Modelos de Mayordomía: Desear mucho perder todo


Estaba viendo una caricatura que se presenta en cuatro franjas. En la primera franja un hombre mira un carro nuevo. El vendedor le dice: “Solamente el 10% de intereses y son los más bajos. Cuotas bajísimas  por 48 meses. Entonces el hombre dice: ¿dónde firmo? En la segunda franja, el mismo hombre mira un refrigerador. El vendedor le dice: “Ninguna prima, no intereses en 12 meses. Otra vez el hombre pregunta: “¿dónde firmo? En la tercera franja el hombre está viendo su nueva casa. El vendedor le dice 10% de prima y 30 años para pagar. Por tercera vez, el hombre dice: “¿Dónde firmo? En la cuarta franja  es el mismo hombre hablando con su pastor. El pastor le dice: “Podría usted por favor firmar una tarjeta  de compromiso para dar el 10% a Dios  por los siguientes 12 meses. El hombre con una cara de horror contesta: ¿Está insinuando que me debo atar por 52 semanas a esa promesa? Y luego añadió: “Lo siento señor, el futuro es muy inseguro. No puedo comprometerme con algo que quizás no podría cumplir. Esta semana escuche a alguien decir: “Es gracioso pensar que la gente que no le gusta que el pastor hable de dar es la que precisamente  no da” En este mes quiero que nos enfoquemos en algunos temas del dar y de la mayordomía. Nuestro enfoque será: Nuestra mayordomía: ¿Mucho o poco?

 

I.                    La conceptualización de la mayordomía

A.     La definición de la palabra

Antes de entrar en el tema en sí necesitamos definir básicamente que es mayordomía. La palabra viene del griego oikonomos. Oikos significa casa y “nomos” significa administrador.  En los tiempos bíblicos, la gente acomodada tenía sus mayordomos cuidando de sus casas, sus hijos y finanzas. José fue el regidor  en la casa de Potifar. Génesis 39:6 lo confirma. Pablo dice que él y los otros apóstoles eran “administradores” de los misterios de Dios. (1 Cor.4:1). En 1 Cor.9:17  y Col.1:25, Pablo  habló de su ministerio como “administrador” 1 Pedro.4:10 dice que debemos usar nuestros dones espirituales  “como Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” Así que podemos pensar en una definición de “Mayordomía”.  Mayordomía es el manejo de los recursos que Dios me ha dado para la Gloria de Dios y el beneficio de otros.

B.      Los distintivos de la palabra

Recordemos que Dios es la fuente de todas las cosas buenas. (Santiago 1:17). Los regales  de Dios  para mí  son los recursos y habilidades que me ayudan a convertirme en la persona que él quiere que sea.  Mi regalo a Dios es usarlos para su Gloria.  Sin embargo debemos entender que la Mayordomía es una decisión. Todos tenemos recursos y habilidades de parte de Dios. Pero también todos nosotros tenemos la decisión de como usarlos para Dios. Hay por lo menos tres ejemplos  o mejor dicho hay tres puntos de vista tocante a lo económico. Primero es el comunismo, que plantea que el estado es dueño de todo. En segundo lugar está el capitalismo.  Este sistema plantea que la gente individualmente es dueña de sus cosas. Y finalmente está el cristianismo. Que plantea que Dios es dueño de todo. Así que la verdadera mayordomía es el entendimiento de que Dios es poseedor y dueño de todo.  En una caricatura de Daniel el travieso, Daniel está estrechando la mano del Pastor  y le pregunta: “Reverendo que va a hacer  con el dólar que mi papá le dio. Daniel no solo avergüenza al pastor sino a su propio padre, pero también ejemplifica lo que muchas personas piensan… le damos a Dios de lo nuestro. En realidad no es solo lo que ponemos en el plato lo que le pertenece a Dios sino lo que le queda en la billetera también. Nunca piense que solo el 10% pertenece a Dios  y el 90% le pertenece a usted. Al pensar en estas descripciones  vamos a examinar cuatro modelos de mayordomía. Dos son malos y dos son buenos. Dos tienen que ver con personas que tienen mucho y los otros dos con personas que tienen poco. Y probablemente usted se vea reflejado en estos modelos. Y espero que vea también lo que Dios quiere que usted sea en cuanto a su mayordomía.  Recuerde que la mayordomía es una decisión.

  • II. Las características de los modelos de mayordomía.

