¿Hay una copa de plata en su saco? II parte

  • En tercer lugar LA CONSECUENCIA de la SEÑAL (18-34)

Aquí se descubre su situación delante de José  al ser confrontados con los cargos presentados contra ellos.

  • Sometimiento

No hay ninguna señal de arrogancia o el orgullo. Una vez en la presencia de José hay  humillación como un acto de doblegamiento  y deseo de misericordia. Sabían que su destino estaba en sus manos y estaban como acusado así que no podían ni  esperar algo bueno  ni exigir nada. Necesitamos que se nos recuerde nuestra la necesidad de la humildad también. El cristiano  puede venir confiadamente al trono de la gracia, pero allí no es lugar para la arrogancia o el orgullo porque que nos encontramos ante el Señor. ¡Él es soberano sobre nuestras vidas! Si Dios ha colocado una copa de plata en nuestra bolsa, tenemos que llegar con humildad ante Él en arrepentimiento.

  • Remordimiento

 No hay señalamientos o acusación interpuesta por los hermanos. Ellos no están buscando a quien culpar por su difícil situación. Ellos admiten que están en esta situación porque su propia maldad los ha traído hasta ellos. La hora de la verdad había llegado y debía ser honesto con José.

¡Oh, cómo tenemos que desarrollar un corazón abierto y honesto ante el Señor. Él sabe cómo somos y en dónde estamos. Él conoce el pecado que hemos cometido y los fracasos en nuestras vidas. Es fácil tratar de racionalizar nuestro comportamiento o buscar a alguien más a quien culpar, pero somos responsables por las vidas que vivimos  y  las decisiones que tomamos. Beca puede ser restaurado, pero hay que ser honestos con Dios, si eso es a suceder. Evitar nuestras responsabilidades no resultará jamás en bendición.

  • Rompimiento

A medida que avanza la audición, José juzga. Él declara que Benjamin seguirá siendo un esclavo en Egipto y los demás se podrán ir en  paz. Esta fue la clave a prueba. ¿Cómo responderían los hermanos? ¿Abandonarán  Benjamín  como lo hicieron antes con  José o iban a luchar  y hacer lo correcto? ¿El inocente sería una vez más condenado mientras los culpables se les permitieran salir en libertad?

  • Resurgimiento

La última parte de este pasaje revela la respuesta de Judá a José. Se desempeña como vocero de los hermanos, pero su respuesta refleja la actitud que todos ellos poseen. A través de sus palabras se descubre mucho sobre ellos. Considere lo siguiente en los vrs. (20, 29, 31). Resurgimiento de mejores relaciones. Judá y los otros no se pueden imaginar volver a Canaán sin Benjamín. Sabían que su padre no sería capaz de soportar tanto dolor. Ellos genuinamente tienen miedo que tanto dolor sería suficiente para   acabar con la vida de su padre. Este es un cambio drástico de su actitud antes. Su odio de José superó su amor por Jacob, pero ahora han aprendido a pensar en alguien que no sean ellos mismos. Resurgimiento de mejores reacciones. Podemos aprender de los hermanos en este sentido. Nosotros también necesitamos tener una preocupación por el bienestar de los demás. Muchas veces nuestras vidas se consumen con deseos y planes egoístas. Muchos dan poca importancia para las necesidades o sentimientos de los demás. Debemos seguir el ejemplo de nuestro Señor.  Resurgimiento de mejores acciones (32-34). Judá revela que él había hecho una promesa a su padre de garantizar el retorno seguro de Benjamín. Él estaba dispuesto a tomar el lugar de Benjamín y permanecer en Egipto para cumplir su promesa. Finalmente Judá y los demás estaban aceptando la responsabilidad y mostrar su compromiso con su padre y toda la familia. Resurgimiento de mayores bendiciones.  Al considerar el contexto de este pasaje vemos un cambio definitivo en los hermanos mayores. Una vez endurecido, hombres pecadores, ahora han dado cuenta del error de sus caminos y están tratando de conciliar su pasado. El Señor los ha llevado a un lugar de arrepentimiento y vemos un  auténtico cambio que tiene lugar en sus corazones y sus vidas. Las tensas relaciones del pasado pronto serán reparadas y la familia va a estar junta de nuevo.

 Al pensar en el verdadero cambio visto en su vida me preguntaba acerca de las necesidades dentro de nuestra congregación. Seguramente hay necesidades y cargas que deben ser abordados y resueltos. En De hecho, yo creo que el Señor ha colocado copas de platas  en las bolsas de muchos cristianos este año. Pero lo hizo con un propósito. Él desea que nos demos  cuenta de nuestra necesidad y responder como lo hizo Judá. El arrepentimiento genuino, la búsqueda de los caminos de Dios y abandonar el pecado que nos obstaculiza  es la única solución.

