«…3 etapas en las crisis de la vida…»

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En la vida como en todo momento pasamos por crisis. Sea cuál sea, siempre nuestra lucha se vuelca con Dios para poder encontrar explicaciones del porqué y para qué de las mismas. El salmo 10 David pasa por tres etapas de su crisis. Me gustaría que las aprendiéramos este día.

 

Criticando a Dios 10:1-3

Hay etapas en la vida en que Dios pareciera ausente de ella.  Quizás la mayoría de veces uno puede experimentar el alejamiento de Dios. O por lo menos esa ha sido mi experiencia. Este salmo 10 es la continuación del salmo 9. En el salmo 9 se percibe al enemigo desde afuera. Pero en el salmo 10 se percibe al enemigo desde adentro. Lugar que es más peligroso para todo creyente.

Tres elementos importantes muestran el cuestionamiento de parte del salmista para con Dios.

Primero está la desilusión. Su desilusión es una realidad. La expresión “tan lejos” es rachowq y es una expresión que realmente denota lejanía y gran distancia. Es superlativa por eso es por lo que el castellano traduce: “tan lejos” y no “lejos”. La frase no sugiere ninguna duda, sino una realidad para la persona. El salmista no tiene ninguna duda de que Dios esté lejos. ¿Cómo se llega a ese convencimiento de no experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas? El enemigo usará tres grandes cosas. Primero te va a cansar. Segundo te va a cargar y tercero buscara colapsar.

La segunda cosa es la desesperación.  Dos cosas lo desesperan. Primero el aparente desinterés de Dios.  “te escondes” y segundo la aparente desconexión de Dios. El salmista no solo le turba que Dios se esconda, sino que se esconda en tiempo de tribulación.

Cuestionando a Dios (10:2-13)

Los siguientes versículos describen a aquellas personas que simplemente son malos y que no toman en cuenta a Dios para su vida diaria. Es como un retrato que el salmista le plantea a Dios y que lo confunde, porque pareciera que Dios no hace nada. El primer gran problema que el salmista ve es el pensamiento del malo.  Se refleja en la expresión “Nadie me verá”. Note lo que dice el pasaje: “Llena está su boca…debajo de su lengua hay vejación… Para el autor del salmo, es preocupante lo que esas personas dicen o hablan. Cada vez que abren su boca es para hablar mal, para ultrajar, para denigrar, para engañar. Es un discurso llena de tantas mentiras, pero la gente lo escucha. El segundo gran problema del salmista es el procedimiento del malo. Se refleja en la expresión “Nadie me moverá”. Observe que este malo tiene libertad de acción, en el salmo se usa la palabra “acechar” cuatro veces.  La palabra en hebreo es arab se puede traducir estar pendiente para acusar, emboscar y ocultarse para atacar.  Eso implica que el malo tiene una variedad de recursos, pero ellos siempre estarán bajo la intriga, el abuso, la emboscada. En pocas palabras nunca actúa de frente sino lo hace con una serie de recursos de las tinieblas.  Una tercera cosa es el planteamiento del malo. Se refleja en la expresiónNadie me juzgará”.  Observe que la conclusión de él es: “Dios ha olvidado…ha encubierto…nunca lo verá…” Así que el concluye que puede hacer lo que le dé la gana con la gente porque Dios no ve y ni está interesado en hacer lo justo con sus hijos.

Confiando en Dios (10:14-18)

Una vez que el salmista nos ha llevado hasta las profundidades del malo, y ha visto todas las injusticias que este hace, indudablemente tendrá que tomar una decisión. ¿Se desanimará por la acción del malo o podrá dejar que Dios actúe en su vida y desate bendición? Notemos lo que Dios desató en el salmista.

Hay un cambio grande pensamiento en el vrs. 12.  Se usan dos expresiones. La primera expresión es “levántate” habla de accionar y va relacionado con el nombre de guerra Jehová y luego usa la expresión “alza tu mano” que va relacionado con el Dios del pacto y padre eterno “El”. Note la expresión con la que inicia el vrs. 12: “Levántate” y “alza”. Estas dos expresiones manifiestan que el deseo del salmista es a un mover de Dios. ¿Cómo desea este hombre el mover de Dios?  Es un mover majestuoso y poderoso. Primero por la expresión “levántate” habla de ponerse en pie, de verse grande, imponente. Cuando vemos a Dios en su grandeza concluimos nuestra bajeza y pequeñez. Es ese deseo de levantarlo solo a él, de ponerlo en primer lugar. Cuando llegamos a ese deseo entonces Dios está logrando desatar en nosotros una cosmovisión de impacto y de renovación. Pero si lo hacemos pequeño, si lo disminuimos y por lo tanto nosotros somos los agrandados, entonces seguiremos siendo humillados. Pero no sólo vemos a un Dios majestuoso, sino que también poderoso. Note que dice: “alza tu mano”. ¿Qué implica esta figura?

La mano de Dios es la mano protectora, es la mano del Padre que ama a su hijo y lo dirige por sendas correctas. Un padre en su verdadero juicio no va a pretender que algo malo le ocurra a su hijo, lo va a llevar por sendas correctas, sendas donde no haya nada en que el niño pueda tropezar, sendas donde el niño no se pierda.  El niño tiene esa sensación de paz y de tranquilidad, camina por lugares donde nunca ha transitado, sin embargo, confía en la mano de su padre que lo guía. Uno de los resultados de estar tomado de la mano de Dios es que no tengamos ansiedad y la ansiedad es el fruto de lo desconocido

¿Cuáles son las acciones de Dios que el salmista concluye que verá a raíz de haberse levantado Dios en su vida?

En el vrs. 14 El salmista declara: “Dios mira lo que pasa”.  Esta es la realidad de Dios. Dios no está lejos como uno cree.  La segunda cosa aparece en el vrs. 15 “Dios juzga lo que pasa”. Esta es la reacción de Dios.    La tercera cosa es que Dios reina en lo que pasa. (vrs.16).  Esta es la realeza de Dios. La cuarta cosa es que Dios me defiende de lo que pasa.  Esta es la responsabilidad de Dios.

Algunas veces nos concentramos en el aquí y ahora, pero recordemos que nuestra situación actual no es el final de la historia. Los planes de Dios son siempre mayores que los nuestros y aunque las desilusiones duelen a corto plazo, no se comparan en nada con la esperanza final que gozamos en el Señor

Solo para viejos…

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Si hay una cuenta pendiente en nuestros escritos evangélicos es lo que se relaciona a la vejez y cristianismo. ¿Cómo se vive un modelo cristiano en la vejez? ¿Qué directrices da la biblia con respecto a esta etapa de la vida? ¿Por qué cada vez más hay gente mayor que está tan lejos de Dios en su vejez que se convierten en personas amargadas y egocéntricas? Y es que cuanto más viejo me vuelvo, más aprecio este salmo 71:1-11. Se enfoca en las bendiciones especiales de Dios para aquellos que envejecen. «No me rechaces en la vejez, no me desampares cuando mi fuerza falla» (v. 9).

¿Qué hace Dios por nosotros a medida que envejecemos? Él nos ayuda a conocer y resolver algunos de los problemas que encontramos en nuestros últimos años. Tome el problema de la debilidad, por ejemplo. De eso habla David en el versículo 9: «No me desampares cuando mi fuerza falla». El hombre exterior está fallando, pero el hombre interior puede renovarse día a día. Dios te proporcionará la fortaleza espiritual que necesitas”.

Otro problema que enfrentamos a medida que envejecemos es la inestabilidad. ¡Bienvenido al mundo de la confusión! «En ti, oh Señor, confío; nunca me avergüence [confusión literalmente en el hebreo]» (v. 1). No siempre podemos seguir el ritmo de tantos cambios rápidos en este mundo. A medida que envejecemos, podemos decir: «No sé muy bien qué está pasando». Pero Dios dice: «Mira, no te preocupes. Confías en Mí, y nunca te dejaré confundir».

Un tercer problema que experimentamos es la irritabilidad. Esta muchas veces es resultado de vivir en el pasado. Con demasiada frecuencia decimos: «De vuelta en los buenos tiempos…» He llegado a la conclusión de que tal vez los buenos viejos tiempos no eran tan buenos. David reconoce: «Porque tú eres mi esperanza, oh Señor Dios» (v. 5). Él estaba viviendo en el futuro. No sabemos lo que depara el futuro, pero sí sabemos que Dios tiene nuestro futuro.

Finalmente, podemos enfrentar el problema la tranquilidad. Que nace del hábito de  quejarse. Qué fácil es quejarse a medida que envejecemos. Pero David dijo: «Que mi boca se llene de tu alabanza y de tu gloria todo el día» (v. 8). Cuando caminamos con el Señor, Él se ocupa de la debilidad y la confusión. Él se ocupa de nuestro miedo al futuro. También sustituye los elogios por las quejas y, por lo tanto, envejecemos con gracia.

Cada fase de la vida tiene ventajas y problemas únicos. Y Dios se queda contigo a través de cada fase. ¿Estás enfrentando los problemas de la vejez? ¿Luchas con la debilidad, la confusión, vivir en el pasado y quejarte? Trae tus miedos a Dios. Él se deleita en cuidar a su pueblo.

En el texto sutilmente hay cuatro promesas que Dios establece como antídotos a la debilidad, la inestabilidad, irritabilidad y la intranquilidad.

Dios establece en este salmo que el antídoto a la debilidad es la frase: «volverás a darme vida«. (vrs. 20) La expresión se puede traducir como acelerar, recuperar de una enfermedad, dar vigor. Dios promete darnos un nuevo inicio con una nueva fuerza, si tan solo confiamos en él. Esta recuperación se en una vida que ha superado las angustias y males de su caminar en el pasado y las superará en el futuro. Dios siempre trae nuevos retos que sobreponerse aún en la vejez.

Dios establece en este salmo que el antídoto a la inestabilidad es la frase: «de nuevo me levantarás» (vrs. 20b) La expresión en hebreo es sumamente descriptiva. Es una frase completa que da la idea de despertar, ascender y remover mentalmente.  También da la idea de entrenar y dibujar algo nuevo. Dios promete una sacudida nueva de mente y pensamiento. Dios promete un nuevo diseño para la vida monótona en la vejez.

Por otro lado, Dios establece en este salmo que el antídoto a la irritabilidad es la frase “aumentarás mi grandeza”. La expresión “aumentarás” es una expresión hebrea que habla de multiplicar excedidamente. Es un crecimiento explosivo y  superior a cualquier crecimiento. Por otro lado la expresión “grandeza” se puede traducir como reputación, dignidad, majestuosidad. Es tan valioso saber que mucha de nuestra irritabilidad en la vejez se debe a que ya no nos consideramos útiles y nuestros esfuerzos quizás no fueron reconocidos como los esperábamos, sin embargo Dios promete que el sí lo reconocerá hasta hacer grande nuestra dignidad.

