Ahora pasemos A QUE NUESTRO QUEHACER REFLEXIVO DEBE SER IMPEDIMENTO. Y esto es un desafío con nuestras prácticas. (28:28-30).
El reflejo de sus principios se manifiesta en su práctica. Pablo tenía una práctica ministerial muy interesante. ¿Por qué era relevante la práctica cristiana de Pablo? Para poder entender bien esto, necesito que lo dividamos en dos partes. La primera es COSAS QUE NO HACEN RELEVANTE LA PRACTICA y en segundo lugar COSAS QUE SI HACEN RELEVANTES LA PRACTICA.
Debemos tener claro hoy que ciertas tendencias no pueden monopolizar la teología, se ha llegado al consenso de que la teología surgía en la práctica y en la vida testimonial de la iglesia: no hay iglesias sin teología. Hoy, en medio de estos espacios de reflexión, se escucha que la iglesia está ausente de la “pentecostalidad” y que solamente algunas “actualizadas” han optado por ella. Ha llegado el momento en que debemos caminar en medio de la praxis, no la praxis de las personas o de las iglesias sino la del Espíritu, para que entendamos que el evangelio es pentecostalidad, así como la praxis de evangelio es teología. La pregunta que nos introduce en este tema es si el Espíritu Santo es signo de la iglesia o si la iglesia es signo del Espíritu. La iglesia surge como acción propia del Espíritu y no solo en el Pentecostés del Aposento Alto (Hch 2) o el gentil (Hch 10) sino que su acción es antes, durante y después de estas manifestaciones pentecostales. Fruto del Espíritu es el amor (ágape, amor de Dios), y este amor es el que nos permite ser y constituirnos como iglesias. El Espíritu Santo no es una opción o estrategia para recrear o mantener la iglesia en su número, fama o estética, pues es ajeno a los cálculos; más bien es imperioso recordar que es Dios y que, si hemos sido bautizados por su gracia, nos ha alcanzado su potestad. La acción del Espíritu Santo no es propiedad privada de ningún grupo sino que Dios nos ha llamado a todos y todas a ser participes de su accionar: en su libertad nos ha llamado, nos ha convocado y nos ha bendecido. La fidelidad y la presencia del Dios de la Vida están en la acción dinámica y vital del Espíritu Santo, y esto constituye para los que creen la fuente de inspiración y el sustento de la fe.
Veamos la primera parte de estos dos puntos. Cosas que no hacen relevante la PRÁCTICA. Al estudiar el pasaje uno percibe que hay muchas cosas ausentes en el ministerio “abierto y sin impedimento” de Pablo. Cosas que hoy están muy presentes en nuestras iglesias y que de hecho por esas cosas las iglesias se les catalogan como efectivas o inefectivas. Primero mi práctica no es relevante porque estoy en un lugar accesible. Que accesible puede ser una casa en un barrio de una ciudad gigantesca. Una casa que por la palabra griega que se usa para casa la expresión es “misthoma” que habla de algo pequeño, y por otra parte es usada como cárcel o arresto domiciliario. Segundo mi práctica no es relevante porque estoy en un lugar cómodo. Una vez más es una pequeña casa donde habrá poco espacio para una asamblea de éxito. Tercero mi práctica no es relevante porque tengo seguridad estructural y financiera. Muchos hoy creen que porque construyen algo grande en términos de edificios, de infraestructura seremos más eficaces en la proclamación del evangelio, este texto dice que la casa era “alquilada”. ¿Se pueden imaginar eso? La inmensa mayoría de iglesias de este siglo inician sus actividades en lugares prestados, y luego rentados. Pero es ley que si una iglesia va prosperando y va creciendo debe ser una iglesia propietaria, que demuestre su gran capacidad de construcción de fuerza estructural. ¿Pero que hace Pablo? Sólo alquila una casa, porque a el no le interesa gastar dinero en lo innecesario. Cuarto mi práctica no es relevante por que soy muy bueno en el uso de la publicidad o los medios. Si ya sé, que ustedes me dirán que ahora en este tiempo debemos aprovechar la tecnología para alcanzar a más gente, y que si Pablo la hubiera tenido a su alcance la hubiera usado, y bla, bla, Pienso que si la hubiera usado, habría cometido un error gigantesco. De hecho a Jesús la fama (¿publicidad?) le afectaba tanto que siempre les decía a los que sanaba. “no digas lo que te