaz de darnos esperanza en medio de la desesperación, seguridad en medio de incertidumbre y confianza en medio del cuestionamiento.

¿Qué hacemos cuando las nubes de tormenta llegan y arrojan sombras de duda sobre el paisaje de nuestras vidas? Cuando en mares tormentosos, la tendencia es a centrarse en el viento y las olas en lugar de en el Señor. En medio de las tormentas de nuestra propia vida, Dios nos da un ancla para el alma (Hebreos 6:19).

Al adentrarnos en el texto me gustaría enfocarme en el proceso que pasamos cuando Dios cumple lo prometido. Es increíblemente evidente que toda promesa de Dios pasa por un proceso o tiempos que tienen sus peculiaridades especiales cada etapa. Según el escritor el Dios cumple sus promesas por medio de cuatro etapas.

La primera etapa es la de la perplejidad, es cuando Dios da la constitución de su promesa. Luego viene la segunda etapa que es la de la inactividad, es cuando Dios la confirmación de la promesa. Una tercera etapa es la de la seguridad, es cuando Dios la convicción de la promesa. Y finalmente viene la etapa de la visibilidad , es cuando Dios la culmina de la promesa.

Así que acompáñeme por cada una de las etapas y descubramos cuáles son las características de todas ellas y como se podrían aplicar a nuestra vida.

Así que, la primera etapa es la de la perplejidad, es cuando Dios da la constitución de su promesa (6:13)

Según el diccionario se dice que perplejo se refiere a una  persona que está confuso y desconcertado y no sabe lo que debe hacer, pensar o decir.[2] Y eso describe mucho a Abraham en esta parte del texto. Note que el autor va a mostrar el ejemplo de Abraham como una muestra del proceso o etapas que pasa una promesa hecha por Dios. La perplejidad se muestra en tres características en este texto. Primero la perplejidad se muestra por lo que Dios promete. El autor usa la palabra  Dios hizo una promesa. Las palabras “hizo una promesa” en el texto griego es una sola. Es la palabra griega «epangellomai» y esta aparece en varias ocasiones en el Nuevo Testamento. Se deriva de la raíz «angello», que significa «anunciar» o «proclamar», y el prefijo «epi», que puede tener varios significados, incluyendo «sobre» o «acerca de». Por lo tanto, «epangellomai» se traduce generalmente como «prometer» o «hacer una promesa».  Por otro lado, el uso teológico de «epangellomai» en el Nuevo Testamento subraya la confianza en las promesas de Dios, el cumplimiento de esas promesas en Jesucristo, y la gracia y el amor de Dios al ofrecer estas promesas a su pueblo. Invita a los creyentes a confiar en las promesas divinas y a vivir en base a ellas.[3] Cuando Dios dice algo, de por sí ya es una promesa en sí. Todo lo que sale de su boca y de su Palabra se debe constituir en algo que Dios ha dicho que sucederá. Si el lo dice eso pasará con certeza. Note que su promesa es personal. Lo hizo directamente a Abraham. Esto implica que Dios personaliza las promesas con cada uno de sus hijos. Así que Dios promete con claridad. Observe que le da dos conceptos importantes a Abraham. Dice que lo va a bendecir en gran manera y multiplicará su descendencia”. Bendecir y multiplicar dos promesas muy claras para Abraham. Sin embargo esta claridad contrasta con su realidad. Él está mayor, no tiene hijos y su esposa está inhabilitada ya para dar hijos. Esto podía poner en un estado de perplejidad a cualquiera. La palabra bendecir aquí en el texto griego es “eulogeō.”  Esta palabra tiene un significado teológico profundo y se utiliza en diferentes contextos para expresar la acción de Dios y los creyentes al pronunciar bendiciones. Y es que cuando se trata de la bendición de Dios, implica el acto divino de otorgar favor, gracia y protección sobre las personas. Dios bendice a su pueblo con amor, misericordia y provisión. La bendición de Dios también puede incluir la promesa de prosperidad espiritual y material. La bendición en el Nuevo Testamento va más allá de las palabras o deseos. También implica acciones concretas de amor, servicio y generosidad hacia los demás. Los creyentes son llamados a bendecir a otros mediante el acto de compartir, ayudar, orar y alentar. Así que  la bendición en el Nuevo Testamento tiene un significado teológico profundo. Representa el favor divino, la gracia y la protección de Dios hacia su pueblo. Jesús es el gran dador de bendiciones, y los creyentes son llamados a bendecir a otros en nombre de Dios mediante palabras y acciones de amor y servicio.

Por otro lado habla de “multiplicar”. En un sentido literal, «multiplicar» se refiere al aumento numérico o el crecimiento en cantidad. Por ejemplo, en Mateo 14:21. Sin embargo, el significado teológico del término «multiplicar» en el Nuevo Testamento va más allá de un simple aumento numérico. Se utiliza en contextos que implican la abundancia, la prosperidad espiritual y material, y el crecimiento en el reino de Dios.

En ese sentido dos cosas Dios claramente promete a Abraham. Una le promete su favor y también le promete su labor.

Segundo la perplejidad de se muestra por como Dios promete. El pasaje relata lo siguiente: “como no tenía por quién jurar, juró por sí mismo”. La palabra griega utilizada en el Nuevo Testamento para «jurar» es  omnyo. Esta palabra aparece en varios versículos y tiene un significado teológico y ético importante. El uso de la palabra «jurar» en el griego del Nuevo Testamento implica una reflexión teológica sobre la importancia de la sinceridad, la honestidad y la integridad en la vida cristiana. Los creyentes son llamados a cumplir sus promesas y ser fieles a sus palabras, demostrando un carácter que refleje la verdad y la confiabilidad de Dios. Así que Dios promete con seguridad. En el Nuevo Testamento, hay ocasiones en las que se menciona que Dios jura por sí mismo. Este acto de Dios jurando por sí mismo se encuentra relacionado con su carácter y naturaleza como ser supremo y eterno. Una de las referencias más importantes se encuentra en este pasaje.

Pero ¿qué es jurar por El mismo?   El juramento de Dios por sí mismo tiene un significado teológico y práctico significativo. Implica que Dios, al no tener nadie mayor que él mismo, es la fuente máxima de verdad y fidelidad. Al jurar por sí mismo, Dios está asegurando de manera irrevocable el cumplimiento de sus promesas. Este juramento divino por sí mismo muestra la absoluta confiabilidad de Dios y su compromiso inquebrantable de cumplir sus promesas. En Hebreos 6:17-18 se establece que este juramento de Dios es un fundamento sólido y una garantía segura para aquellos que confían en él. Es una demostración del carácter inmutable de Dios y su fidelidad absoluta. Así que, cuando el Nuevo Testamento menciona que Dios jura por sí mismo, se refiere a un acto divino en el que Dios, al no tener nadie mayor por quien jurar, garantiza con absoluta certeza el cumplimiento de sus promesas. Esto revela su carácter confiable y su fidelidad inmutable hacia aquellos que confían en él.

