Hay momentos en la vida de todos nosotros cuando las cosas no están cambiando tan rápido como nos gustaría. Estamos orando y creyendo, pero nuestra salud no está mejorando. Nuestras finanzas no han dado un giro. No hemos encontrado a la persona correcta. Nos podemos sentir solos, olvidados, como si nuestra situación nunca fuera a cambiar. Es una temporada nocturna.
En estas temporadas nocturnas no podemos ver lo que Dios está haciendo. No parece que nada esté sucediendo, pero Dios está trabajando tras bastidores. Él hace su obra más grande en la oscuridad. No vemos que nada cambie. Seguimos tratando con el mismo problema. Dios no se ha olvidado de nosotros.
En los tiempos oscuros, cuando la vida se siente injusta, usted tiene que recordarse a sí mismo que Dios todavía está en control. Solo porque usted no vea que esté sucediendo algo no significa que Dios no esté obrando. Él no siempre muestra lo que está haciendo. Es fácil confiar en Él cuando está recibiendo buenas oportunidades y las cosas están yendo excelente. Pero usted tiene que aprender a confiar en Él en las temporadas nocturnas cuando las cosas no le están saliendo como quiere y cuando no ve que suceda nada.
De joven, David venció a Goliat. Fue una gran victoria. Pero después de eso pasó años huyendo del rey Saúl, escondiéndose en cuevas, durmiendo en el desierto. Estoy seguro de que oró: «Dios, líbrame de Saúl. Esto no está bien». Pero era como si los cielos estuvieran en silencio. Dios no lo cambió. Saúl estaba equivocado. Era injusto para David. Pero las temporadas nocturnas son tiempos de prueba, tiempos de demostrar. Podemos ya sea escoger ponernos negativos y vivir desanimados o podemos escoger decir: «Dios, no lo entiendo, no es justo, pero confío en ti. Sé que no eres solo el Dios de la luz del día, sino también el Dios de las temporadas nocturnas». Este mismo David pasó por sus temporadas nocturnas. Lastimosamente tomó por un buen tiempo el camino equivocado. Hablaremos en detalle un poco más adelante, pero antes quiero contarle algunas cosas como preámbulo a la temporada nocturna de David.
El 23 de mayo de 1928 un joven abogado llegó a su casa con botellas de alcohol y somníferos ocultos en los bolsillos de su traje. Era de noche y su familia dormía. Se encerró en su habitación, pero jamás saldría por sí mismo de ella. En la madrugada del 24 de mayo su corazón dejó de latir y sus manos, que hace nada habían escrito hermosos versos, dejaron caer una botella de licor. Cerca de las diez de la mañana su madre entró al cuarto y vio a su hijo muerto. Alfredo Espino, sin siquiera haber cumplido treinta años, se había quitado la vida. En uno de sus últimos trabajos dejó escrito:
«Yo que llevo en el alma las dudas escondidas, cuando tengo las alas de la ilusión caídas»
Leer la historia de Alfredo Espino , uno de los poetas y escritores más destacados de nuestro país El Salvador y Centroamérica es verdaderamente trágico. Por un lado un hombre con una capacidad de relatar la belleza más sencilla del campo con una elocuencia magistral, pero a la vez sumido en su propia y fugaz vida lo que muchos llamarían la eterna noche oscura de la jícara triste. Que por cierto ese fue el nombre que le dieron a la publicación póstuma de su obra. Su vida fue tan corta, murió con sólo 28 años. Y su muerte fue por suicidio. Nunca superò sus diferencias y tristezas con sus padres. En uno de sus poemas el también escribió:
Hoy —por el camino desolado y ancho—,
pasan en silencio las horas de invierno…
Y ronda la noche, con su duelo eterno,
como un perro negro, delante del rancho
Si tuviéramos que traducir el pantano del desaliento a los términos de hoy, Llamaríamos a ese agujero fangoso «los pozos».
Y es que aún incluso no hay manera de que un cristiano pueda pasar por esta vida sin pasar algún tiempo en «los pozos» o los tiempos de temporadas nocturnas. . .
Y precisamente es aquí en donde encontramos a David en narración que hoy toca compartir como parte de la serie: Bendiciones en tiempos de Oscuridad. Ahora bien en la narración no hay nada ética, moral o espiritualmente malo en nuestro experimentando días nublados y noches oscuras. Son inevitables. Es por eso que Santiago dice: «Considéralo todo gozo CUANDO te encuentres con diversas pruebas» (Santiago 1:2). Esa no es nuestra preocupación con David. Lo que nos preocupa es lo que hizo después de caer en el fango. Había una bifurcación en el camino, y tomó el camino equivocado. El resultado fue la miseria, el compromiso, y, de hecho, dieciséis largos meses de desobediencia.
¿Qué causó las nubes y la oscuridad? Ahora bien, hubo algunas causas que condujeron a estos días oscuros en la experiencia de David. El no cayó por casualidad en «la temporada nocturna».
Lo primero que llevó a David experimentar su temporada nocturna fue su perspectiva.
Si vemos detenidamente el texto a lo menos experimentó por tres cosas.
