El mas grande recurso para la victoria

2 Samuel 10:9-14 9Viendo, pues, Joab que se le presentaba la batalla de frente y a la retaguardia, entresacó de todos los escogidos de Israel, y se puso en orden de batalla contra los sirios. 10Entregó luego el resto del ejército en mano de Abisaí su hermano, y lo alineó para encontrar a los amonitas. 11Y dijo: Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda. 12Esfuérzate, y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios; y haga Jehová lo que bien le pareciere. 13Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él. 14Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisaí, y se refugiaron en la ciudad. Se volvió, pues, Joab de luchar contra los hijos de Amón, y vino a Jerusalén.

Los libros del AT incluyen muchas historias donde se relata las dificultades a las que se vio expuesta la nación israelita. Para sobrevivir, en incontables ocasiones la nación estuvo en peligro, a causa de la envidia y odiosidad de las naciones extranjeras. Pero en medio de circunstancias apremiantes surgen ejemplos de valor y unidad que nos enseñan cómo se deben enfrentar los desafíos cuando estos afectan a todo un pueblo. Israel fue el pueblo que Dios quiso escoger para glorificarse y manifestar cuán grande es su justicia y cuán grande es su amor, no porque fueran grandes por sí mismo o mejores que otros, sino porque Dios quiso manifestar su fidelidad. No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de todos los pueblos Deuteronomio 7:7 La iglesia es un cuerpo, un grupo de personas convocadas por Dios a salir del mundo, a hacer morir la carne y a resistir al diablo con el fin de vivir para su gloria y para ser el medio de Dios para dar a conocer su gloria. La iglesia es la nación que Dios ha escogido para glorificarse a través de ella.  En medio de las guerras en medio de las condiciones adversas Dios quiere que aprendamos algo. La Guerra contra Amón, se origino en las falsas sospechas del nuevo rey ante la delegación que David envió para acompañarle después de la muerte de su padre. El rey Hanún, fue mal aconsejado y fue influenciado a creer que los embajadores de David  eran espías, y ante lo cual reaccionó neciamente, ofendiendo de una manera terrible a los nobles de David. Rapándoles la mitad de la barba y cortando sus vestidos hasta las nalgas avergonzándolos y exponiéndolos vilmente. Al saber que con esto se habían hecho odiosos a David, decidieron contratar a los sirios (33000 hombres) para organizar una guerra contra Israel. La reacción del rey de Israel, no se hizo esperar, por lo que envió a sus generales Joab y Abisaí, con todo su ejército de valientes contra los amonitas y fueron a Amón y se pusieron frente a las puertas de la ciudad. Creo que muchas veces los hijos de Dios y el mismo pueblo de Dios se ven expuestos a duros desafíos, a veces agravados por circunstancias que en medio de la opresión  se manifiestan. Generalmente decimos que los problemas nunca llegan solos.  Y es cierto. Pero la acción de los hijos de Dios debe ser la misma de los israelitas, no esperar amedrentados el ataque sino salir al campo a buscar la pelea, ir a las puertas del enemigo. Pues Cristo es la roca que sostiene a la iglesia. Ahora la escena de este pasaje se manifiesta así: Por el frente los amonitas por atrás los Sirios, al medio Joab, Abisaí y su ejército de valiente, una batalla desigual pero una estrategia sencilla y osada, que nos invita como iglesia a considerar como enfrentar juntos los desafíos. Pues la victoria del pueblo de Dios se basó en principios que nosotros debemos aplicar para también alcanzar la victoria que necesitamos.

 

Primero el recurso más útil es el que tienes a la par. Es decir debes confiar en tu hermano porque él es de los escogidos.  Joab entresaco lo mejor de los valientes del ejército y los alineo frente a los sirios en el campo abierto y el otro grupo bajo el mando de Abisaí frente a los ejércitos amonitas que estaban delante de la ciudad, La estrategia de Joab era simple confiar en su hermano, creer que su hermano era capaz. Esto es un ejemplo de unidad y confianza, que demuestra que ambos eran de los escogidos de Israel.
Cuando a veces miramos a nuestro hermanos, ¿que vemos en él?, ¿vemos aun escogido? La iglesia es un pueblo de escogidos, de hombres y mujeres que Dios entresaco del mundo, que llamo, comisionó, y santificó para su gloria. El entender esto es necesario para vencer ante los desafíos del enemigo. Nuestro Señor, el dueño de la iglesia lo sabe por eso declaro que toda victoria en la oración es que otro ore por mi y que yo ore por otro, ¿Por qué? Porque en la manifestación de amor y de la unidad Él se manifiesta.