Conclusión: ¿Está cansado de tratar con el pecado en su vida? ¿Hay un tema que continuamente dificulta su caminar con el Señor? ¿Le falta la alegría y la paz que alguna vez tuvo? Si es así ¿por qué no trae esa copa ante el Señor y trata con ella esta noche? Él la ha colocado ahí para revelar su necesidad y Él está dispuesto a restaurar la comunión que necesita. Tal vez su copa ha puesto de manifiesto la necesidad de su salvación. Tal vez el Espíritu ha traído convicción y te das cuenta de que necesitas para venir a Cristo por la fe, recibiéndolo como su Salvador. Si es así, por favor venga. Vuelvo a preguntar: ¿Quién tiene la Copa de Plata?

¿Hay una copa de plata en su saco?

Esta noche me gustaría enfocarme en un pasaje y un tema interesante. Aparece en  la vida de José y su familia. La historia se ubica en el viaje de los hermanos de José. Así que los hermanos han hecho que el segundo viaje a Egipto, asegure las provisiones que necesitaban para sobrevivir en Canaán. En este segundo viaje  Simeón ha sido dejado en libertad como  José prometió. Debemos saber que él se había quedado en el primer viaje como castigo por haber supuestamente robado a José. Después de disfrutar de una comida de lujo, ahora todos  los hermanos se preparan para hacer el viaje de regreso a Canaán. Deben haber sentido bastante bien, ya que despertaron esa mañana juntos y con las provisiones necesarias y con su hermano preso, sin embargo  no tenían idea de cómo se desarrollaría el resto del día. Lo curioso de la situación es que hasta el momento los hermanos no han reconocido José.  Pero José ha visto señales de cambio  en ellos, pero todavía no está satisfecho con respecto a su carácter y compromiso con la familia. A medida que salen José idea un plan, es decir  una prueba final que revelará la verdadera naturaleza de los hermanos. El plan implica una copa de plata que pertenece a José. A través de esta copa él probaría  finalmente a sus hermanos. ¿Qué podemos aprender hoy nosotros de este pasaje? Pienso que hay una gran aplicación para nosotros en este pasaje. Es obvio que Dios conoce nuestro corazón mejor que nosotros lo conocemos, y en ocasiones Él traerá ciertas  circunstancias que revelan claramente la naturaleza de nuestro corazón, no sólo a nosotros, sino a los que nos rodean también. Una cosa es cierta, Dios sabe cómo conseguir nuestra atención. Yo quiero discutir en esta noche las circunstancias de este encuentro y considerar la pregunta: ¿Quién tiene la Copa de Plata? O en palabras más relevantes ¿Qué necesita Dios para llamar su atención? Las circunstancias de la señal,  el contenido de la señal, la conclusión de la señal.

 <En primer lugar veamos las CIRCUNSTANCIAS DE LA SEÑAL (1-2)

– José tenía un plan y aquí descubrimos cómo el plan era llevar a cabo.

 Toda señal de Dios tiene una facultad (1)

Cuando los  hermanos estaban por irse, José ordenó una vez más al mayordomo llenar sus sacos con todo lo que podían  llevar y  a la vez regresarles  su dinero también. Este fue sin duda un acto de gracia. Naturalmente que quería asegurar su supervivencia, pero hubiera sido fácil haberse quedado con el dinero y José bien hubiera hecho solo lo que era absolutamente necesario. Después de todo, habían sido completamente indiferentes por  su bienestar en años anteriores. Esta fue un acto de gracia por parte de José. Creo que el mensaje es que muchas veces tenemos más de lo que no merecemos  y tenemos menos de lo que merecemos ¿No tenemos todos recibimos más de lo que merecemos? ¿No nos ha dado Dios lo que necesitamos y muchas veces por encima de lo que esperábamos. Los llamados de atención están envueltos en un depósito de la gracia.

Toda señal de Dios tiene un finalidad (2)

Completamente desconocido por los hermanos, José instruyó al administrador para ocultar su copa de plata en el costal de Benjamín. Esto se hizo con un propósito. José sabía que él había sido traicionado años antes. Benjamín, era hermano de José, y él quería ver como habían evolucionado sus errores pasados. Así que al ver a Benjamín acusado injustamente  que iba a pasar con ellos, ¿serían duros como con José o lo defenderían? Esta prueba  sería verdaderamente un examen que revelaría el corazón de los hermanos mayores. Así que esta señal nos muestra que fue con tres  fines: Primero, sería una señal para evaluar. Con benjamín se acordarían de su pecado con José, y eso les traería recuerdos de un asunto pendiente.  Segundo, sería una señal para revelar. Es decir, revelaría o la fortaleza o la debilidad del carácter de los hermanos, y como habían evolucionado con respecto al caso inconcluso de su hermano.  Tercero, sería una señal para cambiar. En realidad este sería el momento de hacer todo lo contrario con su hermano a lo que hicieron con José. Era un momento de compensar también lo que habían hecho con su padre. Ahora si pensarían en ellos.