Fíjese que 1 Samuel 27:1 comienza: «Entonces David se dijo a sí mismo…» Experimentó pensamiento mal enfocado. Oh-oh. Ahí está su primer problema. Es importante que cuando hablamos con nosotros mismos decirnos a nosotros mismos lo correcto. David no lo hizo. De modo que la primera causa de su “temporada nocturna» es lo que yo llamaría su punto de vista humanista. Él Miró su situación y la evaluó estrictamente desde una perspectiva horizontal. Le reto a que lea el pasaje y en este período de la vida de David no encontrará a David orando ni una sola vez en este capítulo. De hecho, David nunca mira hacia arriba hasta mucho más tarde. No escribía salmos, no pedía ayuda, Basta con pulsar el botón de pánico. David está saliendo de una montaña rusa espiritual y emocional. Recuerden, él podría haber matado a Saúl, pero no lo hizo. Entonces estuvo a punto de matar a Nabal, pero Abigail lo convenció de que no lo hiciera, afortunadamente. Así que él ha caminado en crisis por bastante tiempo. Ha salido de la cresta de la crisis y, como todos sabemos, Ese es un punto muy vulnerable.
La segunda cosa que David experimento es un sentimiento mal manejado. Mira lo que se dice a sí mismo: «Ahora pereceré un día a manos de Saulo» (27:1). David debería haberlo sabido mejor. Nótese que dice: » Pereceré». Él es hablando de algo en el futuro, . . . pero el hombre no conoce el futuro. ¡Nadie lo hace! Pero el razonamiento pesimista se centra continuamente en la potencial desventaja del futuro, y esto genera preocupación. En las mentes de los pesimistas, el futuro es inevitablemente sombrío. Así que no nos sorprende escuchar su predicción: «Pereceré».
Ahora bien lo dramático de este sentimiento es que Samuel lo había ungido con aceite y le había asegurado que un día sería el rey. Dios le habló a través de Abigail y le dijo que el Señor » te nombra gobernante sobre Israel» (25:30). Dios le habló más de una vez a través de Jonatán, asegurándole: «Tú serás el próximo rey». Incluso Saúl, su enemigo, había dicho: «Sé que ciertamente serás rey, y que el reino de Israel será establecido en tu mano» (24:20).
Pero David ignoró todas esas promesas que Dios le había dado. Ahora se convence a sí mismo, «Pereceré. Nunca gobernaré sobre Israel… ¡Nunca!». ¿Por qué somos pesimistas? Porque nuestros ojos están puestos en nosotros mismos. Tú y yo Nunca hemos dejado que el Señor nos conduzca a un pensamiento pesimista. Ni una sola vez. Ellos vienen estrictamente del interior de nuestras mentes carnales . . . Y pueden ser devastadores.
Pero entendió este principio: las temporadas nocturnas no son el fin. Los tiempos malos, las decepciones, las pérdidas y las enfermedades son simplemente pasos adicionales en el camino a su destino. El salmista dijo: «Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría». Su historia no termina con la noche. La noche es temporal. La enfermedad es temporal. La soledad es temporal. La adicción es temporal. Rut siguió adelante a conocer a otro hombre. Se enamoraron, se casaron y tuvieron un bebé. Su historia no terminó en la oscuridad. Cuando las cosas no están resultando y usted siente como si estuviera yendo en la dirección equivocada, no se desanime porque Dios no lo haya cambiado todavía. Es solo una temporada nocturna. No es permanente. Así no es como termina su historia. Quizá no vea que suceda nada, pero Dios está trabajando. Atrévase a confiar en Él. Siga avanzando en fe, siga creyendo. Es solo cuestión de tiempo antes de que venga la mañana.
La tercera cosa que David experimentó fue un convencimiento mal orientado. Hay una tercera razón por la que David estaba en este profundo abatimiento. Es lo que Podríamos llamar lógica racionalista. Entonces David se dijo a sí mismo: «Ahora pereceré un día a manos de Saúl. No hay nada mejor para mí que escapar a la tierra de los filisteos. . . .» 1 Samuel 27:1
¿Puedes creer esa afirmación? Eso no es otra cosa que racionalismo. Él pensó: «Los tiempos son difíciles. Dios me ha abandonado. Pensé que podía ser rey, pero nunca seré rey. Voy a morir si me mantengo en el borde delantero de la casa de Saúl ejército. Finalmente me alcanzarán. Tendré que escapar. Lo mejor la solución es ir a Filistea». Bueno, ¡seguro que Saúl no lo buscaría en el campamento filisteo! El adversario vivía allí. ¡Qué imagen es esta de un cristiano que deliberadamente opta por enfriarse y alejarse de Dios. No oímos hablar mucho del cristiano desobediente, ¿verdad? Escuchamos mucho acerca de la persona perdida que nunca ha conocido a Jesucristo. Escuchamos mucho acerca de la persona salva que camina en victoria. Pero no se habla mucho de el creyente que elige desobedecer a Dios y operar en la carne. David, en este momento de su vida, es una clara ilustración de un hombre que es un creyente en el por dentro, pero por fuera parece un incrédulo debido a la forma en que está viviendo su vida.
Un psicólogo ha dicho: «El hombre es el único animal que corre más rápido cuando se ha extraviado». ¿No es notable cómo cuando perdemos el rumbo, ¿Nos movemos rápidamente en la dirección equivocada y le hacemos el juego al adversario? Eso es exactamente lo que hizo David.
La cuarta cosa que David experimentó fue un agotamiento demasiado intensificado. ¿Qué te parecería si un rey, con todos los recursos de la nación a su disposición, te persiguiera porque ¿Te consideraba una amenaza? Verás, durante unos diez años David había estado huyendo, huyendo para salvar su vida del rey Saúl. Quizás la declaración más vívida sobre la situación se encuentra en (23:14). «Y Saúl lo buscaba todos los días.» Aquí estaba el problema apremiante de David. David pensó que su juicio nunca terminaría y gritó: «¿Hasta cuándo me olvidarás, oh, Señor, para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?» (Salmo 13:1) Como dijo Spurgeon: «Una tribulación perpetua es muy difícil de soportar». Por eso dio paso a ¡desaliento! ¿Es esta la verdadera razón de tu desaliento? ¿Has estado sujeto a las constantes bofetadas del diablo? Porque en tal guerra espiritual no hay tregua. Más bien el diablo tiene una infinita variedad de métodos de ataques y uno de los más exitosos es la depresión.