Por último, Dios establece en este salmo que el antídoto a la intranquilidad aparece en la expresión “volverás consolarme”. La expresión hebrea da la idea de restaurar la tranquilidad. Pero va un poco más que una tranquilidad de momento o sólo emocional. La expresión “volverás” es también muy importante, esta expresión se puede traducir como cercar, abrazar por todos los lados. En ese sentido la idea del texto es que Dios ante la intranquilidad cercará con tranquilidad en todos los aspectos de nuestra vida.

Envejecer para la Gloria de Dios significa envejecer de tal manera que Dios sea glorificado. Significa vivir y morir de forma que quede en claro que Dios es el Tesoro que todo lo satisface. Esto incluiría, por ejemplo, no vivir de modo que este mundo parezca nuestro tesoro. Lo que significa que la mayoría de las sugerencias que este mundo nos ofrece para nuestros años de retiro, son malas ideas. Las personas nos piden vivir de modo que el mundo parezca nuestro tesoro. Y cuando eso sucede, Dios es minimizado.

Envejecer para la gloria de Dios significa resistir con determinación el típico sueño americano del retiro. Significa estar tan satisfechos con todo lo que Dios promete ser para nosotros en Cristo, que seamos liberados de todos los anhelos que crean tanto vacío e inutilidad en el retiro. En lugar de ello, es reconocer que tenemos una herencia infinitamente satisfactoria y eternal en Dios más allá del horizonte de la vida, la que nos hace deseosos de desgastarnos en los sacrificios del amor en estos, nuestros últimos años aquí, y no en la acumulación de comodidades.

En Juan 21:19, Jesús le dijo a Pedro “la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios”. Hay diferentes formas de morir, y hay diferentes formas de vivir antes de morir. Pero para el cristiano, todas –la muerte final y la vida- deben glorificar a Dios. Se supone que todas muestren que Cristo, no este mundo, es nuestro tesoro supremo.

Así que envejecer para la gloria de Dios significa utilizar toda nuestras fuerzas, nuestra vista, nuestros oídos, movilidad, y recursos que nos queden para atesorar a Cristo, y gozarnos en servir a las personas –es decir, buscar acercarlos a nosotros, hacia el eterno gozo de Cristo; servir a las personas y no a nosotros

Termino con una pasión y una promesa. La pasión está en el Salmo 71:18 –una pasión por hacer que la grandeza de Dios sea conocida por las generaciones que dejamos atrás: “Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a esta generación, tu poderío a todos los que han de venir” ¡Oh, si Dios nos diera una pasión en nuestros últimos años para desgastarnos a nosotros mismos a fin de exaltarle, de envejecer para la gloria de Dios!

La promesa: Isaías 46:3-4: “Escuchadme, casa de Jacob, y todo el remanente de la casa de Israel, los que habéis sido llevados por mí desde el vientre, cargados desde la matriz.  4 Aun hasta vuestra vejez, yo seré el mismo, y hasta vuestros años avanzados, yo os sostendré. Yo lo he hecho, y yo os cargaré; yo os sostendré, y yo os libraré”. No teman cristianos, ustedes perseverarán, llegarán a su hogar más pronto de lo que piensan. Vivan temerariamente para el Único que les amó y murió por ustedes a la edad de 33.

 

 

¿Que haré?: Cuando la vida golpea…

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Ser o no ser… es la primera línea de un soliloquio de la obra de William Shakespeare Hamlet (escrita alrededor de 1600), en el acto tercero, escena primera. Considerada y usada como síntesis de los procesos mentales de indecisión y duda, ​ es una de las citas más famosas de la literatura universal y la más conocida de esta obra en particular:  Ser o no ser, esa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darles fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?

Hamlet ha llegado al momento de sus preguntas existenciales, y nos refleja lo que su alma contiene con las preguntas que se hace.

Hay momentos en la vida de una persona que simplemente no sabe que hacer.  Hay etapas que nos desestabilizan y nos hacen perder la perspectiva. A pesar de haber caminado y tenido éxito en las circunstancias pasadas uno simplemente llega al final de la duda existencial y termina diciendo como Moisés: ¿Qué haré con este pueblo? Simplemente ya no hay salida, y topamos con nuestras circunstancias y nuestros destinos. En los últimos años, siempre llego a esa pregunta. ¿Qué haré con la misión que me has dado? ¿Qué haré con mi vida? ¿Qué haré con mi matrimonio? Es una pregunta que revela que nuestra alma ha llegado a la encrucijada entre la renuncia o la persistencia. En esta pregunta hay tres cosas importantes. Primero vemos los reflejos del alma de Moisés, segundo vemos los recursos del problema de Moisés y finalmente podemos observar los resultados del problema de Moisés. Veamos cada uno con detenimiento.

Los reflejos del problema de Moisés.

Este reflejo se manifiesta en tres estados. Es decir, esta pregunta refleja en la vida de una persona tres estados muy típicos. Primero refleja un estado de frustración. Cuando tenemos enfrente un mar de problemas o adversidad y no tenemos las herramientas para enfrentarlas, o lo que es peor ni siquiera sabemos qué necesitamos para enfrentarlo, la conclusión lógica es que entremos en un estado de frustración. El diccionario define frustración como un sentimiento desagradable que se produce cuando las expectativas de una persona no se ven satisfechas al no poder conseguir lo pretendido. O dicho de otra manera la frustración supone un sentimiento de privación de una satisfacción vital.  Moisés realmente comienza a frustrarse porque no puede suplir las necesidades que el pueblo le exigía. Así que tiene que aprender que el no es capaz de suplir sino simplemente es un instrumento en manos del verdadero suplidor de las cosas, a saber, Dios. Segundo, refleja un estado de confusión. La confusión y el cansancio van de la mano. Este cansancio llega cuando una y otra vez, se nos repiten las mismas circunstancias o simplemente nunca puedes llenar la medida de las personas que te rodean. El asunto del agua y la murmuración de Israel ya se había convertido en un problema recurrente en la vida de Moisés. Ya les había dado agua en Mara. Allí había sido sobrenatural la provisión, luego los llevó a Elim, allí Dios proveyó naturalmente el agua, ya que el lugar poseía aguas. Y ahora una tercera vez el problema se repite. No en balde Moisés se cansa. Cuando una y otra vez volvemos a la misma situación y no hay una solución final simplemente nos cansamos y perdemos nuestro vigor espiritual. ¿Por qué pareciera que Dios nos lleva por cuotas en la vida? A veces parece que el problema ha desaparecido, pero luego cuando estamos respirando aparece nuevamente y volvemos a lidiar con lo mismo. ¿Por qué no podemos romper ese ciclo repetitivo de la desilusión en nuestra vida?

En tercer lugar, refleja un estado de limitación. El problema no es el problema, sino que el problema es que no tienes recursos ni ayuda para resolverlo. Moisés desconocía de dónde sacar agua. La gente lo estaba presionando, las circunstancias estaban tensas y las necesidades eran reales y visibles. Es muy difícil no sentirse un inútil cuando la gente van donde uno para que le de soluciones y ni siquiera tú mismo tienes soluciones para tu propia carencia de agua. Dios siempre nos reduce a etapas de grandes limitaciones, en donde no podemos satisfacer las demandas y presiones que están alrededor nuestro. Uno se siente tan limitado porque tu mismo estás viviendo tu propio desierto, tu propia ausencia de agua y para colmo la gente quiere que le suplas también sus carencias.

Al observar estos tres estados nos damos cuenta de que lo único que nos queda es hacernos la pregunta ¿qué haré? Ahora esta pregunta en sí no es carencia de fe sino un lamento de un ser humano que ha llegado al límite de sus fuerzas y que la adversidad les ha sobrepasado a sus posibilidades.

Los recursos del problema de Moisés.

¿Qué recursos tenemos cuando nos enfrentamos con la adversidad? Para eso quiero que nos enfoquemos descubriendo cuándo la pregunta ¿Qué haré?, es valiosa. Esta pregunta se hace valiosa dependiendo de la dirección que se haga. Hay tres direcciones que pueden aparecer cuando nos hacemos estas preguntas. La primera dirección es hacerme la pregunta ¿Qué haré?, a mí mismo. Es decir, puedo hacerla simplemente para buscar el resultado en mi misma persona. Si Moisés se hubiera hecho la pregunta para sí mismo, estaría dependiendo de sus habilidades, y para ser honesto, Moisés tenía cero probabilidades de suplir agua en el desierto. Por mucho que te creas, o confíes en tus recursos, cuando llegues al final de la cuerda y la pregunta es ¿Qué haré? Recuerda, la solución no está en ti.  La segunda dirección es hacerle la pregunta a los demás. Supongamos que Moisés llamó a un consejo de hombres sabios o líderes militares para que trazaran un plan de cómo buscar y encontrar agua en el desierto. ¿Cuáles hubieran sido las probabilidades de encontrar? Pienso que mínimas por no decir cero. Si la pregunta ¿Qué haré? La dejamos en mano de la gente, finalmente caeré en una mayor frustración porque tendré opiniones de que hacer como el número de gente a la que le pregunto. No son las estrategias humanas las que nos dictaran que hacer o que decir con respecto a la solución de nuestros problemas hoy.

La tercera dirección es hacerle la pregunta a Dios. Observe que Moisés simplemente se dirige a Dios para preguntarle que hacer. Esta es la dirección correcta. Cuando no sepamos que decir o que hacer o qué decidir volvamos en conversación a Dios. Hablemos con Él, abramos las puertas de nuestro corazón para que El Espíritu Santo vea todo lo que tenemos guardado dentro de nosotros. La oración nos provee momentos de conversación con nuestro Señor Jesucristo.  Esta situación de queja en el pueblo atemorizó a Moisés. “…de aquí un poco me apedrearán…” (17:4). Las crisis de otros pueden producir crisis en nosotros. Los judíos siempre fueron buenos tirando piedras, y eso lo sabía muy bien el libertador Moisés. Como se sienten otros puede afectar la manera en como nos sentimos nosotros.

Los resultados del problema de Moisés.