 Toda señal de Dios tiene un elemento de fatalidad

Es decir, observe que esta fatalidad está envuelta en cosas que nos turban y nos hacen perder la calma y el control que tanto nos gusta tener. Entramos en un proceso de oscuridad. Observe porque muchas veces la obra de Dios nos parece fatal. Primero, es sorpresivo. Los hermanos fueron tomados por sorpresa. Aunque ya había habido algunas señales simplemente no entendieron que Dios les estaba hablando. Segundo, es subversivo. Es decir destruye todo nuestro esquema y nos deja sin respuestas. Siempre queremos tener respuesta para todo lo que sucede. Especialmente cuando se trata del actuar de Dios. Tercero, es destructivo. Destruye todo lo que planeamos, y construimos sin Dios. En esta caso de los hermanos también viene a destruir nuestros pecados ocultos y situaciones que no hemos solucionado y heridas que no hemos cerrado o cuentas que hemos saldado. Cuarto, es retributivo. De alguna forma somos confrontados con las consecuencias de muchas situaciones espirituales que no hemos arreglado. Y Dios quiere que sean saldadas.

Nos guste o no admitirlo, pero hay momentos en que Dios coloca una copa de plata en medio de nosotros. Él no nos tienta, pero hay momentos en que Él pone a prueba nuestra fe para probarnos y fortalecer precisamente esa  fe. A menudo, estas pruebas revelan áreas de debilidad en nuestras vidas, así como la confirmación de lo que es realmente importante para nosotros.

 En segundo lugar EL CONTENIDO DE LA SEÑAL (3-17)

Estos versículos se refieren a la investigación y descubrimiento de la copa de plata plantado. Considere lo siguiente:

La evidencia  (4-6) 

La evidencia son esas pruebas de que algo extraño está pasando y que no podemos explicarlas, pero que simplemente nos pone en el banco de los acusados. A veces con razón y a veces sin razón. Pueda ser que la circunstancia en la que nos vemos envuelto no sea nuestra culpa pero nos proyecta a otras en que si tenemos la culpa y que nosotros sabemos que Dios está tratando. Imagínese la sorpresa cuando  los hombres fueron alcanzados rápidamente por el mayordomo de José. No hay duda que ellos se fueron  pensando que todo estaba bien y que habían tenido éxito en todos los sentidos. No tenían idea de que la copa estaba en el costal de Benjamín. Sin embargo aquí me planteé una pregunta. Si la primera vez, ya les había pasado algo extraño y les había ido bien, ¿porque hoy sabiendo ese antecedente no registran sus costales antes de irse nuevamente? Es obvio que muchas veces no entendemos los mensajes de Dios y aunque podemos salir bien librado en una o dos ocasiones, Dios hará cosas mayores para llamar nuestra atención. El problema es que una vez pasado la prueba se nos olvida todo. Así que  el mayordomo los acusa abiertamente de robo. Ellos eran totalmente inocentes, y sin embargo, estaban siendo  acusados falsamente. José había creado una situación similar  en la cual  iban a experimentar la ansiedad que experimentó él cuando fue entregado a los madianitas.

Esto me recuerda  la vida que vivimos a veces. Dios provee oportunidades para nosotros claramente, nos avisa de lo mal que andamos. Nos hace ver el pecado en nuestras vidas y la necesidad de arrepentimiento. Utiliza diversas situaciones y  no aprendemos, así que esperara el tiempo oportuno. Y  él nos llevará a un lugar en el que tendremos  que lidiar con las necesidades espirituales de nuestra vida, en donde no habrá mayor opción que cambiar o perecer.

 La incidencia (7-9)

¿Qué hace en nosotros una situación como la de los hermanos de José? Una vez que son confrontados  acusados de robo, los hermanos niegan rotundamente cualquier maldad. En realidad ellos aluden que habían sido honestos sobre el dinero de la experiencia anterior. Sin embargo Dios estaba a punto de apretarlos  pues eran ignorantes de la existencia  de la copa en sus pertenencias. Incluso hablan demasiado y ellos mismos  están de acuerdo con la ejecución del culpable y están dispuestos a la esclavitud de los demás si la copa se encuentra en su poder. Ante la incidencia de la evidencia, le aconsejo tres cosas importantes. Primero, no se anticipe a defenderse. Es obvio que se sentían indignados, ellos son inocentes. Pero antes de defenderse piénselo bien,  y hágase preguntas sabias. Segundo, no anticipe conclusiones Los hermanos de José se apresuran a dos conclusiones muy osadas. Observe la expresión “se dieron prisa” del vrs. 11. Según ellos, el incidente del dinero demostraba que eran honestos, y segundo que en evidencia de que no habían robado nada, que el que se hallara la copa muriera y que ellos fueran esclavos.  Ellos tenía dos conclusiones, la primera es que ellos no tienen problemas espirituales y segundo tienen autoridad para salir libres. Es decir su calibre moral es sin problemas y su criterio moral es intachableTercero, no anticipe decisiones. Observe  que el mayordomo incluso les dice: “sea conforme a vuestras palabras”. ¿Por qué no esperaron un poco? ¿Porque no dialogaron entre ellos? Sino que ellos deciden tontamente y entonces esa decisión o sanción impuestos por ellos mismos es la que les pasa la factura.