Llegan momentos de duda en nuestras vidas, a veces nuestra fe parece desvanecerse cuando los problemas nos acechan una y otra vez, cuando vienen persecuciones, cuando vienen más problemas. Y parece que todos los que nos tratamos de acercar a Dios, que tratamos de servir a él, tenemos estos periodos de un bajo nivel de vida espiritual, de un bajo nivel de fe. Nada diferente a tu vida o a la mía.
A veces hemos tenido bajones en nuestra fe. Pero, esta situación sin lugar a duda nos trae el mensaje de que en los problemas que enfrentamos a diario, aunque estemos pasando por el día oscuro, por el momento en que parece que nuestros problemas nos consumen, que no encontramos la luz, una solución, no somos los únicos. Ya muchos han pasado por ese camino de dudar de Dios, porque han tenido miedo de la oscuridad. Hoy David no es la excepción. Tú y yo hemos caminado por este mismo sendero que David está pasando. Esta es una razón para saber que David es un ejemplo para nuestra vida cristiana. Él ha fallado, ha pasado por momentos de huir, de crisis, de fallarle a Dios, y Dios no lo abandona, está siempre con él. Dios trata de animarlo, aunque David está haciendo lo que Dios no le ha pedido, Dios no lo abandona a él. Pidámosle hoy al Señor, que, aunque nos hayamos alejado el camino que nos ha trazado, que, aunque ha llegado tal vez el momento de duda, de desconfianza, que no se aparte de nosotros, que nos guíe, que nos muestre qué es lo correcto, qué es lo que debemos hacer, que, aunque el miedo se haya apoderado de nuestras vidas porque las cosas no se están dando como lo soñamos, como lo pensamos, como creíamos que iba a ser, que nuestra confianza esté puesta en el Señor.
Digámosle al Señor que no se haga nuestra voluntad sino la suya. Jesús también tuvo una noche oscura ¿Cuántas veces tú y yo no hemos querido abandonar ese cáliz de la duda, del sufrimiento, del dolor, de la tristeza? Que tu confianza, que la mía, que la confianza de todos aquellos que están pasando por momentos difíciles, no se separen del Señor
Lo segundo que llevó a David experimenta en su jornada nocturna fue su disyuntiva.
El diablo hará cualquier cosa para hacernos sentir demasiado confiados y no dudará en utilizar la cualquier arma contra nosotros. Sin embargo, lamentablemente, a menudo no somos capaces de ver qué Satanás lo está haciendo y, antes de que nos demos cuenta, como David, comenzamos a reincidir. Permítanme describir las etapas de la disyuntiva de David.
En primer lugar el enemigo te hará retroceder empezando en tu mente. El retroceso comienza cuando le permites que use tu imaginación para controlarte. David pensó: «Uno de estos días seré destruido por la mano de Saúl” (1 Sam. 27:1). Él estaba equivocado. ¿Era este el mismo David que había confrontado Goliat diciendo: «Tú vienes contra mí con espada y lanza». y jabalina, pero yo vengo contra vosotros en el nombre del Señor Todopoderoso” (1 Sam. 17:45)?
¿Puedes recordar un momento en el que tuviste una fe así? Puede Recuerda cuando apenas podías esperar para llegar a la iglesia y ¿Te encantaba orar y leer tu Biblia? Pero entonces, tal vez, permitiste que tu imaginación tomara el control y caíste presa de fantasías y miedos engañosos. El retroceso comienza en la mente.
En segundo lugar el enemigo te hará retroceder usando la boca. Luego expresas tus malos pensamientos y sucumbirás a la tentación. Esto fue lo que hizo David. Mire 1 Samuel 27:5: Entonces David le dijo a Aquis. «Si he hallado gracia ante tus ojos, que me sea asignada un lugar en uno de los pueblos del campo, para que pueda vivir allá. Sin embargo, a menudo puedes resistir la tentación simplemente manteniendo tu boca cerrada. En Mateo 5:27-28 Jesús dijo: Habéis oído que se dijo: «No cometas adulterio». Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer con lujuria ya cometió adulterio con ella en su corazón”. En esa etapa los pensamientos adúlteros están sólo en la mente. ¿Pero sabes lo que sucede a menudo? La persona que tiene estos pensamientos pecaminosos le permite al objeto de su lujuria saber lo que está pensando. Ahora la situación estaría bajo control hasta en el momento en que hablamos. Ahí es cuando realmente entra el diablo. Esto es cierto no sólo en el caso del adulterio sino también en el de otros tipos de pecado: el pecado sexual, la avaricia y los celos, por ejemplo. Santiago advirtió a los cristianos sobre el potencial destructivo de la lengua, diciendo: La lengua es una parte pequeña del cuerpo, pero hace grandes alardes. Consideremos qué gran bosque es incendiado por una pequeña chispa. La lengua es también fuego, un mundo de maldad entre las partes del cuerpo. Él corrompe a toda la persona, prende fuego a todo el curso de su vida, y él mismo es ardido por el infierno” (Santiago 3:5-6). (Paráfrasis). Ahora bien, hasta el momento en que David les dio voz, sus pensamientos estaban bajo control, pero tan pronto como habló, el diablo tomó ventaja de la situación.