 

  • A.     El primer modelo es desear mucho  y perder todo  (Lucas 12:13-15)

 

La primera cosmovisión tiene que ver con si estamos satisfechos o insatisfechos con nuestros recursos. Este será  el compendio de ideas sobre el concepto del dinero, que he estudiado por muchos años desde una perspectiva bíblica y práctica. Quiero mostrar  una herramienta que nos  ayude a definir lo que la Biblia enseña sobre el manejo del dinero, cómo debemos gastarlo, cómo debemos ganarlo, y cómo debemos vivir con él en misión. Pero también he deseado que sea  algo práctico ya que el dinero es un tema funcional con el que tratamos día a día. La inquietud principal nace  del pensamiento que el dinero puede convertirse en nuestro dios, o podemos utilizarlo para adorar a nuestro Dios. Así que debemos preguntarnos ¿Cómo utilizamos los recursos que Dios nos ha dado? ¿Cómo los utilizamos para adorarle, amarle, servir a los demás, ser parte de la iglesia, y estar en misión?

Vamos a orar: Dios Padre, te doy gracias porque en las Escrituras hablas de cosas prácticas como el dinero, las riquezas, y las posesiones. Dios, a veces nos inclinamos hacia temas que nos parecen muy interesantes y fascinantes, pero Dios, sigues recalcándonos ciertos temas que tal vez no queremos mirar que sin embargo son los que debemos abordar con más fervor. Así que ayúdame a enseñar bien. Ayúdanos a aprender bien. Señor, Jesús, pedimos por el poder del Espíritu Santo que te adoremos con nuestras riquezas y que no adoremos nuestras riquezas. Amén. En esta miniserie de tres semanas aquí en la mitad de Lucas, veremos a Jesús enseñando sobre el dinero. Algunos de Uds. se preguntarán, ¿Por qué ahora? Ante todo hay que decir que no todos tienen problemas económicos. A algunos les va bien. Hay personas que sí la están pasando muy mal, pero por la insensatez. Puede que lo que menos necesite es tener más riquezas. Al contrario, podría necesitar más sabiduría. Si la insensatez fue lo que metió o le ayudó a endeudarse, su lucha, su pobreza, o ganar más dinero sin sabiduría no le ayudará a salir de su problema porque seguirá cometiendo los mismos errores.  Así que al hablar del dinero y las riquezas, lo hago en forma colectiva y conjunta. Estoy hablando de sus tarjetas de crédito, de sus tarjetas de débito. Estoy hablando de su dinero en efectivo. Estoy hablando de su trabajo, sus ingresos, su herencia, su vivienda, su automóvil, y todas sus cosas. Me refiero a su riqueza colectiva. El tema de las riquezas y las posesiones es uno de los mega temas de la Biblia. El Antiguo y el Nuevo Testamento tienen como 800 pasajes que hablan de las riquezas. Incluyen temas como ahorrar, gastar, invertir, diezmar, manejar un negocio, manejar un presupuesto familiar. Jesús también habla mucho de las riquezas. Casi el 25% de todas sus enseñanzas tratan el tema del dinero, las riquezas y las posesiones. Eso incluye esta sección en Lucas. Al examinar la Biblia, vemos que el tema de las riquezas y las posesiones se trata de manera distinta en la Biblia que en nuestra cultura, de dos maneras distintas: Primero, la Biblia trata con nuestro corazón los que nos motiva al hacer gastos, mientras que nuestra cultura tiende a ser menos personal en cuanto a la responsabilidad persona y más personal en inculpar a los demás o a otras cosas. Ahora estamos en tiempos económicamente inestables en este país El Salvador  y si escuchamos el parloteo de la gente en nuestra cultura los ricos les echan la culpa al pobre, y los pobres a los ricos. Los ricos dicen, “Los pobres nos están arruinando porque aunque están bien gordos y obesos, todos quieren ayuda gratuita y nos están quitando todo el dinero para que no podamos seguir operando nuestros negocios”. Y los pobres dicen, “Los ricos nos roban el dinero a todos. Es pura avaricia y fraude empresarial”. El problema según dicen son los ricos y los pobres. Y cada año electoral por añadidura nos dicen que el problema son los de derecha o de la izquierda. Y a veces nos reunimos todos y decimos: “No, el problemas son los terroristas”. Así es como nos unimos, cuando los problemas son “los árabes y su petróleo”. Por eso dicen que tenemos problemas económicos. “Por árabes y su petróleo”. Pues, por lo visto a mi juicio todos tienen la culpa: ricos, pobres, los de derecha, los de izquierda, los gringos, lo árabes. Ese es el problema. Todos