Cuando trabajaba en Visión Mundial, un día tenía que viajar a los Naranjos en Chalatenango. Mi labor era formar un comité de muchachos en un cantón que se llama el Sitio de las flores. Esa mañana me dieron un pick up doble cabina y llevaba un compañero médico como copiloto. Llegamos y en la mañana estuvimos en la oficina de un pueblo llamado Potrero Sula, y por la tarde tenía que subir un cerro y adentrarme en la montaña para llegar a la iglesia donde sería la reunión. En el transcurso de la mañana otros compañeros llegaron a la oficina manejando otro vehículo. Cuando estaban por irse me pidieron que si les hacía el favor de cambiar de vehículo, ya que ellos eran cuatro y andaban en un pick up de una sola cabina y nosotros éramos dos y andábamos en uno de doble cabina. Con un poco de reservas accedí para que hiciéramos el cambio. Ellos se marcharon y comencé a subir el cerro para ir a mi reunión. El gerente del proyecto me acompañaba ya que quería ver la actividad personalmente. Cuando comenzamos a subir la cuesta, era una calle tan angosta que si venía un carro enfrente no se podía pasar. Íbamos llegando a la parte más empinada de la cuesta cuando el embrague del carro se fue hasta el fondo y no pude meter más velocidades así que me quedé varado en la parte más empinada de la montaña. Era una parte muy peligrosa en la que nos quedamos sin cambio de velocidades. El gerente me dijo que iba a hablar por teléfono para que nos llegaran a remolcar. Marco su número y no le daba señal debido a lo montañoso. Así que me dijo que yo llamara, marqué mi teléfono y este si tenía señal, pero al momento de llamar me quedé sin saldo. Así que no podíamos comunicarnos. El gerente me dijo que el iba a ir caminando a llamar a alguien, y cuando comenzó a bajar, se deslizó y se lastimó el pie. Así que ya no pudo ir, en ese momento yo le dije: “Solo falta que baje un carro” y no pueda pasar para abajo, porque tenemos tapada la vía, ¿y que cree? No vino uno sino dos. Uno de ellos molesto, se bajo y nos dijo que era lo que pasaba, y le contamos. Entonces abrió el capote, y dijo que la falta fluido al embrague. Se fue a su carro y sacó un bote de fluido y a echárselo iba, y se dio cuenta que estaba vacío. El otro vehículo no andaba líquido. Así que no podíamos movernos. Al final uno de los muchachos del grupo que teníamos fue en bicicleta hasta la gasolinera del pueblo para comprar líquido del embrague, ¿y sabe qué? Ninguno de los dos andaba dinero, debido a que habíamos dejado todas nuestras pertenencias en la oficina. Al final después de muchas pruebas pudimos salir del aprieto. Hace algunas décadas salió lo que se llamó la Ley de Murphy y esta se ha convertido se ha convertido en uno de los axiomas de la filosofía moderna, pero ¿sabes de dónde sale? Todos hemos oído hablar de la famosa Ley de Murphy… Desde luego, poco tiene que ver con la filosofía ni con ninguna ciencia, simplemente, es un postulado que la experiencia nos hace tomar como tremendamente probable.
Básicamente, la ley de Murphy nos dice que si hay alguna probabilidad de que algo salga mal, seguro que sale mal. Quizá la hayas visto enunciada como «Una tostada untada de mantequilla siempre cae al suelo por el lado de la mantequilla». Pero… ¿Sabes por qué se llama «Ley de Murphy»? Se cuenta que el término lo acuñó George E. Nichols, gerente del control de calidad del proyecto Viking de la NASA. Por lo visto, el capitán Ed Murphy estaba bastante desilusionado con el trabajo de un miembro de su equipo (del que no se conoce el nombre), y decía de esta persona que si había una posibilidad de hacer mal las cosas, lo haría mal. Esto obligó a un exhaustivo control en el proyecto, lo cual les llevó al éxito. George E. Nichols le dio el nombre de «La ley de Murphy» a esta jocosa forma de pensar. Durante una rueda de prensa, un tal Coronel Stapp, al cargo del proyecto, achacó el éxito a la «Ley de Murphy», expresión de la cual la prensa se hizo eco… y ha perdurado hasta nuestros días. He aquí algunas de las más importantes leyes de Murphy.
1. “Cuando necesites abrir una puerta con la única mano libre, la llave estará en el bolsillo opuesto».
2. «Cuando tengas las manos embadurnadas de grasa, comenzará a picarte la nariz».
3. «Da igual por donde abras la caja de un medicamento. Siempre te molestará el prospecto».
4. «El seguro lo cubre todo. Menos lo que sucede».
5. «Cuando las cosas parecen ir mejor, es que has pasado algo por alto».
6. «Si mantienes la calma cuando todos pierden la cabeza, sin duda es que no has captado el problema».
7. «Las únicas veces en que la puerta se cierra sola son cuando te has dejado las llaves adentro».
8. «Llegarás al teléfono justo a tiempo para oír como cuelgan».
9. «Si sólo hay dos programas que valgan la pena ver, serán a la misma hora».
10. «El precio total a pagar siempre es superior al del presupuesto».
11. «La probabilidad de que te manches comiendo, es directamente proporcional a la necesidad que tengas de estar limpio».