En tercer lugar el enemigo te hará retroceder alterando tu corazón. David minimiza el peligro. El razonó de esta manera: ‘Todo lo que quiero hacer es vivir en Gat; entonces Saúl se olvidará sobre mí y estaré a salvo”. En otras palabras, le restó importancia a la dimensión interior de sus valores. Así que ten cuidado de no encontrar tu propia solución a tus dificultades y no consultas a Dios, porque si racionalizas y minimizas el problema, lo lograrás. Por si fuera poco.
En cuarto lugar el enemigo te hará retroceder impulsando tus pies. Esta ya es la etapa del extravío. Mire 1 Sam. 27:6-7: Y aquel día Aquis le dio Siclag, …David habitó en el territorio de los filisteos durante un año y cuatro meses. David estaba ahora en un país extranjero y había hecho lo impensable: se había unido a las fuerzas nada menos que con el rey de Gat. Había una expresión legendaria en Israel: «Cuídate de decir no en Gat”. Permítanme explicarles el significado de esta frase haciendo una pregunta. ¿Hay ciertas personas a las que usted jamás les diría lo que ha hecho? Piensa para usted ¿Espero que esta persona nunca escuche lo que he hecho? Quizás son tus padres, tu mejor amigo, tu cónyuge, tu novia, tu iglesia. Tú dice ¡Nunca se lo digas!’
Bueno, los israelitas sentían lo mismo por Gat; no querían que la gente allí se enterara de nada de las acciones de Israel. Pero ahora realmente tenían algo de qué alardear, porque de hecho, un héroe israelí había unido fuerzas con ellos. Hablando de los espiritualmente infieles, Santiago dijo: ‘Tú gente adúltera, ¿no conocéis esa amistad con el mundo es odio hacia Dios? Cualquiera que elija ser un amigo del mundo se convierte en enemigo de Dios” (Santiago 4:4).
A partir de este momento David comienza a vivir una vida de duplicidad. Como no renovó su fe mediante la oración, David dio paso a la incredulidad. El resultado fue que se convirtió en un hombre de guerra. Nadie dudará de que David fue un genio militar, pero la lucha se convirtió en una forma de vida para él y se enfrentó a los enemigo sin piedad. La Biblia dice: Cada vez que David atacaba una zona, no dejaba ni hombre ni mujer. vivo, pero tomó ovejas y vacas, asnos y camellos, y ropa (1 Sam. 27:9). Muchos creen que la sangre que David derramó aquí fue la razón por la que Dios no le permitió construir templo más tarde, porque en 1 Crónicas 22:7-8 David dijo a Salomón: “Hijo mío, tuve en mi corazón construir una casa para el Nombre del Señor mi Dios. Pero vino a mí esta palabra del Señor: “Has derramado mucha sangre y han peleado muchas guerras. No vas a construir una casa por mi Nombre, porque en mi nombre has derramado mucha sangre sobre la tierra.»‘ Creo que esto es una advertencia para todos nosotros. En Gálatas 6:7 Pablo dijo: “No os dejéis engañar: Dios no puede ser burlado. un hombre cosecha lo que siembra”.
En quinto lugar el enemigo hará retroceder confundiendo tu estabilidad. Las etapas del retroceso pueden parecer insignificantes pero conducen a la miseria. Recuerda en 1 Samuel 27:12 Aquis dijo: “[David] será mi siervo para siempre [cursiva mía]’, y luego le dijo a David: ‘Debes entender que tú y tus hombres me acompañaréis en el ejército… hacerte mi guardaespaldas de por vida [cursiva mía]” (1 Sam. 28:1-2). ¿Sabes qué significa esto? Una vez que el pecado se apodere de ti, ya no podrás ser libre y no te dejará zafarte fácilmente.
Sin embargo, tenemos un Dios misericordioso, y el suyo es un amor que no nos deja ir. De hecho, Jeremías dijo que Dios está casado con el reincidente (Jeremías 3:14). David estaba dispuesto a comprometerse traición abierta contra Israel, pero, a pesar de la infidelidad, Dios se lo impidió. Quizás pienses que ahora estás en un gran problema, pero Dios te ha salvado de peligros peores; te ha alcanzado justo en tiempo. Tal vez sientas que el pecado no te dejará ir, pero tampoco Dios te dejó ir. Si eres un descarriado y sabes que Dios te ha estado tratando contigo, puedes tener una verdadera victoria. Hacer una espacio en blanco. Sal de tu escondite y muéstrale al mundo que estás dando la espalda a tu forma de vida pecaminosa. Dios acepta al reincidente que regresa a él en verdadero arrepentimiento.
La tercera cosa que David experimentó en su jornada nocturna fue correctiva.
Ahora bien, se podría pensar que este tipo de decisión no afecta a nadie sino a ti mismo. Incluso he escuchado a cristianos decir: «Tomaré mis bultos. Elegiré esta ruta y viviré con las consecuencias». Espera un momento. Nadie toma solo sus bultos. Siempre arrastras a otros contigo. Si es verdad que ningún hombre vive para sí y ningún hombre muere a sí mismo. . . entonces podemos estar seguros de que ningún hombre peca a solas el mismo tampoco.