ha pasado” (Mateo 8:4, Lucas 5:14) y cuando lo hacían, debido a la publicidad ya no podía entrar a las ciudades para sanar y predicar a las personas. El asunto es que la publicidad atrae a la imagen, al individuo, y eso nos encanta. Nos gusta ser reconocidos, que nos vean en los medios, etc. Quinto mi práctica no es relevante porque escojo un “target” (objetivo de personas). Hace años se dio la corriente de sociedades homogéneas en el evangelismo. Es decir profesionales alcanzan profesionales, ricos a ricos, pobres a pobres y parias a parias. Esto se basaba en el hecho de que las sociedades homogéneas se entienden mejor entre los de su misma clase. Incluso hay iglesias hoy que tienen cultos para adultos, y cultos para jóvenes en el mismo domingo. He escuchado pastores que su llamamiento es alcanzar a una nivel social. (Lo curioso es que la mayoría escoge el nivel social alto). Otros pastores me han dicho que Dios les ha llamado para abrir una iglesia que alcance la gente que no le gusta otras iglesias y que andan buscando (Dios mío, que taradez teológica, perdón no pude aguantar el comentario). He conocido misioneros que si dirigen un lugar se deshacen de todo el personal que no es de su denominación, asegurando así la solidez doctrinal. (¿Se podrá demandar a este tipo de gente legalmente por discriminación?) En fin cualquiera que sea su meta-objetivo social, ¿se dio cuenta lo que Pablo hacía? “recibía” ¿a quién? A TODOS LOS que a él venían”. La iglesia está diseñada para todos los que buscan y no para las clases que a nosotros nos hacen sentir rico y bonitos. Finalmente la práctica no es relevante porque se vean señales y milagros. Me parece curioso que el Dr. Lucas no incluya en la última frase que Pablo predicaba y testifica y Dios autenticaba con señales y prodigios. Y mire que este tema es importante en Hechos ¿Pero porque esta ausencia? Bueno porque para Lucas lo importante aquí es ver el ministerio de Pablo centralizado en lo relevante. La predicación del Reino de Dios y la exaltación del Señor Jesucristo. Y que conste que no estoy diciendo que las señales ya no se dan o que los dones no todos son para hoy. De hecho soy un convencido de que todos los dones están funcionando hoy. Sin embargo después de una larga, exhaustiva búsqueda de la plenitud de Dios, me he dado cuenta que quienes enfatizan las señales por encima de una predicación profunda y bíblica caen en la predicación espectacular. De hecho he caminado por las sendas del carismatismo, del profetismo, de la guerra espiritual y de otras hierbas para quedar muy convencido de la tremenda manipulación y fingimiento que se dan en estos campos. O del uso de los dones para ponerlos al servicio del que mejor paga. No niego que he encontrado muchas personas que son muy dotadas con esos dones “digamos espectaculares”, pero tampoco me cierro al hecho que en la mayoría de veces lo usan para lucrarse y para recibir dinero. Creo quela Biblia habla de un ministerio carismático al servicio de la gente y no para enseñorearse de la gente. Por lo menos en este pasaje parece ser no relevante ni para Pablo ni para Lucas el describir que la gente llegaba por todos los grandes milagros que Pablo hacía o por las noches de gloria que hacía en el estadio de Roma. ¡No! Sólo el evangelio limpio y sencillo y no la tonelada de cultos espectaculares que prometen que cada noche la gloria de Dios va a descender. En lo que respecta mí he estado en estos ambientes y he llegado hasta sentir náusea por tanta porquería que he visto. Lamento decirlo con estas palabras, pero créanme he visto la arrogancia de esa área de la iglesia. He estado en los dos lados he visto el legalismo de los del ala conservadora, y he visto la arrogancia de los del área carismática. Pienso que al final los del ala conservadora tendrán gran ventaja al final de los tiempos de tener avivamientos porque por lo menos muchos de ellos están conscientes de que les falta algo en su crecimiento. Pero el problema de los promotores de la tercera ola evangélica carismática es que creen que ya alcanzaron la máxima forma espiritual, que después de ellos ya no hay más, y creo que en su arrogancia se quedarán sin beber el nuevo vino que Dios está derramando hoy.