 

Segundo el recurso más útil que tiene tu hermano eres tú. Es decir tú eres el socorro de tu hermano. No había estrategia a la cual recurrir en la batalla que se avecinaba, el enemigo era numéricamente superior y la probabilidad de verse sobrepasado en la batalla era cierta, ante lo cual hubo un pacto entre los dos hermanos. Si los sirios pudieren más que yo, tú me ayudarás; y si los hijos de Amón pudieren más que tú, yo te daré ayuda. Que admirable actitud de este guerrero. En primer lugar sus palabras reflejaban humildad, sabía que era vulnerable, reflejaba que sin unidad y sin la compañía de su hermano no podría resistir el embate enemigo. El tu me ayudas yo te ayudo es una actitud propia del hombre de Dios. Es la reacción que Dios espera ver en su iglesia. En el ejército de Cristo debe existir esa disposición, de fortalecer las manos de su hermano en medio de la lucha.
Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos Lucas 22:32 Fue el consejo del Señor a Pedro justamente en medio de un contexto de lucha espiritual, una vez que vuelto, quiere decir que obtendría victoria pero que esa victoria le otorgaba también un deber “ confirma a tus hermanos” fue el mandato de Jesús, literalmente fijar firmemente, sostener a alguien sujetándolo para que no caiga, Si has vencido en algo, si ha conseguido algo gloria a Dios por ello, pero ten en cuenta que cada victoria alcanzada en tu vida, te llena de obligaciones para con tus hermanos que todavía están peleando.

Tercero el recurso superior que tienen los dos es la Gloria de Dios. Es decir haz lo que un hombre de Dios hace en una batalla. La batalla no era por la paga que se recibiría por la victoria, la vida no era arriesgada por un celo por el honor, Joab cree que es algo más sublime. Es porque él es un hombre de Dios y un hombre de Dios es un hombre esforzado, valiente, “ y esforcémonos por nuestro pueblo, y por las ciudades de nuestro Dios”. Esta actitud, debes ser la actitud de la iglesia de hoy. El mundo no va a ser impresionado por una iglesia cómoda, autocomplaciente egoísta que vive tranquilamente, el mundo busca algo que sea diferente a ellos, El mundo está cómodo, el mundo está prospero, el mundo está tranquilo. Pero la iglesia debe estar en acción, esforzándose continuamente.  El esfuerzo habla necesariamente de riesgo, de sacrificio, de entrega más allá de lo que tus fuerzas entregan, ¿Por qué? Simple porque ese es el sello de los hombres de Dios.  La iglesia debe saber que todos sus esfuerzos tiene un objetivo, mayor que el propio renombre, pelea por un pueblo, o sea por otro, este cuerpo se mueve obligado por el fin supremo de la unidad que costó la sangre de Cristo. La batalla es por el pueblo que es nuestro, y por las ciudades de nuestro Dios. ¿Por qué debo exponer mi vida por otros?, ¿por qué?, porque soy un hombre de Dios  La consumación de todo es a causa de la soberanía de Dios, “haga Dios lo que bien le parezca” es decir si vivo bien, si muero bien, es Dios y su soberanía lo que decidirá el final de este día, pero yo estaré donde el deber me manda a estar, ¿por qué? Porque soy un hombre de Dios, acepto la voluntad de Dios. Donde están los Joab hoy, donde están esos valientes que están dispuestos a pelear. La iglesia necesita vivir en esta actitud, ante los desafíos que vienen, debemos enfrentarlos juntos como un cuerpo. Hermano, peleemos, luchemos por la honra de Dios, vamos al campo de batalla, yo  te admiro pues eres de los escogidos de Dios de aquello entresacado de entre los valientes, valiente de valientes. Los desafíos son grandes pero donde Dios demanda a estar estaremos y al final de la batalla “haga Dios lo que bien le parezca”. Dios dará victoria y pondrá en huida a los enemigos.

Lo grato de lo ingrato II parte

II.                    Dios nos empuja a los lugares altos por medio de LA DECEPCIÓN

David y sus hombres fueron entregados por los habitantes de Keila, note lo que dice el texto: Y los hombres de Keila no protegieron a su libertador, ¡sino que trataron de entregarlo a Saúl! ¡Cuán perverso es el corazón humano que la gracia de Dios no ha tocado!
No hay experiencia más dolorosa que ser decepcionado, que nuestros seres queridos están siendo limitante en nuestro crecimiento. ¿Qué de bueno se puede sacar de la decepción? Que no debemos confiar en los hombres, que no debemos entregar nuestro corazón ni fundar nuestra vida en una relación con los hombres.  Es Dios quien escoge y con quien debiéramos tener nuestra más importante relación.  Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová Jeremías 17:7 El hombre siempre estará en riesgo si confía en los hombres, nuestra confianza es Dios el único fiel e inmutable.