¿Qué tan extensas fueron la consecuencias? Basta con ver lo que sucedió después de la decisión de David. David se levantó y cruzó, él y los seiscientos hombres que estaban con él, a Aquis hijo de Maoch, rey de Gat. David habitó con Aquis en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia, David con sus dos esposas, Ahinoam . . . y Abigail. . . . 1 Samuel 27:2–3
Cuando David dejó su hogar en el desierto en Israel y se retiró a país filisteo, no fue solo. Es el comandante en jefe de la Tropas guerrilleras, recuerden. Los hombres que ha entrenado en la cueva de Adulam son unidos a él. Han vivido juntos y han luchado juntos en el desierto, así como entre las tribus fronterizas. David seguramente sabía que ellos lo seguirían. Pero no son sólo sus combatientes los que van con ellos. También traen sus hogares . . . y las dos esposas de David, Ahinoam y Abigail, a lo largo también. Así que ahora tenemos a David y su familia más seiscientos más hogares.
¿Crees que puedes llegar a un acuerdo y que no afectará a tu familia? ¿Lo que haces te hace pensar que puedes vivir independientemente de los demás? Cuando tomas una decisión y eliges un curso que no es el plan de Dios, afecta a aquellos que no son el plan de Dios que confían en ti y dependen de ti, los que te admiran y creen en ti. Aunque inocentes, se contaminan con tus decisiones pecaminosas.
¿Y a dónde fue David? Huyó a Gat. ¿Recuerdas a Gat? Hemos estado allí antes con David. ¿Recuerdas al gigante? ¿Recuerdas su ciudad natal? Se le conocía como Goliat de Gat. Extrañamente, ahí es donde se dirige David. ¿Puedes creerlo? Solo unos años antes había matado a Goliat en el Valle de Elah. Ahora corre a Gat, el mismísimo hogar de ese gigante, y decide que lo que hará es vivir allí con el rey Aquis, el archienemigo de los israelitas. Pero luego el texto dice: Y se le dijo a Saúl que David había huido a Gat, por lo que ya no lo buscó. 1 Samuel 27:4
La primera corrección de la mala decisión de David, entonces, fue que creó una falsa sensación de seguridad porque Saúl había dejado de seguirlo. «Oye, estoy seguro aquí. Saúl ha dejado de perseguir cada uno de mis movimientos, de cazarme y perseguirme. ¡La presión se ha ido! ¡Qué alivio!». Y es que el pecado tiene sus placeres temporales. La desobediencia tiene sus momentos de regocijo. Somos tontos por negarlo. Hay momentos en los que nos relajamos y disfrutamos desobediencia a causa de esos placeres . . . pero van a pasar, son efímeros… nunca traen la máxima satisfacción. Nunca. ¡Nunca! He aquí un ejemplo de ello. A menudo pensamos que los placeres del pecado son obvios, placeres manifiestos. Pero a veces es solo una liberación de presión. Cuando estamos sintiendo la intensidad de la responsabilidad, caminando con Dios, y optamos por la destino equivocado, de repente hay una liberación de presión. Pensamos: Esto es ¡Bien! Vale la pena. Cuando eso suceda, ten cuidado. La destrucción está cerca.
La segunda consecuencia de la decisión de David se encuentra en el versículo 5. Si usted puedo creerlo, aquí está el asesino de gigantes hablando con el rey de Gat. Escuchar Sus palabras: Entonces David dijo a Aquis: «Si ahora he hallado gracia ante tus ojos, que ellos [los ciudadanos de Gat] dame un lugar en una de las ciudades del campo, para que pueda vivir allí; Porque, ¿por qué debería ¿Tu siervo vive contigo en la ciudad real?» 1 Samuel 27:5 La segunda consecuencia es un deterioro de su identidad. Hay una sumisión a la causa del adversario. Cuando elegimos un estilo de vida desobediente, cuando nos entregamos a la carnalidad en lugar de la espiritualidad, comenzamos a servir a la causa del adversario. De hecho, nos sometemos al enemigo y servimos voluntariamente a su malvada causa. ¡Hombre! No puedo creer que David se llama a sí mismo el «siervo» de Aquis. Pero eso es exactamente lo que es. Y Aquis le dio Siclag aquel día; por lo tanto, Siclag ha pertenecido a los reyes de Judá, este día. Y el número de días que David habitó en la tierra de los filisteos fue de un año, y cuatro meses. 1 Samuel 27:6–7
Por lo tanto, la tercera consecuencia es un largo período de insensibilidad. Dices, «Oh, no dolerá. Un día o dos aquí, y puedo volver al ritmo de cosas. ¿Qué es un par de meses de carnalidad comparados con toda una vida de obediencia?» No funciona así. Hay algo magnético en ello cuando caemos en el desaliento y comenzamos un estilo de vida de perdición mundana. El tirón es mortal. Las cicatrices se forman en nuestra memoria (y en la de los demás). Cuando Abraham bajó a Egipto, se quedó por un buen tiempo. Cuando su sobrino, Lot, fue a Sodoma, plantó su tienda cerca, pero al poco tiempo, vivía en la ciudad misma. La erosión se instaló. Con el tiempo, Lot se convirtió en uno de los ancianos que estaban sentados a la puerta de la ciudad. Al final, se identificó con Sodoma, embriagada por su estilo de vida desvergonzado. Ahora David, cuando va a Gat, termina quedándose durante dieciséis meses. Este es el hombre conocido como «el dulce salmista de Israel» (2 Sam. 23:1).Y si usted es observador todavía no hay un solo salmo atribuido a aquellos días en que él estaba con Aquis en Gat y Siclag. ¡Claro que no! El dulce cantor de Israel se quedó mudo. Él No escribió ninguna canción cuando estaba en esta depresión. No podía cantar la canción del Señor en una tierra extranjera gobernada por la influencia del enemigo! Como los cautivos judíos en Babilonia preguntaría más tarde: «¿Cómo podemos cantar el cántico del Señor en un tierra extraña?» (Salmo 137:4).