¿Entonces que hace relevante una práctica? Hay tres conceptos que me gustará utilizar acompañado del concepto TODO. En primer lugar dice que PREDICABA TODO (vrs. 23 y 24). Pablo incluye tanto el AT como el NT. Se deja guiar por El Espíritu Santo. Note que el vrs. 30 dice “Pablo” Era su nombre gentil. Era la representación de que el había renunciado a un Saulo de Tarso que era un gran hombre judío por un nombre gentil. Muchos dicen que Pablo cambio su nombre en honor a uno de sus primeros convertidos: Sergio Paulo. Si usted es lo suficientemente sensible notará el cambio a partir del capítulo 13:13. Antes de ese pasaje se dice del apóstol como Saulo, pero después del encuentro con Sergio Paulo, la narración de Lucas ya no se refiere a él como Saulo sino como Pablo. El cambió su nombre por amor al ministerio. ¿Quién era Pablo al fin? Bueno es un prisionero de Cristo, es un embajador que ha sufrido que ha experimentado al Cristo vivo y que no puede dejar a un lado que es un predicador que no puede quedarse callado de lo que ha visto hasta este momento. La posición de Pablo es la de un instrumento escogido por Dios para llevar su nombre. (Note el de Cristo y no el de Pablo) (Hechos 9:15). La palabra que Lucas usa aquí para instrumento es “skeuos” y significa vaso, o equipo para un uso específico. También se puede traducir como implemento. El término no describe la condición o la constitución del vaso. El énfasis está en el uso del vaso. En ese sentido el uso de este término describe a Pablo no en calidad de persona u hombre sino en calidad de propósito. Pablo siempre entendió que su posición era la de ser un instrumento usado en las manos de Dios. Nada de “príncipe de predicadores”, nada el “mejor expositor del siglo IV”. Simplemente era un instrumento usado por Dios y para la gloria de Dios. Por eso es tan peligroso en creerse un gran expositor o predicador. Sólo somos vasos en manos de un Dios Santo y capaz de hacer grandes cosas a través de nosotros. Además Pablo no quería grandes privilegios o posiciones entre los influyentes de Roma. Y Dios le ayudó en eso poniéndolo preso y en cadenas atando su voluntad humana a un soldado de Roma. Pasó dos años enteros de lleno en este tema.
En segundo lugar Pablo PREDICABA CON TODO. Lo único que hacía era conocer más a su Señor y enseñarlo. Las dos palabras “predicando” y “enseñando”. Una habla de anunciar y proclamar con elegancia las decisiones del rey y la segunda habla del impacto profundo de las enseñanzas de ese rey en la audiencia. Pablo tenía profundidad porque lo hacía mucho tiempo tanto estudiando como enseñando. Note la expresión “desde la mañana hasta la tarde”, (tiempo). Note la expresión “tanto por la ley de Moisés como los profetas” (conocimiento de la palabra) y finalmente note “el reino de Dios y del Señor Jesucristo” (relevancia de la predicación). Pablo era profundo no sólo por el tiempo que invertía enseñando, no sólo por el conocimiento total e integral tanto del AT como del NT en formación. Pero finalmente, Pablo era profundo porque en esa casucha, arrestado e imposibilitado por Roma pudo escribir, Filemón, Efesios, Filipenses, Colosenses. Al leer las cartas escritas en estos dos años podemos ver la profundidad de Pablo.