Cuando hacemos la pregunta en la dirección correcta Dios simplemente contesta. Hay varias cosas interesantes en el texto que reflejan un Dios extraordinario. La primera frase que me demuestra un resultado es la expresión en el vrs. 5. “…pasa delante del pueblo… y los ancianos de Israel” Esto es una reafirmación de tu posición. Dios no permite que un grupo de murmuradores te robe tu dignidad y tu posición ante Él. El llamado sigue. Con esta frase Dios está dignificando su posición. Para Dios, sigues al frente, porque el te ha dado ese privilegio y ese llamado. Lo que un montón de inconformes digan sobre tu habilidad como líder o de tus capacidades no cuentan para Dios. Para Él sigues estando al frente, aunque la gente te haya menospreciado, eres el instrumento de Dios. La segunda frase que me llama la atención es la expresión “toma también en tu mano tu vara” en el vrs. 5c. Esto es una revitalización de tu función. Me parece muy significativo notar la descripción que Dios hace de la vara. Esta vara, es una vieja amiga de Moisés. El y la vara ha visto ya varias batallas. Lo curioso es que la vara había desaparecido de la narración desde el capítulo 14. Esa vara que fue dada como símbolo del poder de Dios en mano de Moisés, ahora vuelve a aparecer. Dios lleva a Moisés a los orígenes de su llamamiento. Debía volver a las antiguas fuentes de su poder y de las capacidades de Dios. Nuestra vida se revitaliza cuando nos damos cuenta de que hemos abandonado las “viejas fuentes” de poder y de victoria antes del éxito. Moisés probablemente había olvidado la relevancia de su autoridad y poder. Estaba muy ocupado lidiando y administrando un pueblo terco y rebelde que había descuidado sus distintivos de su llamado. Un detalle curioso es que el milagro de la vara a la que hace referencia Dios aquí es cuando Moisés convirtió el aguan en sangre. Es decir, le está recordando a Moisés que esa vara ya ha enfrentado el tema del agua.  La tercera frase que me llama la atención es la expresión “yo estaré delante de ti…” vrs.6.  Esto es una reubicación de tu visión. Una cosa que nunca debía olvidar Moisés es que Dios siempre va delante y siempre está delante de nosotros. El podía estar delante del pueblo, pero era más importante entender que más que estar delante del pueblo el estaría delante de Dios. Nunca debemos perder esa visión en la vida. Dios dirige el camina siempre un paso delante de nosotros. Sino estamos delante de Dios no podemos estar delante de la gente que se nos encomienda. Finalmente, la cuarta expresión aparece en el vrs. 7 ¿“está pues Jehová entre nosotros o no? Esto es una recuperación de tu convicción. Moisés llamó aquel lugar del milagro Masah que significa “prueba” y Meriba que significa “rencilla”. En nuestra vida, tarde o temprano tendremos alguna prueba o experimentaremos alguna rencilla. La vida cristiana no está inoculada contra las pruebas ni asegurada contra las rencillas. De lo que debemos estar seguros para poder salir adelante es que Dios si está con nosotros, pues ese fue el resultado del problema, se recuperó la presencia de Dios en medio del ministerio de Moisés. Nunca olvide que Dios le ordenó a Moisés hacer algo no a mirar algo. No nos podemos quedar mirando las cosas, sino que tenemos que realizarlas. No te sientes cuando Dios te dice que actúes. Mi convicción partiendo de la experiencia de Moisés no se centraliza en que soy capaz de sacar agua de la peña, sino que por medio de ese milagro experimentamos la presencia de Dios y su respaldo. El milagro nunca es más importante que el Milagroso.

Lo más importante de la vida es saber que no estamos solos, que la presencia de Dios está con nosotros. La peor orfandad es la espiritual, la de vivir sin Dios presente y activo en nuestras vidas.

El escritor francés Ernest Renan dijo: “Los golpes de la adversidad son muy amargos, pero nunca son estériles”. Y yo añadiría que si esos golpes nos llevan a Dios produce el fruto más abundante de la vida.

Si a su vida ha llegado a la pregunta ¿Qué haré? Sepa que Dios sabe y lo guiará a un lugar mejor a pesar de sus inquietudes. Amén.

«…el barbero del diablo…»

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Una de las características de los super héroes es la idea de que detrás de su gran poder hay un hombre común y corriente. Por eso ustedes podrán observar que muchos de los superhéroes, tratan de vivir una vida normal, con profesiones normales y quieren pasar desapercibidos fingiendo que son hombre y mujeres normales. La inmensa mayoría de ellos manejan su poder en lo privado y tratan de no ser exhibidos en público porque eso les complicaría cada lugar que visitan o donde trabajan. Les complicarían las relaciones humanas “normales”. Sin embargo, ellos están conscientes que no son como todos los hombres, sino que tienen un poder superior que la mayoría de ellos. Otra cosa que los caracteriza es que por lo general tienen una debilidad. Esa debilidad pasa oculta porque tal información en manos de sus enemigos los llevaría a la destrucción.

En la biblia pareciera ser que tenemos super héroes…por lo menos eso parece en algunos casos. En realidad, fueron hombres ordinarios en manos de un Dios extraordinario. Quizás uno de los modelos más simbólicos en la Escritura es la persona de Sansón. Pareciera ser que era una especie de Hércules con un poder sobrehumano. ¿De dónde procedía la fuerza de este hombre? ¿Por qué tenía tanta fuerza? ¿Por qué era tan especial el llamado de Sansón?

Antes de hablar un poco de su persona, valdría la pena establecer algunas verdades que pueden combatir ciertos mitos o ideas con respecto a Sansón y su figura. Una cosa interesante es que Sansón probablemente no era un hombre de gran musculatura. Uno se puede dar cuenta de eso, por el hecho que la gente no podía adivinar de dónde venía su fuerza. Es decir, su fuerza no provenía de años “de gym” en filistea. Su apariencia física no era la fuente de su poder. La segunda cosa es que Sansón desarrolló un trabajo solitario, pensando que él solo podía enfrentar el reto que Dios había dado a Israel en ese entonces. Lo segundo es que no hay evidencia que Sansón entendiera su papel de juez como algo nacional sino su papel de vengador personal. La mayoría de las cosas que hace para destruir a los filisteos parten de un altercado personal con ellos, más que un celo por la obra de Dios.  ¿Porque puede terminar mal una vida que está destinado a lo glorioso? ¿Por qué Sansón terminó así?

En el vrs. 17 del capítulo 16 del libro de los jueces, uno encuentra una declaración de la misma boca de Sansón. En esa declaración explica el origen de su fuerza. El problema es que por lo que uno alcanza a percibir Sansón tenía varias confusiones sobre el origen de su fuerza y de su papel dentro de Israel y los planes de Dios.  Observe lo que dice el texto:

17 Finalmente, Sansón le confesó a Dalila su secreto: «Jamás se me ha cortado el cabello, porque antes de nacer fui dedicado a Dios como nazareo. Si me cortaran el cabello, perdería mi fuerza y sería como cualquier otro hombre».

En esta declaración de parte de Sansón encontramos a lo menos cuatro confusiones que le llevaron a la derrota espiritual.  Es obvio que estas confusiones nos demuestran que Sansón jamás entendió realmente la importancia de su llamado y papel en los planes de Dios.  Veamos pues esas cuatro confusiones muy peligrosas para Sansón y para nosotros hoy día.

 La primera confusión está relacionada con la expresión “nunca a mi cabeza llegó navaja”. Sansón está confundiendo apariencia espiritual por experiencia espiritual. Es realmente impresionante el observar que su cabeza estaba intacta. Jamás durante toda su vida (algunos dicen que Sansón contaría con unos 35 años, en este momento) el había permitido que se le tocara el pelo y mucho menos que le cortaran un hilo de su cabello. Su apariencia había sido celosa. Es decir, usa la expresión “nunca” que demuestra que había tenido sumo cuidado en mantener su pelo intacto. Sin embargo, su experiencia espiritual era otra. A estas alturas ya había violado otros dos principios importantes del nazareato. Así que cuando creemos que es más importante la apariencia que la experiencia es cuando estamos en graves problemas. Observe que la apariencia espiritual tiene tres aspectos bastantes peculiares. El primero tiene que ver con percepción espiritual. “nunca navaja”. Eso se podía percibir muy visiblemente. Se podía verificar. Uno veía a Sansón y no tenía problema en creerle que no “había ido al peluquero” en toda su vida. Una segunda cosa de la apariencia es que se agrada de la acepción espiritual. Es obvio que Sansón cuidaba mucho de lo que se veía, pero descuidaba mucho de lo que no se veía. Si bien es cierto que todavía conservaba intacto el asunto “de la cabeza” pero el voto de Nazareo no sólo se limitaba a la cabeza, sino que también se relacionaba con no tomar vino ni nada de la uva, ni siquiera la uva y también se le había prohibido tocar muerto. Y si uno analiza a estas alturas de la vida de Sansón esas dos cosas ya no existían y las había violado descaradamente. Finalmente, la tercera cosa es conceptualización espiritual. Observe que el discurso de Sansón es concreto, directo y correcto. El sabe que no debe hacer (no cortarse el cabello), sabe que le puede hacer daño (navaja) y finalmente sabe donde le puede hacer daño (mi cabeza). A pesar de que sus conceptos teológicos son con extrema exactitud, simplemente tienen una debilidad, que nunca fueron acompañados de obediencia total. Y aunque sabe lo que le puede acarrear peligro el ese está exponiendo a ese peligro con Dalila.

Cuando declaramos nuestros conceptos teológicos como una explicación de lo que somos ante la presión del mundo, nos exponemos que esos mismos presupuestos o credos doctrinales sean los que se utilicen en contra nuestra y derribe una verdadera espiritualidad.

La segunda confusión de Sansón se desprende de la frase: “porque antes de nacer fui dedicado a Dios como nazareo.”  Sansón está confundiendo posición espiritual con condición espiritual. Una cosa curiosa en la declaración de Sansón es el hecho de que ponga primero la forma (pelo y cabeza) y luego la función que desempeña esa forma. En una respuesta equilibrada, hubiera comenzado diciendo: “soy nazareo, apartado desde el vientre de mi madre y como símbolo de eso está mi pelo, el cual nunca me lo he cortado”. Pienso que este hubiera sido un orden “más espiritual”.  ¿Las personas piensan que, si están en una posición espiritual, ellos están en la condición espiritual correcta? La posición espiritual tiene tres símbolos importantes. Primero está el símbolo de la designación. Es la cultura del título.  Sansón se llama a sí mismo nazareo. ¿Qué era un nazareo? Según Números 6 era para alguien que estuviera totalmente dedicado a Dios. Significa que el resultado de una vida piadosa era un título de nazareo, no al revés. No es el título de nazareo que lo hacía apartado para Dios era que estaba apartado para Dios que lo hacía nazareo. Segundo, está el símbolo de la tradición. Sansón dice “desde el vientre”. Eso implica que Sansón desde chiquito está acostumbrado a ese ambiente. Año tras año su tradición nazarea se le había impuesto, sin embargo, si uno observa la conducta de Sansón ha dejado mucho que desear con respecto a la tradición que debía respetar.  Tercero está el símbolo de la selección. Sansón utiliza dos conceptos importantes por los cuáles se siente que fue una selección de Dios. Primero el establece que fue “desde el vientre”. Es decir, el no era nadie, no sabía hacer nada, pero Dios lo había visto con buenos ojos en el vientre de su madre. Significa que Dios había puesto sus ojos en él. La segunda cosa que habla de la selección es que el autor de Jueces utiliza la expresión “nazareo de Dios” y en el texto hebreo el nombre que se utiliza es elohim. El Dios completo, el creador, el Dios trinitario. Ese Dios estuvo involucrado en la selección de la vida y ministerio de Dios. Sin embargo, recuerde que esto simplemente contribuye a una posición espiritual pero no a una condición espiritual. La condición espiritual tiene que ver con la fidelidad, con honrar esa selección de Dios para mi vida y de vivir las 24 horas en el poder del Espíritu Santo. Sansón nunca entendió eso.