No hay mucho gozo que fluya de la vida de David durante la vida en Filistea. Este interludio carnal en Gat es estéril. Incluso Aquis vio la decisión de David como lo que era: una deserción; un defección. David, que ha caminado con Dios, ahora se aleja de Él. ¡Qué trágico! Algún tiempo después, Achish lo señala así: Entonces los jefes de los filisteos dijeron: «¿Qué hacen aquí estos hebreos?» Aquis dijo a los jefes de los filisteos: «¿No es éste David, siervo de Saúl, rey de Saúl? Israel, que ha estado conmigo estos días, o mejor dicho, estos años, y no he encontrado ningún defecto en él desde el día en que abandonó a Saúl hasta el día de hoy?» 1 Samuel 29:3
A medida que David opta por este estilo de vida, los vientos y las tormentas comienzan a aumentar en un movimiento bastante rápido de los acontecimientos. Su insensibilidad comienza a verse en su ambigüedad. Esa duplicidad comienza a marcar los pasos de David. Webster dice que La duplicidad es «engaño fingiendo». Pretendes entretener con un conjunto de sentimientos, pero en realidad estás operando desde otro completamente diferente. En el fondo, David es un israelita. Siempre será un israelita. Pero él está tratando de hacer creer a los filisteos que él está de su lado. Eso es lo que sucede cuando pasas tu tiempo en lo que un pastor amigo mío llama el «Corredor de lo carnal». Por dentro, eres un creyente, pero por fuera quieres se parecen al resto del mundo. Hay una falta de lealtad absoluta. Éste dilema miserable se maneja con acuerdos y concesiones con el enemigo. Y eso es precisamente como David comienza a actuar. David y sus hombres subieron y atacaron a los guesuritas, a los guisitas y a los amalecitas; porque eran los habitantes de la tierra desde la antigüedad. . . . Y David atacó la tierra y no dejó vivo a hombre ni mujer. . . . 1 Samuel 27:8–9
Los guesuritas, los girzitas y los amalecitas eran enemigos de Israel pero no eran enemigos de los filisteos. Aun así, no eran sus aliados cualquiera de los dos. Algo así como el dilema guerrila-ejèrcito en la guerra de El Salvador. Así que cuando David mata a estos gesuritas y girzitas y amalecitas, mata a personas que no son ni enemigos ni aliados de Filistea. Aparentemente, David era responsable ante Aquis por sus acciones, y cuando regresa a la ciudad, el rey le pide un informe. «¿Dónde has estado? ¿Dónde has hecho una incursión hoy?» Ahora su insensibilidad lo conduce a la vaguedad. David responde: «Contra el Néguev de Judá» (27:10). Néguev es una palabra hebrea amplia que significa «sur», por lo que David estaba diciendo: «Oh, yo estaba peleando en la parte sur de Judá», dando a entender que estaba matando al pueblo de Judá, que eran israelitas. Pero no fue así matando a los israelitas. Mataba amalecitas, gesuritas y gerzitas. Sin embargo, David es más que vago. Dice que ha estado luchando contra el Néguev de Judá «y contra los jerameelitas y los quenitas». Es decir una mentira. Él no luchó contra esa gente. Es por eso por lo que aniquiló con los que peleò, para que no se corriera la voz de lo que realmente había hecho. Él estaba cubriendo sus huellas, para que nadie supiera realmente dónde estaba o exactamente lo que había hecho. Y David no dejó vivo a un hombre ni a una mujer para que llevaran la noticia a Gat, y le dijeran lo que había hecho David. 1 Samuel 27:11 Una palabra preocupante en este versículo es la expresión “esto fue su costumbre”. ¿Costumbre de qué? De fingir y ser mentiroso.
Y es que cuando operas en el «corredor de la carnalidad», también operas bajo un manto del secreto. No quieres rendir cuentas. No quieres a nadie preguntando. Así que te cubres. Debió de hacer un buen trabajo, porque Aquis le creyó. Entonces Aquis creyó a David, diciendo: «Ciertamente se ha hecho odioso entre su pueblo Israel; por tanto, será mi siervo para siempre». 1 Samuel 27:12
Debido a que David optó anteriormente por la bifurcación equivocada en el camino, comenzó a vivir un estilo de vida que resultó en una increíble confusión interior. Quiero que veas la herida y la devastación que ocurrieron dentro de David como resultado de su alejamiento de Dios. Al final, llegó a un punto de desesperación total. Como vimos David ya ha perdido su identidad. Aquis comienza a recibir críticas de la gente de Filistea. Quieren saber por qué David y sus hombres y todas sus casas están en medio de ellos. «¿Por qué demonios viven todos esos israelitas en Siclag?» Estos son el pueblo que era su enemigo jurado. David era, de hecho, el hombre que había matado a su poderoso campeón, Goliat. Aquis defiende a David. «Oye, todo está bien. David es nuestro chico ahora». Pero la gente dijo: «No, no lo queremos allí. No confiamos él». Y entonces Aquis tiene que confrontar a David con el hecho de que no pueden tolerar más tenerlo cerca. Entonces Aquis llamó a David y le dijo: «Vive el Señor, que has sido recto, y Tu salida y tu entrada conmigo en el ejército son agradables a mis ojos porque no he hallado el mal en ti desde el día de tu venida a mí hasta el día de hoy. Sin embargo, no lo eres agradable a los ojos de los señores. «Ahora, pues, volved y veos en paz, para que no desagradas a los señores de la filisteos».