· Habitando en lugares altos. Dios le dijo vienen tus enemigos, serás entregado por tus amigos, pero hubo algo que se guardo, para manifestarlo en el momento oportuno. David recorrió errante el desierto hasta que Dios le indico donde debían ir, fue empujado por difíciles situaciones, pero aun allí Dios mostro cual era su perfecta voluntad, no era voluntad de Dios evitar que Saúl le persiguiera, de hecho Dios puso a David en medio de este conflicto. Dios permitió que David fuera traicionado, porque quería manifestarse a El. Hermano te has propuesto servir a Dios con todo tu corazón, si es así serás perseguido, si es asís serás decepcionado, si es así, veras también la mano de Dios, por medio de una palabra de Dios. El enjugara toda lagrima el dará provisión para el día de angustia Dios es fuerte y poderoso. Jehová en las alturas es más poderoso, Que el estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del mar. Salmo 93:4

Que glorioso es esto, Dios no impidió la persecución ni las obras de enemigo pero si guardo a David todo el tiempo. El estuvo en lugares desérticos en altas laderas, y habito en un monte, o sea siempre fue llevado a lugares altos. Cuando somos perseguidos lo normal es que el miedo y el dolor nos deje sordos alejados de Dios y de su servicio pero un hombre de Dios se mantiene firme en el monte de Dios, en el lugar de su presencia inquiriendo mas de El, el hombre experimenta una nueva relación con Dios, le ha conocido mas, Cuantos hoy están luchando contra circunstancias apremiantes, si eres fiel y vives así, gózate, Dios te está empujando a los lugares altos, te está forzando a fortalecer tu vida.

 

III. Dios nos empuja a los lugares altos por medio de LA TRAICIÓN

Confiar en la naturaleza humana nos puede deparar sorpresas, y algunas de ellas lamentables. Tenga cuidado con lo que espera de los demás, podría llevar alguna que otra sorpresa. La ciudad estaba siendo atacada, y en ese ataque estaba perdiendo. Hasta que David con sus hombres la defienden y la libran de aquél ejército invasor. Cualquiera diría que la gratitud sería la respuesta lógica pero no, aquellos le iban a pagar con la traición.  Aun estando en la voluntad de Dios uno  no encuentra siempre la gratitud.  David estaba haciendo algo muy bueno por aquella ciudad, además David estaba haciendo lo que Dios le había revelado, pero aún así la ingratitud fue la respuesta. No se sorprenda por esto, tampoco deje de hacer, simplemente ponga su expectativa en Dios.

Claro que es gratificante el ser reconocido, pero a la luz del mundo en el que vivimos le aconsejo no estar atado en dependencia a ese tipo de gratificación ¿Por qué? Porque aunque la merezca, habrá oportunidades en que no se la den. ¿Y qué va a hacer usted frente a ello? ¿Dejar de hacer? No! Ese es el camino que muchos han transitado y ahí están, apagados, masticando el remordimiento por el reconocimiento que no se les dio. La gente va a pagarle su bien, a veces, con mal. Lo que usted debería hacer es seguir respondiendo a ese «mal» con el hacer el bien. Romanos 12:17-21 TLA Si alguien los trata mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a todos…. (21) No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien. Sin embargo a pesar de esas tres cosas que vivió David, vemos más adelante dos grandes bendiciones que recibió. Primero llegó  a un lugar fuerte o alto donde dice que “Dios no lo entregó en sus manos”. O sea que Dios siempre lo protegió. Pero luego en los versículos 16-18, encontramos que Dios envió un ministro que lo alentara y además usó a Jonatán  para volver a confirmar el llamado de David. El pueblo que David había intentado ayudar lo había traicionado. Cuando nos ha traicionado  varias veces, corremos el riesgo  de volvernos paranoicos y cínicos; podemos llegar a convencernos  de que no se puede confiar en nadie. Dios estaba recordando a David que no debía volver  su espalda a la confianza. En efecto, Dios le estaba diciendo: “Puedes confiar en que yo cumpliré lo que te he prometido y en que Jonatán no te volverá la espalda. Así que en este lugar alto David encuentra tres cosas. Primero la protección de Dios fue garantizada. Segundo  la presencia de gente de que todavía le amaba es reafirmada, es decir, Jonatán y Abiatar  estaban apoyando a David. Y tercero y la promesa de que siempre sería el rey era confirmada. Dios había dicho que David  sería Rey y se le recuerda nuevamente. Con esas tres cosas podía mantenerse firme y seguro ante la persecución, decepción y la traición. Es más estas cosas lo llevaron al lugar alto donde la protección de Dios era real, la presencia de los que le amaban era leal, y la promesa de su reinado sería su final.