La tercera confusión de Sansón se desprende de la frase: “si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí”. Sansón está confundiendo cantidad con calidad. La lógica de Sansón era a menos pelo menos fuerza. Eso era su axioma lógico. Por lo tanto, más pelo más fuerza. Sansón estaba equivocado al creer que cantidad era igual a calidad. No era la cantidad de pelo la que le daba fuerza, podía ser rapado, pero si él hubiera entendido que no era “su fuerza” sino la fortaleza del Espíritu Santo en él, otra cosa hubiera pasado con el destino de Sansón. Observe que el pensaba en término de “mi fuerza”. La expresión hebrea es “kohi” que implica vigor, fortaleza, fuerza. Sansón define su habilidad en términos de una cosa, una energía, pero la narración define la fuerza de Sansón en términos de una persona. No somos nosotros los hábiles y fuertes que hacemos las cosas, es una persona poderosa trabajando en nosotros para hacer las cosas en el poder Dios. (13:25 y 16: 20). Una cosa muy importante en el texto de Jueces es que en tres ocasiones se usa la expresión “apartarse de”. Por ejemplo, en el vrs. 17 sansón dice “mi fuerza se apartará de mí”. Allí se usa la expresión “Sur” para describir una acción de alejarse, separarse y divorciarse. Esa es la teoría de Sansón, el supone que eso pasaría. La segunda frase aparece en el vrs. 19 “se apartó de él”. Aquí no es teoría es realidad, ya perdió su fuerza.  Pero lo curioso es que el texto hebreo usa “Sur” una vez más aquí, sin embargo, el texto hebreo agrega una preposición para darle énfasis al verbo. La preposición que el texto hebreo utiliza es “al”. Esta preposición modifica la dirección del sustantivo en uso. Se puede traducir como sobre, en contra de, encima de. En ese sentido en realidad la fuerza no se fue de Sansón, sino que la fuerza que el consideraba impersonal era Dios, y el mismo Dios se volvió contra él y lo resistió. Por eso es por lo que el concepto se repite en el vrs. 20 en donde se usa el mismo verbo y la misma preposición con respecto a que Dios lo había dejado. En realidad, Dios estaba más presente que nunca sólo que ahora su respaldo se convirtió en resistencia en contra de Sansón.

Una vez más Dios mostrará adelante que lo que Sansón tenía que experimentar no era la fuerza humana, y que la cantidad de esa fuerza no era de él. Debía experimentar la calidad de la fortaleza de Dios. Parece que Sansón llegó a entenderlo en los últimos momentos de su vida. Si uno observa su última oración el vrs. 28 allí usa una expresión importante que demuestra que ya no confiaba en su fuerza, ni creía que su pelo era el que le daba la fuerza. Observe lo que dice: “28 Entonces Sansón oró: «¡Dios todopoderoso, ayúdame sólo una vez más! Los filisteos se han burlado de mí sacándome los ojos, te ruego que me des fuerzas para vengarme de ellos»

La expresión “dame fuerza” en el hebreo es “Chazaq”. Esta expresión se puede traducir como restaurar, endurecer, reparar incluso abrazar. Es una petición para que la fuerza de Dios lo vuelva respaldar y ya no obre en su contra. Recuerde que el pelo de Sansón ya había crecido nuevamente, si el hubiera mantenido du posición de antes no hubiera orado a Dios pidiendo fuerza. Al final la ceguera lo hizo más sensible a la voz y fuerza de Dios.

La cuarta y última confusión procede de la expresión “ha descubierto todo su corazón”. Sansón está confundiendo vulnerabilidad por privacidad. El cristianismo es una relación en donde debemos ser transparentes y vulnerables. No somos los tipos de la película. Sin embargo, no podemos descubrir nuestras debilidades y ponerlas en manos de nuestros enemigos por que el resultado será que nos debilitará y no reducirá nuestra llamado “a cualquier hombre”. Nos hará comunes. En dos oportunidades se usa la expresión “descubrir todo el corazón”. Nosotros debemos entender que nuestro corazón se descubre ante Dios y no ante los hombres. Es cierto que hay momentos en que necesitamos la ayuda, pero no debemos pensar que los hombres son los que deben conocer todo nuestro corazón, porque ellos lo malinterpretaran y luego lo usaran en nuestra contra. Así que cuatro cosas resultaron de la imprudencia de Sansón. Primero lo debilitó, segundo lo humilló, tercero lo durmió y cuarto derrotó. Ante el gran peligro es simplemente trágico que Sansón se durmiera en manos de la mujer que lo estaba traicionando. Ya no pudo percibir el peligro. Nuestro mundo privado pertenece a Dios y el sabe como arreglarnos, si podemos ser vulnerables, pero con sabiduría porque no todos aquellos que oyen nuestras confesiones harán algo por nuestro beneficio.

Sansón no supo guardar la gran confidencia de Dios en su corazón. Las presiones, manipulaciones y astucias de Dalila pudieron traspasar la caja fuerte de su corazón. Ante aquel acetileno del engaño se fundió el candado de su voluntad. Aquel huracán de fuertes vientos y lluvias inundó la vida de aquel insigne héroe hebreo. Sansón, aunque bendecido con dones de parte de Dios, escogido como instrumento del propósito divino, bendecido con una posición de autoridad como juez en su tribu, carecía de carácter espiritual. Era muy inmaduro en tomar decisiones correctas. A la única persona que se le debe revelar todo el corazón es a Dios, no a personas imperfectas como nosotros. No sabemos como utilizarán la información que les damos en confidencia. Pero todos somos miembros imperfectos de una Iglesia perfecta.

Una cosa que simplemente debemos entender en la narración es que por Sansón pagaron “mil cien siclos de plata”. Por cada uno de nosotros, el enemigo ha puesto un precio muy alto. El nos tiene a la venta sin nosotros saberlo. ¡Y no estamos en descuento! Algo ofrece el maligno por nosotros. Y alguien cerca de nosotros podría estar dispuesto a negociarnos.

Dalila tenía preparado un barbero, un peluquero que le daría el primero y el último corte de pelo fuera de moda al melenudo de Dios. Quizás con tijeras filisteas tomó aquellas siete trenzas que representaban su pacto con el Dios de la plenitud, y fue cortándolas una a una.

Tenemos que cuidarnos de los barberos del enemigo. Estos tienen sus tijeras amoldadas y solo están buscando un Sansón que se quede dormido para cortarle el cabello. ¡Cuida tu voto de consagración! ¡No te dejes cortar el cabello!

Los hombres y las mujeres de Dios deben mantenerse despiertos. Caer en un sueño profundo del descuido, de la irresponsabilidad, de la despreocupación, de la falta de atención al deber puede llevarnos a la pesadilla del fracaso humano. Uno se puede dormir por cuentos, chismes, por cansancio espiritual, por cosas agradables al oído, por descansar en otros, por creer que todo lo que los demás dicen acerca de nosotros.

Sansón era como Superman vencido por la kriptonita del pecado. Se acostó fuerte, se levantó débil. Se durmió todavía en la presencia de Dios y se levantó sin la presencia de Dios. Aquel día dejó de ser el Sansón de Dios y se hizo el Sansón del mundo; su santidad la cambió por la carnalidad. Allí estaba descarriado de la presencia y del poder de Dios. Recuerde esto, el pecado siempre busca dormirnos, por otro lado, siempre habrá un voluntario que nos querrá quitar la bendición espiritual y finalmente si nos apartamos de Dios el se apartará de nosotros. Matthew Henry dijo con respecto a Sansón: “Así es como arruina Satanás a muchos, acunando suavemente a los hombres para que se duerman, haciéndoles sentirse seguros en medio de sus vicios, y robándoles después la fuerza y el honor para llevárselos cautivos a su arbitrio” (Comentario Bíblico de Matthew Henry, Editorial Clie, pág. 265)

¡Cuidado con los barberos que el diablo tiene preparados para usted!

 

«…la túnica tiene sangre…»

 

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A veces las evidencias de una mala noticia son tan abrumadoras que lo único que una persona hace es derrumbarse ante tantas señales. La mayoría de nosotros no podemos negar los hechos reales de una mala noticia. La mayor parte de veces simplemente nos resignaríamos y tendríamos que sufrir las consecuencias.  Nuestro desaliento es tal que en su mayoría perdemos toda perspectiva de que algo bueno se puede encontrar detrás de las tragedias.

Son esos momentos tan claros y contundentes las que nos hacen cuestionar nuestra fe y porque no decirlo, a Dios mismo. ¿Pero quién tiene la última palabra, las evidencias o Dios? ¿Será posible que una evidencia abrumadora no sea tan contundente sino una experiencia de bien encubierta en nuestra vida?

Jacob recibió en sus manos una túnica con sangre (Génesis 37:32) inmediatamente reconoció que era la de su hijo amado. Al verla concluyó que algo malo le había pasado y que había perdido a su hijo. He allí una evidencia abrumadora de una mala noticia. ¿Qué hace Jacob? Se desploma. El texto dice que rasgó sus vestidos, puso cilicio sobre sus lomos y guardó luto por su hijo muchos días. (Génesis 37:34). Ahora lo curioso es que todo lo que Jacob concluyó no era cierto. Estaba perdiendo la perspectiva oculta, la perspectiva de parte de Dios. Era un hombre engañado por evidencias usadas por la maldad de sus hijos. ¿Qué cosas debemos recordar cuando recibimos una “túnica con sangre” en nuestra vida? Pienso que a lo menos tres cosas debemos recordar cuando pasemos por semejante experiencia.

Primero lo dramático de la evidencia no es la prueba final. Observe que Jacob recibe dos evidencias reales y dramáticas. Primero recibe la túnica. Esta túnica representaba toda su experiencia de padre con José. Era muestra del favor a un hijo favorito de entre los demás hermanos. La túnica expresaba el amor que tenía por José y su deseo de darle lo mejor. Cuantos recuerdos tendría Jacob con respecto a esta túnica. El vrs. 3 del capítulo 37 dice: “Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores”. Significa que esa túnica era preciada por el padre tanto como el hijo. La túnica lo ubica lo emocional del drama. Pero la segunda evidencia es la sangre. Esa sangre representa el dolor y la tragedia del momento. El que hubiera sangre es que había muerte. Por lo tanto, la túnica llevaba el mensaje de que el la usaba, su amado hijo José había muerto despedazado por una fiera. La sangre lo ubica en lo circunstancial del drama.

