Teologicamente erudito pero biblicamente ignorante


En los últimos días he sido desafiado nuevamente a sorprenderme  lo que se está enseñando a nivel de teología en algunos centros teológicos. Me estoy encontrando cada vez más gente muy capaz (bueno usemos esa palabra) en las ciencias de la teología pero no en Las Escrituras. No puedo entender cómo se presume ser teólogo y menospreciar la Palabra de Dios. O por lo menos hacer malabarismo académicos para demostrar menosprecio por las doctrinas eminentemente bíblicas. En los últimos días he escuchado con asombro la idea que no existe el infierno, que el alma tampoco porque es una doctrina filosófica, que aquí que allá, etc.  Escuche que el tema del libre albedrio no es bíblico sino platónico o aristotélico. Lo que sorprende no es que haya “eruditos” que hablen así sino que nos quedemos callados y no podamos responder ante tales “comentarios intelectuales”. ¿Porque razón es que ser finos académicamente nos entontece? ¿Por qué el adentrarnos en el mundo de las ciencias nos desequilibra el mundo de la fe sencilla y transformadora? ¿Es malo usar la ciencia o meterse en el campo de la investigación y de la ciencia? Creo que no.

En primer lugar la ciencia es un regalo de Dios para el ser humano.  Comenzare diciendo que poco después que creó los principios de la raza humana, Dios otorgó Su permiso a la humanidad para “señorear en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1:28). Inherentemente en el enunciado de Dios habían dos preceptos: (1) que el hombre debía involucrarse en el procedimiento de estudio e investigación que finalmente le conduciría a un entendimiento apropiado del mundo alrededor de él; y (2) que el hombre debía ser un mayordomo responsable de los maravillosos regalos que Dios había provisto para él en la naturaleza. A aquellos procedimientos de estudio e investigación que guiarían al hombre a un entendimiento apropiado de su mundo nosotros los llamamos apropiadamente “la ciencia”. Derivada del latín scientia, nuestra palabra en español ciencia significa “conocimiento”. Por ende, una de las metas de la ciencia es proveer al hombre con el conocimiento relevante del mundo que habita, y de su existencia en éste. Un autor resumió estas ideas como sigue: La Biblia reconoce la naturaleza multi-dimensional de la situación humana. El hombre es considerado en las Escrituras como alguien quien tiene capacidades y necesidades físicas, intelectuales y morales. El concepto bíblico es que el hombre ha sido creado a la imagen y semejanza de Dios para llegar a ser, entre otras cosas, un mayordomo de la tierra. Esto significa simplemente que Dios pretendió que el hombre llegara a ser un científico. Así como lo oye. La consideración de la Biblia de la ciencia es que ésta es una disciplina del hombre, quien está ejerciendo sus  derechos investidos por Dios para explorar el esplendido reino físico de su Padre. La ciencia es efectivamente una empresa maravillosa, y aquellos que son sus practicantes están en una búsqueda admirable. Estos hombres y mujeres dedicados luchan para comprender las complejidades intrincadas de nuestra Tierra y Universo, y explorar y explicar sus misterios multitudinarios. La recompensa de su investigación sin fin—el conocimiento que puede impartir sabiduría—merece bien el tiempo y esfuerzo gastado en la búsqueda. ¿Quién entre nosotros puede dudar del valor del esfuerzo científico? En nuestro tiempo y época, las historias de éxito científico, y las recompensas que éstas confieren, llegan prácticamente a la velocidad del rayo. Hoy en día los ciudadanos de los países más desarrollados están mejor alimentados, mejor vestidos, y más sanos de lo que alguna vez han estado. Las facilidades educacionales, médicas, industriales, de transporte e incluso recreativas están bastamente mejoradas, comparadas a las de aquellas generaciones pasadas. Nosotros somos la gente más inteligente, mejor educada, más móvil que alguna vez ha vivido en la Tierra. Las enfermedades mortales están siendo conquistadas, los periodos de vida están siendo incrementados, y la vida diaria está siendo más placentera como resultado de nuestros continuos avances científicos. Todo debería ser bueno para con nosotros, ¿pero lo es? ¿Porque es que entonces hay todavía más problemas sin resolver, a pesar del avance de la ciencia?

Publicado por

enrique60

Actualmente trabajo en la Escuela Panamericana, soy salvadoreño 61 años y soy pastor de la iglesia Comunidad Bíblica

Deja un comentario