Lo grato de lo ingrato

Mas entendiendo David que Saúl ideaba el mal contra él, dijo a Abiatar sacerdote: Trae el efod. 10Y dijo David: Jehová Dios de Israel, tu siervo tiene entendido que Saúl trata de venir contra Keila, a destruir la ciudad por causa mía. 11¿Me entregarán los vecinos de Keila en sus manos? ¿Descenderá Saúl, como ha oído tu siervo? Jehová Dios de Israel, te ruego que lo declares a tu siervo. Y Jehová dijo: Sí, descenderá.12Dijo luego David: ¿Me entregarán los vecinos de Keila a mí y a mis hombres en manos de Saúl? Y Jehová respondió: Os entregarán. 13David entonces se levantó con sus hombres, que eran como seiscientos, y salieron de Keila, y anduvieron de un lugar a otro. Y vino a Saúl la nueva de que David se había escapado de Keila, y desistió de salir. 14Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos1 Samuel 23: 9-14

 

Parece un juego de palabras solamente. Pero es una realidad, cuando el hombre es ingrato con uno aparece lo grato que es Dios con uno. Siempre he pensado que misteriosos caminos nos toca enfrentar en el servicio al Señor, a veces estamos en medio de una batalla entre el poder de los hombres y la voluntad de Dios. ¿Cómo debemos enfrentar la voluntad de Dios? ¿Cuál debe ser nuestra conducta y como Dios actúa en medio de las adversidades?, ¿Que medios Dios usa para llevarnos a lugares de bendición?, ¿Cuánto tendremos que esperar para ver cumplirse las promesas de Dios? Llego a la conclusión que todo lo apremiante de nuestras vidas es usado por Dios para llevarnos a su presencia, a los lugares altos y seguros donde conoceremos su poder.

Al leer este pasaje no deja de sorprenderme lo injusto que puede ser el hombre pero lo justo que puede ser Dios. En esta narración hallamos a un David, al que se le puede llamar  el rey ungido pero sin trono de Israel. David  se encontraba en una difícil situación, después de, haber liberado la ciudad de Keila de la mano de los filisteos. Esta misma ciudad a la que había servido, se había convertido en una trampa para El y sus hombres. Y eso se debía a que  Saúl, al enterarse que David estaba encerrado dentro de los muros de keila, organizó sus ejércitos y marchó rumbo a la ciudad para sitiarla y destruirla y así  poder exterminar a David.

David al enterarse de tan complicada situación acudió al sacerdote Abiatar quien contaba con el efod: Un efod era un chaleco sin mangas, hecho de lino, que usaban los sacerdotes. El efod del sumo sacerdote era de colores brillantes y llevaba un pectoral con doce piedras preciosas que representaban cada una de las tribus. El Urim y el Tumim se guardaban en un saquito dentro del efod del sumo sacerdote. Era un implemento sagrado que servía para comunicarse con Dios de una forma misteriosa David fue advertido que Saúl le perseguía, que los habitantes de Keila, le entregarían…o sea David estaba en peligro, pero sin saberlo estaba siendo empujado para forjarse y alcanzar una nueva experiencia con Dios. La escala militar de Saúl provoco que los habitantes de la ciudad que antes habían sido salvados por David, estuvieran dispuestos a traicionarlo y entregarlo, pues Saúl, era el poderoso y temido rey al cual nadie quería tener de enemigo. Dios está tratando con David, después de la victoria.  David tuvo que retroceder, y fue empujado por Saúl al desierto. Donde iba a descubrir la difícil lección de soportar las aflicciones y ver aun así la mano de Dios a su favor. Pero todo lo que David estaba viviendo era para ser llevado a lugares altos. Dios a veces permite que nos empujen, que nos fuercen a crecer y alcanzar el nivel de madurez que el exige de sus hijos, somos empujados a los lugares altos a través de persecución y decepción.  ¿Cuál es el proceso que Dios usa para empujarnos a niveles más altos en nuestra vida?