En tercer lugar la perplejidad se muestra por lo que Dios omite. Ahora se ha dado cuenta que Dios omite el tiempo que Abraham tendrá que esperar. ¿Por qué Dios hace? Creo que una primera cosa tenía que ver con una prueba de fe.  Dios pudo haber omitido la información del tiempo como una forma de poner a prueba la fe de Abraham. La espera prolongada y la incertidumbre requerían que Abraham confiara en la fidelidad y el poder de Dios, incluso cuando las circunstancias parecían desalentadoras. Creo que otra  razón era paciencia y confianza. La espera en sí misma puede ser un proceso de crecimiento espiritual. Al no revelar el tiempo exacto, Dios estaba invitando a Abraham a aprender a confiar en Él, a ser paciente y a depender de Su soberanía y plan perfecto. Pienso que también estaría vinculado con el cumplimiento en el momento adecuado. Y es que Dios tiene un sentido perfecto del tiempo y sabe cuándo es el momento adecuado para cumplir sus promesas. El tiempo de Dios puede ser diferente al de los seres humanos, y puede tener razones más amplias y eternas para retrasar la realización de una promesa. Finalmente creo que quería desarrollar fe en medio de la incertidumbre. Abraham tuvo que aprender a confiar en Dios incluso cuando no tenía todas las respuestas. Esta lección de fe se aplica a todas las personas que confían en Dios, ya que a menudo no sabemos todos los detalles o el tiempo exacto en que se cumplirán Sus promesas. Así que Dios promete con credibilidad.

Hasta aquí nos hemos involucrado en la primera etapa del cumplimiento de una promesa de parte de Dios. Y hemos visto que la primera etapa es la de la perplejidad. Es el momento de la constitución de la promesa de Dios. Esa perplejidad se muestra en lo que Dios promete, como lo promete, cuando lo promete y que es lo que omite.

Ahora quiero llevarlo a unas ideas  más concretas para cuando estamos en la etapa de la perplejidad de la promesa de Dios.

Debemos tener muy claro que la perplejidad del cristiano ante las promesas de Dios es un sentimiento que puede surgir cuando las circunstancias de la vida no parecen alinearse con lo que se espera o se ha prometido en la fe cristiana. Aunque los cristianos confían en las promesas de Dios, también enfrentan desafíos y pruebas que pueden poner a prueba su fe y generar confusión o perplejidad. Es importante recordar que la perplejidad no es necesariamente una falta de fe, sino una reacción humana natural ante la tensión entre lo que se cree y lo que se experimenta. Incluso personajes bíblicos, como Moisés y David experimentaron perplejidad en diferentes momentos de sus vidas mientras esperaban el cumplimiento de las promesas divinas. Hay varias razones por las cuales un cristiano puede sentir perplejidad ante las promesas de Dios.

En primer lugar, las promesas de Dios a menudo involucran un marco de tiempo que puede ser diferente al de los seres humanos. Dios trabaja de maneras misteriosas y puede tardar más tiempo del esperado en cumplir sus promesas. Esto puede llevar a preguntas y dudas sobre si Dios realmente cumplirá lo que ha prometido.

En segundo lugar, las circunstancias difíciles y los desafíos de la vida pueden hacer que parezca que las promesas de Dios no se cumplirán. Las adversidades, el sufrimiento o las pérdidas pueden generar interrogantes y hacer que uno se pregunte si Dios realmente está presente o si sus promesas son verdaderas.

Sin embargo, es importante recordar que la fe cristiana no se basa únicamente en las circunstancias actuales, sino en la confianza en la fidelidad y el carácter de Dios. Aunque pueda parecer que las promesas de Dios están retrasadas o no se están cumpliendo, los cristianos son llamados a confiar en que Dios es fiel y cumplirá sus promesas en su tiempo perfecto.

La perplejidad del cristiano ante las promesas de Dios puede ser una oportunidad para crecer en la fe y la confianza. Es un recordatorio de que nuestra comprensión y perspectiva son limitadas, mientras que Dios tiene un plan y un propósito más amplios en nuestras vidas. A través de la oración, el estudio de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes, podemos encontrar consuelo y fortaleza en medio de la perplejidad, confiando en que Dios está obrando incluso cuando no podemos verlo claramente.

Ahora pasemos a la segunda etapa del cumplimiento de la promesa de Dios.

La segunda etapa es la  de la inactividad. (6:15)

El pasaje continúa diciendo: “Y así después de esperar con paciencia Abraham…” Nota usted la expresión “esperar”. La palabra esperar con paciencia es una sola en griego. Es el término makrothumeō. El uso como participio adjetival, describe una condición y estilo de vida. Abraham aprendió a vivir en espera y con paciencia. La palabra griega «makrothumeō» se  compone de dos elementos: «makros», que significa «largo» o «grande», y «thumos», que se refiere a la ira o el enojo. Juntas, estas palabras transmiten el concepto de «ser lento para la ira» o «ser paciente». En el contexto teológico, «makrothumeō» se utiliza para describir una característica del carácter de Dios y cómo los creyentes deben reflejar esa cualidad en sus vidas. Cuando la palabra se refiere a la paciencia de Dios se utiliza para destacar la paciencia y la longanimidad de Dios hacia la humanidad. Dios es lento para la ira y está dispuesto a soportar y perdonar los pecados y las transgresiones de las personas. Esta paciencia de Dios se manifiesta en Su amor incondicional y Su disposición a dar oportunidades de arrepentimiento y salvación. Pero por otro lado  también es un llamado a la paciencia en los hijos de Dios. Los creyentes también son exhortados a ser pacientes y reflejar la paciencia de Dios en sus vidas. En el Nuevo Testamento, se nos insta a ser pacientes con los demás, a soportar las dificultades y pruebas con paciencia, y a perdonar a aquellos que nos han ofendido. Esto se alinea con el carácter de Dios y nos permite mostrar Su amor y gracia a través de nuestras acciones. En ese sentido este tipo de paciencia es una resultado de nuestra vinculación con el carácter de Dios y no de una cualidad humana.

Pensaba al hablar de este tema como  cuando la persona que va al supermercado y duda en que línea acercarse a pagar por sus compras, y cuando decide ir a una registradora, ve a la otra avanzar y se pregunta si salirse e ir a la otra línea para pagar pronto. De repente lo hace, se cambia, para darse cuenta que si se hubiera quedado en la primera línea ya hubiese pagado. ¡Qué frustrante! De la misma manera vivió Abraham, varios momentos de su vida esperaba en Dios, pero las circunstancias hicieron que busque una “salida pronta” a sus necesidades, lo que le llevó a enfrentar un nuevo problema que le ocasionó problemas en su vida y la de su familia. Por la misericordia de Dios, los planes y las promesas del Señor continuaron para la vida de Abraham y llegó a recibirlas. No fue completamente paciente desde el inicio, aprendió (aunque con dificultades) a ser paciente, y por ello recibió lo que Dios le había prometido. Este ejemplo me enseña la manera de como Dios me ayuda a crecer en mi paciencia, la misma que no es perfecta al inicio, sino que Dios la va desarrollando con las pruebas. Abraham no fue perfectamente paciente, pero en su “imperfecta paciencia” y con la misericordia de Dios aprendió a ser paciente y alcanzó la promesa.

¿Qué es lo que esperas de Dios? ¿Qué es lo que el Señor te ha prometido y que parece no llegar? Espera en Dios, talvez esté desarrollando tu paciencia. ¡¡¡NO TE CAMBIES DE «LÍNEA»!!! Si aprendes a esperar pacientemente con fe, alcanzaras las bendiciones que ha preparado para ti.