tienen la culpa. Porque la Biblia nos hace examinarnos a nosotros mismos, en vez de echarle la culpa a alguien o a algo, a fin de que veamos nuestro propio pecado y locura, y nuestra rebeldía en cuanto a las finanzas y las riquezas. Además, lo que sucede cuando lo reducimos todo a un problema de riquezas y pobreza, es que buscamos respuestas en las teologías de la prosperidad y la riqueza. La teología de la prosperidad toma unos versículos de la Biblia, y dice: “Si amas a Dios, debes ser rico”. La teología de la pobreza toma otros versículos de la Biblia y dice: “Si amas a Dios, debes ser pobre”. Después se pelean sobre si Dios quiere que seamos ricos o pobres. Eso es pensar de una manera mundana, no con sabiduría. De hecho, la Biblia nos da cuatro categorías en cuanto a las riquezas, la abundancia, y las posesiones. Investigaremos cada una de ellas en el transcurso de estas tres semanas. Esta semana veremos a los ricos justos y a los ricos impíos. Estas son las cuatro categorías de personas que la Biblia nos da en lo que atañe a las riquezas. En primer lugar Hay ricos justos, o sea que obtienen sus riquezas justamente. Trabajan duro. Invierten inteligentemente. Dios los bendice y hacen las cosas bien. Además, lo que hacen con su riqueza es justo. Le dan a Dios. Dan a los pobres. Cuidan a sus familias. Pagan sus cuentas. Si tienen negocio, cuidan bien a sus empleados. Uno puede ser rico y justo. En segundo lugar uno puede ser rico e impío. Puede ganar dinero de una manera que deshonra mucho a Dios. Robándole a la gente, siendo deshonesto; usando métodos inaceptables en los negocios, o ganando dinero y acaparándolo, guardándolo todo para sí mismo, o gastándolo en cosas sin importancia, sin darle a Dios ni a los pobres, siendo muy pero muy egoísta. En esta serie veremos  a un hombre a quien llama el rico insensato, que podemos categorizar como un rico impío. En tercer lugar hay también  personas que son pobres y justas. Ganan dinero honradamente, pero no tienen mucho. Solo son pobres. Solo son pobres. Administran sus recursos justamente. Le dan a Dios. Dan a los necesitados. Pagan sus cuentas. Son generosos con su familia. No tienen mucho, pero son muy generosos y justos con lo que tienen. Vamos a ver una historia de un jovencito que tenía poco pero que dio mucho.  En cuarto lugar hay pobres que son impíos. No trabajan duro. No trabajan inteligentemente. No invierten. En El Salvador un estudio de la empresa privada ha concluido que en el Salvador el 47% de las personas son pobres. Según los datos presentado por José Ángel Quiroz, director ejecutivo de Fusades, el porcentaje de personas viviendo en la pobreza pasó de 38.1% en 2006 a 47.5% en el 2011, un incremento de más de medio millón de salvadoreños. (http://www.lapagina.com.sv/nacionales/78490/2013/03/03/%C3%8Dndices-de-pobreza-punto-de-discordia-entre-FMLN-y-ARENA). Es importante entender  que esta pobreza genera violencia y corrupción en medio de las personas pobres. Y lo que puede suceder es esto: Si solo pensamos en las categorías mundanas y no en las categorías teológicas, nos pondremos a pensar en términos de ricos y pobres siendo que en realidad no es tan fácil porque hay pobres que son impíos. Hay gente pobre impía. Proverbios habla mucho de la gente que no trabaja, que buscan fantasías, que tratan algún plan para enriquecerse rápidamente. Son personas que no trabajan mucho, o van a los clubes nocturnos y despilfarran el dinero caprichosamente, de manera fútil.  Jesús era justo y pobre. Jesús era justo y rico. ¿Sabían eso? No importa que uno sea rico o pobre. Lo importante es si uno es justo o impío. Jesús era rico y pobre. En el cielo ¿era rico o pobre? Rico. El cielo es un barrio de primera. ¿Cierto? Es muy lindo. Pero dice en Corintios que aunque era rico, por nuestra causa vino al mundo y se hizo pobre para que podamos ser justos y ricos. Jesús lo fue y lo es. Uno puede ser justo y pobre. En la Tierra, Jesús lo fue. El asunto no es si somos ricos o pobres. El asunto es si somos justos o impíos, cómo obtenemos y administramos los recursos que Dios nos ha encomendado. Con esto en mente, Jesús nos hablará ahora sobre las riquezas

Publicado por

enrique60

Actualmente trabajo en la Escuela Panamericana, soy salvadoreño 61 años y soy pastor de la iglesia Comunidad Bíblica

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