En tercer lugar PABLO PREDICABA A TODOS. Note que el texto dice “recibía a todos los que a él venían”. Esto implica que tenía una apertura para todos. No había distinción. Esto implica cero discriminaciones, cero inaccesibilidades, era un hombre que podía ser tocado y alcanzado. Cuando necesitamos hoy de esto los pastores modernos, con agendas de secretarias que establecen si podemos atender a alguien. Pablo era un apasionado de la palabra de Dios, Pablo era un apasionado de su única vocación: los gentiles. Una vez que el redescubría y volvía a lo que Dios le había mandado consumirse, lo hacía sin reservas. No les cerraba la puerta a la gente. Pablo le apasionaba formar nuevos líderes y reproducirse en ellos. En este tiempo Pablo forma a Timoteo, Lucas, Epafras, Filemón, reconoce su equivocación con Juan Marcos, Demas que después le dolió su deserción (Colosenses 4:10, Filemón 23) Cuanta gente formó en esa pequeña casa rentada, cuanto legado dejó y luego todos fueron por toda el Asia enseñando la predicación y la pasión de Pablo. Leonardo Boff en su libro “Mística y Espiritualidad dice: “La crisis actual de las iglesias históricas reside en que sufren la ausencia de una experiencia profunda de Dios. En su lugar surgen los jerarcas…, los maestros de doctrina etc., en una palabra, el poder religioso. Este está menos interesado en la verdad de Dios y mucho más en la seguridad de su sistema religioso. A lo que mas el teme es al místico, al fiel que testimonia experimentar a Dios y en nombre de él, sin pedir permiso a nadie, inaugura una nueva palabra e introduce nuevos comportamientos” (Mística y Espiritualidad, Mendoza, Cedepal, 1995) Necesitamos estas prácticas que nacen de la reflexión y la coherencia. Una reflexión que acompañe el avivamiento que necesitamos. Pero lastimosamente no es de ese avivamiento del que estamos hablando hoy en América Latina y en El Salvador
En este país el Salvador estamos hablando de un avivamiento, pero me temo que un avivamiento que no procede del trono de Jesús no será avivamiento. Parafraseando a un pastor brasileño[1]: “Deseo referirme durante estos días, a un «avivamiento integral». En mi opinión personal, cualquier proyecto posible de avivamiento que no comience con una visión impactante del trono de Dios y de la reflexión seria, no tiene la menor oportunidad de ser un avivamiento que nosotros podamos llamar saludables y bueno para nuestras propias vidas. Y esto, por una simple razón: es del trono de Dios que viene todas las bendiciones. Nosotros vivimos el terrible peligro, en El Salvador, de crearnos aquí lo que yo llamaría, «una reflexión a la salvadoreña «, que es una reflexión sin temor, una reflexión sin la presencia del Dios santo, una reflexión sin trono.
Así que la «reflexión a la salvadoreña » tiene mucho legalismo pero no conoce la santidad. No puede con lo que debería poder. Debería poder vivir, contentarse, comer y alegrarse. Puede lo que no debería poder, no debería poder mentir, entregar y engañar.
“La reflexión a la salvadoreña » es aquella que le gusta manipular el poder de Dios, pero que no acepta someterse a la palabra del Dios de poder. Este es el peligro moderno, jugar, manipular en el poder del Espíritu y no someterse a la palabra del Espíritu.
La “reflexión a la salvadoreña » es la que vibra con milagros extraordinarios, pero que no vibra con la misma alegría en relación a la práctica de la justicia y de la verdad. He visto en muchos países de América latina, que es muy fácil saber los asuntos por los cuales las personas no darán su «amén» o «aleluya». Si usted quiere mimar su ego dentro de la iglesia evangélica salvadoreña le será muy simple. Haga una lista de las afirmaciones que si usted llegara a proclamarlas las personas se pondrían de pie y le aplaudirían. Entre ellas, diga que Jesús va a tirar abajo la idolatría, diga que Jesús va destruir los espíritus malignos, los dioses de la opresión espiritual. Diga que el va a sanar a los enfermos presentes. Los «aleluya» van a controlar de tal manera el ambiente, que usted no va a poder ni siquiera continuar. Pero diga que él es un Dios de justicia, que aborrece a los poderosos inicuos, que derrumba a los pastores impuros, que quiere purificar su liderazgo, que está interesado en que los hombres de negocios evangélicos no sean inicuos, ni injustos como los demás. Usted no sacará, ni oirá un sólo «aleluya» del auditorio.
La «reflexión a la salvadoreña » es la que celebra los números extraordinarios de los que entran por la puerta del frente de la iglesia, pero que no mira la tragedia de los que están saliendo por la puerta del fondo. Nuestros templos están llenos de personas con las manos elevadas al cielo. Cuándo llegará el día en que todos los que traen manos limpias para celebrar su nombre también extenderán sus manos generosas para recibir al prójimo?
La «reflexión a la salvadoreña» es la que pone una Biblia en las manos de cada uno de los que entran en la iglesia, pero que no inspira al conocimiento de la palabra de Dios en el corazón de los que llegan. Usted puede tener el libro debajo del brazo; puede servirle como decoración de su espiritualidad; la versión hasta puede denunciar el tipo de actitud teológica que usted tiene; pero la tragedia evangélica es que para nosotrosla Bibliaes el libro de Dios, pero no hemos tenido la palabra en nuestro corazón. Somos el «pueblo del Libro», no somos el «pueblo de la palabra»
Y más aun, la “reflexión a la salvadoreña » es la que habla de derrumbar a los ídolos paganos de la sociedad, pero es inoperante en cuanto a doblegar el ego auto glorificado de los líderes de la iglesia al Señor de los señores. El avivamiento empieza con el derrumbamiento del ego de los líderes de la iglesia.