Cuando la duda dice: “Solo un necio creería estas cosas”,  recuerda: “Es imposible que Dios mienta” (6:18). Cuando la duda te dice, “Dios me ha abandonado”, recuerda “la inmutabilidad de Su propósito, interpuesto con un juramento” (6:17). A pesar de que las circunstancias a tu alrededor puede continuar golpeándote con golpes dolorosos, puedes tener una tranquila confianza en que Dios tiene un propósito, que Él tiene el control y que tu alma está firmemente anclada en el reino celestial.[4]

Quisiera cerrar este segundo punto diciendo que esperar el cumplimiento de una promesa de Dios puede ser un desafío significativo y requerir una gran fe y paciencia. Creo que  hay algunos desafíos comunes que las personas enfrentan al esperar el cumplimiento de las promesas de Dios. Primero pienso en el  tiempo y paciencia. El factor del tiempo es a menudo uno de los mayores desafíos al esperar la cumplimiento de una promesa divina. Puede parecer que ha pasado mucho tiempo y la promesa aún no se ha cumplido. En estos momentos, es esencial recordar que el cronograma de Dios puede ser diferente al nuestro, y que Él es fiel para cumplir sus promesas en su tiempo perfecto. Por otro lado creo que las dudas y luchas internas son peligrosas. Debes entender que durante el período de espera, es posible que surjan dudas y preguntas sobre si Dios cumplirá su promesa. Las luchas internas pueden surgir cuando las circunstancias actuales parecen contradecir la promesa recibida. En estos momentos, es importante mantenerse firmes en la fe, recordando las promesas anteriores de Dios y buscando fortaleza en Su Palabra. También considero que las pruebas y los obstáculos son muchas veces altamente tóxicos para la espera. Recuerda que en el camino hacia el cumplimiento de una promesa de Dios, es probable que se presenten pruebas y obstáculos. Estas pruebas pueden poner a prueba nuestra fe y resistencia, pero también pueden ser oportunidades para crecer y fortalecernos. Dios puede usar estas pruebas para prepararnos y moldearnos antes de que se cumpla la promesa. Otra cosa que también puede mermar tu espera es la  comparación y la envidia. Me refiero cuando vemos que otros experimentan el cumplimiento de sus promesas o bendiciones, es natural sentir envidia o compararnos con ellos. Es importante recordar que Dios tiene un plan único para cada persona y que nuestras vidas no deben compararse con las de los demás. Mantener nuestra mirada en Dios y confiar en Su plan nos ayuda a superar estos desafíos. Finalmente  debemos  mantener la confianza en la fidelidad de Dios. Ya que el mayor desafío en la espera es mantener una confianza constante en la fidelidad de Dios. Aunque las circunstancias parezcan inciertas y desalentadoras, recordar las promesas anteriores que Dios ha cumplido y aferrarnos a Su carácter fiel nos ayuda a perseverar en la espera.

Enfrentar estos desafíos no es fácil, pero podemos encontrar consuelo y fortaleza en la relación con Dios, a través de la oración, la lectura de Su Palabra y la comunidad de creyentes. La espera puede ser un tiempo de crecimiento espiritual, donde aprendemos a confiar más en Dios y a depender de Su gracia y sabiduría en cada paso del camino.


[1] https://www.socibiblia.org/post/hebreos-6-13-15-espera-tu-turno/3926

[2] https://www.google.com/search?q=significado+de+la+palabra+perpeljo.

[3] https://chat.openai.com/?model=text-davinci-002-render-sha

[4] Swindoll, Charles. New Testament Commentary:  Hebrews, 2017. Pág. 134

«…no se duerma…»

Creo que una de las torturas más grandes que uno puede pasar es el hecho de tener mucho sueño y no poder dormirse. En un antiguo ministerio que tuve me veía en la necesidad de conducir por toda la parte norte de mi país. Eran horas y horas de manejo. En tres ocasiones me dormí al volante debido al cansancio. De esos incidentes me cree la reputación de que me duermo con facilidad cuando estoy cansado y manejando. Y en realidad para serles honesto, es verdad. Mi esposa se angustia cuando me ve manejar y cabecear. Siempre está pendiente para despertarme en caso de que me duerma. Y es que es una cosa dura tener mucho sueño al volante.  Siempre que me pasa hay alguien que me dice “No se duerma”.

Dormirse  cuando se debe estar despierto y por sobre todo cuando es peligroso es dormirse es una de las cosas más problemáticas a la que podemos estar expuestos.

En Mateo 25:1-13 encontramos el mismo peligro de dormirse y no estar preparado para los momentos más trascendentales de la experiencia espiritual.

En este pasaje encontramos a lo menos cuatro figuras de no estar preparados para los momentos espirituales donde debemos estar muy atentos. Observemos estas figuras que aparecen.

En primer lugar encontramos una  figura de comparación.

Mateo 25:1-2 dice “El reino de los cielos será entonces como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a recibir al novio.”

La parábola de las diez vírgenes se sitúa en el Evangelio de Mateo inmediatamente después del sermón escatológico de Jesús o también conocido como el pequeño apocalipsis sinóptico. Inmediatamente después de la explicación del Señor Jesús acerca de su segunda venida en el capítulo 24, el Señor presenta dos parábolas acerca del reino de los cielos, la parábola de las diez vírgenes y la parábola de los talentos y posteriormente el juicio a las naciones (Mateo 25:31-46). Jesús utilizó en esta parábola la descripción de una típica boda judía de la época. Era costumbre en los tiempos de Jesús que el novio, acompañado de sus amigos, fuera a altas horas de la noche a la casa de la novia. Allí le esperaba la novia con sus damas de honor (las vírgenes), que, al ser avisadas de la aproximación del novio, debían salir con sus lámparas para iluminar el camino del novio hasta la casa, donde tendría lugar la celebración de la boda. Sobre la elección del número de diez vírgenes, se cree que, generalmente, este ceremonial estaba compuesto por diez damas, debido a que las formalidades judías se realizaban con la asistencia de al menos diez personas, es decir, la cantidad de «diez» era significativa en ciertas ocasiones. [1]

Ahora bien es importante entender que el advenimiento de Jesús tiene que ver con encontrarse con su novia para desposarla. Es un figura que habla de identidad, seguridad e intimidad. Primero, nos habla de identidad porque una boda implica que la novia adquiere una nueva identidad que es la del novio. Dios espera que todos nosotros podamos tomar su nombre y su identidad. Por eso es por lo que la Biblia siempre insiste que debemos tener la mente de Cristo, de que Cristo viva en nosotros. Segundo, nos habla de seguridad porque una esposa en la costumbre judía ya estaba protegida por el novio. El le proveía de todo e incluso si moría era su responsabilidad de dejar segura a su esposa. Tercero, nos habla de intimidad. Es una relación profunda de experiencias  íntimas. Los esposos no se ocultan nada, pueden ser ellos aún en lo privado. Se pueden conocer en todos los aspectos, tanto físicos como emocionales. Tener intimidad en el reino de Dios con Cristo es vital para un fortalecimiento de nuestra esperanza para cuando el regrese.  Ahora pasemos a la segunda figura.

En segundo lugar encontramos la figura de la clasificación.

Mateo 25 sigue diciendo: 2 Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. 3 Las insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite. 4 En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus lámparas. 5 Y, como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y se durmieron.