La vida nos hace oscila ante lo emocional del drama y lo circunstancial del drama. Son esas evidencias las que nos hacen pedazo. Nos sentimos despedazados emocionalmente cuando recordamos las evidencias de un divorcio, la muerte de alguien, la pérdida de algo. Sentimos que el mundo se nos desbarata emocionalmente por todos los recuerdos que nos atan y perdemos en un momento especial de la vida. Nunca pensamos pasar por lo que estamos pasando, nunca escogimos lo que hoy se nos está haciendo vivir. Lo emocional fulmina nuestra vida y nos sumerge en una tremenda depresión y pérdida de esperanza. Pero luego llega lo circunstancial. Nos vemos involucrado en circunstancias dolorosas, perdemos el amor, la gente se llega aborrecer y hacerse daño. Nunca más podemos estar tranquilos porque nuestras circunstancias no sólo son dramáticas, sino que nos han robado lo que más amamos, y para ponerlo en palabras de Jacob “simplemente la vida ha despedazado lo que amábamos”.

En segundo lugar, lo traumático de la experiencia no es nuestra situación final. Puede usted observar que la experiencia de Jacob no sólo fue dramática sino traumática. El diccionario de la Real Academia Española dice que trauma es un choque o impresión emocional muy intensos causados por algún hecho o acontecimiento negativo que produce en el subconsciente de una persona una huella duradera que no puede o tarda en superar. Observe lo que hace Jacob. Primero rasgó sus vestidos, que era un acto de tristeza y agonía. Segundo puso cilicio sobre sus lomos. El cilicio era una tela áspera, generalmente hecha de pelo de cabra, de color negro. Este mismo material se utilizaba para la fabricación de sacos o costales. En los tiempos bíblicos, se vestían de cilicio como una expresión de duelo, desastres personales o de la nación, tribu o una familia. Esto era una expresión de dolor y sufrimiento. También se utilizaba como penitencia por los pecados cometidos y se aplicaba para pedir misericordia o plegaria especial solicitando perdón. Jacob al usar cilicio nos dice que está sufriendo profundamente. En tercer lugar, dice que guardó luto por su hijo muchos días.

La religión judía provee un acercamiento estructurado hacia el duelo que se divide en cinco etapas: La primera etapa: aninut. Este es el período entre la muerte y el entierro, cuando la desesperación es más intensa. En este momento, quien está de duelo, está exento de todos los requerimientos religiosos más importantes en reconocimiento a su desconcierto mental. La segunda etapa: lamentación

El período consiste en los primeros tres días que suceden al entierro, días dedicados al llanto y la lamentación. Durante este tiempo, el enlutado no debe responder inclusive a saludos y debe permanecer en su hogar (exceptuando en ciertas circunstancias). La tercera etapa: Shiva.  Esta etapa cubre los siete días que suceden al entierro, e incluyen el período de tres días de lamentación que recordamos anteriormente. Durante esta fase, el enlutado sale de una fase de intenso dolor y empieza una etapa en la cual su estado de ánimo está ya preparado para hablar de su pérdida y aceptar el consuelo de sus familiares y vecinos. La cuarta etapa: los sheloshim. Este período consiste en los treinta días (incluyendo los 7 días de shivá) posteriores al entierro. La quinta etapa: un año de duelo. Después de los sheloshim, comienza la quinta etapa: el período de 12 meses desde el día del entierro. En esta etapa las cosas comienzan a regresar a la normalidad y el trabajo a su rutina, pero los sentimientos internos del enlutado siguen estando heridos por la pérdida del ser querido. Durante este período de los doce meses el enlutado tiene prohibido participar de fiestas, tanto públicas como privadas. Al finalizar el año de duelo, el enlutado debe recordar a su ser querido en izkor o en su ior-tzait (aniversario de fallecimiento). De hecho, la tradición judía reprueba a la persona que desea seguir su duelo después del período decretado.

Ahora debemos recordar que, a pesar de tanto luto, José sigue vivo solamente que Jacob no lo sabe.

La tercera cosa que nos muestra lo pragmático de la exigencia es nuestro reto final. El pasaje cierra con el vrs. 36 termina diciendo “lo vendieron en Egipto”. Es importante saber que tanto para Jacob y sus demás hijos Egipto en este momento no representa absolutamente nada. Per será su salvación años más adelante. Dios se está anticipando a la necesidad de Jacob y su gente. Dios tiene planes evidentemente prácticos y de bien para nosotros. Cuando José resume su evaluación en el capítulo 45:8 dice: “Así, pues no me enviasteis acá vosotros, sino Dios que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto”. Al final nuestro desafío es entender que Dios tiene controlado nuestro destino a pesar de las evidencias abrumadoras en mi contra.

¿Qué podemos entender cuando nos lleve la túnica con sangre a nuestra vida? Debemos entender que lo dramático de la evidencia no es la prueba final, debemos entender que lo traumático de la experiencia no es nuestra situación final y finalmente lo pragmático de la exigencia es nuestro reto final.

¿Alguna vez te ha pasado por la mente rendirle homenaje a la persona o situación que ha causado un problema? A veces se necesita fe en cantidades industriales para dar como un hecho que con la dificultad que estás pasando, Dios te está abriendo las manos no para quitarte algo sino para desocuparlas y que puedas estar preparado para recibir algo más grande. Algo así hizo un pueblo de Estados Unidos. A principios del siglo XX, en el sur de esta nación norteamericana el cultivo de algodón era la principal fuente de ingresos hasta que el gorgojo pasó de México a los Estados Unidos, y destruyó toda la siembra de este producto. Los granjeros se vieron obligados a cultivar otros productos como soya y maní. Aprendieron a usar sus tierras para criar ganado, cerdos y pollos. Como resultado, muchos más granjeros llegaron a ser prósperos que en los días cuando el único cultivo era el algodón.  El pueblo de Enterprise, Alabama, estaba tan agradecido, que en 1910 construyeron un monumento al gorgojo. Cuando cambiaron del sistema de cultivo único a cultivo diversificado, se hicieron más ricos. La inscripción en el monumento dice: “Con profundo aprecio al gorgojo y lo que hizo para proclamar la prosperidad”.

«…Y venía el león…»

 

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A veces la vida tiene giros inexplicables. Sobre todo, cuando esos giros nos toman por sorpresa. Llegar a la tierra de la desilusión es más fácil que cualquier otra cosa. Tenemos la tendencia a controlar y a “planificar” el futuro, pero ese futuro en un alto porcentaje es esquivo y no se deja gobernar. De allí la importancia de una vida plena en lugar de una vida planificada. Lo curioso es muchas personas que tienen una relación con Dios no saben asociar las sorpresas (buenas o malas) de la vida con el carácter y el propósito de Dios. Y pierden el rumbo y el mapa de la vida. Hay veces que la existencia se vuelve como alguien que está en el océano de la vida con un mapa de carreteras en vez de un compás y de tal manera que no se está seguro de cómo manejar el timón del barco o si realmente habrá un arribo seguro.

Muchas de estas experiencias nos cansan, nos debilitan y el peor de los casos paralizan nuestra existencia, renunciado así a la grandeza de vivir para Dios.

¿Cómo lidiamos con esos giros de la vida? ¿Cómo sobrevivimos a los momentos de deriva espiritual? Al fin y al cabo ¿Por qué Dios permite semejantes traspiés? ¿Qué hacemos cuando la vida te manda un león un oso y un gigante? Por lo menos sabemos lo que hizo David ante las circunstancias antes expuestas. ¿Qué tipo de situación genera el aparecimiento de León?

En 1 de Samuel 17:34 la biblia registra la siguiente narración: “…David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba…”

David sabía lo que era enfrentarse a los leones, osos y gigantes en su vida.

Me gustaría hacer una primera observación en el texto que nos vincula con las RAZONES del ataque en nuestra vida.

Hay tres razones que los ataques del enemigo quieren afectar en nuestra vida o en tu propia vida. La primera razón es por causa de nuestra dedicación Observe la expresión que David utiliza para introducirse “tu siervo”. El, en todo lo que emprende tiene la convicción de que está para servir. Le ofrece su servicio a Saúl, a pesar de que el no tenía ninguna obligación en el conflicto de Israel con Goliat. Los métodos son muchos, los principios pocos; los métodos siempre cambian, los principios nunca. Necesitamos, sin duda alguna, métodos para servir a Dios, pero debemos recordar que los métodos funcionan movidos por los principios o convicciones que hay detrás de ellos. Adoptar un nuevo método solo porque funciona para otra persona, sin entender primero los principios que hay detrás de ese método, es abandonar tanto el compás como el timón en un barco y comenzar a ir a la deriva sin esperanza en el mar tempestuoso del servicio. El problema con demasiados de nosotros es que pensamos que Dios nos llama a ser fabricantes cuando El en realidad nos llama a ser distribuidores. Solo Él tiene los recursos para satisfacer las necesidades humanas; todo lo que nosotros podemos hacer es recibir sus riquezas y compartirlas con otros: «No tengo plata ni oro», anunció Pedro, «pero lo que tengo te doy» (Hechos 3:6). En lo que se refiere al ministerio todos estamos en bancarrota y solo Dios es rico. Como dijo Pablo: somos «como pobres, más enriqueciendo a muchos» (2 Co. 6:10). Debido a que tenemos una «mentalidad de fabricantes» somos propensos a depender de nuestros propios recursos, cosas tales como: la experiencia, el entrenamiento, el dinero, el talento y la educación. Dios puede santificar y usar estos bienes y valores, pero se convierten en estorbos aparte de la gracia divina. Los verdaderos siervos de Dios ayudan a otros independientemente de si ellos se benefician o no. Su único interés es que Dios sea glorificado y que las personas confíen en Cristo. Este tipo de convicción tenía David. Dios está tan interesado por el siervo como lo está por el servicio. Si todo lo que Dios quisiera es que el trabajo se realizara, podría enviar a sus ángeles, y ellos lo haría mejor y más rápido. Pero Él no solo quiere hacer algo por medio de nosotros, sino que también quiere hacer algo en nosotros.