Ahora su insensibilidad le hace perder su dignidad. Y David dijo a Aquis: ¿Y qué he hecho? . . .” 1 Samuel 29:6–8 David se convierte en un hombre sin patria. Se convierte en una persona desplazada. La pérdida de identidad es el primer giro en la espiral descendente de la carnalidad ¿Quién soy? ¿Cuál es mi misión? ¿A dónde voy? ¿De qué se trata todo esto, que pasó con las cosas que creí toda mi vida? ¿Quién tiene mi verdadera lealtad? Difícil Preguntas… No hay respuestas. David se enfrenta a una verdadera crisis de identidad. Es una persona desplazada. Él no es ni filisteos ni israelitas. David pierde su satisfacción. Y David dijo a Aquis: ¿Y qué he hecho? ¿Y qué has encontrado en tu siervo? desde el día en que vine delante de vosotros hasta el día de hoy, para que no vaya a pelear contra los ¿Enemigos de mi señor el rey? 1 Samuel 29:8 David ahora tiene que luchar con la desilusión. Los pocos beneficios de La carnalidad están siendo eclipsada por los muchos pasivos. Cuando uno camina por primera vez lejos de Dios, se siente placentero y liberador, tal vez incluso encantador. Pero Después de un tiempo, las facturas vencen y tienes que pagar al colector de la factura. Es cuando empieza a pagar el precio de la desilusión. Después del desplazamiento y la desilusión, David cae en la depresión. Y aconteció que cuando David y sus hombres llegaron a Siclag al tercer día, los amalecitas habían hecho una incursión en el Néguev y en Siclag, y habían derrocado a Siclag y la quemaron con fuego. . . . Cuando David y sus hombres llegaron a la ciudad, he aquí que estaba quemada en el fuego, y sus esposas, sus hijos y sus hijas habían sido hechos prisioneros.
Rechazados por los filisteos, saqueados por los amalecitas, sin tierras por las que pelear, sin familia a la que retornar… ¿Pueden las cosas ir peor? Pueden. El veneno destella de los ojos de los soldados. Los hombres de David comienzan a buscar rocas. «David se alarmó, pues la tropa hablaba de apedrearlo» (v. 6). Debemos preguntarnos, ¿está David arrepintiéndose de su decisión? ¿Añorando los días en el desierto? ¿Los buenos días en la cueva? Allí, sin filisteos que los rechacen ni amalecitas que los ataquen, sus hombres lo apreciaban y sus esposas estaban con él. Como manejamos nuestros momentos difíciles permanece con nosotros durante un largo período. Ahora, en las ruinas de Siclag, con las piedras seleccionadas por sus hombres listas para arrojárselas, ¿se arrepiente de su elección de no orar, de escapar y venderse? Depresiones: la placa de Petri por malas decisiones, el incubador por los giros incorrectos, la cadena de montaje de los arrepentidos movimientos. Como manejamos nuestros momentos difíciles permanece con nosotros durante un largo período. Y usted, ¿cómo se encarga de los suyos? Cuando la esperanza toma el último tren y la alegría es nada más que el nombre de una chica en la calle… Cuando está cansado de tratar, cansado de perdonar, cansado de las semanas difíciles o de la gente cabeza dura, ¿cómo maneja sus días oscuros? ¿Con un frasco de píldoras o una botella de whisky? ¿Con una hora en el bar, un día en el salón de belleza o una semana en la costa? Muchas opciones para este tipo de cura. Adoptamos demasiadas, de hecho, para ponerle energía a la vida triste. Pero ¿lo consigue? Nadie niega que sea una ayuda por un tiempo, pero, ¿a largo plazo? Insensibiliza el dolor, pero ¿lo quita? Nosotros, como ovejas, seguimos a los otros por sobre el borde, cayendo precipitadamente en bares, borracheras y camas. Como David, chocamos con Gat, sólo para encontrar que Gat no tiene solución. ¿Hay una solución? Sí. Efectivamente la hay. Haciendo de modo correcto lo que David hizo incorrecto. Él se equivocó respecto de la oración. Usted haga lo opuesto: esté listo para orar. Pare de hablarse. Háblele a Cristo, que lo invita. «Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso» (Mateo 11.28). Dios nunca está abatido, nunca se aburre de sus malos días. David abandona los buenos consejos. Aprende de sus errores. La próxima vez que carezca de voluntad para continuar, busque consejos saludables. Usted no va a querer hacerlo. La gente deprimida ama a gente deprimida. La gente dolorida pasa tiempo con gente dolorida. Amamos a aquellos que nos compadecen y evitamos a quienes nos corrigen. Ambas cosas, corrección y dirección, son lo que necesitamos.