Creo que este pasaje sirve como un doble desafío para nosotros. En primer lugar nuestra vida debe ser vivida de manera que incluso si la acusación se dirige contra nosotros, no habrá pruebas para condenar. Necesitamos vivir en de tal manera que no tenemos que preocuparnos por los demás  si desean descubrir lo que hay en nuestro saco. Sin embargo, como en el caso de los hermanos, es fácil pensar que estamos libres de la llamada de atención de Dios porque salimos airosos en lo que no tenemos debilidad. Ellos indudablemente eran honestos con respecto a los bienes materiales, sin embargo olvidarnos de lo profundo que es el verdadero lugar donde si tenemos problemas. Permitir que el pecado no arrepentido permanezca en nuestras vidas y, finalmente llegar a un punto en donde  somos insensibles a él. Nunca habían tratado el pecado de su pasado y  estaban tentados a vivir con las consecuencias sin arreglar esa situación. No podemos seguir pecando y salirnos con la nuestra.

 La Trascendencia (10-13) 

El delegado de inmediato comenzó a buscar el saco de cada uno, en orden de edades, desde el mayor hasta el menor. Buscando en el último asno, que era el de Benjamín, la copa fue hallada en su poder. Tres cosas trascendentes suceden en este momento. La trascendencia de la reflexión. Me parece curioso el hecho de que Benjamín sea el último, inmediatamente después del ausente José. Esas señales de reflexión me llevan a comprender por un lado que no soy tan inocente como digo serlo, que mi pecado afectará siempre mi vida y que al final gente inocente ha sido dañada por lo que yo he hecho y por mi egoísmo. La trascendencia de la reacción. Observe la reacción de los hermanos. Dice la Biblia que se rasgaron sus vestiduras. Según la costumbre de los judíos este era un acto de luto o de tremenda tristeza e indignación. Es obvio que ahora dice que “todos” se rasgaron sus vestiduras, en el caso de José sólo fue Rubén quien se rasgó. Ha habido un cambio es obvio, pero todavía es bastante reactivo y no profundo. Dios les dijo a los judíos en el libro de Joel: “Rasguen su corazón, y no sus prendas de vestir; y vuelvan a Jehová su Dios” (Joel 2:13). Todavía falta un pasó. En realidad reacción no es transformación o conversión de mis malos caminos. Es decir lo que revela es que cualquier confianza que tenían en sí mismos se había ido. Los hermanos fueron presa del horror, ya que ellos mismos habían dictado la sentencia. Ellos ya estaban lidiando  con la culpabilidad interna sobre José y ahora sería responsable de Benjamin también. Este fue el comienzo de un cambio en sus corazones.  La trascendencia de la racionalización. Observe una cosa muy importante en la vida de los hermanos de José. Al final Judá dice: “Dios ha hallado la maldad de tus siervos”. Es decir acepta el cargo por algo que no ha hecho. Sin embargo sospecho que tanto él como sus hermanos, exceptuando Benjamín saben que la maldad a la que se refieren no tiene que ver con esto sino con lo de José. Sin embargo una vez presente ante José se  refieren a al otro hermano como que “murió” (vrs. 20). Y esto no es cierto. Parece que están empezando a creer que José está muerto. Es probable que lo hagan para que Benjamín no sospeche. Sin embargo no aceptan la culpa de este hecho del que si son culpables. Y esa es la estrategia del Diablo. Nos hace sentirnos miserables y culpables por cosas que no hemos hecho a la luz de la culpa de las cosas que sí hemos hecho. Sin embargo Dios quiere sanar este tipo de racionalización.

Este encuentro dará lugar a un verdadero arrepentimiento por los hermanos. Habían empezado a sentir culpables por su pecado pasado, pero aún tenía que confesárselo a Jacob y tratar con él. Aquí Dios los trajo a un lugar donde era absolutamente necesario el arrepentimiento. El  arrepentimiento genuino implica abandono nuestro pecado, no sólo sentir lástima que fuimos atrapados en el acto. Podemos negarnos a tratar con nuestro pecado, pero al final Dios pondrá una copa  en nuestro saco y vamos a tener que lidiar con eso.