 La segunda razón es por causa de nuestra devoción. David agrega que su función era ser pastor de ovejas. David era pastor, el había venido al mundo para funcionar como pastor. No podía hacer otra cosa más que eso. No buscaba imitar a otros, no renegaba de lo que le había tocado ser y hacer. He destacado el hecho de que el ministerio no es algo que nosotros hacemos por Dios, sino algo que Él hace en y por medio de nosotros: «Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Fil. 2:13). El querer» y el hacer» proceden ambos de Dios. Las tareas a las que Dios nos llama las podemos hacer con su ayuda; si no fuera así Él nunca nos habría llamado: Fiel es el que os llama, el cual también 10 hará» (1 18. 5:24).  Cuando funcionabas en el ambiente del reino de Dios debemos entender que primero Dios no se ha equivocado en elegirme, segundo Dios quiere que sea genuino. Una de las tragedias en la iglesia hoy es que hay demasiadas personas tratando de imitar a los «grandes» en vez de ministrar en la manera en la que Dios quiere que lo hagan. Lo que más importa y cuenta no es

cuánto tenemos al comenzar, sino qué tenemos para presentar al final de la carrera.

Por otro lado, esa función es prestada. David que las ovejas no le pertenecen, sino que son las ovejas de su padre. Nuestra función es administrar lo que nuestro Padre ha delegado en nuestras manos.

La tercera razón es por causa de nuestra decisión. El texto refleja varias acciones dinámicas que nos muestran la pasión de David por lo que se le había entregado en sus manos. Recuerde que eran las ovejas de padre. Para muchos esa sería una razón por la cual no preocuparse si se perdía alguna oveja. Podría haber pensado: “esto no es mío, por lo tanto, no puedo esforzarme por algo que no es mío”. Sin embargo, David administraba las cosas de su padre con tanta pasión y celo que el texto dice que salía…hería…libraba…mataba la amenaza. David se esforzaba de tal manera que se exponía al riesgo incluso de perecer ante un adversario más fuerte que él. David era dedicado en su servicio a Dios y eso lo hacía superior a todos los demás servidores de Dios en ese momento.

Si somos, dedicados, devotos y decididos podremos entonces salir ilesos sobre el león y el oso y por último el gigante.  La dedicación, la devoción y la decisión nos llevará a una determinación de establecer el honor y la reputación de Dios. En ese sentido entonces sería la cuarta razón que es por causa de nuestra determinación. El vrs. 36 David asocia lo del león, el oso con la situación de Goliat. El texto dice: “fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba y este filisteo incircunciso será como uno de estos… Dios había preparado a David con el león y el oso para enfrentar a Goliat. Observe que el león y el oso buscan tres cosas importantes en la vida de David y en tu propia vida. Primero trata de despojarte de tu estabilidad. El texto dice “tomaba un cordero de la manada”. Los corderos eran su responsabilidad, su trabajo, lo que le daba estabilidad. Perder un cordero era perder su estabilidad laboral y familiar porque tendría que darle cuenta a su padre de la pérdida de sus posesiones.  Segundo trata de despojarte de tu seguridad. El pasaje dice que debía salir tras él. Eso lo dejaba vulnerable e inseguro. Debía ir a su territorio encontrarlo y enfrentarlo.  La tercera cosa que el eón, el oso hacen es despojarte de tu integridad. Observe que dice y “si se levantaba contra mí”. Una cosa era encontrarlo y otra cosa era despojarlo y otra era vencerlo. El león y el oso tienen una naturaleza de “levantarse” no se quedan quietos, nos atacan y nos quieren destruir. Si estamos determinados a hacer la obra de Dios y su voluntad entonces podremos vencerlos.

Hay también tres acciones que David determina utilizar para vencerlo. Primero inmovilizarlo “echaba mano de la quijada”. Sabía cuáles eran las formas de detener su ferocidad. Segundo lo hería, es decir “debilitarlo”. Con la herida David sabía que ya no tendría la fuerza original y tendría miedo porque había sido tocado. Y la tercera cosa “lo mataba” es decir aniquilarlo. Nuestra determinación es el resultado de la dedicación, la devoción y la decisión por Dios lo que nos lleva a inmovilizar, debilitar y aniquilar al enemigo.

David concluye y dice: “Jehová que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso también me librará de la mano de este filisteo”.

El filisteo es un enemigo superior al oso y el león, porque los primeros son animales y funcionan con instintos, pero el segundo es humano y funciona en otra dimensión. Nuestras batallas y victorias previas nos preparan para un nivel superior de batalla.

Ahora podemos entender el propósito del león y el oso en nuestras vidas. Es una fuente de inspiración y fortaleza la gran confianza en Dios del joven David. Con su fe en Dios venció un león, un oso y derrotó al poderoso Goliat. El león que iba a despojar el ganado vino como una gran oportunidad para David. Si él hubiese fracasado o sido débil, hubiese perdido la oportunidad de Dios para él y probablemente jamás hubiese llegado a ser el escogido de Dios, de Israel. «Y venía un león.» Uno no podría pensar que un león era una bendición especial de Dios, sino una ocasión de alarma. El león era la oportunidad de Dios disfrazada. Todas las dificultades que se nos presentan; si las recibimos como debemos, son oportunidades que Dios nos envía. Toda tentación que atravesamos es una oportunidad de Dios. Cuando viene el «león» debes reconocerlo como una oportunidad de Dios sin importarte su furiosa apariencia. El mismo tabernáculo de Dios estaba cubierto con pieles de tejón y pelos de cabra; uno no podía pensar que allí hubiese gloria alguna.

La gloria de Dios era manifiesta bajo aquella clase de cubierta. Pidamos a Dios que abra nuestros ojos para que le veamos bien en las tentaciones, pruebas, peligros o desgracias

«…Lidiando con situaciones difíciles…»

 

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La vida tiene situaciones difíciles o imposibles, a las cuales los creyentes llamamos “batallas” o “luchas”, las cuales parecieran querer interponerse en nuestro camino hacia las bendiciones de Dios.  Así como en lo natural un ejército necesita una estrategia y armamento adecuado para combatir, ya sea en un terreno desértico o en una geografía rocosa y de bajas temperaturas, lo mismo sucede en el ámbito espiritual: Para cada “batalla” que enfrentemos necesitamos saber cómo la vamos a enfrentar y vencer. ¡Esa es una de las claves para obtener la victoria! Por eso es muy importante que prestemos atención a lo que viene, pues Dios nos quiere dar su estrategia adecuada para nuestras batallas específicas en la vida.

En nuestras luchas espirituales debemos entender que para cada etapa de la vida hay un enemigo diferente, o, mejor dicho: El enemigo es el mismo pero sus estrategias para debilitarnos, desgastarnos y destruirnos son diferentes.  Es por eso por lo que para cada batalla espiritual que enfrentemos debemos saber con cuál estrategia espiritual vamos a vencer.  Eso significa que él nos dará el discernimiento exacto sobre cuál estrategia espiritual aplicar en el momento preciso y adecuado.

El Salmo 144 tiene tres principios básicos que se me otorgan para poder alistarme ante la batalla que se me pueda presentar en la vida. Este es nuevamente un Salmo escrito por David. Parte de su contenido es muy similar al del Salmo 18, que comenzaba diciendo: «Te amo, Señor, fortaleza mía. Señor, roca mía y castillo mío, mi libertador». Fue escrito a consecuencia de una de las experiencias de David, cuando fue librado de la mano de Saúl. Ahora, también es profético, y mira hacia el futuro hacia aquel día que se acerca, cuando su pueblo sufrirá en el período de la Gran Tribulación. En esa época de tanta aflicción ellos se volverán a Dios en oración. Este salmo también es aplicable a todos los creyentes a través de los siglos, entre el tiempo de David y los tiempos finales.

¿Cuáles son las verdades reveladas por Dios en este Salmo 144?

La primera gran verdad es que Dios es amoroso por eso me cuida personalmente. (1-4)

David utiliza a lo menos cuatro expresiones que demuestran las dimensiones del cuidado de Dios.

Dios me cuida…

La primera expresión es “roca”. Esto nos habla de estabilidad. El fundamento sobre el cual el amor de Dios se centra es sólido e inquebrantable. En realidad, la palabra expresa una montaña completa desde dónde se puede estar estable. En realidad, la expresión habla también de una posición estratégica en un acantilado de una montaña. La segunda expresión es la expresión “castillo”.  Esto me habla de seguridad. La palabra se puede traducir como red, fortaleza y lugar seguro.  La tercera palabra es “fortaleza”. La expresión se puede traducir como “mi alta torre”. Aludiendo a las torres donde se vigilaba y se estaba alerta para detectar alguna amenaza o un enemigo. Esto me habla de tranquilidad. Y la última expresión es “escudo”.  Esto me habla de habilidad.

Dios me defiende, el se interpone en los ataques. La expresión se refiere al escudo que cada soldado llevaba y que lo protegía y cubría de cualquier ataca.

Dios me cuida personalmente…

Observe que cada frase va acompañada por el pronombre “mi”, “mía” y “mío”. Por otro lado, hay dos expresiones importantes. El texto dice que adiestra “sus manos para la batalla y sus dedos para la guerra”. ¿Cuál es la relación entre manos-batalla y dedos-guerra? Las manos es un enfrentamiento personal de empuñar algo en una escaramuza. Y los dedos son de manera más especializada e individual para toda una serie de conflictos. Por eso se le llama guerra.

La segunda gran verdad es que Dios es poderoso por eso me libra victoriosamente. (5-11)

Para ilustrar esta verdad observamos dos párrafos iniciados con dos nombres distintos de Dios. Cada una de las características que siguen a cada nombre denota lo que esos nombres son y representan para Israel. El primer nombre aparece en el vrs. 5. Allí se comienza diciendo “oh Jehová”.  El primer nombre es el nombre propio de Dios. Se relaciona con su carácter y con sus compromisos con su pueblo. Es el Dios pactado con su pueblo. Este Jehová controla con su Poder, con su Presencia. Está ampliamente comprometido con su pueblo. La segunda expresión aparece en el vrs. 9 y es “oh Dios”. En el texto original la expresión para Dios es “elohim”. Este es el Dios que se relaciona con su creación. Es el Dios adorado por su pueblo.  En este sentido es una frase que incluye pluralidad. Pareciera ser como una pequeña ilustración sobre lo que sería la revelación de la Trinidad más adelante en el NT.  Por este término es que el salmista irrumpe en adoración y alabanza. Hay cuatro palabras en los vrs. Que denotan adoración y alabanza a Dios.

La tercera gran verdad es que Dios es gracioso por eso me bendice abundantemente. (12-15).

Podemos observar el progreso de la bendición en el salmo. Usa cuatro expresiones que alcanzan cuatro grandes áreas de necesidad que pueden ser suplidas por Dios. La primera expresión “nuestros hijos”. Es el área familiar. Dios está comprometido a una bendición que parte de su gracia para nuestras familias. Luego dice “graneros”. Es el área material. Eso implica una guardia constante sobre mi producción. Sea cuál fuere. La tercera expresión “es ganados”. Esto nos habla del potencial de una persona. Una persona que poseía ganados era una persona potencialmente poderosa e influyente. La cuarta expresión tiene que ver con el área emocional.  Y es la expresión bienaventurado. Esta expresión nos habla de una persona con capacidad de disfrutar las cosas. Se puede traducir como “felicidad” o “feliz”.