  1. I.                    Dios nos empuja a lugares altos por medio de la PERSECUCION

Esta persecución puede tener dos niveles, los cuales se manifiestan en el texto.

  1. A.     La persecución invisible

Durante este relato, podemos ver el funcionamiento de un poder muy importante, un poder que utilizan los políticos, los guerreros así como todo los que ejercen un cierto poder. Del primer verso hasta el fin del relato, podemos observar que varios personajes se controlan uno al otro. La institución del espionaje funciona manifiestamente.  Es el método del rumor, del que muchos usan, es el poder que está detrás de la expresión: “es que la gente dice” o “la gente necesita” o “la gente no está conforme”, etc.

”Y DIERON aviso á David…” (23:1)
”Y  FUE DICHO  á Saúl que David había venido á Keila…” (23:7)
”Mas ENTENDIENDO David que Saúl ideaba el mal contra él…” (23:9)
”Y VINO LA NUEVA  á Saúl de como David se había escapado de Keila…” (23:13) 


Esta técnica es de uso muy preferido por parte de enemigo de nuestras almas. El presionar en  la vida de un hombre de Dios con la fuerza del rumor, del descontentamiento  interno  de una comunidad o de un pueblo. Es obvio que la primera cosa que un hombre de Dios debe saber es que su vida y llamamiento, su ministerio y su funcionamiento constantemente es observado por enemigos o por amigos insatisfechos (que al final son enemigos asolapados). La presión pudo haber venido desde dos fuentes. Por un lado estaban los hombres de David que en un principio no estaban muy seguros que ir a Keila era una buena idea. Note lo que sucedió en el capítulo 23:1-4.  Allí David sabe del problema y le pregunta a Dios si debe ayudar a los de Keila. Dios le contesta que sí. Y cuando se lo hace ver  a sus hombres, no hay, digamos un gran entusiasmo por embarcarse en tal aventura. Una vez más David le pregunta a Dios, y Dios le reafirma que sí tiene que ir. Así que va y vence. Sin embargo ahora la gente de Keila tiene intenciones de traicionarlo. ¿Cómo creen que se sentirían los hombres de David? ¿Qué clase de presión estarían ejerciendo contra su líder?

  1. B.      La persecución imprevisible

Para mí una cosa curiosa del texto es que los hombres de David le tenían temor a los filisteos, pero no veían a los de Keila como potenciales enemigos, ni aún al mismo Saúl. Y es que una cosa que tus enemigos sean los enemigos de Dios y otra que los amigos de Dios tus sean  propios enemigos.  En realidad el mayor potencial de peligro para la seguridad de David era los de Keila y Saúl.

  1. C.      La persecución visible

Los Saúles actuales pretendiéndose ser hombres de Dios pueden fácilmente rogar contra nosotros, oponiendo así el alma al espíritu.  Las noticias decían que el rey había movilizado todo su poder para atrapar a David. El poder real era invencible esto hizo que David fuera  forzado a huir hacia el sur, a los desiertos. La vida cristiana está rodeada de victorias, pero también inevitablemente por la presencia permanente de nuestro adversario. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo 1 Pedro 5:8-9 La advertencia sobre la realidad de que tenemos un enemigo que nos acecha y del cual no debemos confiarnos, y su manifestación siempre será en oposición a que nos afiancemos en la voluntad de Dios. Esta persecución del diablo es terrible, en el mundo cuántos hijos de Dios han visto los dientes rabiosos del diablo que quiere detenerlos, cuánta sangre de santos mártires ha sido derramada, pero ¿que ha provocado eso?, que cuando muere un cristiano miles se levantan a tomar su lugar. De una u otra forma los cristianos fieles serán perseguidos por el diablo, los mediocres no, ellos no son peligro para el infierno, pero cuando un hombre o una mujer, se decide a hacer la voluntad de Dios a pesar de todo, la ira del enemigo se enciende y con muchas artimañas, busca destruirlo. ¿Qué haremos ante una persecución?…la respuesta está en 2 Pedro 5:9 resistir, permanecer, firme en la fe…o sea mantenerse en la palabra de Dios, obedeciéndola aunque nuestra provisión no esté asegurada, de hecho David tuvo que resistirle a Saúl. Resistir es un esfuerzo agotador, es estar firme a uno y otro ataque, a las amenazas, a las tentaciones, a los tropezaderos que a veces aparecen en nuestro camino.