12. «La velocidad del viento aumenta proporcionalmente al precio del peinado».
13. «Cuando tras años de haber guardado una cosa sin usarla decides tirarla, no pasará más de una semana que la necesites de verdad».
14. «Siempre que llegues puntual a una cita no habrá nadie allí para comprobarlo, y si por el contrario llegas tarde, todo el mundo habrá llegado antes que tú».
15. «Los problemas ni se crean, ni se resuelven, sólo se transforman»
Al pensar en mi experiencia y las leyes e Murphy me vino a la mente que la vida se resume en una frase de tres palabras: “siempre pasa algo”. Y usted y yo debemos saberlo. La vida consiste o usted está saliendo de un problema, o está en medio de un problema o está a punto de entrar a otro problema. Y debido a eso muchas personas se cansan o comienzan a fatigarse y llegan a un momento en su vida en que quieren darse por vencido. Déjeme leerle una carta de una persona anónima: “Querido pastor, si pudiera resumir mi vida en una sola palabra esta sería: Conflicto. Parece que debo luchar por cada cosa todos los días. Todo es una batalla, una batalla con mis hijos, batalla con mi esposo, batalla con mi trabajo, aún mi caminar con El Señor es una batalla. Luchamos con nuestro hogar, luchamos con nuestro dinero, luchamos con nuestra vida íntima, luchamos incluso para poder entendernos el uno al otro, además tengo mi batallas internas, mis temores internos, ¿por qué la vida es tan dura? ¿Con cada batalla dentro de ella? Espero que algún día pare, porque hay veces en que solo deseo alejarme de todo. Es una buena pregunta ¿porqué la vida es tan dura? Porque si la es. Verá, ya no estamos más en el paraíso. John Milton escribió un poema que se llamaba el paraíso perdido. Cuando Adán y Eva decidieron desobedecer a Dios, para rebelarse, y decidieron decirle a Dios que suplan era mejor que el de El, entonces el pecado entró al mundo y perdimos el paraíso. Y cada cosa en el mundo se destruyó. Vivimos en un mundo quebrantado, nada en este mundo funciona perfectamente. Todo está quebrantado, el clima está quebrantado, es por esa razón que tenemos todos estos cataclismos, la economía está quebrada, su cuerpo está quebrantado, no es un cuerpo perfecto. Cada relación está quebrantada, nadie tiene un matrimonio perfecto, nadie tiene hijos perfectos. Excepto su Palabra. Pero adicional a eso , hay una guerra en su vida que está tratando de destruir su vida. Tenemos tres enemigos en nuestra vida. El mundo que es el enemigo alrededor suyo, Satanás que es un enemigo contra usted y la carne que es el enemigo dentro de usted. Es la guerra dentro de usted la que es más peligrosa, porque tiene una naturaleza mala que le hace realizar cosas malas para usted, pero las hace de todas maneras. Esa es la batalla dentro de usted. El enemigo se está oponiendo a que usted gane la carrera. Ahora bien, las personas que en la biblia terminaron la carrera, se les llama personajes del salón de la fama. Y esta lista es encontrada en un solo capítulo de la Biblia. Hebreos capítulo 11. Vayamos a ese pasaje. En este capítulo encontramos a esos grandes hombres y grandes mujeres que hicieron una extraordinaria carrera en sus vidas. Pelearon la batalla y ganaron la victoria. Es una lista de personajes que usted habrá oído muchas veces. Encontramos Abraham, Moisés es mencionado, Noé, Sansón, etc. Pero al final de la lista y al comienzo del capítulo 12:1 encontramos una amonestación que es para nosotros en este tiempo del siglo XXI. Este pasaje insinúa que por el hecho de que usted tenga fe en su vida no necesariamente habrá un final feliz en cada área de su vida. El hecho de que usted está haciendo la voluntad de Dios y El esté complacido con usted, no le va a quitar una dosis de sufrimiento. Es más muchas veces se va a sentir con el deseo de darse por vencido. De hecho el pasaje nos hablará de personas que no recibieron respuesta a sus oraciones, gente que nunca vieron cumplidas sus promesas o a lo menos las vieron de lejos. Vea lo que dice Hebreos 11:35-12:4: “35 Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus seres queridos que habían muerto. Sin embargo, otros fueron torturados, porque rechazaron negar a Dios a cambio de la libertad. Ellos pusieron su esperanza en una vida mejor que viene después de la resurrección.36 Algunos fueron ridiculizados y sus espaldas fueron laceradas con látigos; otros fueron encadenados en prisiones. 37 Algunos murieron apedreados, a otros los cortaron por la mitad con una sierra y a otros los mataron a espada. Algunos anduvieron vestidos con pieles de ovejas y cabras, desposeídos y oprimidos y maltratados. 38 Este mundo no era digno de ellos. Vagaron por desiertos y montañas, se escondieron en cuevas y hoyos de la tierra. 39 Debido a su fe, todas esas personas gozaron de una buena reputación, aunque ninguno recibió todo lo que Dios le había prometido. 40 Pues Dios tenía preparado algo mejor para nosotros, de modo que ellos no llegaran a la perfección sin nosotros. 12 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. 2 Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozoque le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que ésta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios. 3 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.4 Después de todo, ustedes aún no han dado su vida en la lucha contra el pecado.