Dios nos promete entonces en este salmo que nos dará la victoria sobre la batalla que hayamos emprendido, cualquiera que sea en este momento de tu vida. Es una razón importante que la debemos tomar seriamente. Esta capacitación o adiestramiento tiene tres grandes declaraciones de parte de Dios. La primera declaración es que Dios es amoroso porque me cuida personalmente. En segundo lugar, Dios es poderoso porque nos libra victoriosamente.  Y finalmente Dios la tercera cosa es que Dios es gracioso porque nos bendice abundantemente.

 

«…cuatro tipos de ataques…»

 

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El miedo o temor es una perturbación angustiosa del ánimo, una emoción caracterizada por un estado intenso, habitualmente desagradable, provocado por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es un estado de agitación, inquietud y zozobra; una aversión frente al riesgo o la amenaza; una reacción de alerta y protección; una función adaptativa ante situaciones adversas; un recelo de que suceda algo contrario a nuestro deseo; un mecanismo de defensa y supervivencia; una tensión necesaria para vivir y superar los peligros, compromete todo el estado físico y psíquico o emocional desencadenando una reacción de ansiedad cuya respuesta puede ser la huida, la pelea o la rendición. Se manifiesta tanto en los animales como en el ser humano. [1]

El miedo tiene una compleja explicación neuronal y química. Además, puede registrar diversos niveles de intensidad: está el susto o sobresalto que consiste en una impresión pasajera; luego la ansiedad que es una cierta inquietud de ánimo; después viene el miedo propiamente dicho el cual resulta necesario y hasta saludable, también están las fobias -miedos personales desproporcionados- luego se encuentra el terror que es la turbación producida por sucesos nefastos y terribles, posteriormente está el horror que es la ofuscación por situaciones repulsivas y repugnantes y –por último- el pánico que es el miedo más intenso y escalofriante.[2]

Estamos en un tiempo de miedos globales: la inseguridad, las crisis económico-financieras, las catástrofes naturales, el terrorismo, el índice de delincuencia y criminalidad, etc. Vivimos en circunstancias de tanta presión que el stress dispara cualquier miedo. Respiramos un aire toxico de miedos y fobias.

En fin, el miedo recorre las fibras del ser humano y de la sociedad en todos los tiempos. Se podría hacer una lectura crítica de la historia del pensamiento humano y del desarrollo social a través del prisma de nuestros principales y más representativos miedos comunes.

¿Qué miedos tienes? ¿qué miedos te inculca la sociedad?; ¿qué miedos has superado?, ¿qué miedos aún te han quedado empañando las ventanas del alma?, ¿has tenido muchos muros que sortear?, ¿cómo te sentís últimamente?

El miedo tiene múltiple caras, máscaras y disfraces: miedo al futuro, miedo a perder trabajo, afecto, salud, juventud, belleza, estatus social, honor, imagen; miedo al ridículo, al rechazo, a quedarnos solos, a que el otro no nos entienda, a la entrega, al compromiso, a los intentos, a los fracasos, a perder; miedo por nuestros hijos y por nuestros padres, al dolor físico, a la enfermedad y el miedo que engloba todos los miedos: a la muerte.

Llegamos también a tener miedo de nosotros mismos: lo que somos y lo que no somos, lo que no conocemos de nosotros, lo que no podemos o queremos, a nuestro pasado, presente o futuro. Podemos incluso experimentar miedo al miedo.

Me parece interesante que el salmo 91:13 nos explica de cuatro tipos de fuentes para el miedo.  Nos muestra lo que son y cómo podemos vencerlos. Observe lo que dice el Salmo 91:13:

“Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón.”

En este pasaje se muestran cuatro fuentes del temor y dos acciones para sobreponerse a él.

En primer lugar a las cuatro fuentes del ataque les llamaremos REACCIONES.

El primer ataque es el  esperado. Este está simbolizado por la figura del León. Nadie que está en sus cinco sentidos pensará que un León en la jungla es amigable. Todos nosotros sabemos que encontrarse con un León es esperar una ataque. Lo mejor es correr o escapar porque el ataque de un León es inminente. Tenemos que tener conciencia de que la vida y las decisiones que tomamos traen incorporados ataques. No se puede vivir la vida sin que un hijo de Dios reciba los ataques. Solamente aquél que vive en una burbuja es lo suficiente ingenuo para creer que no le va a pasar nada.  En el libro de Proverbios capítulo 14:4 dice: “…sin bueyes el granero está vacío”. En el texto original se puede traducir sin bueyes en el granero no hay estiércol” o “sin bueyes en el granero está limpio”. Este proverbio nos da la indicación de que todo lo que hacemos en la vida tendrá sus ataques esperados. Si se casa, habrá problemas. Si tienes hijos espera problemas. Si trabajas espera problemas. No podemos escapar de eso. La única manera de no tener problemas con  los hijos es no teniendo. La mejor manera de no tener problemas en el matrimonio es no casándose. Así que espere problemas.

El segundo ataque es el inesperado. Este está simbolizado por el ataque de la Cobra o Áspid. La cobra real pertenece a reptiles muy temidos en las regiones donde habitan, pues hasta la fecha se consideran las serpientes venenosas más grandes del mundo. Tienen un tamaño realmente impresionante. Su rango oscila entre los 3.0 o 4.0 metros de largo, pero se han registrado casos excepcionales de ejemplares de poco menos de 6.0 metros. El peso es de 6.0 kg aproximadamente pero cobras reales de 12 kg se han hallado en algunas regiones de Asia, como Singapur. Se consideran las serpientes venenosas más grandes del mundo.

El veneno de la cobra real es letal. Se compone de neurotoxinas con otros elementos que al combinarse dan como resultado una sustancia muy peligrosa. Con una sola mordedura son capaces de derribar a sus presas, pues inyectan de 200 ml a 7 ml de veneno que va directo al sistema nervioso, el cual comienza a deteriorarse de una manera muy rápida. Vértigo, dolor y visión borrosa son los primeros síntomas. Parálisis, colapso cardiovascular, estado de coma y deficiencia respiratoria son los resultados fulminantes.

De acuerdo con la salud de la víctima y a la cantidad de veneno inyectado es la velocidad con la que muere el afectado. La muerte se presenta entre 30 minutos hasta 12 horas. En humanos esto depende también de la atención médica adecuada para controlar la expansión del veneno.[3]

Nadie se espera un ataque de una Cobra. Por lo general las personas que son mordidas son sorprendidas porque las patean o las tocan sin darse cuenta de su existencia.  Este tipo de ataques son los que quizás nos desestabilizan más, porque son del tipo que nos hacen perder el control de la situación. Son los que nos toman desprevenidos y nos demuelen porque son rápidos, letales y muchas veces fulminantes. Un pareja que pide el divorcio sin esperarlo, alguien que es infiel y el acto nos agarra desprevenido. Una muerte repentina, un hijo que se va de casa y está involucrado en las drogas, un reajuste de personal y eres el primero en ser despedido, una hija que confiesa estar embarazada a su corta edad, etc. ¿Cómo manejamos esos ataques inesperados de la vida? ¿Cómo nos recuperamos?

El tercer ataque es el asolapado. Y está tipificado por el cachorro de León.

Se establecido que un cachorro de León al momento del parto puede pesar entre 3 a cuatro kilos. Ya en pleno desarrollo pueden llegar a pesar hasta 285 Kilogramos en el macho y unos 152 kilogramos en la hembra. Una de las cosas importantes es el hecho de que un cachorro de León es agradable, jocoso y hasta precioso en su forma de ser.  La gente que los compra se maravilla con lo gracioso que son. Lo único que olvidan es el hecho de que ese cachorro tiene encerrado todo un potencial de destrucción que se  manifestará con el correr del tiempo. Sólo es cuestión de tiempo y alimentación para que el cachorro se convierta en una verdadera amenaza para la existencia del hombre. Estos ataques asolapados pueden venir como “cachorros” en una relación emocional “inofensiva”. Puede venir en una decisión postergada, que con el correr del tiempo si no se toma simplemente será una tremenda amenaza. Por ejemplo hay padres que están viendo en sus hijos ciertas conductas que a su edad tal vez no sean tan preocupantes, pero que si no les ponen un alto simplemente serán un peligro mayor con el tiempo y será más difícil batallar.

El cuarto ataque es el infundado. Y está tipificado con el dragón. Quiero que observemos el texto, y nos demos cuenta como el pasaje señala que el ataque es consistente. ¿Alguna vez te has preguntado a qué se refiere esto? ¿Por qué se usan estas figuras? ¿Son literales o figuradas? ¿Son reales o imaginarias?  Varios autores sugieren que serían peligros reales a los que Israel se enfrentaría, por ejemplo Morris dice lo siguiente: “Esto también es una promesa para la protección contra la mayoría de los animales -incluso peligrosos dragones. Esta palabra (hebreo tanino) significa en realidad ‘dragón’, no ‘serpiente’, como se desprende de sus otras apariciones. Es más probable se refiere a algunos reptiles extintos como los dinosaurios, que no tenía ninguna duda sobrevivieron al Diluvio larga lo suficiente como para ser bien conocidos por el mundo antiguo. Otras referencias a los dragones en la Biblia y en las tradiciones antiguas de todo el mundo, así como al  Leviatán (véase, en especial, Job 40,41). [4]Para Morris existe la implicación de que los hombres y los dinosaurios vivieron contemporáneamente[5]. Sin embargo a pesar de su interpretación no hay duda que tiene razón en el hecho de que son amenazas peligrosas. Tratando de usar un hermenéutica lo más saludable posible, podemos concluir que las descripción de estos animales, tiene un doble acercamiento, es decir se da por hecho la existencia real de los animales, y el segundo acercamiento es que más allá de lo literal ilustra un peligro espiritual usando un lenguaje figurado, ya que este versículo se encuentra dentro de la guerra espiritual y de las  manifestaciones angélicas. El principio del que debemos partir es que la biblia nos dice al usar cosas reales y figuradas que existe una realidad y que el peligro es consistente en nuestras vidas. Así que los problemas de dragón concluyo  pueden ser temores que sean producto de mi  imaginación. Temores infundados. Es una forma válida de ataque espiritual. Mantienen a la persona en el pasado o en el futuro en lugar de experimentar la vida en el presente. ¿Cuántas oportunidades para el Señor hemos perdido debido a temores de vanas imaginaciones?

Este tipo de temores son los más paralizantes, ya que no percibimos ningún tipo de solución. Muchas veces tiene que  ver con nuestro futuro y los miedos que proyectamos para ese tiempo. Aquellas cosas que dominan mi imaginación, como será la vejez, la salud. Una sospecha con celos del cónyuge, pensar que todo el mundo habla de uno etc.