La parábola hace una clasificación de las 10 jóvenes solteras. Dice que 5 eran insensatas y 5 eran prudentes. La palabra “insensatas” en el texto griego se refiere a una persona impía, necia, altamente estúpida. La palabra “prudentes” se puede traducir como consciente de sus intereses, sabia con una mentalidad de inteligencia. Ahora observemos las comparaciones entre estos dos grupos. Primero hay una clasificación de apariencia. En los tiempos antiguos eran muy difícil que las personas pudieron tener un reflejo de sí mismas. Solo podían tener un leve percepción de su propia imagen en los cristalinos pozos o riachuelos calmados. La invención del primer espejo cambió todo. luego se añadieron las cámaras fotográficas que junto a  la tecnología nos dan una visual detallada de momento específicos de nuestra vida, nuestra imagen y lo que somos. Tanto que nos empeñamos en vernos físicamente excelentes, a diario creamos un concepto en nuestra mente de lo que queremos ver reflejado en el espejo…. Pero olvidamos algo muy importante Lo que refleja nuestro interior. Las diez son iguales en tantos aspectos. Todas tienen la intención de encontrar al esposo y acompañarlo al lugar donde se celebrarán las festividades. Todas tiene lámparas. Todas esperan que el esposo llegue antes de la venida del nuevo día, pero ninguna de ellas sabe la hora en que él llegará. Todas esperan participar en la fiesta de boda. Al tardar el esposo, las diez se duermen, un sueño del cual son despertadas repentinamente (vv. 5, 6). Pero también hay una clasificación de diferencia. Pero aunque las diez se parecen tanto entre sí en tantos detalles externos, su diferencia es aún más sorprendente. Es básica. Es lo que realmente cuenta: cinco eran necias, cinco prudentes. La insensatez del primer grupo consistía en que estaban completamente desapercibidas para recibir al esposo; porque aunque habían tomado sus lámparas, no habían llevado aceite. Eso es lo que el texto indica claramente. Así que la necedad de las cinco vírgenes consistió en la completa ausencia de preparación al no haber traído aceite en sus lámparas. En tercer lugar hay una clasificación de experiencia. Observe que se usa dos términos. El primero es “cabecear” que implica una lucha por no dormirse. Implica que por lo menos estás tratando de mantenerte despierto. La segunda expresión es “durmieron”. Implica se vencido por el sueño, desconectarse de la realidad. Desafortunadamente, las diez vírgenes cabecearon y se durmieron como resultado de la demora del esposo. Sin importar por qué lo hicieron, no podía haber sido la reacción correcta para ninguna de ellas. Algunos podrían responder: «Pero yo no estoy durmiendo. Yo no me he apartado del Señor» . Si una persona ha entrado en un cabeceo y sueño en sentido espiritual, no significa necesariamente que se haya apartado del Señor. En Marcos 13:32-37 descubrimos que, en el contexto de la venida del Señor, estar dormido se refiere a una persona que ya no está velando, o que en su corazón ya no ve hacia arriba. Cuando dormimos nuestros ojos están cerrados; ya no vemos. Dormir se refiere a una falta de visión o expectación. Además, cuando dormimos hay una falta total de emoción o expresión. Generalmente, no nos estamos regocijando cuando estamos dormidos (al menos, no conscientemente).[2]

Algo más sucede cuando dormimos – soñamos. La ciencia ha descubierto que todos tienen muchos sueños durante el sueño, aun quienes creen que no sueñan. Lo que sucede es que no recordamos la mayoría de nuestros sueños; definitivamente, no vale la pena recordar la mayoría de los sueños, pues no son más que pensamientos vacíos, inservibles y vanos. Este tipo de pensamientos llena nuestra vida espiritual al entrar en un sueño espiritual. Nuestros pensamientos son dirigidos hacia cosas vanas y vacías, en vez de lo que realmente importa en la vida-el Señor, y nuestra relación con Él.[3]

¡Cuán fácil es que pongamos nuestro afecto en cosas terrenas, en vez de ponerlo sobre el Señor! ¡Cuán fácil nos es buscar las cosas terrenales, en vez de las celestiales! (Colosenses 3:1-2.) Este mundo presente es vano, y perseguir metas terrenales es vanidad. El profeta Jonás declaró: «Los que siguen vanidades ilusorias, su misericordia abandonan» (Jonás 2:8). Cuando las cosas de este mundo ocupan el primer lugar en nuestra vida, o aun cuando apabullan nuestra relación con el Señor, estamos dormidos espiritualmente.  Al acercarnos al momento más grande de la historia, quizás nos hemos rendido ante el sueño espiritual a causa de nuestra desilusión por la demora ; pero es tiempo de despertar y ver al Señor, no es tiempo de dormir. Además de estar buscando Su presencia, debemos desear ver como Él ve, y gozarnos como Él se goza. ¡la boda está a las puertas! Es tiempo de desechar todo distractor, y rehusarnos a permitir que las cosas y placeres de este mundo consuman nuestro tiempo, aun cuando muchas de esas cosas sean legítimas.[4]

Ahora bien aunque todas hicieron lo mismo no es lo mismo dormirse sin prepararse (no tener aceite) y dormirse con preparación (tener aceite). La experiencia de despertar y volver a la realidad es diferente porque la realidad va a desenmascarar nuestra falta de preparación. No hemos acumulado reservas para los últimos tiempos que vienen. Las necias no llevaron aceite, en eso consistió su necedad. Tenían lámparas, pero no tenían aceite. Eran descuidadas, imprevisoras, culpables de negligencia inexcusable y torpe, imprudentes, desatentas. Por el contrario, las sensatas estaban equipadas con una generosa provisión de aceite. Estaban plenamente preparadas.

En tercer lugar encontramos la figura de la definición.

Mateo continúa diciendo : 6 A medianoche se oyó un grito: “¡Ahí viene el novio! ¡Salgan a recibirlo!” 7 Entonces todas las jóvenes se despertaron y se pusieron a preparar sus lámparas. 8 Las insensatas dijeron a las prudentes: “Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas se están apagando”. 9 “No —respondieron estas—, porque así no va a alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los que venden aceite, y compren para ustedes mismas”. 10 Pero mientras iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la puerta.