La «reflexión a la salvadoreña » es aquel que enseña que cualquier negocio es válido, mientras que el resultado sea la predicación del Evangelio.
La «reflexión a la salvadoreña » es la que aplaude la visita de las autoridades inicuas a los cultos con más alegría de la que aplaude a la exaltación del trono de Dios sobre los gobernantes inicuos; que da a tales autoridades la palabra con mucha honra, pero que niega darle honra y voz a los santos y simples que aún no siendo famosos, están en nuestro medio.
La “reflexión a la salvadoreña » es la que en la cual se grita mucho, pero no se llora nada; se canta mucho, pero se alaba poco. Se arrodillan mucho, con mucha facilidad, pero no se somete a Dios con mucha dificultad; se predica mucho y con mucha frecuencia en contra del pecado, pero se vive con mucha tranquilidad y descaro la práctica del pecado.
La “reflexión a la salvadoreña » es la que enseña a los cristianos a celebrar su bendita prosperidad material con mordacidad, ironía e impiedad en relación a la miseria de la resaca de la sociedad, sin ningún tipo de compasión para con ella.
La “reflexión a la salvadoreña » es aquella que es ejercida por los líderes evangélicos que prohíben a los cristianos en nombre de la fe a tomar opciones políticamente sanas en la historia, circunscribiendo toda la importancia a la pelea de las regiones invisibles; mientras que ellos mismos son los que hacen maniobras políticas, nada éticas, a fin de favorecerse personalmente de la alienación del pueblo en las instancias más concretas de la historia.
La “reflexión a la salvadoreña» es lo que está haciendo crecer mucho a la iglesia en Latinoamérica, pero sin cambiar nada en el continente.
La reflexión tiene que convertirse en verdadera reflexión bíblica o será nuestra mayor catástrofe en un máximo de veinte años. Si la “reflexión a la salvadoreña » prevalece, nosotros tendremos un país de mayoría evangélica cuyas expresiones de vida serán absolutamente parecidas a las de los grandes períodos de la victoria de la cristiandad en Europa, donde había un rey cristiano, una corte cristiana, una oficialía cristiana, un pueblo cristiano, pero donde también habían las más perversas formas de explotación del prójimo, las más raras aberraciones religiosas, las más descaradas acciones entre la iglesia y el poder. Y más aún, donde se intenta colocar a Dios al servicio de los intereses grandiosos de los explotadores de la fe, donde la fe rescatada del paganismo circundante se torna un infierno que atormenta la vida de esos rescatados que viven ahora en una desgracia de existencia enferma y sin dignidad. Mi hermano, mi hermana, sé que estoy diciendo la clase de cosas que nadie interrumpe para decir amén ni aleluya, pero no es preciso ser profeta. No hablo como profeta, apenas como alguien que tiene los ojos abiertos para ver que la realidad en El Salvador no debe ser muy diferente de la realidad en otros países. En materia de reflexión no hay modo distinto. O sucede a la manera de Dios o muere en la ilusión de la alegría evangélica superficial inoperante. Usted tiene la opción de continuar con el teatro de «la reflexión a la salvadoreña» o temer, temblar y quedarse postrado delante de Aquel que está sentado en el trono. Mi oración es que todos podamos tener una tremenda, impactante y demoledora percepción del trono de Dios. Las mejores palabras para comenzar a optar por una reflexión coherente con nuestro medio está en las palabras de Martin Luther King que dijo una vez: «LA COBARDÍA PREGUNTA: ¿ES SEGURO?. LA CONVENIENCIA PREGUNTA: ¿ES POLÍTICO?. LA VANIDAD PREGUNTA: ¿ES POPULAR? PERO LA CONCIENCIA PREGUNTA: ¿ES LO CORRECTO? Y LLEGA EL MOMENTO EN EL QUE UNO DEBE TOMAR UNA POSICIÓN QUE NO ES NI SEGURA, NI POLÍTICA, NI POPULAR, PERO HAY QUE TOMARLA PORQUE ES LO CORRECTO». aMEN