¿Ahora, cuál es la clave para poder enfrentar estos ataques o temores en nuestra vida?

En segundo lugar, a la respuesta a las REACCIONES les llamaremos ACCIONES.

Hay dos expresiones importantes que están asociadas con los cuatro conceptos.

La primera expresión es la frase: “pisar”.

Esta expresión implica caminar, marchar de una manera firme. Debido a que es un imperfecto en modalidad Qal en el hebrero denota constancia, perseverancia. La frase nos reta a que tenemos los elementos en nuestro caminar con Cristo para protegernos de los ataques tanto esperados como inesperados. Debido a que estos ataques generan miedo y temor cuando caminamos, la tendencia sería a caminar despacio, con miedo y en última instancia paralizar nuestro caminar.  Los ataques esperados e inesperados persigue boicotear nuestro caminar.

La segunda expresión es la frase  “hollar”. El diccionario dice de hollar: “Pisar,  dejando señal de la pisada, también incluye la idea de comprimir algo con los pies y finalmente también tiene la connotación de abatir, humillar, despreciar. Esto implica de prestar mayor detalle a algo con el propósito de aplastarlo totalmente. El pisar nos evita paralizar y el hollar nos invita a eliminar.  Las dos acciones son expresiones del poder de Dios en nuestras vidas. Dios nos ha dado la capacidad de avanzar. Creo que las dos expresiones tienen que ver con las acciones de la fe para emprender un camino lleno de obstáculos y la autoridad para reprender situaciones que debemos eliminar en nuestras vidas.

La narración del desánimo de Elías en 1 Reyes 19 nos enseña una verdad extraordinaria de parte de Dios y su trato con nuestras crisis. El vrs. 19 nos dice que Elías “se metió en una cueva”. Y luego Dios le habla y le pregunta…” ¿qué haces aquí Elías? Observe que Dios no le dice que “¿haces allí Elías?” Lo que viene a demostrar que el mismísimo Dios estaba dentro de la cueva con Elías. ¿Capta lo extraordinario de eso? El omnipresente e incontenible Dios se reduce su gloria para estar dentro de una cueva con su profeta.  Y es que cuando estás en la cueva ten por seguro que Dios se encuentra allí contigo.

Así que hemos visto cuatro ataques que llegan a nuestra vida. El primer ataque es el esperad. El segundo ataque es el inesperado. El tercer ataque es el asolapado y finalmente el cuarto ataque es el infundado. Sea lo que sea que me paraliza con temor debemos estar confiados que Dios estará allí con nosotros, así que nos desmayemos sino avancemos para gloria de Dios.

[1] https://eduardocasas.blogspot.com/2010/09/el-fantasma-de-nuestros-propio-miedos.html?q=temor

[2] Ibíd.

[3] http://www.snaketype.com/es/cobra-real/

[4] Morris, Henry M. Sampling the Psalms. El Cajon, CA: Master Books, 1991.

[5] Ibid.

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Eclesiastés 1:16-18 (Mi propia paráfrasis)

Hablando conmigo dije: «Sé más y soy más inteligente que nadie antes que yo en Jerusalén. He acumulado sabiduría y conocimiento. Sin embargo, lo que finalmente he concluido es que la sabiduría y el conocimiento son estúpidos e insensatos, nada más que escupir en el viento. 18 mucho aprendizaje te causa muchos problemas. Cuanto más sepa, más duele.

Mis padres siempre hacen referencia a mi niñez como alguien que siempre hablaba solo. Sin embargo, pienso que eso no era exclusivo mío. La mayoría, por no decir todos hablan muchas veces solos. Es un diálogo interno normal en el ser humano. Quizás cuando más cargados estamos es cuando más tenemos ese soliloquio terrenal. Salomón ha llegado a ese momento en que está hablando consigo mismo. ¿Y cuál es su charla interna? Que el ser un hombre estudioso no te libera, sino que te carga.

Nos hemos obsesionado con el conocimiento y la preparación. Muchas personas piensan que mientras más preparado estamos, más oportunidades de progreso se tienen. Pero eso ha cambiado en este nuevo siglo, en realidad la preparación en nuestros contextos latinoamericanos, con altos índices de desempleo no hacer honor que “mientras más preparado mejor trabajo”.

Salomón dialoga consigo mismo con tres cosas. Primero es un diálogo introspectivo. Es un diálogo con lo que sabe. Si observamos él dice que “se dijo para sí”, en comparación con el resto de su generación y su entorno, el se ha destacado intelectualmente más que cualquier otro. Se auto denomina “más sabio”, engrandecido, tiene acumulación de conocimiento. Es como si fuera el hombre más preparado del planeta en ese momento de su vida. ¿Y que produce todo ese saber? Sólo una acumulación de conocimiento, pero nada de satisfacción. Así que su diálogo introspectivo con lo que sabe no la ha llenado plenamente su vida. Y lo mismo pasará con el adicto al conocimiento. Hoy vivimos en nuestro mundo una inflación académica. Hace años bastaba con un título de Licenciatura para poder aspirar a un puesto de trabajo, pero ahora ya no. Hoy debe ser Maestría, y en muchos lugares Doctorado. Lo que ocurre es que la gente acumula títulos y conocimiento, pero es menos sabia y menos feliz.  Segundo es un diálogo perceptivo. Es un diálogo con lo que descubre. La RV60 lo pone de esta manera: “dediqué mi corazón”. La palabra “dedicarse” es una palabra que da la idea de investigar, profundizar, analizar algo. Ha pasado de observar adentro a observar afuera. Esta misma versión dice “locuras y los desvaríos”. Es obvio que Salomón vio todas las cosas incongruentes de la conducta humana. De cómo la sabiduría y el conocimiento en lugar de hacer más cuerda y estable a la persona genera todo lo contrario.  ¿Cómo el conocimiento le puede a uno generar aflicción de espíritu? Simplemente para ponerlo en palabras de T.S. Elliot “Toda nuestra sabiduría nos acerca más a nuestra ignorancia”. En otras palabras, mientras más aprendemos, más pequeños nos sentimos. Salomón estaba confuso. Buscó educación, sabiduría y conocimiento como nadie lo había hecho antes. Y mientras más dominaba estos campos más vacíos parecían.

Tercero, es un diálogo reflexivo. Es un diálogo con lo que satisface. Salomón concluye que si uno centraliza su vida sólo en el conocimiento y la educación tendrá mucho dolor. La mayoría de nosotros tenemos más información en los discos duros de nuestras computadoras de la que naciones enteras poseían en sus antiguas bibliotecas. Sin embargo, nunca ha habido tanta gente desdichada, tantos analfabetos, tantos con hambre, enfermos y marginados. Todo nuestro conocimiento acumulado de la historia no puede protegernos del terrorismo y la discordia en todo continente.

Una cosa curiosa es que, si la educación fuera la clave para la vida, entonces las universidades serían los centros más morales, éticos y espirituales de cualquier nación. La educación debería ser igual al contentamiento. Pero todos sabemos que ese no es el caso.

Así que el diálogo de Salomón consigo mismo es un diálogo introspectivo, perceptivo y reflexivo. Es un diálogo con lo que sabe, con lo que descubre y con lo que le satisface.

Debemos entender una cosa, por todos sus beneficios, la educación y los logros intelectuales solo pueden hablarnos de la vida debajo del sol. El resto de la historia se encuentra en la Palabra revelada de Dios. Pablo tenía en su época el equivalente a una pared llena de títulos de las universidades más prestigiosas. Sin embargo, Jesús, el Señor de la vida, fue un campesino que se enseñó a sí mismo. El significado de la vida es algo que se descubre en otra parte.

Cuando descuidamos o rechazamos la verdad revelada en las Escrituras, incluso nuestros más brillantes científicos y profesores son poco más que ratones escurriéndose dentro de un piano, analizando todos los martinetes y cuerdas pero ignorando expresamente la partitura música que reposa sobre las teclas.

E-mail: «perdiendo el hilo de seda»

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No hay nada nuevo en esta tierra. Año tras año es lo mismo de siempre. ¿Alguien grita: «Oye, esto es nuevo»? No te emociones, es la misma vieja historia. Nadie recuerda lo que sucedió ayer. ¿Y las cosas que sucederán mañana? Nadie los recordará tampoco. No cuentes con ser recordado. (Mi propia paráfrasis de Eclesiastés 1:9-11)

Ahora Salomón vuelve al ruedo y pasa de lo aburrido a lo novedoso. El establece que nada es nuevo.  ¿Y cómo lo desarrolla? Primero dice que ya todo se ha hecho. ¿Por qué? Porque el tiempo lo descubre todo. Aunque pareciera que hay un nuevo descubrimiento Salomón establece que alguien más ya lo había hecho y que incluso se había repetido muchas veces. Segundo dice que ya todo se ha descubierto. ¿Por qué? Porque la historia lo registra todo. Es decir aunque la gente pregoné su descubrimiento como algo nuevo o algo creativo, Salomón dice que no debemos emocionarnos porque lo que yo estoy anunciando como nueva historia en realidad ya es parte de una vieja historia. Lo que pasa es que la gente no tiene memoria histórica y no se da cuenta que al registrar los eventos histórico alguien ya había descubierto lo que con gran algarabía anuncio a voz. Tercero dice que todo pasa de moda. ¿Por qué? Porque la memoria olvida todo. Salomón dice que aunque se haga algo y se ponga de moda, siempre se va y se olvida. Así que nada es permanente.

Para Salomón es frustrante encontrar que nada es nuevo, todo es una rutina repetitiva.

Así que, al presentar Salomón este primer capítulo de su estudio de investigación, su conclusión es que la vida bajo el sol, con su repetición mecánica todo es vanidad. Nada satisface, todo pasa, nada es nuevo y todo se olvida. No hay beneficio debajo del sol. Salomón había perdido el sentido del significado: su razón para salir de su mullida cama de palacio por la mañana. Tenía riqueza, fama y el poder de hacer lo que quisiera, y sin embargo no podían encontrar nada que valiera la pena.

Lo que me recuerda la vieja fábula europea sobre la araña. Descendió un día por un solo hilo de las elevadas vigas del granero y se posó cerca de la esquina de una ventana. Desde allí tejió su telaraña. Esta esquina del granero era muy transitada, y muy pronto la araña engordó y prosperó. Un día mientras revisaba su telaraña, notó  un hilo que descendía hasta donde no se podías ver. Se había olvidado  de su significado, y pensando que era un hilo desviado, lo cortó. Al instante todo su mundo  se desplomó a su alrededor.  Salomón había perdido el hilo de seda que sostenía todo su mundo. Se había olvidado de Dios en su juventud. Tan lejos lo había llevado la telaraña que se había olvidado por completo de su dependencia divina. ¿Y usted? ¿No estará a punto de cortar el hilo también?