Lo que veremos a continuación será un momento definitorio que se mostrará en varios tipos de espiritualidades que serán reprobadas cuando el Señor aparezca nuevamente. ¿Qué tipo de espiritualidad poseo yo?¿¿Con que tipo de espiritualidad estoy aguardando la venida del esposo? En primer lugar veo una espiritualidad pausada. Observe que el texto dice “todas se despertaron”. Por un momento hubo un receso, una pausa se desconectó de la realidad. Ese tipo de espiritualidad pausada es la que se da vacaciones, que se deja por un rato para después retomar la energía de la verdadera vida espiritual. Es aquella que un trabajo, un deporte o una actividad me quita la pasión por las cosas de Dios. Sigues siendo hijo de Dios pero haciendo unas quincenas al diablo. Es interesante que la manera es que esta espiritualidad pausada será erradicada es por medio de situación alarmantes y traumáticas. No hay cosa más fatal que a uno lo despierten con gritos. No se nos dice quién hizo el grito. Podría haber sido de los jóvenes que, supongámoslo, acompañaban al esposo. O también, de alguno de los invitados que había permanecido despierto y que desde algún lugar oscuro dentro o cerca de la casa había estado silenciosamente mirando el camino. ¿Habían casi perdido las esperanzas? ¡Ya era la medianoche! Cuando finalmente se anunció la aproximación del largamente esperado novio, aún podría haber estado a una distancia considerable de la casa. ¡qué grito debe haberse producido! ¿Qué tipo de grito usará Dios para sacarte de tu espiritualidad pausada? Deberás saber que la herramienta más usada por Dios es el sentido de inoportunidad. Cuando menos lo esperes vendrá una circunstancia que te despertará.  En segundo lugar veo una espiritualidad prestada. Observe lo que ocurre cuando descubren que no tienen aceite. Ellas dicen : “dénnos”. Es decir presten un poco del aceite que ustedes tienen. Ahora las jóvenes, completamente despiertas, preparan sus lámparas. Tratan de hacerlas brillar y verse hermosas encendiéndolas. Por un momento parece que todo está bien. Una mecha que no está completamente seca puede arder en forma brillante unos pocos segundos. Después de eso, sin embargo, puesto que las muchachas insensatas no habían llevado aceite consigo, las lámparas comenzaron a dar una luz vacilante y a chisporrotear y a apagarse, lo que provocó la angustiosa apelación de sus dueñas a sus compañeras más sabias. “Dadnos de vuestro aceite, porque se nos apagan las lámparas”. No debemos suponer que las diez lámparas habían estado encendidas toda la noche. En el caso de las cinco insensatas eso habría sido imposible porque no habían llevado aceite consigo. Pero aun la idea de que las cinco lámparas de las cinco muchachas previsoras habían estado encendidas todo este tiempo en el extremo de sus palos, dentro de la casa, parece más bien irrazonable. Además, una casa donde se va a celebrar una fiesta tendría iluminación propia. Ahora, en lo que concierne a la parábola, por primera vez esta noche hay cinco lámparas encendidas que dan una luz brillante y están por ser llevadas fuera de la casa.

En tercer lugar veo una espiritualidad preparada. La respuesta a la patética petición de las doncellas necias se da en el v. 9. Pero las prudentes respondieron: Podría no haber suficiente para nosotras y para vosotras. En vez de buscar la culpa en estas muchachas por su insensibilidad, tenemos que tratar de comprender su situación. Las procesiones matrimoniales generalmente avanzan lentamente. Además, es medianoche. Las muchachas no solamente deben salir a recibir al esposo; también deben escoltarlo de regreso a la casa con sus lámparas alumbrando brillantemente todo el tiempo. La respuesta de ellas, por lo tanto, no es irrazonable. Está más bien de acuerdo con su “carácter”, mostrando previsión, una manifestación más del mismo cuidado en la planificación que habían hecho cuando llenaron sus lámparas con aceite. Y es que una persona preparada espiritualmente no es sentimentalista ante las realidades espirituales. No se trata de que fueran “buena gente” con las cinco insensatas y quedarse igual que ellas sin aceite. No se dejaron chantajear emocionalmente. En cuarto  lugar veo una espiritualidad apagada. Ellas dicen “se están apagando”. ¿Por qué se les apagan? Simplemente porque no ha tenido la suficiente reserva de aceite. Se les acabo la provisión de aceite. Una espiritualidad apagada es aquella que ya no llena su reserva  para enfrentar los momentos espirituales definitorios de la vida. No hay pasión, no hay calor, no hay combustión por las cosas de Dios sólo una frialdad espiritual. En quinto lugar  lugar veo una espiritualidad comprada. Se nota en el texto la expresión “compren para ustedes”. Muchas personas creen que pueden vivir de la espiritualidad de otros. No entienden que la responsabilidad es personal.  Aunque la conducta de las vírgenes sensatas pueda ser mal interpretada como un comportamiento egoísta, es necesario para la trasposición de la parábola: no se puede dar algo a otro si uno mismo está mal preparado para el final de los tiempos y nadie puede confiar en que ya se ha procurado lo necesario. Cada uno es responsable de su comportamiento de cara al tiempo final ya iniciado y a la venida desconocida del Hijo del Hombre. EI consejo de que vayan a comprar aceite (25,9b) subraya que las vírgenes prudentes no se niegan con mala intención. ¿Cómo se desarrolla una espiritualidad comprada? Dos cosas miden una espiritualidad comprada en el texto. Primero está la espiritualidad que se compra en una ubicación. Dicen “vayan a los que venden”.  Creemos que podemos obtener en un lugar específico lo necesario para las dificultades. La segunda cosa que se compra es transacción. Se les recomienda que “compren”. Es decir reciban un beneficio a cambio de algo. A cambio de que paguen con dinero.  Finalmente veo una espiritualidad arriesgada. Las vírgenes necias siguen el consejo de las sensatas y van a comprar aceite. Durante su ausencia, llega el novio, y las vírgenes sensatas, que son designadas aquí expresamente como las que estaban preparadas, entran). El hecho de que la llegada se produzca justamente cuando las vírgenes necias se han ido subraya una vez más su deficiente disponibilidad y su insuficiente preparaci6n. La puerta cerrada  señala determinado momento del tiempo tras el cual ya es demasiado tarde, por lo que las vírgenes necias que llegan tarde (25,11) ya no son admitida. Una espiritualidad arriesgada es la que se centra en las cosas urgentes en lugar de la prioritarias. El pasaje dice “mientras iban a comprar”. Esto era urgente pero ya no era necesario, debió haberse hecho antes. Por otro lado una espiritualidad arriesgada es aquella se centra en la expectativa a corto plazo y no a largo plazo. No se dieron cuenta que el no haberse preparado traería consecuencias a largo plazo. Hay un contraste entre la frase “mientras” y la expresión “después”. Haces tus cosas “mientras vives tu vida” y no piensas en “el después de esta vida”. Eso es ser negligente.

En cuarto lugar encontramos la figura de la retribución.

11 Después llegaron también las otras. “¡Señor! ¡Señor! —suplicaban—. ¡Ábrenos la puerta!” 12 “¡No, no las conozco!”, respondió él. 13 »Por tanto —agregó Jesús—, manténganse despiertos porque no saben ni el día ni la hora.

El doble tratamiento del ¡Señor, señor! recuerda a los lectores que no todo el que diga Señor, Señor! entrara en el Reino de los Cielos, sino solo el que haga la voluntad de Dios (7,21). Las vírgenes insensatas, aunque han traído sus lámparas, claramente no han hecho la voluntad de Dios, pues no están preparadas para el momento desconocido del tiempo. La respuesta del novio, especialmente enfatizada con el amén, dice: no las conozco! (25,12; 7,23), y subraya de nuevo que no basta simplemente decir Señor, Señor! y que no todas las actuaciones cumplen la voluntad de Dios: existe, en efecto, un demasiado tarde. 25,13: La aplicación de la parábola repite una vez más, con un urgente imperativo, la necesaria y permanente disposición para la venida del Hijo del Hombre, porque no se sabe ni el dia ni la hora. El velar expresa la actitud de una espera activa, dispuesta, que no ceja a pesar de la dilación.