En las temporadas nocturnas, usted necesita pasar las pruebas, cambiar donde necesita cambiar y tratar con las áreas que Dios está trayendo a la luz. Usted necesita probarle que usted va a hacer lo correcto cuando sea duro, y que perdonará a los demás incluso cuando lo hieran. Entonces, así como lo hizo con David, como su carácter ha sido desarrollado, Dios lo sacará de esa temporada nocturna y lo llevará a donde debe estar. Pero hay algunas cosas que solamente podemos desarrollar en la oscuridad. Sin las temporadas nocturnas, no llegaríamos a ser todo lo que Dios diseñó que fuéramos. He pensado que una oruga podría estar pasándosela bien. Todo es excelente, pero en lo profundo algo le dice: «Tú no tienes por qué estar arrastrándote toda la vida. Hay algo más en ti». Se emociona, pensando: ¡Sí, así es! Entonces se ve al espejo y dice: «¿Qué estaba yo pensando? Nunca voy a volar. Solo soy un gusano glorificado. Eso es imposible». Pero un día la oruga teje un capullo a su alrededor y se cuelga de cabeza de una rama. Es oscuro. No se puede mover o comer. Si usted fuera a hablar con él mientras estuviera en el capullo, le diría: «Déjenme regresar a donde estaba. Déjenme regresar a ser una oruga. No me gusta donde estoy. Estoy incómodo. Es oscuro. Es solitario». Lo que no entiende es que en la oscuridad está sucediendo una transformación. En poco tiempo comienza a sentir unas alas, y luego obtiene la fuerza para salir del capullo. Ahora, en lugar de arrastrarse por el suelo, es una hermosa mariposa que flota por el aire. Al igual que a la oruga, a nadie nos gustan las temporadas nocturnas. No nos gusta estar incómodos. No vemos que nada esté sucediendo. Pero hay momentos cuando Dios nos incuba. No nos hace atravesar los lugares tenebrosos para hacernos miserables, sino que en la oscuridad está sucediendo una transformación. Usted está creciendo, está siendo afinado. Probablemente no le guste, pero tiene que mantenerse recordando que sus alas se están desarrollando. Usted está a punto de subir a un nuevo nivel. No seguirá arrastrándose, viviendo en la mediocridad. Usted fue hecho para cosas más altas. Usted probablemente esté en una temporada nocturna y puedo ver su capullo comenzando a abrirse. Veo un ala que está saliendo. No hay tiempo de estar desanimado; usted está en el umbral de despegar en vuelo. Usted está a punto de convertirse en una hermosa mariposa. Está a punto de ir a lugares que nunca imaginó. Ahora bien, no se queje del capullo: «Está oscuro. Es incómodo. Estoy solitario». Mantenga una buena actitud; todo es parte del proceso. Dios lo está cambiando de gloria en gloria. En el siguiente estudio veremos como salió David delante de su temporada nocturna.
Entonces David y el pueblo que estaba con él alzaron la voz y lloraron hasta allí no había fuerzas en ellos para llorar. 1 Samuel 30:1–4 Ponte en los estribos de David. Sube a caballo por la colina, y allí, a lo lejos, está la ciudad donde él y sus hombres han vivió durante el último año y medio . . . y todo el lugar se quema hasta el final tierra. Peor que la destrucción física, sin embargo, fue el costo personal. Todas sus esposas e hijos habían sido llevados cautivos por el enemigo: los amalecitas, el mismo pueblo que David había atacado antes. David y sus hombres lloraron hasta que no tuvieron más lágrimas. Si has llorado eso A lo largo de la historia, entonces se conoce la profundidad de tal depresión. Ahora mira lo que pasó. David estaba muy afligido porque la gente hablaba de apedrearlo, porque todo el pueblo estaba amargado, cada uno por sus hijos e hijas. 1 Samuel 30:6 El cuarto escalón fue la desconfianza. Las mismas personas que habían mirado a David, como guía, amigo y líder, ahora se alejó, amargado por los resultados. Los muchachos que había entrenado en la cueva, sus tropas de crack de la desierto de Parán, estos tipos ahora se quejan: «No confiamos en David más». El motín abordó ahora el autobús de la carnalidad. David había llegado al punto en la vida en el que algunas personas piensan en tomar sus propias vidas. Estaba tan abajo en la escalera de la desesperación que había alcanzado el peldaño inferior. La última parada. El lugar en el que saltas olvido o clamas a Dios por Su perdón. Para el rescate. El Lo maravilloso es que tenemos esa opción, porque Dios nunca se da por vencido en Sus hijos. David tomó la decisión correcta. David estaba muy angustiado. . . . Pero David se fortaleció en el Señor su Dios. 1 Samuel 30:6 Ahora estás hablando, David. Esa es la manera de manejar el Slough de Abatimiento. Los pozos pueden parecer sin fondo, pero hay esperanza arriba. ¡Estira la mano! La ayuda está ahí. Por primera vez en dieciséis meses, David levanta la vista y dice: «¡Oh, Dios, ayúdame». Y lo hace. Siempre lo hará. Es «una ayuda muy presente» cuando sea necesario. Los días oscuros exigen un pensamiento correcto y un enfoque vertical. Eso es lo que David aprende en este momento de su vida. Descubre que el Pantano del Desaliento no es diseñado para arrojarlo de espaldas y succionarlo debajo . . . Está diseñado para Llévalo de rodillas para que mire hacia arriba. Tal vez hayas conocido las alegrías y los éxtasis de caminar con Cristo, Pero en un momento de desaliento has optado por la bifurcación equivocada en el camino y ahora estás en el campo de la carnalidad. . . estás viviendo en el «Corral carnal». En las palabras del profeta, ustedes han sido como aquellos que «Siembra el viento, y . . . segada el torbellino» (Oseas 8:7). Pero, al igual que David, te has cansado de sentirte desplazado. La desilusión ha engendrado desconfianza . . . Y la depresión te está matando. Estira la mano. Vuelve a casa. El Padre está esperando en la puerta, listo para perdonar y dispuesto a restaurar. Es hora de volver… para fortalecerte a ti mismo, pero otra vez, en el Señor tu Dios.