Habiendo ahora estudiado la parábola y habiendo fijado nuestra atención sobre su lección principal, a saber la necesidad de estar constantemente preparados, con corazones y vidas siempre consagrados al Señor aquí y ahora, nos corresponde preguntar: “En armonía con esta aplicación principal, ¿cuáles son algunas verdades subsidiarias que aquí se enseñan?” Probablemente las siguientes: Todos los que profesan creer en el Señor Jesucristo son semejantes en muchos aspectos; especialmente en éste, que todos están en camino a encontrar al Esposo, Jesucristo. Véase Mt. 25:1. Sin embargo, los parecidos son superficiales. Hay una diferencia esencial. De quienes leen la Biblia, asisten y aun pertenecen a una iglesia, cantan los himnos de salvación, hacen profesión de fe en público y hasta predican en el nombre de Cristo, no todos van a participar en las bendiciones de la venida de Cristo. Algunos son prudentes. La religión de ellos no es máscara ni pretensión. Creen que deben estar preparados por fe en el Salvador y con vidas dedicadas a él y, por lo tanto, al Dios Trino. Otros son insensatos o necios. “Tienen la forma de la piedad pero niegan su poder” (2 Ti. 3:5; cf. Mt. 7:22, 23). Sin preparación viajan al encuentro de su Juez. Véase Mt. 25:2–4. Transcurrirá un largo período entre la primera y la segunda venidas. Véase Mt. 25:5; y sobre 24:9, 14; 25:19. La venida del Señor será repentina, visible y audible. Véase Mt. 25:6, y sobre 24:31.  La preparación no es transferible de una a otra persona. Véase Mt. 25:7–9; además, Salmo 49:7; Pr. 9:12; Gálatas 6:3–5. No hay una “segunda oportunidad” para quienes no están preparados, esto es, para los que no se han salvado antes de morir y para los que en su condición de no salvados viven en la tierra hasta la segunda venida de Cristo.  Por lo tanto, y en vista del hecho de que el momento de la venida de Cristo es desconocido, en todo tiempo se requiere estar alerta.


[1] https://holybiblia.com/la-parabola-de-las-diez-virgenes-resumen-y-explicacion/

[2] https://admirablegracia.blogspot.com/2020/11/cabecearon-todas.html

[3] Ibid.

[4] https://admirablegracia.blogspot.com/2020/11/cabecearon-todas.html

«…religiosidad por costumbre…»

Cuando vivía en Guatemala supe de una costumbre bastante extraña que se daba en semana santa. Muchas personas hacían vigilia y grandes colas en las afueras de los templos católicos principales con el propósito de pagar por un lugar en la procesión. Los precios que pagaban dependían del lugar que les tocaba cargar la imagen. Había desde pequeñas cantidades de dinero hasta exorbitantes sumas de dinero. Nunca he llegado entender que se cree lograr con este tipo de costumbres. La verdad es que los seres humanos somos gente de costumbre. Tenemos tradiciones que hacemos por años sin preguntarnos el origen de ellas.

En el evangelio de Marcos en el capítulo 15:6 dice que Pilatos “acostumbraba” en la fiesta a soltarles un preso. La expresión se puede traducir como algo que se hace por hábito  y no necesariamente con una reflexión. Es la inercia de algo habitual. Algo que ya se ace automáticamente.

Hacer de una fiesta una costumbre es la especialidad del género humano. Durante miles de años los religiosos les encanta hacer costumbre ritual  lo que una vez fue un intento de  relación con Dios. La gente tiene la idea de que al hacer algo acostumbrado con eso se está llegando a Dios y agradándole.

Cada año se acerca la semana de la Pascua. En términos religiosos se llama la Semana Mayor o Semana Santa. Y es obvio que todo mundo hace algo por costumbre.

La gente acostumbra a divertirse, la gente acostumbra a ir a la playa, los lagos, las montañas. Es un momento que se acostumbra para descansar y relajarse. Otros acostumbran a no hacer nada a quedarse en casa durmiendo, viendo televisión o Netflix. Unos, más entregados, se unen a las festividades religiosas.

Como lo mencioné al inicio en la perspectiva católica van a procesiones, hacen alfombras en las calles, no comen carne sólo pescado el día viernes. Se confiesan van a misa. En fin un mundo de ritos acostumbrados de la semana.

¿Y que de los evangélicos? Lo mismo. Hacen sus semanas con cultos evangelísticos, y sin faltar su grandiosa reunión del domingo de resurrección con el acostumbrado tamal o lo que se le antoje a la congregación como desayuno que conmemora que Él está vivo.

Ahora bien e n el texto hay dos frases que me parecen muy peculiares en medio de la frase acostumbraba. Son dos frases que reflejan lo que la costumbre religiosa le hace a la relación con Jesús. La primera expresión aparece en el vrs. 1 del capítulo 15 de Marcos. Allí sucintamente dice: “llegaron a una decisión…ataron a Jesús…” La segunda frase aparece al final del vrs. 15 allí dice: “…les soltó a Barrabás…” ¿Cómo así?

¿Puede una costumbre religiosa atar lo bueno y soltar lo malo? ¡Qué terrible conclusión!

O sea que podemos estar en medio de toda una actividad de costumbre religiosa y estar tan lejos de Jesús. Es más estamos más cerca de la esencia de la maldad en medio de nuestras costumbres religiosas.

¿Por qué la costumbre religiosa es tan peligrosa? ¿Por qué termina sacando lo malo e inhibiendo lo bueno? ¿Por qué escogemos lo peor y desechamos lo mejor?

Pienso que en el pasaje uno puede ver a lo menos tres razones por las cuáles la costumbre religiosa desata malo y desecha lo bueno.

Primero la costumbre religiosa disminuye la persona de Jesús. En los versículos 1-2 uno puede ver cómo tanto los judíos, Pilatos y el Sumo Sacerdote piensan que ellos mandan a Jesús. Hay cuatro verbos en el vrs. 1. Los verbos en mención son “llegaron”, “ataron”, “llevaron” y entregaron”. Todo demuestra que ellos son los poderosos y Jesús es el impotente.

¿Por qué la gente cree que cuando Dios no hace nada es un Dios débil? ¿Por qué la gente cree que uno puede mover a Jesús a su antojo? ¿Y porque al ver que no les sucede nada y se salen con la suya, entonces piensan que le ganaron a Dios?

La costumbre religiosa se construye sobre el orgullo. Un orgullo que cree que con eso Jesús está atado y sometido a nuestros deseos y designios.

Muéstreme un religioso y le mostraré un ente orgullos y prepotente. Aunque lo disfrace con humildad y fervor religioso simplemente cree que Jesús está sometido a su costumbre.

Observe que la disminución de la persona de Jesús se manifiesta en tres dimensiones. Número uno, la limitación de Jesús.  Observe la expresión “ataron”. La expresión en el texto griego puede ser interpretada como prohibir, inhibir o disminuir algo o alguien. Es quitar la esencia de algo o alguien. La limitación de Jesús en la religiosidad popular ya sea evangélica o católica es que simplemente le quitamos la esencia a la persona de Jesucristo. No lo presentamos con la calidad que la Palabra lo presenta,  Número dos,  en la manipulación de Jesús. La siguiente expresión es “lo llevaron.” Son ellos los encargados de mover a Jesús a su antojo, ellos deciden por Jesús.  Alguien ha dicho que la manipulación espiritual tiene que ver con utilizar conceptos espirituales para hacer que otra persona termine cuestionándose hasta su propia cordura, verdad o percepciónEs decir, cuando se hace un uso abusivo de cierta “superioridad” espiritual para acusar a otra de no actuar correctamente, para cuestionarla o, en última instancia, para hacerla actuar de forma diferente a sus propios deseos. En la actualidad la búsqueda de espiritualidad es cada vez más necesaria, y siempre es una buena noticia que así sea. Sin embargo, todo movimiento o tendencia tiene también sus contracaras negativas; en este caso, la manipulación espiritual. Puede sonar extraño, pero la manipulación espiritual es más común de lo que se piensa, y afecta a muchas personas sin que lo noten. Por eso es importante que se conozca en profundidad para poder detectarla a tiempo. Muy generalizada en nuestros días es la teología de la sumisión incondicional, una teología de la autoridad absoluta (del apóstol, profeta, o pastor) que condena y prohíbe toda crítica. Es un autoritarismo a ultranza más cerca a la Curia Romana que al Nuevo Testamento. Produce pastores que son dictadores, que pretenden controlar toda la vida de los creyentes. Para enamorarse, casarse, comenzar un plan de estudios (o dejarlo), aceptar un empleo (o dejarlo), para todo se necesita el visto bueno del soberano pastor (apóstol, profeta).

Un problema, mayormente sin intención de manipular, es el abuso del Amén, tan extendido en casi todas las iglesias. Cuando se pregunta, «¿Cuántos dicen Amén», se está presionando a la gente a expresar su acuerdo con lo dicho, reduciendo su posibilidad de discrepar o aun de asentir espontáneamente. Es una táctica para inducir asentimiento artificialmente. Hoy día «la cultura del Amén» está haciendo mucho daño a la iglesia. A veces uno ve en las congregaciones personas que dicen su «Amén» antes de que el predicador haya terminado la frase que está pronunciando, para poder saber qué es lo que están afirmando con su Amén.  «Amén» es un signo de exclamación, y nunca debe ser una pregunta con signo de interrogación.  Igualmente cuestionable es la costumbre de decir, «Repita después de mí» o «Diga a la persona que está a su lado» tal o cual cosa. Es tratar al público como a tontos, incapaces de pensar con cabeza propia. A veces llega hasta lo ridículo. Una vez oí a un predicador decir «Wow» y después «Repitan todos conmigo, Wow».

Mucho se manipulan a la gente durante la invitación evangelística. Les decimos levante su mano, nadie te está mirando, no te vamos  a pedir nada más, para decir después, «Ahora no yo sino el Espíritu Santo le pide a usted pasar adelante al altar». Personalmente creo inconveniente ofrecer cosas, como por ejemplo un libro, a todos los que pasen adelante. Es excelente dárselo, pero malo anunciarlo porque muchos pasarán adelante sólo para recibir el libro.

Como ejemplo final podemos mencionar la manipulación de las escrituras para que digan lo que queremos o lo que ayude más a nuestro sermón. A veces buscamos la traducción más bonita, o más de acuerdo con nuestro concepto, en vez de la más fiel. La meta principal de todo sermón no es primordialmente impactar a los oyentes sino ser fiel y hacer escuchar la Palabra de Dios. Número tres, la contaminación de Jesús. Observe que los religiosos ahora proceden a desprenderse de Jesús. El texto dice en el vrs 1 “se o entregaron a Pilato”. La belleza de Jesús en manos de la maldad humana y del pensamiento humano. ¿Tendremos influencias paganas en nuestro cristianismo? ¡Ya lo creo! Hay innumerables prácticas actuales tanto en la iglesia Católica como la Evangélica que simplemente no tienen bases bíblicas. Desde la iconografía de los católicos, la influencia de la filosofía griega en el rito de la comunión y eucaristía católica hasta el concepto de templo en los evangélicos, el rol del puesto del pastor otro concepto extraño así como la práctica única del púlpito y el sermón tipo conferencia. Sin embargo hay otro tipo de contaminación no tanto institucional sino personal. Los cristianos seguimos más indicaciones paganas que bíblicas en las decisiones personales de la vida. No hay un sometimiento a la pureza de la Palabra, sino que la salpicamos o “entregamos a Pilato” nuestra vida personal. Observe que el entregar a Jesús a Pilatos abrió la  puerta para cuestionarlo y pensar en reducir la majestad de Cristo. Por eso Pilatos dice “eres tu el rey de los Judíos”, Vivimos tiempos de grandes cuestionamientos de parte del mundo.

Ahora para cerrar este punto ¿cuál es el impacto espiritual que tiene disminuir la persona de Jesús? Simplemente la inactividad de la persona de Jesús. No motivamos  a nada a Dios cuando nosotros lo minimizamos. ¿Y porque habría de hacerlo? Sólo queda una religión de fachada.

En segundo lugar la costumbre religiosa destituye el pensamiento de Jesús.  En los versos 2-5 uno encuentra un interrogatorio. Tanto Pilatos y los Judíos están en una búsqueda de lo que Jesús piensa. Pero esta búsqueda parte de presuposiciones que ellos tienen. No están buscando a Jesús para cambiar sus vidas lo están buscando para justificar sus vidas. Sus preguntas son en realidad una búsqueda de respuestas acerca de que ellos tienen razón más Jesús tenga razón. ¿Cuáles son los cuestionamientos más relevantes que se le hacen al pensamiento cristiano en la actualidad? Primer cuestionamiento se relaciona con autoridad de Jesús. Pilatos cuestiona el reinado de Jesús. Le pregunta si en verdad es rey. Este cuestionamiento es muy común hoy, porque la gente nos pregunta ¿qué autoridad tenemos para cuestionar al mundo? ¿Quiénes somos nosotros que nos atrevemos a decir que Jesús es el único camino? ¿Porqué somos tan arrogantes e intolerantes en un mundo plural, democrático e inclusivo? La palabra “acusarlo” del versículo 3 es en griego la expresión kategoreo. De esta palabra procede la palabra categoría en español. En ese sentido la idea es que lo etiquetaron y le pusieron de antemano en una categoría. Eso significa que la categoría a la que pertenecía Jesús no era la categoría de ellos.

El segundo cuestionamiento se relaciona con la actividad de Jesús. Observe que la gente está cuestionando a Jesús y se molesta mucho porque a pesar de todas las acusaciones que hay en contra de Jesús, el no responde nada. Es un Jesús en silencio. ¿Dios se calla? ¿Porqué se calla? En el pasaje veo por lo menos tres cosas que hacen que Dios se calle.

La primera es tu atención. Observe que en la primera pregunta , Jesús responde, pero no entiende o no le presta atención o no le interesa su respuesta. ¿Por qué no le presta atención a la respuesta de Pilatos? Porque simplemente no es la respuesta que el quiere oír. Dejamos de prestar atención a Dios cuando sus respuestas no encajan con lo que nosotros esperamos que nos responda. La segunda es tu motivación. ¿Te acercas a Jesús para señalarlo o para escucharlo? Para ganarle con tus argumentos o tienes la humildad de acercarte para recibir la autoridad de Jesús en tu vida. Observe que tanto Pilatos como los fariseos y líderes religiosos su motivación es menospreciar a Jesús y no buscar la verdad en sus vidas. Es la idea de cuestionar y poner en jaque a Cristo, mostrando que ellos son superiores a Jesús. Cuanta gente existe así. Cuestionan a Dios y creen que con sus argumentos son más inteligentes que el Dios todo poderoso y Creador del universo.  Y la tercera es tu reacción. Observe que la palabra  que se usa en el vrs. 5 para describir la reacción de Pilatos es “asombrado”. La palabra asombrado significa en castellano morar a la sombra. La idea es simplemente estar cubierto totalmente de emoción sorpresiva. La palabra griega es thaumazō, raíz de la palabra “traumado”. Un trauma es un choque o impresión emocional muy intensos causados por algún hecho o acontecimiento. Pilatos reacciona emocionalmente pero no con fe. El hecho de que Jesús cause una impresión emocional no implica que haya habido una transformación en la vida. El trauma de Pilatos nace no tanto de que haya entendido la calidad de persona que es Jesús, sino del silencio de Jesús ante las acusaciones.

El tercer cuestionamiento se relaciona con la finalidad de Jesús. La realidad del vrs.5 implica que el fin de Jesús en ese momento era enfocarse en la muerte en la cruz. No estaba para satisfacer curiosidades ni responder preguntas intrascendentes. Por eso no iba a perder el tiempo en diluirse en convencer a alguien que no le interesaba la respuesta de Jesús. Después les cerraría la boca con su obra de muerte y resurrección en la cruz. No debemos perder tiempos en discusiones estériles sino que debemos enfocarnos en nuestra mayor meta que es glorificar a Jesús.

Cada que veo Semana Santa u otro tiempo donde los ritos religiosos abundan cada vez me encuentro que la gente busca a Jesús no para cambiar su vida sino para Justificarla. Por eso es que hallamos personas asistiendo a los eventos religiosos, pegándose en el pecho, pero acercándose a Dios para justificar su calidad de vida en las otras semanas que no son mayores. Son iguales a Pilatos y los líderes religiosos de Israel que le preguntan ¿eres tú el Rey de los Judíos?  Esa pregunta no era para aceptar a Jesús como Rey de los Judíos era para reforzar que ellos no aceptaban a Jesús como Rey de los judíos. Ahora ¿cuál es el impacto espiritual cuando destituimos el pensamiento de Jesús? La inutilidad de la Palabra de Jesús. Si a la gente religiosa no le interesa lo que ya está revelado de cómo piensa Dios, Él no está en la obligación de agregar más explicación a un corazón endurecido por sus propias opiniones religiosas.

En tercer lugar la costumbre religiosa sustituye  la presencia de Jesús. Lo que vemos en los versículos 6-15 es uno de los momentos más contradictorios en la condición humana. La historia de Barrabás. Todos conocemos dicha historia. Sin entrar en detalles de todos los textos quiero mostrar el verso que ilustra el punto que antes he mencionado.

En primer lugar una cosa que sustituye la presencia de Jesús son nuestras contradicciones. El verso aparece como un resumen de todo el incidente. Dice el vrs. 15: “Como quería satisfacer a la multitud, Pilatos les soltó a Barrabás; a Jesús lo mando azotar, y lo entregó para que lo azotaran. Observe la paradoja: Barrabás suelto Jesús preso. Y es que en realidad el ser humano es estúpido y este incidente es una muestra de lo maligno que es el hombre cuando se trata de decidir entre lo bueno y lo malo. Y la costumbre religiosa es la máxima expresión de esta estupidez.  ¿Por qué los religiosos soltaron a Barrabas y condenaron a Jesús? Porque una vez que he disminuido la persona de Jesús, he destituido el pensamiento de Jesús simplemente ya no discierno y finalmente me quedo con lo que satisface mi ego religioso y tiro a la basura la relación con Dios. Note que el soltar a un preso es un acto de bondad. Ese es el gran problema de la costumbre religiosa va disfrazada por una aparente bondad humana. Pero esa aparente bondad humana es la peor práctica que una persona puede hacer, sin con ella sustituye la vida que Jesús ordena. Pilato ofreció una alternativa al pueblo: liberar a Jesús o liberar a Barrabás. ¿Por qué no los dos si realmente quiere salvar al inocente cercado por los envidiosos?. El pueblo eligió a Barrabás en un acto que al principio parecía misericordioso, el mal se revestía de bien una vez más, pero acabó pidiendo la muerte del inocente Jesús; y la pidieron a gritos, para acallar mejor la voz de la conciencia.

En segundo lugar una cosa que sustituye la presencia de Jesús son nuestras inclinaciones. Encontramos un Pilatos que le interesa más lo que piensa la gente. El versículo 15 dice “quería satisfacer a la multitud”. La expresión “satisfacer” es la palabra “jikanos” que significa ser competente, ser capaz y pleno en algo. La idea es que Pilatos se sintió plenamente realizado y completo con haber cumplido la voluntad de la multitud. En castellano tenemos la palabra ícono. Y un ícono es una persona muy importante y reconocida en su área de trabajo. Por ejemplo, un ícono del mundo de la música o del deporte es una persona cuyo desarrollo en esta área es ampliamente reconocida. Pilatos se convirtió en un ídolo o ícono de la gente que odiaba a Jesús.

En tercer lugar una cosa que sustituye la presencia de Jesús son nuestras decisiones.

Como un dato corolario vale la pena mencionar algo importante aquí. Con respecto a  Barrabás. Algunos códices de los Evangelios recogen su nombre completo que sorprendentemente es Jesús Barrabás. La palabra Barrabás tiene dos posibles significados, una es «hijo del padre», otra es “hijo de nuestro maestro», curiosa coincidencia, como si la opción entre uno y otro fuese el signo de elegir entre el Padre Dios o el padre de la mentira. Por un lado está Jesús el Hijo de Dios vivo, el Mesías, el Rey que viene a traer la salvación del mundo; y por otro Jesús Barrabás simbolizando lo opuesto a Dios.

Con criterio sobrenatural se podía solucionar muy correctamente la cuestión. Por justicia se concede la libertad al inocente, y por misericordia se indulta al culpable. Plantear la elección como si fuesen iguales es una injusticia, pues es como elegir entre un inocente y un culpable o más radicalmente elegir entre Dios o el hombre. Lo correcto es elegir a Dios y al hombre. Pero la debilidad de Pilatos y la incredulidad de los judíos llevaron a una alternativa llena de riesgos y de trampas.

Así que al final sustituyeron al falso hijo del Padre por el verdadero Hijo del Padre. Y eso es el epitafio de la costumbre religiosa. Terminan con una espiritualidad traidora que prefiere las imitaciones a la realidad de Jesús.

¡Qué miserable es la costumbre religiosa! ¡Qué gran daño que hace a la verdadera espiritualidad fresca y genuina en Cristo!

Por esta razón usted verá en esta semana Mayor miles de gente religiosa haciendo su costumbre espiritual pero han escogido a Barrabás. Ha escogido un sustituto que disminuye a la  grandeza de Jesús. Y están convencidos de que tienen un lugar en el cielo porque su maldad está disfrazada de actos de bondad, que sirven para encubrir la maldad en sus corazones y su falta de amor a Jesús.

Un proverbio árabe dice que los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan. Y con mucha razón. La costumbre religiosa, de todo tipo no transforma, sólo forma imágenes sin profundidad. Bien lo decía Benjamín Franklin al decir que si los hombres son tan perversos teniendo religión, ¿cómo serían sin ella?[3]

Es triste pero cada día estamos más llenos de religiosos que de creyentes genuinos. Y es que allí donde Dios erige una iglesia, el demonio siempre levanta una capilla religiosa; y si vas a ver, encontrarás que en la segunda hay más fieles…lamentablemente.